Ramón, me equivoqué contigo

15 Jun

Después de una sesión del Diplomado en Educación Emocional organizada  por la Fundación Liderazgo Chile  pidió la palabra uno de los asistentes, que se presentó como Ramón Burgos. Y, con la brevedad que requería la situación y la emoción que envolvía el relato, contó algo que le había sucedido cuando era estudiante de primaria.

Había planteado yo en la clase algunas reflexiones sobre la importancia de las profecías de autocumplimiento que algunas veces se realizan en las aulas, De esos vaticinios demoledores que, desde la atalaya del  saber y del poder, algunos docentes realizan sobre toda la clase, sobre un grupo pequeño de la misma o sobre un alumno en particular. De las profecías que tienden a cumplirse. Dice el filósofo y psicólogo austríavo Paul Watzlawick que la profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía.

Muchas veces no se comprueba lo que sucede con las profecías. No se sabe si acabaron cumpliéndose o si se destruyeron a lo largo del tiempo y por qué. Solo el interesado lo sabe. Por eso es bueno que los protagonistas lo cuenten.

Resulta terrible que quien está pagado por la sociedad para alentar, emplee su posición para desmotivar, silenciar y desilusionar. La mano que tenía que salvar es la que destruye, la que tenía que curar es la que hiere, la que tenía que acariciar es la que golpea.

Y no es lo peor de todo que una persona reciba una profecía de este tipo. Lo malo es que quien la recibe se la crea. No hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza los esquemas del opresor. 

Ramón contó su historia, ante la emoción de todos los que le escuchábamos. Al terminar, le pedí que me  la contase por escrito. Ha tendio la amabilidad de escribir lo que yo, en resumen, quiero compartir con mis lectores y lectoras utilizando sus palabras.

Y voy a contar esa historia por tres motivos. El primero es el de brindar un pequeño homenaje a Ramón Burgos porque con su esfuerzo, su perseverancia y su fe en sí mismo consiguió romper una profecía maldita. Y porque, como diré, tuvo la generosidad de visitar a su antigua profesora borrando cualquier rastro de rencor. En segundo lugar porque quiero pedirles a los docentes que, por amor a los niños y a las niñas, eviten formular una profecía destructiva. En tercer lugar, para decir a quienes las reciben que no hay nada que impida romperlas en mil pedazos. Es más, de convertirlas en un estímulo, en un desafío, en un reto. Estas  son sus palabras:

“Mi nombre es Ramón Miguel Burgos Solís, hijo del matrimonio entre Eliana Solis y Ramón Burgos. Mi padre llega del sur (Pelarco, VII Región) a Santiago a la edad de 16 años, prácticamente sin estudios (2° Básico) con el deseo de trabajar. Conoce a su corta edad a Eliana, una niña vendedora de diarios desde su infancia. Deciden contraer matrimonio y se van a vivir a un “campamento” (Villa miseria) en la Nueva Matucana.

Nace Ramón en el mes de noviembre de 1957 siendo el mayor de seis hijos del matrimonio Ramón y Eliana. En 1964 ingresa en el primer año básico de la escuela que existía en la población (Escuela Piloto José Gaspar  Marín).

“En todo el proceso escolar primario, tuve una sola profesora de 1° a  6° básico, escribe Ramón. Siempre fui visto como un estudiante flojo… Recuerdo que el último año de enseñanza básica, mi profesora llama a mi mamá para decirle (asumo que con muy buena intención): señora  Eliana, estos seis años que Ramón ha estado en este grupo, muestran que no tiene la capacidad para seguir estudiando; por lo menos va a salir con su enseñanza básica terminada. Sería bueno que él se dedique a ayudarle a usted en otra actividad, como trabajar en la feria, buscar la forma que sea una ayuda económica para usted y sus hermanos”…

 “En el mes de octubre, la profesora informa a todo el curso que existe  la posibilidad de continuidad de los estudios para 7° año en la Escuela Industrial N° 5 José  Santos Ossa. Ella llevaría a todos los varones a realizar la Prueba de Admisión. Mi mamá me mandó igual a dar la prueba, así que no me quedó otra alternativa que acompañar a los demás estudiantes. Me senté en el salón de ese colegio y escuché las indicaciones del profesor: “lean detenidamente y respondan con calma cada pregunta”

“Poco tiempo después llegó a la escuela el listado de los resultados de las pruebas de admisión. Aquí ocurrió algo inesperado para mí. Recuerdo que la profesora desde la tarima informa al curso que tenía los resultados en su mano. Después de un silencio, la profesora pide con fuerte voz a Ramón Burgos  que pase adelante. En esos momentos sentí que el mundo se me venía encima. La misma sensación que sentí decenas de veces cuando me sacaba a la pizarra y yo no podía desarrollar ningún ejercicio, por nerviosismo, temor, miedo al fracaso, miedo  a la burla, miedo a  la risa de mis compañeros. En fin, quedaba inmovilizado. En algunas ocasiones terminaba llorando. Pero en esta situación la experiencia fue distinta. La profesora me puso al frente del curso dando la espalda a la pizarra y ella  dijo las siguientes palabras: “¿cómo es posible que a  Ramón le haya ido bien en las Pruebas de Admisión y  algunos de ustedes no hayan quedado seleccionados en la Escuela Industrial N°5? No lo puedo entender. Finalmente la profesora terminó retando a los estudiantes que no habían calificado en la Prueba de Admisión. Por primera vez escuché de los labios de la profesora una noticia, una palabra, un gesto favorable hacia mi persona, aunque haya sido un ejemplo de lo que no estaba en sus planes o a lo menos una noticia que ella nunca  esperaba. Al terminar la jornada ese día corrí como caballo desbocado a dar la buena noticia a mi madre. Fui para la profesora un ejemplo de lo que nunca debía haber sucedido”.

“En 1970 ingresé en 7° año básico y en 1975 me estaba graduando dentro de los primeros lugares académicos de 4° año de Enseñanza  Media. Muchos de los compañeros que terminamos esa etapa invitamos a la profesora a nuestra ceremonia de graduación. Guardo con cariño la foto en blanco y negro con mi profesora y mi madre”.

Después llegaron los estudios superiores. Ramón cursó con éxito varias licenciaturas en Quito y Costa Rica convirtiéndose en profesor universitario. En 2021-2023. obtuvo en la Atlantic International University  el  Doctorado en Educación.

“Estando en Santiago en la casa de mis padres, un día, después de más de 22 años, le pregunto a mi madre por mi profesora. Obviamente no tenía idea de su paradero ya que habían pasado muchos años; seguramente estaba jubilada.  En un momento dado tomé la guía telefónica  y me puse a buscar por el apellido y el nombre de la profesora ya que nunca lo he olvidado hasta el día de hoy. Finalmente encontré ese nombre en la guía telefónica y marqué el número que me indicaba. Para mi sorpresa fue mi profesora quien contesta el teléfono preguntando quién era, le mencioné mi nombre, se recordaba perfectamente, noté su alegría por medio de la voz y le conté algo de mí y de mi familia, Al terminar la conversación me pide que le visite en su casa, acompañado de mi familia; acordamos el día y la hora.

Al llegar el día acordado, continúa Ramón,  estacioné mi auto frente a la dirección que se me indicó, estaba muy nervioso, golpeé la puerta  y salió la profesora, inconfundible a pesar de los años; su rostro era el que guardaba en mi mente desde los seis años de edad. Nos abrazamos, nos hizo pasar al living de su casa, no dejaba de sonreír y de demostrarnos alegría y contentamiento por haber llegado a saludarle ese día. Conversamos como por media hora sobre parte  del recorrido de nuestras vidas, hasta que llegó un momento en que noté que su rostro cambió por unos momentos, se puso seria, hizo un alto y me dijo: “Ramón, me equivoqué contigo”. Esa declaración, dicha después de 37 años, fue como una liberación que, sin desearlo ni pedirlo, encontré en ese abrazo de mi amada profesora”.

. Ramón, que hoy trabaja felizmente en la Escuela Pública Presidente Roosevelt, destrozó con  su actitud la profecía. El abrazo que se dan disuelve el error de la docente, que ella reconoce con humildad y honra a quien supera con el afecto cualquier atisbo de rencor. Él habla de su amada profesora.

25 respuestas a «Ramón, me equivoqué contigo»

  1. Querido Amigo y Maestro de tantas cosas admirables por tu ejemplaridad:
    De nuevo, un saludo.
    ¡Cuántos recuerdos se agolpan en mi corazón al aflorar, desde los archivos neuronales de la función memorística, tras leer con reflexión el artículo tuyo de hoy, pues, como decía: manan sin esfuerzo! ¡Qué importancia entraña la interacción y las expectativas (no digamos las emocionales y afectivas) que las figuras de autoridad y los modelos de referencia, junto al aprendizaje vicario, forjan sobre nosotros y en nosotros! Publiqué en las actas de un congreso un análisis literario y psicológico del Poema VII de “Galerías…” de D. Antonio Machado: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, donde crecía el limonero lánguido…” La infancia, la adolescencia…Quizá en ese momento no era de uso común el concepto de la adolescencia. Es un constructo de la era posindustrial…
    Felicito a Ramón Burgos por la múltiple valentía y su titánico espíritu de autosuperación, e, igualmente, por el broche dulce con que cierra el relato de su vivencias. Toda una tragicomedia…como la vida misma. Me alegro de su dimensión humana y de que encauzara como autodidacta (o “autodidacto”, según la RAE) todas las dimensiones de su vida , llena de una buena dosis de plenitud y calidad humana y profesional.
    –Termino: De los dos grandes bloques temáticos del artículo que nos brindas hoy, Miguel Ángel, el inicial, que sirve para contextualizar el relato de RAMÓN, me ha aportado el nombre de un teórico de la comunicación-acción: Paul Watzlawick. He buscado sobre este polifacético autor y me ha ayudado a comprender las inercias y resistencias de la persona que interactúa comunicativamente en el mismo y sempiterno “statu quo”.
    Más corazones…menos juicios y prejuicios en la escuela y en las instituciones. Dejemos fluir y hacer. Deberíamos conceder, y concedernos, esa oportunidad. Bajo una apariencia, hay uno o un ramillete bien amañado de prejuicio/s infundado/s. Ni siquiera los escáneres pueden detectar la totalidad del tejido analizado en imágenes.
    Feliz fin de semana estival.

    • Querido Carlos:
      Ha sido la primera vez en la historia del blog que comienzo a responder a los comentarios el miércoles por la noche. Lo hago desde Villahermosa (México). Te imaginas el frenesí que han tenidos estos cuatro días: viajes de avión, viajes por carretera, conferencias, entrevistas, comidas y cenas… Sin respiro. Perdona el retraso.
      Ya he visto tu condición de diligente comentarista por la hora del envío, lo cual supone otro tiempo anterior de lectura. Mil gracias.
      Gracias también por el comentario, en sus diversas partes, todas certeras y algunas eruditas.
      Supongo que Ramón leerá tu comentario. Estoy seguro de que agradecerá tus palabras.
      Un abrazo desde México.
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      • Querido MIGUEL ÁNGEL: Un saludo muy cordial.
        Como nos conocemos, sé que no paras, lo cual te engrandece y revela tu esplendor vital y sapiencia, la intuición y la razón me tranquilizaron al considerar que te encontrarías allende los mares.
        Siempre tan diligente y solícito en responder a tus lectoras y lectores. La situación y el acontecimiento explican con creces el porqué del retraso. Otro mérito: responder a unas horas intempestivas. Atento a tus admiradores. Te honra.
        Por cierto, ya he comprado siete ejemplares de tu último libro. No disponían de más.
        Vive intensamente y disfruta de aquellos parajes y, sobre todo, de nuestros hermanos y hermanas hispanoamericanos.
        Un saludo muy agradecido.
        Carlos Arconada

        • Querido Carlos:
          Creo que es un deber ser atento con quien tiene la amabilidad de leerte. ¡Hay tantas cosas que leer, segurísimo que muchas mejores que estas páginas mías!
          Qué menos que decir gracias por el tiempo que supone leer y escribir un comentario.
          A ti te tengo que agradecer a demás que compres mis libros no solo para leer sino para regalar.
          Estoy cansado pero llego de gratitud hacia estas personas que se muestran tan receptivas, tan respetuodsas, tan empáticas.
          Un gran abrazo, querido amigo.
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  2. Buenas Miguel Ángel!
    Qué emotivo artículo. Gracias!
    Estas Ramonadas por parte de algunos docentes son una realidad no infrecuentes en nuestras aulas. También el sistema durante los primeros años machaca y convence de inutilidad y fracaso que ya en secundaria son difíciles de revertir.
    Aunque el tema de las profecías autocumplidas tiene mucha chicha y se podrían comentar muchos aspectos, hoy tengo la suerte de que lo haré con el propio autor durante un viaje en coche de Málaga a Granada donde recibirá un merecidísimo premio por parte de la Federación andaluza de familias por la escuela pública.
    Magister, nos vemos en un rato.
    Mil besos y abrazos de Gema. (Los míos van de camino)

    • Querido Miguel:
      Ha sido la primera vez en la historia del blog que comienzo a responder a los comentarios el miércoles por la noche. Lo hago desde Villahermosa (México). Te imaginas el frenesí que han tenidos estos cuatro días: viajes de avión, viajes por carretera, conferencias, entrevistas, comidas y cenas… Sin respiro. Perdona el retraso.
      Sabes bien, que una parte del lío me tocó compartirla contigo. Y luego la boda, que resultó preciosa. Tuvo mucho de metáfora: plantaron en el mismo recipiente un granado y otro árbol típico de la localidad de la novia taywanesa. Carla y yo regresamos a la una de la mañana a Málaga.
      Y luego el trajín de estas giras. Trajín que hizo que la felicitación a Gema fuese como fue.Espero que le celebración fuese la correspondiente al redondo aniversario.
      En cuanto al artículo estoy a la espera de la intervención del protagonistas.
      No pensamos muchas veces en lo importante que son nuestros juicios para nuestros alumnos. ¡Cuántas profecías se habrán cumplido!
      Un gran abrazo. Qué satisfacción compartir contigo las horas de viaje y de Granada. Gracias.
      Un abrazo enorme.
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  3. Querido Miguel Ángel:
    Hermoso relato el que nos expones hoy. Las cosas que se viven de niño quedan grabadas para siempre, las buenas y las malas. Es nefasto que los padres o profesores minusvaloren a sus hijos o alumnos por unos resultados académicos deficientes, pues no sabemos todos los recursos que hay dentro de las personas, como la capacidad de esfuerzo, la constancia, el interés falto o alto según los momentos vitales.
    Me quedo con la idea: es penoso que quines tienen la misión de ayudar, construir, levantar, se dediquen a hundir, humillar, destruir.
    Es muy arriesgado hacer profecías de ningún tipo sobre niños y adolescentes. Puede que muchos tengamos experiencias de esas profecías.
    A mí modo de ver, sin necesidad de que los profesores hagan ninguna valoración sobre sus alumnos, los mismos alumnos se la hacen a través de los resultados que obtienen. No sé cómo se puede evitar eso. Todos valoramos nuestras posibilidades dentro de la sociedad en muchos aspectos que nos ensalzan o nos humillan.
    Yo creo que el amor es mucho más fuerte que el palo. Conclusión: no palo, sí amor en la familia y escuela.
    Un gran abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:

      Ha sido la primera vez en la historia del blog que comienzo a responder a los comentarios el miércoles por la noche. Lo hago desde Villahermosa (México). Te imaginas el frenesí que han tenidos estos cuatro días: viajes de avión, viajes por carretera, conferencias, entrevistas, comidas y cenas… Sin respiro. Perdona el retraso.
      Es cierto que los resultados académicos van marcando rutas, pero otra cosa son las expectativas y los pronósticos de padres y maestros.
      Hace unos días me encontré con una profesora que se quejaba de la tozudez machacona de su madre echándole en cara su escasa valía.No sé cómo pudo salir adelante.
      Suscribo lo que dices de la fuerza del amor.
      Un gran abrazo desde México y gracias por tu participación.
      MÁS

  4. Querido Maestro:
    ! Qué historia más conmovedora!
    Ya sabe, que a mí lo emocional me llega a los entresijos del alma.
    A veces me preguntó, porqué tengo ese nivel de sensibilidad?
    !Las premoniciones, nunca son buenas consejeras!
    Las personas que van por la vida hablando con prepotencia, juzgando las actualizaciones de otros, metiéndose dentro de una realidad que ellos no conocen, deberían de tener la boca cerrada.
    He vivido situaciones escandalosamente dolorosas, incluidas las que me han marcado de por vida, en el seno familiar.
    Solo he contado para salir de ahí, con una poderosa fuerza interior que me ha ayudado a sobrevivir.
    !Soy una superviviente de unas duras circunstancias!
    !No hay más ignorante que el que no quiere ver la realidad!
    Me siento adherida a la vida de Ramón protagonista de su historia.
    Una vida, vivida a contracorriente de los pensamiento negativos que los demás vierten sobre tí.
    !Me une a él hasta el año de nacimiento!
    Una vida difícil, llena de obstáculos que he ido superando poco a poco.
    A veces pienso, que existen los milagros, y uno de ellos es formar parte de este blog. Y encontrar a gente super especial que me trata con afectos y con amor.
    Y una cosa importante que cualquier detalle que hagan conmigo, me ayuda a salir adelante y a creer en mí.
    Y ya me despido con la gratitud que merece el estar cerca de todos vosotros.
    ! Qué tengáis una feliz y leve semana!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:

      Ha sido la primera vez en la historia del blog que comienzo a responder a los comentarios el miércoles por la noche. Lo hago desde Villahermosa (México). Te imaginas el frenesí que han tenidos estos cuatro días: viajes de avión, viajes por carretera, conferencias, entrevistas, comidas y cenas… Sin respiro. Perdona el retraso.
      Conozco tu historia. Tienes razón en decir que eres una superviviente. Solo gracias a tu esfuerzo ha sido posible salir indemne de las duras pruebas que has tenido que pasar. Eso hecho te ha hecho más fuerte y mejor persona.
      Te envío un gran abrazo con mi gratitud por tu participación en el blog. El milagro lo hacen personas como tú.
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    • Querido Rafael:

      Ha sido la primera vez en la historia del blog que comienzo a responder a los comentarios el miércoles por la noche. Lo hago desde Villahermosa (México). Te imaginas el frenesí que han tenidos estos cuatro días: viajes de avión, viajes por carretera, conferencias, entrevistas, comidas y cenas… Sin respiro. Perdona el retraso.
      Comparto contigo lo que dices de la reacción de la profesora. Ni tan tardía. Porque han pasado muchos años y porque se produce cuando Ramón ya ha superado todas las dificultades existentes, incluida su equivocada postura. Por otra parte, se trata de una frase que debería estar acompañada de otros gestos, más compensadores, más efectivos, más afectuosos.
      Un gran abrazo. Y gracias.
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    • Querido Rafael:
      Claro que es una reacción tardía e insuficiente, a mi juicio también.
      El daño está causado y, si no ha producido una catástrofe, no es por el mérito de la profesora sino del alumno que rechazó ese pronóstico y creyó en sí mismo. Y e la madre que no creyó ese vaticinio y envió a su hijo al examen de ingreso en 7º. La madre podría beneficiarse del trabajo del hijo, pero prefirió su desarrollo a costa de su comodidad.
      Un gran abrazo.
      Gracias por ese mensaje corto y certero.
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  5. Estimado Miguel Ángel:

    Muy buenas noches por acá desde Chile.
    Una vez más tus relatos hacen que yo me evoque a mis años de la infancia y los recuerdos imperecederos de mi madre, la primera maestra que conocí, reconocí y mi roca fundación en mi vida.
    Ramón Burgos, no hace más que resaltar la tenacidad de algunos olvidados por la sociedad, que escapan a los cánones que clasifican, tipifican y lo que es peor descalifican etiquetando con profecías cual tragedia griega, respecto del futuro que ha de esperar a jóvenes, niños o estudiantes en general que vienen de estratos vulnerables, con personalidades más apagadas, carácter más débil.
    Lo lindo de estas historias es que se equivocan, tal cual se equivoco la profesora de Ramón, porque no reparan en que todos somos seres individuales, únicos e irrepetibles, que permiten poder sacar lo mejor de uno y con voluntad, convicción y perseverancia, logran alcanzar lo que se proponen y llegan tan lejos como lo deseen. Dime de qué tamaño son tus ideales y te diré que tan lejos puedes llegar.
    Felicito a Ramón por ser uno de esos que sus ideales son forjados en roca, no mueren, por eso ha llegado donde está,
    Comparto una vivencia en un retiro vivido con gente muy heterogénea, en una rueda de conversación, yo conté una vivencia de mi madre Lydia, sobre la devoción que tenía por sus alumnos, de cómo ellos le amaban, a tal punto que le esperaban en la puerta de sus casas mientras ella caminaba a su colegio, se le iban sumando de tal forma que llegaba con su curso completo a la escuela. (Barrio Recoleta /Einsten).
    Obvio que hubo más detalles de cosas que mi madre realizaba por sus alumnos, al terminar mi relato, un integrante de esta rueda, se paró me preguntó, “tu madre se llamaba Lydia Hidalgo Dawson”, yo le dije, sí, así se llamaba, posterior a mi respuesta me abrazo llorando y me dijo, yo fuí un ex alumno de tu madre y ella me marcó para toda la vida. Por eso llegué a ser el profesional que soy, porque ella creyó en mí.
    Yo después de secarnos las lágrimas, le dije “cuántos años la tuviste de profesora” y he aquí lo que me terminó por derrumbar, el me respondió medio año en segundo de preparatoria, (así se llamaba la educación básica).
    Las 2 caras de la moneda, una profecía sancionadora y descalificadora que gracias a un Ramón potente y que creyó en sí mismo, salió adelante y después de 37 años vió reparado el daño. Por otro lado un trato basado en un potente vínculo afectivo, puede asegurar la personalidad y el futuro de un alumno que está en proceso de moldearse, que después de 30 años, ve la oportunidad para agradecer al hijo de esa maestra por el relato compartido.
    Son 2 historias que tienen como factor común,el Amor, la Vocación, mucha dedicación, total perseverancia y resiliencia.
    Bien por Ramón, bién por ese otra persona cuyo nombre por respeto a su pudor, no lo nombro, pero si algún día lee este artículo, sabrá de inmediato que se trata de él.

    Un abrazo mi estimado Miguel Ángel.
    Enrique Pérez

    • Querido Enrique:
      Recuerdo vivamente nuestro encuentro en la sede de FLICH.
      Qué interesante es poner cara a la persona que escribe y a la que lees sin verla.
      La historia de tu madre con ese alumno es la otra cara de la moneda. Solo unos meses sirvieron para salvar la vida de una persona. La profesora de Ramón tuvo durante seis años del básico a un alumno y ni fue capaz de entender que ese chico tenía una capacidad importante de superación. Le faltó la perspicacia necesaria para conocer a ese alumno. Y, quizás, la cercanía emocional que le permitiese confiar en sus capacidades intelectuales y en su fuerza de voluntad.
      No me cabe duda de que tu madre era una verdadera maestra. Es muy hermosa la imagen de la incorporación de todo el grupo incorporándose a ella para comenzar la jornada.
      Desde la ciudad mexicana de Villahermosa te envío un fuerte abrazo y mi gratitud.
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  6. Querido maestro:
    Pienso en el daño que pueden causar no sólo las palabras sino los gestos y las acciones de desaprobación, de burla, de menosprecio.
    Son heridas que no sanan y esclavizan la mente y el corazón.
    Que bueno que el Dr. Ramón pudo experimentar la sensación de libertad, de desahogo, de victoria.
    Que mal por la maestra que no sólo daño a Ramón sino a cuántos alumnos más.
    Que atino de Usted de poder contar la historia, es dificil que no haya muchas historias similares y aún más difícil que no se repita en todo el mundo.
    Sin embargo, gracias a este escrito muchas historias si pueden cambiar.
    Me preguntó que necesito ser y hacer el Dr. Ramón para que la historia tuviera un mejor final? Qué necesitamos para poder vencer los comentarios negativos e infames y poder seguir?
    Siga escribiendo 🙏🏻
    Con admiración y cariño
    Lily

    • Querida Lily:
      Pues sí, admirable historia la de Ramón:
      – que no creyó en el diagnóstico fatídico de la profesora.
      – que creyó en sus capacidades.
      – que fue perseverante en el esfuerzo. Y no dudo de que tendría dificultades y momentos de desaliento en su larga historia.
      – que no alimentó rencor hacia la postura de su profesora.
      – que tuvo la generosidad de ir a saludarla en su casa.
      GRACIAS POR TUS PALABRAS DE ALIENTO. SEGUIRÉ ESCRIBIENDO.
      Besos.
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  7. Estimado Miguel Ángel :
    La timidez de uno, puede llevar a situaciones incontroladas. Y éstas a juicios equivocados, de otra.
    La voluntad y determinación de uno, llevan a la superación, que confirma el error de otra.
    Pero el reconocimiento de la equivocación de una, ayuda a obviar el posible rencor de otro.
    Sobresaliente en conducta, para una y otro.
    Nostradamus también falla. Confiemos en la humanidad para seguir adelante.
    Magnífico artículo y edificante historia, ejemplo de superación, empatía, optimismo y calidad humana.

    • Estimado Ángel:
      Creo que es importante conocer estas historias de superación que han conseguido romper un vaticinio tan devastador. Si Ramón le hace caso a su maestra no hubiera pasado de sexto de básica.
      Tengo que hacer referencia a la actitud de su madre que tampoco cree en la recomendación de la profesora. Es probable que, desde un punto egoísta, a la madre le hubiera venido bien que su chico se pusiese a trabajar, pero prefirió pensar en él y animarle a hacer su examen para seguir estudiando.
      Te envío un abrazo desde México.
      Gracias por tu comentario.
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  8. Gracias por compartir tan emotiva historia con la cual me siento identificado. He tenido que leerla detenidamente para ver si logro vencer mi síndrome del impostor y evitar caer en las garras de la profecía autocumplida.

    Me gustaría relatar algo para desahogarme de manera anónima. De pequeño fui un niño maltratado física y psicológicamente. En ocasiones, mi padre me mataba a golpes sin motivo aparece, incluso recuerdo despertarme a golpes un algunas ocasiones, incluso presencié el intento de suicidio de mi madre. Todo ello conllevó a carencias afectivas, lo cual afectaba mi rendimiento académico, aunque curiosamente no mi conducta en la escuela, lo vivía con normalidad.

    Desde pequeño mi madre me decía que no servía para estudiar, aunque destacaba en asignaturas como dibujo artístico, técnico y lengua y literatura.

    Esa creencia me ha perseguido toda la vida. Dejé los estudios a los 16 años, sintiéndome derrotado por las palabras y acciones de quienes debieron apoyarme. Sin embargo, a los 19 años, decidí abandonar mi ciudad y volví a retomar los estudios, logrando terminar la carrera de Educación Primaria con mención en inglés y educación física con 40 años.

    La carrera no fue un camino de rosas. Iba por las mañanas a clase, trabajaba por las tardes de lunes a sábado, estudiaba por las noches, todo esto con una familia. Si todo eso no fuera poco, lo hice en un idioma que no es mi lengua materna y que nunca había hablado antes: el catalán.

    Durante la carrera, me encontré con dos profesoras que no solo me desalentaban en público, afirmaron que no servía para ser profesor y que debía abandonar, también me negaron la posibilidad de asistir a exámenes, argumentando que no aprobaría, falsificación de mis notas, haciéndome creer que había aprobado y decirme a la semana que he cometido el error de creerlo y eliminando pruebas una vez solicitadas. Hoy sigo con rencor y miedo a denunciar. Estuve repitiendo estas asignaturas durante tres años y pasando por una depresión.

    A pesar de todo, perseveré. Finalmente, aprobé la carrera con una nota media de 7,8 tras cambiar de comunidad autónoma, aunque en la misma universidad. Han pasado 7 años de carrera.

    Hoy en día, estoy sin trabajo. Incluso ha emergido en mí pánico escénico, lo cual me incapacita hablar delante de un grupo de personas, paralizando mi expresión verbal, sin saber si algún día recuperaré la autoestima o conformarme con una vida depresiva.

    Mi intención no es alertar sobre las malas personas que hacen lo que mejor saben hacer, sino alentar a las personas qué aunque lo hayan pasado mal, albergan bondad en su interior y persiguen la felicidad.

    • Querido anónimo:
      Perdona que haya tardado en leer tu comentario. He tenido una días de un ajetreo increíble. He dormido cuatro o cinco horas. Acabo de leerte y me has dejado conmovido.
      Cómo me gustaría hablar contigo y poder animarte a hacer un corte de mangas a tu historia.
      NINGUNA HERIDA ES UN DESTINO. Repite esta frase hasta hacerla tuya.
      La verdad es que los obstáculos han sido tremendos, pero no lo tienes todo perdido PORQUE TE TIENES A TI MISMO.
      HAS DEMOSTRADO UNA VALÏA QUE MUCHOS OTROS NO TIENEN. Has superado dificultades extremas y has salido adelante. Todo esa capital no puede ser tirado a la basura.
      NO OLVIDES QUE CON DOS SIGNOS MENOS SE PUEDE HACER UN SIGNO MÁS. Hay que saber manejarlos.
      Me gustaría que salieras de ese pozo de timidez y de ese miedo a hablar en público.
      El haber sufrido tanto y de forma tan injusta te sitúa en un posición especial para COMPRENDER A QUIENES HAN VIVIDO Y VIVEN situaciones tan duras como las tuyas.
      Ojalá que encamines tus pasos a donde quieres ir. Un pasito tras otro. Confiando en ti. Sacando fuerzas de flaqueza.
      Déjame APOSTAR POR TU SUPERACIÓN.
      Yo pondría todas las fuerzas en salir adelante y, una vez fuera del pozo, pensaría en denunciar esos hechos si supone para ti una liberación. PERO PRIMERO ERES TÚ.
      Te mando un fuerte abrazo.
      MUCHO ÁNIMO. IMAGINO LA FORMIDABLE PERSONA QUE TIENES QUE SER. La vida te ha golpeado mucho, pero estás ahí. Mereces un aplauso más que muchos otros que los reciben en abundancia por mucho menos.
      Gracias por tu confianza.
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  9. En ocasiones lo único que lleva el alumno es la esperanza o simplemente sus sueños. Por eso el profesor nunca debe destruir sus sueños o esperanzas. En ningún nivel de estudios puedes destruir su sueño.
    Pero sucede muchas veces que el docente se equivoca o comete errores. No lo hace a propósito. En este caso la maestra pudo corregir su error. Que bueno por los dos.

    • Estimado Julián:
      Tengo mis dudas de que esos pronósticos sean ingenuos o bondadosos. Se trata de errores graves. Aprobar seis años de básico es un indicador potente para determinar la valía de un alumno. Pienso como tú que ese profesora no quería hacer daño a Ramón, pero el error tiene difícil comprensión porque la familia y él se muestran contrarios al abandono. ¿Qué pasa por aconsejarle que lo intente? Hubiera sido una actitud más sensata.
      Un abrazo y gracias por expresar tu opinión.
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  10. Soy Pabla Bustamante, desde Chile, a mis 43 años quise estudiar pedagogía en educación diferencial con mención en desarrollo emocional y cognitivo, después de haber estudiado finanzas y trabajar en bancos, casarme y criar, mi hijo menos tiene 9 años, y al dedicarme a leer cuentos en la biblioteca del colegio de mi hijo , me enamoró leer, enseñar, pero mi desafío era llegar a los niños que por distintos diagnosticos no lograban estar tranquilos o se distraían y ahí yo sacaba mis dotes de actriz Jajaajaja que obvio como mamá los aprendí hacia con cambios de voces y posturas me miraran , contra todos y todas las trabas ahora voy en mi segundo año de la carrera y me enamora cada día más, pero creo que hay que cambiar muchas cosas, desde los procesos de admisión a la universidad ya que la mayoría de los que estudian pedagogía es por qué no les alcanzó el puntaje para estudiar otra cosa, además , pensando que lo más importante es el proceso de formación del docente ahí está el verdadero cambio, el profesor debe evaluar y enseñar con el corazón como dices Usted en su libro , pero antes de eso el profesor debe tener ética, ser buena persona y todo los que no está escrito en el rol de egreso del docente. Desarrollar otras aptitudes y no ser amigo de su alumno pero si conocer su historia y qué pasa con el, generar un vínculo, no puedes evaluar a todos por igual sin saber su historia ya que no todos los alumnos tienen las mismas armas para avanzar en la vida y carecen de otras cosas como amor, afecto en sus hogares, familias disfuncionales, transtornos no diagnosticados, y muchas cosas más. Leyendo la historia principal , me doy cuenta que como educador generamos cambios que pueden ser buenos o malos, y eso es lo que el docente debe entender , es una pena que por un mal docente y sus malas prácticas pueda influenciar en la vida de sus alumnos, de eso me he dado cuenta yo en mis prácticas es mi 2 práctica, aproposito que tengo claro que una de las cosas importantes en la formación del docente son las prácticas ya que ahí te das cuenta de cómo son las cosas , usted hablaba de que estamos inmersos en un sistema educacional y aveces debemos funcionar según sus PI pero hay un problema con la flexibilización del Currículum, hay tanto por conversar no terminaríamos nunca, lo conocí a Usted ayer, ya que de tarea me hicieron ver un vídeo, sobre educación y me encantó , desde ayer soy una fans de todo lo que escriba, de lo que habla, enseñar con el corazón como Usted dice es el principal motor en educación, si enseñas con amor y aprendemos a trabajar la mente de los estudiantes cambiaremos el mundo. Ojalá pueda leer mi comentario es muy importante para mi. Ojalá acá en chile pueda encontrar algún libro suyo, abrazos desde Chile, cuidad de Antofagasta.

    • Querida Pabla:
      Acabo de leer, en México, tu precioso comentario. Da gusto encontrarse con personas como tú, apasionadas por la educación, que ponen el corazón en la tarea y que aman lo que enseñan y a quienes enseñan.
      En Chile acabo de publicar, patrocinado por la Fundación FLICH, un libro titulado UN TRIANGULO MÁGICO: EVALUACIÓN, LIDERAZGO Y EMOCIÓN.Creo que será muy fácil conseguirlo a través de la Fundación.
      Es cierto que los docentes influimos en nuestros de muchas formas. Una de ellas se manifiesta en las expectativas que nos forjamos sobre ellos y ellas. Me alegra encontrarme con personas como tú, empeñadas en formarse para realizar una tarea tan decisiva, hermosa y difícil como es la educación.
      Te mando muchos besos.
      Gracias por leer y por escribir.
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