Vivir en una democracia lleva consigo la satisfacción de derechos y el cumplimiento de obligaciones O, mejor dicho, el cumplimiento de obligaciones y la satisfacción de derechos. Cada derecho que defendemos y exigimos tiene el correlato de una obligación por parte de los demás. El siglo pasado fue el siglo de los derechos. Me gustaría que este siglo fuese el de las obligaciones. Y ahí tiene que estar la educación. Los ciudadanos y ciudadanas tienen (deben) exigir sus derechos y, sobre todo, tienen que cumplir sus obligaciones.
El derecho a la privacidad exige a los demás la obligación de respetarla. Y aquí quiero llamar la atención sobre un derecho que está siendo quebrantado de una forma permanente.
Llevo meses y meses soportando, en cualquier día y a cualquier hora, llamadas intempestivas de empresas de telefonía, de energía eléctrica, de seguros de todo tipo (de hogar, de coches, de vida, de deceso…). Incluso cuando viajo al extranjero recibo llamadas de carácter publicitario. Llamadas que comienzan preguntando en qué compañía estás y que acaban prometiéndote el oro y el moro, casi siempre escondiendo cláusulas que se convierten en trampas. Resulta que la oferta era solo para tres meses o que el descuento prometido tenía una caducidad silenciada o que te obligabas a una permanencia desconocida.
Muchas veces no atiendo la llamada. Y, cuando respondo, suelo hacerlo de forma un tanto agresiva, aunque sé que quienes me escuchan no tienen la responsabilidad de hacer la llamada. Son personas que necesitan un trabajo y tienen que aceptar lo que encuentran. Son personas que hacen lo que les mandan, probablemente por un sueldo de miseria. Y así se lo expongo al terminar la llamada.
- ¿Le he dado a usted alguna vez mi teléfono para que me llame?
- ¿Sabe si es para mí un buen momento para recibir esta llamada?
- ¿Tiene alguna referencia sobre mi deseo de recibir la oferta que me va a hacer?
- ¿Tiene idea de cuántas llamadas he recibido hoy como la suya?
- ¿Cree que tiene derecho a robarme unos minutos para algo en lo que usted tiene más interés que yo?
Parecen llamadas generosas, pero son llamadas interesadas. Son ofertas que pretenden mejorar un servicio que ya tienes. En el fondo, hay una lucha contra otras empresas que ya tienen clientes a los que se les sugiere que rompan la relación contractual que han sellado.
Cada día se suceden las llamadas, en una rutina desesperante. No hay derecho a entrar impunemente en la vida del prójimo con el fin de hacer un negocio.
Esas llamadas suelen sonar en el teléfono móvil (no tanto en el fijo). Lo cual quiere decir que puede sonar en un restaurante, en una tienda, durante un paseo o en medio de una conversación con amigos.
Pero ha llegado la gota que ha colmado el vaso. He recibido tres llamadas en un mismo día de un número y, curiosamente, no había una persona al otro hilo del teléfono. Había una máquina.
Somos de tal compañía, si quiere contratar un servicio, marque uno; si ya es cliente, marque dos; si quiere presentar una reclamación, marque tres. ¡In-cre-í-ble! Te roban unos segundos que ellos se ahorran con la maquinita.
Hay que denunciar en primer lugar, el traspaso de información que hacen las empresas con los teléfonos de los ciudadanos y de las ciudadanas. Y hay que denunciar esa invasión falta de respeto de la privacidad de las personas. Una privacidad que está protegida por ley. Una ley que se saltan impunemente.
Es cierto que nadie te obliga a responder a una llamada de un número que desconoces, pero no se puede negar que el sonido del móvil interrumpe lo que estás haciendo. Y, por otra parte, no puedes ignorar siempre una llamada que quizás sea de alguien que te llama con un mensaje de interés. Porque no reconoces todos los números, ni tus contactos son tan extensos que incluyan a todos los amigos o conocidos
Este fenómeno tiene variantes de muchos tipos. Si vas al cine, tienes que ver, quieras o no, una colección de anuncios ante la imposibilidad de girar la butaca para mirar en otra dirección. Si ves una película en televisión, tienes que tragarte treinta, cuarenta anuncios en cada pausa hasta que se reanuda la proyección. Ya sé que nadie te ata al sofá para que no te levantes, pero no se puede negar que es un precio que tienes que pagar sin haberlo solicitado.
Muchas veces, cuando estás navegando en internet, apareen llamadas de atención que se interponen en el camino de lo que buscas. Incluso aparecen ofertas de algunos objetos que “saben” que estás buscando.
Cada día tengo que borrar de mi blog decenas de mensajes que llegan a la bandeja de spam o a la papelera. Por muchas barreras que pongas, se filtran mensajes de todo tipo. ¿Por qué ese bombardeo permanente, esa invasión de anuncios, de promesas, de llamadas, de invitaciones, de mentiras…?
De cada diez correos electrónicos que recibo, hay siete u ocho que son de publicidad: restaurantes, viajes, hoteles, convocatorias, ofertas, informes, noticias, advertencias… Paso una buena parte del tiempo eliminando mensajes indeseados.
El buzón de la casa se llena de propaganda. Llamadas comerciales, políticas, religiosas… Los testigos de Jehová llaman a tu puerta para explicarte sus dogmas. Es famosa la respuesta del labriego andaluz al que le fueron a ofrecer las ideas los testigos de Jehová: No creo en mi religión, que es la verdadera, como para creer en la suya). Otro día llegan a ofrecerte la instalación de placas solares. Y al siguiente te pretenden informar de un seguro de vida…
Es necesario respetar de una forma más eficaz la privacidad de cada persona, protegerla de mensajes no deseados.
Voy a proponer dos soluciones a esta organizada falta de respeto. Téngase en cuenta que según la Ley de Protección de Datos una empresa no podría llamar por teléfono o enviar publicidad postal o electrónica si no se ha dado previamente el consentimiento para que lo haga.
La primera solución está en manos de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas. Hay que rechazar estas persistentes faltas de respeto. No hay que quitarle importancia a este asedio. Hay que denunciar, rechazar, no tolerar este bombardeo incesante. En definitiva tenemos el derecho a que se respete nuestra tranquilidad.
Hay una forma de protegerse de este asedio informático que no sé cuántas personas conocen: la lista Robinson. Se trata de un mecanismo mediante el que se puede solicitar que no te envíen publicidad ni al teléfono, ni al correo postal ni al correo electrónico. Yo lo he hecho, aunque todavía no sé qué eficacia va a tener.
La lista Robinson es un servicio que se gestiona a través de la Asociación Española de Economía Digital. Se trata de directorios creados con la finalidad de ayudar a particulares a librarse del acoso publicitario a través de llamadas telefónicas, SMS, correo postal o fax, practicado por muchas compañías, particularmente las operadoras telefónicas.
Apuntarse en la lista Robinson es totalmente gratuito. Lo que no sé todavía es la eficacia que tiene el hacerlo. He leído que hay que esperar dos meses para que se note de forma clara. También puede suceder que las compañías no tengan en cuenta estas listas, en cuyo caso habría que denunciarlas.
El nombre de Robinson fue inspirado `por el protagonista de la novela Robinson Crusoe, escrita por Daniel Defoe, aislado de la civilización después de naufragar en una isa desierta. Simbólicamente, quien se apunta a una lista de exclusión publicitaria rechaza todo lo que llegue desde el exterior.
¿Por qué no se informa sobre la existencia de esta posibilidad de librarse de este asedio? He visto que, en otros países, existen medios diferentes para solicitar que esta protección.
La segunda solución demanda está en el debe de las autoridades para proteger la privacidad de los ciudadanos y ciudadanas. Tenemos derecho a mantener nuestra privacidad. Tenemos derecho a que nos dejen en paz.
No vale todo para hacer negocio o para ganar adeptos. La libertad de información no puede convertirse en libertad de extorsión.
Hola Miguel Ángel.
Totalmente de acuerdo contigo. A lo que yo añadiría la falta de respeto cuando llamas a unt eléfono para pedir cita para algún organismo público. Se trata de un laberinto de opciones que ahs de marcar en el teléfono para llegar al destino. Como te equivoques de opción vas a un bucle sin salida. Encima la llamada se cobra. ¿Cómo la adminsitración del estado pone tantas trabas a sus ciudadanos? ¿Cómo por pedir cita se cobra una llamada? Estamos en un punto donde el ciudadano es solo un número sin identidad como pesona…
Un abrazo.
P.D.
Corrige este párrafo:
coreo postal o fax, practicado por muchas compañerar tres meses para que se notxs para que se notxe to. Lo que no scoso publicitario a trav ¿Por quido.
encia.o y tienen que aepías, particularmente las operadoras telefónicas.
Querido JUan Carlos:
Esa es otra.
Porque la falta de respeto se produce en las dos direcciones; cuando te llaman sin tener que llamarte y cuando tienes que llamar. El problema es que la ley existe: todas las instituciones tienen que facilitar teléfonos gratuitos pero muchas te hacen llamar a un 902 de pago. Y luego está ese galimatías de marque el 1, marque el 2, marque el 3…
Gracias por la detección del error y por avisarme de su existencia. No sé lo que pasó. El original estaba bien. Ya lo he corregido.
Un abrazo grande, querido amigo.
No sé si ya te has puesto en contacto con Isabel.
Gracias de nuevo, por tantas cosas.
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Sí, la llamé hace un par de días. Estaba contenta por mi propuesta. Se nota que es otra persona «emprendedora» y comprometida.
Gracias a ti que eres el que nos enseñas tantas cosas…
Estimado Juan Carlos:
Isabel es una maestra excepcional y una persona magnífica. En Chile descubrí que era también una excelente artista.Se ofreció a hacer la ilustración de mis artículos, con todo lo que esto lleva de trabajo y de tiempo.
Estoy seguro de que hará cosas interesantes. Ya me contarás.
Un abrazo.
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La Lista Robinson es un servicio que se gestiona a través de la Asociación Española de Economía Digital. Se trata de directorios creados con la finalidad de ayudar a particulares a librarse del acoso publicitario a través de llamadas telefónicas, SMS, correos electrónicos, coreo postal o fax, practicado por muchas compañerar tres meses para que se notxs para que se notxe to. Lo que no scoso publicitario a trav ¿Por quido.
encia.o y tienen que aepías, particularmente las operadoras telefónicas.
Gracias por la detección del error y por avisarme pronto. Al leerte la primera vez no sabía de qué se trataba. Luego vi que el correo venía del periódico. Está corregido.
Saludos.
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Buenas Miguel Ángel!
Bienvenido al club de los mortales del neoliberalismo. Ya no somos ciudadanos sino clientes, ergo…
Este mes he notado también un incremento de llamadas al medio día y por la tarde noche, en fin. Conocía la lista Robinson pero nunca me había apuntado, jeje, está mañana lo he hecho, como tú dices veremos la eficacia.
Mil Gracias
Me apena por las personas que trabajan en esas empresas porque me imagino que solemos ser muy desagradables, yo también me pongo tenso cuando las recibo.
Me apunto lo de: libertad de información no puede convertirse en libertad de extorsión.
Muy bueno!!
Eres una caja de sorpresas, gracias por la información y recordarnos que existe la lista Robinson.
Ah, Siempre lo hilas con un libro..cual es el de esta semana?
Recuerdos y abrazos para toda la familia.
Cuidaros!!
Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
Antes de entrar al comentario, dos cosas que quiero decirte. La primera es que no he concretado nada sobre el deseado encuentro porque Lourdes está con su madre, que está un poco pachucha. Y me gustaría que estuviera con vosotros. La segundo es que para mí, el libro de la semana es un libro todavía no publicado todavía y que he tenido que leer a marchas forzadas porque me habían pedido los autores y la editorial que escribiera el Prologo. Se titula APRENDER EN CONTEXTO. GUÍA PARA EL DISEÑO DE SITUACIONES DE APRENDIZAJE. Sus atores son Esther Diánez y Alberto López, a quien acaso conocéis porque están en la órbita Apfrato. El prólogo se titula COMPRENDER PARA ESCRIBIR, ESCRIBIR PARA COMPRENDER.Y el tema de la semana es una buena situación de aprendizaje: libertad, información, privacidad, extorsión, mercado, cliente, publicidad, ciudadanía…
Veo que este fenómeno no hace excepciones. Todas las personas sufren la misma invasión. Con quienquiera que hables te dice lo mismo. Tú nos dices que hay horas de mayor intensidad…
Esas pobres chicas )porque casi siempre son chicas) reciben el malhumor de los que contestamos porque no tenemos a mano al jefe que las contrata-
Hay que detener este tsunami.
Un abrazo interfamiuliar.
Gracias.
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Querido Miguel Ángel:
Interesante el tema que nos expones hoy. Creo que todos lo padecemos.
Personalmente lo que hago es que todo el que no tengo en mis contactos, en cuanto abro el móvil y pone Madrid, Albacete, València, etc. Lo apago.
Hay otra cosa que no mencionas, y que considero un atentado a la privacidad, son los cookies. Me resisto al máximo a aceptarlos, pero a veces no me queda más remedio. Sé que les estoy dando carta libre para meterse hasta en mis archivos.
Lo que debiera servir, el móvil, internet, para favorecer nuestras vidas, se ha convertido, muchas veces, en pesadillas, inseguridad, intranquilidad.
He oído lo de la lista Robinsón, veré de meterme en ella.
Yo me pregunto: por qué lo que se ha creado como elementos para favorecer nuestras vidas se convierten en elementos de preocupación?
Hay manos malvadas , pienso, que se encargan de sembrar el mal donde podía prosperar el bien. Otras muchas no son malvadas, simplemente interesadas.
A pesar de todo me encanta internet y la tecnología moderna. La prudencia es necesaria. Navegamos en mar peligroso.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Ya ves. El fenómeno del acoso no tiene fronteras. Lo que puede ayudarnos a estar bien informados y relacionados se utiliza también para la extorsión.
Y, en el fondo, todo es cuestión de dinero o de poder.
Las cookies (es femenino) son también un conducto por el entra mucha información no deseada.
Yo me he metido en la lista Robinson, pero soy muy escéptico sobre el resultado que produce. Quien se salta a la torera los límites de la privacidad, se sañtarça también la lista Robinson y todo lo que haga falta.
Creo que hay que intervenir sobre esta cuestión desde un punto de vista más amplio que la defensa de cada uno.
Un gran abrazo, querido amigo.
Y gracias por estar siempre ahí desde hace tantos años.
MÁS
Querido Maestro:
Hoy trata un tema de máxima actualidad, el acoso telefónico del que todos hemos sido víctimas.
!Yo la primera!
Utilizan todas las armas para dirigirlas hacia ti, conocen tus datos , tu población, la compañía en la que estás…..
Y de eso se valen para engañar.
Hace un tiempo recibo una llamada de la compañía en la que estoy, de un chico extranjero, que me ofrecia el oro y el moro.
Yo tonta de mi le creí.
Me abrió 3 o 4 líneas de teléfono, todas a pagar, me ofreció un teléfono gratis, que todavía estoy pagando, me causó graves problemas económicos, que me costó bastante resolver.
Así que no vea por confiar, como me salieron las cosas!
Así que ahora no me fío de nadie.
Si quiero resolver alguna cuestión me voy a una sede presencial de la compañía y resuelvo.
!Los engaños están a la orden del día!
Y hay que actuar con coherencia y protección.
Sinvergüenzas hay en todos lados, como yo digo, que no lo encontremos!
El ojito todavía no está bien del todo.
El jueves voy al médico que me operó, a ver que dice.
Saludos cordiales para todos.
!Qué la,semana os sea feliz y leve!
Un fuerte abrazo y muchos besos.
Querida Loly:
Creo que todos hemos sido víctimas de engaños. A nosotros nos abrieron en Jaztel una línea fantasma por la que estábamos pagando y no teníamos ni terminal. Y no había forma de anularla. Algo increíble.
Pero no son solo llamadas de compañías diversas que solo recaban un sí: ellos lo hacen todo, te anulan el contrato de la compañía en la que estás y te faciitan una nueva conexión MÁS BARATA, MÁS EFICAZ, MÁS…TODO. Y LUEGO RESULTA QUE ES IGUAL O PEOR QUE LA ANTERIOR.
Pero, como digo en el artículo, sucede los mismo en el correo electrónico y en el correo postal.
Hay que denunciar este acoso.
Hay que parar esta invasión.
A ver lo que te dicen de tu ojo. Es fundamental disfrutar de una buena visión.
Que todo vaya bien el jueves.
Besos , gracias y buena semana.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
No puedes llevar más razón en todo lo que señalas ¡Más razón que un santo!
Yo hice lo necesario en la lista Robinson indicando que no quería recibir ningún tipo de mensajes por ninguna vía, pero a decir verdad, el resultado no ha sido totalmente satisfactorio. Ciertamente recibo menos cantidad de correos, llamadas y mensajes que no deseo, pero continúo recibiendo (no lo termino de comprender) . De hecho, en los dos últimos meses además he recibido mensajes y correos fraudulentos (aunque creo que esto es un tema diferente) que he sabido que lo son (intentos de estafa bancaria) porque al recibirlos me he puesto en contacto con mi entidad bancaria y han sido ellos los que me han confirmado que son fraudes ¿Qué difícil defenderse como ciudadano de todo este tipo de abusos de intromisión en la vida privada ? Las personas que tenemos un poco de formación podemos disponer de algunas herramientas para tratar de soslayar estos aspectos (la lista Robinson aunque no sea efectiva al cien por cien, por ejemplo) pero…¿Qué pueden hacer las personas que no la tienen?
Es de agradecer que haya alguien que denuncie estas situaciones como lo has hecho tú en tu artículo semanal.
Muchas gracias
Un abrazo
Mª Ángeles Peláez
Querida María Ángeles:
Me temía que la lista Robinson no sería una solución perfecta. Es de suponer que quien se pasa por alto el derecho a la privacidad se salte también cualquier lista.
No es fácil comprobar cuál es la eficacia, pero hay que utilizarla.Pero no hay que quedarse ahí. Hay que denunciar. Hay que protestar. Hay que defender el derecho a vivir tranquilos.Estuve a punto de titular el artículo de esta forma: ¿ME QUIEREN DEJAR EN PAZ?
Tú apuntas otra cuestión que es también muy grave. Son los intentos de estafarte. Creo que eso es más grave. Hay timos en los que es fácil caer cuando, como dices, no existe una formación que permita descubrir las trampas.
Muchas gracias a ti, querida amiga.
Besos.
MÁS
Lo mismo ocurre en México Dr. Miguel Ángel, y estoy seguro que cualquier parte del mundo donde exista lucro empresarial.
Es el precio de vivir en la Sociedad de la Información. Desde el momento que entramos a un ordenador (PC, Tablet, Teléfono) o en algún servicio de internet, nuestros datos ya están expuestos y ahora lo disfrasan preguntando si aceptamos las «Cookies». Si no lo hacemos no podemos acceder a lo que buscamos, entonces damos el permiso para que puedan usar nuestra información.
Isaac Asimov predijo sobre las conexiones a internet en cada casa, pero el pensaba que sería para hacer bibliotecas enormes, donde cada individuo pudiera hacer preguntas y obtener respuesta… pero nunca visualizó el costo de meter el internet a los hogares.
La información es poder, y quien la tenga gobernará al mundo… nuestros datos están en la red y se venden al por mayor a las empresar para sus campañas publicitarias, para los procesos electorales o para el crimen organziado. Somos presa de este sistema de cosas y nosotros mismos le dimos el clic para que pudieran acceder a nuestra información.
Añoro aquellos tiempos en los que para localizarte, tenían que ir a tu casa a buscarte o hablaban a la tiendita de la esquina porque ahí nada más había teléfono, para dar alguna noticia. Dimos pasos agigantados hacia la comunicación en masa y eso aceleró nuestra propia existencia y nos hizo perder la privacidad y con ello nuestra propia tranquilidad.
En la novela futurista de Alvin Toffler «El shock del futuro» se visualiza parte de esta catastrofe informativa que estamos viviendo, en donde muchos seremos incapaces de adaptarnos y viviremos en SHOCK, preocupados y estresados, mientras que los nativos digitales, nos les preocupa brindar toda su información, todo lo dejan al ojo público en sus redes sociales.
Me acordé de una caricatura que miré hace algunos años, en donde estaba el personaje viendo la TV y de repente se interrumpió su programa para empezar un discurso sobre el dominio mundial y cosas por el estilo, entonces el personaje se levanta del sofá y desconecta la TV y sigue con su vida…
Es decir, si queremos dejar de recibir llamadas o que nuestra información deje de estar pública, tendríamos que dejar de usar el Teléfono, la redes sociales, el internet, las apps e irnos a vivir a un lugar recóndito, es decir desconectarnos del mundo digital. Si no estamos dispuestos a realizar esto, tendremos que vivir bajo las reglas y costo que hemos decidido pagar. Tendríamos que hacer un balance de los bueno y lo malo, y ver si vale la pena pagar el precio.
En lo personal yo no contesto números desconocidos, no sé si alguna de esas llamadas sería para decirme que me saqué la lotería (No compro cachitos) o perdí la oportunidad de un trabajo o fue algúno de mis alumnos que no tengo registrado o simplemente era para ofertarme un mejor plan teléfonico. Hasta el momento no me ha pasado nada por no contestar y me acostumbré a dejar de preguntarme quién sería el que me estuvo llamando y digo, «Si es importante me contactarán de nuevo por otro medio o se identificarán a través de un mensaje»
Saludos cordiales.
Estimado Misael:
Gracias por tu interesante comentario.
Veo que sucede en todos los países. Y no me extraña. La cultura neoliberal lo invade todo, lo impregna todo. Por encima de las personas y de su dignidad se sitúa el poder y el dinero.
Hay que aprovechar las ventajas que nos ofrecen las redes, pero no podemos tolerar que nos falten al respeto y nos destruyan la privacidad.
Hoy he hablado con una profesora de Chile que me ha dicho que en su país existe esta misma realidad de acoso. Allí, en lugar de la lista Robinson, existe otra fórmula semejante que se llama «No me llames». Pero, como me temía, no es muy eficaz.
Tu actitud hacia las llamadas es lo más sensato. Si es importante la llamada, buscarán la forma de informarte.
La formación en la ciudadanía tiene como misión construir una sociedad más justa. No podemos guardar silencio ante los atropellos.
Un abrazo. Y muchas gracias.
MÁS
Para algunos no hay más intereses que el negocio. Lo que importa es ganar dinero, sea como sea.
Y para ellos tienen que servirse del trabajo de personas que se pasan el día molestando al prójimo.
Estas son las que cargan con la agresividad de los que sienten rota su privacidad. Es una cadena que es difícil de romper.
Los ciudadanos tenemos que defendernos de esta invasión.
Y los políticos tienen que defendernos de ella.
Querida Raquel:
Hay que poner por encima del dinero, del poder y de la fama, la dignidad de los seres humanos.
Vivir en una democracia nos compromete a todos y a todas.
No podemos quedar impasibles ante tantas faltas de respeto.
Es un deber moral reaccionar de forma eficaz por todos los medios que tenemos.
Es como si las empresas tuvieran una llave de nuestra casa y entrasen a su antojo dentro de ella. ES INADMISIBLE.
BESOS.
MÁS
Excelente artículo.
Nos pasa a todos, pero pocos hacen algo para evitar esa falta de respeto que se cuela por todas las rendijas.
Es como si nos importase el agravio. O como si pensásemos que no hay remedio alguno hagamos lo que hagamos.
QUERIDA MARTA:
Sí, uno de nuestros males es pensar que nada cambiará hagamos lo que hagamos. El fatalismo no nos deja actuar.
También es cierto que la solución a los problemas no avanza como las balas. Hay que tener paciencia.No hay que desanimarse. Pero, sobre todo, no hay que cruzarse de brazos. No basta la queja.
Besos y gracias.
MÁS
Me he divertido un rato con tu artículo. Acá en Argentina también hay un sistema por el cuál no recibís más llamas de publicidad. Y además existe el recurso de tirar el celular a la basura, usar señales de humo, palomas mensajeras o unas latas y un piolín.
Lo que contás es el precio qué hay que pagar por ser parte de este mundo consumista capitalista, que está lleno de cosas buenas y de esa otras que nos molestan.
Hay que aprender a convivir y prescindir.
Tengo una amiga que cuando la llaman para ofrecerle lo que sea, les dice, espere un minuto que le voy a conectar con el responsable de la casa y le pasa el teléfono a sus hijos mellizos de cuatro años.
Querida Vero:
Tiene gracia tu amiga.
Y tú mucha razón al decir que esta cultura neoliberal que nos invade obliga a pagar unos tributos indeseables.
Pero creo que no se puede tolerar esta invasión que no tiene en cuenta un derecho tan elemental como el de la privacidad.
El dinero lo puede todo en una sociedad capitalista. Pero hay que luchar por la dignidad del ser humano.
¿Qué es el progreso? Lo de las señales de humo…
Besos y gracias.
MÁS
Hay una solución más efectiva aunque no es perfecta.
Se trata de configurar tu teléfono para rechazar todas las llamadas de desconocidos (es decir de todos los números que no están guardados en tu agenda).
Lo malo es que entonces hay muchas potenciales llamadas legítimas a las que les saltará el contestador, que si lo tienes personalizado con tu voz lo normal es que te dejen un mensaje y les puedas devolver la llamada.
Conocía la lista Robinson pero nunca me había apuntado, jeje, está mañana lo he hecho, como tú dices veremos la eficacia.