El turista masoquista

9 Jul

 

Turistas en Abu Simbel
Turistas en Abu Simbel

Después de cumplir con tropecientos meses de duro y estresante trabajo, no hay nada más gratificante, llegadas las vacaciones, que aumentar dicho estrés preparando un relajante viaje. El placer incluye otras opciones como quedarse en esa casa confortable donde apenas uno ha podido poner el pie durante el año laboral para, simplemente, descansar; esto es, levantarse a las tantas de la tarde -si procede- hacerse con deleitosa calma algunos guisotes de muerte, reposando así el castigado estómago de tanta inmundicia de comida pre-cocinada y, acaso, sumergirse en un baño orgásmico de espuma en cierto jacuzzi que a algunas familias les falta tiempo para mostrar a las visitas, aunque también para disfrutarlo alguna vez. Pero no, ese puntillo subconsciente que albergan, sobre todo, las mentalidades judeo-cristianas aflora ante la voz imperativa que, desde el anuncio publicitario, insta a mover de inmediato el culo del dulcísimo nihilismo del mullido sofá bajo la benefactora brisa del aire acondicionado. “Prepare su viaje ya. No valen más excusas”, le espeta autoritaria la firma comercial de alguna agencia de viajes y, pues somos por cuna y educación de natural obediente, nos precipitamos a acatar la orden de abandonar de un salto la poltrona y suscribirse a esa oferta que “usted no puede desaprovechar bajo ningún concepto”. Con los nervios, de nuevo, de punta, ya que el día de partida del viaje chollesco resulta, como suele ocurrir, ser mañana o pasado, te enzarzas en la taquicárdica tarea de montar en unas horas tremendo maletón con todo lujo de detalles por aquello de que el tiempo es imprevisible o que en aquel remoto país o bien no venden nada o, si lo venden, es a precios astronómicos. Para pagar luego el sobrepeso a la compañía aérea de bajo coste –en principio- que te embarcará en esa clase turista donde comenzarás a disfrutar de los inestimables agasajos de tu viaje de placer, dándose el muy probable caso de que, puesto que hay que ofertar el mayor número de plazas por incrementar los beneficios, tengas que plegar, a no ser que seas un gnomo, esas piernas siempre excesivas para tan reducido espacio en la postura del loto. Durante las horas de vuelo, muchísimas si tu natural sumiso te ha llevado a escoger esa inestimable e improrrogable oferta de irte a la Cochinchina que te propone-impone- aquel comercial, llegarás a tocar el cielo con las manos o a quedarte en él, ya que, debido a la falta de espacio y oxígeno, podrás padecer de fatigas, mareos y/o asfixias que incluso desemboquen en una trombo-embolia o paro cardiaco. Por lo demás, si llevas el dinero contado, no se te ocurra tener diarrea, hemos sabido que ciertas compañías bandoleras cobran cada entrada al wáter. No obstante, todo hay que decirlo, se preparan otras modalidades económicas de viajar en avión por que no falten opciones de incomodidad al turista masoquista. Venimos de saber por este mismo diario que Ryanair estudia vender billetes para pasajeros que quieran viajar de pie. Magnífico y para cuándo, ya puestos en esta línea de vuelos de tortura, el super-ofertón para viajeros super-masocas; digamos un asiento de faquir con largos y afilados pinchos que agujereen y hagan sangrar las posaderas con opción a levantarse periódicamente a objeto de colocarse a cuatro patas en el pasillo ante la mirada vejatoria de los demás tripulantes mientras una vociferante y sádica azafata azota las nalgas del susodicho con un buen látigo de siete puntas. Apúntate que todo llega. Aún no llegas a tanto, pero vas por el camino. Lo noto en el tono de tu voz entusiasta cuando me cuentas al teléfono que dejas de inmediato tu grato domicilio para ir a visitar la tierra de los faraones; ofertón siempre en primera línea de agencia durante los tórridos meses de julio y agosto. Super- económico, ya lo creo, pero como método de auto-aniquilación existe otro todavía más efectivo y ahorrativo. Si mal no recuerdo; tirarse por un barranco sale gratis y te priva de la lenta agonía de ir deshidratándote bajo la flama de cincuenta grados en tu vagar por templos y pirámides. O practicar la comunión con el dios Horus bebiendo agua del Nilo para disfrutar, a la vuelta, de una larga y esplendida hepatitis. “No digas que fue un sueño” y abónate a la pesadilla, que es lo suyo en tiempos de asueto y solaz. Olvídate, pues, de los planos placeres de las largas siestas, las buenas pitanzas y el simple disfrutar del transcurrir de los días sin horarios. Renuncia al decadentismo del placer por el placer y practica los tan en boga viajes de riesgo y aventura. Goza, en fin, de buenos madrugones, caminatas que te destrocen los pies, climas inclementes de países bien exóticos donde desmayarse a gusto a base de lipotimias mientras gradúas a todo detalle tu sofisticada cámara fotográfica con el sol feroz mordiéndote la cocorota e insectos descomunales succionan tu dulce sangre hasta la última gota. Pero, advierte, aventurero y- masoquista- turista, que no hace falta ir muy lejos para ser feliz. Todavía puedes quedarte en los Sanfermines y esperar que te arrolle un toro. Bon Voyage.

 

 

2 respuestas a «El turista masoquista»

  1. De manera informática quisiera dejar para que visiten éstos links, en referencia al artículo en cuestión!:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cochinchina

    http://es.wikipedia.org/wiki/Ryanair

    http://es.wikipedia.org/wiki/Masoquismo

    http://es.wikipedia.org/wiki/Horus

    http://es.wikipedia.org/wiki/Sanfermines

    …y de manera infantilista quisera dejarles ésta otro link por si emprendemos un viaje de placer tortuoso alrededor del Mundo y no nos queda otra opción antes de…qué la de cantar alguna de éstas canciones, por si no tenemos religión ó no podemos rezar a algún santo de los viajes como podría ser Cristóbal de Licia (http://es.wikipedia.org/wiki/Crist%C3%B3bal_de_Licia ) qué nos ayude en el azar de nuestros destinos!:

    http://es.geocities.com/ishar20/canciones_para_viajar.htm

    para terminar…y recordando mi adolescencia en Ushuaia y la música qué yo escuchaba por ése entónces, les dejo a los qué quieran escuchar:

    http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=185990334&blogId=467803684

    «El viajar es un placer…»

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