Sí los ricos también lloran, imagínense los pobres. El estado de pobreza es un estado de pena y, al extremo, de rebelión, de crispación, de cabreo sumo. Si este país nuestro está de los nervios por el paro y el recorte de salarios fijos, del 5 al 15%, imaginemos cómo podrá estar un pueblo al que se le niega del todo el pan y la sal; que pasa hambre en el sentido más literal y fisiológico de la palabra. Y por menor parangón que sea, valga el detalle, ¿de qué negro humor nos ponemos cuando por cualquier razón hemos de saltarnos una comida? Pues elévese eso al 100% de un día y otro y al siguiente. Desde las más primarias revueltas a la Revolución Francesa con mayúsculas, tienen su origen en la “h” de hambre. La “h” de hambre tiene “h” de historia y, mientras que tengamos algo de corazón –y una ortografía decente- no habríamos de hacerla invisible. Lo que reclamaban los pobres saharauis en el campamento del Aaiún era un plato de comida, una vivienda – más o menos digna- y un empleo; lo estrictamente necesario, en fin, para poder solventar esa extrema situación de miseria en la que ahora se ven sumidos. Reivindicaciones todas ellas muy legítimas, pero que incomodaban a Marruecos, por lo que suponía aflojar la mosca. El resto es bastante fácil de suponer -pese a la poca información que el Gobierno marroquí ha permitido que recaben los periodistas, cuya presencia suponía documentar una realidad que no iba, precisamente, a ponerse de su parte-. Pero la realidad es una y, en ella, no caben opiniones, sino sensibilidades.
El Gobierno de Marruecos desmanteló con toda violencia el campamento de Gdeim Izik porque las pretensiones de sus ocupantes les convertían en vecinos molestos, dada la posibilidad de que osaran meter la mano en su codiciado pecunio y, en estas, no estaban dispuestos a compartir ni el pan como hermanos ni el dinero como gitanos –valga la expresión que, sin intención alguna de xenofobia, utilizo porque va al pelo.- Por una simple razón de lógica aplastante cuadra esta versión, que deja en total entredicho a la oficial, según la cual, los marroquíes se limitaron a “defenderse” de unos cuantos terroristas peligrosos que tenían secuestrados al resto. Por lo que sabemos, la pretendida “defensiva marroquí” fue de lleno ofensiva, abarcando en masa incluso a una población civil indefensa que hubo de defenderse con piedras y palos. Si el pueblo saharaui no tiene ni para comer, resulta difícil trasegar con la idea de que pueda disponer de armas para abatir a un país con fuerzas militares de sobra para exterminarlo en un periquete. No perdamos el norte ni las luces; aquí la víctima es el Sahara y el agresor, Marruecos, por más que se siga la cómoda línea de justificar el avasallamiento a otro país o etnia para tergiversarla en misión liberadora como se ha hecho con las respectivas guerras de Irak y Afganistán, donde se nos hizo creer que el móvil era combatir la dictadura sangrienta de Sadam Hussein o los procederes cruentos de los temibles talibanes. Si no fuera por la pena que da, daría risa creer en el peligro que representan estos –ahora según dicen- terroristas saharauis para…nadie. Bastante tiene el pueblo saharaui con lo que tiene para que, además de pobre, tenga que pasar por “diablo”.
No es cierto que el Gobierno español no tenga información suficiente sobre los sucesos acontecidos en el Aaiún para adoptar justas medidas. Lo que ocurre es que, en el juego político internacional, como todos sabemos, lo justo no es lo mismo que lo conveniente. A nivel de intereses –dejemos a otro lado los escrúpulos- conviene mantener mucho más las buenas relaciones con Marruecos, por su envergadura económica y diplomática, que romper la lanza a favor de una etnia misérrima que no tiene nada que ofrecer y sí mucho que pedir. Lo de sentar un pobre a la mesa por un día está bien como esa anécdota que ilustraba la genial película del recién fallecido Berlanga, “Plácido”, pero todos los días ya resulta un abuso.
Lo de siempre; para que exista un primer mundo tiene que haber un tercero y cada cual en su sitio. De ahí, el endurecimiento de los gobiernos europeos en políticas de inmigración y consecuentes deportaciones en masa. De ahí, ese “simpático” videojuego, según el cual, Alicia Croft Sánchez-Camacho, candidata al Parlamento Catalán por el PP, fulminaba con bombillas desde una gaviota a los inmigrantes ilegales. En el fondo, todos sabemos que esos inmigrantes, más que ilegales, lo que son es pobres de campeonato. Y los pobres no le interesan a ningún gobierno, tampoco los saharauis. Sólo a la oposición y como arma arrojadiza y contextual. A nadie se le escapa que, si el PP, que, en este caso habla de Derechos Humanos, mira tú por donde, hubiera estado ahora en el poder, habría hecho exactamente lo mismo; o sea, caso omiso. Otra cosa es que, en las mismas, este gobierno se siga llamando de izquierdas. Prueba de que, ante el poder y los mercados, quien quiere echar cabeza, ha de perder el corazón –y la ideología.- Y en esas estamos.
Pobres saharauis
18
Nov
Espléndido, Lola. Este artículo no tiene desperdicio: lo mejor que se ha publicado sobre el tema en estos dias… Y no, no exagero. Un abrazo.
Qué voy a decir, Lola, mas que siento impotencia, y mucha vergüenza -ajena- por las personas que, según ley, nos representan. Es todo tan extraño a mí. Estoy tan triste esta noche, callada y sembrada de olas, que, y si pudiera volar… Te quiero.
La tragedia del pueblo saharaui no provoca mucho movimiento en España. Si acaso, nos removemos con cierto temor en el cómodo sofá ante las imágenes que nos llegan, gracias al progreso y que, a veces, suelen causar sensaciones parecidas a las que sufre el pescador solitario en alta mar, sobre su frágil embarcación, que se imagina ver cómo de las profundidades va ascendiendo y dibujándose, cada vez más nítido, un monstruo marino y que, unos metros antes de llegar a la superficie, vuelve a descender y a perderse en la oscuridad abisal; pero tiene la certeza que, inevitablemente, alguna vez el leviatán alcanzará su barca. El Sahara Español no pasaría de ser una tragedia (otra más) geográficamente lejana si no existieran los lazos históricos que nos unen. Pero ellos, los saharauis, son el “pobrete molesto” e incómodo para España, país que siempre llegó tarde e incumplió todas sus promesas.
En enero de 1970 dos jóvenes de un instituto de Lille, Francia, se quemaron a lo bonzo. La hipocresía con que sus mayores, gente “comme il faut”, (hombre honrado y trabajador y mujer “chiesa e casa” ) aceptaban el mal necesario les era intolerable, convencidos de que aquellas tragedias, entonces sí, geográficamente lejanas, eran el símbolo del dolor. Símbolos de un mal sin fronteras que, para ellos, tenía el rostro inevitable de la juventud burguesa del rico Occidente. Uno de ellos dejó escrito antes de morir: “rehúso parecerme a vosotros. No soy nada pero, por mi muerte, llegaré a ser todo…” Palabras, como se suele decir, tan antiguas, tan actuales que no dan tregua al espíritu que medita sobre ellas.
Pero los saharauis siguen esperando a Godot, ¿hasta cuándo podrán aguantar?
Otros, aunque tarde, siempre llegaron. Bendita Retórica:
..Calicles : “dícese, Sócrates, que en la mesa y en el combate es donde hay que encontrarse a tiempo”.
Sócrates : “¿venimos entonces, según se dice, a la fiesta y retrasados?”
Buenos días
Pura poesía y sabiduría, Winspector, ¿eres poeta?
Muchas gracias por embellecer y llenar de «luces» este humilde blog y a ti, Rosa, por tu entusiasmo. Este mundo mejora con vuestra presencia. Besos.
ideología y corazón,como que no.ideología como cuadrícula invariable,pues tampoco.la madre patria española,que tiene más de madrastrona que ninguna otra.hace tiempo que los derechos humanos sólo son coartada antipp o carnaza electoral para acríticas criaturas.eso de que otros harían lo mismo o son iguales o se volverán iguales… suena a prejuicios o a planilla o a no le vamos a dar oportunidad a nadie porque como fastidian los que me caen bien no lo hará ningún otro.democracia y sustitución en el poder.sin creerse esa bola de pepiño o de arfonzo (los otros son peores…)ya veremos.si se juega limpio,ya veremos.medio país tiene derecho,también,a tocar bola…veremos.
Si el PP va a arreglar todos los problemas de este pais, y del mundo y hasta la naturaleza humana, bienvenidos sean. Lo mismo le hacen cambiar de opinion hasta Schopenhauer.
Jose Antonio, es usted un optimista.
María Zambrano consideraba la poesía como la respuesta adecuada para ordenar el caos del mundo y hacerlo más amable, transitable, más seguro…al contrario que la filosofía y su carga de preguntas, que proviene del caos, de la desesperación, del vacío cuando la respuesta ya no satisface…Recuerdo que hace mucho tiempo (“¿cómo era, Dios mío, cómo era…?”) una chica joven hablaba y decía tonterías y uno la escuchaba y oía frases inteligentes: a partir de ahí puede nacer un poema. Y también de la incompetencia humana, que se deja de caer no importa donde o, como ahora, en el Sahara.
En la frontera cristiana,
la nieve rosa del Durmitor
saluda a la mañana.
No se despiertan las flores;
el campo, en silencio, aguarda…
¿Qué temes, oh Primavera,
entre el Danubio y el Sava…?
– «Llegan por la madrugada, hermano;
su brillo, a lo lejos,
semeja la estrella del alba;
de cerca, extraños pájaros metálicos,
torvas águilas con destellos
de Guerra de las Galaxias,
que aguijan la fértil tierra, las escuelas
y las fábricas….»
(Un temblor sacude el campo,
un fru – frú de telarañas…)
Adosada en sus alas
destaca en el horizonte – sangre y oro –
la bandera rojigualda
-¿tú también?, ¡oh, madre España..!-
y con uves de victoria, los pilotos
de la Otan hacia su objetivo avanzan…
Mi corazón se rebela…
ya me sumerjo en un río
que arrastra limos de amena isla
y a Garcilaso inspirara…
…Y elevaron gritos de protesta al cielo
(sobre los puentes del Danubio y del Sava)
docenas, cientos, miles…
Sus ojos fueron misiles,
Los pechos, una diana…
(En su peña denegrida
negros buitres se afanaban
devorando con premura
los restos de Yugoslavia)
Me gusta la poesía, Lola, pero no soy poeta al uso. Gracias a ti. Buenas noches
lo que me gustaría es poder cambiar.no sé si optimismo o jartura.cambiar.y no sé quién le da derecho a nadie para ir repartiendo etiquetas(especialmente desde la propiedad de la opinión correcta).podría decirse que a ratos duele ver al peronal hocicar en lo de «los nuestros» y «los otros».
señor Er Jorastero,lo que parece es que el actual psoe y sus gobiernos central y andaluz tienen muy poco margen de mejora.
celebro mucho el poema anterior.una bocanada de aire.
Muchas gracias jose antonio. Saludos.
de nada.a seguir en ello.