A Mas no le han salido las cuentas. La mayoría excepcional que pidió Mas en las urnas se quedó en menos. Mucho menos. El pueblo soberano ha pagado a su president con la misma moneda y, harto de sus recortes, le recorta el voto en viceversa y se lo deja en once escaños menos que la última legislatura; herido en su dignidad y mendigando pactos para gobernar por las esquinas. A quien baja sueldos, es de ley que le bajen los humos, que, al fin y al cabo, ni cotizan en bolsa ni alimentan. A los catalanes, a la postre, no le falló la vista y el humo que vendía Mas como proyecto redentor no les cegó los ojos, ojo avizor a que el plan de independencia no era sino una cortina de humo bajo la que ocultar la mala gestión del último gobierno electo de la Generalitat y, sin Mas, han ido a apostar por otro caballo.
Con las ínfulas del nacionalismo romántico, a Mas se le fue la olla como a doña Truhana y se quedó con la miel en los labios. Creía el president que su pueblo estaba por él ciego de amor, siendo él el único ciego del romance, sin sospechar picardía alguna en su avispado Lazarillo.
Andaba en las nubes el prohombre de Cataluña, haciendo las cuentas de la lechera, cuando le salieron al paso las cuentas de Suiza que, siendo cuento o no, siempre llevan papeletas de fraguar como leyenda negra. Se diría por los titulares de los periódicos, día sí y día también, que la historia del político, de cualquier signo y color, que repatría fondos públicos en Suiza es la historia interminable; todo un clásico y, como dirían los italianos; se non è vero, è ben trovato.
Con todo, Mas no fue derribado de cuajo por El Mundo, pero se hizo Mas ilusiones de la cuenta, lo que nunca lleva a buen fin; quien se cree su propio cuento, como la propia lechera, acaba con muy mala leche. No hay nada como tener aspiraciones modestas, para sentirse triunfador. Por eso, los cincuenta escaños de Mas fueron lamentados como derrota, mientras los 19 del PP fueron celebrados como victoria. No es que subir un escaño sea como para tirar cohetes o para descorchar el cava, pero el triunfo no es siempre una cuestión de números, sino de estados anímicos. En ciertas ocasiones, una pedrea muy repartida hace más ilusión que un premio gordo. Lo que contaba para Alicia Sánchez Camacho, más que su nuevo escaño ganado, eran los que habían perdido el PSC y CIU. Mas había ganado pero menos. Menos Mas.
Por lo repartidos que estuvieron los votos tránsfugos de los socialistas y convergentes, hubo interpretaciones para todos los gustos y, antes que nada, para concluir que en Cataluña “hay gente pa tó”, como dijo el Gallo. Llevados más por la euforia del momento que por la objetividad numérica, no han faltado –ni faltan- quienes afirman que las elecciones del 25-N han supuesto una negativa rotunda al independentismo catalán, dado que Ciutadans ha triplicado su número de escaños y el PP ha aumentado en uno. Sin embargo, huelga bastante cierta afirmación, cuando se suman los votos de CIU a los de la segunda fuerza, ERC (Esquerra republicana) y a los de los otros dos partidos de izquierda, ICV y CUP, todos ellos clara y confesamente independentistas. Si no hacemos la cuenta de la vieja, nos saldrá que la mayoría absoluta de los votantes catalanes son independentistas, hoy por hoy, nos guste o no. Por lo tanto, sería de ingenuos resolver que el peligro del separatismo catalán ya ha pasado, en especial, cuando Esquerra Republicana ha exigido como primera condición a CIU para formar gobierno juntos que ponga fecha al referéndum para decidir la soberanía catalana.
Si fuese así, lo cual pintaba bastante posible, hay que temerse, muy al contrario, que la amenaza separatista esté más vigente que nunca.
Confiemos, en tanto, en la mala fortuna de Mas para los pactos. Si al president no le salen las cuentas, menos le salen los pactos. Fracasó con el pacto fiscal y ahora PSC y ERC dicen no querer pactar con su partido para formar gobierno por estar en contra de su política de recortes.
Y, si en todo caso, no le quedase otra que pactar con el PP, sería a cambio de renunciar a su proyecto soberanista, como ha dejado dicho Alicia Sánchez Camacho. Si esto es así, a Mas, que quiso ser el amante entero y verdadero de Cataluña, no le quedará sino bailar, según el, con la más fea, concertando un matrimonio de inconveniencia, de lo peor avenido.
Ante tales resultados, me pregunto todavía quién ganó las elecciones del 25-N, cuando tanto han perdido los propios ganadores. Para mí, que el único triunfador de aquella noche fue el Barça con los cuatro tantos que le marcó al Levante. Más que Mas, Leo Messi sí que es un héroe para Cataluña.
Menos Mas
30
Nov
Resumiendo:o bandera o bolsillo.Muy didáctico,como no podía ser de otra manera,porque lioso sí es el nuevo panorama en cataluña que puede resultaringobernable..veremos.Enhorabuena,Lola
Lola, seamos sinceros: la independencia catalana es un camino de no retorno a la que España aún no sabe cómo hincarle el diente. Y sí, Mas se estrelló, por imbécil que nunca dijo claramente que quería la independencia y que se subió a un carro que no era el suyo; pero Esquerra dobló sus resultados anteriores mientras PP y PSOE se hundían. Y todas las culpas a estos problemas hay que encontrarlas en nuestro partidos patrios (PP; PSOE), que dieron rienda suelta a esta realidad que hoy no es aceptada por una población que nunca estuvo en aquellas negociaciones. No sé si se separarán, pero lo que sí sé es que hemos, entre todos, sembrado un germen que cada vez brota más alto. Saludos cordiales. Soy tu compañero de Chinitis. Besos.
Gracias, Montoro, yo, tal y como veo los resultados de las elecciones y la renuncia de Esquerra al pacto, no encuentro peligro de independencia catalana y menos aún, si CIU forma gobierno con el PP, que entra dentro de lo posible por surrealista que parezca. No será, por lo que veo, que la mayoría de los catalanes no quieran la independencia, pero el giro de las circunstancias, la están poniendo imposible.
Tienes razón, Joaquín, los partidos patrios han perdido credibilidad y así, con perdón, el votante, catalán o no, se hace la picha un lío. El voto a Esquerra es un voto de castigo a Mas y al PSC y, por otra parte, el PP en Cataluña es imposible que gane nunca. El hecho es que ahora lo que impera es un guirigay, un barco sin capitán, donde nadie puede imponer su voz. Sin salirse con la suya, Mas con sus elecciones ha dividido y desmontado Cataluña, dándole una chance increible a sus enemigos, vamos como quien se mete un gol en su propia portería. Se explica ahora la alegría desaforada de Alicia Sánchez Camacho el 25-N.
Gracias, Joaquín, me encanta tu blog Chinitis que tantas claves nos da sobre los usos, costumbres e idiosincrasia de nuestros nuevos amos. Un honor, tenerte por aquí. Un abrazo.
No entiendo muy bien el lío independentista, catalán o de cualquiera otra autonomía.
Lo que sí es cierto es que desde la transición en algunas regiones de España nos han chantajeado al resto de los españoles con la amenaza de “que si no nos hacéis concesiones nos vamos”. Tal vez haya llegado el momento de abrirles las puertas aunque sólo sea para ver si tienen arrestos para salir.
Pero con la política de templar gaitas que se ha seguido nunca se resolverá el problema. Templar gaitas puede ser muy útil como parte de una estrategia más amplia. Pero templar por templar.. pues eso; ni chicha ni limoná.
No resolvemos nada y seguimos pagando.
Menos por MAS es menos
y es matemática simple,
mas se ajusta al desempleo
y la injusticia se cumple;
también la desigualdad
de un triángulo escaleno.
¿Qué se hicieron de las MASas
y su plan soberanista
con senyeras esteladas
en vistoso campo de azur…?
Tal vez no encontraron ecos
en montañas catalanas
que amilanaron gabachos
de la Francia imperialista
cuando el Tamboril del Bruch.
MAS por menos es menos;
mas si la palabra y la paz
las remiten Blas de Otero
entonces más será más:
Contra la injusticia, más
ni más ni menos: más;
contra la desigualdad, más
ni menos ni más: más.
De Algeciras a Estambul
nos han tomado por lelos
mas con ritmo de rumbita
se van a comer una fu:
“ni más ni menos, ni más ni menos…”
Es que esta “hente” hace hablar a las piedras, oé. (Palankia forever)
Un saludo.
Como aquel supermercado,
Mas daba por menos Mas,
que no es oferta creible
para los desempleados
ni para aquel funcionario
con el sueldo recortado,
sea charnego o catalán
no vende la astracanada
de ofrecer menos por Mas.
A ningún electorado
y menos al catalán,
sea o no soberanista
con promesa independista
lo toman por un chalado,
pues conocen el mercado
y con tanta sobriedad
y sin el pacto fiscal,
no le dan el voto a Mas
y ora votan Ciutadans
ora Esquerra Republicana,
que es voluntad soberana
no perder más que se gana
ni propiciar un gobierno
que se convierta en jodierno.
Mas, ya te vale muchacho
por quererte hacer el macho
que ahora persigas las faldas
de Alicia Sánchez Camacho.
Si quieres, al fin pactar,
ve a buscarte una montera
pa ponerte a torear,
que es brava la res que llega
del partido popular.
Eso le pasa a la gente que, sin medir el peligro,
se ponen a chulear
y acaban en chichinabo
sin orejas y sin rabo.
Que valgan de moraleja
los ripios con los que acabo,
mano a mano con Manolo
y este sagaz Winspector
y agradezco su presencia torera
en este blog. Eso se llama valor…
¿Acaso faltó el valor alguna vez en Palankia…?
Desde allí, si miras
hacia donde sale el sol
se ve la Sierra de Reyes
y el cortijo Villa Elvira.
Dime si es cierto o no.
Enga, un saludito.
Cierto, válgame el honor
de atender esta respuesta,
que habiendo sangre palanca
y el reyico pundonor,
se responde a tumba abierta,
que es asunto de este blog.
Así sea, Winspector.