Qué frío y qué feo, Carvajal

27 Jul

Los tetracampeones de la Eurocopa de fútbol  pasaron hace unos días por la Moncloa para saludar al Presidente del Gobierno y presentarle la Copa, ganada en  buena lid, después de vencer a las selecciones más poderosas de Europa. A Italia en la fase de grupos, a Alemania en cuartos, a Francia en semifinales y a Inglaterra en la final. Siete partidos. Siete victorias. Magnífico campeonato.

El Presidente había presenciado la final de Berlín pero estuvo alejado de los focos al encontrarse el Rey y la Infanta Sofía en el palco y en la entrega de medallas y trofeos. Actuó como exigía el protocolo. En plena sombra. Sin protagonismo alguno.

No sé qué sentido de la democracia tiene Dani Carvajal, excelente defensa  de la selección y del Real Madrid. No sé  qué piensa del mecanismo democrático que ha llevado a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. Tampoco sé qué piensa de los votantes que han colocado en esa responsabilidad a quien ostenta la Presidencia del Gobierno de la Nación. Es el Presidente del Gobierno y merece un respeto. La forma que tuvo Carvajal de saludar a su anfitrión en La Moncloa estuvo cargada de desprecio y de chulería. 

Dani Carvajal va a saludar al Presidente del Gobierno como miembro de un equipo, como integrante de una expedición deportiva. No va a título personal. No va porque piensa, hace o siente esto o lo otro. Cuando algunos equipos entregan el trofeo ganado a la Virgen Patrona de la ciudad no se le exige a nadie que sea un fervoroso creyente. O cuando va a saludar al Rey, que sea un convencido monárquico. Eso no quita para que vayan y se muestren respetuosos en las ceremonias  protocolarias.  Ahí está la clave de este asunto: el respeto. No se entendería que un deportista ateo se despachase con un corte de mangas ante la imagen de la patrona o un republicano haciendo la peseta al monarca, bajo la excusa de que hay libertad de expresión.

Ha habido reacciones de todo tipo ante el gesto de Carvajal. Inteligente y elegante, aunque con un toque de ironía, la valoración de Pilar Alegría, ministra de Educación,  quien ha dicho que no puede pensar que haya existido desprecio en el saludo porque, de ser así, Carvajal habría quebrantado los valores que han de distinguir a todo deportista. Torpe y ridícula la que ha tenido el alcalde de Madrid que, en su línea, dice que solo faltaba que se tuviera que definir cuál es el grado de efusividad que hay que mostrar cuando se saluda al Presidente del Gobierno. Mire usted, señor alcalde. Su opinión es una estupidez. Le respeto como persona, pero no puedo respetar su opinión. De hecho casi nunca la puedo respetar porque suele ser simplista y sectaria. Basta un poco de sentido común (no mucho) para saber si existe o no respeto en un saludo. Y Pedro Sánchez no requiere más efusividad que el presidente de su partido, la presidenta de su Comunidad o el mismo alcalde Madrid.  No, no tiene que haber un medidor de efusividad.  El asunto es más sencillo. Es una cuestión elemental de respeto.

El señor Abascal dice que entiende “perfectamente” la reacción del extraordinario defensa internacional. ¿Cómo no la va a entender? Su falta de respeto a este Presidente legítimamente elegido no tiene límites ni precedentes. Ayer trató de ridiculizarle en el Congreso, tratándole reiteradamente de Majestad, a pesar de la reconvención de la señora Presidenta de la Cámara. ¿Qué sabe el señor Abascal de respeto?

Sin que nadie le haya dado vela en este entierro, aparece el señor Nacho Cano con una camiseta que dice “Yo soy Carvajal”. Texto que, sin grandes esfuerzos exegéticos, se puede leer así: “Yo soy (tan tonto como) Carvajal”.  Porque no cabe la menor duda de que el comportamiento de Carvajal fue descortés. Por eso digo que es muy poco inteligente, a mi juicio, decir: yo también soy descortés.

Carvajal está en la Moncloa, invitado por el anfitrión  que, como es lógico, no ha hecho distinción  entre afines y críticos. El Presidente tiende la mano, mantiene la sonrisa y expresa su felicitación a todos y a cada uno, sabedor de que unos le habrán votado, otros no lo habrán hecho y alguno  le profesará una profunda antipatía.

Los jugadores, como cualquier otro profesional, pueden y deben tener una posición política. No digo que sea deseable, digo que es obligatorio. Porque somos seres políticos. Y la política nos concierne. 

Cuando Mbappé pide que los franceses eviten el triunfo de la ultraderecha, Carvajal opina que los jugadores no deben meterse en política. Sin embardo él se posiciona abiertamente en una opción política (y de una manera ofensiva). Cuando alguien dice que no hay que meterse en política no cae en la cuenta de que esa postura es una postura política.

El arzobispo de Madrid, señor Casimiro  Morcillo, en plena dictadura, decía que los curas no debían meterse en política, pero él era Consejero del Reino. ¿Ese cargo no era político?  Lo que monseñor quería decir es que los curas obreros no podían ser rojos, pero él podía ser azul, sostener una dictadura y llevar al dictador bajo palio. Eso, al parecer, no  era política. Política era decir que en este país no había ni pizca de libertad.

La crítica al  comportamiento de Carvajal no tiene nada que ver con un rechazo a la libertad de expresión. Carvajal y cualquier otra persona tiene pleno derecho a manifestar el rechazo a la ideología, a la política o a la persona del Presidente del Gobierno. Estoy seguro de que muchos españoles que saludan al Rey en actos protocolarios no son monárquicos. Pero eso no les  lleva a negar el saludo o a hacer un gesto despectivo. Hay miles de formas de manifestar la discrepancia y nadie le criticaría por ejercerlas. Carvajal, como cualquier otro ciudadano puede simpatizar o militar en la ultraderecha o donde quiera hacerlo, pero eso no le da patente de corso para hacer un desaire al Presidente del Gobierno en una ceremonia institucional.

Además, ese gesto del magnífico defensa del Madrid y de la selección, está siendo televisado al país y al mundo entero. Está ofreciendo un ejemplo a niños, niñas y jóvenes de los valores que ha de practicar un deportista.

Pero, claro, ese hecho es el fruto de una campaña violenta y persistente de la  oposición y de algunos medios que trata de hacer del Presidente una persona odiosa y despreciable (le llaman mentirosao, psicópata, traidor, ambicioso…). Ayer mismo, el señor Feijóo decía que, cuando un presidente es inmoral, hay que echarlo. Señor Feojóo: usted tiene en sus manos la única posibilidad democrática con la que puede echar a un Presidente del Gobierno de la nación: una moción de censura. ¿O cómo cree que hay que echarlo si no? ¿Por la fuerza? ¿A patadas como dice el señor Abascal? ¿Por las armas? Usted hace el diagnóstico (porque no lo han hecho los jueces): es inmoral y usted decide cuál es la consecuencia: hay que echarlo.  Hay que echarlo para que yo pueda ocupar su lugar, tendría que añadir.

Una victoria como la de la Eurocopa bien merecía un pequeño acercamiento a quien no es como nosotros. Pero Carvajal prefiere que, lo que prevalezca sobre todo, sobre la victoria incluso, es el desprecio a quien no puede ni ver. De hecho aparta la mirada en un gesto evidente de menosprecio.  Para quien no desea mezclar el deporte con la política, como dice, él hizo la mezcla más ostensible.

Ya sucedió algo parecido en el conflicto de Luis Rubiales con Jenny Hermoso. Carvajal prefirió, y así lo dijo, no meterse en temas políticos. Todo es político, señor Carvajal. Mantener una postura equidistante entre la víctima y el verdugo es una opción política. La suya.  Muy triste, en mi opinión. Yo hubiera preferido la condena explícita y contundente de un proceder machista indiscutible. Dígame, señor Carvajal, si su reacción hubiera sido la misma si la receptora del piquito hubiera sido su mujer; me refiero a la suya, señor Carvajal.

¿Cómo piensa Carvajal que han visto su gesto los millones de niños, niñas y jóvenes que han conocido su actitud? Porque ese señor al que usted profesa una antipatía tan profunda que le impide hacer un saludo protocolario, no está ahí por un capricho o por un antojo o por la fuerza bruta de las armas, está ahí porque los resultados de las elecciones lo hicieron posible. No han aprendido respeto precisamente. Mal ejemplo.  Enseñamos como somos, no como les decimos que tienen que ser.

9 respuestas a «Qué frío y qué feo, Carvajal»

  1. Esta entrada ha sido muy problemática.
    1. Cuando el viernes por la noche me dispuse a colgarla en el blog, no pude entrar porque el blog se había caído.
    2. Me dijeron que tendría que esperar.has el lunes. No podía hacer nada para prevenir a mis lectores y lectoras de lo que pasaba.
    3.Para mi sorpresa, pasó el lunes, el martes, el miércoles, el jueves con numerosas llamadas al periódico de Málaga, al periódico de Alicante…
    4. Los técnicos me decían que dependía de un departamento de Madrid. Le sucedía a tres blogs el mismo problema.
    5. El Director me dijo el jueves que el blog se había quedado obsoleto y, además, un hacker lo había atacado.
    6. El viernes, cuando, casi sin esperanzas comprobé si tenia acceso, vi que ya podía colgar el artículo para mañana, sábado.
    7 .De cualquier manera el artículo se publica en la página web del periódico.
    PIDO DISCULPAS A MIS LECTORES Y LECTORAS POR ESTA SEMANA. DE BÚSQUEDA .

      • QueridoJuan Carlos:
        Sí, lo leíste en la fase en que lo estaba programando para esta madrugada.
        NO sé si has leído un comentario que he colgado en el artículo de esta semana. Ahí explico lo sucedido. La verdad es que me ha parecido un tiempo excesivo. Me temí lo peor.Entre el hacker y la distancia de los núcleos de decisión pensé nos quedábamos sin blog.
        Afortunadamente ya está recuperado.
        Un abrazo.
        MÁS

    • Disculpas aceptadas.

      Siempre acaban pidiendo disculpas quienes menos culpa tienen en la cuestión.

      El del departamento de Madrid estaba de vacaciones en tu tierra. Hasta que terminó julio, no fue a pulsar la tecla.

      Hombre, obsoleto. Es un veterano, como su autor, pero obsoleto estando tratando temas de actualidad como el de esta misma semana…

      Te espero a la una, no te retrases. Un abrazo.

      • Querido José Antonio:
        Ha sido un tanto angustioso porque no tenía en mis manos la solución. Dependía de terceros. Llamaba cada día pero no sabía si era la puerta adecuada.
        Hombre, yo soy quien tiene que pedir disculpas a quienes entraban una y otra vez en vano porque querían leer un texto mío..
        Un abrazo.Ya está publicado el de la madrugada desde hace horas.
        Un abrazo.
        MAS

        Hoy me han dicho unas alumnas/amigas de Tui que van estar en mi investidura. Tenía ahí un hueco que no se llenaba.

  2. Querido Maestro:
    Me quedé flipada cuando no podía entrar en la página del blog.
    Dicen por ahí, que se da mucho valor a las cosas y a las personas cuando se pierden.
    Y yo sentí verdadero sentimiento, cuándo creí que no podía volver a leer los escritos.
    Ha sido un viaje incesante de búsqueda, de querer ponerme en contacto contigo.
    Te escribí en facebook en messenger.
    Consulté con un amigo informático, y me dijo que la página estaba caída.
    No podía creer que algo tan importante, cómo este blog, pudiera desaparecer de un día a otro, sin más.
    En fin, permítame que hoy, solo haga este comentario de lo mal que me he sentido creyendo que esto llegaba a su final.
    Agradecer que un blog pueda producir tanto enganche a nivel personal y sentimental.
    Y que nos produzca tanto aprendizaje, empatía y afectos.
    Y ya sin más me despido con un abrazo para todos.
    ! Qué pasen unos días muy felices!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Cuando el viernes no pude entrar en el blog pensé en un pequeño problema que se arreglaría el lunes. PERO NO.
      También temí por el fin de esta experiencia que ya tiene más de veinte años. No sabía cómo ni qué comunicar porque nadie me sabía decir lo que pasaba ni lo que iba a pasar. He hecho muchas gestiones: en Málaga, en Alicante, en Madrid…
      Tienes razón. Cuando nos falta algo que teníamos, caemos en la cuenta de lo importante que era.
      Alguien ha dicho que sabemos lo que era la felicidad por el ruido que produce cuando se va.
      Bueno, mañana, ya podrás leer el artículo. Espero que te guste.
      Besos.
      MÁS

  3. Buenas Miguel Ángel!
    Por nuestra parte poco hay que disculpar, solo sentimos los malos ratos que te da el universo virtual, las redes, el wifi desde un polígono..etc Madre mía que aventuras …si te las llegan a contar hace 20 años no las creerías.
    Si nos mandas un regalo (Un libro, un artículo un wassap..) y por culpa del trasporte se retrasa….encima nos pides disculpas?
    En fin,al grano con Carvajal o más bien el puñetero grano que es Carvajal. ..una joyita intelectual neandertal y que me perdonen los inteligentes neanh.
    El hombre no da para más….el más político con su actitud y sus declaraciones que cree que No hace política….descripción: Imbécil.
    Admiramos tu paciencia y valentía pero a veces agitar la merde…es esparcir más la porquería. Uno no sabe si denunciar y darle más publicidad al hecho concreto o otorgarle el desprecio de la indiferencia y el silencio…
    Un dilema.
    Tú optas por la denuncia…olé x tus ovarios…yo hoy paso de hacer más comentarios de este “señor” irrespetuoso.
    Gracias por este sábado de doblete.
    Hoy dos artículos y desayuno más largo que casi se une a la comida..jeje.
    Super abrazos para Carla y para ti.
    Os queremos!!!

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Este tipo de gestos funciona como un test que nos permite saber dónde está cada uno. Ya ves cómo define dónde está Nacho Cano cuando lees el lema de su camiseta.
      Estos que dicen que no quieren meterse en política se definen de una forma inconfundible. No se dan cuenta de que, mientras se deciden, las víctimas siguen sufriendo.
      Ahora estamos en que no se puede criticar a los jueces. ¿Por qué? No es un descrédito la crítica. El descrédito es el comportamiento que ha merecido la crítica.
      Un abrazo, queridos amigos.
      Gracias por consumir esta doble ración matinal.
      MÁS

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