Primer premio, un jamón

27 Jun

Durante el tiempo de la pandemia  he dedicado muchas horas a realizar actividades diversas, con carácter simultáneo o consecutivo,  relacionadas con la educación. Voy a citar algunas.

He corregido, a petición de algunas colegas, un artículo que deseaban enviar a una revista JCR y me pedían consejo sobre en cuál de ellas sería más fácil conseguir la aceptación. A nadie se le oculta que, para  revisar un artículo especializado, hace falta disponer de unos conocimientos pertinentes y dedicar de un tiempo reposado.

He redactado, a petición del coordinador de la obra, el prólogo de un libro que se va a editar en Chile. Escribir el prólogo de un libro, como es fácil suponer, exige primero leerlo íntegramente y luego dedicar un tiempo a escribir un texto de cuatro o cinco páginas (cinco, en este caso) que pueda ser leído con interés y que describa con fundamento los valores del libro.

He participado en varios “conversatorios” y realizado algunas entrevistas para España  y otros países, unos sobre temas especializados, otros sobre la pandemia, otros sobre mi vida y obra.  Han sido sesiones de una hora, una hora y media, dos horas o más.

A petición de instituciones, ministerios, colegios o a título personal, me han pedido grabaciones de vídeos (de videos, dicen en otros lugares) con mensajes de aliento al profesorado,  de felicitación por alguna conmemoración, de invitación a alguna actividad, de gratitud a algunos docentes, de invitación a la lectura… A nadie se le oculta que, aunque se trate de grabaciones breves, llevan su preparación y su tiempo.

He facilitado una  referencia bibliográfica  que me ha costado varias horas de búsqueda. Se trataba de un referencia de un artículo mío del año 2002  que, de forma equivocada, pensé que había enviado a la revista Organización y Gestión Educativa pero que, en realidad, estaba en las Actas del VII Congreso Andaluz de Organización y Dirección de Centros  educativos.

He presentado, como prologuista,  juntamente con la autora y un miembro de la editorial, un libro que se acababa de publicar en Bogotá. Una horita de reflexiones sobre la importancia de la evaluación, los aportes del libro y el valor de la lectura.

He escrito un artículo titulado “Una pantalla no es una escuela” para una revista portuguesa llamada A Pàgina. Como es lógico, escribir un artículo, exige un tiempo de reflexión, de redacción y de cuidadosa corrección, ya que tu firma queda plasmada antes o después del escrito. 

Hasta aquí la primera parte. A continuación la segunda. Y, luego, la conclusión. Ruego al lector que no me abandone hasta el final. Aunque no sepa hacia dónde voy, ni qué sentido tiene el título del artículo.

Durante este tiempo de pandemia me correspondía hacer la  revisión del coche, así que llevé el vehículo al taller, esperé una hora a que los técnicos realizasen su trabajo y, antes de irme, aboné religiosamente los 336 euros de la factura.

Cada semana hemos salido a hacer la compra varios mercados para satisfacer las necesidades de primer orden que toda familia  tiene en relación a la alimentación, a la limpieza y al funcionamiento de la casa. Antes de irnos, como es lógico, hemos pagado los productos que queríamos llevarnos.

Hemos tenido que codificar  un repetidor de wifi   y, para ello, llamamos a un técnico  que se desplazó a nuestra casa, hizo los estudios pertinentes para su colocación, codificó el aparato y se fue después de cobrar sus honorarios y el desplazamiento.

Nos han llegado cada mes las facturas de gas  de la luz y de telefonía, entre otras. Como están domiciliados los pagos, el cargo nos ha llegado al banco sin que pudiéramos siquiera hacer la más mínima observación.

Hemos llamado a un fontanero para solucionar un problema de humedad y una avería. Llegó a casa, hizo su trabajo, solucionó el problema y cobró lo que habíamos acordado.

Hemos tenido que acudir a la farmacia en diversas ocasiones. Había que comprar medicamentos, mascarillas, termómetros y otros productos de manera casi inexorable. Y pagarlos, claro.

En esta situación de encierro hemos acudido a Amazon para realizar compras diversas: fundas de móviles, colchoneta de agua, sudaderas, pinturas, cuadros, lápices, cargadores…, siempre previo el pago correspondiente.

Hasta aquí la segunda parte. Espero que el lector no me haya abandonado en el camino, cansado de tantas enumeraciones y privado  del sentido final del texto que ahora voy a desvelar.

Las siete actividades  que he enumerado en la primera parte han sido íntegramente gratuitas. No ha mediado ni siquiera una pregunta sobre la remuneración. Y resulta evidente que, si se me hubiera preguntado, yo hubiera dicho que por supuesto no iba a cobrar nada por hacer lo que se me pedía. Que lo hacía encantado. 

Se da por hecho que las siete de la segunda  parte han tenido su precio inevitable. Ni al que paga ni al que cobra se le hubiera ocurrido hablar de  gratuidad.  

¿Por qué esa diferencia?

A lo que voy es a subrayar el escaso o nulo valor crematístico que se da a las actividades intelectuales. A nadie se le ocurriría pedir un producto a Amazon con la única contraprestación de mostrar un sentido agradecimiento por el envío. A nadie se le ocurriría pensar que, dada la horrible crisis, se puede uno llevar gratuitamente el carro lleno de compra del supermercado. Las cosas cuestan. Las cosas relacionadas con el pensamiento se regalan. Es una forma de decir que no tienen valor.

Lo mismo sucede con el robo de bienes materiales en contraste con la sustracción de la propiedad intelectual. Llevarse el dinero de un banco, las alhajas de una joyería o los objetos de una tienda merece un  rechazo social y un castigo penal. Pero no parece tan grave apropiarse de un texto de otro, de una canción original o se una película. Porque parece que esos bienes no merecen la misma consideración, no tienen el mismo valor.

Sé que se pueden (se deben) hacer otras consideraciones. Sé que existe la generosidad, la amistad que te lleva a hacer entrega de tiempo y de saber de forma gratuita, sé que no todo es dinero en la vida. Pero, caramba, con ese acúmulo de generosidad y de  agradecimientos no se pude comprar ni una sandía.

Sé también que, cuando uno recibe una solicitud, puede aceptarla o rechazarla. Nadie obliga a  hacer algo de forma gratuita. De nada vale la queja. Pero esa es otra cuestión. A lo que me refiero es que el solicitante nunca pregunta si eso que pide tiene algún valor económico. Si ese tiempo, ese conocimiento o esa competencia son acreedoras de una compensación económica. Lo que quiero dejar patente es el escaso valor que se le da a todo lo relacionado con la cultura, con el pensamiento, con la educación.

Cuentan que en un pueblo se celebró un concurso de relatos. Los premios eran los siguientes: Primer premio, un jamón. Segundo premio, una obra de arte.

34 respuestas a «Primer premio, un jamón»

  1. Querido amigo y maestro:

    Dejo constancia de mi reconocimiento y agradecimiento por tu tiempo.

    «Solo a los peces muertos los arrastra la corriente». Eres una corriente viva de sabiduría y dinamismo.

    Sé muy bien cuál es la corriente. Y como tal presenta vertientes poliédricas. Una de ellas es la comodidad. Podrías estar muy cómodo en estos momentos, pero te inquieta, te mueve, te impulsa, te anima (alma) la Educación (con mayúsculas). Porque la Educación tiene alma y por consiguiente se encuentra repleta de vida.

    Esta semana comentaba justamente que un docente es más valioso el último curso previo a su jubilación, por toda la experiencia acumulada capaz de ofrecer. Y tú sigues donando.

    Te leo cada sábado desde 2007 precisamente porque no se me escapa el valor del esfuerzo que hay detrás de cada uno de tus escritos. Y, por supuesto, de la riqueza que suponen tus conocimientos.

    ¡»Felicidad-des»! Me ha encantado tu artículo.

    Y muchas gracias una vez MÁS.

    Un fuerte abrazo para ti, para Lourdes y para Carla de parte de mi familia.

    • Querido Juan Miguel:
      Pero vamos a ver, ¿cuándo y cuánto duermes?
      Ni una hora después de aparecer el artículo, ya estaba leído y enviado el comentario.
      Ya ves, ahí tienes otro ejemplo: trece años de lectura y de envío de comentarios al este blog. Y eso sí que lo haces de forma gratuita y generosa.
      No soy partidario de una actitud mercantilista en la que se tenga que tener una remuneración por mínima que sea por cada cosa que se hace, pero sí creo que debería valorarse más lo relacionado con la cultura, con el pensamiento y la educación. El camino es la propia cultura.
      Un gran abrazo y muchas gracias por estar ahí.
      MÁS
      PD: Tengo ilusión por ver la nueva edición del libro de Lidia.

  2. Estimado Miguel Ángel, llevas toda la razón…desprendes tanta pasión por lo que haces que la gente olvida que requiere tiempo y para mi el tiempo es lo más valioso que podemos tener…Me consta que eres de las pocas personas que además lo regala, junto con tu sabiduría y tus bellas palabras y eso al igual que una Obra de Arte no tiene precio…pero si es verdad que lo debería tener … Pienso en el tiempo que dedicas a contestarnos y a regalarnos palabras bonitas que nos motivan a continuar en el camino y solo puedo darte en este momento las GRACIAS MIGUEL ÁNGEL
    Comparto con vosotros “El Tiempo”, escrito por mi hija Gloria Cañas Robles y que con 12 años, ya para mi ya es un referente.
    EL TIEMPO
    El tiempo es algo subjetivo
    que la vida nos regala
    una cuerda con dos estribos
    manejados por palabras
    El tiempo es oro
    no hay expresión más acertada
    ahogados por pensamientos
    que algún día se nos acaban
    Dos extremos diferentes
    manejan nuestras manos
    entre la vida y la muerte
    y el recorrido empleado
    El tiempo es una distracción
    a la que creemos manejar
    controla nuestras vidas
    sin poder parar
    Agitados por la idea
    de algún día morir
    perdemos más tiempo pensando
    que en disfrutar y vivir
    No existe la magia
    todos dicen
    pero el tiempo es una ilusión
    de fenómenos indescriptibles
    El tiempo es como la música
    sigue un ritmo determinado
    con combinaciones de palabras
    y una melodía sonando
    Como en la música
    hay que sentir el ritmo
    sin preocuparte las miradas
    y bailar al unísono
    (Gloria Cañas Robles)

    • Querida María José:
      Madre mía, qué madrugadora. ¡A las 8 ya esta enviado el comentario! ¿Cuánto duermes?
      Tienes una poetisa en la casa. Qué orgullo.
      Parece que se supiera a Bergson de memoria. NO es un tema fácil el tiempo.
      Gracias a ti por EL TIEMPO QUE DEDICAS A LEERME Y A ESCRIBIR EN EL BLOG.
      Siempre son enriquecedoras tus aportaciones.
      En cuanto al tema del día he de decirte que le he dado muchas vueltas. Tiene muchas aristas.
      Por ejemplo, no sabemos si el fontanero disfruta o no de su trabajo, pdigo esto porque parece que si disfrutas ya tienes ahí el premio.
      Y está todo el tiempo que hurtas a la familia.
      Hoy he tenido una entrevista para Radio Galilea de Córdoba (Argentina). MI mujer me ha dicho que ¡cómo a las 4 de la tarde un sábado!
      Una hora.
      Y está la dimensión de la solidaridad y de la generosidad…
      Para pensar.
      Besos.
      MÁS

      PD: Felicidades a Gloria. Es una gloria tenerla.

  3. Querido Maestro!
    ¡El valor del maldito dinero!
    Es esclavo del hombre,de las mafias contrabandistas, de los bancos usureros, de la gente malvada y egoísta.
    Trae muchas injusticias a las familias porque donde se pone el dinero no hay querer ni empatía.
    Buscar cambiar a la gente que ambiciona y no ve más que avaricia es un penar del día a día.
    Las emociones no cuentan, el amor se vuelve idolatría, se rechazan los besos, la cercanía, el intelecto, la sabiduría.
    No busquemos respuestas, es todo para envidia.
    Los afectos se destruyen, el cariño se olvida y el agradecimiento se convierte en rutina.
    Hay cosas importantes en la vida y lo intelectual y cultural es una de ellas.
    Todo no se hace por una recomoensa.
    Mejoraremos el mundo si le damos su lugar al estudio la generosidad y la empatía.
    Feliz día para todos.
    Me despido con un cordial saludo.

    • Querida Loly:
      Gracias por tus palabras, que siempre salen del corazón.
      El tema de hoy tiene mucha tela que cortar: uno de los problemas que plantea es la devaluación de lo intelectual, de lo cultural, de lo educativo.
      Pasa lo mismo con el arte: he visto a muchas personas que pintan y los amigos les piden cuadro que ni por asomo piensan que tiene un valor crematístico.
      Lo que pasa es que el dinero (tú dices maldito dinero) pero es necesario para que los pobres coman y tengan una casa digna y unas vacaciones hermosas. Es maldita la ambición, es maldito el abuso y la acumulación de dinero a través de medios ilícitos.
      Lo que yo denuncio en el artículo es que lo intelectual no se valora, por eso se pide y se da de forma gratuita.
      A mí me han pedido la corrección de algunas tesis (500, 600 páginas) y a los peticionarios no se les ha ocurrido decir: Y eso, ¿cuánto vale?
      Comparto contigo la idea de que mejoraremos el mundo si valoramos la generosidad y la empatía.
      Besos y gracias por estar ahí cada semana.
      MÁS

      • Querido Miguel Ángel!
        Los seres humanos con todos esas situaciones experimentamos un dolor emocional impresionante.
        En estos momentos estoy dolida emocionalmente por las injusticias del destino.
        Pero no puedo hacer otra cosa que buscar claves para poder salir de esta situación.
        «Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor siempre podrás escoger la actitud con la que afronte ese sufrimiento.»
        A veces no sabemos cómo expresar ese dolor emocional.
        Estoy buscando unas claves para ello:
        Ordenar mis ideas para así comprenderla y precisar los hechos.
        Aprender a descargar tensiones con actividades relajantes y así cambiar el foco de atención y activar procesos neuronales que inducen a un mayor sentimiento de bienestar.
        Evitar los conflictos y eludir las confrontaciones.
        Y lo más acertado expresar mis sensaciones en un diario y reorganizar mis ideas más profundas.
        Esto sin duda me ayudará a procesar las emociones y ponerlo todo en un marrco racional y darle una salida creativa al sufrimiento.
        Cualquier opción es mejor que callar, reprimir o mantenerte inerte ante el dolor.
        Llevo mucho tiempo en la lucha y no voy a desvanecer ahora en los últimos momentos.
        Os agradezco mucho que estéis conmigo en estos instantes de mi vida y os doy las gracias con el corazón.

        • Querida Loly:
          Te agradezco de corazón que nos hagas partícipes de tu estado emocional.
          Creo que a ti también te puede hacer bien abrirte y compartir tus preocupaciones y tu dolor.
          No es fácil, en la distancia y en el desconocimiento de las dimensiones concretas de la adversidad, saber lo que hay que decir o hacer, pero veo con satisfacción que tienes claro el camino.
          Que no te falte la fuerza para seguir adelante.
          Avanza pasito a paso. Sin desfallecer.
          Si te dicen que tienes que comerte una montaña de pan, dirás que eso es imposible, Pero si añaden que lo puedes hacer comiendo un pequeño trozo en cada comida, verás que eso es más que posible.
          Besos y ÁNIMO.
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  4. Todos sabemos que la ciencia y la educación parecen no tener mucho valor, cuando es precisamente la ciencia y la educación la que nos puede sostener y no precisamente colgados como un jamón. Necesitamos fundamentos como la ciencia y la educación que sean valorados. La parte de generosidad que suponen la ciencia y la educación no son tan patentes como un jamón y por ello no queda tan a la vista como un jamón. Y a la vista está que no aprendemos y así queda el planeta Tierra con la falta de cuidados que a partir de ahora son tan necesarios. Se vuelve a lo inmediato sin valorar ni cuidar lo que nos sostiene y ya tenemos otra vez el Planeta lleno de basuras, incluso más que antes. Seguimos con el lema de que «el que venga detrás que arree». Y volveremos a contestar a cualquiera que nos llame la atención, como tú hoy, «Sí, y un jamón».

    • Querido josem:
      Tienes toda la razón.
      La ciencia, la educación, el pensamiento nos pueden mejorar, nos pueden salvar de la ignorancia, de la injusticia, de la opresión…
      El problema es que no se las considera tan importantes como otras cosas materiales.
      He puesto algunos pequeños ejemplos. Hay muchos más.
      Cada uno podría aportar muchos ejemplos vistos o vividos.
      El camino (Joaquín pregunta pos las soluciones) está en que tengamos más educación, no digo acumulación de datos estériles, sino capacidad de discernimiento y valores que impulsen una acción comprometida.
      Gracias, amigo.
      Un abrazo.
      MÁS

  5. Buenas Magister!
    Cada desayuno del sábado viene con sorpresa y con regalo. En este caso tienes más razón que un Santos Guerra.
    Debo reconocer que a mi me pasa..que dándole valor a lo cultural, hay cosas que no uno de primeras, a una contraprestación económica, aunque tengan un gran valor. No sé si por nuestra cultura judeocristiana , de no unir lo cultural al pecunio o como dices el no darle valor real al trabajo intelectual. ¿? En fin, gracias x la reflexión aunque nos toque las neuronas.. ah, después del jamón y la pintura (obra cultural) el tercer premio seguro que era un libro….Que majo el concejal de cultura del pueblo…para hecerle un monumento!!
    Un fuerte abrazo compartirdo

    • Querido tocayo (querida Gema):
      Siempre tienes a mano un poquito de sal para aderezar los comentarios. Siempre me sacas una sonrisa que provoca el ingenio, la simpatía, el buen humor que tienes.
      Lo del tercer premio no puede venir más a cuento. No me hubiera sorprendido en lo más mínimo.
      Llevo muchos años en estas cuestiones.
      He recibido peticione insólitas: que me haga un resumen de lo que pienso sobre evaluación, que me prepare para las oposiciones, que me revise una tesis de más de 1000 páginas…
      Ni una sola vez, en tantos miles de demandas, me han dicho: ¿le debo algo por ello?
      Y mi conclusión ha sido esa: no se valora niel tiempo, no se valora el conocimiento…
      Lo peliagudo es responder a la pregunta de Joaquín: ¿cómo se cambia eso?
      Claro, con más cultura. Y ahí está el intríngulis: Con más cultura valoraríamos más la cultura.
      Una abrazo. y gracias.
      MÁS

  6. Querido Miguel Ángel, lo que dices lo resumo en dos dichos populares: lo que has expuesto está más claro que el agua pura.
    Tienes más razón que un santo.
    Y ahora añado: a ver quién cambia eso, como tantas cosas…
    Veo que para ti la palabra aburrimiento no existe.
    Un abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Como siempre, aportas una pregunta de gran calado: ¿Cómo se cambia esa dinámica?
      ¿Cómo se consigue que, en este cultura, lo intelectual, lo educativo, lo cultural, tengan el mismo o más valor que las cosas materiales? Nada fácil, desde luego.
      Decía Manuel Alcántara: «tengo más plumas que una tribu apache». Quería decir que algunas de sus notables intervenciones (era una genio) las despachaban regalándole una pluma.
      Le oí decir también que cuando alguien se lamentaba diciendo «no sé cómo agradecerle…», contestaba que desde que existieron los fenicios, había una forma muy clara de hacerlo.
      Ya sé que hay otras formas de recompensa (la gratitud, el reconocimiento, la admiración…),pero claro, con ellas no puedas pagar en el supermercado.
      Un gran abrazo, querido amigo. Y gracias.
      MÁS

  7. Hola Miguel Ángel.

    El valor o el precio de las cosas…. ¡Cuántas cosas hacemos por dinero y cuántas por amor al arte! …

    Creo recordar que en alguna ocasión te he leído hablar de este tema… Las cosas se pueden hacer por dinero y por eso trabajamos… y también se pueden hacer de forma altruista, sin percibir ningún emolumento alguno… Tanto tú como yo conocemos ambas situaciones. Tú has mencionado alguna de las que haces por gusto, disfrute, compromiso, amistad,… vete a saber… Como sabes yo edito una revista por la que no percibo ni un chavo y que me exige mucho tiempo. A los revisores que me ayudan no se les paga nada, eso sí, reciben un reconocimiento o mérito profesional, ya sabes que en la universidad se valora todo… Ya son más de 10 años con la revista, muchos más con otras historias también gratuitas ¿y por qué lo sigo haciendo? Supongo que porque me gusta, porque hago algo diferente a mi rutina diaria, por recibir algún tipo de reconocimiento, yo qué sé… Mientras hago eso no me paso el tiempo viendo la televisión, jugando a la play o bebiendo en una bar… Estoy realizando algo productivo, aunque no sea económicamente. Es cierto también, como a ti te ocurre, que percibimos recompensas por otro tipo de trabajos.

    Somos así de tontos o de afortunados… Tampoco me lo plateo mucho porque hago lo que quiero, y eso, en este mundo, no tiene precio.

    No sé si recibes alguna compensación por lo que escribes en este blog, si es así, lo tienes más que merecida, y si no, pues aplícate lo que yo he dicho…

    Un abrazo.

    P.D. Espero que la próxima intervención la haga desde la sombrilla, si es que nos dejan y hay sitio para todos… Y por cierto, con la pinta que tiene el jamón con el que has ilustrado esta entrada, yo lo cogería antes que la obra de arte 😉

    • Querido Juan Carlos:
      He disfrutado leyendo tu comentario.
      El ejemplo de la creación y dirección de la revista es paradigmático. ¡¡¡Diez años!!! Todo el trabajo hecho de forma gratuita.
      Y claro, no es que ese tiempo podrías emplearlo yendo al bar, pero estoy seguro que tu familia habrá reclamado tu presencia en más de una ocasión…
      ¿Por qué lo hacemos? ¿Por compromiso, por gusto, por recibir reconocimiento…?
      Lo cierto es que tú no vas al supermercado con un justificante de las horas empleadas en la revista y pides llevar el carro gratuitamente…
      Me preguntas por el blog. Es completamente gratuito. Hasta el coronavirus, el periódico md pagaba 51 euros por artículo, pero me dijeron que ya no podían hacerlo, debida a la crisis. Decidí seguir de forma gratuita.
      Me ha encantado tu frase:»Somos así de tontos o así de afortunados…». Resume muy bien el problema.
      Hay otra dimensión, sin embargo: el valor que se le da a lo intelectual en la sociedad. Nadie llama a un fontanero sin pedir lo que cuesta, pero te pueden pedir la corrección de una tesis sin preguntar si ese trabajo vale algo.
      Un abrazo y gracias.
      MÁS

      PD1: Decía Manuel Alcántara que cuando un pobre come jamón, o está malo el pobre o está malo el jamón
      PD2: Si hay sombrilla, a disfrutar.

      • Ya sé que con la gratitud no se come ni se llenan carros de supermercado, pero alimenta el alma… Con los carros de gratitud se llena la despensa de la satisfacción personal, que también hay que llenarla de vez en cuando…

        Es cierto que en el mundo de la cultura existe mucha despensa llena de satisfacción personal y frigoríficos vacíos de comida. Ambos lugares deberían estar convenientemente llenos.

        El comentario de Manuel Alcantara sería en otra época… Afortunadamente el precio del jamón serrano de bodega está al alcance de casi todos, eso sí, para adquirir el de pata negra (y cuantas más jotas tenga) hay que hacer un esfuerzo más considerable. Con un buen bocadillo de jamón convenientemente acompañado de aceite y tomate el pobre seguro que se recuperará pronto, pero el mendigo por mucho que mire el cuadro de la Gioconda no sentirá satisfecha su hambre…

        😉

        • Querido Juan Carlos:
          No solo te entiendo sino que comparto lo que dices.
          Lo que difícilmente se puede negar es que cuando vas a pedir una sandía pides el precio pero cuando pides la corrección de un artículo no preguntas cuánto vale.
          Ya me dirás si hay sombrilla este año.
          Un abrazo.
          MÁS

  8. Buenas noches Miguel Ángel.

    Gracias siempre por tus artículos cada semana. Tus reflexiones y argumentos me tienen como dirían muchos compañeros/as Maestros/as de mi promoción de lengua extranjera inglés (hook on) enganchados a leer en tu blog. Así estoy yo… enganchado a leer lo que publicas cada semana.

    En mi opinión llevas mucha razón cuando dices que en esta sociedad neoliberal, donde impera el valor del dinero, la obsesión de comprar, el tener y ambicionar artículos materiales caros, apenas si hay reconocimiento para el trabajo intelectual, la formación y la cultura. Es por ello que te voy a contar una pequeña anécdota que nos ha pasado esta semana.

    Soy padre de una alumna de 3 años matriculada en un centro público de enseñanza. Tras un curso muy intenso y raro por la pandemia vivida, el delegado de padres de la clase propuso una pequeña recolecta de dinero al resto de madres y padres para tener un pequeño detalle (material) con la Seño de nuestros hijos llegado el fin de curso. Pues bien, cual es mi sorpresa cuando algunas madres y padres comentan por vía whatsapp al resto que este curso no se le debería hacer regalo ninguno porque la Seño ha estado el último trimestre más relajada, sin apenas trabajar, casi de vacaciones… Es decir… que este tercer trimestre, en el que los Maestros/as y Profesores en su mayoría nos hemos dejado los ojos en las pantallas día y noche trabajando horas y horas y dedicando mucho más tiempo que en el Colegio y dejando desatendidos a nuestros hijos y familiares… resulta que hemos estado casi de vacaciones… Manda narices… (perdón por la expresión). Y todo porque, como bien dices, no se valora el trabajo intelectual, la formación y la enseñanza que no son bienes materiales que se paguen. Para colmo, como la enseñanza pública es gratuita, tampoco se valora en comparación con la enseñanza privada de pago…

    En fin Miguel Ángel, que llevas mucha razón. Finalmente el viernes quedamos con la Seño y le dimos su pequeño detalle que le ha gustado mucho. Nos ha dado las gracias y nosotros a ella por la entrega, el cariño y la dedicación que ha tenido a lo largo del curso…aunque no hubiese podido acudir a las clases presenciales. Ahora los que hemos optado por reconocer el trabajo de la docente con un detalle se nos criticará bastante porque como dicen algunas madres/padres… tampoco era necesario… total para lo que ha hecho la Seño…Y además ahora…segundas vacaciones para la Seño…

    Menos mal que algunas familias no piensan así…
    Buenas noches Miguel Angel.

    Saludos desde Ronda.

    • Querido Juan Francisco:
      Le decía a Juan Carlos hace unos momentos que su ejemplo de la creación y dirección de una revista online sobre Educación Física (100 por 100 gratuita) era un ejemplo magnífico de lo que digo en el artículo.
      El ejemplo que tú nos ofreces es también extraordinario.
      En primer lugar porque esos padres y madres que se niegan a aportar esa pequeña cantidad no saben valorar lo que ha hecho esa maestra durante la pandemia.No saben que ha sido un trabajo MAYOR, MÁS DIFÍCIL Y HECHO EN UNA CONDICIONES COMPLICADAS (atendiendo niños, atendiendo la casa, buscando estrategias nuevas…).
      En segundo lugar, por que no saben valorar el trabajo que se hace en las aulas, con niños diversos, con prescripciones exigentes…
      En tercer lugar porque, como dices, la enseñanza pública se considera gratuita y, por consiguiente, de escaso valor.
      Enhorabuena por esa sensible iniciativa, por tus generosas palabras y por escribir este interesante comentario.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  9. Querido amigo y maestro:

    ¿Cuándo? ¡Cuando puedo! Y ¿cuanto? ¡Bastante menos de lo que me gustaría!

    Es verdad que los ejercicios de concentración y respiración que realizo me ayudan enormemente a diario. Al oxigenar bien el organismo, este se muestra con más energía. También me ayudan los ejercicios de voluntad y, por supuesto, la oración, que es mi fuente principal.

    Por otro lado, me resulta muy fácil leerte. Lo llevo haciendo con interés y admiración cada sábado desde hace varios años, porque siempre aprendo de ti. También hay comentarios muy interesantes que me aportan mucho. «Todo lo aprendemos entre todos». De todos modos, lo difícil es escribir cada sábado para tus lectores como tú haces. No has fallado ni uno y sé muy bien que ya van más de mil artículos… Se dice pronto, muy pronto…

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. No es una cuestión económica. Se trata de reconocer, de valorar el esfuerzo que conlleva adquirir y ofrecer la cultura y el pensamiento. Es cierto, la vía es la propia cultura, aunque es muy difícil cuando se dinamita la Educación. Hemos vivido reconocimientos a médicos, etc. Y me parece muy bien. Sin embargo, no han sonado esos mismos aplausos para los docentes que también salvan vidas, aunque lo hagan de otra manera, y me consta que han desgastado la vista con tantísimas horas delante de las pantallas, programando, enviando tareas por distintos cauces en la red, corrigiendo, evaluando, comunicándose con el alumnado, con sus familias, coordinándose a través de los distintos órganos, cumplimentando pesadísimos formularios relativos a la creciente burocracia que ahogan las energías que serían más provechosas emplear en otras tareas más enriquecedoras (innovación, búsqueda de recursos, creación de materiales, etc.). En fin, qué te voy a contar que no sepas mejor que yo.

    Muchas gracias por tus palabras y un abrazo MÁS para tu familia de parte de la mía.

    PD: Te envío un enlace de Amazon (es curioso que hace unos días había libros disponibles y en estos momentos ya no tienen en stock). De todos modos, Lidia tiene el vuestro preparado. Sabemos que estás siendo muy prudente con la covid-19. Nos gustaría que pudiéramos vernos, pero tampoco queremos ponerte en un compromiso. Mejor, le digo que te escriba por whatsapp para poder concretar el modo para hacértelo llegar.

    https://www.amazon.es/dp/8417926453/ref=cm_sw_r_wa_apa_i_32k7EbV8WG5JA

    • Querido Juan Miguel:
      Si no hay libros es stock es que se han vendido. Buena señal. Imagino que repondrán de forma inmediata.
      Me ha costado escribir el artículo de esta semana. Porque ahí está la ambivalencia de ayudar, compartir, dar… y la necesidad de pagar las facturas. Te estoy escribiendo desde el concesionario donde compramos el coche. Tendré que abonar la factura. En casa he dejado a unos operarios que están sustituyendo un toldo que había roto el viento. Tendré que abonar la factura.Saldremos a comprar. Tendré que abonar la factura. Y veo también que muchas de mis actividades son totalmente gratuitas…
      La cuestión tiene dos dimensiones: una personal y otra social. No recibes remuneración (la personal) y no se valoran estas actividades intelectuales (social).
      Respecto al sueño, tienes que cuidarte. Porque el cuerpo, a la corta o a la larga, pasa factura.
      En cuanto al libro, podéis enviarlo por correo postal. Dime si conservas la dirección.
      Sí, tendremos que pensar en un encuentro. Ya va siendo hora.
      Gracias por estar ahí durante tanto tiempo.
      Un gran abrazo para los cuatro.
      MÁS
      PD: Ya ves que he eliminado uno de los comentarios porque estaba repetido.

  10. Hola a todo el mundo, incluso a los de izquierdas.

    Al hilo del altruista y algo lisonjero Juan Carlos, recuerdo que en la postguerra había anuncios tal como que se cambiaba un piano por un jamón.

    En otro orden de cosas y valores, ya puestos no en el precio sino en el valor. Ya puestos en que la primera necesidad es la salud, y que a renglón seguido o en el mismo está la alimentación. Considerando que una persona se alimenta (o puede alimentar) con un kilogramo de trigo al día, pues con un kilogramo de trigo se puede hacer al menos 1.100 gramos de pan.

    Considerando que es justo que un agricultor obtenga hoy una renta de al menos 24.000 euros/año.

    Considerando que el coeficiente de renta actual calculado por Hacienda para el trigo es de 0,23. Esto viene a decir que de cada euro que vale el trigo que vendes, en realidad, como beneficio, te quedan 23 céntimos, que lo demás se ha ido en gastos.

    Considerando así que para obtener 24.000 euros tienes que vender/producir 104.347,82 kilogramos de trigo. Y que con ésto, un solo agricultor produce trigo para alimentar a 104.346 personas, además de comer él. Y también, ojo que no me olvido,que hay que “sanitarse”, vestirse, calzarse, divertirse, etc….aún, así, a mí me salen la cuentas de que el que hace algo por amor al arte, como escribir un libro, está infinitamente mejor pagado que el que cría el jamón, entre otros “discurrires” del ya algo secado seso de este siempre admirador de los que tienen tan fino arte de justificar los gustos como si de hazañas se tratase.

    Además hay que considerar que el que escribe un libro está por lo menos a la sombra o en casa con el aire acondicionado puesto. El del trigo está siempre con tortícolis mirando al cielo a ver si llueve para que le salgan las cuentas, está en el secarral espantando pájaros a cuarenta grados a la sombra, está con un incipiente melanoma de piel de tan quemado que tiene el pescuezo, y el colmo del colmo es que cuando entra en cobijo un rato al mediodía, su señora o suegra le tiene la tele puesta a todo volumen sobre el discurso y mentiras de los políticos ayudando a los campesinos, y

    ….solo quería dejar constancia de que les leo .

    Bueno, va, me voy a regar.

    Que tengan un buen día.

    • Estimado D.Quintiliano:
      Mi padre fue agricultor, como alguna vez te he contado.
      Sé de lo que me hablas.
      Del 100% del precio de un libro, el autor cobra un 8 o 10% frente al 50% del distribuidor y el 25% del librero.
      Para escribir un libro no es necesario SOLO estar a la sombra…
      Pero no hablo en mi artículo de libros (de los que algo se percibe, si se venden, claro).
      Hablo de muchas actividades gratuitas, que lo son por su carácter intelectual o no material. Al no tener precio, tampoco tienen valor.
      Buen riego.
      Buena salud.
      Un cordial saludo y gracias por el comentario y la comprobada lectura del artículo y de los comentarios.
      MÁS

    • ¡Vaya, No esperaba que me leyera el Quintiliano!

      He dicho que no, miento, me lo espero… Siempre llega con el cuchillo en una mano para cortar por lo sano y con la cuchara en la otra para rebañar de los comentarios de los demás. Suele hacer acto de presencia una vez hay comentarios sobre los que atacar.

      La alabanza por la alabanza no sirve para nada, es lisonjería, pero la crítica por la crítica, a mi juicio es mala leche. Si coincido con Miguel Ángel, quizás sea porque nuestra forma de pensar en muchos aspectos de la vida va en una misma linea, no obstante cuando tengo que discrepar también lo hago.

      Es fácil poner ejemplos radicales como si eso fuese la generalidad de las casuísticas. Fijáte Quintiliano, coincido plenamente contigo en el que el mundo agrario está mal pagado el producto, pero se paga… Ayer vino un fontanero a mi casa, estuvo a la sombra, y se llevó en media hora 140 euros. Si voy a un abogado o aun médico que trabaja a la sombra pagas bien pagado, ellos se lo han currado.

      A mí, como profesor de Educación física me pagan, pero para ello tuve que opositar cinco años, años de juventud encerrado en casa a la sombra. Mientras tanto muchos agricultores, albañiles, fontaneros, panaderos… estaban trabajando, percibiendo un sueldo y disfrutando del mismo, yo mientras estudiaba y tenía que pedir dinero a mis padres. A mi el sol de los patios también me ha curtido el rostro, ya son 30 años de frío y calor. No me vengas con milongas…

      Que tengas un buen día y te sea productivo.

  11. Querido Miguel
    Indudablemente que la devaluación ha alcanzado a todos los ámbitos que conforman lo natural y lo humano. Por tal razón los bosques, los océanos, la tierra y lo que produce el ser humano escasea, aumenta o se deprecia en razón del uso exterminador y antisustentable que practicamos a diario. Ante esto, tiene significado lo que el extraordinario Roberto Carlos canta en el poema/canción titulada, El año pasado, en la que pregunta, «cómo será el futuro que está en los umbrales, la naturaleza los niños y los animales». La respuesta a este deterioro está en el mismo ser humano. Esta misma situación se ha extendido a lo que hacemos los humanos, específicamente, en los constructos que tienen como mediación los saberes que cada individuo pone a disposición de los otros en la realización de actividades. Es cierto que algunas son remuneradas, sin embargo, otras, no tienen un valor monetario y por lo tanto no tienen beneficio. Dejando fuera las actividades intelectuales, de docencia, política, de ingeniería, y muchas más, por las que en la mayoría de los casos si se percibe remuneración, hay otras en las que compartir estos saberes tiene otra connotación. Tienes razón, al afirmar que todo lo relacionado con la cultura, con el pensamiento, con la educación se ha devaluado o, en muchos casos, ni siquiera se le pone atención. Queda a posterior análisis y textualización en qué medida desde lo individual, grupal o institucional hemos prohijado tal devaluación. Hoy, motivado por tu excelente cuadratexto, (los haceres, los deberes, la devaluación y la contextualización) te comparto una vivencia. En mi función de asesor de tesis de Posgrado de la Secretaría de Educación Jalisco, recibí una petición de asesoría de una maestra cuyo proceso de titulación estaba inconcluso. En su petición, describía su gran necesidad de titularse en la maestría que cursó y de su dificultad económica. Puso a mi disposición sus tardes, noches y tiempo libre para concluir esta tarea. Hoy, es egresada titulada del Sistema de Posgrado de Educación de Jalisco. Posteriormente, la he encontrado como docente en una secundaria técnica y me ha dicho que apoya con denuedo a sus alumnos en gratitud a la asesoría que recibió. La lectura de tu texto, como casi siempre sucede, me hizo hacer reminiscencia de los andares que he tenido en educación. Los cuatro horizontes que encontré, son una interminable oportunidad para ubicarnos EN y CON el maravilloso mundo del aprender y compartir. Es encontrar atisbos de; ¿Quiénes somos?, ¿Qué hemos hecho?, ¿Con quiénes lo hemos hecho? ¿Para qué lo hemos Hecho? ¿Cuáles son los resultados?, preguntas que tienen relación directa con la Propuesta Estatal de Educación en Jalisco cuyo propósito principal es, EDUCAR EN Y PARA LA VIDA.
    Me interesa sobremanera tu énfasis en el escaso o nulo valor crematístico que se da a las actividades intelectuales, latencia que se encuentra en algunas de tus entregas anteriores y que seguiré con persistencia en concomitancia con tu enunciación.

    Como siempre, un fuerte abrazo.

    • Estimado Felipe:
      Muchas gracias por este excelente comentario. Sin duda, hay lectores que, al hacer la exégesis de un texto, superan (no solo enriquecen) el valor del mismo. Este es el caso.
      El comienzo de tu comentario amplia y profundiza en la semántica del artículo. Es otra dimensión que tiene un gran calado.
      Conozco, por mi última visita a Guadalajara, la rica Propuesta Estatal de Educación de Jalisco en aras de buscar una EDUCACIÓN EN Y PARA LA VIDA. Creo que ese es el camino.
      Me ha emocionado la historia que compartes. Qué satisfacción por la eficaz asesoría y qué hermosa actitud de la docente que se vuelca ahora con sus alumnos y alumnas en justo reconocimiento.
      Muchas gracias.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  12. Mi querido Miguel Ángel Santos Guerra,

    Cordial saludo desde San Vicente del Caguán – Caquetá – Colombia
    Ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos en la ciudad de Florencia – Caquetá.

    Lo recordamos constantemente, mi esposo (Humberto) y yo, porque eres una persona de gran sencillez y mucho conocimiento. Quisiéramos que nuevamente viniera a nuestra tierra para tener una agradable tarde de conversación en compañía de un delicioso café colombiano.

    En cuanto al tema de este artículo, jum, no se imagina cuántas veces nos ha pasado a nosotros de hacer el trabajo gratis, pero aprendimos de una gran amiga (la hna. Reina Amparo) que todo se lo dejas a la Divina Providencia, que ella se encarga de recompensar. Lo hemos comprobado muchas veces, son tantas cosas que nos han sucedido, el hacer este trabajo, que para nosotros es maravilloso, (no sé si nos recuerdes, La biblioteca itinerante La Casita de los Sueños), que muchas veces hemos arriesgado la vida por llegar a esas comunidades vulnerables dispersas que han sido y siguen siendo víctimas del conflicto armado y no tener dinero para envíar a nuestro hijo a la universidad y preciso él ganarse una beca y tener el privilegio de estudiar en la mejor universidad privada del país con todo pago, te cuento esta experiencia entre tantas otras que hemos vivido.

    Por eso, lo importante es que todo lo que hagas sea con amor que lo demás llega por añadidura.

    Un fuerte abrazo desde estos rincones de la amazonia colombiana y saludos a su familia.

    • Querida Luz Stella:
      Recuerdo con enorme cariño aquella visita a Florencia.
      Y recuerdo muy bien vuestro hermoso proyecto, sobre el que escribí un artículo que tuvo un enorme eco.Veo que seguís llevando ilusiones a quieres más lo necesitan.
      Sé que la generosidad tiene otras recompensas que no son el dinero.
      Lo que he querido mostrar en el artículo es el escaso valor que se le da en la sociedad a las cuestiones relacionadas con el pensamiento, con la cultura, con la educación.
      Me alegro mucho de que vuestro hijo pueda estar estudiando con una beca. Es señal de que tiene responsabilidad y capacidad. Enhorabuena para vosotros y ánimo para él.
      Gracias por esa invitación.A ver si pasan estos tiempos de incertidumbre y podemos volver a viajar y darnos un gran abrazo, que ahora solo puede ser virtual.
      Besos y gracias por acordaros de mí y por leerme.
      MÁS

  13. Querido Juan Miguel:
    El golpe que habéis tenido al mandarme la segunda edición del libro de Lidia con dos sobres de estupendo jamón ha sido magistral.
    Muchas gracias (y ahora lo pongo en su debido orden) por el libro y por el jamón.
    Un gran abrazo.
    MÁS

  14. Querido amigo y maestro:

    ¡Nos has provocado una sonrisa con tu comentario sobre el «golpe»! Nos hemos imaginado también vuestra sonrisa al abrirlo.

    Muchas gracias a ti SIEMPRE por TODO.

    De acuerdo en que tendremos que pensar en un encuentro. Sabemos que eres muy cauto, por lo que dejamos que marques tú el ritmo. Cuando tú decidas que es oportuno, nos adaptaremos.

    Un fuerte abrazo MÁS.

    PD: El comentario anterior lo envié como respuesta, pero me salió una pantalla de error. Por eso, volví a enviarlo. Parece, pues, que la red admitió finalmente los dos. Muchas gracias por eliminar el duplicado.

    • Querido Juan Miguel:
      Pues sí, fue un buen golpe. LO hemos comentado esta tarde con unos familiares que han llegado ala casa y han podido saborear el exquisito jamón. Se reían cuando explicamos origen del envío.
      Espero que sigamos avanzando hasta recuperar la plena libertad en los encuentros que antes considerábamos tan «normales».
      Hay una sensación tramposa de que todo ha terminado. Y no es así.
      Tenemos que ser prudentes.
      Seguimos en contacto para encontrar un momento seguro.
      Un gran abrazo para la autora, con mi enhorabuena.
      Feliz verano.
      MÁS

  15. Apreciado Dr. Santos, comentarios y lectores, saludos
    Creo que las y los académicos a quienes les prologó el libro estarán emocionados. Así también, creo ante el artículo, caben los análisis de lo que señala la novela de ficción de José Saramago, el ensayo sobre la ceguera, en un punto dice la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió… Es así que Usted es muy sabio en lo que comparte y nos hace evaluar para hacer ajustes para mejorar. Gracias Dr. Santos por el estupendo articulo, los análisis que se desprenden .

    • Querida Lourdes:
      Gracias por participar con tus palabras en el debate de cada semana.
      Qué hermosa y gran novela «Ensayo sobre la ceguera». Lo único que no me gusta es el título. Saramago es un escritor que me apasiona.
      Sí, hay formas de pago que no son de dinero. He escrito 85 prólogos. Solo uno fue remunerada. Los autores que te lo piden se muestran agradecidos, claro que sí.
      Ni a ellos ni a mí se nos ocurrió plantear el pago en moneda. Y esa es mi preocupación: ¿por qué no se valoran los trabajos de tipo intelectual?
      Muchos besos.
      Muchas gracias.
      MÁS

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