Memento mori

12 Abr

He pronunciado la conferencia de clausura del Primer Congreso Internacional sobre Pedagogía de la muerte que se ha celebrado en la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid los días 2, 3 y 4 de este mes de abril. Organizaban el Congreso los profesores Agustín de la Herrán y Pablo Rodríguez que llevan muchos años investigando sobre esta importante cuestión. Fruto de esas investigaciones es el libro, entre otros, “La muerte y su didáctica. Manual para la Educación Infantil, Primaria y Secundaria”, de Agustín de la Herrán Gascón y Mar Cortina Selva. Se trata de una propuesta laica, compleja e innovadora plasmada en múltiples recursos metodológicos. Con las ponencias del Congreso la editorial inglesa Routledge editará un libro que he tenido el honor de prologar.

Como es habitual en este tipo de eventos, el Congreso acogió conferencias plenarias, mesas redondas y numerosas comunicaciones simultáneas, en inglés y castellano, con la correspondiente traducciónsimultánea al inglés o al español a texto y proyectada en la pantalla (programa IA Akkadu.ai).

. Es una locura estar obsesionados y angustiados por la muerte, pero realizar una negación de ella y vivir como si no existiera es una locura mayor, dice Carlos Cobos en su interesante libro “Los tópicos de la muerte”.

Comencé mi conferencia plateando los problemas que genera el lenguaje en cualquier discurso pedagógico. Porque el lenguaje es como una escalera por la que subimos a la comunicación y a la liberación pero por la que también bajamos a la comprensión y a la liberación. El problema no es que no nos entendamos sino creer que nos entendemos cuando decimos con las mismas palabras cosas muy diferentes e incluso contrarias. El hijo de unos amigos (diez añitos de edad), en una comida familiar en la que hablaban de la muerte del abuelo de uno de sus amigos, dijo muy serio:

  • Desde luego, si me muero, yo no aguanto.

¿Qué idea tiene este niño sobre la muerte? Piensa que morirse es meterse en un ataud, quedarse inmóvil y, pasado un rato, volver a jugar al fútbol. No piensa que la muerte es un fenómeno ineluctable, definitivo, individual, impredecible, único, universal y gratuito (la muerte es gratis, aunque la paguemos con la propia vida, dice  Elfriede Jelinek, premio Nobel de literatura austríaca). La muerte es un proceso natural y universal que ocurre en todos los seres vivos. Basta haber nacido para tener que morir.

Hablé también de la importancia del contexto. No es igual la vivencia de la muerte en México, que en nuestro país. No es igual en tiempos normales que en tiempos de pandemia. No es igual en un pueblo que en una ciudad. Nací en un pueblecito leonés llamado Grajal de Campos. Oía tocar las campanas “a muerto”. Y en su lenguaje decían si el fallecido era un niño, una mujer, o un varón. Al día siguiente todo el pueblo acudía al funeral y acompañaba al cadáver hasta el cementerio para dar el pésame a la familia del fallecido.  Yo, que era monaguillo, vi muchos cadáveres en mi infancia. Hay personas en la ciudad que no tienen presencia de la muerte en muchos años. Alguna vez, quizás, ven pasar un coche fúnebre en la caravana de vehículos que atraviesa una calle.

El progreso de la medicina y el cuidado de la salud han hecho que se retrase en años la esperanza de vida. Además, la muerte se produce hoy con más frecuencia en el Hospital que en la casa. Todo ello hace que la muerte se haya convertido en un tabú. No se habla, no se piensa, no se tiene en cuenta que somos seres mortales. La muerte está fuera de las conversaciones, de las preocupaciones. Vivimos como si fuéramos inmortales. Y también está fuera de la escuela.  Nada hay que decir sobre la muerte, nada hay que reflexionar sobre ella ni sobre el luto que debemos pasar cuando muere un familiar o una mascota especialmente querida. Como si la preparación y la superación de ese fenómeno se pudiese realizar de forma automática.

Propuse algunas estrategias para afrontar con naturalidad y sin dramatismo la muerte propia y la de aquellas personas que nos importan. Entre otras:

  • Es preciso vencer el miedo a la muerte. Del aforismo timor mortis conturbat me (el temor a la muerte me turba) hay que pasar al que dice timor mortis, morte pejor (el temor a la muerte es peor que la muerte misma). Decía Machado: “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, las muerte no es y cuando la muerte es, ya no somos”.
  • Conviene vivir teniendo en cuenta que somos seres mortales. Es un error vivir cono si nunca fuéramos a morir. No tiene mucho sentido ser la persona más rica del cementerio. Alguien ha dicho que si al morir dejamos una gran herencia es que no hemos hecho bien la cuentas.
  • Es aconsejable vivir con la filosofía del carpe diem. Esta filosofía encaja perfectamente con la condición de nuestra finitud. Puesto que no somos eternos aprovechemos el tiempo de forma inteligente, es decir seamos felices y buenas personas.
  • Es importante hacer un proyecto de vida con sentido. Y en él tenemos que incorporar a los otros. Un lema que encarna lo que estoy diciendo sería: ”El mundo es mejor ahora porque yo he estado en él”.
  • Creo que es muy saludable vivir el fenómeno de la muerte con humor. Todo el mundo conoce historias que desdramatizan la presencia de la muerte. Unas anteriores a la muerte, otras relacionadas con el momento del desenlace y algunas con lo que suponemos que vendrá después.

Pondré un ejemplo de cada una de estas tres fases. He  tomado la `primera del libro “Heidegger y un hipopótamo van al cielo. La vida, la muerte y el más allá estudiados con filosofía y mucho humor” (Octaedro), de los filósofos estadounidenses Thomas Mc Cachcart y Daniel Klein. 

Antes de la muerte: un grupo de excombatientes se encuentran en un cementerio para rendir homenaje a sus compañeros fallecidos. Uno le dice a orto que tiene una edad muy elevada: ¿Crees, que dada la edad que tienes y las condiciones en que te encuentras, merece la pena que vayas a casa?

Durante el desenlace: se cuenta que un bético de toda la vida en el trance supremo de la muerte confiesa a sus hijos que quiere hacerse sevillista. La sorpresa y la conmoción de la familia no puede ser mayor, Cuando le piden explicaciones, dice: es que me alegra saber que muera un sevillista.

Después de la muerte: un viudo acude al periódico local para publicar una esquela sobre la muerte de su esposa; le pregunta el director qué texto quiere publicar. Él dice que el más breve posible: Marta muerta. El director le explica que, si lo hace por ahorrar, dos palabras valen igual que cinco. Eso le permite añadir algo más sobre su esposa. Después de unos segundos le dice al director cuáles son esos esas cinco palabras: Marta muerta. Vendo Seat Panda.

  • Es una buena práctica visitar algún cementerio. Ver las lápidas, pasear entre las tumbas, leer los epitafios. Conozco un profesor de filosofía que lleva a sus alumnos todos los años a un cementerio para realizar posteriormente una reflexión sobre la experiencia.
  • Pienso que es interesante escribir sobre las experiencias  relacionadas con la muerte.  Dedico el capítulo 7 de mi libro “Las emociones de la profesión docente” a reflexionar sobre las emociones que me han brindado quienes se fueron mientras recorríamos juntos el camino de la enseñanza.
  • Hay que ayudar a superar el duelo que nuestros alumnos y alumnas viven cuando muere un familiar, un amigo o una mascota. Las tradicionales fases del duelo (negación-rabia-negociación-depresión-aceptación) no siempre se atraviesan de la misma manera, en la misma secuencia o con la misma intensidad. Hay formas patológicas de vivir el duelo.
  • Tenemos que conocer el contenido de la ley de eutanasia. La vida está en nuestras manos. No pertenece a la Iglesia ni al Estado ni a la familia. Corresponde a cada ser humano decidir qué hacer con ella.

Entre las recomendaciones bibliográficas que hice al terminar la conferencia mencioné el libro del médico peruano Elder Huerta titulado “El buen morir. Breve guía para entender y afrontar la muerte”, escrito en 2024 y editado por Planeta. Dice el autor que aprender a morir es una parte de la sabiduría de la vida.

15 respuestas a «Memento mori»

  1. Queridos lectores y lectoras:
    Perdón por la semanita de ausencia.
    Hubo un problema complejo con varios aspectos de las páginas web y de los blogs.
    Creo que ya se puede hacer el comentario en el artículo de la semana.
    Un abrazo y gracias por vuestra paciencia.
    MAS

  2. Estimado Miguel Ángel:

    Muy buenas tardes desde acá Chile.

    Una vez más después de un prolongado silencio, he vuelto a retomar «la pluma» y unirme a este foro que me enriquece inmensurablemente.

    Que excelente propuesta de estrategia planteas, para relacionarnos con la muerte. Me hace total sentido, pues no se puede luchar contra lo inevitable, es cómo querer detener el tiempo, ambas cosas son inexorables, no existe humano alguno que haya tenido alguna experiencia de controlar el tiempo (detenerlo) o evitar la muerte a su pleno antojo.

    Desde mi experiencia, la relación con la muerte ha sido notable y solo así, desde lo vivido, he logrado construir una mirada personal y tranquila, entendiendo cada una de las fases del duelo (negación-rabia-negociación-depresión-aceptación), eso si que no exenta de haberme quedado en alguna de las fases mas de la cuenta.
    Por ejemplo, la muerte de mi madre es un capítulo largo que aun dura, primero porque fui yo quien le diagnóstico y además quien hubo de comunicarle lo duro y el corto plazo que había de vida. Pero si ella no hubiese fallecido, yo no hubiese desarrollado mi resiliencia y desde la aceptación, no hay día de mi vida que no le haga un homenaje, recordándola, ya sea, en sus enseñanzas pedagógicas o de familia. (siempre le brindo tributo en el aula, en mi vida social y personal).
    Sin embargo, otras muertes como la de Luis Palominos Rojas, me sitúan constantemente en la rabia, amigo de barrio, de colegio, de la viuda, de la música, de la política, con una hermana preciosa (como no recordarla), pero él, no sé donde está, forma parte de los detenidos desaparecidos, brutalmente asesinado y víctima de la dictadura de Pinochet. Mi rabia persiste, se agiganta al ver como reverdecen en mi país ideas que nos aproximan a un nuevo episodio de dictaduras y opresión. )yo pude haber sido uno de ellos también.
    En otros casos creo que me relaciono desde la negociación, junto con los 3 meses de sufrimiento de mi madre entre su diagnóstico y muerte, yo conocí e inicié mi romance con mi esposa Nancy (40 años desde entonces), al borde de la cama donde mi madre pasó sus últimos tiempos, mi enamorada, se empapó de la personalidad de mi madre, supo de todas mis aventuras, de mis aciertos y de mis errores, de mis mañas y de mis bondades, yo creo que la vida negoció conmigo, me llevó al ser que me enseño el AMOR y me dejó una persona con la que descubrí otra forma de AMAR.
    La fase de la depresión no ha sido tema con mi personalidad, la he cambiado por ira y rabia, la negación, tal vez tampoco, ya que por la formación en la medicina, lo obliga a uno a estar en constante lucha entre vida y muerte.
    Finalmente comparto plenamente contigo la frase «No quiero ser la persona más rica del cementerio», he abandonado profesiones que me conducían a esa mirada y he optado por ser alguien que cuando muera diga su epitafio «Era la persona que mas Amor intentó entregar por el otro, a través de la docencia desinteresada».
    Respecto a la eutanasia, solo pienso que es mejor «Vida a los años, o años a la Vida»
    Como dice Amado Nervo «!Vida nada me debes!, !Vida estamos en Paz!

    Te saludo como siempre con un abrazo del corazón y siguiendo tu frase, «Educando desde el Corazón»

    Enrique Pérez Hidalgo.

    • Querido Enrique:
      Qué hermoso comentario, mejor que el artículo. Porque aquí esta tu vida.
      Antes de decirte algo sobre él quiero pedirte disculpas porque el blog no ha estado activo esta semana y porque, una vez solucionado el problema, no se podía enviar el comentario al artículo de la semana. Fue un problema que afectó a las 20 cabeceras de prensa ibérica. El tuyo es el primero porque vi dónde residía el problema.
      Me ha emocionado tu experiencia: la muerte de tu madre, la muerte de tu amigo, tu forma de vivir el duelo.
      Generosamente, amablemente, sinceramente compartes con nosotros vivencias que te han marcado.
      Eso que nos brindas no son solo ideas, no es solo el fruto del pensamiento. Ahí está tu corazón.
      Ahí está también el nacimiento ¡y la historia maravillosa del AMOR DE TU VIDA, nacido a la vera del lecho de muerete de tu madre.
      Gracias, querido amigo, por tanta riqueza.
      Si mal no recuerdo tengo pendiente la contestación a un correo que me enviaste. Un correo de gran interés. Hablaremos sobre ello.
      La causa del retraso es que tenia un viaje programado a Chile en la última semana de marzo, viaje que se ha retrasado no sé hasta cuándo. Pensaba haber hablado contigo si se hubiera realizado en la fecha programada.
      Te envío un gran abrazo con la speranza de verte pronto.
      MAS

  3. Excelente artículo.
    NADIE. ABSOLUTAMENTE NADIE PUEDE SENTIRSE FUERA DE ESTA CUESTIÓN.
    Por el simple hecho de estar vivos estamos abocados a la muerte.
    Es una cuestión importante que nos interpela a todos y a todas.
    También interpela a la institución escolar.
    No puede guardar silencio sobre esta cuestión.

    • Querida María:
      Espero que los problemas que hemos tenido esta semana con el blog no te hayan incordiado mucho.
      El fenómeno de la muerte afecta a todos los seres humanos, pero es un poco tabú; no se habla, no se piensa, no se hace nada…
      Espero que te hayan interesado los libros que se han citado en el artículo.
      Es necesario seguir reflexionando sobre esta cuestión no solo por la propia muerte sino por afrontar de buena forma la muerte de los seres queridos y de las mascotas.
      Gracias por leer y por escribir.
      MÁS

  4. Este tema es tabú.
    No se habla de la muerte.
    Se diría que vivimos como si fuéramos inmortales.
    PERO NO LO SOMOS.
    Ni nosotros ni nuestros seres queridos ni nuestras mascotas.
    Hay que hacer algo al respecto.

    • Querida Silvia:
      De acuerdo contigo.
      Hay que hacer algo: cada uno tiene que afrontar la propia muerte y aprender a superar el duelo por la muerte de los seres queridos y de las mascotas.
      La escuela también tiene que incorporar en el currículum esta cuestión porque hasta ahora guarda un inquietante silencio.
      No se puede vivir dos veces. Hay que hacer bien las cosas. La vida es una obra de teatro que no admite ensayos.
      Gacias por leerme y por escribir.
      MÁS

  5. He ido al diccionario para saber lo que significa el título del artículo. Acuérdate de que tienes que morir, recuerda que vas a morir…
    Cuántas cosas se dicen en solo dos palabras.
    Una gran verdad, frecuentemente olvidada.
    Agradezco mucho tus palabras para poner sobre el tapete una exigencia del curriculum escolar.

    • Querida Teresa:
      Gracias por dedicar un tiempo a la lectura del artículo. Sé que hay muchas que hacer y que leer.
      Y gracias por el comentario y por su contenido.
      Creo que se trata de preparar con la vida el buen morir.
      Y l¡ escuela no puede estar de espaldas a este compromiso curricular.
      Besos.
      MÁS

  6. Querido Miguel Ángel:
    Aunque desde niños sabemos que la muerte existe y que algún día nos alcanzará es muy distinta la vivència que se tiene de ella a lo largo del tiempo.
    De niño, existe para otros ; de adolescente, creo que ni existe; de joven, se ve como cosa lejana, como algo que puede ocurrir; si se llega a los sesenta años ya se siente uno afortunado de que no le haya atrapado; y si se llega a la jubilación y se progresa por ella, se piensa que uno se puede encontrar con ella en cualquier momento. Ahi estoy yo.
    Solo he dicho mi proceso mental, que creo que es el de la mayoría, aunque pensando lo que hace gran parte de los seres humanos se diría que creemos que eso es cosa de otros.
    Hacemos muchas cosas en la vida, pero un día todo se deshace. Es la ley, pero es triste. El mito del Paraíso Terrenal nos lo explica muy bien.
    Ante lo inevitable, no vale cocear contra el aguijón, es mejor prepararse mentalmente y aceptar, y, como cuentas, llevar hasta eso con humor.
    Les seres que dejan huella en la vida nunca mueren del todo.
    Conclusión: vive a tope porque eso se acaba y ama las cosas que dan vida.
    Un gran abrazo, hombre vital, y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Ya se ha normalizado la situación. Qué semanita de llamadas y de espera.
      En la conferencia de Madrid hice referencia a un texto que tú recordarás.
      Pensé buscar el libro donde leíamos aquellas aterradoras palabras, pero lo encontré en internet.
      Cuando mis manos…
      Cuando mis pies…
      Cuando mis labios…
      y cada párrafo acaba con la exclamación: Jesús misericordioso tened compasión de mí…
      Se echaban las manos a la cabeza.
      Era una forma no de prepararse sino de infundir terror.
      No sé si recuerdas. Imagino quer sí.
      Rezábamos esa oración de rodillas en la capilla de Tuy.
      Este tema se las trae.. Y nos interpela a todos, sin excepción alguna.
      He leído mucho para preparar la conferencia.
      Parece que les pareció interesante.
      Habrá que potenciar el carpe diem.

  7. Importante tema. Nos afecta a todos los seres humanos.
    Vivimos como si no fuéramos a morir.
    Y como si nuestros seres queridos fueran inmortales.
    Es un asunto decisivo.
    Y la escuela tiene que estar en la tarea.

    • Estimado Juan A:
      Sí, vivimos como si fuéramos inmortales. No es muy racional. Porque el hecho de que nos espera la muerta es innegable.
      Acumular riqueza y malvivir para conseguirlo es un error garrafal. No habrá otra oportunidad. Esto no es un ensayo.
      Sería buenio hacer un proyecto de vida que de sentido a nuestro paso por la tierra.
      Gracias.
      Un abrazo.
      MÁS

  8. Me ha sorprendido que se haya celebrado un Congreso Internacional sobre ese tema tan peculiar.
    No sabía que la investigación sobre la didáctica de la muerte tuviera ya tantos años de a dentro y fuera de España.
    El artículo me ha hecho pensase como padre y como educador. También me ha interpelado a mí, sobre mi propia realidad.

    • Querida Teresa:
      Hola de nuevo. Ya veo que el tema te ha llamado la atención.
      Hay ya acumulado un importante desarrollo de investigaciones y de experiencias sobre esta temática.
      Hubo muchas comunicaciones simultáneas sobre investigaciones muy interesantes.
      El profesor De la Herrán me dijo que había dirigido ya varias tesis doctorales sobre el tema
      Besos y feliz Semana Santa.
      MÁS

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