Seguí las campanadas de Nochevieja en una habitación del Hotel Mövenpick de Doha (Qatar). Dos horas antes (esa es la diferencia horaria de esa península con España) pude contemplar los espléndidos fuegos artificiales con los que la ciudad dio la bienvenida al nuevo año 2025. Ya en el Hotel elegí la cadena pública, es decir la 1, para seguir la ceremonia de las 12 campanadas y comer las uvas delante de la pantalla del ordenador.
Fue en los minutos precedentes a las 12 campanadas cuando la pareja de presentadores, David Broncano y Laura Yustres (Lalachus), comenzó a hablar de los amuletos que utilizaban para atraer la suerte. Lalachus (qué poco me ha gustado leer a Fernando Savater referirse a ella en un artículo como “la tía gorda esa”) mostró a la cámara una estampita con el busto del Sagrado Corazón de Jesús y la cabeza de la vaquilla del programa Gran Prix, haciendo referencia a la influencia que la televisión pública ha ejercido durante muchos años sobre la gente. Me llamó la atención la imagen pero ni por asomo se me ocurrió que, detrás de ella, se escondiera ni una pizca de odio ni de ofensa a ningún sentimiento religioso. Hay que retorcer mucho la situación para concluir que con esa imagen se pretendiese herir la sensibilidad religiosa de nadie.
Por eso me sorprendió, al llegar a España, la enorme polvareda que habían levantado esos segundos en los que mostró a la cámara la singular e irreverente estampita.
Las asociaciones ultraderechistas “Hazte oír” y “Abogados cristianos” han presentado una denuncia contra TV, contra su presidente y contra los presentadores por considerar esa imagen una falta de respeto al sentimiento religioso. Así se atascan los juzgados. La conferencia episcopal se ha unido a la repulsa de quienes hayan visto en ese hecho un acto de mofa a la religión católica. Un cura gallego ha convocado a sus fieles a un acto de desagravio. A mi juicio, exageraciones que han dado una relevancia al hecho de la que, en sí mismo, carecía.
Un periodista de la caverna, como es Antonio Navarro, dice (y escribe) sin ningún reparo que la idea de la estampita es de Pedro Sánchez para empezar el año con un buen lío que aleje a los ciudadanos de los problemas de fondo. ¿Qué sería de Antonio Navarro sin Pedro Sánchez?
Otra tertuliana de pro, como es Carmen Lomana, dice que se trata de una estrategia del gobierno para dividir. Esta es una curiosa manía: atribuir el deseo de provocar la división. Antes de mostrar la estampita la gente estaba ya dividida, afortunadamente, es decir que unas personas pensaban de una manera y otras de manera diferente y opuesta. La división ya está hecha. Qué manía con ese presunto deseo de dividir. No creo que la estampita aumente la división que ya existe entre el pensamiento de Carmen Lomana y el de Yolanda Díaz, por ejemplo. La empresaria leonesa califica el hecho de “provocación incendiaria”. Tuve que volver a leer para comprobar que no decía innecesaria.
Vivimos en un país de tradición católica y hacemos humor sobre cuestiones de nuestra cultura, es decir, sobre lo que conocemos de primera mano. Se dice algunas veces que los humoristas no se atreven a hacer bromas sobre asuntos relacionados con el Islam. No sé si eso quiere decir que sería deseable reaccionar con estas bromas con la brutalidad desmedida que se hace en otras culturas.
Vaya por delante mi respeto a todas las personas creyentes. Reconozco su derecho a profesar la religión que consideren oportuno seguir y a manifestar su adhesión a las prácticas religiosas que conlleva. Pero no respeto alguna de las creencias. O de las prácticas que conllevan. No respeto, por ejemplo, que la iglesia haya dicho que los niños que morían sin bautizar iban al limbo, para decirnos luego que el limbo no existe. ¿Eso es respetable? ¿Es respetable que las mujeres no puedan acceder al poder en la iglesia católica basándose en el hecho de que el fundador eligió para el apostolado solo a un grupo de varones? En otra religión: ¿es respetable que se obligue a las mujeres a realizar la ablación del clítoris?, ¿es respetable que se pretenda quitar la vida a los homosexuales?, ¿es respetable, como acabo de ver en Doha, que las mujeres vayan con todo el cuerpo y el rostro cubierto, salvo dos pequeñas ranuras para que puedan ver?
Las reacciones se han multiplicado en las últimas horas y en la red social X (antes Twitter) han recuperado unas palabras del juez Joaquim Bosch en septiembre de 2024: «El delito contra sentimientos religiosos procede de las antiguas concepciones de blasfemia y herejía». Tuit que alcanzó casi medio millón de visitas y 8.000 me gusta.
No podemos despreciar ni reprimir el derecho de opinión. Creo que, en la exhibición de la estampita, no hubo ni el menor asomo de odio a la fe católica y a las costumbres sino un pequeño toque de humor que bien puede asumirse en un contexto festivo. Estoy seguro de que muchos creyentes católicos no se sintieron ofendidos en el momento de contemplar una imagen que, por cierto, he visto en otras ocasiones con la imagen del Sagrado Corazón y la cara de algunos futbolistas y cantantes.
Es la reacción lo que da al hecho una relevancia que en sí no tiene. Presentar una denuncia es lo que magnifica un gesto que, en si mismo, bien puede considerarse intrascendente.
Está bien que invoquemos que se respeten los sentimientos religiosos, pero hay que reivindicar también el derecho de las personas a no tenerlos o no manifestarlos.
Cuántas veces se ha faltado al respeto a los agnósticos y a los ateos por considerarlos personas sin valores. He pasado una semana en Doha y, cinco veces al día, he escuchado (incluido en el aeropuerto) la invitación del almuedín a la oración sin que esa invitación me importase lo más mínimo. Lo mismo ha de decirse de los cortes de tráfico en días de procesiones. Qué decir de las exhortaciones de la jerarquía católica a través de la televisión o la celebración de misas o actos religiosos televisados.
Al parecer el gobierno está preparando una ley para despenalizar esos hechos que fácilmente son utilizados como agresiones al sentimiento religioso. Ganaremos en libertad.
El meollo de la cuestión está en pensar que todos los demás están equivocados cuando no piensan o sienten lo que nosotros pensamos o sentimos. Pensar que la verdad y la bondad es propiedad solo de algunos y que los demás no tienen derecho a ser felices. La clave está en sentirse más felices por el simple hecho de que los demás no puedan serlo.
En uno de los libros de mi querido amigo José María Cabodevilla, sacerdote fallecido hace algunos años en Madrid, leí esta sugerente historia:
Un católico muere y se va al otro mundo. En lugar de presentarse en la puerta del cielo para recibir el consabido examen, se esconde sin ser visto porque quiere observar lo que sucede con quienes se salvan y quienes no.
De pronto llega una persona y dice:
– Señor, yo fui budista, cumplí con los precepto de mi religión y fui buena persona.
El Señor le dice:
– Pasa, te has salvado.
Luego llega una mujer que le dice:
– Señor, yo no fui creyente, pero respeté y ayudé siempre al prójimo.
– Tú también te has salvado. Adelante.
Llega una tercera persona que dice:
– Señor, yo fui islamista suní. Recé siempre en la mezquita. Respeté las normas del Corán.
– Adelante, te has salvado.
Un hombre llega a continuación y dice:
– Señor, yo fui judío porque nací en el seno de una familia judía. Cumplí con todos los preceptos de mi religión.
– Adelante, te has salvado.
El católico que sigue todo este movimiento escondido empieza a sentir un temor insuperable. ¿No se salva ningún católico? Sale de su escondite sumamente preocupado. Se presenta al Señor y le dice:
– Señor, no sé si he hecho bien. He estado escondido observando quién entra y quién no entra en el cielo Y he visto que no entra ningún católico. Estoy muy asustando. ¿Es que los católicos no se salvan?
– Sí, también se salvan, le dice Dios. Pero entran todos por detrás de aquella tapia porque, para ser completamente felices, necesitan creer que se salvan ellos solos.
Es probable que Cabodevilla no hubiese puesto ninguna objeción a aplicar su anécdota a los militantes de cualquier otro credo. Ni yo tampoco.
Muy buenas Miguel Ángel!
Gracias por el artículo que pone de relieve realidades del s.XXI. Cuando te lean y estudien en 2789 van a flipar del contexto histórico que estamos viviendo.
Sinceramente, ésta reacción neonacional católica hiere profundamente mis sentimientos religiosos (no sé si les denunciaré)… además,creo que este linchamiento a lalachus cabrea al dueño real del corazón de la estampita.
Cuantos más privilegios más ofendiditos hay..(es cosa del mercado amigos…es cosa del fanatismo..)
La estrategia de hacerse notar con el victimismo… me toca mis sagrados corazones pero me tendré que aguantar. Este concurso de ver quién llora y rebuzna más fuerte es denigrante. Tendría que haber sacado una estampa con niñas y niños asesinados en Palestina…. Les hubiera producido tanto dolor? Claramente No! Síntoma de la enfermedad religiosa fariseaica con la que tanto luchó (y por eso le mataron) el mismo Nazareno. En fin, si les pica por su narcisismo religioso…que se arrasquen! Otros gastaremos nuestras energías en fines más humanos.
Ya que has estado de viaje y escuchado cinco llamadas a la oración diarias…Termino este breve comentario con una oración!
(Viene en la portada del libro religioso de Fray Marcos » Dios no es un ídolo pero tú Dios Sí!»)
La oración es de mi admirado Maestro Eckhart
» Pido a Dios que me libre de Dios»
Generosamente se la cedo a abogados cristiano….
Mil Besos y abrazos compartidos.
Os queremos!
Querido Miguel, querida Gema:
Ya te he dicho alguna vez que merece la pena escribir el artículo por recibir comentarios como los tuyos, llenos de ingenio, lógica y humor.
Lo has clavado al preguntar cómo habrían reaccionado estos ultramontanos de haber presentado Lalachus una estampita con unos niños masacrados por las bombas de Israel.
Qué piel más fina para sentir el agrabio inexistente y qué dura para conmoverse con la barbarie y el genocidio.
Y saben que no van a prosperar esas denuncias.
Con ese proceder saturan los juzgados de causas estúpidas robando el tiempo a los jueces para intervenir en otras de gran calado.
Muchas gracias por estar siempre ahí, nos solo con la cabeza. También veo en el comentario mucho corazón.
No solo para mí. Se trata de corazones donde cabe mucha gentes, especialmente la más necesitada.
¡Qué magníficos amigos!
Un abrazo gigante.
MÁS
PD: ¿Se mantiene lo del 21?
Querido Maestro:
Hoy voy a transcribir un texto que he leído, que me ha impactado, y que me ha servido para poner en palabras algunos de mis sentimientos.
«Aprovecharse de alguien que es amable contigo es el nivel más bajo de la humanidad.
Explotar la bondad de los demás representa una profunda falla moral, un descenso a las profundidades más bajas del comportamiento humano. La bondad una virtud que se otorga gratuitamente, no es una licencia para la manipulación o las acciones egoístas.
Aprovecharse de la generosidad, la confianza y la buena voluntad de alguien es traicionar la esencia misma de la decencia humana. Es una violación del contrato tácito de respeto mutuo que sustenta las relaciones saludables, una demostración de una falta de empatía y desprecio por el bienestar de los demás.
Tales acciones no solo causan daño a la víctima sino que también rebelan una corrupción moral profundamente arraigada dentro del perpetrador»
Es una reflexión que me ha llegado al alma.
!Desconozco el autor!
!Y ya sin más, me despido deseando que tengan todos una feliz y leve semana!
Muchos besos.
Querida Loly:
El texto es interesante y certero. Ese abuso es detestable.
Sucede con el engaño o deslealtad con los amigos o con las parejas.
Si te fijas es el abuso que los políticos hacen aprovechándose la confianza que les han entregado los electores con sus votos.
De esta reflexión se derivan dos conclusiones:
a. No ser una de essas personas desalmadas.
b.Cuando se es la víctima de esos comportamientos, tener la fortaleza para superarlos.
Besos y gracias.
Buna semana.
Buen año.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
En mi mente y actos entran todos, sea su orientación política, religiosa, sexual, vital, la que sea. En principio no me molesta ninguno por lo que es, pero quiero respeto para mí en lo que soy, el mismo que yo quiero dar a los que son.
Lo que he dicho, como principio está, creo bien, pero llevado a la práctica es cuestión complicada y difícil. El ateo no cree en Dios, pero hay muchos que creen. Hasta dónde puede llegar sin ofender a los creyentes? Y al revés. En política, el bien de la ciudadanía, se ve de maneras muy diferentes. Hasta dónde se puede recurrir para conseguir el poder sin ofender a otros partidos?
Lo que creo es que en cualquier relación humana debemos tratar de actuar sin ofender a los otros, aunque eso también
es imposible porque hay cosas inaceptables, como que Putin invada Ucrania, que Israel machaque a los palestinos inocentes, que el país más poderoso del mundo vaya a tener de presidente un delincuente, y más…
Todos sabemos dónde está una ofensa y donde está la mojigatería. El hecho de la TV1 es mojigatería, el apalizar a uno por su orientación sexual, es maldad.
Bondad, maldad, intransigencia, flexibilidad andan mezcladas en este mundo. De nosotros depende la afiliación.
Todas estas cosas creo que se resuelven con algo que se llama «sentido común» y menos «maldad».
Un gran abrazo, ciudadano universal, y saludos a todos.
Querido Joaquín (y disculpa el error, si has llegado a verlo:
Considero tu comentario inteligente y lleno de lo que llamas sentido común.
– Defiendo el respeto de las personas a optar por la opción religiosa que deseen o por no tener ninguna.
– Como digo en el artículo, no considero igualmente respetables todas las prescripciones (actuales o pasadas) de las religiones, que muchas veces han confundido la ética con su propia moral. De no haber sido así no se hubiera quemado a los herejes.
-Me parece muy atinado lo que dices: no se puede confundir la mojigatería con cuestiones esenciales.
El principio que invocas me parece estupendo para gobernar las relaciones interpersonales: tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
Un abrazo y gracias por tu interesante comentario.
MÁS
Si que lo vi, pero no le di importancia. Son cosas que pasan. Tampoco te hubiera dicho nada si permaneciese.
Un abrazo.
Hola, Joaquín:
Todavía no sé cómo se produjo el error, aunque tengo alguna pista. Había un comentario de una persona con el nombre de Jessica. Solo aparecía la palabra Hola. Y creí que era una prueba que había hecho antes de enviar el comentario. Seguidamente leí el tuyo y se lo atribuí a ella. Pero no sé dónde se ha ido el Hola y mi contestación en la que le decía: Supongo que habrás hecho una prueba para comprobar si llegaba tu comentario…
Discúlpame. Son gajes del oficio.
MÁS
PD: He visto que el comentario de Jessica aparece en el artículo ¿Cuántas patas tiene un artrópodo?
¡Qué hacen estas asociaciones ultraderechistas con las fotos de niños y niñas masacrados por el ejército de Israel en GAZA?
Eso no importa. Eso se lo merecen por el terrorismo de Hamás.
Cuánta hipocresía.
QUERIDA MARÍA:
Pues muy sencillo, no sentirse interpelados por ellas.
Creo que su sentimiento religioso se centra en cuestiones de carácter superficial.
Resulta decepcionante que sus preocupaciones se centren en estas cuestiones intrascendentes.
Muy atinada tu sugerencia.
Besos.
MÁS
Un ejemplo de cómo magnificar un asunto intrascendente en una ofensa llena de odio y de desprecio. Ni el momento, ni la forma de presentación, ni la imagen misma merecen esa reacción intransigente.
He visto imágenes semejante: la misma imagen del Sagrado Corazón con la cabeza de Messi, de Ayuso o de Taylor Swift.
Querida Marta:
Resulta sorprendente y también indignante que se arme este revuelo por una nimiedad como esta. Considero que no tiene ni la más mínima importancia. Se despacha con una sonrisa.
Hay otras coas verdaderamente denunciables en la sociedad que merecen la atención de estas personas. Buenos, de estas y e todas las personas. Hay muchas muertes y mucho dolor causados por la guerra, por el la desigualad, por el abuso de poder, por la injusticia, por el sexismo… Todo eso sí que es denunciable.
Besos y gracias.
MÁS
Con la iglesia hemos topado. Hay una sensibilidad extrema para estas cuestiones. La verdad es que yo , cuando vi la estampita, no le di importancia alguna. No le vi por ninguna parte ni el odio ni desprecio alguno. A lo sumo una pequeña broma.
Qué exagercaión presentar una denuncia.
Me parece bien que el gobierno saque una ley para despenalizar este tipo de acciones.
La libertad de opinión tiene que servir también para poder hacer este tipo de bromas.
Es ridícula la reacción de estas asociaciones fachas.