
Sabemos de ellos, no obstante, que, cuando se indignan lo hacen como nadie, lo cual es lógico, ya que no son nadie en concreto. También, por otra parte, resulta lógico que se indignen como todos. Quien más y quien menos tiene, en el fondo, sobrados motivos hoy día para tener un cabreo del copón. Lo que ocurre es que algunos para indignarnos damos la cara –así nos va- y los Anonymous no la dan. Y eso no son formas. Ni tampoco fondo, si tenemos en cuenta el fútil motivo del cabreo supino de los susodichos enmascarados, quienes no claman por un trabajo digno, sino por una mayor variedad de ocio. Será que ya tienen la vida solucionada y bien cubiertas las necesidades de su cuerpo, pues están preocupados por su derecho gratuito al arte que es una necesidad del alma y, por tanto, no precisamente un artículo de primera necesidad. A no ser que, dada su naturaleza espiritual e intangible, se muevan por el único dictado de su aura y pidan sólo lo que les sale del alma y, a lo que se ve, lo que les sale del alma no es trabajar por cuenta propia, sino que otros, los artistas, trabajen gratis para ellos por la cara. No tienen cara; tienen careta. Son Anonymous. Y por ser quienes son, no son nadie, reclaman su impunidad para descargarse desde su ordenata fantasma todo el laburo de quienes fueren los cantantes, escritores o cineastas que les vayan viniendo en gana, ya que consideran que el arte no tiene precio. Y que los artistas, tan espirituales como ellos, no deben de ser apremiados por la vulgar necesidad de comer. Tal vez, argumentándose en ese tipo de imaginero romántico por el cual un artista alimenta más y mejor su inspiración con el estómago vacío y perseguido de continuo por sus acreedores. Tal que le ocurriese a Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Dostoievsky o a esa bohemia parisina que dio tantos poetas y pintores malditos, la mar de creativos en el entorno misérrimo de sus buhardillas infectadas de cucarachas, como en el caso de Modigliani, Toulouse-Lautrec o Baudelaire quienes, frente a la grisura de la acomodaticia y metódica vida burguesa, eligieron el hastío, el caos existencial, el desorden horario, la absenta y una mustia patata hervida de vez en cuando. Decadencias pintorescas que, sin duda, han generado dañinos prejuicios entre un público que tiende a considerar que el artista por tanto –o por tonto- ha de darse por pagado con el advenimiento de una fama imperecedera, por lo general, a título póstumo. Para que, además de haberse fastidiado con una perra existencia de hambre y privaciones, no pueda conocer el éxito sino muerto, o sea, no conocerlo en toda su vida puñetera y se vaya bien jodido al más allá. Si bien premiado por el excelso honor de que un joven poeta le componga una sentida elegía, diciéndole “Manolo, allí donde estés…” (como si el pobre hombre estuviese en parte alguna) o el ayuntamiento le ponga una calle que, de encontrarse en esta ciudad, estará llena de cagarrutas de perro, si es que no vienen a remediarlo antes esas multas según las cuales se analizará en el excremento del can su ADN para multar al puerco propietario. En fin, una cagada.
Pero no todos los artistas están dispuestos a trabajar por mero amor al arte. Los hay también que, aparte de alimentar su ego, intentan alimentar su cuerpo y lo alimentan a conciencia, se diría, según reflejan algunas fotografías. Lo cual no se explica cómo, cuando es sabido que el grueso de su obra les es mangado a troche y moche por gentileza de los Anonymous, a no ser porque, arrimándose al poder hayan de hacer de trovadores de palacio como el poeta mendigo Villasandino. Muy de otro modo, al autor íntegro e insobornable sólo le queda hacerse un artista maldito para que los malditos Anonymous le hagan el favor de choricearle el trabajo, lo cual supone, al menos, un reconocimiento en vida, en el fondo. Pero no son formas.
Será que el arte no tiene precio, pero cuesta una barbaridad. Detrás de una canción, una novela o una película –incluso si son malas- hay jornadas enteras de dedicación entre ensayos, tomas y correcciones. Una labor intensa y muy difícil de valorar por quienes parecen no estar muy habituados a dar un palo al agua. Dado que disponen de tanto tiempo de ocio como para descargarse la producción artística del mundo entero. Será que, acostumbrados a vivir de gratis bajo el techo de esos condescendientes padres ya mayores, incapaces de negarles el mínimo capricho, piensan que el resto de la humanidad va a estar a su servicio a cambio de sus pataletas. No tienen cara. Porque, si la diesen, ya se les podría haber caído de vergüenza. Qué caretas.
P.D: En la entrada anterior, «Mota me mata», os he dedicado una canción, interpretada por nuestra ilustre intérprete malagueña, María Barranco, disfrutadla…
Lo metieron entre rejas
por decir lo que pensaba
y el examen de un censor.
Más tarde lo publicó
gracias a que ya contaba
con aquel triste editor.
Después, fue sacrificado
en producto/orndenador,
dedo/intro y la bajada.
Sí, Lola, hemos pasado en España del tardofranquista gobierno de los tecnócratas al gobierno de los tecnófilos.
Saludos.
No creo que Anonymous quiera que los artistas pasen hambre ni ninguna otra necesidad real o justificada. Supongo que lo que no quieren son abusos, privilegios, ni injusticias. Pero hablo sin conocer suficientemente el asunto en cuestión. Quizá el artículo simplifique en exceso la realidad.
Que con las crisis florecen
los oficios de tunantes;
que el gansterismo se crece
es sabido, mucho antes
que adviniese el gran Crack
del 29,de Costello y Capone;
gente experta en tutelar
bienes, ganacias y dones.
¿Protección dicen que dan…?
¡Sucio trabajo de hampones!
Anonymous, en democracia,
nos requiere considerar
“no des la cara,- verbigracia-
por nadie, por nada, jamás
no sea que te la partan”
(del refranero, oscura verdad)
Y aún habrá quien los crea
paladines de “avant-garde”
de un mundo que se tambalea
y piensan salvarlo los “nadie.”
Parasitando en las redes
llegarán a hacerse ricos,
pues su vergüenza era verde
y se la comió un borrico.
Emotivas tus palabras para la bohemia, Lola. La parisina y cualquier otra. Requisitos casi imprescindibles: ser joven y tener la cabeza a pájaros, que –diceva la nonna -si de “nuevo” no corres, de viejo trotas… Empezamos por el final : La bohème, la bohème, on était jeunes, on était fous…Y nos despertamos al final del verano : … “…Poi, una notte di settembre mi svegliai il vento sulla pelle / sul mio corpo il chiarore delle stelle…
Saludos y buenos días a tod@s
Buenas tardes,
Ya te leo con más tiempo, Lola.
Hablando del otro post, sabes Lola, los mejores y más gratificantes pensamientos e ideas que recuerdo, siempre me han ocurrido cuando corría. Qué casualidad.
Quién sabe si el apasionado amor que vive Holden, no ha sido fruto de una profunda meditación mientras corría. Claro, como tú no conoces ese mundo, posiblemente no sabes de qué hablo. Lo siento.
Saludos.
Crreo que no has entendido nada. Mira un poco más y quizás descubras cosas más allá de lo obvio.
Creo que he entendido bien. Los Anonymous se cubren la cara como lo hacían los cacos con sus antifaces o los terroristas con sus pasamontañas, pues son ambas cosas, ya que se dedican no sólo a robar el producto artístico, sino también a extorsionar cuentas bancarias ¿Cómo puede pensarse que ello sea un acto heroico? Más aún, si se considera que los héroes son valientes por antonomasia. Por lo demás, recuerdo que hubo un tiempo en que ETA llegó a representar una banda heroica para un sector de la progresía ¿Quién defendería eso ahora?
Muy buen poema, Winspector, lo dice todo sobre estos hampones. No hay nada de revolucionario en choricear los bienes ajenos, llevando a los artistas a la ruina ¿Qué otra cosa pueden hacer sino arruinarse quienes no cobran por su trabajo? ¿O es que su trabajo no es considerado como tal?
Ustedes que defienden a los descargadores, seguramente trabajan y, díganme, ¿estarían dispuestos a hacerlo gratis?
Y quienes aún estén en paro ¿Aceptarían un puesto de trabajo por el que no reciban un euro?
No confundamos la heroicidad con el latrocinio, el amor con el acoso ni el culo con las témporas.
Bravissimo, Pancho, es cierto que en este blog, más bella tu rima brilla y se comprende mejor…Estos mafiosos de la tecnología nos imponen dictatorialmente las reglas de su camorra.
Por cierto, que parece que los Anonymous y Ana Botella tienen la misma ideología, ya que también ella sostiene que es necesario que la gente trabaje sin cobrar. Los de Anonymous a ello añaden que ese trabajo gratis lo hagan otros… porque no dejan constancia de que quieran emplearse sino en el mangurrio. Como que me suena lo suyo a fascismo del peor.
Me pregunto si este artículo de Lola permite establecer una analogía entre la gratuidad de los productos culturales( no por su naturaleza jurídica sino por el modo de acceso, la occupatio romana)y la «gratuidad» de las elecciones en Andalucía como habilitación de las medidas anticrisis que el Gobierno central tomaría una vez conseguida Andalucia. Es decir, ¿los andaluces votarán sin darse cuenta de que es un paso esperado para hacer grandes recortes ya sin el obstáculo de unas elecciones a ganar? ¿No hay algo extraño en esto que huele mal? ¿Por qué no se dice toda la verdad antes de la elecciones, dejándose el voto en un estado de inmadurez? Eso dicen algunos medios periodísticos. Si es así, algo falla en esto, desde el punto de vista del sistema democrático. Es como si nos invitaran a sentarnos en una silla con una pata rota, y al sentarnos nos damos el batacazo. Quiero creer que el Gobierno central toma las medidas sin que las elecciones andaluzas sea una rémora, pues si actúa condicionado por éstas, es algo parecido a una descarga o bajada del voto andaluz. Espero que no sea así. Espero que los andaluces voten con la propidad intelectual plena de su voto, porque la información previa es completa, sin separatas subyúdices. El voto es anónimo, pero la cognición de lo votado es de cada uno y no es anonymus, por eso no debe haber recámaras de aire interiores que los electores no puedan respirarla antes del voto. Confíemos en ello y en ellos. Salludos a todos.
¿Quieres decir, Pancho, que el próximo recorte será eliminar las autonomías? La Corona ya está en el ojo de mira, por prescindir de un gasto público. Y…Cuando se sacan escándalos a la luz, soterrados aunque archisabidos, es que apremia algún objetivo de ahorro ¿Será qué?…¿Sí?
En Andalucía la tragedia está servida, si ganan los de siempre (PSOE) que han llenado la Junta de Andalucía de enchufados atentando contra los derechos fundamentales de las personas, mienten como nadie, son amorales y, que tienen y mantienen a Andalucía ocupando los puestos de cola de todo la que merece la pena: TRAGEDIA. Si gana el señor Arenas (PP) defensor y protector de delincuentes al frente de instituciones públicas (Alcalde Alhaurín el Grande), defensor de la tortura (los toros) y de la destrucción del medio ambiente (nosotros), igualmente amoral, y amante de la especulación inmobiliaria: TRAGEDIA.
Yo votaré (si tengo la oportunidad), el 25M, al Partido Contra el Maltrato Animal o a EQUO, y esperaré paciente e inexorablemente a la tragedia.
Por demás, eliminar la Casa Real, todas las CCAA, y las Diputaciones Provinciales sería un gran acierto que todos los ciudadanos deberíamos exigir, y después aplaudir; de eso no cabe la menor duda.
Ah, señor Pancho Panchito, ¿Tiene usted dudas de que Rajoy va a seguir mintiendo y recordando injustamente?, no me lo creo de usted.
Un saludo
Un saludo
Parece que en Andalucía, después del resultado de las primarias socialistas que han dado derrota a la candidata por la que apostó Griñán, se precipita aún más la asechanza de una clara victoria popular. Más aún, cuando el escándalo de los ERES es ya escándalo público en todos los periódicos -en todos-. Aunque no me entusiasma la idea de saltar a las Arenas, se trata de una consecuencia lógica, me temo.
Yo votaría a Manuel Pimentel, que es un candidato preparado, culto y muy ecuánime, además de honesto, lástima que esto, hoy por hoy, parezca incompatible en política.
Sé que lo que pido es bastante infactible, con las satisfacciones que se está llevando el hombre en otros terrenos menos escabrosos, no obstante, vaya por ahí mi intención de que reconsidere la idea de presentarse a las próximas elecciones…
Por cierto, ¿Qué opináis del resultado de las primarias?
Cuando llovía maná sobre la comunidad andaluza, durante las sucesivas etapas felipistas y hasta el aznarismo, muy pocos nos hicimos cábalas sobre el “milagro” – que la mano divina es algo consustancial a Andalucía – ni cómo era posible tal aumento de la riqueza, si las infraestructuras y el tejido industrial, la producción y las relaciones laborales, en la práctica, continuaban estables. ¿Qué las avalanchas de mano de obra foránea (que en un invernadero +50º se va a meter tu padre) en zonas de gran producción agrícola, sean Almería o Granada, nos inundan y ya salen en los “papeles” (¡ y hasta en la tele!)…? Pues allá que se presentaban, rapidito (sin motivo para tanta prisa, yastevé, que el montón era grande y esto no había hecho más que empezar) las incipientes oenegés y agrupaciones diversas para echar una mano (al tiempo que se ponía) a los nuevos desheredados del campo y de las obras. Hasta aquí, bien.
Pero después el monte, desde la ladera hasta el picacho, se convirtió en orégano, nadie declaraba nada, tú deja que denuncien la obra o el renovado cortijo, el chal-lé, el terrenito, que la denuncia es nada, no se paga y punto. O que a estas pobres criaturas las mantenemos en la finca en un cuchitril, con un cacho pan y aceite, que cuando la han visto más gorda – pero eran centenares de miles en Andalucía – y el seguro que lo pague Rita. O el gobierno…Los esclavistas confederados del Sur, al lado de algunos de los nuestros, me parecieron cuáqueros.
O sea, que hoy, en Andalucía, se podría vivir algo mejor, pese a la crisis. Aunque al principio (por lo antedicho – puntita de iceberg – más el grueso de cuestiones) parece que falló algo. Vaya usté a saber qué.
Saludos para tod@s
¿Del resultado de las primarias? Que es una pena tener que eligir entre lo muy malo (Rubalcaba) y lo peor (Chacón). Por demás, peor aún es tener que esperar tanto hasta que este sistema capitalista se muera dejando paso a la humanidad.
Leyendo los comentarios sobre la cuestión de las elecciones andaluzas próximas, la organización sinóptica, a mi entender, claro, es la siguiente:
Para Lola: Es un mal obvio, a tenor de las circunstancias en que ha discurrido la cita congresual; es decir, filias que se han correspondido con el resultado y otras que no, como, en esto último, es el caso de Griñán.
Para Winspector: ES la consecuencia de un época de vacas gordas dispensiosas, sin que la nave de los beneficios se haya amarrado a la contención y al hambre de mañana pese al pan de hoy.
Para Holden: Un mal en todo caso, dado que cualquier opción contendiente(partidos mayoritarios) es un mal en sí mismo.
La cuestión que yo planteaba es qué valoración democrática tiene que los partidos políticos no digan lo que piensan hacer antes de unas elecciones para que el cuerpo electoral no conozca las intenciones verdaderas. Si entre los partidos políticos y los ciudadanos hubiera un verdadero contrato( a lo Rousseau),en el que la voluntad popular fuera algo más que una jornada de domingo, ¿no falta algo hoy? Si te compras un electrodoméstico y después, una lavadora digamos, no te hace la colada, lo devuelves. En cambio, después de dar el voto, si no funciona el «aparato» no hay nada que hacer, y además la colada, aquí, es evidente. No quiero decir que las circunstacian no impongan gestiones no previstas, y que sea necesario atenderlas con acciones desagradables; no. Me refiero a aquellas medidas silenciadas a sabiendas para no perjudicar un resultado electoral; esto no es de recibo en un contrato social ni en justo correlato con el principio de ciudadanía. A eso me referia. Otra cosa es que el Málaga mañana juega en Graná, por poner una inflexión. Saludos.
Bueno aqui vengo yo en representación de la adolescencia.
No defiendo para nada a los anonymous, ya que no veo bien que la gente se descarge todo el trabajo de varios años de una o varias personas, pero tampoco veo normal que las películas o la música en España valga tan cara como para tener que gastarme la paga en un CD y un libro o cualquier otra cosa. No se si sabeis que en la mayoria de paises cuestan muchísimo más barato que aqui, por eso mis amigas los compran por internet y se pueden comprar el doble con los gastos de envio y todo.
Para nada estoy de acuerdo con los anonymous y pienso que cualquiera que esté en su sano juicio tampoco lo puede estar, si cree realmente tiene el derecho ver, leer u oir el esfuerzo de otros por su cara bonita.
Eso si, mientras cualquier libro, película o CD siga valiendo 20 euros por pieza os aseguro que no habrá muchos adolescentes como yo que estén dispuestos a gastarse su paga en cualquiera de estos objetos. Por eso a sus ojos los anonymous seguirán siendo sus héroes.
La política, tenéis razón, y, sobre todo, al sur, está viciada por grandes vicios. Es un olmo seco, hendido por el rayo y, en su mitad, podrido, porque votar, ya no se vota porque ganen unos sino porque pierdan los otros y en esta bipolaridad obligatoria, se cuecen las mismas habas a idéntica temperatura. Necesitamos algo de aire fresco y no tanto fresco succionando por todas partes. El poder envejece mal y, de viejo, ya no se sostiene. Presidente y oponente van por la sesentena y eso no puede significar cambio ni futuro.
Yo tenía puestas mis esperanzas en el 15-M, jóvenes inquietos que tomen relevos necesarios, ya es hora, pero veo que de aquello lo que han salido son los mangurrines de los Anonymous, ¿Qué va a aprender la juventud con semejantes ejemplos de sus corruptos mayores y qué les deja aprender el deficiente sistema educativo al que no parece ponerle remedio el ministro Wert? ¿Habéis leído el artículo de Lucía Méndez del sábado pasado y el de Sánchez Dragó este mismo lunes? No tienen desperdicio…
Artículo de Lucía Méndez, publicado el pasado sábado SOBRE LAS REFORMAS -PRESUNTAS- EDUCATIVAS:
Jordi Llovet es un auténtico humanista al que la universidad abandonó y se ha despedido de ella escribiéndole un hermoso libro. Se titula Adiós a la universidad. El eclipse de las Humanidades. Más que unas memorias, Llovet ha dado forma literaria a un sólido, argumentado y severo escrito de acusación contra la perdición de la enseñanza pública en España. El catedrático de Literatura Comparada sostiene que «los planes de estudio de secundaria han llevado a este país a la ruina cultural». No lo dice por decir. Sus alumnos de primer curso universitario desconocían «si Tolstoi había nacido antes o después de Goethe, no sabían quién era Kandinsky y nunca habían escuchado una sinfonía de Mozart». Las lenguas clásicas les eran desconocidas y el español actual casi también. Latín, Filosofía, Literatura, Historia, Historia del Arte. Los antiguos estudios de Filosofía y Letras están al borde de la extinción. El conocimiento humanístico desaparece de los planes de estudio y las consecuencias son dramáticas. Faltas de ortografía en cuarto de carrera y democracia que no merecerá llevar tal nombre porque los ciudadanos no tendrán capacidad intelectual para el discernimiento.
El libro de Llovet nos recuerda que el rey va desnudo, mientras las autoridades educativas insisten en que lleva ropa. Los alumnos manejan el PowerPoint como nadie, pero no saben hablar ni escribir. De leer un libro ni hablamos. Serían capaces de convertir Ana Karenina en trending topic como nombre de perfume.
Después de leer este y otros libros sobre los males de la educación en España, tenemos que llegar a la conclusión de que José Ignacio Wert nos ha querido tomar el pelo. El ministro de Educación, él mismo un humanista, no puede desconocer esta realidad. Por eso está gastándonos una broma cuando pretende que reformar la educación en España consiste en cambiar de nombre una asignatura porque la puso Zapatero y en aumentar un año el bachillerato.
Tan importante como reformar el sistema financiero y la legislación laboral es garantizar una enseñanza de calidad. La educación necesita un cambio radical, no una reforma cosmética. No caben paños calientes para un sistema educativo del que ha desaparecido el esfuerzo, la disciplina y el respeto al profesor.
Llovet cuenta que un colega suyo le preguntó a una alumna por qué no había hecho el trabajo que le mandó. «Porque no me sale del chocho», respondió la joven entre las carcajadas de sus compañeros. Que Dios nos asista, pensó el profesor. Que Dios nos asista a todos, si lo que el ministro Wert presentó en el Congreso es lo único que piensa hacer para hacer frente a este drama.
ARTíCULO DE SÁNCHEZ DRAGÓ A COLACIÓN DEL ARTÍCULO DE LUCÍA MÉNDEZ:
¿Pedagogía sin jerarquía?
CONTABA el sábado Lucía Méndez una curiosa anécdota extraída del libro de Jordi LlovetAdiós a la universidad. El eclipse de las Humanidades. Se dirigió su autor a una alumna para inquirir el motivo de que no hubiera hecho el trabajo que unos días antes le había encomendado y el angelito en cuestión, jaleada por las risas de sus compañeros, respondió:
– Porque no me sale del chocho.
Una salida así, en otros tiempos, habría valido a su responsable la apertura de un severo expediente académico. ¡Hale, nena!, le habrían dicho. ¡A ganarte la vida de otro modo, porque en la universidad no encajas! Lo tuyo son las orejas de burra, no la toga y el birrete.
Ya sé que hay mucho desempleo juvenil y no es cosa de atizarlo, pero esa deslenguada no lo engrosaría, pues siempre le quedaría el recurso, vistos sus antecedentes, de enrolarse en la alegre muchachada de Gran Hermano o -grosería por grosería- de vivir a costa no de lo que le sale del chocho, sino de lo que, previo pago, entra en él. Para ejercer el oficio más antiguo del mundo no se exige titulación.
Cuando leí la columna de Lucía (Asuntos internos… ¡Y tan internos!) se me vino a las mientes algo que sucedió en la Facultad de Letras de la Complutense cuando yo estudiaba allí.
Junio de 1956. Don Ángel González Álvarez, catedrático de Historia de la Filosofía, convocó el examen de fin de curso. Era oral. Llegó el turno de una chica, estudiante aplicada, pero de carácter recatado. El profesor le pidió que hablara de Descartes. La examinanda lo hizo con brillantez.
-Muy bien, señorita -la interrumpió el dómine-. Se ve que ha preparado a fondo la asignatura, pero hay una frase, celebérrima, que resume a la perfección la doctrina del filósofo y que usted no cita. Hágalo.
-No me atrevo, don Ángel.
-¿Cómo que no se atreve? Seguro que la conoce.
-Sí, sí, pero…
La chica balbuceaba. Se iba por los cerros del Discurso del Método. El profesor porfiaba. Su interlocutora acabó cediendo. Bajó los ojos, se puso como un tomate, tragó saliva y dijo:
-Coñito, ergo sum.
La carcajada fue unánime. El catedrático se sumó a ella, pese al fervor tomista que lo animaba. El lapsus linguae mejoraba el original sin desvirtuarlo. Las partes puden-das son un vigoroso factor de identidad.
Otros tiempos, ya dije…
Amigo Wert: si de verdad quiere recuperar en las aulas la excelencia, imponga en ellas el principio de autoridad. De usted, por favor. Eso para empezar. Sine qua non.
P.D: ¿Qué tal?
Da la impresión, Lola, que España se haya convertido en no sé qué particular referencia, donde confluyen todas las desgracias. La respuesta que da la chica al profesor es, más o menos, la misma que en el viejo chiste da Caperucita al Lobo, cuando éste, con voz gutural, le sale al encuentro: – “Hola, Caperucita, ¿adónde vas…?- ¿yo..? ¡pues donde me salga el c…! -¡Ahí va, la p…la niña, el corte que m’a dao…!”. Pero en estos casos el acervo cultural resultaba ileso. Lo peor es cuando se pierde el respeto al profesor o a los padres de una manera consciente, que suele ser la consecuencia inmediata de una mala educación y de un pobre bagaje cultural. Por algo los alemanes y sobre todo los suizos, siguen destinando las mismas partidas económicas de siempre a potenciar el nivel cultural y educativo de sus “petits citoyens”. Es decir, invierten en el futuro, porque deben mantenerse los límites entre la civilización y la “nada existencial”, no vayan a verse tan sorprendidos como Wittgenstein que, influenciado por Tolstoi, fue maestro durante cierto tiempo (1920 – 22) en un pueblecito – Trattenbach – de la Baja Austria, al objeto de rodearse de “honestos y simples campesinos…”, como así aseveraba a su amigo, Bertrand Russell. Al cabo de un año, Wittgenstein le envió la siguiente misiva: “Estoy todavía en Trattenbach, rodeado de odio y bajeza….aquí hay muchos más mediocres e irresponsables que en cualquier otro sitio…en definitiva, he llegado a la conclusión que los hombres de Trattenbach son malvados…”. Como quiera que Russell, para conformarlo, le respondiese que “todos los hombres lo eran”, Wittgenstein le especifica: “Sí, pero los hombres de Trattenbach son particularmente malvados…”
Crucemos los dedos en España. Cuando a Sánchez Dragó, hace varios años, se le ocurrió achacar el estancamiento de Andalucía al voto cautivo, por poco lo crucifican. Algunos no lo bajaban / bajan de nazi. Ya les vale a los turiferarios de San Telmo.
“Contra las olas del mar / luchan brazos varoniles / contra los miasmas sutiles / no hay manera de luchar…”
Hay que darle la vuelta a esto.
Buenos días
La verdad es evidente, pero está muy perseguida. Hay hoy día tantas cortapisas a la libertad de expresión que se diría que estamos en plena dictadura.
Sánchez Dragó, al final, se fue a Castilfrío de los Gatos por estar a salvo de los maledicentes, no puede decir, como Wittgenstein si allí los aldeanos son malos o muy malos, pues casi no hay…Es triste que el librepensamiento tenga como precio la misantropía y el aislamiento.
Gracias, Winspector, eres único!!!
A tenor de lo dicho por Winspector, os envío un artículo de ayer de José Antonio Gómez Marín, es para analizar:
LOS NIÑOS TERRIBLES
Los niños terribles
Llama la atención que en unas sociedades incapaces de prevenir los más atroces abusos sobre los niños haya logrado abrirse paso con fuerza creciente una idea de protección tan radical como la que cualquier rapacillo aprende hoy en la escuela. Es casi habitual ya abrir el periódico y toparse con la noticia de que alguien, los propios padres en primer lugar, se ven en apuros ante la Justicia por haber reprimido, incluso con violencia moderada, la rebeldía de un menor. Una bofetada puede constituir hoy una falta o incluso un crimen penado con trabajos sociales o incluso con cárcel, en ocasiones a instancias del propio menor que tiene a su disposición un teléfono, o incluso de un tercero (un educador, un viandante testigo, cualquiera). Nadie en sus cabales apoyaría la lógica del castigo corporal, por supuesto, pero ya me dirán que hace el padre o a la madre ante situaciones delicadas de rebeldía y hasta de violencia que quiebran sin remedio el orden imprescindible. En Castellón condenaron a una madre por abofetear a la hija empeñada en no lavarse los pies antes de colocarlos sobre la mesa, en Jaén a un ciudadano que hizo lo propio con el niño que acaba de apedrear a su sobrina, en Albacete logró ser absuelta tras muchos rodeos una madre acusada castigar a su hija desobediente e irrespetuosa, en Suecia han detenido a un político italiano que dio un capón al nene en plena calle para frenar un arrebato de furia y en algún lugar de Francia se juzga estos días al propio alcalde que, por reprender a un mozo que tras escalar una valla recién instalada por el Ayuntamiento, se le enfrentó amenazándolo. Se ha convertido ya en habitual que el niño amenace a sus padres con “denunciarlos” telefónicamente si no consigue por completo sus deseos, y yo he visto y oído como un rapacillo de barriada advertía a un alto jefe policial –que le había preguntado por qué no estaba en la escuela a media mañana— de los serios peligros a los que se exponía al reconvenirle dado que él era un menor.
Hemos pasado del abuso patriarcalista a una suerte de anomia en cuyo marco la imprescindible autoridad paterna se ve gravemente amenazada, sobre todo tras la Convención de los Derechos del Niño del 89, sin que a cambio se ofrezca a la familia y a la sociedad algún instrumento compensatorio para mantener el mínimo de disciplina imprescindible en toda convivencia. No me extrañó leer el otro día que una madre desautorizada retara a la propia policía y al juez a educarle su hijo díscolo. En un país donde, en cualquier caso, consta que la mitad de la población defiende la necesidad del sopapo razonable, parece obvio que quedan muchas notas por afinar en ese desconcierto.
P.D: ¿Y?
Desde luego, los que no tienen ninguna culpa, del desastre que es la convivencia hoy día, son los niños y jóvenes.
No os lo vais a creer, había escrito un comentario que me habia costado la vida, y lo he borrado sin querer, siento que me muero!
Me había expresado tan detalladamente para que pudierais conocer lo que pienso…así que ahora haré un breve resumen.
Estoy a favor de la bofetada a tiempo y opino que si muchos padres la hubieran dado no tendríamos unos jóvenes como los que hay: respondones, que no se interesan por nada, sin respeto a los mayores, caprichosos, inmaduros, sin ganas de estudiar…
En cuanto al profesor que siempre es un tema del que hablamos, para mi merece un gran respeto, como la autoridad máxima que hay en clase y una gran admiración por su esfuerzo y paciencia.
Todos los profesores que he conocido tanto en clases como personalmente, son personas que tienen un corazón que no les cabe en el pecho, dispuestos siempre a ayudar a todo alumno.
Respecto a los alumnos(mis compañeros) no puedo decir de todos lo mismo, ya que los hay también buenos, pero los hay respondones, agresivos, vagos e incluso malos. Serían capaz de inventar cualquier cosa por no hacer un trabajo o leerse un libro. Alumnos que se alegran cuando el profesor falta a clase aunque sea por una grave enfermedad, porque solo mira por él. Si fuera el alumno el que tuviera la enfermedad, el profesor habria indagado el asunto hasta quedarse tranquilo de la enfermedad que tiene su pobre alumno.
Por eso e infinitas razones, el profesor para mi siempre va a tener a razon por ser adulto y cualidades que un adolescente no tiene, como ser capaz de distinguir lo correcto de lo no correcto o saber respetar a las demás personas. El profesor siempre tiene la razón antes que un alumno hasta que se demuestre lo contrario.
En este aspecto pienso que la ley ampara mcuho al menor. Demasiado.
¿os podéis creer que mis compañeros no sabían quien era Darwin? Uno se ha aventurado a decir que le sonaba, y otro a decir que fue inventor… la profesora de historia y yo nos hemos quedado a cuadros.
P.D: ahora como una buena adolescente de mi generación me voy del ordenador a la tele a ver gran hermano. ¡es broma! pero os vais a quedar con las ganas de leer mi comentario entero y mi completa ideología sobre el tema, porque esto era el resumen. Que asco de ordenador y de nuevas tecnologías jajaja me voy a leer, aunque según mis amigos, está pasado de moda, será que me tengo que comprar un libro electrónico para poder leer a la moda. Buenas noches!
Haz como yo, Paula, copia siempre tus comentarios con la tecla Ctrl+C y luego, si sale, Captcha, pégalos con CTRL+V. Así no se pierden.
Muchas gracias por tus comentarios y elogios a la profesión docente.
Los alumnos, en fin, son lo que esta sociedad les deja ser. Algunos incluso, más allá de todo, ellos mismos. Tú di que sí, fuera el rebaño, y viva la personalidad.