Al hablar del reloj de nochevieja no me refiero al reloj de la Puerta del Sol, que abre con sus campanadas de medianoche las puertas del nuevo año en nuestro país. Tampoco hago referencia a ningún otro objeto que mida el tiempo objetivo. Pienso en esos relojes naturales que nos permiten medir el paso del tiempo.
El ser humano es un ser temporal, marcado por el antes y el después. Constantemente hacemos referencia a las diversas dimensiones del tiempo: al pasado que se fue, al futuro que vendrá y al presente que siempre se está yendo. “Cuando hace unos años fuimos de vacaciones….”, “mañana tenemos una reunión”, “ahora estoy muy ocupado, venga más tarde”… Ayer leí en “La bestia”, novela ganadora del Premio Planeta 2021, que firma Carmen Mola, seudónimo de los autores Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero: “No hay nada que pueda hacer salvo esperar a su amante y pensar en lo mismo que todos estos días: en el pasado y en el futuro. El presente es tan incierto que más vale borrarlo de los pensamientos”.
Las personas tienen diversos relojes naturales que les permiten romper ese “continuum” que es el tiempo. Veamos algunos:
El reloj nictameral o circadiano. Consiste en el paso del día y de la noche. Ese reloj nos permite medir el tiempo y a él se ajustan muchos fenómenos culturales y biológicos. Se trata del sistema neurovegetativo, que no todos los seres humanos experimentan de la misma forma: hay quien tiene ritmo de búho y se encuentra muy espabilado por la noche y hay quien tiene ritmo de alondra y se siente muy vivaz por la mañana. Cuando ese ritmo se altera se producen desajustes psicológicos y somáticos. Pensemos en los efectos del jet lag cuando se viaja en avión o en los cambios de turno (nocturno/diurno) en el trabajo.
El reloj hebdomadario o semanal. Este reloj es muy importante en nuestra vida laboral. Los fines de semana marcan el paso del tiempo. Decimos: “tenemos una semana laboral de 35 horas”, “mañana es lunes”, “ya es viernes”, “buen finde”… Marcamos el tiempo por semanas.
El reloj mensual. Este reloj divide el año en doce partes. Los calendarios tienen doce páginas. “Nos dan la paga a final de mes”, decimos. Las mujeres tienen un reloj particular que es la menstruación: “ya voy a tener el período”, “ya ha pasado casi un mes y no me ha bajado la regla”… Como este reloj natural viene acompañado de molestias y de dolor (y tiene vinculaciones con el embarazo), es especialmente intenso.
El reloj trimestral de las estaciones. Tiene mucha importancia en el organismo y en la configuración psicológica. Las depresiones de primavera y otoño, la exaltación del verano con las vacaciones y el buen tiempo, el frío del invierno que nos hace encerrarnos en casa. Este reloj tiene una dimensión académica. El curriculum de algunas etapas, especialmente la universitaria, se marcan por períodos trimestrales o cuatrimestrales…
El reloj anual. Es una forma de medir el tiempo: el reloj del cumpleaños, el curso académico, el contrato del alquiler, las fiestas patronales, las Navidades de cada año y, sobre todo, la tradicional fiesta del tiempo que es la Nochevieja.
Llamamos vieja a la noche del final del año sin tener en cuenta que es una noche tan nueva y tan irrepetible como las demás. Un extraterrestre ajeno a nuestras costumbres se preguntaría por los comportamientos extraños de esta noche.: griterío, disfraces, charangas, cotillones, canciones, bebidas… Y, sobre todo, el rito de las doce uvas a las doce de la noche que separa la última hora del año que se va y la primera del año que empieza. Se trata de un grito de júbilo (un año más) y de angustia camuflada (un año menos). Es una huida del tiempo que pasa, y la celebramos para olvidar que nosotros también nos vamos con él. Como dice el villancico “Dime niño, ¿de quién eres?”: “La Nochebuena se vie, la Nochebuena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más”.
No pasa el tiempo con la misma velocidad para niños, jóvenes, adultos y ancianos. Hace algunos años leí un libro titulado “¿Por qué el tiempo vuela cuando nos hacemos mayores?”. Un libro de Douwe Draaisma, profesor de Historia de la Psicología de la Universidad de Groningen, (Holanda). Dice que en los relojes de arena, a fuerza de rozarse los granos al pasar de un lugar al otro, acaban siendo más finos y pasando con más rapidez.
“Carpe diem” (aprovecha el tiempo) es una sabia expresión. Cada uno debe llenar esta clásica sentencia del contenido que su especial situación quiera y pueda darle. Ofrecemos la imagen de personas que corren alocadamente sin disponer de tiempo para pensar hacia dónde se dirigen. ¿Y, si fuera hacia el abismo, para qué tanto correr? Las prisas actuales, la sobrecarga de actuaciones, la presión de las urgencias… imprimen un ritmo trepidante al paso del tiempo. ¿Quién no oye decir cada vez con más frecuencia “no tengo tiempo para nada”?
La sensación de impaciencia cuando el semáforo pasa al verde (el conductor que va detrás pita bruscamente al despistado que está mirando por la ventanilla), la desesperación en un atasco, el paso acelerado en el paseo para no perder el tiempo, la crispación cuando el coche más lento avanza por el carril izquierdo, la rabia ante la parsimonia del que deja un aparcamiento que nosotros esperamos… son síntomas de la enfermedad de la prisa.
Los jóvenes se han sumergido en el ritmo apresurado. Conducen de prisa, estudian de prisa, viven de prisa, se divierten de prisa… Han entrado en el vértigo de la velocidad. La aceleración histórica de la que habla Karl Jaspers se está multiplicando progresivamente. Quien no se mete en ese torbellino, es arrollado por él.
No se pueden parar los relojes naturales. Pero se puede vivir el tiempo de un modo u otro. El terrón de azúcar no se disuelve con la misma velocidad en el agua para el sediento que para el saciado. Los últimos cinco minutos del partido no pasan a la misma velocidad para los seguidores del equipo que va perdiendo por la mínima que para los del que está ganando. Bergson hablaba del tiempo subjetivo.
Lo importante no son los relojes. Lo importante es el modo con el que vivimos el tiempo. El problema no es de los relojes (un reloj parado marca dos veces al día la hora exacta) sino de los seres humanos que vivimos cada día con más ansiedad el tiempo que vuela . Un tiempo en el que cada vez suele haber menos huecos para tomar un café tranquilamente con los amigos, para pasear despacio a la orilla del mar con la mano en el hombro de la persona amada, para leer precisamente aquello que no va ser objeto de un examen, para escuchar música con los ojos perdidos en el fondo del corazón… El problema es de quienes no tenemos la sabiduría y la voluntad necesarias para dar prioridad a las actividades verdaderamente importantes.
La pandemia ha imprimido al paso del tiempo un ritmo nuevo, lo ha cargado de inquietud y de angustia. Las olas se suceden y las cifras sobre contagios, los ingresos en la UCI y los fallecidos marcan el paso del tiempo. Este es otro reloj natural que nunca habíamos tenido. Hoy celebramos la Nochevieja, con la esperanza y el deseo de que cuando llegue la próxima el virus ya sea un malhadado recuerdo.
Feliz Nochevieja de 2021. Un año menos. Un año más. Nos lo dice nuestro reloj natural de esta noche. Feliz 2022. Y déjame, querido lector, querida lectora, cerrar con una recomendación que nos brinda Benjamin Franklin: “¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es la sustancia de la que está hecha la vida”.
Buenas Miguel Ángel!
Curioso artículo sobre el tiempo y los diversos tiempos! En estos temps de incertidumbre hacía time que no reflexionas sobre el tempus..
Es interesante el contraste del binomio: enfermedad de la prisa versus elogio a la lentitud. Lo importante o lo urgente. Años en la vida o vida en los años. Ser o tener. Cebolla o no en la tortilla…Piña en la pizza???
Son los grandes dilemas de nuestra existencia concreta y más cuando tempus fugit,vuela y se nos escapa.
La clave que nos recuerdas «lo importante es el Cómo vivimos el tiempo» deberíamos tenerlo grabado y practicar esos cafés con amigos, paseos, música..etc.
Me encanta recordar con mi adolescente la diferencia del Cronos (tiempo objetivo, real del reloj) y el Kairos (tiempo subjetivo, tiempo Sentido) Cómo Sentimos el tiempo?
Gracias por este año; hemos disfrutado muchísimo leyéndote y compartiendo!!
Además cada comentario tiene su regalo- respuesta..Ole tus Ovarios!!! No has fallado ni un día.. que gran enseñanza.
Os deseamos un Feliz 2022 para ti, Carla,Lourdes..Miluca y toda la familia.
Espero que podamos seguir en contacto.
Mil abrazos
Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
Qué comentario más hermoso. Lógico que haya salido de personas hermosas, como sois.
Interesantes y ricas cuestiones sobre el tiempo.
Mientras escribo estoy escuchando el concierto de Año Nuevo desde Viena.
Que no nos falte la cultura. Que n0 nos falte la solidaridad.
Os deseo lo mejor para el nuevo año.
Yo estoy orgulloso de mis comentaristas, especialmente de los asiduos.Sois los que dai valor al blog.
Un gran abrazo.
Y mil gracias por estar ahí siempre con ese talante, con esa inteligencia, con esa sensibilidad .
A por otro año.
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Amigo Miguel Ángel.
Hoy nos regalas con un artículo sobre el tiempo, haciendo alusión a lo objetivo o subjetivo de su duración. Nos enseñas palabras que jamás había oído: reloj nictameral o circadiano, reloj hebdomadario… Es increíble tu formación tan completa y diversa. Algunos nos centramos tanto en nuestro mundo tan específico que nos cuesta salir del mismo porque no nos da «tiempo» a abarcar otras temáticas. En cambio tú si sabes sacarle rentabilidad a tu tiempo.
Desafortunadamente he entrado ya en una etapa en la que el tiempo corre más deprisa, acaso será porque uno va vislumbrando que le va quedando menos tiempo, Douwe Draaisma dice que los granos del reloj de arena son más finos, posiblemente el hueco por donde pasan también haya cogido algo de holgura…
Cuando hablas de tiempo, por deformación profesional, estaba pesando en todos los conceptos temporales que has ido utilizando:
– velocidad: lento, rápido, aceleración…
– duración: larga, corta,…
– orden: horas, día, semana, mes, trimestre, año…
– ritmo: apresurado y trepidante
O de los tiempos de los verbos: pasado, presente y futuro…
Como indica muy acertadamente Miguel Vera, cuánto binomio relacionado con el tiempo, yo incluiría otros, cumplir tiempo (años) en el sentido de culminar o completar objetivos y malgastar o desaprovechar el tiempo, es decir, no adquirir nuevos logros u objetivos.
Y qué me dices de la expresión «voy a ganar tiempo» ¡Qué engañosa es! El tiempo nunca se gana, se pierde, en el sentido que ya no se puede volver a atrás.
Y finalmente, en cuanto a la recomendación de Benjamin Franklin, una precisión, «el tiempo es la sustancia de la que está hecha la vida», pero la vida no tiene un tiempo común para los mortales. Hay vidas cortas y vidas longevas. Podríamos pensar que una vida larga determina una mejor vida, pero cuántos ancianos padecen alzhéimer o están postrados en una cama dejando pasar el tiempo que les resta de vida…
Sólo existe una vida y habría que hablar de que una vida larga debe estar ligada a calidad de vida. La calidad viene determinada por los años en los que una persona es autónoma, está libre de enfermedades crónicas y puede disfrutar de la vida.
En un día tan señalado como el de hoy, amigo Miguel Ángel, te deseo que tengas mucha calidad de vida… doy por hecho que tú sabes aprovechar tu tiempo…
A los lectores os deseo un 2022 llevo de paz, salud y bienestar…
Querido Juan Carlos:
No creo que sea desafortunado entrar en esa etapa en la que el tiempo corre más velozmente. Lo desafortunado sería no llegar a esa etapa.
Hay una historia muy hermosa sobre la que alguna vez escribí.Se trata de un cementerio al que llega un visitante y, sorprendido, ve que todas las lápidas presentan reflejan que los enterrados son niños: 3 años, 7 años, 10 años… No más. Sorprendido, pregunta a un lugareño si los adultos y ancianos están enterrados en otro lugar. Le dicen que no, que en ese cementerio están todos y todas quienes mueren en ese pueblo. Le explican al forastero cómo se calcula la edad de los que que mueren. Cada uno tiene una libreta de la vida. En esa libreta se van anotando las horas felices. Y la suma de todas esas horas es la verdadera edad del que ha fallecido.
Un abrao u feliz añonuevo,
Querido Juan Carlos:
No es desafortunado llegar a esa edad en la que el tiempo pasa más rápido. Creo que lo desafortunado es no llegar a él.
Hace tiempo escribí una historia titulada El cementerio de Kamir. En ella contaba que un forastero llegó a un pueblo. Al visitar el cementerio vio que las edades de los fallecidos eran de niños y niñas: 3 años, 5, años, 9 años… No más. Preguntó a un lugareño si los adultos y ancianos estaban enterrados en otro lugar. Le dijeron que no. Y al preguntar cómo era posible que solo hubiera enterrados niños y niñas le explicaron que cada ciudadano tenía una libreta en la que anotaban las horas felices. Y la suma de esas horas reflejaban la edad de la persona.
Feliz Año Nuevo, querido amigo.
Y gracias por el interesante comentario.
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Y gracias por el interesante omentario.
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Historia muy interesante la que cuentas, no la había escuchado…
Gracias también a ti por tu comentario elevado al cuadradado 😉
Querido Miguel Ángel. Magníficas reflexiones sobre el tiempo.
Todo nuestro universo está sometido al implacable paso del tiempo. Tanto nos afecta, que el no tiempo somos incapaces de asimilarlo. Lo eterno, que es el no tiempo, lo concebimos como un tiempo sin fin.
En fin, dejando las filosofías sobre el tiempo, lo que nos importa es aprovechar el breve tiempo que se nos da. Claro que eso de aprovechar tiene muy diversas lecturas.
Yo te deseo para ti y familia otros trescientos sesenta y cinco días felices y el FELICES abarca todo. Ese deseo lo extiendo a todos. Bien sé que es una utopía. Si hay felicidad lo reconocemos por su contrario, lo mismo que la estatura, etc.
Querido Joaquín:
Gracias por tu comentario.
Te pido que leas mi respuesta a Juan Carlos y, concretamente la historia de El Cementerio de Kamir. Tiene que ver con lo que dices sobre la idea de <provehar el tiempo.
Se trata de una reflexión que hay que matizar. Está claro que también hay sufrimiento en la vida. Alguien dijo que si no tuviéramos dolor no llegaríamos a tener conciencia de nosotros mismos.
Un gran abrazo.
Feliz Año 2022.
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Querido Miguel Ángel:
Quiero aprovechar este ratito para desearte a ti y a cada cada uno de los comentaristas y lectores de tu blog, un muy buen 2022, que sea el mejor año de los vividos por cada uno hasta ahora.
En estos últimos años, me he dado cuenta que uno de mis mejores relojes son mis hijos, y ellos unidos al curso escolar. Hace dos días estaba asistiendo a sus festivales navideños en infantil, ahora ya están a otra cosa. Como decías tú de Carla, ya me pasa en altura. No sé a quién se debe esta broma, pero exijo que me devuelvan a mis niños y sus festivales, sus juegos y su petición de mi presencia, aunque fuese en misión contemplativa, en ellos.
Igual esta noche gano alguna batalla, pero la guerra la tenía perdida desde el principio.
Feliz Nochevieja. Un abrazo de niño.
Querido José Antonio:
Gracias por tu abrazo de niño. Que es devuelto multiplicado.
Qué buena la idea de ese reloj natural que pueden ser los hijos.
En la pared de un dormitorio de la casa hemos ido poniendo señales del crecimiento de Carla. Ella, que ya me saca dos cuartas, no se imagina que hubo tiempo en el que llegaba al primer nivel.
Al colocar la estrella en el árbol que estoy viviendo iluminado en el salón de la casa, le dije a Carla si recordaba de los años en los que la tenía que subir a mis hombros para colocarla…
Feliz Año, querido amigo.
Y hazte el propósito para el 2022 de pasearte más frecuentemente por este adarve.
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Querido Maestro:
Deseo que este año traiga para todos paz, amor y tiempo.
Tiempo para disfrutar de los pequeños momentos.
Tiempo para sonreír hasta que nos duele la barriga.
Tiempo para caminar por el mundo ofreciendo una mano amiga.
Tiempo para que reconozcas lo que te hace feliz.
Tiempo para que tus pensamientos sean positivos.
Tiempo para que aceptes tus límites y disfrutes de los instantes hermosos.
Tiempo para amar y amarnos.
Tiempo para que no dejes nunca de sorprenderte.
Tiempo para que la lucidez, la esperanza y la fe sean signos de vida.
Tiempo para reconocer que tenemos buenas personas en nuestras vidas.
Tiempo para crecer interiormente.
Querido amigo sólo le pido al tiempo, mi aliado, que me de salud para disfrutar de estar viva.
¡Feliz año 2022!
Demos gracias por empezar este nuevo año con la misma intensidad, afectos y motivación para seguir construyendo lazos de amor.
Besos y abrazos para todos.
¡Qué el año sea próspero y feliz!
Querida Loly:
Pues sí, ojalá que llenemos el tiempo de tantas cosas hermosas como dices.
Me remito a la respuesta que le he escrito a Juan Carlos. En ella cuento la historia del Cementerio de Kamir.
Te deseo lo mejor para este recién estrenado 2022.
Y que siga haciéndote presente en El Adarve cada sábado.
Gracias por estar ahí.
Besos.
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Querido Miguel Ángel:
Qué curioso tu artículo de esta semana, nunca habría sabido hacer una clasificación tan interesante de los diferentes tipos de horarios y tiempos.
Ello me ha llevado a sentir que con este año que empieza, yo entro en un nuevo tiempo en el que, de manera inexorable entran todos los padres y madres: el tiempo en el que mis hijos ya abandonan el nido familiar para emprender su vuelo en la vida; y es que en este año 2022 ya mis dos hijos, que tienen su trabajo fuera de Málaga aunque dentro de Andalucía, no estarán a diario en casa. Me ha llegado ya el tiempo de vivir sola, y recibir a los hijos cuando dispongan del tiempo y las ganas de volver por unos días a casa. Y eso es señal buena en la época en que vivimos, con la situación de precariedad laboral que sufrennlos jóvenes.
Como dice una de tus lectoras más arriba, qué bonito lo dices todo, y cuánta sabiduría acumulas en todos los temas que abordas.
Feliz 2022 para ti, tu familia y todos tus lectores.
¡Aprovechemos siempre todo el tiempo que la vida nos brinde con ilusión, alegría y sosiego!
Un abrazo
María Ángeles Peláez
Querida María Ángeles:
Ya ves que José Antonio habla del crecimiento de los hijos (e hijas) como oro reloj natural. El paso de su crecimiento que tú cuentas (el abandono del nido familiar) es decisivo. Ya me dirás dónde están Laura y Miguel. ¡PARECE MENTIRA QUE SEAN AQUELLOS NIÑOS! ¡QUÉ IMPRESIONANTE!
¡Y QUÉ ORGULLO PARA TI VERLES VOLAR TAN ALTO…!
Muchos besos.
Gracias por participar en el blog.
Y Feliz 2022. Bueno, Feliz Vida.
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Hola a todo el mundo.
Interesante tema, el más interesante de todos los temas interesantes, Sr. Guerra.
El tiempo, lo considero la medicina universal, todo lo cura, por esa gran verdad que dicen de que dentro de cien años todos calvos. Como ya vemos, también en los intervinientes, cada uno tiene su idea del tiempo, gracias a todos por compartirla. Una evidente prueba de que somos distintos entre nosotros, pero es común en todos que el tiempo significa algo grande, trascendental, permanente en nuestro pensar, que por preocupante nos dice y nos condiciona todo nuestro ser. Para intentar entender el tiempo, hago un poco como lo que ya dije que hacía para entender a los humanos, eso de que me sentaba en la luna y los miraba desde allí. Ahora, para intentar entender el tiempo, me voy al dato geológico, la edad de la tierra que piso, 4.543 millones de años. Parecerá una tontería, pero lo tomo de vara de medir. Lo comparo con mi tiempo de vida, y éste me parece tan efímero que apenas es perceptible. Claro, siempre cuento con un as en la manga para que no me afecte demasiado el que se acabe mi tiempo, mis imborrables y lúcidos recuerdos de antes de mi deguelle en Monte Arruit, el 21 de Agosto de 1921; y posteriormente el vago recuerdo del disparo que recibí en la rodilla derecha, en el frente de Mequinenza, en el verano de 1938, nací en esta vida con la cicatriz en la rodilla; de los que ya hablé con más detalle por aquí, y ahora intentaré no ser muy cansino repitiéndome.
En otro orden de cosas, veo la contradicción de las dos acepciones que hacemos del tiempo. Por un lado la sociedad nos incita a no perderlo, algo así como que hay que aprovecharlo, y llaman aprovecharlo a seguir el patrón consumista actual de la sociedad de occidente. Estudiar una carrera reglada, luego otra, y otra más y si se afloja un tornillo de la termomix llamo al cerrajero para que lo apriete, idiomas varios, másteres, cónyuge, niños, fundación, padel, ocio reglado tales como crucero, viajes programados, vacaciones en tal balneario, estrés, prozac y tepacepán, cannavis, yoga, psiquiatra, divorcio, más de psicólogo y psiquiatra, soledad, arreando a los ancianos hasta las residencias, esclavitud del sistema.
La otra acepción, ¿mi, tu tiempo? Déjalo a la libertad de pensamiento y obra del afectado. Autodidáctica y esfuerzo. Doña Isabel Natividad Díaz Ayuso me parece una gran política.
Mi propuesta, hasta los 12 años enseñanza obligatoria, a partir de aquí, autodidáctica obligatoria hasta los 16. Luego, libertad en el hacer. Autodidáctica en qué hace cada uno con el finito tiempo de que dispone. Y para el que vale, ayuda social y a hacerlo líder, pilar dirigente y grande de la sociedad; y al que no valga, a despanchurrar terrones, a la obra en puesto de pico y pala, mocho y cubo de fregar o a allanar España, que es muy montañosa. Y el reparto de la riqueza directamente proporcional al doblez de lomo de cada individuo.
Que tengan buena tarde.
Estimado Don Quintiliano:
Pero bueno, ¡tú vas camino de ser eterno! En 2021 habría pasado un siglo de tu degüello en Monte Arruit (por cierto, el día de mi cumpleaños).
Esa idea de colocar nuestra breve existencia en la escala del tiempo del mundo y de la historia, nos tendría que hacer avanzar por el camino de la humildad.
Y qué democrática reflexión tendría que propiciar el dicho que mencionas: dentro de cien años, todos calvos.
Un sobrino que lee tus comentario me dicen: oye, y ese Don Quintiliano, qué libro me recomendaría para conocer bien lo relacionado con los cultiuvos.
Le he dicho que tú lees en el libro de la vida y de la naturaleza.
Un gran abrazo.
Y gracias, una vez más.
MÁS
Estimado Sr. Guerra,
No vas descaminado en lo que dices a tu sobrino sobre mi fuente de información. Quizá los únicos manuales de agricultura que he tenido sean ediciones de los años 60 ó 70 del siglo pasado, de la BIBLIOTECA AGRÍCOLA AEDOS. Recuerdo que eran útiles, pero muy genéricos. Claro, en tema de agricultura, cualquier manual, o es muy genérico, o trata solo de un tipo de cultivo.
Pero ante la inquietud de tu sobrino, sí puedo decirle algunas cosillas demasiado básicas. Tengo unos doce cuadernos de 200 páginas cada uno, a letra menuda, de anotaciones que he ido haciendo, unos son datos copiados, pero la mayoría es experimento y observación. Por adelantarle algo, y con la intención de darle algunas ideas:
1.- Una planta es un ser vivo, quizá tan complejo como un animal o un ser humano.
2.- Cada ser vivo vive, se alimenta, enferma, produce, soporta inclemencias, etc., de forma distinta.
3.- La alimentación de los seres vivos vegetales se basa en nitrógeno, potasio, fósforo, y microelementos, tales como el hierro, magnesio, manganeso, cadmio, boro, incluso oro y plata (con ensayos al respecto), etc.
4.- Las plantas son aún más exigentes que los seres humanos. Estos viven en cualquier sitio, las plantas no. Un mango vive en el Rincón de la Victoria, pero no en Álora, a solo media hora de coche. Y ya ni te cuento una platanera, o un aguacate, o un chirimoyo.
5.- Sé poco, y lo que sé, casi todo lo he aprendido a base de experimentar y meter la pata en muchas ocasiones.
6.- Entiendo que para cada tipo de planta hay unos cuidados específicos. Unas más delicadas que otras. No es igual conseguirle a un chirimoyo una superproducción, que a una encina o a un algarrobo. Eso quiere decir que lo específico para un tipo de cultivo no sirve para otro.
7.- Con lo que más pruebas he hecho ha sido con el limonero, y por lo tanto creo que es la planta de que más sé. He conseguido cortar la fruta a finales de agosto, cuando mis vecinos cortaban a mediados o finales de octubre. El mercado es agradecido con mi fruta cuando no hay.
8.- Hace años que apenas compro productos convencionales. Actualmente todo lo que produzco es en agricultura ecológica. No uso insecticidas convencionales. Controlo las plagas con el abonado y el riego. La mayoría de los abonos son de corral o de fabricación propia. Me hago de ceniza de leña de limonero, la fermento y se la meto en fertirrigación o foliar. Casualmente esa ceniza tiene exactamente todo y en la dosis exacta que el árbol necesita, a excepción del nitrógeno. El nitrógeno va aparte, la ceniza no tiene nitrógeno.
9.- Las enfermedades de hongos las trato con hongos (thricodermas, micorrizas, etc.) me ha costado años aprender a reproducirlos de forma casera.
10.- Ahora estoy iniciándome en agricultura biodinámica, todo un universo por descubrir. Creo mucho en la influencia de la luna.
11.- Así podría seguir largo y tendido dando ideas, al menos si supiese de qué cultivos quiere saber tu sobrino, algo más tal vez podría decirle…
12.- Perdón por hablar tan genérico. Insisto, sobre todo, leer, hacer y observar. Experimentar a pequeña escala y si va bien, aplicarlo a toda la finca.
Que tengan buena noche.
Estimado Don Quintiliano:
Suponía, por tu forma de plantear las ideas que tu fuente de conocimiento estaba en la investigación y en la experimentación acerca de tu práctica
Voy a decirle a Manuel (es ingeniero, está trabajando en una empresa) que lea estos principios que son un compendio básico que, sin duda, le puede ayudar.
Como sabes, su abuelo Esteban, mi padre, fue agricultor toda la vida. Y teníamos en el pueblo un huerto con pozo (que conservamos, aunque lo lleva alguien del pueblo). Él va con cierta frecuencia por allí. Vive en Madrid. Desde Málaga a Grajal de Campos hay más de 8 horas de carretera. Por eso yo voy poco, aunque me encantaría ir con más frecuencia.
Le preguntaré si tiene algún interés particular, pero procuraré no darte mucho la vara.
Por cierto, siguen avanzando mis cinco injertos. Me los hizo un amigo policía que fue alumno mío en la Facultad. Tiene un campo en Rincón de la Victoria con más de 600 mangos. Me ha regalado dos papayas que he plantado en mi pequeño (casi mínimo) jardín.Van creciendo.
Espero que hayas entrado con buen pie en el nuevo año.
Un abrazo y gracias.
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Querido Maestro, desde Chile y con el espiritu del buho, le escribo para felicitarlo y agradecerle por un nuevo y acertado tema, muy contingente. El tiempo ese oro liquido que parece escurrirse entre los dedis de nuestra existencia; un diamante que quisieramos tatuado en nuestro diario transitar y transcurrir. Pero pareciera que mientras mas avanzamos mas lo hipotecamos por los urgentes o emergentes. Pero se puede aprender a cuidarlo , cosecharlo y valorarlo en aquellos instantes que finalmente cual mosaico de Gaudi componen prodigiosamente la felucidad. En mi caso y luego del covid, de dejar partir a algunas personas , dolores y desamarrar aquello que no aporta aprendi a vivir sin prisa y con pausa..disfrutar de los segundos eternos de un cafe bien conversado, de la energia desbordante de la risa compartida, de los juegos que nos retrotraen a la niñez y el gozo, el sabor bien paladeado de un recuerdo especial, la espontaneidad de las mascotas, esa seduccion de embrisgarse de mar…en fin..dejar que el reloj no marque las horas si no nuestro corazon defina las cosas que realmente importan.
Gracias por lo escrito y tantas enseñanzas.
Un gran abrazo emocional
Querida Valentina:
Gracias a ti.
Qué hermoso comentario.
Y qué aprendizaje más importante has hecho. Eres un ejemplo magnífico.Es ahí donde reside la sabiduría de la vida.
Y la pandemia, si somos inteligentes, nos puede ofrecer una buena oportunidad para distinguir lo importante de lo secundario, lo que es ganar el tiempo y perderlo.
Que en el 2022 sigas llevando a tu vida y perfeccionando esos aprendizajes esenciales.
Besos.
MÁS
Estimado Miguel Ángel
comparto todo lo que escribe. En relación al tiempo me quedo con el subjetivo. Lo he dicho ,el tiempo es imperceptible o muy lento. Eso depende de la situación que nos toca vivir. Una placentera , una no tanta. Una colmada de felicidad o una que no.
Mi abuela decía»el que espera desespera y el que viene nunca llega»
Feliz año 2022 con buena salud.
María Rosa desde Río Negro- Argentina.
Querida María Rosa:
Un abrazo muy grande desdeEspaña a Río Negro, donde alguna estuve, no recuerdo ahora cuantos años hace.
Mil gracias por escribir (y, antes, por leerme).
Te deseo que llenes el tiempo del 2022 de proyectos exitosos y de felicidad sin límites.
Besos.
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Me gusta cumplir años porque ese tiempo vivido ya nadie me lo puede quitar.
Hay quien se quita años para presentarse como más joven.
Yo creo que tener más años significa que has vivido más.
La alternativa es evidentemente peor.
Gracias y feliz año nuevo.
Querida Raquel:
Tu postura me parece sensata.Cuando cumples un año, ya los has vivido.No poder celebrarlo significa que ya no vives.
Lo mismo digo de la Nochevieja. Haas vivido otro año.
Claro que el problema no es dejar pasar el tiempo sino llenarlo de una forma feliz.
Besos y gracias.
MÁS
Muchas gracias querido Miguel Angel, eso es parte de lo aprendido gracias a ti en Flich. Aprender para crecer. Reflexionar desde lo trascendente para que la vida no nos pase inadvertida. Ahora estoy trabajando en una investigación dobre la importancia de considerar elementos socio emocionales en la dicencia universitsria. Nadie puede negar que es un aprendizaje que esta pendiente y en balance negativo..a por el para realmente crecer como seres integrales. Si tienes algun articulo al respecto te agradezco si me lo compsrtes.
Un abrazo
Valentina
Querida Valentina:
Voy a responder a tus tres comentario.
En este me hablas de una investigación que estás haciendo y que me parece de gran importancia.
Te voy a sugerir cuatro libros que te podrían ayudar:
BAIN, K. LO QUE HACEN LOS MEJORES PROFESORES UNIVERSITARIOS. Universidad de Valencia.
FINKEL, D. DAR CLASE CON LA BOCA CERRADA. Universidad de Valencia.
SANTOS GUERRA, M.A. EDUCAR EL CORAZÓN. LOS SENTIMIENTOS EN LA ESCUELA. Editorial Homo Sapiens.
PALMER, P.J. EL CORAJE DE ENSEÑAR. Editorial Sirio.
Besos.
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