Para ser un buen emprendedor hay que tener el olfato fino. Los negocios prósperos se huelen de lejos, aunque no siempre huelan a rosas. Los hay que huelen a muerto y, siendo fructíferos, no son por ello contrarios a la honradez. Por más que se diga, ganancia y honestidad pueden, a veces, ser compatibles, si el empresario elige atinadamente el negocio pertinente, como es el caso de las pompas fúnebres que, frente a otros, que echan el cierre cada día, parece ser de los únicos que sobreviven, ya que, por el momento, todos somos clientes en potencia. Claro está que uno puede dejar de comer, pero nunca de morirse, sin crisis y, sobre todo, con ella. De ahí que, cual según deduzco por un documental televisivo, nada apto para insomnes, los funerarios están de enhorabuena. Aunque no es oro todo lo que reluce, pues los fabricantes de ataúdes se quejan de la competencia desleal de los chinos. No sólo porque los venden a nada y menos, sino porque hasta que quizá ni siquiera ellos mismos los compren. Hay gente mala, muy mala que asegura que los chinos por ahorrar no se mueren, sino que se reencarnan, a lo peor, hasta en ternera en salsa de ostras. No obstante, contra la invasión asiática, más que la envidia, puede la imaginación, en la que se diría que el funerario español no tiene parangón, por el ingenio de los admirables productos que lanza al mercado. Ni por asomo se me hubiese ocurrido que con las cenizas se pudieran hacer tales virguerías; desde aderezar una obra de arte- yo he hecho un cuadro abstracto con las cenizas de mi suegra –dice muy ufano, uno de estos vanguardistas del sepelio- hasta la fabricación de brillantes de no sé cuántos quilates:
-Qué collar tan bonito llevas, querida.
-Bueno, es mi tío Manolo, que siempre ha sido muy brillante.
Pero el oficio de funerario no sólo requiere creatividad, sino también espíritu de sacrificio y templanza. Según me informo en este reportaje de mis desvelos, la gente puede ser tan desconsiderada de morirse a las tantas de la mañana y tenerte en guardia las veinticuatro horas del día y sus familiares de liarse a piñas en el tanatorio, discutiendo “el tema de las herencias”. Pero, sobre todo, tal oficio exige vocación, por la que le preguntan a un muchacho, heredero de una saga de tradición funeraria desde tiempos inmemoriales. Crudo lo tiene el chaval, pues si responde que no, se diría negligente y si dice que sí, resulta morboso. O sea, que dice que el oficio le encanta, a lo que añade su hermana que, contra lo que se piense, las familias dedicadas al negocio del sepelio no son esos seres sombríos e inquietantes que se presume, pues la suya se pasa el día entre coronas y ataúdes haciendo jajajá, jijijí, lo cual no deja de parecer menos inquietante.
Sin embargo, a los clientes lo que les inquieta no es el humor del enterrador sino el precio del entierro, que no es de risa. Tal y como se están poniendo las cosas, ya hay quien no tiene dónde caerse muerto. Con los seguros funerarios, se puede pagar a plazos con antelación, desde los veinte años, un entierro de muerte; con ataúd de roble, coronas, caballos con penachos y todo el lío, lo que ocurre; dice un gestor de dichos seguros, es que la gente no se muere a los tres años para disfrutar del chollo y así no hay quien rentabilice. Total, que el paisanaje incapaz de morir ni de pagar los recibos, los devuelve y acude a la ciencia masivamente para vender su cuerpo, lo que emula una conversación telefónica, propia de Gila:
-Oiga, ¿Es la ciencia? Es que quiero vender mi cuerpo.
-Los cuerpos, señorita, no se venden a la ciencia, se donan.
-Pero es que mi cuerpo no es un cuerpo cualquiera. Cuando los albañiles trabajaban decían, a mi paso por la obra, que mi cuerpo sí que era un cuerpo y no el de la Guardia Civil. Además, que yo ya lo he vendido varias veces en clubes de alterne y siempre me lo devuelven como nuevo.
-Debo entender, entonces, que su cuerpo no es de primera mano.
-Ni de segunda ni de tercera, pero le he introducido muchas mejoras. Me he aumentado los pechos y reducido las cartucheras, aunque, si no le parece bien, le vendo el de una cuñada mía soltera. No es de desfile, pero, que yo sepa, está a estrenar. El problema es que no está muerta, pero lo más seguro es que cualquier día de estos la mate.
Pienso en este diálogo y ahora comprendo por qué decían las monjas que no debías dejar que jugasen con tu cuerpo ni muerta. Sobre todo, si ni siquiera te pagan
Al final, el modo más barato y cómodo de morirse es resucitar al tercer día.
P.D: Este artículo va dedicado a Antonio Mingote, maestro del humor blanco y del humor negro; pintor de todos los humores del humano, humilde que nunca, en la memoria, será humo. Con todo mi amor y todo mi humor.
Excelente,como siempre.
Una duda… Hay un seguro de vida y otro de muertos o es el mismo? Me refiero, hay uno que es para que paguen a alguien cuando te mueres y otro es el del ataud y eso, no?
He acabado el trabajo de la generación del 27! Ahora a empezar con la industria de Málaga en el siglo XIX… Qué divertido!
Vaya semanita, menos mal que en en 10 dias es el viaje de fin de curso, porque en esta semana la calle solo me vio el martes santo, espero que vosotros la hayáis disfrutado más! Contadme!
Consuélate conmigo, Paula, yo también estoy trabajando. Si los demás no asoman por aquí, será que están de vacaciones, de procesiones, en fin, entretenidos y libres de cargas. Vamos, somos medio chinas me parece, nosotras.
Los seguros de vida son para que les paguen a tus parientes, si mueres. Los de muerte, para pagar el entierro. Cuesta un pico, no creas.
Me consuela bastante saber que no soy la única que trabaja. Encima estoy muy contenta de hacerlo y no sé por qué, debo estar enferma.
Mi móvil es un paranoico, siempre me deja leer aquí, pero solo cuando quiere me deja escribir, así que en cualquier momento puedo desaparecer.
Lola cuéntame algo interesante o instructivo (que viene a ser lo mismo), que tú sabes mucho.
Maldita sea, yo también estoy aquí, pero cuando uno no tiene nada interesante que decir, mejor se calla. Por demás, convine recordar que el descanso es tan importante como el trabajo. También hay que disfrutar con él. Aunque también parece posible trabajar descansando y disfrutando.
Disfruté mucho con Antonio Mingote, gracias por el recuerdo y la dedicatoria.
Besos
Me he dado por aludida! Al final no se como lo hace Holden que me siento mal!
Disculpadme por no tener nada interesante que decir, lo siento, soy aburrida.
Princesita Paula, no sé por qué tienes que darte por aludida y sentirte mal conmigo. Pero eres una mujer y, hasta un experto como yo, a veces tiene problemas para entenderlas. En cualquier caso, te pido disculpas.
Un beso
¿Algo interesante e instructivo? Bueno, sabrás que este artículo está escrito en la línea de humor negro de posguerra presente en la obra de Miguel Mihura («Maribel y la extraña familia») y Jardiel Poncela, («Eloisa está debajo de un almendro»), que burlaba la censura de la dictadura con el surrealismo y en la que se puede incluir «La Codorniz», revista satírica en la que Mingote se fue inciando con sus viñetas hasta hacerse grande.
Puedes leer el compilatorio del aniversario de «La Codorniz» o «El caso de la mujer asesinadita». Te lo pasarás en grande.
¿Quién se apunta esta noche?
Hoy, sábado 7 de abril, en Bar Wakame (C/ Correo Viejo, nº 4, Málaga), presentamos el ciclo de narrativa «Palabras Salvajes». Presentan Camilo de Ory y José Luis González Vera. Será a partir de las 23:00h y muy divertido!!!!
Te invitamos a la primera cerveza que te tomes, enviando un mensaje a info@wildweekendfestival.com
Un experto en mujeres jajaj no tiene abuela! Me alegra que no hayas empezado la frase con maldita sea y empieces con princesita, en todo caso, no tenías que disculparte por nada.
Lo siento pero estoy viendo Ágora y tampoco iba a ir sola.
Mi queridísisima Lola, ¿dónde puedo leer el compilatorio?
Jo-lines, Paula, te estás volviendo muy ácida, en el mejor sentido de la palabra. Ole, mi niña.
El compilatorio de «La Codorniz» lo puedes encontrar en la librería «Luces» de la Alameda Principal.
Bueno, yo también me voy a perder el acto, pues acabo de venir de un viaje y desfallezco. Seguro que es muy divertido. Sabrás, Paula, que esos dos son expertos en narrativa y también en mujeres. Aunque, ya se ve que algunas merecemos manual de instrucciones aparte. De lo que deduzco por la presente (Paula) las nuevas generaciones prometen. Ya lo creo…
Os voy a dedicar una versión de «Hemingway delira», compuesta por Aute, en un vídeo que me ha gustado. No viene a cuento, pero me apetecía, pinchad abajo:
http://youtu.be/k_7haOAQ1Bo
Informativo.
Uno de izquierdas de verdad, y al que da gusto escuchar (a algunos, y algunas, claro):
PRESENTACIÓN DEL LIBRO: «Combates de este tiempo»
09/04/2012 | Salón de actos del Ateneo. C/ Compañía, 2. Málaga. | 20:00 h.
Autor: Julio Anguita
Presenta: José Luís Centella Gómez
Organiza: Vocalía de Presentación de Libros
Y este otro vídeo, homenaje a Antonio Mingote. Pinchad abajo:
http://youtu.be/nQfdxkJNa6Y
Ese vídeo me pone un poco triste, o es triste, o a mí me lo parece.
Konchimj ha escrito en la anterior entrada «Carta al nuevo gobierno andaluz»; un mensaje dirigido a otro comentarista de este blog.
No es muy posible que le pueda contestar el interesado, ya que al no verlo aquí, lo ignorará. Así que lo notifico, para que le responda, si es su deseo.
Si yo fuera Holden, como no lo soy, diría, “Lola, no te pongas estupenda”. Está muy bien tomarse con humor eso tan corriente de morirse y no morir en el intento (perdón). A mi amigo Giuseppe, cuando se le insistía con ahínco sobre la total seguridad de cualquier aserto, respondía, convencido: “Sicura la morte…! Negocio seguro, igualmente, ¿quién lo dudaría? Te sueltan unos euros por atizar a tope la carbonilla del crematorio y, si esto es guerra, vengan balas. Pasó no hace tanto en Málaga y le costó el puesto a algún responsable. Y sí, nadie ha visto un entierro chino o me lo demuestre.
Los que “no trabajamos” durante Semana Santa – como si fuésemos los únicos en todo el país, con la que está cayendo, que también…- pues nos entretenemos sacando punta a lo que se puede. Observando el Cristo de la Expiración, la noche del Miércoles Santo, me acordé de la pregunta / adivinanza que, en los buenos tiempos de Eleuterio Sánchez, me hacía otro amigo:“¿sabes en qué se parecen El Lute y este Cristo…?” A saber…
Como siempre, un artículo de muerte, Lola. A estas horas imagino a Mingote, acordándose del clásico, diciendo: “dibujar en tiniebra es mester pesado…”
Saludos para tod@s
Winspector, sobre el caso de las funerarias o -la en singular- sería conveniente que explicases más datos. Sé de la misa la mitad.
Y, a ver, vamos a traer los comentarios de la entrada anterior aquí, que, si no, no se enteran los comentaristas a pie de página. Me habláis de los nuevos recortes en sanidad y educación ¿Qué me parecen?
Sinceramente, demenciales, que no nos queda por tanto y espero que no por tontos, ni calidad de vida ni calidad de muerte. O sea.
¿Quién no ha tenido un cementerio en el patio de su casa…? Es lo que llamaríamos un patio muy particular, que cuando llueve mucho se moja la mitad… Mentira podrida (¡plas!). Eso será allá en el pueblo. En realidad, cuando llovía, aunque fuese solo un poco, olía que no veas. Esto pasó en Málaga a lo largo de casi todos los años noventa. Tres mil cremaciones ilegales y hasta el 97 el gerente de Parcemasa (omito el nombre) no tiró de la manta. Varias funerarias implicadas y ganacias de millones de euros a costa de los sentimientos de familiares y por tanto sufridos contribuyentes. Por ahí he encontrado un enlace:
http://www.elmundo.es/cronica/2002/336/1017048584.html
Ah, sí, la respuesta a la adivinanza de en qué podía parecerse El Lute, con esa cara que tiene, al Cristo de la Expiración, era (ya no): «Pues en que tos los siviles van tras él». Y fue verdad hasta el 73. Saludos.
Para que luego digan que la cremación es el modo más limpio de morir, mientras haya Escuderos por medio, te puedes ver implicado en un negocio muy sucio, sin derecho alguno ni capacidad para denunciar, siendo tú mismo el cadáver.
Cómo debieron crecer los lirios en el jardín de Escudero y, sin embargo, seguía allí oliendo a muerto. Esto me recuerda a la película «Amador» y al «Milagro de Candeal». La realidad, en lo sórdido, siempre supera a la ficción.
Menudo reportaje…
Muchas gracias, Winspector, eres un crack.
Es evidente que de los recortes, y demás calamidades, fruto de la dictadura -mal disfrazada de democracia- actual somos nosotros -los ciudadanos, semiciudadanos o súbditos voluntarios- los principales, si no únicos, culpables. Una pena (aún transmutable, parece).
¿Está el Escudero ese en la cárcel o disfruta de sus fechorías en la actualidad (como es habitual en España)? (Es que quiero ahorrarme el reportaje)
No pequemos de cándidos, amigo Holden. Por “faltar el respeto a los difuntos” – conclusión de sus señorías – y en España, que yo sepa, no conlleva pena alguna. O sea, multa, que se puede abonar en cómodos plazos. Tampoco vas a la cárcel si no la pagas, que allí andan apuradillos con la escasez de plazas, los juzgados no dan abasto y pronto se creará en Málaga – más reformas – un grupo especial, dentro de la policía, destinado a “desfacer entuertos” vecinales, sin que haya necesariamente que poner denuncia en Comisaría por un quítame allá esa moto…
Además, el sabio pueblo español, inmerso en su salsa rosa y siempre amante de la cadaverina (“me gusta un cementerio, de muertos bien relleno, manando sangre y cieno, que impida el respirar, y un sepulturero, de tétrica mirada, con mano despiadada, los cráneos aplastar…” Espronceda forever) no se va a rebelar por eso y mucho me temo que por nada, visto lo visto. A verlas venir, pues.
Un saludo para ti y para tod@s y rêves d’or
¿Será posible ya dormir sin pesadillas en este país y casi en cualquiera? ¿Y nos dejarán acaso soñar despiertos con que la justicia no esté siempre del lado de los delincuentes?
Y, si está tan ciega, la señora, habrá que abrirle los ojos y tomarla (la justicia) por nuestra propia mano.
No nos queda a otra a las víctimas -casi todos los ciudadanos- que aprender a hacer algo más que votar ciegamente. Si ni muertos nos respetan.
Lola, se dice que soñar no cuesta nada si los sueños no nos impiden ver la realidad. Ya lo dijo el clásico, “entre el vivir y el soñar hay una tercera cosa: adivínala”. Sin esta última estaríamos perdidos, poveretti noi, porque, ¿no podría ocurrir que, tras la muerte física, antes que ir al cielo prometido -¡habiendo sido buen@s! -nos espera únicamente el Infierno…? Y que en la puerta no estará de plantón Cancerbero sino Sade y su malévola sonrisa, recibiendo a los buenos al grito de «¡imbéciles!, ¿por qué no me imitabais…?
No sé si será apropiado hacer estas reflexiones la víspera del viernes 13, ahora que lo pienso.
Buenas noches a todos, incluidos aquell@s del Atleti. Por los petardazos de la peña blanca, se ve que han perdido. Y uno también. El sueño. O sea, ni soñar despierto ni dormir. Pozí que…
Te ofrezco un hombro sobre el que llorar y una portada en EL Mundo. Después de los ERES, este nuevo escándalo será un caramelo para ellos. Confía en nosotros. Porfía, que, por lo que me han contado la cosa va viento en popa. A ver si los echan a todos, que ya es hora.
No preguntes cómo lo sé, lo sabe todo el mundo y más aún que lo sabrán…
Y al camarón que duerme, se lo lleva la corriente. Más que dormir, creo que lo que nos conviene es despertarnos todos de una vez. Estamos en ello, Winspector.
De tan enigmático, Lobo, te encuentro algo siniestro -valga la expresión, que sé que lo siniestro no es lo tuyo, entendido en latín-.
Agradezco tu ayuda, aunque creo que lo que quieres es llevarme al huerto (al tuyo) y yo soy una caperucita dura de pelar.
No me lo vas a responder, pero igual te lo pregunto ¿A quién quieres que echen? ¿Y qué es eso que sabe todo el mundo?