Comenzaré el artículo con una historia que luego voy a criticar. Lo advierto para que el lector o lectora no se regodee demasiado en su lectura y en su conclusión. Cuentan que un político muere y va al otro mundo. Al llegar allí le dicen que la norma existente es que tiene que pasar veinticuatro horas en el infierno y otras veinticuatro en el cielo. Y que luego tendrá que decidor dónde quiere pasar la eternidad. Y lo tendrá que decidir con cuidado porque no puede retroceder en la decisión.
Dice que él quiere ir al cielo para toda la eternidad pero le responden que la norma es la norma y que primero tendrá que probar en el cielo y en el infierno durante un tiempo exactamente igual. Le dan a elegir por dónde quiere empezar y dice que mejor por el infierno. Al entrar ve a otros políticos de su partido que pasean con unos trajes elegantes. Tienen rostros juveniles, parecen contentos mientras conversan amigablemente entre risas. El clima es magnífico y todo parece resplandecer. Después de caminar se encuentra con un reluciente campo de golf, en el que echa unos hoyos con una precioa joven que llega al mismo tiempo.
Pregunta dónde puede comer algo y le dicen que hay un restaurante llamado El Tridente, donde puede elegir manjares exquisitos y vinos de altísimas marcas. No puede estar más feliz. Se acerca con su recién estrenada amiga y piden langosta, caviar y otras viandas exquisitas. Los vinos, tintos, rosados y blancos no pueden ser de mejor calidad.
Después de la comida, les dicen que hay bailes, fiestas y licores a discreción. Van pasando las horas y casi se ha olvidado ya de qué es lo que está haciendo allí. De pronto le avisan de que ha terminado su estancia en el infierno. Lo lamenta, pide quedarse allí definitivamente y le responden taxativamente que no es posible. Entonces recuerda que ahora le toca disfrutar del cielo. Con buen criterio se argumenta que si eso ha sido el infierno, qué no será lo que le espera.
Abren ls puertas del cielo y ve unas nubes blancas y esponjosas de diferentes tamaños. No hay nadie, hecho que le sorprende y preocupa. Pensó que, al menos su amiga, estaría en la nueva prueba. Pregunta por ella y le dicen que no vendrá nadie. Le dan un arpa y, sorprendido y enfadado, dice que no sabe tocar y que no tiene ningún sentido musical. Él rechaza la prueba y dice que ya tiene la decisión tomada. No quiere pasar todo ese tiempo, acompañado del arpa y saltando de nube en nube. Dice que ha hecho amistades en el infierno y que quiere volver allí cuanto antes para toda la eternidad. Le dicen que no es posible. Tiene que completar la prueba. Las veinticuatro horas se le hacen eternas. Se aburre como una postra mientras se reafirma en la decisión tomada. No hay comparación.
Cuando le avisan de que ha terminado la segunda estancia, le proponen que elija con sumo cuidado dónde quiere pasar la eternidad Con cuidado porque no hay marcha atrás. Sin dudarlo ni un segundo dice que quiere ir al infierno. Le insisten en que tiene que elegir con mucho cuidado y él se reafirma en lo dicho.
Cuando entra en el infierno se lleva un susto terrible. Están los políticos de su partido, pero ahora visten trajes andrajosos, sus rostros son decrépitos y están buscando comida en la basura. El clima es asfixiante y el olor insoportable. Se dirige al campo de golf para distraer su enfado y para localizar a su amiga. Pero el campo está calcinado. Cuando pregunta por la comida le dicen que tiene que hacer lo que ha visto que hacían sus compañeros de partido: buscar en el basura algo que se pueda llevar a la boca.
Quiere cambiar la decisión y le responden que no es posible, que fue advertido de forma clara reiterada. Tenía que elegir con sumo cuidado porque no se podía cambiar la decisión. Entonces pide formular una enérgica protesta y le aconsejan que vaya a las oficinas del infierno para presentar su queja. Así lo hace.
- No hay derecho. Estoy indignado. He pasado ayer veinticuatro horas maravillosas y, ahora, cuando he elegido pasar aquí la eternidad me encuentro con una situación insoportable. ¿Qué ha sucedido?
- Muy sencillo, señor, le dicen, es que ayer en el infierno estábamos en campaña electoral.
Es probable que esta historia sea celebrada con risas y aplausos cuando se cuenta en corrillo o en una tertulia. Viene a confirmar esa sospecha de que todos los políticos son falsos y mentirosos.
Siempre es bienvenida la descalificación y la crítica a la clase política.. No caemos en la cuenta de que ese rechazo, esa crítica indiscriminada, esa condena constante y generalizada es profundamente antidemocrática.
Sé que este es un artículo que va contra la corriente, sobre todo en tiempos preelectorales. La corrupción política es tan escandalosa que corremos el peligro de pensar que todos los políticos son corruptos, delincuentes, mentirosos y ladrones. Cuando se dice que todos los políticos son iguales se quiere decir que todos son iigual de corruptos. Pues no. Yo pienso que la mayoría, la inmensa mayoría son personas generosas y docentes. Más o menos acertadas, pero decentes.
¿Hay políticos corruptos? Sí, lamentablemente. Pero también hay arquitectos corruptos. Y médicos y profesores y abogados… Pero hay una especial tendencia a la generalización cuando se produce la corrupción en la política. Y es verdad que tiene una especial gravedad cuando se produce en democracia. Porque esas personas están en el cargo porque los ciudadanos y ciudadanas depositamos en ellas nuestra confianza a través del voto.
Creo que es una mala práctica democrática meterlos a todos en el mismo saco y poner fuera la etiqueta de BASURA. Porque no es verdad que todos puedan meterse en un mismo saco. Y menos en ese saco que les hace a todos despreciables.
Ellos mismos inducen a que realicemos esos juicios injustos e inexactos. Porque, cuando la corrupción se produce en el partido adversario, se trata de extender tramposamente la acusación a todos sus militantes y simpatizantes. He oído decir al señor Maroto, a raíz del “caso mediado” que la droga y la prostitución es como una seña de identidad del partido socialista. Porque ha habido algunos (muy pocos) en Canarias y hubo también algunos (muy pocos) en Andalucía que incurrieron en esas prácticas.
Se equivocan cuando se muestran implacables en condenar la corrupción en el partido adversario. Y mucho menos cuando se produce en el propio partido. No caen en la cuenta de que haciendo esas generalizaciones están echando tierra sobre el propio tejado.
¿Hay curas pederastas? Los ha habido y los hay. Pero, ¿sería justo generalizar y mirar a cada persona embutida en una sotana como un malhechor contra la infancia?
Con esto no quiero decir que no haya que perseguir de forma implacable esos casos de corrupción. Ni los disculpo, ni los minusvaloro. Como decía, son especialmente graves en quienes han traicionado la confianza depositada en ellos por la ciudadanía.
Son celebradas las agresiones a los políticos en las tertulias televisivas y en los programas de radio. Qué decir de los bares y de las peluquerías. Tiene el aplauso seguro quien diga algo ingenioso y despectivo sobre ellos.
- Son todos unos sinvergüenzas
- Son todos iguales
- Son todos unos ladrones
- Son todos unos corruptos
- Son todos unos mentirosos
Es curioso observar el celo apocalíptico de la de la derecha o de la izquierda cuando descubre en el adversario un atisbo o una imputación o una condena de alguno de sus miembros. La furia condenatoria no tiene limites. Incluso se explora para ver si se encuentra un saco de piedras escondido en el pasado de algún contrincante.
Se da a entender que si lo hace el adversario es diferente, más grave, más alevoso, más perverso, más despreciable, más condenable. Si lo hacen los otros es distinto. Y ese juicio severísimo es especialmente acentuado en época de elecciones. Como si alguien fuera más decente en la medida que denuncia y condena el hecho delictivo de los demás. Ayudémosles a ser honestos. No solo condenando la corrupción. También y, sobre todo, reconociendo su honradez.
Buenas Miguel Ángel!
Valiente artículo y actualmente «políticamente» incorrecto; no está de moda defender la política…y lo sabes! (como dicen los memes de Julio Iglesias)
Al neoliberalismo le sobra la democracia y la gobernanza, se puede mantener con tecnócratas impuestos, con lo que la degradación de la política le importa un bledo. Lo grave es la desconfianza ciudadana en sus políticos y en la Política que afecta a nuestra calidad democrática. Para no regresar a la selva en donde los de arriba siempre ganan necesitamos ética, leyes justas y política con mayúsculas. Estamos contigo en ni todos malos ni todos iguales!
Defendemos la honestidad de la mayoría pero también conociendo el terreno en nuestro País. Hay un libro investigación bastante recomendable sobre corrupción: «La Patria en la cartera» del juez Joaquim Bosch. Interesante análisis histórico del siglo XX con soluciones factibles para que no seamos los campeones europeos en corrupción politica.
Defender la Política y poner medios de transparencia y mecanismos eficaces para que nadie se pase de la raya aunque quiera.
En fin, Gracias por ir contracorriente, sé que es marca de la casa. Felicidades!
Mil abrazos 4×3 Os queremos.
Querida familia almeriense:
Nosotros también os queremos a rabiar.
El artículo no aboga por la falta de exigencia sino que la extrema.Porque los políticos han de ser los servidores del pueblo y no los que se sirven de él.
Es decir, que vigilancia extrema e intervención dura e inmediata. Pro eso dista de una descalificación genérica porque atenta a la esencia de la democracia.
Los políticos no son intrínsecamente malos, aunque tiene muchas facilidades y tentaciones para serlo.
Si no confiamos en los políticos, no confiamos en la POLÍTICA.
Hace tres años me invitaron a participar en un Congreso celebrado en Las Palmas sobre la transparencia en la gestión política. Los políticos tienen que tener los bolsillos de cristal. La otra opción es la dictadura y el mercado.
Buena pinta el libro que citas. Va a la lista.
Ayer estuve en Madrid en un Simposio sobre liderazgo par la EDUCACIÓN INTEGRAL. Ahí está la otra clave de esta historia.
Un abrazo enorme.
Gracias por la aportación mañanera.
Muchas veces os imagino en plena tertulia.
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Hola, Miguel Ángel:
Interesante el cuento con que inicias el artículo. Su moraleja no tiene desperdicio. La realidad, al menos en mi ciudad, es que el año en que hay elecciones todo se pone patas arriba, hay una actividad frenética, parece que se quiere hacer todo en un año y tres de descanso.
A mi modo de ver tienes mucha verdad en lo que dices, en todas partes hay algún garbanzo negro y muchos blancos, (no se extrapolem lo de los colores).
Los que tienen gran influencia en la sociedad, o los que están en el candelero, debieran ser totalmente ejemplares: cuando vemos un juez de alto rango ser parcial desprestigia a todos los honestos, lo mismo un político o en cualquier profesión.
La política parlamentaria, en lo que vemos por televisión, me parece inaceptable, se ha convertido en reprensiones y exabruptos, o peor, en insultos. Nunca he visto en la alternativa una exposición razonada de un mejor hacer del que propone el Gobierno.
El «todos» solo sirve para calificar algún pequeño grupo, para los grandes hay otros muchos indefinidos.
P.D: Estoy leyendo tu libro » La casa de los mil espejos», que amablemente me dedicaste. Compraré dos que a final de curso regalaré a los profesores de mis nietos.
Un gran abrazo Miguel Ángel, y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Ayer tuvo ocasión de hablar de ti en un Simposio celebrado en Madrid al que me habían invitado. Y me encontré con tu vecino y compañero mío Joaquín Gairín.Le pregunté por ti. También tiene de ti una magnífica imagen de persona estupenda. Me dijo que tenía un huerto y que trabajaba allí con mucho entusiasmo.
No me gustaría que she entendiese este artículo como una invitación a ser contemporizadores con la corrupción política. No. Creo que hay que extremar la vigilancia y extremar la dureza. Porque es especialmente grave la corrupción de quienes han sido elegidos para gestionar el bien público.
Lo que pienso es que ese desprecio y esa condena generalizada minan los cimientos de la democracia.
Lo que pasa es que el bien hacer nunca es noticia. Lo que se pone en el candelero es siempre la basura. Por eso da la impresión de que todo es basura. Y no.
Un abrazo, querido amigo.
Espero no aburrirte con la lectura del libro.
Cuando regalo un libro siempre digo que no voy a preguntar si ha gustado o no. Así dejo libertad para leerlo o no leerlo.
Ya está en imprenta LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE. Allí aparece tu nombre, bueno y el de Miguel Ver y el de Juan Carlos…
Un abrazo. Y gracias.
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Hola Miguel Ángel
Hoy te veo más santo que guerrero. Inicias el relato con una narración muy aclaratoria y terminas con una conclusión aún más clara y meridiana: «Es curioso observar el celo apocalíptico de la de la derecha o de la izquierda cuando descubre en el adversario un atisbo o una imputación o una condena de alguno de sus miembros…» Así es, distinta óptica de ver las cosas, diferente rasera para comparar hechos.
Por cierto en mi localidad parece que han estado esperando cuatro años para arreglar jardines, tapar agujeros en las calles, pintar las vías, arreglar colegios, incrementar los carriles bicis, dotar a la policía local de nuevos vehículos,… No digo el nombre de la localidad porque no es cuestión del partido que gobierna, da igual, el infierno es idílico para uno u otro partido. Es tiempo de elecciones y hay que dejar en la retina del votante una imagen que induzca al voto. El infierno está más esplendoroso que nunca…
Un abrazo.
Querido Juan Carlos:
No creas. Porque mi condena a la corrupción política es muy severa. Como digo, la corrupción de los políticos es especialmente grave porque encierra una traición a quienes les han encomendado una responsabilidad. No es igual en el caso desbocado ladrón o del cura pederasta.
Hay que ser implacables en la persecución de la corrupción política.
LO que no me gusta es esa descalificación generalizada. Todos son unos sinvergüenzas. O los de antes eran mucho mejores. Ahora son todos torpes e indecentes.
Se ha visto en el «caso mediador»: todos los que fueron a esa cena y todos los que no fueron… todos al mismo saco.
Esa desafección mina los cimientos de la democracia: no se va a votar, da igual una cosa que otra, desaparece la confianza…
El idílico infierno es una trampa que es preciso denunciar.
UN gran abrazo.
Y gracias por tu aportación.
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Estimado Juan Carlos: Te adelantaste por unos segundos a la corrección. Por eso no he dado entrada a la tuya.
Saludos.
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Graciassss
Algunas veces parecemos demandar la vuelta a la dictadura.
Criticar a todos los políticos como corruptos es antidemocrático.
Lo que pasa es que se le d tanta publicidad a los casos que se corre el peligro de la generalización, que siempre es injusta.
No votar también es antidemocrático.
10.4.1.120 En respuesta a María Triviño.
Querida María:
Sí, de acuerdo.
La estrategia que utilizan los partidos acentúan el problema ante la ciudadanía. Si el PP dice que está en el ADN del socialismo el consumo de droga y de prostitución y el PSOE dice que todo el PP está implicado en el caso Bárcenas, pues resulta que aparecen todos implicados.
Hay políticos que pierden dinero estando en política.
Y los hay que se ganan la vida dignamente con su trabajo.
Hay que discernir quién lo hace bien y quién lo hace mal. No sólo en referencia al dinero, también en las actuaciones y en las prioridades.
Besos. Gracias.
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Querido Miguel Ángel:
Por aquí ando una vez más, para darme una vueltecita por la barriada en forma de opinión y de cariño por la gente que aquí vive. Voy a pedirte que te tapes los oídos durante un minuto, pues tengo que saludar a un personaje e igual le hago un poco la pelota hablando mal de ti, o bien, no sé.
1.- Amigo Quintiliano, leo todo lo que se escribe en El Adarve, y entiendo que tú aportas algo distinto. Solo a ti se te ocurre mentar a La Ayuso y sé que lo haces para enervar al jefe, para obligarle a sacar todo su argumentario sobre las habilidades políticas (y académicas) de esta provocadora política. Gracias por los buenos ratos que me haces pasar.
2.- Ya, Miguel Ángel, ya puedes. De acuerdo, no se puede generalizar en nada, tampoco en corrupción política. Pero he de reconocerte que tengo que hacer grandes esfuerzos para seguir confiando en esta llamada clase. No voy a permitir que me aparten de LA POLÍTICA. Ganarían.
3.- No voy a generalizar, de acuerdo. Comprendo que corrupción hay en todos los campos profesionales. A mí lo que me rompe es ver cómo se resuelve cada caso una vez que salta a la luz pública. Me rompe lo que comentas cuando se trata de los míos o de los otros. No se habla de corrupción y cómo resolverla o evitarla. Se habla de la corrupción de los otros.
4.- No voy a generalizar, de acuerdo. Pero no puedo evitar cabrearme. Son las mejores notas, y, a veces, parecen tontos. ¿Qué piensan, que no los van a coger? ¡Hasta los jueces! ¿Y el resultado? Eso es lo que me mata. Eso es lo que aparta a la gente de LA POLÍTICA.
5.- No voy a generalizar, de acuerdo. No voy a dejar que unos pocos, y, por lo que se ve, con el beneplácito de muchos, me aparten de dar mi opinión sobre cómo me gustaría el mundo en el que vivo. A pesar de que me decepcionen, de que me fallen una y otra vez, voy a ir a votar. De lo contrario sería una derrota para la democracia, para la sociedad, para los más débiles de recursos y posibilidades.
Un fuerte abrazo, Miguel Ángel. Y otro, muy grande, para toda la familia de convivientes dialogadores.
6.- Hay otra cosa que también me cabrea. Cuando escucho las noticias y parece que me las dan así:
“Hoy se ha producido un nuevo accidente laboral en la guerra de Ucrania. Tres soldados han resultado heridos, cuando estaban matando enemigos, al ser alcanzados por un dron. Las autoridades investigan los hechos para tratar de esclarecer si se cumplían las leyes y normas que rigen las guerras. Se sospecha que han sido atacados a traición.”
Querido José Antonio:
Ya sabes que siempre me alegra verte por estos pagos.
Como no me tapé los oídos, sé lo que le has dicho a Don Quintiliano. Sus intervenciones siempre son tan cáusticas como certeras.Nunca me enervan, por cierto.
Te contesto:
1. Puede que haya que hacer grandes esfuerzos porque hay cosas que se ven que resultan intolerables. Pero creo que ahí está le peligro, a mi juicio: concluir que como hay políticos corruptos, LA POLÍTICA ES DESDEÑABLE. por eso me parece inteligente y honesto seguir participando, no solo con el voto.
2. Es cierto que la actuación de los partidos ante la corrupción no suele ser la misma con los suyos que con los otros. Y por eso digo que eso desacredita. Hace tiempo que escribí (no recuerdo ahora dónde) un artículo que se titulaba: SI LO HACEN LOS OTROS ES DISTINTO.
3. Claro que piensan que no les van a descubrir. Y, si les descubren, no van a tener que devolver hasta el último céntimo. Yo en ese sentido sería implacable: hasta que no se devuelva el último euro, no hay libertad posible.
4.Me alegra que compartas mi idea de que los casos de corrupción no nos tienen que apartar sino comprometer más con la política. Poner todos los medios para que no se pueda delinquir y, una vez descubierto y comprobado el delito, mano dura.
%. Tocas otro punto de especial relevancia y es el modo de contar la realidad ala ciudadanía desde los medios de comunicación.Hay un filtro de la realidad que no nos llega como es sino como nos cuentan que es. Qué temazo.
Un gran abrazo, querido José Antonio.
Tus aportaciones siempre son enjundiosas.
Un abrazo de sur a norte.
MÁS
Querido Maestro:
Hoy ya me he sentido más capaz de leer su texto porque mi ojito va mejorando.
Lo he pasado bastante mal por una inflamación a raíz de la operación de cataratas.
Me he puesto a leerlo y como siempre su sentido del humor llega a transformar la dura realidad.
A veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
A veces elegimos mal y en cosas que no se puede retroceder.
Pero ya visto desde diferente perspectiva, si sé lo que iba a pasar, me quedo como estaba.
Con respecto al cielo o al infierno, me quedaría con el limbo, el lugar intermedio.
De los políticos tenemos que pensar que una fruta podrida no daña todo el cesto.
Hay que confiar en que los que nos gobiernan intentan hacerlo bién.
Igual que las personas cercanas, es en la adversidad cuando nos damos cuenta, quién está cerca y lo que vale tenerlos.
Estoy saliendo Querido Maestro de esta tormenta.
Espero poder seguir disfrutando con todos cada semana.
Sin más, con un cordial saludo,me despido con muchos besos y abrazos.
!Qué sean felices y disfruten de la vida!
Querida Loly:
Sabía cuál era la causa de tu ausencia.
He mirado cada día el blog a la espera de tu nombre después de la operación porque iba a ser la mejor información sobre la evolución positiva de tu vista.
Por fin he podido leer tu comentario.
Me alegro de que vayas recuperando la normalidad.
Lástima esa inflamación, pero supongo que ya estará superada.
Me alegra mucho saber que ya puedes participar en la lectura y la escritura.
Creo que hay que tratar a los demás como deseas que te traten a ti. Por eso me parece bien que pienses que los políticos, en su mayoría, quieren hacerlo bien.
A mí me disgustaría que, SIN PRUEBA ALGUNA, me juzgasen de manera desfavorable.
Gracias por la información y por el comentario.
Besos y bienvenida.
MÁS
Buen día mi estimado Dr. Miguel Ángel Santos Guerra.
Que interesante cuento, con el que inicia su artículo. Un retrato maravilloso de la política. Por lo visto el prestigio que antecede y precede a la política es un mal universal. Pero muy acertadamente usted contraresta aclarando que malo y buenos hay en todas la profesiones, por lo que no es bueno usar calificativos generalizados.
Muchos políticos muestran su mejor cara cuando andan en busca del voto, pero se hacen de oídos sordos cuando alcanzan su objetivo y el pueblo pide una respuesta a sus demandas.
Conozco muchos políticos que han actuado de esa misma forma, pero también conozco maestros, directivos, jefes sindicales y de todo un poco.
Pero yo considero nuevamente que como ciudadanos que brindamos nuestros sufragio, tenemos derecho y evaluar el funcionamiento de la persona que elegimos y la ley debería amparar sanciones para aquellos que no hagan bien su trabajo. Lamentablemente, ellos mismo proponen y promulgan leyes para protegerse. El fuero político debe desaparecer, pera también debe desaparecer la creencia de los ciudadanos de que no podemos hacer nada. También debemos dejar de pensar que todos son malos y buscar quien nos represente dignamente. Si hay personas valiosas, pero muchas veces no llegan por la falta de apoyo de nosotros mismos y de la misma política.
Hay mucho que hacer e impulsar desde las aulas.
Saludos cordiales.
Querido Misael:
Qué buena costumbre leerte cada semana.
Un buen fichaje para todos los lectores y lectoras del blog.
Nosotros también podemos premiar y castigar con el boto.
Es muy triste lo que dice Perrenoud: Puede un gobernarte despreciar al pueblo y ser aclamado en las elecciones. Por eso el reclama el papel de la escuela que tiene que enseñar a pensar y a convivir.
No tiene que dar igual hacerlo bien que hacerlo mal.
En el artículo sostengo que la descalificación generalizada daña la democracia. Por que es esencial a la política la delegación de la responsabilidad en quienes van a gestionar el bien común. El político sirve al pueblo, no se sirve del pueblo.
Es cierto que en campaña electoral el político quiere conquistar el voto, pero es responsabilidad de la ciudadanía evaluar cómo ha sido de leal su desempeño.
Un gran abrazo.
Y muchas gracias.
MÁS
No sé por qué los políticos están siempre en el punto de mira. Y parece que la gente disfruta dándoles caña. Todos son ladrones, todos son corruptos, todos son mentirosos.
Resulta increíble escuchar a algunos periodistas y ver cómo fustigan ,sobre todo, a los que son de otro signo político diferente al suyo.
Es el deporte nacional. Existe una actitud sádica contra ellos.En principio son malos, salvo que se demuestre lo contrario.
Estoy de acuerdo en que ese planteamiento es antidemocrático
Querida Sandra:
Escucho algunas mañanas a periodistas de derechas. Creo que es bueno escuchar a quienes no piensan como tú. Una de las cosas que me sorprende es la facilidad con la que insultan, descalifican y agreden al presidente del gobierno. Creo que confunden libertad de expresión con libertad de agresión. Una cosa es criticar y otra es demoler y agredir. Se nota en sus palabras desprecio y hasta odio. Y ese rechazo lo extienden a todos los que no piensan como ellos.
Creo que el respeto debería estar por encima de la discrepancia.
Besos y gracias.
MÁS
Hola a todo el mundo,
¡¡Hombre, claro!!
Qué malos son los periodistas de derechas. Comparado con los de izquierdas, estos sólo hacen alabanzas y halagos de los políticos de derechas. (De cuando la imparcialidad y objetividad tiende a cero).
De otra, estoy medio «namorao» de la Secretaria de Estado del Ministerio de Igualdad (Excma. Sra. Doña Ángela Rodríguez). Eso es clase, nivel, cultura, saber estar, mérito, ….a sus pies Señoría.
Sr. Lema, no me lea mucho, no se vaya a endemoniar….
A todo el mundo, que tengan un buen día….
Estimado Don Quintiliano:
Me gustaría conocer nombres de periodistas de izquierdas con ese nivel de insultos hacia políticos de la derecha. Por eso en el título del artículo digo que no son todos iguales.
En un artículo de no hace mucho critico duramente a la Secretaria de Estado que te tiene «medio namorao». No es para menos. Critico en esa columna sus bromas sobre temas tan importantes, su postura cerril ante los evidentes y nefastos errores de la ley de su Ministerio. Critico que no hayan hecho caso a quienes les advirtieron de los problemas, que no hayan pedido perdón y que no se haya reconocido el error. Y, luego, que no hayan apoyado la rectificación. No sé si lo leíste, pero ahí está.
El artículo se titula Errores, risitas y pedradas.
Un saludo.
Siempre doy las gracias a quien se toma la molestia de leerme y de escribir.
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El problema de los políticos es que están expuestos en el escaparate de los medios de comunicación.
Al estar tan visibles es más fácil detectar sus errores.
No es igual un abogado de provincias que un ministro. No es igual un profesor de Universidad que un Diputado. Pero eso no m legitima el proceso de generalización.
Querida Marta:
El problema de que hay una especial virulencia sobre los políticos es que han sido elegidos por la ciudadania. Están pagados con el dinero de todos. Sus delitos son especialmente graves porque abusan de la confianza que se ha depositado en ellos.
Por otra parte tienen una imagen pública, son conocidos y están en el escaparate de los medios.
Hay que ser implacables con la corrupción, pero no hay que generalizar.
Besos.
Gracias.
MÁS
Lo que separa una dictadura de una democracia, entre otras cosas, es el sistema de rerpresentación. Los ciudadanos votan para decir quién va a ser el encargado de gobernar y de gestionar los bienes públicos.
Por eso es tan importante confiar en esas personas. Y por eso es tan importante exigir que haya honestidad en la gestión.
Es cierto que la mala imagen se la ganan a pulso,.
Yo creo que les está enjuiciando con demasiada benevolencia.
Estimado Mario:
No. No tengo benevolencia con los políticos que delinquen. La tengo con aquellos que no lo hacen y que son descalificados por culpa de sus compañeros o aliados.
Estoy en contra de la generalización. Estoy contra esas frases tan manidas: todos los políticos son malos, todos los políticos son iguales.
Un abrazo y gracias por tu opinión.
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