La historia del saltamontes

8 Jun

Llevo muchos años reflexionando sobre la diferencia que existe entre los procesos de comprobación y de atribución. Una cosa es la realidad y otra la explicación que hacemos de esa realidad. Una cosa es lo que `pasa y otra la explicación de por qué motivos pasa eso que pasa. Son procesos distintos, aunque complementarios.
Hace falta rigor para analizar la comprobación de lo que sucede. Y más para encontrar las causas del por qué sucede. El diagnóstico esconde, a veces intereses que llevan a inexactitudes y deformaciones. Hay también trampas en el proceso de atribución. Puede haber explicaciones nacidas de la maldad y de la torpeza. Hay explicaciones poco consistentes. Por ejemplo, cuando se dice que está lloviendo como consecuencia de las oraciones que se realizaron para pedir agua. No se puede probar.
Voy a poner tres ejemplos (cuando hablo de poner ejemplos siempre me acuerdo de mi amiga Lola Alcántara que cita a un profesor que decía: y ahora para confundirlo todo un poco más voy a poner un ejemplo). Espero que no me pase. Los ejemplos pertenecen uno a la vida política, otro a la práctica escolar y el tercero al ámbito de la familia.
Del ámbito político. Muchos recordarán que, cuando gobernaba el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, se produjo un descenso brutal y acelerado del empleo. Se perdieron más de tres millones de puestos de trabajo. Una parte del proceso de análisis consiste en comprobar qué características y qué cuantía tenía la pérdida de empleo. El proceso de comprobación es complejo muchas veces. No todo el empleo es de la misma naturaleza (hay empleo precario, empleo temporal, empleo femenino, empleo juvenil…). Y luego viene otro proceso que es el de atribución. ¿Por qué se ha producido ese fenómeno? ¿A qué se debe ese descenso? He oído mil veces a la derecha culpar de ese descenso al gobierno socialista. Pero nunca he oído decir a la derecha que había una crisis mundial que destruyó empleo en Inglaterra, en Francia, en Alemania, en Irlanda, en Portugal… Y en esos países no gobernaba Zapatero.
Del ámbito académico. Una cosa son los resultados obtenidos por los alumnos y otra la explicación de por qué son esos resultados como son. La comprobación no es un fenómeno sencillo. Se han hecho estudios que muestran que, para que haya rigor en la corrección de ejercicios de ciencias (solo hablo de la corrección, no de cómo fue la enseñanza, de cómo se hizo la evaluación, de cómo se formularon las preguntas…) harían falta doce correctores. Se me dirá que, si se trata de un problema, o está bien resuelto o está mal resuelto. Pues no. Démosle ese ejercicio a varios correctores. Uno puede decir que le falta añadir a la respuesta numérica obtenida, la palabra kilogramos y que, para que aprendan los alumnos va a considerar mal resuelto el problema. Otro puede decir que está bien resuelto y que la respuesta es la correcta, pero que no se ha utilizado el método exigido en la clase. Un tercero puede restar puntos por las faltas de ortografía. Otro puede decir que no se entiende la letra o que es poco riguroso el lenguaje matemático. Qué decir de otras variables influyentes como el hecho de que ese alumno resuelva habitualmente mal los problemas y éste lo haya resuelto bien, o al revés. Cómo ignorar que puede repercutir el acierto o desacierto de los ejercicios que se han corregido anteriormente. Y, por otra parte, cómo negar que puede influir el estado de ánimo del evaluador o el comportamiento que han tenido los estudiantes en clase. Hasta aquí el rigor, o la falta de rigor en el proceso de comprobación. Para que haya rigor en la corrección de ejercicios de letras se ha visto la necesidad de más de cien correctores.
Existe un proceso complementario que es el de atribución. Ese proceso trata de explicar el por qué de lo sucedido. En mi libro Evaluar con el corazón (Homo Sapiens) puede leerse un capítulo titulado La evaluación de los alumnos, un proceso de aprendizaje para los profesores. Cuento en él los resultados de una sesión de evaluación a la que pedí asistir para estudiar un componente de la evaluación, sin especificar de qué componente se trataba. Explico en el libro qué dijeron los profesores de la causa del fracaso. Las explicaciones atribuían el mal resultado a numerosas causas: escaso esfuerzo de los alumnos, bajo nivel que tenían al comienzo de curso, escasa capacidad intelectual, falta de técnicas de estudio, problemas familiares, mal ambiente del grupo, desinterés y mal comportamiento de los estudiantes…
No escuché ni una sola explicación inculpatoria. Nadie habló del interés que merecía el curriculum, de la calidad de los métodos didácticos, de la coordinación de los docentes, de la bondad de las relaciones… Llegué a oír esta explicación peregrina: hacen muchas preguntas y te desconcentran.
Del ámbito familiar. La comprobación nos puede decir que existe un clima en la relación de la pareja verdaderamente asfixiante. La comprobación dice que no se hablan, que no se soportan, que no se ayudan, que se hablan a gritos… Ahora bien, la atribución se pregunta por qué pasa eso. Y los cónyuges pueden dar explicaciones opuestas, casi siempre interesadas. La culpa es del otro. Todo empezó cuando te fuiste a Londres, cuando dejaste de llamarme, cuando me engañaste, cuando dejaste de quererme, cuando te volcaste tanto en el trabajo que yo dejé de existir…
Cada uno puede elegir otros ejemplos. Los hay a miles. El problema de la comprobación es el rigor en la obtención de datos de calidad. El problema de la atribución es la calidad de los nexos causales que, a veces, están presididos por intereses, por torpeza o por maldad. Cuento al respecto la historia del saltamontes.
Tengo un saltamontes en la mano derecha y, mostrándole la izquierda, le digo
– Saltamontes, salta.
El saltamontes, obediente, salta de una mano a otra. Cuando está en la mano izquierda, le vuelvo a decir
– Saltamontes, salta.
Lo vuelve a hacer con rapidez y soltura. Entonces le corto todas las patas (tranquilidad, es una metáfora). Entonces, le vuelvo a ordenar:
– Saltamontes, salta.
Pero ahora no lo hace. Y concluyo diciendo:
– Cuando a un saltamontes se le cortan las patas, no oye.
Claro que puedo sacar esa conclusión, pero nadie me negará que es completamente gratuita. Esta falta de rigor invade muchos análisis, condiciona muchas conclusiones. Por eso utilizamos tantas veces la lógica de autoservicio. La falta de rigor puede partir de un análisis defectuoso en la comprobación o del establecimiento de nexos causales adulterados en la atribución. Ambos procesos no suelen ser inocentes.

25 respuestas a «La historia del saltamontes»

  1. Querido amigo y maestro:

    Para escribir un artículo como el que nos brindas esta semana, se requiere conocimiento profundo, experiencia y rigor.

    Conocimiento profundo, especialmente en Educación (permíteme escribir este término con mayúsculas), para poder efectuar un análisis que incorpore la cantidad de indicadores que se requieren.

    Experiencia, que no son únicamente la sucesión de años vividos, sino la calidad del tiempo empleado durante la vida.

    Y rigor, que implica esfuerzo -entre otras variables- a la hora de llevar a cabo un análisis.

    ¿Qué sucede? Que estas tres cualidades que destaco desembocan necesariamente en la dilatación de dos coordenadas, espacio y tiempo, que, traducidas al texto, se concretan en una vasta extensión. A partir de ahí, entra en juego un cuarto elemento: la capacidad de síntesis (que no es gratuita, ni sencilla, ni simplista, ni arbitraria…; requiere un entrenamiento, una preparación, todo un proceso que implica esfuerzo hasta lograr su adquisición).

    Es decir, una vez que se domina la materia, se precisa otra capacidad para ofrecer todo el contenido en un espacio que lo acota.

    Un quinto elemento, es la didáctica. Cómo lograr que el contenido se asocie de forma sencilla, de la manera más natural posible, a los receptores.

    Por todo ello, enhorabuena por este nuevo artículo.

    Introduciendo un humilde comentario, coincido en que prolifera la lógica de autoservicio. ¿Acaso abunda hoy en nuestra cultura occidental la virtud de la constancia, el valor del esfuerzo o el rigor? ¿O suele tenderse a la simplificación -mucho más cómoda-, a etiquetar -hoy conocemos que es una capacidad cerebral encaminada al pragmatismo, si bien no justifica que nos instalemos en la superficie- o a la chapuza?

    Las raíces son las de siempre…

    Un fuerte abrazo MÁS y muchísimas gracias por tu dedicación admirable.

    • Querido Juan Miguel:
      Gracias por la lectura y por este magnífico comentario que enriquece el articulo.
      Cuántas cosas interesantes has dicho.
      Viajo a Montivideo desde Salto y esta noche regreso a España.
      Mañana por la tarde llegaré a Malaga.
      Un abrazo, queridos amigos.
      MÁS

  2. Querido saltamontes (y aunque no seas el del Fun-fú, sí que tienes mucho de filosófico como el maestro de este personaje ).

    Saltas el charco (océano Atlántico) con la facilidad que lo haría un saltamontes sobre un charco de verdad…

    Para hablar con rigor, hay que conocer, comprender, experimentar, analizar, sintetizar y valorar (ni que lo dijera el mismísimo Bloom)… Tú lo sueles hacer con asiduidad, tal y como indica Juan Miguel.

    Pero la realidad nos muestra que el rigor suele brillar por su ausencia… Sea del estatus social que se sea, sea de contexto socioeconómico o cultural del que se sea,… Sea por ignorancia o por interés, tal y como apuntas…

    Hablar de rigor me lleva a pensar en otro concepto análogo, como la objetividad o subjetividad ¿Es la objetividad rigor? Puede… Pero me temo que solo hasta que se demuestre lo contrario. ¿Es la subjetividad poco rigurosa? A priori puede que sí, pero en ocasiones la experiencia (en calidad del tiempo empleado como indica Juan Miguel) también puede otorgar rigor a cuestiones subjetivas del individuo…

    Bueno… acabo de realizar un comentario poco riguroso, pero lo que realmente me importa es que sientas el aliento de los que te leemos para que sigas publicando de forma tan rigurosa tu reflexión semanal…

    Un abrazo gran saltamontes…

    P.D. Apliquémenos el cuento los docnetes ene stas fechas de evaluaciones, seamos rigurosos y respetuosos con nuestro alumnado.

    • Querido Juan Carlos:
      Estoy a punto de saltar dos charcos.De Montevideo a Buenos y de Buenos Aires a Madrid. Ya he terminado esta gira.
      La búsqueda de la verdad, del rigor, como tú dices, tiene que sortear muchos escollos: los intereses, la que pereza, la maldad…
      En los procesos atributivos se hace más evidente esta exigencia.
      Y, concretamente, en el campo de la evaluación se hace muy necesario evitar esas trampas.
      Tengo que embarcar.
      Gracias, desde tan lejos, desde tan cerca.
      Un abrazo.
      MÁS

  3. Querido Maestro!
    Es complejo es tema de hoy, la percepción que cada uno tiene de la realidad y de que manera la vive.
    Solo me atrevo a decirle que cada persona percibe lo que le entra por sus sentidos y dependiendo del lugar en que esté situado en el espacio.
    Ya sabe que yo me rijo por la intuición, que es el lenguaje del alma, y como el pequeño saltamontes no reacciono como debiera porque además de haberme cortados las alas, en sentido metafórico, ahora y es mi realidad he perdido por mi enfermedad parte de la audición.
    Todo eso me produce tener un tipo de percepción diferente, unido a mi experiencia vital, me siento diferente al resto del mundo.
    Me considero una persona altamente sensible que estima como principal valor el querer a los demás y el sentirse querida,con una actitud muy sociable y abierta dispuesta a ayudar a los demás.
    A veces exijo una correspondencia; pero se debe ofrecer lo que se quiera, y bienvenido será lo que se recoja.
    ¡Mi gran referente es este blog con los ánimos que me da, para ayudarme a crecer!
    Espero que su viaje le haya servido para engrandecer más aun sus pensamientos.
    ¡Menudo regalo contar con sus historias y vivencias !
    Sin más me despido con un cordial saludo para todos.

    • Querida Loly:
      Ya me encuentro en casa, feliz después del largo viaje por dos Argentina y Uruguay.
      Siempre se aprende si abres bien los ojos afinas los oídos para escuchar lo que otros te cuentan.
      Tienes razón al decir que percibimos el mundo desde nuestra peculiar perspectiva, pero luego tenemos que analizar con rigor esa realidad percibida.
      Me alegra tenerte como comentarista habitual de este blog.
      Besos y gracias por participar asiduamente.
      MÁS

  4. Saludos a todos. Estimado Dr Guerra, estupendo el artículo del saltamontes y los análisis. Sin duda, tiene razón ya que abrumados como estamos por montones de datos de diversas fuentes, como Usted bien señala, si no se cuenta con los análisis profundos de la realidad que se esconde detrás de los datos, justo ocurre que los comentarios carezcan de falta de rigor. Y lo que inquieta, es que con el paso del tiempo se siguen sumando relatos o conclusiones imaginarias que desinforman y que en nada favorecen a cerrar la brecha entre las personas afectadas, o para precisar el verdadero problema a fin de lograr una solución para mejorar. En torno a la educación, como en otros ámbitos, a veces el efecto o la respuesta es sujeta a los análisis, olvidando que el error, la dificultad o la manipulación pudo haber sido de quien formula la propuesta. Tal es el caso del peso que se otorga a la nota tras la realización de un examen. Pese a que la realidad es que muchas veces lo acertado de la respuesta es por memorización y no se puede evidenciar el nivel de comprensión de la teoría y la articulación con la práctica. O en el caso de los autores de artículos donde los méritos científicos o los reconocimientos se asocian al número de manuscritos publicados en determinadas revistas, aunque no se tenga claridad de la utilidad que pueden tener éstas en el ámbito educativo o bien algunas instituciones que ingresan trámites para contar con revistas que le comparten al autor que le incorporarán como parte de su acervo académico para aumentar sus citaciones, como una forma para captar matrícula. Sin duda, se necesita partir de diagnósticos profundos y de analizar la ética en las prácticas. La buena noticia es que algunos ya analizan y otros dan aportes. Gracias Dr por los análisis, como cada viernes espero sus artículos.

    • Querida Lourdes:
      Gracias por mantener esa expectativa los viernes.
      Creo que hace falta más rigor en el establecimiento de nexos causales.
      Si no analizamos con rigor lo que sucede y las causas que producen la realidad estaremos condenados a la superficialidad y al error en la elección de las decisiones de mejora.
      Muchas gracias por tu participación.
      MÁS

  5. Como sigas, Miguel Ángel, cortándole patas, el pobre saltamontes acabará sin ninguna de las seis que tiene.

    Bromas aparte, hay que hablar en esta ocasión de la realidad y de su representación o interpretación, cuestión que ya los primeros filósofos griegos empezaron a hacerse. En tu caso, partes de un ejemplo social referido a las causas del paro en la época de José Luis Rodríguez Zapatero. Y, lógicamente, la derecha sabiendo que había una crisis económica, de las cíclicas que padece el capitalismo, la circunscribía a lo que ocurría dentro de la piel de toro, algo insólito en una economía globalizada en la que nos encontramos.

    Este sería un claro ejemplo de interpretación ideológica de la realidad social. Tema profundo de analizar que afectaría a disciplinas como la psicología, la sociología, la comunicación social, la historia de las ideas y, también, la nuestra: la educación.

    Para no alargarme mucho (y más ahora, que en la situación de profesor honorario dispongo de bastante tiempo para escribir), quisiera traer a colación una expresión que es posible habitual en las tertulias de los medios de comunicación y que los lectores o lectoras de El Adarve posiblemente no hayan caído en ello.

    Dentro de esa construcción ideológica de la realidad social, esos medios de comunicación, en su mayor parte decantados hacia el pensamiento conservador, en sus tertulias suelen hablar, ¡cómo no!, de la derecha y de la izquierda, inclinándose abiertamente hacia el lado diestro de la balanza.

    Pero como Antonio Gramci apuntaba, “las ideas sociales dominantes son las de las clases dominantes”, concepto que ha sido retomado por otros pensadores marxistas.
    Esto quiere decir que el pensamiento crítico, progresista o alternativo nada y nadará a contracorriente. Así, cuando uno viene a este mundo, crecemos, y nos encontramos ya en Primaria, creemos que el mundo nace con nosotros, tal como apuntaba Jean Piaget. Esto puede conducir, años después, a considerar que hay neutralidad en las ideas, dado que estas también están formándose en la realidad en la que vivimos, sin entender que existe una larga historia detrás que las ha ido conformando.

    Bueno, voy al grano. No sé si os habéis dado cuenta que para algunos tertulianos el Partido Socialista es la izquierda (en ocasiones, le denominan centro izquierda); Podemos (y los ‘podemitas’) son la izquierda radical o la extrema izquierda; e Izquierda Unida son los comunistas.

    Sin embargo, los tres partidos de derecha que tenemos en la actualidad son “el centro derecha” o “el espacio de centro derecha”, tal como acabo de escuchar esta mañana en una tertulia de Radio Nacional de España.

    ¿Por qué siempre se les llama ‘centro derecha’? ¿Por qué no sencillamente la derecha? La razón estriba en que la idea de ‘centro’ conlleva a la de moderación, equilibrio, tranquilidad, continuidad con lo logrado, etc.

    Y lo más curioso es que un partido neofranquista de extrema derecha, dado que reivindica básicamente el legado de Franco, aunque tiene que acomodarse a los esquemas de la democracia en la que nos encontramos, ya tiene la legitimidad que necesita para que se le entienda como un partido “de orden” con el que se puede tranquilamente dialogar para llegarse a acuerdos.

    Por cierto, y aunque yo no estoy para nada conforme con los postulados independentistas, dado que creo que el horizonte posible de nuestro país sería el de una república federal, a estos los llaman “golpistas” y a su actuación “golpe de Estado”. ¡Así, sin paliativos!

    Voy cerrando. Como verás (veréis) no he entrado en el tema educativo, que también podría hacerlo, para cumplir eso de no alargarme en demasía.

    Simplemente, decir que los criterios cuantitativos de evaluación están tan asumidos por el alumnado universitario que planteándoles otro modelo (y más aún en una materia creativa como es la Educación Artística) no acaban de quitarse de la cabeza que toda respuesta, todo trabajo, toda actividad, etc., debe tener inexorablemente una puntuación numérica… ¡Así nos va!

    Por cierto… ¿Sabe alguien dónde se encuentra José Antonio, que hace mucho que no se le ve el pelo por estos alrededores?

    • Querido Aureliano:
      Yo también estoy echando de menos a nuestro común amigo José Antonio. Siempre me preocupa que haya, detrás de las ausencias, un problema de salud. Lo mismo digo de Don Quintiliano.
      Respecto a tu comentario yo creo que es muy certero. Detrás de muchos análisis están los intereses partidistas y la ideología más descarada.
      El mecanismo que he tratado de diferenciar en los procesos de comprobación y atribución se puede aplicar a todos los ámbitos de la realidad humana. En el de la educación es muy singular el relacionado con la evaluación (tan presente en estos días en nuestras instituciones).
      Un gran abrazo.
      MÁS

  6. Buenos días a todo el mundo.

    Por favor no se preocupen por mi salud, estoy fuerte como un roble, aún aguanto cuatro horas seguidas sin hacer pis. Y si estoy cavando o arando empañado en puro sudor, más horas. No tengo patología física conocida, entre otros motivos porque nunca voy al médico. De lo psicológico, a juicio de uds. lo dejo, pero esto normalmente no mata.

    Respecto del tema de la semana, la explicación de por qué pasa lo que pasa, yo cada vez creo menos en el criterio objetivo. Mi opinión sobre la objetividad se limita a que dos por dos son cuatro y poco más. Tenemos una fuerte carga subjetiva condicionada por nuestro contexto, sobre todo en los primeros 8 ó 10 años de vida. También es a tener en cuenta la huella genética. Ahí se hace la estructura de nuestro pensamiento, lo que sigue son ligeros retoques. Y nuestros pensamientos serán la base de nuestro argumento.

    Claro, hay excepciones, por ejemplo, yo de joven era muy comunista, muy solidario, muy todo el mundo es bueno, el reparto igualitario. Con el tiempo me di cuenta que en la Unión Soviética había pleno empleo porque una cuadrilla de 6 pintores tardaba dos semanas en pintar un piso. Eso te lo pinta un andaluz a destajo en cuatro horas. Lo demás mamandurrias. Siguen siendo de izquierda profunda (no he dicho extrema) los que tienen sueldo asegurado y los que darían su vida antes de emprender por su propia cuenta. Luego están los del psoe, que es una derecha como una catedral con nombre de izquierdas. Ahora soy fiel seguidor político del que permite tener en proporción al esfuerzo, el humano no es todo igual, los hay que van a reventar de puro vagos -esto es tan objetivo como que el sol sale cada día- y los hay muy currantes. Pido proporcionalidad en el reparto en relación al esfuerzo realizado, no igualdad.

    De todas formas no me hagan mucha cuenta, mis argumentos, están condicionados por mis vivencias. Los argumentos de todos, incluidos sus barruntos, están igualmente condicionados por su vida. La objetividad es casi un mito, solo aplicable a las ciencias y poco más.

    Gracias a todos por sus aportaciones, especialmente a los que tienen la difícil tarea de fundamentar la legitimidad del reparto igualitario.

    Gracias a los que se preocupan por este soberbio anciano.

    Que tengan un buen día.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Cómo no echar de menos a quien hace aportaciones subjetivas/objetivas que ayudan a pensar.
      Y cómo no preocuparse por la salud de alguien a quien se aprecia.
      Cómo negar que los análisis están condicionados por lo que somos, por lo que hemos vivido y por lo que pensamos.
      Pero también existen las reglas de la lógica.
      Algo de eso he querido aportar al diferenciar la comprobación de lo que pasa y la explicación de por qué pasa aquello que pasa. Son dos momentos diferentes del análisis, cada uno con sus exigencias.
      La lógica de autoservicio hace hablar a la realidad para que nos de la razón. Por eso tratamos de confirmar lo que pensamos con aquello que sucede. Lo explico de esta manera: Un profesor sostiene que los niños tienen que estar solos para que aprendan a ser responsables. Otro piensa que tienen que estar vigilados constantemente. Una mañana falta un profesor y se arma la de Dios. ¿Qué concluyen?
      Uno: ¿Lo ves? Por no estar vigilados…
      Otro: ¿Lo ves. Porque no están habituados a estar solos…
      Del mismo hecho sacan la conclusión que le interesa a cada uno.
      Buen riego en estos tiempos de calor que comienzan.
      Saludos.
      MÁS

  7. Este es un artículo delos que hacen pensar.
    ¿Cómo analizamos los hechos? ¿Con qué rigor argumentamos?
    He visto muchas veces falta de rigor en los debates de la televisión y en los discursos políticos.
    Pero también lo veo en muchas cuestiones de la vida.
    Gracias por hacerme ver esa diferencia tan importante entre comprobación y atribución.
    Saludos

    • Querida Marta:
      Gracias a ti por tu aportación.
      Cuando uno escribe no sabe quién le llega el artículo y qué pasará con él.
      Se agradece saber que alguien como tú lo ha leído y que a alguien le ha ayudado a pensar con más rigor.
      Besos y gracias.
      MÁS

  8. La historia del saltamontes no tiene precio.
    Es contundente y muy adecuada para explicar la falta de rigor en los nexos causales.
    Muchas gracias.

    • Estimado Salvador:
      La historia del saltamontes siempre me ha parecido magnífica. Hace años que la conozco.
      La he utilizado alguna vez (además de aquí) para explicar la facilidad con la que hacemos explicaciones poco fundadas.
      He puesto tres ejemplos de la vida, pero cada día podríamos elegir muchos otros.
      Un abrazo y gracias.
      MÁS

  9. Estoy terminando de leer un magnífico libro que lo tenía desde hace unos años, pero que, en su momento, no le presté demasiada atención y lo archivé entre los muchos que tengo. Hace poco he vuelto a él y me ha fascinado su lectura.

    Se trata de “Viajes con Heródoto”, cuyo autor, quien fuera periodista y escritor polaco, Ryszard Kapuściński, nos describe la obra del primer historiador conocido, el griego Heródoto, al que va leyendo mientras que él tenía que cubrir las noticias de distintos países asiáticos y africanos.

    No me voy a extender acerca de la figura de Heródoto, ya que tras la lectura del libro de Kapuściński yo lo situaría a la altura de los grandes descubridores, teniendo en cuenta que su libro “Historia” fue escrito hace dos mil quinientos años.

    Lo que sí voy a hacer es trasladar algunos párrafos de “Viajes con Heródoto”, y que tienen bastante relación con el tema que tratamos esta semana. Escribe Kapuściński en la página 283:

    “Al mismo tiempo, Heródoto se fija el más ambicioso de los objetivos: inmortalizar la historia del mundo. Nadie lo había intentado antes: él es el primero en tener semejante idea. Mientras reúne material para su obra, cuando interroga a testigos, bardos y sacerdotes, siempre se topa con que cada uno de ellos recuerda cosas diferentes y de manera diferente…

    Además, muchas centurias antes de nosotros, descubre un importante -al tiempo que astuto y sofisticado- rasgo de la memoria: las personas recuerdan aquello que ‘quieren’ recordar y no lo que en verdad ha sucedido. Pues cada individuo la tiñe del color que más le conviene y prepara en su crisol particular su propia mezcla. De ahí que sea imposible desentrañar el pasado tal como realmente fue; solo podemos acceder a sus muchas variantes, a versiones más o menos verosímiles o que mejor se ajusten a nuestras expectativas. El pasado no existe. Solo existen infinitas interpretaciones”.

    Unas páginas más adelante, en la 293, Kapuściński continúa:

    “Heródoto se ve envuelto en un dilema irresoluble: por un lado dedica su vida a intentar preservar la memoria histórica, lleva a cabo sus investigaciones ‘para impedir que el tiempo borre la memoria de la historia de la humanidad’, y por el otro, su principal fuente de noticias no es otra cosa que los interlocutores que le cuentan los hechos no tal como sucedieron, sino tal como les hubiera gustado que sucedieran, dando, por consiguiente, rienda suelta a sus recuerdos selectivos y a su particular, arbitraria e intencionada manera de evocarlos…

    En una palabra, no se trata de una historia objetiva, sino una historia pasada por la criba subjetiva de los otros. Y no hay solución a este desencuentro. Podemos intentar reducirlo o atenuarlo, pero nunca alcanzaremos el estado ideal”.

    Y uno termina por preguntarse: ¿No continuamos contando los hechos de modo similar a como se hacía dos milenios y medio atrás cuando Heródoto empezó esa enorme aventura? ¿No seguimos con nuestra memoria selectiva cuando nos vemos implicados en determinadas situaciones que nos afectan emocional o ideológicamente? ¿Tendremos que aceptar que acaba siendo un ‘estado ideal’ la búsqueda de la coherencia de los procesos de comprobación y de atribución, tal como se plantea Miguel Ángel en su exposición?

    • Querido Aureliano:
      Esta es una cuestión que existe, ha existido desde el comienzo de los tiempos y que existirá siempre.
      Contamos la historia no como es sino como la vemos.
      Basta leer la prensa de cada día. Según la impronta ideológica de los distintos periódicos, así son los titulares. La realidad es la misma pero la analizamos a traves de nuestros filtros.
      Gracias por las citas.
      MÁS

  10. Un buen ejemplo de nexos causales gratuitos son los que establecen los creyentes respecto a los favores o los castigos divinos.
    – Esto me ha pasado (algo bueno) como consecuencia de las oraciones o de los sacrificios que he hecho.
    – Esto me ha pasado (algo malo) como castigo a algunos comportamientos malos que tuve en el pasado.
    ¿Cómo se puede confirmar? ¿Cómo se puede demostrar que es así?
    Saludos y gracias.

    • Querida Marta:
      Hace algunos años hice la evaluación de un programa de educación diabetológica. Entrevistamos a muchos padres y madres de jóvenes diabéticos. Era curioso observar cómo algunos atribuían la enfermedad de sus hijos a algún mal comportamiento que habían tenido ellos como padres o, incluso, antes de serlo. La enfermedad era un castigo. Resultaba difícil persuadirles de que era una atribución COMPLETAMENTE INFUNDADA.
      Efectivamente, en el ámbito religioso se estableces muchos nexos causales gratuitos.
      Besos y gracias.
      MÁS

  11. Me parece un tema de gran calado porque afecta a nuestra forma de entender y explicar el mundo y lo que pasa en él.
    ¿Cómo no considerar importante esta cuestión del rigor en los análisis y en las explicaciones?
    Gracias por el texto. Me ha hecho pensar.

    • Querida Carmen:
      Gracia a ti por leer y por hacer el comentario.
      El mundo no existe como tal, existe como le vemos.
      Por eso resulta tan importante aquilatar las formar debconocerlo, de pensarlo y de interpretarlo.
      Lo condicionan todo.
      Besos.
      MAS

  12. MENSAJE PARA JOSÉ ANTONIO:
    Estoy enviando el artículo para mañana y me he acordado de tu prolongada ausencia.
    ¿Qué haces?, ¿por dónde andas?, ¿qué te pasa?, ¿por qué no escribes?
    Espero y deseo que todo te vaya bien.
    Un gran abrazo.
    MÁS

    • Querido Miguel Ángel:

      Ya casi es mañana, pero no voy a esperar para responderte. Haces más preguntas que yo, y me gustaría saber contestarlas de forma acertada y aceptable.

      Ando por donde siempre, de momento, como dices tú, por el mundo de la minoría. Y a diario leo lo que dices (y dicen) en El Adarve. ¿Por qué no escribo? Bueno, no lo sé. O sí, pero no sé explicarlo. O no quiero explicarlo. Porque seguramente sean muchos motivos los que hacen que considere que no pasa nada por no participar cuando no se tiene nada que aportar.

      Sé que tu barrio es muy grande y es capaz de acogernos a todos, pero no puedo dejar de pensar que si me aparto un poco dejo sitio para otras personas.

      Y por favor, ni se te ocurra dejar de enviarme tu artículo porque lo leo siempre con muchas ganas y curiosidad.

      Un abrazo. (Y espero que mañana no tengáis vuestro mejor día)(Hoy en La Ser han hecho el programa de Francino desde Málaga, y estaba el alcalde que parece ser va a seguir siéndolo. Estaba a otras cosas y no pillé bien el cuento, pero parece ser que se acaba la violencia de género y solo va a quedar violencia doméstica).

      • Querido José Antonio:
        Has entrado sobre la vocina. No sabes cuánto me ha alegrado.
        Estas vivito y coleando.
        Me tenias preocupado por tu silencio y porque no habias respondido ni siquiera al requerimiento de Aureliano ni al comentario de Don Quintiliano.
        Te diré:
        1. No se quita espacio a nadie por escribir. Aquí caben todos. Y más aprenderemos mientras más seamos.
        2. Siempre tienes cosas interesantes que decir. Lo has demostrado tantas veces que no tiene mucho sentido negarlo.
        3. Escribir al comienzo de la semana da más tiempo al debate.
        De todos modos, por encima de todo: libertad. No porque yo la otorgue. Es de cada uno.
        Gracias por estar aquí.
        MAS
        PD: Aquí estamos avanzando a toda velocidad hacia la retaguardia.

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