El pasado sábado, 28 de septiembre, estuve en el Balcón de Europa de Nerja (hermosa ciudad de la provincia de Málaga) escuchando un concierto interpretado por la Coral Alminares de Nerja, el Coro de la Facultad de Ciencias de la Educción de Granada, la Coral y Escolanía Alonso Cano de Priego de Córdoba y la Banda Sinfónica Municipal de la misma localidad cordobesa. Interpretaron Carmina Burana, una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que aparecen escritos principalmente en latín medieval. En esos cantos se satiriza y se critica a todas las clases sociales en general, especialmente a las personas que ostentaban el poder de la corona y, sobre todo, del clero. Un espectáculo musical magnífico para celebrar el Día del turista, al lado del apacible mar Mediterráneo, bajo el firmamento estrellado y con una temperatura deliciosa. Beneficios de vivir en esta tierra del sur.
Mientras mi admirado y querido Rafael Jurado Ortiz, primo político, movía su batuta delante de los ciento cuarenta miembros de la coral, cuarenta instrumentistas y tres solistas pensaba yo en la excelente metáfora que es el director de orquesta para comprender la dirección escolar.
En 1990 apareció en España un excelente libro de Garret Morgan titulado “Las imágenes de la organización”. Yo había utilizado profusamente la edición inglesa, de 1986, titulada “Images of Organization”. El autor utiliza y explica metáforas diferentes al servicio de la comprensión de las organizaciones educativas.
Ya se sabe que las metáforas son un modo excelente de facilitar la comprensión de un fenómeno o un concepto porque arrojan ingeniosamente luz sobre alguno de sus aspectos, aunque también es cierto que dejan en la sombra otras partes del mismo. Si yo digo que alguien es fiero como un león, nada digo de sus inteligencia o de sus emociones.
Dice Morgan que “la premisa básica con la que se ha construido el libro es la de que nuestras teorías y explicaciones se basan en metáforas que nos llevan a ver y comprender las organizaciones en un modo distinto aunque parcial. Las metáforas se emplean normalmente como un recurso para embellecer el discurso, pero su importancia va mucho más allá. La metáfora implica un modo de pensar, un modo de ver que traspasa el cómo comprendemos nuestro mundo en general”.
Las metáforas que utiliza Morgan son nueve: la máquina, el organismo, el cerebro, la cultura, la política, las prisiones psíquicas, el flujo de cambio y los instrumentos de dominación.
A mí me gusta utilizar metáforas. Muchos de mis libros están basados en metáforas. Por ejemplo, uno sobre organización que se titula “Entre bastidores, el lado oculto de la organización escolar”. Otro es “Las feromonas de la manzana. El valor educativo de la dirección”. Si metes en una bolsa frutas verdes y una manzana, las frutas verdes maduran por la influencia beneficiosa, humilde y persistente de la manzana. La palabra autoridad, digo allí, proviene del verbo latino auctor, augere, que significa hacer crecer.
No todas las metáforas son igualmente certeras. Cuando se utiliza la metáfora de la máquina aplicada a la dirección escolar y se dice que el director es como una máquina que arrastra a los vagones, ¿se entiende “vagones” como el aumentativo de vagos? Si alguien piensa, decide y se responsabiliza por todos, los demás dejan de pensar, decidir y responsabilizarse. No me parece una buena metáfora.
¿Por qué considero excelente la metáfora del director de orquesta? Porque todos los cantores y lo músicos tienen una única partitura que él ayuda a interpretar. La partitura no es solo del director, es de todos los actores. ¿Alguien se imagina que cada músico hubiese elegido una partitura sin contar con los demás y tratase de interpretarla de forma individualista? Podría hacerlo cada uno de forma maravillosa, pero el desastre de la audición estaría asegurado. Para considerar un buen profesional a cada músico no hay que tener en cuenta solo cómo toca o cómo canta sino hasta qué punto es capaz de integrar su trabajo en el esfuerzo colectivo, hasta qué punto es capaz de desempeñar su papel en una obra que, por definición, es colegiada.
El director de orquesta no tiene que saber tocar todos y cada uno de los instrumentos y hasta puede estar afónico a la hora de dirigir, pero sabe cuándo tienen que entrar los trombones o los violines, cuándo tienen que sonar los platillos o intervenir el solista. De igual manera, el director de la escuela no tiene por qué ser experto en todas y cada una de las asignaturas que imparten los docentes, pero tiene que conseguir que todos actúen de forma coordinada.
No es igual un director que otro, aunque la partitura sea la misma. Lo vemos claramente en las escuelas, Con la misma ley, con el mismo curriculum, hay tantos tipos de directores como directores hay. Cada uno tiene su estilo y cada uno tiene su forma de relacionarse con cada uno de los músicos y con toda la orquesta. Cada uno sabe animar de forma diferente y reacciona de manera distinta ante un error, un despiste o un retraso de alguno de los músicos.
El director de orquesta mira a todos y a cada uno de sus músicos. Él los ve a todos y todos le ven a él. No se podría entender una forma de dirigir dando la espalda a los que actúan.
Hace unos años escribí un libro titulado “El harén pedagógico. Perspectiva de género en la organización escolar”. La cuestión de género, a mi juicio, es importante. Hay pocas directoras de orquesta. Y no hay muchas directoras escolares. ¿Por qué? Pues porque, a mi entender, es una cuestión de poder. Y las mujeres, tradicionalmente, han estado alejadas de los núcleos de poder. Afortunadamente estamos en camino de superar esta situación.
La ejecución de una partitura exige ensayos, muchos ensayos. Aunque cada uno tenga una habilidad extraordinaria, hay que coordinar los tiempos, los estilos y la vivacidad de la interpretación. No suele salir bien a la primera. Por eso es necesario aprender a corregir los errores y a limar los desajustes.¡
Está muy claro que el fallo de uno de los participantes arruina toda la obra. De ahí la responsabilidad de todos y de cada uno de los intérpretes. Cada uno de los músicos tiene que ser consciente de que su buena actuación es fundamental para que todo salga bien. Basta que uno falle para que todo se estropee.
Es importante elegir un repertorio que se acomode a la capacidad auditiva de los asistentes, adaptar el contenido musical a las posibilidades de entendimiento y de disfrute del auditorio. La obra no es solo para la orquesta, es para los oyentes.
Aplaudimos largamente y de pie la actuación. Algún que otro “bravo”, “bravo”, surgía de las gargantas de los asistentes. Y, trasladando mi reflexión a la escuela, pensaba yo en lo poco que se aplaude el quehacer de los maestros y el del director de la escuela. Rafael Jurado, mientras recibía los aplausos del público puesto en pie, insistía en extender las felicitaciones a sus músicos con elocuentes gestos de sus brazos. Venía a decir: son para ellos, son para ellos. Porque el director de orquesta es un “primus inter pares”. No alguien que ordena y manda sino alguien que coordina, inspira y dinamiza a todos y a cada uno de los protagonistas. Como el director de la escuela. Son de todos y para todos.
Escuchar buena música, asistir a un concierto al aire libre en un día agradable, es un placer para el espíritu.
Me parece excelente la metáfora de la orquesta aplicada a la dirección y gestión de un centro educativo. Yo diría que esa metáfora se puede aplicar a la mayoría de las actividades humanas realizadas en grupo, como seres sociales que somos. El fútbol, el baloncesto, balonmano, y todos los deportes en equipo, se les puede aplicar la metáfora de la orquesta.
Pienso que donde más se necesita esa dirección y coordinación por el material que está en juego es, quizás, donde más se descuida y donde más se tiende a ir por libre.
No estoy ahora en esa orquesta, pero el tiempo que estuve, si bien se intentaba, solo a medias se lograba.
En el artículo anterior nos hablaste, Miguel Ángel, de un tiempo que fuiste director de esa orquesta. Los frutos acreditaban la buena batuta y la buena música. El cambio de batuta llevó al traste toda la orquesta.
Empieza la gran orquesta de la campaña electoral. Es importante discernir bien a quién le ofrecemos la batuta.
Saludos a todos.
Querido Joaquín:
Efectivamente, fue una preciosa axperiencia: el escenario, el momento,la buena música…
Mientras veía mover la batuta al director empecé a pesar en la metáfora de la dirección que ya me había interesado en otras ocasiones.
Por cierto, me acaba de decir Lourdes que acaba de aparecer en las pantallas una película con el título LA DIRECTORA DE ORQUESTA. Buscaré un tiempo para verla.
La escuela, dicen los autores ingleses, es una institución «loosely coupled» (débilmente articulada). En efecto, no es fácil conseguir que se coordinen los profesores de 1º y 2º de la misma asignatura…O que todos tengan una actitud uniforme hacia el sexismo… Como bien dices, pocas veces se consigue una acción perfectamente articulada. Pero hay que caminar hacia ella.
Buen tema el del cambio de director de orquesta y los esfuerzos de adaptación que requiere.
Un gran abrazo.
Y gracias, una vez más, querido amigo.
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Miguel Ángel. Para que no me pase lo mismo que atí con el Conejo de la semana pasada. Elimina el comentario anterior y publica el que va detrás de este con algunas correcciones. Ya ves que el tecleo hace de als suyas….
Antes de publicar, lee lo que publicas…
Querido Juan Carlos:
No sé si te refieres a mí, a ti o a todo el mundo.
En lo que a mi respecta, agradezco el consejo. Porque, en efecto, si no se relee es fácil que se escapen algunos gazapos.
Un cordial saludo.
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Siguiendo con la metáfora…
¡Qué difícil es elegir la partitura! ¡Qué complicado resulta unificar gustos musicales! ¡Qué labor tan ardua la de dominar y afinar los instrumentos!…
El director dirige a músicos bien formados. Han sido instruidos durante largos y duros años de conservatorio. La mayoría han ensayado mucho, se han perfeccionado y el resultado individual de cada músico suele ser excelente. De este modo la labor de coordinación del director de estas individualidades resultará más fácil. Si encima se elige entre restringido abanico de partituras será más sencillo llegar a seleccionar aquellas que todos puedan interpretar e interesen al público. Si cada uno trata de imponer su partitura será muy dificultoso elegir las apropiadas para organizar un concierto.
Por otro lado, en términos musicales, hay que considerar otro concepto. Una cosa es mover una batuta y otra muy distinta es mover un palo, o, lo que es peor, un látigo. Todos estos instrumentos requieren del uso de la mano, pero su significado es completamente radical cuando hablamos de dirigir personas.
La letra de Cármina Burana dice algo así como «O Fortuna, eres variable como la Luna…» Pues para no dejarlo todo a la fortuna, a la suerte, al azar,… se necesita ensayar y practicar, realizar las adaptaciones oportunas en la partitura (lo que los músicos llaman realizar arreglos musicales), planificar los ensayos, afinar instrumentos, darle publicidad al concierto para que haya público en el acto, respetar al director de la orquesta y facilitar su labor, que el director sepa sacar lo mejor de sus músicos, que evite el predomino de egos de los grandes solistas, que el lugar donde se realiza el concierto tenga buena acústica… En fin se requieren muchos aspectos a tener en cuenta para que el resultado final sea excelente y satisfactorio, y sobre todo que el público no se aburra y se duerma… De ahí que la labor de los músicos sea bastante complicada y la del director más.
Me voy con la música a otra parte.
Tatatachan….
Querido Juan Carlos:
Acabo de hacer lo que pedías. (He sido dos días complicados: una conferencia en Sevilla y una boda en Priego de Córdoba). No he tenido respiro.
Qué buen tema el de la elección de partitura. Es decir, la confección de un buen Proyecto Educativo.
Y todavía mejor reflexión la que se refiere a la formación de los músicos. ¿Cómo se puede ejecutar bien una obra con profesionales incompetentes?
Le releído tu comentario al director de orquesta del que hablo en el artículo y se ha reído cuando he llegado al punto en el que dices que nos es igual utilizar una batuta que un palo o que un látigo… Le ha parecido una apreciación más que pertinente.
Interesante comentario.
Gracias.
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Querido Maestro!
Hoy le ha puesto música a su discurso y ha sabido interpretarlo con grandes habilidades y dosis de ingenio, igual que lo hubiera hecho, el más grande director de orquesta.
La música se adentra en nuestros corazones y abre puertas a las sensaciones más bellas.
La música, amansa a las fieras, nos transporta a los más infinitos de los sueños, hace salir de nuestros adentros lo mejor del ser humano, relaja nuestro espíritu, encuentra soluciones a los más oscuros conflictos, aviva el alma, nos hace sentirnos engrandecidos.
No me extraña que haya sido y sea tan buen director de orquestas en sus aulas.
Pero una cosa, todo funciona si se pone el corazón y todos participan en ese hermoso fin.
Me alegra que disfrute del arte mágico de la música y valore cómo merecen los directores de orquestas y de centros educativos.
¡Aunque según mi experiencias hay de todo en este ancestral mundo!
Felicidades a todos los que aman su trabajo.
Sin más me despido con la armonía de amar a música y de sentir que traspasa mis sentidos.
Querida Loly:
Otro aspecto que tiene una extraordinaria importancia: el amor a lo que se hace, la pasión por lo que se hace.
Y eso se refiere no solo al director de orquesta (de la escuela) sino a los músicos (a los docentes).
La nuestra es una profesión que no se puede ejercer bien si no es con pasión.
Besos y gracias.
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Interesante metáfora para comprender el papel que desempeña un director en la comunidad escolar.
A mí me gustaba lo que se hacía antes para la elección: votaba la comunidad educativa.Es decir, que los músicos elegían a quien pensaban que mejor iba a dirigir la orquesta educativa.
Un director no es un general de división que manda y al que hay que obedecer. Es, como se dice un Primus ínter pares que coordina y anima a los integrantes de la comunidad.
Un cordial saludo.
Querida Estela:
Oigo muchas quejas de docentes respecto a la actuación de sus directores. Les tachan de autoritarios, lejanos, poco motivadores.
Les van como gerentes que como compañeros que están dispuestos a la escucha, a la ayuda y a la motivación.
Es importante reflexionar sobre esta cuestión, mejorar la formación y estimular el buen desempeño profesional de los directores y directoras escolares.
Besos y gracias.
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Sus escritos nos motivan a seguir con nuestra labor, desde San Vicente del Caguán Caquetá – Colombia donde hay un proyecto que tuviste la oportunidad de conocer hace varios años seguimos tu Blog y tus escritos son herramienta para seguir recorriendo escuelas con La Casita de los Sueños. Gracias
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2932755873462320&id=100001838077379
Un fuerte abrazo.
Querido Humberto:
Me acuerdo muy bien de aquel proyecto que pude conocer y admirar en Florencia (Caquetá). Recordarás que escribí en mi blog sobre vuestra experiencia, tan llena de ingenio, de fuerza y de generosidad.
No sabes cuánto me ha alegrado leerte después de los años y saber que la iniciativa sigue adelante. También me ha alegrado comprobar que alguna vez te paseas por esta pequeña y humilde plaza que es El Adarve.
Agradezco sinceramente el enlace que nos has ofrecido a los lectores y lectoras del blog.
Un gran abrazo.
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Ayer, en la reunión de Córdoba de Córdoba Laica, asistieron los padres de Héctor Sánchez para seguir recabando nuestro apoyo en la lucha que lleva su hijo para que se retire los crucifijos del aula del instituto público del pueblo de Dos Torres en el que estudia.
Héctor lleva tres años solicitándolo, puesto que vivimos en un Estado aconfesional. Pero ni caso. Ni la dirección del centro ni la Junta de Andalucía han hecho nada para defender los derechos que la Constitución le otorga.
Por suerte, ya son medios de ámbito nacional los que se están haciendo eco de esta lucha admirable que lleva este adolescente.
https://www.eldiario.es/andalucia/cordoba/cruzada-adolescente-Cordoba-crucifijos-instituto_0_950155287.html
Para quienes se sorprendan de esta situación les puedo decir que Dos Torres se encuentra en el Valle de los Pedroches, con pervivencia de un franquismo sociológico que hacen las delicias del obispo Demetrio Fernández, el mismo que se ‘pavonea’ por los centros educativos públicos de modo que saltándose la normativa se suspenden todas las clases para que el alumnado, sí o sí, asista a sus catequesis.
Ni que decir tiene, que Córdoba Laica y Andalucía Laica nos hemos solidarizado desde hace tiempo con la lucha que lleva adelante este valiente muchacho, puesto que provoca bochorno que tras cuarenta años desde que se aprobó la Constitución que hoy rige en nuestro país haya que luchar por cosas tan elementales.
Querido Aureliano:
Te escribo desde Santiago de Chile. Estaré por estas tierras (Santiago, Concepción, Temuco, Pucón…) hasta el día 17 que llegaré a España.
Paree inconcebible que un adolescente tenga que dar lecciones de cordura y respeto al señor Demetrio Fernández, todo un señor obispo.
Qué exigencia de elemental sentido democrático es que se retiren de las aulas los crucifijos. ¿Le parecería bien al obispo que se pusiera una escultura del un buda o de la buda mujer…?.
Hace años escribí en este blog un artículo titulado «¡Escuela laica, por Dios!». A él me remito.
Y los profesores, ¿qué hacemos con esta pasividad alarmante, mirando para otro sitio? ¿Y los directores y las directoras? ¿Y los inspectores, tan amantes de la norma?
Un cordial saludo.
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Hermosa y significativa metáfora.
Hace hincapié en muchas cosas importantes de la dirección.
– La más importante es que todos interpretan una misma partitura. Es decir, el trabajo de la escuela es colegiado.
– La segunda es que cada uno de los integrantes tiene su responsabilidad. Si uno falla, todo falla.
– La tercera es que la principal función de la dirección es la de coordinación de todos los participantes.
– La cuarta es que, con la misma partitura, cada director tiene su estilo y su identidad diferente.
– La quinta es que las condiciones son importantes: calidad de los instrumentos, acústica del lugar, horas de ensayo…
– Y me ha hecho gracia lo relativo a los aplausos. Pocas veces se aplaude de pie la tarea docente…
Un cordial saludo y gracias.
Querida Sonsoles:
Muchas gracias por leer el artículo y por hacer ese buen resumen de sus ideas principales. Seguro que hay más similitudes.Por ejemplo el de la pasión de los músicos y del propio director por la tarea que realizan. No es igual la actitud hacia la tarea, el entusiasmo que se ponga, la pasión con la que se interpreta una obra… Y la intensidad de los ensayos. Los diversos grupos que integraban la orquesta de ese día ensayaron solo esa tarde juntos. Estoy seguro de que si hubieran dispuesto de más tiempo para ensayar, todavía hubiera mejor la interpretación.
Besos y hasta la próxima.
MÁS
Querido maestro:
Gracias por tu metáfora, es tan potente que bien podria dar la inspiración para escribir un libro sobre el tema…..
Entiendo que una de las cuestiones que dan identidad y justifica al director de orquesta esta en la posibilidad de recrear el repertorio o composición musical haciéndolo sinfónico con las intenciones del compositor; pero a su vez lo singulariza desde su arte con un toque distintivo y peculiar.
Don Alfredo Bisquert, viejo formador de directores de escuelas en la provincia de Mendoza Argentina nos enseñaba ( ya hace como 23 años, cuando empezamos a mover tímidamente la batuta como nóveles directores de nivel medio) que “ el docente no tiene que vivir de rodillas frente al curriculum” y debería ser todo lo contrario… “debería vivir de pie recreandolo; ya que es algo que debe trascender lo prescriptivo y cobrar vida, es algo que debe ser recreado permanentemente”… he pensado en estas enseñanzas y la metáfora que nos propones… observo el talante que tiene el director de orquesta frente a la partitura para poder tracender el “que” hacia el “como” y el “cuando” para decodificar un texto musical y recrearlo dandole existencia en una obra de un arte….pienso desde esta perspectiva en la actitud y el posicionamiento que tienen los directores de escuelas frente al curriculum como partitura pedagógica, mucho se habla de la gestión desde lo organizativo y administrativo, pero muy poco se dice de la gestión directiva relacionada con los aprendizajes, y en este sentido bien podriamos parafrasear a Don Alfredo diciendo que: “el director de escuelas, no tiene que vivir de rodillas frente al curriculum”.
Recrear la partitura en melodias armoniosas y recrear el curriculum en enseñanzas efectivas, no es otra cosa que legitimar aquello por lo cual los dos directores se desviven y apasionan : la música y el aprendizajes de sus alumnos.
Gracias Miguel Ángel por ayudarnos a pensar y recrearnos como directores.
Un saludo desde Argentina.
Horacio
Querido Horacio, querido director:
Sé la rica y larga experiencia que tienes como director. Por eso esperaba tu comentario.
Gracias por escribir.
Hay una cuestión que me parece importante y es la posibilidad de que el director de orquesta pueda elegir los músicos a quienes va a dirigir. Muchas veces el director de escuela tiene que trabajar con los docentes que le toque, sin posibilidad alguna de elección. o de descarte. Es diferente.
Yo fui director de un colegio y pude elegir a toda mi plantilla. Una suerte infinita.
Un abrazo desde Chile.
MÁS
En Argentina los docentes no se seleccionan…tocan musicos afinados y otros….lamentablemente no afinaran nunca… un desafio mucho mas grande…con Andre Rieu o Issac Stern todo es maravilloso…los hay en la docencia….mucho mas de lo que imaginamos…..pero un solo y simple triangulo que desafina o no entra en compas puede llegar a aruinar el concierto….
Querido Horacio:
En España solo eligen a sus docentes los centros privados. En los públicos llegan a los centros por solicitudes que nada tienen que ver con un proyecto colegiado.
Y todavía peor: al finalizar el año cambian muchos en función del concurso de traslados.
De esa manera es difícil formar una buena orquesta.
Un abrazo.
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