El joven y la estrella de mar

15 Feb

Situados los docentes ante los problemas gravísimos que aquejan nuestro mundo, corremos el riesgo de desalentarnos al ver la escasa incidencia que nuestra tarea supone para un cambio global significativo.

Cuando nos asomamos a la pantalla de la televisión y vemos las escenas escalofriantes de la guerra en la franja de Gaza, en Ucrania y en ottos países del mundo, comprobamos la escasa relevancia que tiene nuestra tarea para conseguir el alto el fuego y una paz justa.

Cuando vemos a la ultraderecha reuniéndose en Madrid y se nos abren las carnes al pensar que puede gobernar en diferentes países del mundo, incluido el nuestro y que ya están gobernando en Italia, en Hungría, en Argentina, en EE.UU… pensamos en la insignificancia de nuestra tarea para resistir a esta oleada de fascismo.

Cuando contamos las víctimas de mujeres asesinadas a manos de sus parejas, las innumerables violaciones, los abusos, los desprecios, la discriminación, la violencia machista… podemos pensar, desalentados, que nuestro trabajo no tiene posibilidad alguna de acabar con tanta injusticia y tanta crueldad.

Cuando vemos con estupefacción los millones de niños y niñas que mueren de hambre, de frío, de abandono a lo largo y ancho del mundo podemos concluir que nuestro trabajo no tiene la más mínima posibilidad de acabar con tanta miseria, con tato dolor.

Cuando nos enteramos de masacres que ocurren en escuelas del mundo en las que mueren niños y niñas y personas inocentes, nos preguntamos por la eficacia de nuestro trabajo.

Cuando vemos que los ciudadanos y ciudadanas de muchos países eligen para que les gobiernen a políticos homófobos, xenófobos, racistas, misóginos, corruptos y fascistas nos interrogamos sobre el evidente fracaso del sistema educativo.

Cuando nos alarma la contaminación ambiental, el cambio climático y el deterioro progresivo del planeta mientras los negacionistas ganan terreno de manera inquietante cuestionamos los logros de la tarea docente.

Y así podríamos seguir enumerando los infinitos males que aquejan a nuestros semejantes en todo el mundo: el trabajo infantil, la creciente desigualdad, la extrema pobreza, las enfermedades tropicales ascendentes, la falta de acceso de muchos millones de seres humanos a servicios básicos de salud y educación, la pandemia VIH/SIDA, el cambio climático y su impacto en la seguridad alimentaria…

¿Qué podemos hacer desde nuestra pequeña palestra del aula y de la escuela? Respecto a esta posible sensación de impotencia, pesimismo y desaliento quiero plantear dos consideraciones. La primera tiene como base una historia que deseo compartir con mis lectores y lectoras. Una historia cuya moraleja se desprende fácilmente de la lectura.

Había una vez un sabio que solía ir a la playa a escribir. Tenía la costumbre de caminar por la playa antes de comenzar su trabajo.

Un día, mientras caminaba junto al mar, observó una figura humana que se movía como un bailarín. Se sonrió al pensar en alguien bailando para saludar el día. Apresuró el paso, se acercó y vio que se trataba de un joven y que no bailaba, sino que se agachaba para recoger algo y suavemente lanzarlo al mar. A medida que se acercaba saludó:

– Buenos días joven, ¿Qué estás haciendo?

El joven hizo una pausa, se dio vuelta y respondió:

– Arrojo estrellas de mar al océano, señor.

– ¿Por qué arrojas estrellas de mar al océano?, dijo el sabio.

El joven respondió:

– Anoche la tormenta dejó miles de estrellas en la playa, hoy hay sol fuerte y la marea está bajando, si no las arrojo al mar, morirán.

– Pero joven, replicó el sabio, ¿no te das cuenta de que hay cientos de kilómetros de playa y miles de estrellas de mar? ¿Realmente piensas que tu esfuerzo tiene
sentido?

El joven escuchó respetuosamente, luego se agachó, recogió otra estrella de mar, la arrojó al agua y luego le dijo:

– Para esta, sí tuvo sentido.

La respuesta sorprendió al hombre. Se sintió molesto, no supo qué contestar y regresó a su cabaña a escribir.


                   Durante todo el día, mientras escribía, la imagen de aquel joven lo perseguía. Intentó ignorarlo, pero no pudo. Finalmente al caer la tarde se dio cuenta que a él, el científico, a él, el sabio, se le había escapado la naturaleza esencial de la acción de aquel joven. Él había elegido no ser un mero observador en el Universo y dejar que pasara ante sus ojos. Había decidido participar activamente y dejar su huella en él. Se sintió avergonzado y esa noche se fue a dormir preocupado…

A la mañana siguiente se levantó sabiendo que debía hacer algo. Se vistió, fue a la playa, encontró al joven y pasó el resto de la mañana arrojando estrellas de mar al océano. Nada puedo hacer para solucionar las penas del mundo, pero puedo hacer mucho para colaborar en el pedacito de mundo que me toca…

Hablaba más arriba de dos consideraciones frente al aparente determinismo que tanto desalienta. La primera se refiere a ese grupo de niños o de jóvenes a los que entregamos al mar de la vida honesta, comprometida y solidaria. La segunda tiene que ver con la superación de una concepción individualista de la lucha por una sociedad mejor.

Es cierto que entre el sabio y el joven van a poder devolver al mar un pequeño número de estrellas, pero bien podemos pensar que todas las personas que están en la playa se pongan a tirar al mar algunas estrellas. Y muchas otras personas que vengan de cerca y de lejos.

Se pierde, a veces, la perspectiva maravillosa del efecto multiplicador que supone la solidaridad, la estrategia inteligente y estructural de la bondad. Es importante lo que cada uno hace., pero no debemos olvidar que podemos ser millones y millones de personas las que salvemos las estrellas de mar de todas las playas del mundo.  Hasta que no quede ni una sola fuera. Es decir, que podemos concienciarnos, podemos pasar a la acción de forma organizada. Es otro punto de vista que preside el optimismo y que genera nuevas dosis esperanza.

No cabe la menor duda de que hemos avanzado aunque estemos a miles de kilómetros de la meta, aunque a veces avancemos en zigzag, aunque a veces nos detengamos. Una meta que, por cierto, coincide con la utopía. Pero ya se sabe que la utopía sirve para que vayamos avanzando hacia el horizonte, como decía sabiamente Eduardo Galeano. Hemos superado la esclavitud, hemos acabado con el apartheid, hemos conseguido logros impresionantes en el feminismo, hemos reducido la mortalidad infantil, hemos alargado el promedio de años de vida, hemos dejado atrás la pandemia, hemos encontrado el remedido para muchas enfermedades, hemos mejorado la calidad de vida de millones de seres humanos…

¿Cómo se ha conseguido todo esto? Con la lucha de individuos aislados, de familias esforzadas, de grupos comprometidos, de movimientos sociales, del trabajo en las escuelas y universidades, de la intervención de políticos progresistas, de naciones enteras que se han rebelado contra el statu quo. Lo explican muy bien José Antonio Marina y María de la Válgoma en su estupendo libro “La lucha por la dignidad”. Un libro que comienza hablando de los horrores de las guerras y acaba reconociendo el valor de la esperanza e invitándonos a todos a formar parte de la lucha por la transformación.

¿Cómo estaría el mundo si no hubieran existido las escuelas? Vemos con desaliento los terribles males que existen, pero una buena parte de lo conseguido ha sido el fruto del trabajo bien hecho en los sistemas educativos del mundo.

Hay, pues, en este artículo, una doble dimensión. La tarea benéfica de cada docente en el aula con su grupo de alumnos y alumnas y la repercusión estructural de los sistemas educativos de todos los países del mundo. Es decir la eficacia de lo que genéricamente llamamos escuela. Traté de explicarlo en mi libro “El Arca de Noé: la escuela salva del diluvio”, publicado por la Universidad de Guadalajara y el ITESO de México. El libro se estructura en cuatro capítulos: el primero se refiere al océano proceloso de la cultura neoliberal y el avance de los fascismos. El segundo  trata de la tarea salvífica de la escuela que, en la metáfora, es el Arca de Noé. En el tercero reflexiono sobre la valerosa tripulación que maneja el Arca, sobre su preparación, selección y condiciones de trabajo. En el cuarto analizo lo que supone el arte de la navegación que es la tarea de educar. El Arca nos salvará del diluvio de la ignorancia, de la insolidaridad y del fascismo.

20 respuestas a «El joven y la estrella de mar»

  1. Muy buenas Miguel Ángel!
    El joven de la playa de la cala del moral ya no es tan joven pero sigue siendo una estrella!!
    Felicidades por el artículo y Felicidades por lo merecido de Ceapa!! Cuanta Felicidad-das!
    Sin tu permiso (no podía) facilité tu teléfono, jeje. Ya veo que te han llamado. Nos lo tienes que contar que no sabemos los detalles.
    Ya sabes que estamos en tu club del optimismo, la Esperanza, el compromiso social y educativo. Como dijo el joven » Para esta estrella, Si tuvo sentido» además y por ello, nos concede sentido a lo que hacemos y
    a toda nuestra Vida. Con perdón de los Cactus, los seres humanos no podemos aspirar a vegetar un pinchos.
    Gracias por sembrar optimismo en la lucha.
    Mil abrazos a CarlxMas!!

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Es un privilegio tener lectores y comentaristas como vosotros. Comprometidos, puntuales, ingeniosos, positivos y afectuosos. ¿Quién da más?
      Ya va siendo hora del abrazo.
      La situación está siendo cada día más inquietante. El matrimonio oscuro entre el poder y el dinero en EE.UU es para no dormir.
      La paz que están urdiendo los tiranos al margen de las víctimas es para desalentarse. ¿Qué hacemos von la educación para la paz?
      Por eso este artículo.
      Es necesario mantener el compromiso a toda costa. Hoy más que nunca.
      Gracias por estar ahí SIEMPRE.
      Un abrazo enorme de los dos para los cuatro.
      MÁS

  2. Lo más duro (y a la vez más satisfactorio) de la profesión docente es asumir que el horizonte, sea cual sea en cada caso, nunca será alcanzable, porque siempre estará en la utopía del más allá.
    Sigo tirando estrellas de mar para que sigan en dirección a su horizonte.
    Gracias.

    • Querido Rufino:
      Sé de tu compromiso incansable con las estrellas que están y que están lejos.
      Qué tiempos nos han tocado vivir.
      Me espanta esa alianza del poder y del dinero en Estados Unidos. Y en Madrid la ultraderecha del mundo.
      No podemos dejar que las estrellas mueran en la playa del fascismo.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  3. Me parece interesante cómo destacas el efecto multiplicador de la bondad y la educación, pero me pregunto: ¿cómo podríamos potenciar aún más esa concienciación colectiva en un mundo donde también existen fuerzas que generan desinformación y desmotivación? ¿Cuáles serían las estrategias más efectivas para lograr que más personas se sumen activamente a esa lucha por la dignidad y la justicia?

    • Querida Lidia:
      Preguntas fundamentales.
      Creo que la respuesta tenemos que buscarla en la educación por dos motivos:
      a. Porque la educación enseña a pensar (no qué pensar, sino a pensar). La clave ewstá en que las personas sepan discernir, sepan analizar, sepan parar, como dice Freire, de una mentalidad ingenua a una mentalidad crítica.
      b. Porque la educación está impregnada de ética, ce solidaridad, de compasión hacia los que sufren.
      Es una lucha lenta y profunda, pero eficaz.
      Muchos besos.
      Muchas gracias.
      MAS

  4. Querido Miguel Ángel:
    Hermoso y optimista artículo. Al leerlo mis sensaciones cambiaron. Antes de la historia nos mostraste los horrores, lo pesimista y las crueldades del mundo. Leyendo hasta ahí se le cae a uno el alma a los pies y se siente nada ante tanta maldad; después de la historia haces un canto al optimismo, a los muchos logros que se han conseguido a través del tiempo. Se siente uno animado a continuar luchando por un mundo mejor.
    No todo es malo en el mundo. La DANA en Valencia nos demostró le gran solidaridad del pueblo sencillo. Todo un ejemplo.
    Acabamos de ver el acto terrible de Munich . Es eso lo que queremos votando a esos extremistas que consideran delincuentes a los emigrantes? Los emigrantes son gente que huyen de la maldad y miseria y vienen con la esperanza de encontrar un trabajo, de vivir mejor.
    Viendo la ola de fascismo que parece que va engullendo todo, me pregunto, estaré equivocado? Pero no, quien siembra odio y dolor, ese es el que está equivocado.
    La salvación está en la buena educación, en valores humanos. Trabajo lento, pero eficaz.
    Un gran abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Qué tiempos tan convulsos.
      El matrimonio oscuro entre el poder y el dinero en EE.UU. es para echarse a temblar.
      Tenemos que pensar que el humilde David de la educación podrá hacer frente al Goliat de la tiranía y la codicia.
      Resulta estremecedor ver a los dos tiranos imponer las condiciones del fin de la guerra sin que se siente en la mesa de negociación el invadido, la víctima, el más débil.
      Los territorios conquistados serán del invasor, Ucrania no podrá entrar en la OTAN, EE.UU se puede apropiar de los materiales que hay en tierra ucraniana . Pero, ¿qué burla es esta?
      GRACIAS, QUERIDO AMIGO, POR TU COMENTARIO, SIEMPRE SENSIBLE Y SENSATO.
      Un abrazo.
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  5. Querido Maestro:
    Me ha encantado el relato de las estrellas de mar.
    Estando tan cerca del día del amor, me he enamorado de todo lo que expresa ese precioso relato.
    Está claro que no podemos con nuestras poquitas fuerzas, salvar al mundo; pero si podemos hacerlo más humano, más dulce, más empatíco.
    Cuando actúas con amor, todo se engrandece,se ennoblece, se hace más posible y más cercano.
    !No tengo otra cosa, que amor en mi corazón! Yo creo que esto debía de ser una asignatura pendiente en todos los centros escolares.
    !Conseguir que los alumnos estén llenos de este bendito bien!
    Y así poquito a poco conseguiremos que está sociedad mejore en sus formas de hacer y pensar.
    !Porque después de todo lo que estoy pasando, nada ni nadie, oscurezera mi alma!
    !Así que, os deseo que el puro amor llene vuestros corazones!
    ! Qué la semana os sea feliz y leve!
    Y ya sin más me despido con un gran abrazo para todos.
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Es un hermoso relato, claro que sí. No podemos salvar todas las estrellas de mar pero, lejos de ser un motivo de desaliento, es un motivo de optimismo. Para esas estrellas de mar que el joven devuelve al mar es muy importante la actitud del joven.
      Como tú dices, podemos tratar de hacer felices a las personas que nos rodean.Esas personas podrán recibir nuestro afecto y nuestra ayuda.
      Gracias por tu bondad.
      Be4sois.
      Feliz semana también para ti.
      MAS

  6. Se agradece esta ráfaga de optimismo ante una situación tan complicada, tan difícil, tan amenazadora.
    Corremos el peligro del desaliento, de la desesperanza. Por eso es saludable leer la historia del joven y la estrella de mar.
    Pero no queda ahí la reflexión optimista. También se habla de la repercusión de la acción de tantos millones de personas que luchan por la solidaridad.
    Gracias por el artículo.

    • Queridas Mercedes:
      Gracias a ti por haber leído y por haber hecho tuyas estas reflexiones. En realidad es lo que persigo con estos artículos.
      No es fácil mantener el compromiso si pensamos que estamos solos en el empeño de devolver las estrellas al mar. Hay mucha gente en el mundo que trabajan por ayudar a los demás, por la solidaridad, por mejorar la vida en común.
      Me alegra saber que has leído el artículo desde esa perspectiva.
      Besos y gracias.
      MÁS

  7. Buen día desde México, estimado Dr.
    La historia del niño y las estrellas de mar me encanta. Hace unos días le hacía alución a ella en uno de mis comentarios a sus escritos en esta plataforma cuando usted habló sobre el colibrí que mojaba sus alas para apagar un incendio. Que emotivas historias y tan llenas de significado.
    Cada vez que tengo oportunidad me gusta contar la historia a la cual hace alusión en este escrito. Es muy motivadora y retadora. Cada quien puede hacer la diferencia en cada aula, en cada estudiante y si sumamos podemos alcanzar a muchos, pero muchos más….
    Tenemos que convencer a muchos maestros y personas de cualquier oficio, para hacer la diferencia, pero para hacerlo, primero tenemos que convencernos a nosotros mismos.
    Hace muchos años, cuando estudiaba en la Escuela Normal, para ser docente, un de mis maestros nos contó una historia personal de éxito que vivió con sus estudiantes de primaria y hace unos meses tuve la oportunidad de coincidir con él en una capacitación y en una de sus participaciones, contó de nuevo esa historia de éxito de hace más de 30 años. A los docentes que estaban en el curso les llenó de motivación lo que el maestro hizo, pero a mí me asaltaron otras ideas, viendo desde otra perspectiva lo que estaba ocurriendo. Quienes escuchaban por primera vez la historia de éxito del maestro aplaudian su audacia, su ingenio, pero para los que ya habíamos escuchado su historia y sabíamos el tiempo que había transcurrido desde que esto pasó, podríamos pensar que este mismo maestro no ha tenido nuevas experiencias, podríamos deducir que no quiere o no tiene nuevas historias de éxito, y si esto último fuera la razón, entonces estamos ante un verdadero probelmas. Porque nuestro éxito no debe resumirse a la realización de actividades esporádicas o ailadas, sino más bien debe ser el producto insesante del trabajo diario, no podemos vivir de un solo éxito, ni estaremos haciendo gran cosa por la educación si nuestro esfuerzo solo alcanza para contar una sola historia, pero habemos maestros que nos gusta vivir de una sola historia, de una sola ocación que hicimos las cosas diferentes y tuvimos buenos resultados. Debemos entender que cada día, cada semana, mes y año, podemos y debemos hacer las cosas diferentes para seguir impactando a más personas de manena positiva. Es probable que el maestro en cuestión tenga más historias para contar, pero eligió vivir de esa, porque quizás la considera más relevante, pero me preocupa que no tenga otras más recientes e innovadoras, me preocupa que hayamos caído en la conformidad, que hayamos relajado nuestro camino, porque nuestra tarea educativa y de transformación social no da tregua, cada día es una oportunidad para impactar o enseñar algo a alguien que lo necesita y podemos ser la diferencia. Como docentes, nuestros aciertos, pero también nuestros errores representan personas y por eso no debemos bajar la guardia y vivir y enseñar cada día con la entereza de quien cree firmemente que puede combiar el mundo.
    Un saludo y abrazo mi estimado Dr. Santos Guerra.

    • Estimado Misael:
      Me gusta utilizar historias para exponer mis ideas y sentimientos. De hecho estoy preparando un libro titulado HISTORIAS PARA LA MENTE Y EL CORAZÓN. Se presentará en la Feria del Libro de Buenos Aires en el mes de mayo.
      Una profesora inglesa que se llama Joan Dean dice que si los profesores compartiésemos las cosas buenas que nos pasan encontraríamos una fuente inagotable de optimismo.En mi libro LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE cuento experiencias que he vivido durante mi vida docente. Las agrupo en siete capítulos; las que proceden de los alumnos, de personas especiales con las que que me he encontrado, de las palabras que utilizo en conferencias y cursos, de los escritos (libros, artículos…), de las experiencias de dirección, de la docencia en medicina, de la muerte de personas queridas…
      Lo que dices del profesor que cuenta una y otra vez una experiencia de éxito, no quiere decir que no haya tenido otras… Puede ser que esa sea especialmente significativa.
      He intentado también en el artículo subrayar la idea de que no estamos solos en este empeño de mejorar el mundo.
      Un abrazo, querido amigo.
      Y gracias por compartir tus ideas y sentimientos.
      MÁS

  8. Qué maravillosa historia.
    Y qué cierto el mensaje que transmite.
    Las estrellas de mar que el joven lanza al mar están salvadas.
    Es decir que no hace falta salvar a todas las estrellas para que las que él lanza sean beneficiadas.
    Es un mensaje profundamente optimista y sensato.
    Gracias

    • Querida María:
      El mensaje optimista tiene dos partes.
      La primera se ve reflejada en lo que dices sobre la historia del joven y las estrellas de mar.
      Pero hay otra más clara y profunda que es la que se refiere al efecto multiplicador que ncierra el hecho de que haya millones y millones de personas devolviendo las estrellas al mar.El optimismo es consustancial a la educación.
      Besos y grtacias.
      MÁS

  9. Estimado Doctor Santos Guerra
    Reciba usted y sus comentaristas un saludo a la distancia
    Espero que se encuentre muy bien.
    Como siempre, expresarle mi más sincero agradecimiento por compartir sus reflexiones. Sus palabras me inspiran y también me generan un profundo cuestionamiento sobre nuestro papel en nuestra labor docente y directiva para la construcción de un mundo más justo y armonioso.

    En lo personal, me hizo reflexionar sobre cómo puedo contribuir desde mi lugar, entendiendo que cada pequeña acción cuenta. Gracias a su artículo, reflexioné sobre como trabajar esta semana en transformaciones encaminadas a la paz desde mi espacio, buscando aportar, aunque sea de manera modesta, a un cambio positivo. Su liderazgo y visión, desde mi perspectiva son un faro de esperanza y una guía para quienes creemos que el cambio es posible desde nuestras propias trincheras.

    Siempre tan sabiamente, me hace pensar que no basta con criticar las injusticias, sino que necesitamos comprometernos con acciones concretas para marcar la diferencia.
    Gracias, nuevamente

    • Querida Lourdes:
      Me ha alegrado mucho verte de nuevo por aquí.
      También me ha gustado mucho tu comentario, no solamente rico en contenido sino muy bien escrito.
      Gracias por tu aportación que suscribo plenamente.
      Y gracias también por tus generosas palabras, tan hermosas.
      Hay que denunciar y hay que hacer.
      Mucho ánimo en tus tareas y en tu vida.
      Besos.
      MÁS

  10. Hermosa y potente historia la del joven y la estrella de mar.
    Y también es interesante comprobar cómo el sabio es arrastrado por el ejemplo del joven.
    Por erso me parece estupenda la parte del artículo que muestra el optimismo ante la fuerza que tiene que miles y miles de personas estén haciendo esa tarea salvadora (rm todas las aulas del mundo).

    • Querida Mercedes:
      Muchas gracias.
      Por la lectura del artículo (sé que hay muchas cosas que hacer y que leer).
      Por el hermoso comentario que has enviado.
      Por el énfasis que pones en el optimismo individual y colectivo.
      Besos.
      MÁS

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