”Mi corazón de traidor” (Anagrama, 2012) es el título de un magnífico libro de Rian Malan, periodista, documentalista y compositor sudafricano en el que se pregunta por el sentido de su lucha en la causa de los negros.
Rian Malan, amigo de negros, activista anti-apartheid, se consideraba a sí mismo un «blanco justo», al margen de los pecados de sus antepasados, hasta que comenzó a trabajar como reportero de sucesos para un periódico de Johannesburgo, y descubrió que en otro país su tarea hubiera sido informar sobre delitos comunes, pero en Sudáfrica cubría el frente de una guerra civil no declarada. Malan escribe sobre el horror de Sudáfrica aceptando el horror escondido en su propio corazón, en su corazón de traidor.
Yo me pregunto algo parecido cuando tomo partido en la guerra de los sexos. Una guerra que, según Spengler, ”existe desde que hay sexos, una guerra silenciosa, amarga, sin cuartel”. ¿Qué hace un hombre, me pregunto, defendiendo la causa de las mujeres? ¿Es que no saben defenderse solas de la opresión, de la injusticia, de la discriminación? ¿Es legítimo que quienes hemos permanecido durante siglos oprimiendo queramos desplegar ahora la bandera de la liberación? Lo más lógico ante esta posición de algunos hombres es que las mujeres manifiesten recelo, desconfianza y, a veces, indignación.
No hay que esperar a que se celebre el Día Internacional de la Mujer, que hoy conmemoramos, para pensar hablar y actuar sobre los problemas que la igualdad entre hombres y mujeres. Que no son pocos. Hay quien piensa que el problema no existe. Ahí está Vox defendiendo con un descaro inconcebible que no existe la violencia de género, a pesar de las evidencias clamorosas y horribles que cada día corrompen nuestra convivencia. Hay quien entiende, lamentable y erróneamente, que ya está todo hecho porque las leyes sobre igualdad son claras y contundentes. Pero, como dice Michel Crozier en el título de uno de sus libros, “No se cambia la sociedad por decreto”. Porque la ley no transforma las concepciones y las actitudes de las personas.
Lo cual no quiere decir que esas leyes no sean necesarias. Leyes de las que se burla nuestra ultraderecha, calificándolas de inútiles, porque siguen existiendo muertes de mujeres, violaciones y acciones violentas. ¿Se han preguntado cómo sería la realidad si no hubieran existido esas leyes?
La protagonista de la liberación de la mujer es la mujer. Entre otras razones porque la liberación es una tarea de quien se libera, no de quien libera. No hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza los esquemas del opresor. Y si la mujer no evoluciona de poco sirve la acción externa. La libertad concedida solo produce transformaciones superficiales. La libertad conquistada llega a las esferas más profundas.
¿Por qué los hombres tenemos que estar en esta lucha? ¿Por qué tenemos que ser feministas? Porque, en primer lugar, los hombres tenemos mucho que pensar y muchísimo que cambiar. Lo acabamos de ver en estos meses con los dolorosos y lamentables casos de Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. Hombres convencidos de la causa, que la han defendido públicamente. Llevamos muchos siglos de malos aprendizajes, de costumbres discriminatorias, de prácticas machistas, de lenguaje sexista, de religiones androcéntricas… Esos comportamientos detestables les sirven a Vox y al PP para atacar a la izquierda, pero no les llevan a replantear sus teorías negacionistas.
En segundo lugar porque la cuestión nos afecta de forma directa y persistente en las relaciones personales, laborales y sociales. Buena parte de nuestra vida tiene que ver con la comunicación entre sexos. Una relación que debe ser sana, respetuosa, justa, igualitaria, equilibrada para que se produzca una convivencia feliz.
En tercer lugar porque la coeducación, que es el camino, es una tarea de todos y de todas. En las familias, en las escuelas, en la sociedad, hombres y mujeres tenemos el compromiso de formar en la igualdad a los alumnos y a las alumnas, a los hijos y a las hijas. Porque todavía queda mucha discriminación en las expectativas, en las oportunidades, en las relaciones, en los trabajos, en los juegos, en la elección de carrera, en las tareas. domésticas, en la remuneración del trabajo, en la sexualidad, en la moral, en la publicidad… En todo, porque el androcentrismo se cuela por las rendijas más recónditas.
Y más si se tiene en cuenta que nadie puede garantizar que los logros conseguidos no se pierdan. De hecho, cuando veo comportamientos de algunos jóvenes y de algunas jóvenes de hoy pienso que se ha producido un retroceso. Baste ver el entusiasmo con el que se cantan y bailan letras de canciones rabiosamente sexistas o cómo los celos y los controles de los novios crecen como los hongos…
El avance del feminismo encuentra hoy algunas trabas que quiero plantear, aunque con la brevedad que exige el espacio del que dispongo.
Primera. La ola ultraderechista que nos invade se muestra beligerante contra la “ideología de género”: lo dice Milei en Buenos Aires, Trump en EE.UU., Orban en Hungría, Meloni en Italia, Abascal en España… Son fuerzas que están remando en la dirección opuesta al avance de la igualdad. Existe una perversa alianza entre el poder y el dinero. Y ese matrimonio oscuro tiene fuerza para llegar a través de las redes a las mentes. ¿Si no hay violencia de género por qué habría que luchar contra ella?
Segunda. Existe una trampa sibilina que se suele enunciar con la etiqueta de “el mito de la excepción”. Si una mujer ha podido llegar a la cumbre (en la política, en la ciencia, en la literatura, en la academia, en el ejército)… todas pueden llegar. Pues no. El problema está en que no existe igualdad de oportunidades.
Tercera. La discriminación adquiere formas cada vez más sutiles. Por eso hacen falta mecanismos más elaborados para detectarlas. Y actitudes más comprometidas para superarlas. Dice Alejandro Dumas que las cadenas del matrimonio son tan pesadas que hacen falta dos personas para arrastrarlas y, a veces, tres. Pero, ¿Por qué se considera al adúltero una persona afortunada y a la esposa adúltera una mujer libertina? En esa diferencia está la calve de la discriminación. Cuentan que un rey tuvo noticia de que había en el reino un individuo que se parecía extraordinariamente a él. Curioso, e incluso, inquieto, hizo llamar a palacio a quien decían que era su vivo retrato. Cuando le tuvo en su presencia quedó asombrado de su parecido y decidió invitarle a comer. Al finalizar la comida el rey pregunta a su invitado:
-¿Sabe usted si, por esos años, su madre sirvió en palacio?
- No. majestad, quien sirvió en palacio durante aquellos años fue mi padre.
El baldón estaba precisamente ahí, en el deshonor de la reina, no en la hombría del monarca. Historias de este tipo demuestran que no hay una moral equivalente, que no existe igualdad, Afortunadamente las cosas están cambiando. Lentamente. Dificultosamente. Pero queda mucho camino por recorrer
Cuarta. Cuando se alcanza un objetivo feminista, suelen aparecer algunos problemas colaterales. Pondré un ejemplo. Cuando se consiguió romper la reclusión de la mujer al ámbito doméstico y comenzó a trabajar fuera de la casa, se encontró con que en la nueva situación tenía que hacer frente a dos trabajos, el de fuera de la casa y el de dentro. Hace tiempo vi una viñeta en la que se encuentra el marido sentado en un sillón de la casa con su maletín de empresario a los pies. La mujer está entrando a la casa con un maletín parecido en la mano. Y él pregunta:
- ¿Qué hay para cenar?
Por otra parte, hay quien cree que cuando los dos trabajan da igual que la mujer gane más o tenga mejor posición. Pero la cultura sigue imponiendo patrones de comportamiento y actitudes machistas. Detrás de cada mujer empresaria con éxito hay todavía en muchas ocasiones un hombre…mosqueado.
El hombre ha de revisar sus concepciones, sus actitudes y sus comportamientos sexistas. Debe respetar a las mujeres con quienes se relaciona. Ha de compartir con ellas derechos y deberes, dolores y alegrías. Ha de permanecer sobrecogido y admirado hacia la insondable psicología de la compañera de su vida. Lo dice con hermosas e inquietantes palabras Eduardo Galeano: “He dormido al lado de una mujer, he dormido al borde un abismo”.
Buenas Miguel Ángel!
Lo primero agradecerte en el alma el detalle de generosidad que tuviste la semana pasada en tu artículo. Gema se emocionó mucho… y yo, también. Si te soy sincero, no comenté nada por pudor y por duda razonable…, y si has comido con más gente en el Adarve de Frigilina? Nosotros? …se le a ido la olla?
A veces, los regalos inesperados de la vida, pensamos que no son para nosotros.
Ahora, confirmado el regalo, te damos las gracias por tu generosidad. Llevamos en el alma lo que ambas familias compartimos, Cor unum!
También gracias por tu paciencia. Haces un regalo….y de respuesta, el silencio, Qué desagradecidos! Pero no te enfadas. Otra muestra de amistad sincera que aprendemos.
Sabes que nuestro cariño es sincero, eres nuestro hermano mayor! Y no de Semana Santa.
Como esta semana habrá doblete de comentarios, por mí parte me despido con un simple «palabro» del corazón PerdonGraciasTequeremosApañao!si es QUE éstas pa-comerte.
Abrazos y Mil besos Carla MAS!
Querido Miguel:
Es la amistad. No Hace falta ninguna muestra de gratitud. Aquel encuentro fue hermoso no solo por el lugar. Fuer hermoso principalmente por los comensales. Y por su capacidad de escucha y comprensión. Soy yo quien más agradeció aquel encuentro.
La referencia no fue fruto de la generosidad, como dices, sino del afecto. Sé bien cómo sois.
Ya veo que esta semana tengo ración de amistad por parida doble.
Acabo de ver en el periódico que el artículo es lo más leído de la sección de Opinión.
Ahí está vuestra lectura matutina.
GRACIAS.
Devolución multiplicada de abrazos de Carla y míos.
MÁS
Querido y precioso Miguel Ángel, necesitamos que los hombres hagáis una revisión profunda de vuestra actitud y postura frente a esta situación, necesitamos un activismo con un discurso crítico hacia vosotros mismos, sin apropiarse del discurso feminista. Es muy importante, más aún esta época, en la que tantos frentes intentan borrar y ridiculizar la agenda feminista, que vosotros los hombres giréis la mirada hacia lo masculino, os reviséis y de manera sincera propongáis vuestro camino y cambio hacia unas relaciones justas, respetuosas y en igualdad con las mujeres.
Igual de importante considero leer y escuchar a mujeres sabias feministas del pasado y del presente, para así entender y actuar más acertadamente. Por desgracia, muchas personas buenas y comprometidas, creen tener una buena base por leer un solo libro, asistír a alguna charla o seguir en redes a golpe de frase a activistas feministas, todo esto es un complemento, pero sin formación nos costará mucho más llegar a una sociedad más justa y en igualdad para niñas y niños. Yo misma me di cuenta pasados unos años, y gracias a mujeres feministas intelectuales.
Gracias por este artículo, sigamos trabajando incansablemente, con mucha esperanza y alegría por la igualdad.
Por cierto, en la lectura del sábado pasado me emocioné tanto al leer Frigiliana que no pude evitar las lágrimas, ya se que queda cursi, pero fue una emoción que no pude contener. Y sí, gracias a todas las amigas y amigos que nos sostienen en los momentos difíciles y nos acompañan en los alegres, o que simplemente sabemos que están aún sin poder darles un abrazo.
Deseandito estoy de darte un abrazo largo con besos sonoros.
Besos y abrazos también para nuestra querida Carla.
Nos vemos prontico amigo!!
Querida Gema:
Cuando vi tu nombre supuse que eras tú, dado el tema y la fecha. Pero cuando vi el adjetivo «precioso» con el que me calificas ya no tuve dudas.
Gracias por tus reflexiones, que comparto plenamente. Los hombres tenemos mucha tarea feminista por delante. Y tenemos muchos deberes de aprendizaje que mujeres sabias nos ofrecen con una autoridad innegable. He leído y tenemos que seguir leyendo a mujeres como Amparo, Amelia, Elena…, con cuya amistad me honro.
La referencia a nuestro encuentro en Frigiliana me salió sin mucho pensar cuando repasé momentos hermosos de amistad.
Que paséis un DÍA feliz, un DÍA tan especial como este.
GRACIAS POR SER Y POR ESTAR.
Muchos besos de Carlita y míos.
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Querido Miguel Ángel:
Hoy, día de la mujer, lo inicias con el hombre defendiendo a la mujer. Cierto que la primera que debe defender sus derechos es la mujer conculcados por otras mujeres y por muchos hombres.
Todo lo que se haga por la igualdad está muy bien, aunque pueda parecer que no se avanza y que sigue habiendo violencia sobre las mujeres, pero qué sería si nada se hiciera?
En este terreno sí que entra de pleno la EDUCACION. Quien ha sido educado en el respeto y la igualdad desde niño crea en el una barrera difícil de saltar, y al revés, por eso la educación es clave en este sentido, como en tantos otros de la vida.
Este es un buen día para que los hombres y mujeres nos palpemos la ropa para ver lo qué hacemos en este sentido.
La humanidad avanzamos, retrocedemos, caemos, nos levantamos, lo importante es seguir luchando para corregir las lacras sociales y ponernos todos en el lugar que nos corresponde, que es el respeto y la igualdad.
Gracias por tus artículos, libros, conferencias que contribuyen a hacernos mejores personas.
Un gran abrazo y saludos a todos.
QUERIDO JOAQUÍN:
Nosotros pertenecemos a una generación que conoció muy bien el androcentrismo. Lo explica muy bien Amelia Valcárcel, feminista de nuestra generación, en su libro «Rebeldes».
Además, nosotros estuvimos en una institución que era y sigue siendo machista hasta la médula. Seguir manteniendo que las mujeres, por el hecho de ser mujeres, no pueden acceder al poder en la Iglesia resulta una discriminación intolerable.
Creo que hemos avanzado muchos en los últimos tiempos.Muchísimo.
Pro cuando veo toda la violencia que sigue existiendo creo que nos queda muchísimo camino por recorrer.
Por otra parte, me preocupan algunas señales de retroceso. Se lo digo algunas veces a mi hija Carla: ¿no te subleva escuchar las letras de las canciones de esos cantantes puertorriqueños que tratan a la mujer como un objeto? Y me dice que no está de acuerdo con esas letras pero que las canciones son muy bonitas.
Gracias por tus elogiosas palabras.
Te mando un enorme abrazo.
MÁS
“COEDUCAR EN LA ESCUELA”
Por una educación no sexista y liberadora Editado por Grupo Cultural Zero 1984
Miguel Ángel Santos Guerra
“EL DINOSAURIO”
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí
Augusto Monterroso
Un fuerte abrazo, maestro.
Tu siempre amigo
Luis Eugenio Utrilla
Querido Luis Eugenio:
Infinitas gracias por emparejar mi libro con el cuento breve más famoso de la historia.
Que curioso. Ayer mismo me topé con el cuento de Monterroso, en uno de sus libros. Estoy preparando un libro que se titulará La Caja mágica: historias para la mente y el corazón.
Mi libro Coeducar en la escuela. Por una enseñanza no sexista y liberadora tuvo el inconveniente de publicarse en la editorial Zero Zyx que cerró el mismo año de la publicación. Por eso tuvo una sola edición.
Creo que es un hermoso relato de una experiencia muy interesante ya que era un proyecto DE TODA LA INSTITUCIÓN. Podría haber ayudado a muchas escuelas.
Un fuerte abrazo.
MÁS
Querido Maestro:
«Una se vuelve feminista con su propia historia.»
Hoy es un día especial, los recuerdos se agolpan en mi mente, por las grandes mujeres que me antecedieron.
Un homenaje dirigido hacia el cielo, primero para mí abuela, mi gran referente. Mujer analfabeta, pero adelantada a su tiempo, con grandes visiones de futuro, con un corazón generoso y lleno de esperanzas puestas en mí. Me llenó la mente de ilusiones y proyectó en mí, su deseo de que lo mejor del mundo sería estudiar.
!Y así fue, así lo hice!
Y a mí madre, que me cuesta mucho trabajo definirla.
Una mujer trabajadora, que se enamoró de un hombre equivocado, maltratador e inhumano. Fruto de esa relación, nací yo, en unos tiempos difíciles y sin ningún recurso económico.
Tuvo que salir del pueblo a buscar trabajo para alimentarme, porque mi padre no se quería hacer cargo.
Sufrió lo inimaginable, maltrato físico y psicológico, situaciones que yo vivía también en mis propias carnes.
Y me pregunto?
Qué tengo yo que celebrar en este día?
!Qué soy el fruto de las situaciones angustiosas vividas!
!No me he considerado, ni quiero ser víctima! Me considero más bien una incansable superviviente.
Qué día a día va superando las injusticias, que cree y defienden los valores de la igualdad, que desea que el mundo cambie y las relaciones humanas sean amables y duraderas, que desea que no se discrimine por raza o color, que lucha siempre por la verdad y los derechos de la humanidad.
Y uno de mis principios fundamentales para salir adelante, es quererme, porque he sentido mi vida vacía de amor y carente de muchos afectos.
Y es inexplicable, cómo ante tantas desilusiones y tanta adversidad , cómo puedo tener tan grande mi corazón?
Hoy celebro que estoy viva y que intento sobrellevar y sanar toda esa carga de sufrimiento.
!Deseo en este día,felicidad para todas las mujeres del mundo!
!Y ya sin más, me despido, con un gran abrazo!
! Qué paséis una leve semana!
Muchos besos.
Querida Loly:
Tenemos que celebrar el, avance del feminismo porque es la mayor revolución de la historia.
Pero tú también puedes celebrar la presencia en tu vida de esas dos mujeres extraordinarias de las que has hablado algunas veces en este blog.
Y también tu propia historia de mujer, que ha salido a flote de graves daños causados por el patriarcado.
Es un día importante para las mujeres y también para los hombres, que tenemos que aprender a ser feministas.
Todavía nos quedan muchos 8 de marzo hasta conseguir la igualdad.
Besos y gracias.
Feliz semana también para ti como siempre nos deseas.
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