Mi querido amigo chileno Arnoldo Fuentes, me contó en mi última visita a la ciudad de Temuco que, cuando estudiaba Primaria, era un niño colorín. En Chile se utiliza el simpático nombre de colorín para lo que nosotros en España decimos pelirrojo. Ahora, a sus cuarenta y tantos, ya no quedan rastros de aquella peculiaridad. Por eso le expresé mi sorpresa.
En un primer momento no entendí lo que me quería decir.
- Cuando tenía diez años yo era colorín.
- ¿Qué quieres decir con colorín?
- Vosotros decís pelirrojo.
- Sí, yo era pelirrojo. Estudiaba en un colegio de curas solo para chicos. Un lugar donde te molestaban por todo, si eras distinto: flaco, gordo, chico y… colorín, por supuesto. La profesora me vio un poco triste por ser objeto de reiteradas burlas y me llamó para hablar conmigo. Me transmitió la seguridad de que ser distinto era algo excepcional y positivo. Me dijo: ¿has visto cuántos compañeros tuyos tienen tu mismo color de pelo? Y yo respondí: ninguno. ¿Y en los cursos paralelos? Ninguno., dije. ¿Y en toda la escuela? Ninguno, volví a responder. Y ella me dijo: tú eres especial, eres único, no hay nadie como tú, no hay más colorines en este colegio y eso te convierte en alguien diferente porque todos te ven a ti, no eres invisible como muchos de este colegio. Me dijo que yo era un niño muy especial, porque era distinto a todos los demás. Yo me lo creí a pie juntillas. Tenía algo que me hacía diferente y, por consiguiente, más visible, más valioso, más querible.
He aquí una intervención auténticamente educativa. En lugar de dar pie a que esa peculiaridad se convirtiese en un objeto de burla, convirtió el color de pelo de su alumno en un motivo de distinción. El niño se sintió orgulloso de su condición excepcional. Algo tan ostensible como el color del pelo, que no se puede ocultar, él podía exhibirlo con orgullo. Su profesora le había hecho sentirse bien consigo mismo. A partir de ese momento se sintió orgulloso y no acomplejado.
Muchas veces ocurre lo contrario. El niño pelirrojo se siente avergonzado y es objeto de burlas de todo tipo. Como es distinto, como no es igual que todos, como es llamativo, es fácil zaherirlo y reírse de él. No es difícil imaginarse al grupo de hostigadores gritando a coro entre risas:
- Co-lo.rín, co-lo-rín, co-lo-rín.
Qué hermosa e inteligente la intervención de la profesora del pequeño Arnoldo. “Qué suerte tengo: soy colorín”, pensó al salir de la conversación con su maestra. Un motivo para ser admirado, no vituperado, para ser querido, no para ser odiado. Ella transformó las burlas en manifestaciones de admiración.
Con sus propias palabras: “Esta reflexión me ayudó muchísimo a tener seguridad y a creerme realmente especial. Ella puso en mí algo que me hizo disfrutar el ser distinto a todos”
Esto tiene que ver con la visión que tenemos sobre la diferencia. Casi siempre la consideramos una lacra, una carga, una desgracia. El que es distinto es rechazado, señalado como algo anormal. Pero en una perspectiva negativa. Un inmigrante no es un autóctono defectuoso, un niño negro no es un niño blanco defectuoso, un joven homosexual no es un heterosexual defectuoso, un niño colorín no es un niño rubio defectuoso…
Alguna vez he utilizado, en conferencias y escritos, una ingeniosa metáfora para hacer patente la idea de lo importante que es optar por una mirada positiva sobre la realidad. Se titula “Asamblea en la carpintería”. Dice sí:
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar, ya que hacía demasiado ruido y además se pasaba todo el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa pero pidió que fuera expulsado el tornillo ya que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Dijo que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo a condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se la pasaba midiendo a los demás como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se pudo el delantal e inició su trabajo. Y utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un hermoso juego de ajedrez.
Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo: ”Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos en nuestros puntos malos y concentrémonos en los puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, que el tornillo unía y daba fuerza, que la lija era especial para limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo. Pero encontrar cualidades eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.
Hasta aquí la metáfora. Una forma de mostrar cómo es posible centrar la atención en las dimensiones negativas o en las positivas de las cosas y de las personas. Y qué diferencia existe de tomar una opción u otra.
Claro que el martillo hace ruido, claro que al tornillo hay que darle vueltas, claro que la lija es áspera y es cierto que el metro es imprescindible para medir. Si esas características se ignoran y se pone el énfasis en las dimensiones positivas , como la fuerza, la capacidad de unión, la eliminación de asperezas y la exactitud, podemos conseguir lo que pretendíamos.
No sé si alguna vez he contado en este espacio la historia de dos empresas de calzado que enviaron un representante a realizar un estudio de mercado a la misma zona de África. Después de realizar la explicación pertinente, enviaron un informe a sus respectivas empresas. El delegado de una empresa, después de exponer el resultado de sus trabajos de diagnóstico, cerró su informe diciendo: En definitiva, el futuro de la venta de calzado en esta zona, no puede ser más desalentador. No se venderá ni un par de zapatos en muchos años. El delegado de la segunda, terminó su informe diciendo: El futuro del mercado en esta zona, no puede ser más prometedor. Se venderá todo lo imaginable y mucho más. La causa fundamental es que aquí todo el mundo anda descalzo.
Los informes de ambos representantes han explorado en la misma zona, han recogido los mismo datos, pero han llegado a conclusiones opuestas. Lo cual nos dice que la realidad se puede interpretar de diferente (y en este caso opuesta) manera. Pero hay más: los informes no solo hablan de la realidad, hablan también de sus autores. Uno se considera incapaz de persuadir a una persona a que se compre unos zapatos y el otro se considera muy capaz de convencer a alguien de que es más económico comprarse un par de zapatos que hacer una alfombra de tamaño universal o hacerse daño en los pies descalzos.
Quiere esta historia decir que dos profesores pueden conocer a un mismo colorín y uno puede entender que esa persona tiene que afrontar una desgracia y otro puede concluir que esa persona ha tenido una gran suerte. Esa actitud habla de diferente manera del colorín, pero habla sobre todo de quienes son los profesores.
Muchos casos de bullying en las escuelas se cimentan en algún defecto físico: orejas grandes, cojera, dientes saltones, peso excesivo, peso liviano, nombre poco común, nariz aguileña, labio belfo, tartamudeo, color de la piel, pequeña estatura, gran estatura… A esas características se les suele buscar un mote ingenioso, que se utiliza como un arma con la que se hiere a la persona.
Me imagino al pequeño Arnoldo mirándose orgullos en el espejo cada mañana.
– Qué suerte he tenido, qué guapo me veo.
Su profesora había hecho un pequeño milagro. Había evitado lo que para otros niños podría haber sido un calvario y había conseguido que se sintiese feliz por ser especial.
Quiero agradecer al protagonista de esta historia que la haya compartido conmigo. Lo que ha hecho posible que hoy la comparta yo con mis lectores y lectoras. Una buena lección para las familias y para las escuelas. Y colorín, colorado, que esta historia se ha acabado.
Muy buenas Miguel Ángel!
Enriquecedora historia del excolorìn Chileno Arnoldo,toda una “Fuentes” de enseñanza.
Que importante es contar historias y escribirlas,verdad?,cada vez nos convences más. Gracias.
Ayer, tuve la suerte de ir a la conferencia de la Doctora en Arqueología Marga Sánchez Romero que presentaba su libro “Prehistórias de Mujeres” y me resultó muy interesante debatir sobre cuando la diferencia se convirtió en desigualdad…un tema de calado.
Tú,hoy nos hablas también del “ser diferente” que puede ser motivo de orgullo o convertirse en algo negativo. Las diferencias nos pueden unir y ayudar o ser un desastre en la carpintería. Menos mal que tenemos buenos carpinteros pedagógicos que siendo Santos dan la Guerra y batallan por un mundo más justo y humano desde el campo educativo.
Por cierto, que proyectos o libros tienes entre manos? Es metafísicamente imposible que no te líes o no te líen..jeje.
Con el deseo que paséis unos días de Navidad entrañables en Familia aprovechamos para felicitaros. Felices Fiestas! Y Feliz Natividad!
Por cierto, creo que ese bebé No nació en el Corte inglés rodeado de lucecillas y música…aunque la indirecta divina todavía no la pillamos del todo….dicen que es una buena noticia para los Nadies y los más vulnerables….eso Espero.
Abrazos a toda la Familia.
Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
Tus comentarios siempre superan al artículo. Da gusto leerlos. Por contenido (siempre positivo y enriquecedor) y por estilo (siempre ingenioso y sugerente). La diferencia es que yo no solo me alimento de ellos en el desayuno del sábado sino a cualquier hora, en cualquier sitio y en cualquier día de la semana. Ya ves, ahora lo estoy disfrutando en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.
Y veo que cada semana aprovechas para seguir disfrutando y aprendiendo. No sé si me has oído decir que las personas inteligentes aprenden siempre y que las otras pretendemos seguir enseñando a todas horas.
No se si has visto que ha escrito mi admirado colorín. Me ha gustado mucho su comentario. Cómo negar, después de leerlo, la enorme responsabilidad de los maestros y de las maestras.
Estoy con las manos en la masa de un libro en cuya elaboración estoy disfrutando. Se titulará LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE.Está casi terminado. Verá la luz en 2023. El proceso de edición es largo. No sé si lo editará Graó, Narcea, homo Sapiens… Me inclino por este último ya que no vería com buenos ojos que no le elija a él. Creo que ya me ha editado 14. No tiene ninguna exclusiva firmada, desde luego, pero de facto, lo da por hecho.
Feliz Navidad y a ver si al manos se detiene esta maldita guerra. A veces pienso que no es cierto lo que nos cuentan.
Gracias por escribir. Gracias por leer. Gracias por ser.
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Querido Miguel Ángel:
Hoy nos traes otra hermosa historia de cómo lo aparentemente negativo se puede convertir en algo esplendoroso, positivo.
En general, sobre todo en la adolescencia, se odia lo diferente, se quiere estar en el grupo formando una unidad. Hay quienes no se desprenden de ese sentimiento a lo largo de la vida.
La hermosura de la naturaleza está en la diversidad, lo mismo en los seres humanos. Por suerte no somos clones.
Atacar a las personas por su diversidad, es oponerse a la naturaleza, a uno mismo, pues todos somos diferentes.
Es de admirar las personas, como ese profesor, que de lo aparentemente negativo, saben sacar la belleza que otros no perciben.
Gracias por tu aleccionador artículo.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Me ha gustado tu idea de que “atacar a las personas por su diversidad es oponerse a la naturaleza”.
Es cierta la infinita y afortunada diversidad de la seres humanos. Yo digo que si un centímetro cuadrado de piel (las huellas digitales) nos hacen diferentes a miles de millones de personas, ¿qué sucederá con toda la piel, toda la historia, todas las vivencias, todas las ideas, todas las emociones.
Pero, sí, hay una tendencia en la escuela a la homogeneización (todos, todos lo mismo, todos a la vez, todos de la misma forma…. Y una tendencia de los individuos a sentirse “normales”. Por eso se señala al diferente. A veces se le ridiculiza y otras se le discrimina y se le elimina.
Gracias por estar ahí cada sábado.
Ya vuelvo a casa por Navidad. Estoy en el aEropuerto de El Dorado de Bogotá.
Un abrazo.
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Querido Miguel Ángel, he sido un lector silencioso de muchas de tus historias en este blog y esta de hoy me lleva sin duda a hacer este comentario de ese colorín que soy yo, que gran lección para la vida me regalo esta profesora que puso en mi toda esa seguridad que necesitaba para ser feliz siendo diferente, porque esto en el contexto de mi Escuela era realmente una mochila pesada de cargar y esa carga muchas veces se aliviaba encarando a los que tanto me asediaban, peleando con muchos para no seguir hundiéndome en la pena de ser diferente “ser colorín” entonces aparece ella mi profesora con esas palabras que me hacen mirarme al espejo y ver lo distinto que soy a todos y lo que eso provoca en mí es simplemente mágico, esa seguridad que me hizo pasar de un niño retraído, poco involucrado en todo los procesos a uno absolutamente visible en todas las actividades del colegio que gustaban, me hizo sentirme absolutamente especial hasta hoy cuando ya el colorín está más dentro de mí que fuera, como un profesor puede cambiar el rumbo de la historia de un estudiante es algo fascinante y que se debe tomar conciencia de ello, miro mi vida y estas señales y otras son las que hacen que tome la decisión de ser profesor y segurizar a mis estudiantes y no solo los colorines si no a todos, pues todos somos especial y diferentes, gracias querido Miguel Ángel por compartir este pedacito de mi vida, gracias por seguir repartiendo ese polvo mágico de estrellas con todos, un abrazo gigante para ti y la familia, saludos desde Chile “El Colorín”
Querido colorín:
El artículo de hoy es solo tuyo y de tu magnífica profesora. Como dices, cuánto puede hacer un maestro, una maestra para ayudar a sus alumnos y alumnas.
No sé si mantienes el contacto con ella. Estoy seguro de que si conociera lo que supuso paRa ti su intervención se llevaría una enorme alegría. PORQU TÚ MISMO DICES QUE AQUELLAS PALABRAS TAN SENSIBLES E INTELIGENTES HAN TENIDO EFECTO HASTA EL DÍA DE HOY.Esas son algunas emociones de la profesión docente. A eso dedicaré mi próximo libro que se titulará LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE.
Ella no solo acertó en el diagnóstico de persona única, irrepetible, excepcional por el color de tu pelo. Lo podía haber dicho por tu forma de ser, por tu forma vivir.
Un gran abrazo de familia a familias.
Te escribo desde Bogotá. Estoy de regreso a Málaga.
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Sois tan hermosos, reversibles ambos (por dentro y por fuera)
Querida Isa:
Qué hermoso es contar para estos breves textos con ilustraciones inteligentes, sensibles, originales y entrañables.
Muchos besos.
Muchas gracias.
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Querido Maestro:
Hoy en su blog hace incapie en las diferencias.
Sentirse diferente es algo que trasciende más allá de las esferas del intelecto y del conocimiento y llega a lo más profundo de las emociones.
Es algo que te hace pensar en grande o en pequeño, te toca la autoestima y la creencia en la realidad más próxima, te hace bueno o te convierte en un ser malvado, te acerca con acierto a los demás o te alejas y te conviertes en un ser solitario.
Las dos corrientes se ejecutan al unísono y son los profesores, los padres, la familia y la sociedad entera la que debe actuar en consecuencia, como lo ha hecho la persona que narra en su historia.
El focalizar la diferencia como un don, una cualidad, una ventaja más que un inconveniente nos hace invertir la cuestión y creernos importantes.
La cercanía con seres diferentes, la comprensión de sus vidas, el tenderles nuestras manos, el ponernos en su lugar, entregándole nuestros afectos, nos hará que seamos más felices en muchos aspectos.
No sabe cuánto se aprende de todos ellos.
Mejoraremos el mundo si nos acercamos a ellos con el corazón abierto.
En estas próximas fiestas todo lo que podamos hacer por mejorar nuestra convivencia, nos hará más humanos y tendremos muchas más grandezas.
Con este espíritu navideño metido en el corazón os deseo para todos la más feliz Navidad.
Y sin más me despido con un cordial abrazo.
!Qué la semana este llena de amor y paz!
Muchos besos.
Querida Loly:
Mientras te estaba leyendo en el aeropuerto El Dorado de Bogota. Mientras estaba leyendo tu felicitación navideña, me acordaba de la guerra de Ucrania. Es que casi no me puedo creer que el mundo está en guerra. Vamos a cruzar el mundo de felicitaciones y de deseos de paz. ¿Cómo es posible que se mantenga este conflicto armado causando tanta destrucción, tantas muertes, tanto dolor, tanta pobreza…?
Haces interesantes reflexiones sobre la diferencia, utilizada tantas veces como un arma arrojadiza contra el prójimo. Lo que podría ser un motivo de acercamiento, de interés, de cuidado, lo transformamos en motivo de burla, de discriminación o de agresión.
Feliz Navidad, feliz semana, feliz vida.
Besos y gracias.
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He aquí una forma educativa de abordar la diversidad. Hay quien la utiliza para zaherir y hay quien la utiliza para fortalecer.
La feliz e inteligente intervención de la profesora de Arnoldo, como él mismo dice, le ha durado hasta hoy.Y han pasado más de treinta años, si no hago mal las cuentas.
Una forma de intervenir que hay que aplicar a quienes son distintos a ese prototipo que consideramos normal: varón, blanco, creyente, payo, rubio, de mediana estatura, creyente, sano, vidente… Lo que se salga del prototipo es considerado defectuoso. Gracias por el artículo
Estimado Antonio:
Sí, es un buen ejemplo de actuación educativa y también debe serlo de actuación política. Hay que proteger, cuidar y ayudar a las minorías.
Nancy Frazer decía que había que desarrollar políticas de redistribución (entre grupos diferentes económicamente, por ejemplo) y políticas de reconocimiento (entre grupos discriminados).
Si has leído el comentario de Arnoldo, verás que la intervención de la profesora le marcó la vida.
Un gran abrazo.
Y gracias por participar.
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Ojalá compartiésemos con más frecuencia este tipo de experiencias.
Porque dan pistas a los docentes y porque generan optimismo en el sistema educativo.
Vemos con claridad meridiana que nuestra tarea es muy importante. Y puede tener consecuencias para toda la vida.
Estimado Carlos:
Los profesores estamos más dados a compartir los problemas y las dificultades que los éxitos y las buenas prácticas.
Es importante dar a conocer las cosas buenas que nos pasan y las ©osas buenas que hacemos.
Un abrazo y muchas gracias.
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Todos los alumnos deberían de tener un profesor así, ya que demuestran que nunca podemos rendirnos ante nuestros problemas, y que aunque seamos diferentes al resto eso nos hace especiales y únicos. La autoestima y la motivación es algo que los niños nunca deberían de perder.
Querida Clara:
Si tuviéramos profesores y profesoras con esa actitud sería más fácil cultivar una buena autoestima. De la misma realidad los buenos maestros obtienen motivos de superación y los malos motivos de desaliento.
Te voy a hacer una sugerencia lingüística ya que en tus dos comentarios se repite el mismo error:
– Cuando el sentido de la frase encierra DUDA, se escribe DEBE DE y cundo expresa DEBER se dice solo DEBE- Ej…nunca DEBERíAN PERDER (segundo comentario).-
– profesor que DEBERÍAN TENER (primer comentario).
Gracias por leer el artículo y por escribir los dos comentarios.
Un abrazo.
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Aquí se puede ver un claro ejemplo de vocación por la educación, de esta manera podemos formar individuos con autoestima, únicos, diferentes y orgullos de ellos mismo, sin tener la necesidad de cambiar porque les disgustemos a otras personas, para mi es un claro ejemplo del profesor que deberían de tener todas las personas en su niñez.
Gracias por traernos esta especial historia de Colorín (así, con mayñuscula). En mi infancia era demasiado ocurrente y la mayoría de las veces me llegaba tarde la frenada. Casi siempre estaba al cabo de la calle, o en la misma calle, es decir, fuera del aula. Sin embargo, hubo un profesor que me aguantó, pienso que bastante. Pero el imperio de la “seriedad” seguía sin ir conmigo. Cuando ya era mayor este mismo profesor me dijo: “con lo inteligente que tú eres…”. Siento decir que llegó tarde o casi tarde.
Es verdad que cuesta mucho reponerse. Por eso esperemos que este cuento se acabe.
Un abrazo y saludos con salud.
Estimado josemª:
Cuánto tiempo sin verte por esta plaza mayor donde siempre serás bienvenido por lo que eres y por lo que dices.
Muchas gracias por tu aportación. Siempre aportar experiencia, compromiso y sabiduría.
Te deseo una Feliz Navidad, aunque este año se irá menos las palabras porque el maldito sonido de las bombas reducirá su fuerza.
Un gran abrazo.
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Hola Miguel Ángel.
Importante es esta intervención educativa la de esta profesora con un niño que se sentía “acomplejado” por el color de su pelo. En este caso, si es que la historia no está incompleta, me parece que no siempre resulta tan eficaz si sólo se actúa con el niño ridiculizado, reforzando su autoestima. Me temo que también hay que intervenir con el resto del grupo, con los que se reían y se mofaban del niño pelirrojo. Ante situaciones como estas hay que intervenir con todos y todas. Ya no sólo para corregir la situación actual, sino para concienciar y sensibilizar al resto de estas conductas inadecuadas, que duelen y molestar al “agredido”, con el fin de evitar que se repitan en otras situaciones. Debemos aprovechar estas situaciones para que todos aprendan, acosados y acosadores. esta importante función educativa formativa debe estar constantemente presnete en el profesorado y no solo pensar en “los contenidos” propios del área ¿Para qué tanto conocimiento si nos olvidamos de las personas?
Un abrazo.
Querido Juan Carlos:
Tienes razón. No solo es necesario actuar sobre las posibles víctimas. Hay que intervenir también sobre los posibles verdugos.Si todos fuésemos respetuosos con quienes son diferentes, nadie sería ridiculizado ni agredido. Se trata de intervenciones complementarias e igualmente necesarias. Imagino que una profesora que hace esta intervención, sería una persona con capacidad y preocupación por la otra parte educativa, que es la formación para la solidaridad y el respeto.
Un cordial saludo y muchas gracias por el comentario.
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Buena tarde desde México, mi estimado Dr. Santos Guerra.
En muchas de mis clases he utilizado al igual que usted, la metáfora de la “Asamblea de la carpintería” al igual que “El pato en la escuela”. Hay muchas ingeniosas historias que nos intentan mostrar que no todo lo que es diferente es malo.
Sin embargo, nuestras mismas escuelas y enseñanzas siempre tienden a la homogenización; los programas educativos se hacen pensando en la estandarización y a pesar que hemos avanzado bastante en el desarrollo de los nuevos currículos, aún estamos a años luz de tener una escuela verdaderamente inclusiva, no solo en sus instalaciones, sino en sus prácticas. Muchas veces pensamos que una rampa en la banquetam, hace a la escuela inclusiva.
Debo también decir, que hoy hay más apertura al cambio, a la tolerancia y al reconocimiento de lo diverso. Que importante la tarea del maestro, como en el caso que usted menciona, para empoderar a los alumnos y hacerlos que vean sus diferencias como una fortaleza y no como una debilidad. No puedo dejar de mencionar también, la importancia de los padres, de la familia en este importante tema.
Un tema muy interesante que tiene muchas aristas y que involucra directamente a la forma en la que desarrollamos la práctica educativa en nuestras escuelas.
Saludos cordiales.
Querido Misael:
De acuerdo en que hemos avanzado, pero falta mucho camino por recorrer. La finalidad es conseguir una ESCUELA VERDADERAMENTE INCLUSIVA. Y, como dices, no basta con hacer una rampa para que puedan pasar las sillas de las personas que tengan alguna discapacidad. Hay que transformar las actitudes, las concepciones y las prácticas.
La escuela tiene una peligrosa tensión homogeneizadora. Hay un prototipo de alumno que se convierte en referente, de modo que la diferencia respecto al modelo se convierte en un defecto despreciable.
Ek caso de este colorín es un ejemplo que nos puede ayudar a pensar y a tomar decisiones inclusivas. No será solo bueno para las personas diferentes sino para la propia institución.
Un cordial saludo.
Y gracias por el comentario.
También gracias por utilizar en las clases la historia del PATO EN LA ESCUELA.
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Estimado Miguel Ángel: Tu comentario al de Juan Carlos me ha hecho recordar que en una clase de 6º de la antigua EGB, un chico me hizo una pregunta. Rápidamente un compañero saltó y dijo: ¿Eso cómo va ser, tono?
Mi respuesta, como casi siempre, no se hizo esperar: Es la mejor pregunta que me han hecho en los diez últimos años.
Ahí se quedó el tema hasta mas ver. Por supuesto que no llamé “tonto” al que interrumpió.
La educación nos obliga a ser equilibristas, esté la cuerda floja o tensa.
Un abrazo y saludos con salud.
Estimado josemª:
Cuánto enseña la experiencia.
Me parece una estupenda intervención, que refuerza al que pregunta y no descalifica al que interrumpe.
Buena metáfora la del equilibrista.
Saludos.
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Me ha encantado leer el testimonio del colorín. Está muy claro el bien que le hizo la profesora con aquellas palabras.
Se ve claramente que esas palabras le han acompañado durante toda la vida.
Es una caso evidente de la influencia que tienen los profesores en la vida de los alumnos.
Saludos y gracias.
Querida Marta:
A mí gusta que los protagonistas de las historias participen a través de comentarios, ya que les da verosimilitud.
Esta es una historia real que escuché directamente de Arnoldo. Cuando la escuché pensé que sería interesante difundir porque es muy aleccionadora.
Como dices es un caso muy evidente de que la actuación de los docentes no es aséptica.
Tenemos una inmensa responsabilidad.
Besos y gracias.
Que bonita historia Miguel Ángel 🙂
Colorín contó con una maestra que le hizo ver que la diferencia en su pelo era algo excepcional. Lo que lo hacía diferente, lo hacía único y por lo tanto especial.
Volvemos a la importancia de trabajar autoestima, confianza y emociones en clase.
A lo largo de una trayectoria académica nos vamos a encontrar profesorado de todo tipo. Que maravilla de poder contar con aquellxs que al igual que la maestra de Arnoldo te hacen ver tu valía cuando tú síndrome del impostor va ganando.
Gracias por tanto.
Salud y felicidad.
Ana
Querida Ana María:
Sí, estoy de acuerdo contigo: una hermosa historia. Una historia que marca el camino que tenemos que seguir los educadores y educadoras.
Creo que es importante hacer visibles estas experiencias. Tenemos una tendencia a poner sobre el tapete los problemas, pero es más interesante poner de manifiesto las soluciones.
Cuando Arnoldo me contó su experiencia pensé que era interesante compartirla. Ya ves lo que él dice: aquella intervención ha tenido consecuencias duraderas.
Gracias por tus palabras.
Besos y feliz año nuevo.
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