Para que las cosas existan, hay que creer en ellas, dijo, más o menos, Schopenhauer. Así resultó que mi Rey Mago existía porque nunca dejé de creer en él. Mi rey es el rey Gaspar, el asiático; me tocó en suerte en la infancia, dado que mis dos hermanos mayores se pidieron primero a Baltasar y Melchor, que eran reyes más carismáticos,-blancos o negros, en definitiva -y, por la nula voz y voto que me daba mi condición de hermana pequeña me dejaron al que sobraba; al soseras de Gaspar que a falta de identidad concreta ni siquiera llevaba la cara pintada de amarillo, ni los ojos achinados, ni nada que lo caracterizase. A los Reyes Magos, Gaspar era lo que Fofito a los payasos de la tele, el más singracia y, sin duda, el que me hubiese tocado en gracia de haber hecho reparto familiar de payasos; el desgraciado payaso singracia que retrató Álex de la Iglesia. Es lo que tiene ser la menor, que te quedas con lo que sobra. A mí, por eliminación, me tocó el Rey Gaspar, sin embargo, una vez adjudicado, le tomé mucho cariño, poniéndole más fe que el alcoyano y, por concretarlo, cara de chino. Para evocarlo e invocarlo necesitaba una fisonomía más concreta que esa vaguedad de barbas rojas que salía en la cabalgata del cinco de enero, de modo que lo hice chino y creí tanto en él, año tras año, que, al final no tuvo más remedio que existir y venir a España la víspera de Reyes, cargadito de millones. ¿Era o no era? Mi rey chino Gaspar, por otro nombre, se llamaba Li Keqiang y, como pronostiqué desde que me tocó en la rifa, era el que cortaba el bacalao, por soseras que fuese. Y así ha sido; vino, vio y venció, poniendo el capital en las babuchas de todo el país, mientras Baltasar Obama nos sigue endeudando en Afganistán y Melchor Merkel nos trae carbón y pan y agua, después de los 67 años.
Bien dirán que es inverosímil tomar a Li Keqiang por un rey, siendo viceprimer ministro de un país comunista, pero también lo es que un país comunista salve al capitalismo mundial. Y, en definitiva, comunista o no, en cualquiera de los mundos el que tiene el capital es el rey; que es el que manda, mucho más que los que con real corona ilustran revistas del corazón. Manda en los países y hasta en los corazones. Hasta ayer nuestro benefactor era el mandatario de un régimen cruel que amordaza y encarcela a los compatriotas defensores de los derechos humanos, según vimos en aquel memorable Nobel que le concedieron a una silla. Y en este punto, permítanme un aparte dedicado al más habitual de mis comentaristas, “Mira, Holden, lo de mi Nobel era una broma, pero ahora que tú me has dicho que es inalcanzable y veo que una silla lo recibe, me ha entrado el gusanillo ¿qué tiene una silla que no tenga yo? Lo mismo voy y lo gano sólo para que te chinches”.
Apartes aparte, valga la consecuente reflexión sobre el carácter tornadizo y conveniente de la raza humana; hasta ayer mismo nos lamentábamos de la suerte del Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, disidente del absolutista y abominable gobierno chino, no obstante hoy viene el mandarín mandamás de ese mismo régimen cruel y, por la promesa de aflojar la mosca, le abrimos la casa y el corazón. Y, como en su día, a los americanos, lo saludamos con alegría. Poderoso caballero es Don Dinero y, en sus manos, nos inclinaremos al imperio del sol naciente antes de que cante tres veces el gallo. Cambiamos de hegemonía y ahora el rey sin corona viene de Oriente a derrocar al Tío Sam y los que todavía no aprendimos inglés, tendremos que aprender chino. Qué más da, como dice mi sabio colega Eichelbaum, capitalismo y comunismo no son ya sino la cara de la misma moneda. Muertas las ideologías, la moneda manda. Como siempre.
De otra parte, como únicamente se puede elegir entre lo malo y lo peor, de eso estamos ilustrados los votantes españoles, me alegro de que haya dispuesto algún relevo a tantísimas décadas de imperialismo americano. Si no fuera por el jazz, Abraham Lincoln, el cine de los cincuenta, Woody Allen y Edward Hopper borraría este lugar de la historia. EE.UU. es un país dispar, disparatado, donde se dispara sin ninguna discreción. Por no perjudicar la salud ajena a largo plazo el tabaco anda, desde casi la ley seca prohibidísimo, pero se permite, en cambio, el uso de armas a cualquier majarón que acaba en masa con la biografía del prójimo, al menor barrunto, de repente. Véase la reciente matanza de Arizona y la cara sonriente del culpable, encantado de salir por la tele. Y el discurso del reverendo televisivo dando gracias a Dios por la matanza de “tantos pecadores”. Todo estupendo para que los hermanos Cohen conciban una película y ganen un Oscar, pero nada ejemplarizante para estos pobres súbditos que ya nunca podrán recuperar ese imperio donde nunca se ponía el sol. Volvimos a sentirnos los reyes del mundo con el triunfo en el Mundial, pero nos desmiente de dicha victoria el balón de oro, ahora en manos de Messi ¿Quién le mandó a Colón descubrir América?
P.D: Me complace comunicaros que he quedado finalista en el concurso «Casino obrero de Béjar» con mi relato «Béjar en el corazón», dedicado a Ignacio Martín, un español que como muchos otros tuvo que partir a Argentina a los seís años de edad, cuando aquí apretaba la pobreza. Nunca, sin embargo, dejó de añorar su pueblo y, con esta añoranza suya, escribí la memoria de aquella melancolía. Brindo esta mención a él por la hospitalidad y el gran cariño de que me hizo objeto en mi viaje, las navidades pasadas a Buenos Aires y espero que este relato que narra su historia -y será publicado en breve-alivie su gran corazón y le devuelva, un poco el afecto que también le debe su tan amado país natal.
Buen fin de semana y besos a todos.
Te quiero. Ahora voy a seguir leyendo.
LAMENTABLEMENTE PROFETIZO EL FIN DEL MUNDO…; ¿LOS CAUSANTES?…; PUDIESEN O PUDIERAN SER LOS CHINOS…; O BIEN LOS YANKEES…; PERO CUIDADO…; QUIZAS COMO UNA BROMA MACABRA DEL DESTINO…; EL QUE APRETARA O APRETASE EL BOTON PARA UN EXTERMINIO NUCLEAR MUNDIAL…; NO ME EXTRAÑARIA QUE FUERA O FUESE…; ¡¡¡UN «ARGENTINO»!!!…; EN EL MEJOR DE LOS CASOS…; SI LOS EXTRATERRESTRES VINIERAN O VINIESEN O LLEGARAN O LLEGASEN A EXTERMINARNOS Y LOS CONVENCEMOS DE TERMINAR LA PARTIDA EN UN ESTADIO DE FUTBOL…; ¿QUIEN METERIA EL GOL DE LA VICTORIA?…; ¡¡¡¿¿¿MESSI???!!!…
¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!!…
EXTRATERRESTRES: 0
TERRESTRES: 1
P.D.:ME IMAGINO QUE EN LAS GRADAS ESTARIA SENTADO «HOLDEN» CON UNA VUVUZELA VITOREANDO EL GOL DEL DESTINO…
Princesita, dices, “…borraría este lugar de la historia.”, y hombre, perdóname, pero creo que te has pasado; porque, qué me dices de, qué seríamos sin: Tasunka Witko (Caballo Loco), Benjamin Franklin, Harvard, Berkeley, Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy, Yale, Faulkner, Columbia, Princeton, Elvis, Martin Luther King, Richard Feynman, Stanford, Instituto Tecnológico de Massachussets, Bobby Fischer, Salinger (perdónala papa) o Forrest Gump (¿He olvidado a alguien/algo?). Princesita, que digas eso me ha dolido, ello/as también son mis compatriotas, y sé que ese país hace cosas malas (¿quién no?), pero, créeme, princesita, los imperios no los regalan. Y tampoco creo que allí se dispare más que aquí, solo es cuestión de proporciones. Pero te perdono, porque sabes que no puede hacer otra cosa, Te quiero. Un beso, y gracias.
PD
Ahora ya sabes que, los caballos perdedores son las mejores apuestas: Gaspar. Y, qué decirte de los políticos.
(Recuerdas aquel amigo que interrumpió tu crucigrama aquella tarde: debo sentirme casi como él)
Habrá que tomarse muy en serio a China, si nos deja. Ahora, cada vez que recuerdo el viejo chiste autóctono de los sesenta, que refiere la llegada de un chino (rara avis) a Málaga, que alquila una bicicleta hasta Torremolinos, donde le esperaba un paisano que se sorprendió mucho al verlo llegar, empapado en sudor, y la explicación del amigo: “es que, cada vez que levantaba la cabeza, siempre veía un letrero grande que decía, Leche Colema…” (¡Leshe, Cole-má!) pues me da una cosilla…es que te entraba una mezcla de risa y grima que no veas. Luego estaba el lado malo, de película: el taimado y enigmático Fu Manchú; los revoltosos boxers, de los “55 días en Pekín” – donde, al final, se escuchan algunas notas del himno español – en claro contraste con el silencioso y amabilísimo Hop Sing, cocinero de la serie Bonanza…Tan lejanos todos ellos hoy como la China de entonces.
Sin embargo, el despegue económico de China está descubriendo también la cara amarga del cambio: hay más riqueza, pero mal repartida; se acentúan las desigualdades sociales; se prevé una crisis de recursos y un progresivo deterioro del medio ambiente. En definitiva, el nuevo modelo económico chino refleja como un espejo todas las contradicciones del mundo de hoy. Por lo pronto, ellos han dejado de hacer el primo y tal vez les entre la risa floja (perdón, que esto lo dijo Trillo) y nos señalen a nosotros, los europeos, cada vez que se oiga la frasecita “me han engañado como a un chino…”. Y Gaspar se hartará de reír. No Llamazares, (esto queda fuera de toda malinterpretación, que conste) sino el rey de Lola.
Pero, en el tiempo, también se me quedó grabado un cuento antiquísimo, paradigma de amor filial, de los que comienzan: “Había una vez, en una remota aldea de la milenaria China, un niño huérfano de padre y con la madre postrada, enferma, en la cama. Una fría mañana de invierno, con todo el campo helado y no teniendo nada que llevarle para que comiera, se acercó hasta un lago próximo donde, ante la imposibilidad de poder pescar, se inclinó sobre la capa de agua helada y, sobre ella, lanzó su infantil aliento una vez, dos, cien, mil…hasta que, finalmente, pudo derretir el hielo y sacar dos hermosos peces que llevó, alborozado, a su madre…”. Dicen que aún se suele contar en muchas aldeas chinas.
No bastará Beowulf para detener al dragón chino, como no le sirvieron a Spartacus sus miles de esclavos ante aquel monstruo que, según un antiguo tebeo italiano, le vaticinaba su amigo Thanatos y que acabaria con su sueño, compuesto de “dieci corpi e due teste”. Ma, cos’era…?
Saludos
Bravísimo comentario, Winspector, aunque yo diría que es, más bien, como siempre, otro artículo y mejor que el mío. Las ilustraciones con leyendas me recuerdan al estilo de Miguel.A.Santos Guerra -voy arriesgando, ¿eh?-.
Son los chinos los que nos han engañado, haciéndose pasar por lelos o aquel viejo sistema imperial, según el que un señor bajito de aflautada voz, nos maleducaba en la idea de que pertenecíamos a una etnia superior y no había nada que temer de las pobres razas bárbaras,allá, asalvajadas en la selva o tomando, en el lejano Oriente, flanes del chino Mandarín.
Que los chinos eran pacíficos lo debimos creer por lo de Confucio y nuestra bendita ignorancia, fundada más en las apariencias que en la sapiencia.En fin, esa clase de «confuciones». Y eso que éramos sabios comparados con lo que se deja aprender a las nuevas generaciones. Qué horror. Menos mal que aún nos queda un Winspector en condiciones. Un abrazo.
Lola.
Confucio y Lao Tsé, viejo maestro, en cierta ocasión de la historia mantuvieron una charla, tan improbable como mitológica, acerca de las pautas de comportamiento que el hombre debería seguir para alcanzar, por fin, la Justicia. Tras larga discusión, concluyeron que intentar atraer la Justicia hasta el ámbito humano era como perseguir un fugitivo a golpes de tambor: tarea poco menos que imposible.
Pese al tiempo transcurrido,¿?, no andaban faltos de razón, si consideramos que, prácticamente, todas las acciones liberadoras, todas las revoluciones que se llevaron a cabo en el pasado reciente, no hicieron sino fabricar aún más sólidas cadenas que las que se quisieron romper. China es buen ejemplo de ello, por más que sus líderes hayan repetido hasta la saciedad que, del capitalismo, solamente dejarían entrar el aire, no las moscas; de lo que no van a hablar jamás es de la calidad del aire obtenido, que ya nos lo devuelven ciento por uno.
Claro que USA y su imperio, ese “mélange” de todas las injusticias…Creo que fue JL Coll el que propuso el futuro epitafio en la lápida de Micky Rooney: “Fui pequeño, feo y americano; pero las dos primeras cosas nunca me dieron complejo”.
Pero ya estamos, Lola. Mira que le tengo respeto y admiración a Miguel Ángel Santos Guerra y tú nada; como el que oye llover, vas y me “aproximas” a él, ¡madreeeee, cuando lo cuente en la peña…!
Grazie mille ancora una volta e buonanotte a tutti!
Dice un proverbio chino: «Granito a granito, se mueve una montaña» y creo que esto lo pagamos las cigarras occidentales, frente a las hormigas chinas. Pero no olvidemos que el reparto de la riqueza deja mucho que desear en este país.
Vaya, Winpector, eres más escurridizo que Anacleto y, con más disfraces que el propio Mortadelo -admiradísimos, todos, por cierto-. Pues, si no eres Miguel Ángel, ¿serás el gran Vázquez? Alfonso Vázquez, digo ¿me voy acercando?
De entre los siete sabios, ya me queda Manuel Laza…que me quemo. Fantasma o no, no te esfumes. En este humilde blog, te necesitamos como el vaso, la cerveza.
Un abrazo.
Perdón princesita, pero soy un hombre de detalles y no puedo dejar pasar éste (ni la oportunidad de hablarte): puse una “e” donde quería escribir uno “o” (“… porque sabes que no puedo hacer otra…”), y ya sabes lo peligrosas y traicioneras que son las letras (peores aun que las palabras), capaces de sumir a uno, y sin que apenas te percates, en el más profundo de los infiernos.
Por demás, princesita Lola, pido por favor, que no sea Alfonso Vázquez, cualquier otro, pero el señor Alfonso no.
Un beso, Te quiero.
Holden
Dilo tranquila, Lola. El Gran Vázquez, para mí, es (también) Alfonso Vázquez, ese real pateador de las calles de Málaga, conocedor a fondo de su gente. Historia viva y al día de esta ciudad. De verdad que lo admiro por su tesón en contar las cosas que ocurren, la forma de contarlas; cómo es capaz de sacarle punta a todo, de hacer y formar similitudes con paisajes, objetos u animales (sobre todo estos últimos, cuando los compara con los homínidos de barrio) de otras latitudes. Si fuera cojo (espero que nunca lo sea) le dedicaría el graffiti que hubo un tiempo frente a la antigua Diputación: “mens sana in corpore tullido” (o talludo, depende)
Y no, Lola, que ya pasó una vez y me sentí muy orgulloso de ser confundido ( o kun-fundido, que seguimos en China) con él. Leo a Manuel Laza, me ilustro, soy un “letor del mesmo”. Le dedicaría igual graffiti, pero con alguna variante: “man-zana in corpore zano”. Y aquella metáfora barroca: “plata rubia, en breve lluvia / es temporal de oro cano/ mientras más la plata es rubia / menos oro hace verano”. Compendio de sabiduría e ínclito vástago del Olimpo este D. Manuel.
Pues, como en la canción de Mari Trini, “esa niña sí, no, esa no soy yo”, obviamente, esos “niños”, tampoco. Tranqui, Holden. Habrá que jugárselo a los chinos.
Mas…¿quién dijo disfraces…? Winspector nació en oposición a los Power Rangers, con los que, años atrás, unos diablillos me calentaban la cabeza continuamente: “ ¿tú qué ranger eres? ¿el rojo? ¿el azul…? Y entonces, para llevarles la contraria más que nada, elegí a Winspector, otro héroe “transformer”, oriental (Chine encore) y así poder combatir en igualdad de condiciones. Como siempre que me enfrentaba a ellos tenía que salir huyendo o me daban la del pulpo, creo que la definición que más se adapta al tal Winspector es la de Win(s)pector, es decir, “viento en el pecho”, pulmones resistentes” o así, aunque a mí me suena más como nombre de indígena, sea comanche, arapahoe o seminola… (vaya, no salimos de China cuando ya estamos haciendo el indio)
Ma chè freddo fa, cara Lola. Frío, frío…Y no lo digo porque sea madrugada de enero, jeje. Una vez agotadas todas las opciones identitarias, hay que aplicarse en el trabalenguas: “sotto la banca, la capra campa; sopra la banca, la capra…” ¿…?
Feliz día a todos
¿¿¿Ese trabalenguas??? Precisamente el que, en la bocota de Alberto Sordi, actuando en el corto»Il dentone», entre muchos , desternilló a un grupo de gente que hacía sesión de cine casero. La casa era mía, por tanto, por casualidad, estaba yo y tú ¿No me digas que eres José Miguel. ¿Y te ha dado tiempo además a aprender francés e italiano? Jolín.
Brindo por ti, Lola, por ese nuevo premio. A miles de km, asomada a una calle bordeada de olmos helados. ¡Felicidades!
Gracias, Rosa. A ti te debo este nuevo ímpetu escritor y esa confianza que muchas veces me falta. Si te alegras, ya tiene mayor sentido este nuevo premio. Un abrazo.
Lola.
“Sopra la banca la capra…”¡sigue viva!. Lo he puesto al revés para no cargarme a un pobre animal. Pero bueno, Lola, alma cántaro, ¿yo también estaba? Entonces éramos yo, José Miguel y Lola, siguiendo el orden del chiste canalla. En tanto sigue la “ investigación sobre el transformer Winspector”, mira por dónde, aquí te veo algo liadilla: Lulu lit la lettre lue à Lili et Lola alla à Lille où Lala lie le lilas.
Buenas noches a tod@s.