Después de la tregua de unidad nacional, que ha supuesto el triunfo en el Mundial, vuelve la fatal disensión civil, la solita polémica que divide al paisanaje en encontradas opiniones y el país se disgrega, como suele, en su habitual desencuentro de pareceres. No, precisamente, por bagatelas tales que el Estatuto Catalán, cuyo contenido, demuestran las encuestas, desconoce hasta el independentista más acérrimo, sino por esos asuntos de mayor gravedad que, en lengua de todos, acostumbran a importarnos en modo masivo. El Debate de la Nación y sus presuntas enjundias pueden esperar, pero lo del pulpo Paul es cuestión de vida o muerte, como demuestra el revuelo que el tal cefalópodo ha levantado por los foros de Internet, donde los unos y los otros debaten con apasionados acentos la suerte que ha de corresponderle al pulpo más carismático de nuestra historia reciente. Tal esta siendo su popularidad -cincuenta mil seguidores en el Facebook- que eclipsa a cualquier otra figura sea de la política o el deporte y destiñe el interés sobre cualquier otro tipo de materia. Entre los polemistas agregados al discutido asunto del pulpo, florece cada tendencia de las corrientes del pensamiento nacional. Hay de todo; ecologistas, sesudos biólogos, oportunistas utilitarios y homínidos ingratos y despiadados que abogan por cocinar, de inmediato, sus tentáculos en la cazuela, proponiendo mil y una recetas del animal, ya sea en salpicón o guiso especiado. Una autentica infamia, dados los loables servicios que ha prestado a la patria el cefalópodo, proporcionando tantos momentos de emoción al tendido y sirviendo de inspiración tanto a columnistas como a comentaristas deportivos. “Paul ha vuelto a preferir el mejillón español. Es que como el mejillón español no hay ninguno”. Decía uno de estos entusiastas susodichos en un alarde de metáfora gruesa que merecía el despido inmediato, no tanto por sexista como por ordinario. Así y todo, la turba de desagradecidos e insensibles van preparando el pimentón para servir a Paul a la gallega como los taurinos que dicen estar “a favor de los toros“, cuando lo que buscan es matarlos, después de una lenta tortura que sirva de materia a la Fiesta Nacional. Como amante de los animales y poeta en otro tiempo, me dan ganas de desempolvar la lira a favor del pulpo Paul para componerle una canción conmovedora al estilo de Atahualpa Yupanqui, creador del tema memorable “Triste destino, el de los caballos argentinos”, donde el propietario de un viejo caballo que le había servido en los mas duros momentos se negaba a venderlo a un oficiante del matadero para que lo convirtiese en mortadela. Aunque tal vez no llegue a ser preciso, ya que parece que, por ahora, van en ventaja la facción de los que abogan por la continuidad biológica del animal, por los meros intereses bajunos, eso sí, de continuar explotando sus dotes adivinatorias para averiguar los valores en bolsa o los resultados de la Primitiva. Por el momento, la compañía aérea Ryan Air lo publicita como elector de sus servicios frente a Iberia -me temo, que sin haberle pagado derechos de imagen-. Se calcula que a Paul le queda medio año de vida y lo suyo seria pagarle una generosa jubilación en las Bahamas o donde quiera que sea el paraíso de los pulpos -los ecologistas dicen que se deprimen en el acuario- pero difícilmente esta ingrata humanidad va a dejar de especular con este filón en cautiverio. De hecho, ya están buscándole sustituto para cuando estire los tentáculos. Gracias a las hazañas de Paul durante este Mundial, hemos llegado a saber muchas cosas sobre los pulpos, como que tienen una inteligencia igual o superior a los primates, por lo cual, hay mucho ciudadano planteándose el adoptar un pulpo como animal de compañía antes que, como antaño, golpear su mente clara para cocerlo. Por el precio de unos cuantos mejillones españoles, está claro que los prefieren, cualquier paisano sabrá a diario su futuro sin necesidad de consultar a la bruja Lola y sus secuaces, que además de equivocarse un montón, cobran una autentica pasta en llamadas.
También, en vista de lo visto, habrá que reinterpretar expresiones como “eres un pulpo” con la cual se calificaba al individuo, amigo del toqueteo abrumador, múltiple e indiscriminado contra cualquier prójima de su agrado. En las actuales circunstancias, llamar pulpo a un varón es tacharlo de sabio y profeta. Gracias a Paul, la idiosincrasia de tocón del cefalópodo pasa a un segundo plano. En cierta ocasión, se me ocurrió tildar de pulpo a un holandés -en el sentido primigenio-. La afirmación tenía su fundamento, pero fue en prensa y el susodicho cogió un cabreo del copón -desde entonces descubrí que me lee más gente de la que dice hacerlo-. En cualquier caso, el cabreo del holandés tuvo carácter premonitorio y lleva a dos conclusiones:
1) Los holandeses no tienen buena opinión de los pulpos. Y viceversa.
2) Los pulpos siempre prefieren a los mejillones españoles.
Al final, todo es biología. Y biografía.
P.D: Durante la semana próxima seguiremos recopilando “Momentos del Mundial” en la entrada de más abajo. Anímate y cuéntanos TU MOMENTO. Buen fin de semana y besos a todos.
2 respuestas a «Triste destino, el del pulpo adivino»
MI VIEJO POTRILLO TORDILLO
En la esquina del potrero
estaba echao mi tordillo,
como esperando a la muerte
pa descansar un ratito.
Las quijadas medio moras
entecau y como un vicio
entre las vistas gastadas
de tiempo, sol y caminos
le enredaban el paisaje
los zumbos del mosquerío.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
Yo andaba emparvando pasto
cuando frenó con gran ruido
un camión lleno de fletes
zainos, ruanos, bayos, pintos
el hombre me ofertó plata
pa llevarse mi tordillo
le dije: no muchas gracias
pa que lo quiere me dijo
si ya no sirve pa nada
y yo le pago ahura mismo
y envés de que muera aquí
que muera en el frigorífico.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
Le di las gracias de nuevo
por no voltiarlo de un chirlo
después atiné a decirle:
Siga nomás su camino
déjelo al flete que muera
la muerte que él ha elegido
en la pampa que él conoce
en su cielo y su camino
ande se acabe el alambre
y empiezan los espinillos
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
No Sienta miedo ni pena
mi viejo potro tordillo que a usted no lo lleva naide
pa’l lao de los frigoríficos me via quedar medio solo
cuando usted se me aiga ido después que lo aiga enterrao via plantar un arbolito
una sombra pa la sombra
del recuerdo de un amigo
será como verlo Siempre
como tenerlo conmigo
en la pampa que él conoce
en su cielo y su camino
ande se acaba el alambre
y empiezan los espinillos.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
.
Letra y musica: Atahualpa Yupanqui
Nota: No he podido encontrar un video del tema por Atahualpa Yupanqui pero les dejo el link para ver y escuchar el tema por Victor Velasquez…
MI VIEJO POTRILLO TORDILLO
En la esquina del potrero
estaba echao mi tordillo,
como esperando a la muerte
pa descansar un ratito.
Las quijadas medio moras
entecau y como un vicio
entre las vistas gastadas
de tiempo, sol y caminos
le enredaban el paisaje
los zumbos del mosquerío.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
Yo andaba emparvando pasto
cuando frenó con gran ruido
un camión lleno de fletes
zainos, ruanos, bayos, pintos
el hombre me ofertó plata
pa llevarse mi tordillo
le dije: no muchas gracias
pa que lo quiere me dijo
si ya no sirve pa nada
y yo le pago ahura mismo
y envés de que muera aquí
que muera en el frigorífico.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
Le di las gracias de nuevo
por no voltiarlo de un chirlo
después atiné a decirle:
Siga nomás su camino
déjelo al flete que muera
la muerte que él ha elegido
en la pampa que él conoce
en su cielo y su camino
ande se acabe el alambre
y empiezan los espinillos
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
No Sienta miedo ni pena
mi viejo potro tordillo que a usted no lo lleva naide
pa’l lao de los frigoríficos me via quedar medio solo
cuando usted se me aiga ido después que lo aiga enterrao via plantar un arbolito
una sombra pa la sombra
del recuerdo de un amigo
será como verlo Siempre
como tenerlo conmigo
en la pampa que él conoce
en su cielo y su camino
ande se acaba el alambre
y empiezan los espinillos.
¡Malaya triste destino
los caballos argentinos!
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Letra y musica: Atahualpa Yupanqui
Nota: No he podido encontrar un video del tema por Atahualpa Yupanqui pero les dejo el link para ver y escuchar el tema por Victor Velasquez…