La paz no es solo la ausencia de conflicto bélico. No hay paz sin justicia ni libertad. El hecho de que callen los cañones, de que se detengan los carros de combate y de que no vuelen los misiles no significa que se haya conseguido la paz.
Pero, claro, claro, la primera exigencia para construir la paz es que acabe o que no se inicie esa irracional forma de afrontar los conflictos que es la guerra. Tiene razón aquel bando que cause más muertos y más destrucción en el adversario. Es un planteamiento falso, estúpido y cruel. Sería más racional que los dos líderes enfrentados se batieran en duelo a espada o arma de fuego o que se jugasen la causa al ajedrez. El que sobreviva gana. El que consiga el jaque mate se queda con el botín.
Hay guerras y guerras. Ninguna santa. Ninguna justa. Ninguna racional. Todas son guerras malditas. En Ucrania no hay dos países en conflicto. Hay un presidente megalómano que invade un territorio y que pretende anexionarlo por la fuerza cueste lo que cueste, contra todas las leyes internacionales. Muertos de uno y otro lado, gasto armamentístico enorme, destrucción de bienes y aniquilación del país invadido. ¿En nombre de qué causa o de qué dios se sacrifica la vida de los niños y de las niñas que mueren en la guerra? ¿Cuándo terminarán los daños psicológicos? La guerra también daña a quienes somos testigos y aprendices de esta forma de resolver los conflictos.
Tres años ya desde el inicio de esta barbarie. Cuesta creer que el género humano, que ha vivido una larguísima secuencia de guerras horribles, no haya entendido todavía que ese no es el camino para solucionar los conflictos.
La negociación que Putin y Trump están urdiendo (ese es el verbo) para alcanzar la paz en Ucrania es una forma de violencia suprema. Los dos tiranos excluyen a Ucrania y a la Unión Europea de la mesa de negociación e imponen las condiciones a quien ha padecido tres años una invasión injusta que ha causado más de trecientos mil muertos y una devastación atroz. Los terrenos conquistados por Putin serán de Rusia, se prohíbe a Ucrania ingresar en la OTAN, se obliga a un país libre a realizar elecciones (en plena guerra) y Estados Unidos podrá hacerse con materiales ucranianos que necesita para su industria. ¿Se alcanzará así la paz? No. Se cambiará una guerra por otra. Trump califica a Zelenski de dictador y le culpa de las víctimas que ha producido la invasión. El mundo al revés.
El presidente americano pretende acabar también con el genocidio de Gaza expulsando a todos los habitantes de la franja para instalar allí un resort de lujo donde quienes tienen dinero puedan disfrutar a sus anchas mientras los expulsados es pudren en la miseria. ¿Es la forma de alcanzar la paz? Ese autoproclamado pacificador nos dice ahora que la tercera guerra mundial está próxima.
Nos exigen los magnates aumentar el presupuesto para defensa. Si todos los Ministerios son de Defensa, ¿quién ataca? Se trata de una medida que alimenta el grave error que contiene la máxima latina “si vis pacem, para bellum”. No. Si quieres la paz, prepárate para la paz, educa para la paz
Si los grandes triunfadores del sistema educativo que son quienes han llegado más alto en la escala social de un país, declaran guerras injustas, invaden otros países, resuelven los conflictos por la fuerza y no son capaces de luchar de forma eficaz contra el hambre, la miseria, la ignorancia, la injusticia, la desigualdad y la dominación, ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo?
Existen dos días destinados a conmemorar la conquista de la paz en el mundo. Dos días con los que se pretende avivar en la ciudadanía el compromiso de alcanzar la paz en el mundo, en cada país del mundo, en cada rincón del mundo. El primero señala el problema. El segundo apunta a la solución.
El Día Internacional de la Paz o Día Mundial de la Paz se conmemora anualmente el 21 de septiembre desde 1982 y fue aprobado el 30 de noviembre de 1981 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El Día Escolar de la Paz y de la No Violencia se celebra el 30 de enero, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y fue establecido en conmemoración del asesinato del líder social Mahatma Gandhi, dirigente de la lucha de independencia de la India.
En ese día, las escuelas realizan actividades relacionadas con la paz, con la no violencia, con la solución de conflictos, con la solidaridad, con la convivencia. Conseguir un modelo de escuela en el que una convivencia pacífica sea una realidad es el objetivo principal de las acciones de Educación para la paz. Es necesaria la participación de toda la comunidad educativa en la puesta en marcha de iniciativas que sirvan para hacer de los centros de enseñanza espacios de convivencia basados en la cultura de paz,
Educar para la paz es propiciar el desarrollo de habilidades y la adquisición de herramientas que permitan a las personas y a los pueblos convivir de forma pacífica, o lo que es lo mismo, vivir sin violencia. Este proceso lleva implícita la asimilación de valores como la justicia social, la igualdad, la cooperación, la solidaridad, el respeto y la autonomía.
Una manera efectiva, por tanto, de llegar a ser ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el cambio social y la construcción de la paz, es lapromoción y el desarrollo de un sistema educativo que institucionalice la Educación para la Paz en la vida de los centros escolares.
La Educación para la Paz implica cultivar valores como la justicia, la cooperación, la solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la toma de decisiones, entre otros; conlleva cuestionar los valores contrarios a la cultura de la paz, como la discriminación, la intolerancia, la indiferencia, entre otros.
Sean bienvenidas todas las experiencias que sensibilizan, que trabajan, que educan para la paz. Conozco dos a las que estoy vinculado.
La Red Andaluza «Escuela: Espacio de Paz» es una red de centros interesados en compartir iniciativas, recursos y experiencias para la mejora de la convivencia escolar y la difusión de la Cultura de Paz, contrayendo un compromiso de profundización en aspectos concretos de su Plan de Convivencia. La normativa que regula el funcionamiento de la Red pone el acento en la cultura de la solidaridad y en la necesidad de visibilizar las buenas prácticas desarrolladas en los centros y en la voluntad de trabajar en red compartiendo propuestas, estrategias y recursos con toda la comunidad educativa. Cómo no recordar aquí a mi querido y admirado amigo José Antonio Binaburo que, durante años coordinó, inspiró y dinamizó esta experiencia.
Me honro también de la colaboración estrecha que mantengo con El Movimiento Asturiano por la Paz (MASPAZ) que se constituye en Asturias en 1991 como una organización no gubernamental sin fines de lucro, a fin de servir de manera independiente a la promoción y difusión de la paz. Entre sus fines está defender e impulsar los principios constitucionales relativos a la libertad, solidaridad, tolerancia e igualdad y, en especial, aquellos que conciernen a los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, difundir la cultura asociativa y participativa, y prestar servicios a cuantos colectivos se encuentren marginados en la sociedad.
Mi compañero y amigo Jesús R. Jares, catedrático de la Universidad de Vigo falleció hace algunos años a causa de un cáncer fulminante. Era un apasionado de la educación para la paz. Ahí están sus excelentes libros sobre el tema. “Educación y conflicto”, “Educación y derechos humanos”, “Educación para la paz”… El sembró muchas semillas de paz. Seguro que florecerán y darán frutos. Era un hombre de paz. Un hombre para la paz. Con él participé en el XV Encuentro Gallego de Educadores para la paz. No hay vez que piense en esta cuestión que no le recuerde con afecto y admiración.
Francesc Torralba publicó en el año 2014 (Editorial Milenio) un pequeño y jugoso libro titulado “La paz”. En él se dice: “La violencia, sobre todo en los países retrasados no se ataja predicando la paz sino con medidas sociales y económicas concretas que erradiquen la miseria y fomenten el desarrollo integral de personas y pueblos”. Cuánta razón. Cuánta urgencia.
Eh, eh, no señor, eso sí que no. Estaría bien que te lo agenciaras para Málaga, pero Vigo no. Tengamos la fiesta en paz, que allí ya tienen demasiadas luces.
El texto de hoy me ha hecho recordar, y mucho. Y también me ha entristecido por distintos motivos.
Hace poquito tratabas el tema de la muerte. A todos nos va a tocar. Pero es que lo de las guerras es un cáncer evitable. Después de estudiar durante nuestro periplo escolar todas las guerras importantes que se fueron produciendo en las distintas civilizaciones y época más cercana, uno pensaba que entre países más desarrollados eso no volvería a pasar, conociendo todo el desastre y desolación que conllevan. Pues nada, no hemos aprendido nada.
Madre mía, qué jefazos hemos elegido o se han eregido como abanderados de nuestro futuro. Increíble.
Un abrazo y saludos a todo el barrio. Madre mía, qué tiempos.
QUERIDO JOSÉ ANTONIO:
Estoy asombrado y asustado por lo que está pasando en el mundo. Es como hubiéramos perdido el sentido común y hubiéramos enloquecido.
Ese matrimonio oscuro entre el poder y el dinero que han elegido los americanos me parece un delirio. Y ya hablan de un tercer mandato de Trump del todo anticonstitucional.
No admitir a Zelenski en las negociaciones es un caso de tal atropello e indecencia que no se puede explicar.
¿A dónde nos van a llevar?
Las escenas de la motosierra son un desprecio a la ciudadanía que no tiene límites.
Me pregunto una y otra vez por lo que hacemos en las escuelas.
No he entendido lo que me dices de la localización Málaga/Vigo. A ver si caigo.
Te mando un gran abrazo y ya sabes que me alegraría verte por aquí más a menudo.
Un abrazo.
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Buenas Miguel Ángel!
Cuánta necesidad de cambiar el paradigma en nuestras sociedades violentas. Nos encanta el viaje en todos tus artículos «del mundo a la escuela y de la escuela al mundo.» El mundo necesita de educación y la educación necesita mundo y vida en sus cuatro paredes. Aprender a convivir, es una prioridad educativa!! Por ley, tanto o más importante que matemáticas y literatura….pero la urgencia del temario, las notas, Seneca ..etc se comen la prioridad educativa de la Convivencia. Hace unos días, un compañero quiso realizar una charla de la «desbandá» que pasaba por su centro. El jefe de estudios intentó prohibirla, pero menos mal que existe la santa indiferencia y la programación y no cumplió con la orden arbitraria de jefatura de estudio. Incluso para la paz hay que navegar contracorriente.
Mil gracias por tu artículo y por tu manera de ser, porque no solo en Asturias, sino en todos los sitios donde estás y vas, eres MAS-PAZ!!
Gracias!!
Mil besos y abrazos de parte de Gema y míos,para ti y para Carla.
Queridos, inolvidables y admirados amigos almerienses:
Qué bonito lo de MAS-PAZ. Se lo contaré a Noemí porque sé que le hará mucha ilusión.
Estoy conmocionado por lo que está pasando en el mundo.
El atropello de Putin/Trump sobre Ucrania es una miseria inconmensurable. Horroriza ver cómo pretende repartirse el pastel desde las cumbres del poder.
¿Qué está pasando?
Milei y Musk jugando con la motosierra…
Musk ayudando a la ultraderecha alemana…
Abascal alabando a Trump y despreciando a Sánchez. Meloni gobernando Italia, Orban gobernando Hungría…
El oscuro matrimonio del poder y el dinero en EE-UU…
Qué necesaria es la escuela.
No veo otra salida.
Un enorme abrazo.
Sabéis cuánto os quiero.
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Hola Miguel Ángel.
No haces justicia a tus apellidos, nada de santo (desde el punto de vista religioso) nada de guerra (siempre estás por la paz), aunque no dejas de ser un guerrero para denunciar semanalmente todo lo que consideras denunciable y criticable.
Ninguna guerra aporta nada positivo, ni siquiera para el bando ganador, solo sacan réditos de ella unos pocos que aprovechan para enriquecerse a consta de las muertes y penurias de la gran mayoría.
El sistema educativo no falla, tal y como tú indicas, porque los grandes triunfadores del mismo, los que han llegado más alto en la escala social de un país, son los que declaran las guerras. A mi juicio el sistema educativo fracasa porque, precisamente, los que llegan a las escalas sociales más altas no son los mejor preparados, educados y formados. Si así fuere «otro gallo cantaría». Los que llegan a lo más alto suelen ser gente despiadada y sin escrúpulos, aquel o aquella que no tiene reparo en pisar a otros para dejarlos atrás y avanzar. Gente que predica unos valores que no practica. Lo vemos cotidianamente, no solo en nuestro país sino en el mundo entero…
Pero que se declaren guerras no es solo cuestión del sistema educativo existen muchos otros condicionantes muy potentes que van contra la paz. Si ponemos la televisión podremos ver que la mayoría de las series o películas van sobre violencia o guerra. Los telediarios hablan de guerras y sucesos principalmente. Las tertulias televisivas o radiofónicas están cargadas de tensión y rivalidad donde no impera la empatía precisamente. Nuestros políticos se dicen de todo a voces, sin respeto alguno… Los ciudadanos votan a políticos que declaran guerras…
El sistema educativo seguramente fracasa por muchos motivos, pero en el tema de la paz quizás sea uno en donde se esté sembrando arroz en medio del desierto. No por falta de mano de obra ni de arroz, sino por falta de agua…
El mundo es muy complejo y mientras el sistema educativo no funcione y lleve a los realmente mejores a los puestos altos de los gobierno para buscar la paz ¿qué haces? ¿Aumentar los gastos en defensa? ¿Defenderte como los ucranianos? ¿Poner la otra mejilla? ¿Dejarte que los poderosos hagan lo que quieran? La utopía es que todo el planeta viva en paz, la realidad es bien distinta…
Un abrazo «guerrero de la utopía». Tú siempre seguirás echando estrellas al océano…
Querido Juan Carlos:
Gracias, ante todo, por tus generosas palabras.
Qué importante tu comentario. Y cuántas verdades encierra.
Cuesta creer la deriva que estamos emprendiendo.
Efectivamente, cuesta creer que el tirano ruso y el tirano americano hayan sido elegidos para que gobiernen el mundo.
Tengo la sensación de que hemos perdido el norte como colectivo humano.
La orgía ultraderechista está imponiendo unas reglas devastadoras para los más pobres, para los más débiles, para los más vulnerables…
La impudicia las exhibe por redes y medios de comunicación.
Una vez más pienso que la solución está en las escuelas.
Un gran abrazo, querido amigo.
Y gracias por lo que siempre aportas.
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Querido Miguel Ángel:
Después de leer tu artículo sólo puedo decir, así es.
Estos dirigentes extraños, que el pueblo ha elegido, me cuesta mucho creer que son unos inconscientes los electores, acaso no buscan la paz, la conservación de la naturaleza, el bien de sus ciudadanos?
Pues creo que no porque Trump bien decía lo que iba a hacer. Prácticamente todos en Estados Unidos son emigrantes. Parece ser que los indios debieran expulsar a todos. Me da risa si no fuese el asunto tan serio.
Resulta que tenemos que gastar cantidades ingentes de dinero para armarnos hasta los dientes porque el «enemigo» lo hace. Eso se hace, según dicen, para la paz. Hemos pensado qué se hará con tanta arma de muerte? Habrá que darles salida, no?
Si quieres la paz desármate para que no puedas hacer la guerra y dedica ese dinero para dar felicidad a la gente.
Ahora resulta que zelenski es el culpable de que Rusia invadiera su país. Claro, según Trump es culpable porque no le dio a Putin lo que quería. El mundo al revés.
No creo que Hamas matase a ningún niño cogido como rehén, de lo que sí estoy seguro es que Netanyahu ha matado a unos cuantos miles.
Las guerras son el mayor atentado y fracaso de la inteligencia humana, nos pone por debajo de las fieras.
Sí, solo la educación puede acabar con tantas lacras que nos azotan a los humanos, o quizás no tiene remedio la diversidad humana?
Un gran abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.
Querido Joaquín:
El negocio armamentístico no es solución sino la causa de muchas guerras. ¿Qué hacer con tantas armas? Hay que darles salida- Tiene que haber guerras.
Me alegra que nuestro país esté el último de Europa en gastos de Defensa. Que el dinero se destine a educación, a dependencia, a sanidad, a carreteras…
¿Qué lógica insensata es esta que nos arma hasta los dientes para luego matarnos unos a otros?
No sé qué locura está recorriendo el mundo.
Mañana, domingo, la ultraderecha alemana intentará acceder al poder. ¿Cómo puede ese pueblo impulsar el fanatismo después de todo lo vivido con el nazismo?
Hasta allí ha ido Elon Musk a animar a la ultraderecha.
Y hasta EE.UU. ha ido Abascal a rendirle tributo a Trump mientras despotrica del presidente de su país. Valiente patriota.
Gracias, amigo, por enviar l comentario.
Y por haberte dedicado un tiempecito a leer el artículo.
Un gran abrazo.
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