Contra el efecto Mateo

3 Nov

Hace casi diez años (exactamente el 19 de septiembre de 2009) dediqué este espacio a plantear algunas reflexiones sobre “el efecto Mateo”. Hoy vuelvo al tema pero no con afanes meramente descriptivos sino con la intención de denunciar, condenar, desmontar y combatir dicho efecto. Está muy instalado en la sociedad y es necesario desenmascarar sus perversos mecanismos y luchar contra ellos.

Describiré primero en qué consiste ese concepto psicológico (más bien se trata de un pernicioso fenómeno sociológico) que fue explicado por primera vez por el sociólogo estadounidense Robert K. Merton, basándose en el versículo 13, capítulo 19 del Evangelio de San Mateo: “Al que tiene se le dará y, al que no tiene, incluso lo poco que tiene se le quitará”. Este enigmático aserto, que sigue a la parábola del sembrador, ha dado pie a lo que Mario Bunge, posteriormente, llamó “el efecto San Mateo”).

En otros versículos bíblicos se repite la misma idea, con mínimas variantes, como puede verse en los evangelios de San Marcos y de San Lucas y en otros versículos del propio Mateo. En nuestro refranero, este efecto tiene un buen reflejo en el viejo aserto: “Al que Dios se la da, San Pedro se la bendice”.

Aunque Merton, en su famoso artículo “The Matthew effect in science”, publicado en la revista Science en 1968, se centra en los efectos del fenómeno en la vida académica, no es menos cierto que el famoso efecto tiene aplicación a cualquier ámbito de la vida. Merton dice que un autor conocido es más fácilmente citado y que a un autor relevante se le publican más fácilmente nuevos textos, independientemente de que éstos sean de valor.

Aunque tanto Merton como Bunge aplican el efecto Mateo al ámbito de la sociología de la ciencia, creo que tiene vigencia en cualquier ámbito del comportamiento humano. Veámoslo.

Cuando alguien va a buscar trabajo, se le pregunta indefectiblemente si tiene experiencia. ¿No la tiene? Entonces no se le firma el contrato. Si tiene experiencia, se le facilita otra nueva. Al que tiene, se le dará. Otro ejemplo. Cuando alguien va a pedir un crédito, si no tiene bienes ni avales que respalden la petición, es fácil que no se le conceda. Es decir, que como tiene dinero, se le concederá más.

Los grandes equipos de fútbol, al hacer el reparto de los beneficios televisivos, reciben una parte mucho mayor del pastel. Con lo cual dispondrán de mayores cantidades de dinero para seguir siendo los equipos más grandes. Y cuando juegan es fácil que los árbitros los juzguen con mejores ojos. Porque son más grandes y se rinde un mayor tributo de admiración, de pleitesía y de consideración.

Cuando se sube el diez por ciento el sueldo a todos los funcionarios, se aumenta cien euros al que cobra mil y quinientos al que percibe cinco mil. Al que más recibe, más se le da.

Es fácil enriquecerse si uno tiene mucho dinero y hace inversiones, acomete la creación de nuevas empresas, y se arriesga a poner el dinero en juego con el fin de que se multiplique. Si alguien no tiene, eso poco que tiene, lo acabará perdiendo

Por eso los pobres son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos. Es probable que quien tiene mucho dinero juegue mucho a la lotería. Y esa gran cantidad de dinero hará más fácil, por la ley de la probabilidad, que le toque alguna vez. El que juega muy poquito, porque tiene poco, se quedará fácilmente sin eso que juega.

Es curioso comprobar cómo el efecto Mateo tiene concreciones en todos los ámbitos de la vida. Ayer mismo, mientras me encontrada en la sala VIP de Iberia del aeropuerto de Barajas, pensaba que a quien tiene más dinero para comprarse prensa o tomar unos refrescos, se le entregan de forma gratuita.

Recuerdo que, hablando en cierta ocasión del efecto Mateo con mi becaria Estefanía Almenta, le decía:

– ¿Quién tiene más dinero para comprar libros, tú o yo?
– Tú, contestó
– ¿Quién tiene más libros en su casa, tú o yo?
– Tú.
– ¿Quién puede sacar libros de la biblioteca de la Facultad en mayor número y durante más tiempo, tú o yo?
– Tú.
– Si hubiera que regalar algún libro, ¿a quién se le debería regalar si hubiera justicia?
– A mí.
– Pues no, me los regalan a mí.
En efecto, ese día había recibido dos libros de sendas editoriales como publicidad académica. Se los regalé a ella, aplicando el criterio que ahora defiendo.

Cundo se efectúan evaluaciones, el que obtiene el primer puesto, ya estaba beneficiado por la situación de ventaja. Pero ahora se le añade la del prestigio.

La cultura neoliberal, con sus obsesiones sobre individualismo, competitividad, obsesión por la eficacia, relativismo moral, privatización de bienes y servicios y olvido de los favorecidos es un buen caldo de cultivo para que prospere y se desarrolle el efecto Mateo.

Pues bien, lo que quiero proponer en este artículo es que se debe denunciar su aplicación en todos los ámbitos. Con el fin de que la desigualdad disminuya, con el fin de que la equidad aumente. No le demos más al que más tiene. No le demos igual a todos. Ayudemos a los que están en peores condiciones. De lo contrario, los desheredados de la tierra seguirán siéndolo cada vez con más intensidad.

Quiero apostar en este artículo por la superación del efecto Mateo. Me apoyaré para ello en dos argumentos. El primero tiene que ver con la racionalidad. El segundo, con la justicia. Resulta más racional, a mi juicio, el reparto equitativo. ¿Usted tiene experiencia? Se la daremos ahora a otro que no la tiene. ¿Usted tiene dinero? Le daremos ahora algo a quien no lo tiene. ¿Tiene ya muchos libros publicados? Le facilitaremos ahora la publicación a alguien que no tiene publicado ninguno. Buscar la justicia es realizar un reparto equilibrado, una distribución justa, un reparto compensador.

Eliminar el efecto Mateo es, por ejemplo, cuando se aplica una prueba estándar, ayudar a quienes queden clasificados en los últimos puestos. Porque el efecto Mateo lo que hace es primar al que ya tenía buenas condiciones para obtener el primer puesto. Si no se corrige esa nefasta tendencia, el primer clasificado tendrá ahora todo lo que tenía más el prestigio del primer puesto. Hay que acabar con la perversa práctica de dar más al que más tiene.

28 respuestas a «Contra el efecto Mateo»

  1. Encuentro a veces puntos de encuentro entre los artículos del blog de Miguel Ángel y los artículos de un antiguo blog que mantenía hace unos años. El tema lo había tratado en septiembre de 2016 y, aunque el blog está ya cerrado, he habilitado esta entrada por si a alguien le apetece leerlo:
    https://imagenx1000palabras.blogspot.com/2016/09/el-efecto-mateo.html#comment-form

    Estoy seguro de que MIguel Ángel habrá tratado ya el tema de forma mucho más completa e interesane que yo, pero -el trabajo ya está hecho- remito a lo que escribí en el artículo a modo de comentario.

    Quizá haya algún aspecto novedoso en aquel artículo que publiqué hace dos años. Entre otras cosas dedico un párrafo al «Efecto Pigmalión», en parte relacionado con el «Efecto Mateo». También toco de refilón el «Efecto Halo».

    Pero, aspectos más o menos académicos aparte, herencia de mi paso por la facultad de psicología, la parte más relevante se refiere a mis propias experiencias en el ámbito docente. En la educación se percibe muy bien este «efecto»: desde los colegios con «pedigrí pedagógico» (que naturalmente se llevan los alumnos más aptos, hasta la posición de los alumnos en los puestos en clase pasano por la concesión de ayudas para proyectos educativos…

    No olvidemos que, inicialmente, se aplicó el término a las historias de aprendizaje de los niños con desórdenes en lectura y escritura cuyo fracaso en esos aprendizajes haía «predecir» su fracaso posterior en todos los ámbitos educativos.

    A modo epistolar, me despido de esta comunidad de interesados en temas pedagógicos tan nutrida y colaboradora. Un saludo a M. Ángel que cadda semana nos sorprende con temas que realmente son dianas de interés educativo y humano.

    • Querido Jesús Marcial:
      Me ha gustado mucho el cierre cae tu artículo. Tiene mis< y gracia última frase.
      Lo que me importa de este curioso y pernicioso efecto es cómo denunciado y detenerlo. Porque es muy dañino. La cultura neoliberal en la que nos encontramos es un buen caldo de cultivo para el desarrollo del efecto Mateo.
      Para combatirlo, hace falta conocerlo profundamente.
      Y perseverar en la denuncia de la trampa.
      Un abrazo.
      MAS
      PD: ¿Por qué cerraste ese blog?

        • Querido Jesús Marcial:
          Claro que es una modalidad del efecto Mateo. Se lee más al autor conocido. Se le cita más. Independientemente de la calidad de las ideas.
          Lo ha visto muchas veces. He visto a editores pedir libros a autores conocidos y publicarlos sin leerlos. He visto a editores rechazo libros estupendos de principiantes.
          He visto rechazar artículos que luego han sido aceptados al ser encabezados por un autor de renombre.
          La sociología de la ciencia es un campo abonado para el efecto Mateo.
          Un abrazo.
          MAS

  2. Querido Miguel Ángel:

    1.- ¡Qué buena gente eres!
    Pero esto ya lo sabía desde hace mucho tiempo, no solo lo pienso por el escrito de esta semana. Siempre te pones en el lado en el que se ponen las buenas personas.

    2.- Hoy he terminado de dormir temprano (7:15). Me puse a darle vueltas al dichoso efecto Mateo (con unas cuantas interrupciones por motivos varios). Releí el artículo del 19-09-2009 que lleva ese título. Nada, sigo demasiado pesimista o con demasiadas pegas sobre el asunto. Lo digo tomando el tema en todos los campos posibles, tú pones algunos ejemplos. Pero creo que es en el campo escolar en donde más se puede y debe actuar para “acabar con la perversa práctica de dar más al que más tiene”, lo cual requiere empezar en las edades más tempranas poniendo lo que hay que poner al servicio de quienes más lo necesitan.

    3.- Querido Miguel Ángel. Hablas de un argumento que tiene que ver con la racionalidad y de otro que tiene que ver con la justicia. Pero claro, tu forma de razonar y tu sentido de la justicia no se parecen en nada a la de, por ejemplo, una señora que dijo que los bancos están pensados para ganar dinero, que no son una ONG. Todo lo privado está pensado para ganar dinero (luego cada uno lo hace como entiende o como le dejan, pero el objetivo es el mismo). Otra cosa ya son las leyes que rigen sus actividades y quiénes las deciden.

    4.- Cuestiones reales. ¿Quién debe publicar un libro? Alguien podría contestar, ni el que ha publicado mucho ni el que no ha publicado nada, el que se lo merezca, el que su escrito tenga la calidad y la valía suficientes para ser publicado, Y QUE SE VENDA.

    ¿Quién accede a un puesto de trabajo? Ni el que tiene mucha experiencia ni el que no tiene ninguna, el que valga, el que sepa, el que muestre una mejor actitud hacia ese trabajo, el que supere los requisitos, el mejor, EL QUE VAYA A SER MÁS RENTABLE.

    ¿Quién estudia un doctorado?
    ¿Qué curso o alumnos escogen los mejores profesores?
    ¿Qué calificaciones llevan los evaluados (racionales y justas) y según qué criterios?
    ¿Quién es merecedor de una beca para estudiar?
    ¿Y los premios, a quiénes se los otorgamos, al que no tiene ninguno?
    ¿Escojo a un hombre o a una mujer? ¿Y la personas con algún tipo de discapacidad? ¿Y los inmigrantes respecto a «los de casa»?

    5.- La educación es distinta. HA DE SER DISTINTA desde el inicio. Si creemos que es de justicia dar al que no tiene, ayudar al que más ayuda necesita, limar lo más que podamos las desigualdades de partida, …, sabemos muy bien lo que debemos hacer, como sociedad, como país (como mundo mundial). ¿Tenemos realmente esa idea de justicia? Por los hechos yo diría que no, ni se la espera.

    6.- El artículo también me ha hecho recordar la idea de “La casa de los mil espejos”. Reflejamos lo que nos ofrecen pero no tratamos de cambiar al que tenemos enfrente. Es fácil ser amable con quien se muestra amable. Es fácil “premiar” al buen alumno, “castigar” al peor e ignorar al invisible. Es fácil ponerse del lado del poderoso, del rico, del sabio, de lo fácil, de lo que me va a reportar un beneficio, un prestigio, de lo que no me va a suponer un sobreesfuerzo. Es fácil hacer de espejo y dar lo que me dan, ni más, ni menos. Lo difícil es dar más de lo que se recibe. Lo decía Josema en el artículo del 2009: “Ámame cuando menos lo merezca, que es cuando más lo necesito”. Y esto es muy difícil. Educar no es fácil, tú nunca dijiste que lo fuera. Corregir desigualdades tampoco lo es, pero ponerse a andar el camino sí. Claro, si se tiene esta racionalidad y se considera un propósito justo.

    7.- Un abrazo.

    • Querido José Antonio:
      Empiezo por el punto con el que acabas: una abrazo para ti.
      Lo complicado (y lo importante) es revertir el efecto Mateo. Resulta muy dañino que los que mas tienen sean premiados por ese hecho, tantas veces fruto del azar, de la herencia, de la suerte o de la trampa.
      ¿Por què no invertir el criterio? Dar más al que menos tiene. Parece, de partida, más racional y más justo.
      Un gran abrazo.
      MAS

  3. Muy buenas Magister!
    Gracias por tu influencia tan positiva. Me encanta tu humanismo a favor de la Equidad.
    Lucharemos contra el efecto Mateo y pasaremos a concienciar a favor del “efecto Santos Guerra”.
    Como ya es un poco tarde, te haremos caso y nos iremos a dormir como recomiendas en otro artículo entrañable.
    Un fuerte abrazo

    • Querido Miguel:
      Tus comentarios son cortos, sabrosos y contundentes.
      Muchas gracias por hablar del efecto Santos Guerra. Eres buena persona y se nota en lo que dices y en lo que haces.
      Si ese efecto es luchar por la equidad, bienvenido sea.
      Creo que el efecto Mateo tiene unas consecuencias demoledoras.
      ¡A dormir en paz como corresponde a las personas de gran corazón!
      Besos para tu compi.
      Un abrazo para ti.
      MAS

  4. Hace unos quince años (nunca me había ocurrido ni me volvió a ocurrir) di una calificación «compensatoria» a una chica que se esforzaba. Enseguida un compañero fue a ver cómo estaba el control de la compañera y se me quejó. Le tuve que decir que yo también valoraba el esfuerzo y el progreso. Ese puede ser el tema: todos están inmersos en el efecto Mateo y están ciegos a la equidad. Será cuestión de cambiar el molde y lo antes posible.

    • Querido josema:
      Qué tremendo lo que cuentas. Qué preocupante.
      Ese espíritu justiciero e insolidario me parece inquietante.
      Creo que sí, que el espíritu del efecto Mateo se ha adueñado de esta cultura neoliberal, presidida por el individualismo y la competitividad.
      De acuerdo con la necesidad y la urgencia descambio,
      Un abrazo y gracias.
      MAS

  5. Me encanta este artículo, Miguel Ángel. Yo pienso que los Evangelios sirven para todo y para nada. Para todo porque cada uno se agarra a lo que le interesa e ignora lo otro. De » tú eres Pedro y …» La que se ha montado, pero de «reparte tu pan con el hambriento» ni caso. » el que de vosotros sea el mayor, hágase el servidor», ni caso. El efecto Mateo, ese sí que vale…
    Por eso digo que los Evangelios sirven para todo y para nada. Solo se tiende a coger lo que interesa, no su espíritu.
    Yo, Miguel Ángel, me uno a tu interpretación porque es la humana y cristiana. Al que tiene darle, pero si ya tiene, al que hay que dar es al que no tiene.
    Saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Pues sí, la exégesis de la escritura es siempre tan discutible como interesada.
      Para mí resulta enigmática esa frase reiterada en varias ocasiones en los diversos pasajes evangélicos.
      Yo entiendo que la ética nace del acuerdo que los seres humanos para reconocernos una dignidad esencial por el hecho de ser personas. Creo que no tiene que ver con las diversas religiones y los diversos credos. ¿Qué pasaría entonces con los no creyentes?
      El que se le de al que tiene hace que aumente la desigualdad y la injusticia.
      Un gran abrazo, querido amigo.
      MAS

  6. Equidad en la escuela. Hacia ese camino trata de dirigirse la enseñanza pública. La atención a la diversidad es un medio para ello. Se atiende al que presenta necesidades específicas de apoyo educativo sea por necesidades asociadas a las capacidades del individuo o de su entorno (compensación educativa). Que queda mucho trecho por recorrer, seguro.

    Y el «café para todos/todas» es una medida de equidad??? Por ejemplo la gratuidad de libros de texto… ¿Debe comprársele a todo el alumnado? No todos parten de la misma situación económica.

    En la vida. Si todos disponemos de todo, si viviéramos en un mundo feliz tendría sentido el esfuerzo, el sacrificio, el ahorro, el mérito…??? Las desventajas y desequilibrios hay que reducirlos, pero hasta qué punto???

    Igualdad absoluta supone desprenderse de lo que tenemos en beneficio de los que no tienen nada… Que por cierto hay muchos… Hasta que punto estamos dispuestos a desprendernos todod lo que disponemos????

    Buen fin de semana a todos y todas…

    MAS intentaré saludarte el próximo viernes en Jaén. Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Será un placer verte, aunque nos supondremos de mucho tiempo, ya que voy solo para la actividad.
      Me ha interesado mucho tu aplicación de lo dicho a la escuela, un lugar que debería ser un espacio para compensar las desigualdades de partida.
      Si el efecto Mateo es pernicioso en la sociedad, es más pernicioso aún en lea escuela.
      Un cordial saludo y hasta pronto.
      Gracias por tu participación, siempre valiosa.
      MAs

  7. Alburquerque, 4 de noviembre de 2018.

    Como te basas en citas evangélicas, creo, Miguel Ángel, que no tendrías problemas en exponer tus objeciones al “efecto Mateo” en un auditorio formado por furibundos defensores del sistema competitivo y de la educación en el que nos movemos. Es más, hasta te mirarían con cierta conmiseración, pensando que en el fondo eres una buena persona, un tanto ingenua que desconoce cómo es la realidad y que se mueve en utopías que no van a ninguna parte.

    Pero, fíjate que lo que defiendes se aproxima a ese postulado o aforismo que, naciendo de socialistas utópicos franceses del siglo XIX, y posteriormente expresado por Karl Marx en su “Crítica al Programa de Ghota”, decía “De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”.

    Si se te hubiera ocurrido enlazar con este principio ético que Marx planteaba para una sociedad futura y sin clases sociales, entonces, y a sus ojos, no serías un bienintencionado docente nostálgico de un mundo que solo en el ámbito de las fantasías es posible imaginar; lo más probables es que te calificaran de filocomunista, o de bolivariano, o de castrista, o de venezolano (aunque hayas nacido en un pueblecito de León).

    ***

    He venido a Alburquerque para verme con los amigos y amigas de la Asociación de la Defensa del Patrimonio.

    La razón de esta visita es hacerle la propuesta de que nos incorporemos a la coordinadora nacional “Recuperando” (de la que ya forman parte 20 organizaciones) que tiene por objetivo el que se hagan públicos los bienes que ha inmatriculado la Iglesia, tras la Reforma Hipotecaría que aprobó Franco en 1946, por la que se daba poder a los obispos para actuar como notarios y que, con solo su firma y sin que se diera publicidad, pasaran a ser bienes eclesiásticos. Esta ley fue ampliada por José María Aznar en 1998, de modo que también los edificios destinados al culto podrían pasar a ser propiedad de la Iglesia.

    Pero no es solo que se hagan públicos los 40.000 bienes inmatriculados (según la propia Conferencia Episcopal), sino que también se lucha para que esa ley se declare inconstitucional de forma sobrevenida, con el fin de que los bienes sobre los que no se hayan aportado título de propiedad, caso de la Mezquita de Córdoba, vuelvan a ser de dominio público.

    ***

    Nos vimos veinte miembros y acordamos una asamblea general para el próximo mes, de modo que, una vez informados todos los miembros, puedan pronunciarse sobre esta incorporación.

    De momento, tras el encuentro, la comida que tuvimos fue un verdadero placer de amistad y compañerismo, puesto que formamos parte de una asociación sin jerarquías ni intereses personales. De ahí que gente de distintas generaciones, al cabo de los años y luchas compartidas, haya establecido unos lazos de amistad que nos hacen disfrutar las veces que nos vemos.

    ***

    Cierto es que hubo una nota de enorme tristeza. Fue cuando Esteban nos informó que el hijo de un conocido escritor, muy apreciado por nosotros, se había quitado la vida.
    Ninguno de los demás teníamos información de este hecho tan trágico.
    No nos alargamos en este tema, pues éramos conscientes de la desolación en la que se podía encontrar.

    ***

    Acabo de llegar a Córdoba. El viaje de vuelta ha sido bastante tranquilo, a pesar de encontrarnos en el día en el que finaliza el puente. Cierro el escrito que inicié en Alburqjuerque y sobre el que volveré más adelante.

    • Querido Aureliano:
      1. Sé que la postura de condenar los mecanismos perversos del efecto Mateo puede ser tachada de ingenua. Sobre todo si detiene en cuenta el contexto liberal que lo invade todo.¿Qué hacer entonces?¿Qué pensar? Que es lo mejor aplaudirlo y dar alas a esta perversión que machaca a los más desfavorecidos y beneficia a los privilegiados?
      2. Magnífica causa la que defiende la Asociación. Creo que es bueno unir esfuerzos y elaborar estrategias conjuntas. Resulta urgente y justo declarar inconstitucionales esas leyes.
      3. Terrible experiencia la de enterrar a un hijo, sobre todo cuando ha sido suya la iniciativa de quitarse la vida. Viví esa experiencia en el caso de un catedrático amigo… Pasé un día entero con él y ya te imaginas la desolación.
      Que tengas una feliz semana.
      Gracias por el comentario. en el que anuncias nuevas aportaciones.
      Un abrazo.
      MAS

  8. Querido Maestro!
    Hoy me he quedado rezagada en mi comentario.
    No me parece justo que se le pongan siempre fáciles las cosas a los que más tienen.
    Yo siempre tengo dificultades pero me crezca ante las injusticias.
    No permito que me engañe es más es lo que peor llevo.
    La vida me lleva por derroteros jamás esperados que me complican más la vida.
    Me considero que nunca he tenido mucha suerte, sobre todo en el trabajo, en el amor, en las amistades.
    Quizás sea un bicho raro pero siempre he ido con la verdad por delante y eso es un plato que no le gusta a todo el mundo.
    Mi ingenuidad me ha jugado malas pasadas ,he creído a quien no se lo merecía,he amado a quien no me correspondía. Me han engañado muchas veces pero no he claudicado, no han podido conmigo las injusticias, he tratado siempre de enfrentarme a ellas con el mejor criterio. Con mi verdad por delante.
    Siempre he buscado relaciones no mirando el dinero sino la afinidad,los sentimientos.
    Quizás he sido utópica en este mundo donde prevalece el dinero.
    ¡Maldito dinero!
    ¡La ambición nos lleva a arrasar con los más indefensos!
    Siempre me arrimo a gente que me mire a los ojos antes que a lo que llevó puesto.
    Doy todo lo que tengo,lo que más vale, lealtad,compañía,sinceridad,mi tiempo.
    ¡Tal como está el mundo eso no genera dinero!
    ¡Pero yo es con lo que más sueño!
    ¡No creo que sea bueno ese efecto Mateo!
    Bueno es hora de despedirme con un extensivo abrazo para todos,que es gratis, pero alegra el alma.
    Hasta la próxima.

    • Querida Loly:
      Haces unos comentarios magníficos.
      Algunos, como éste, son verdaderos programas de vida. Qué hermoso es leer cosas como éstas:
      – Me creo ante las injusticias.
      – Siempre he ido con la verdad por delante.
      – He creído a quien no se lo merecía.
      – He amado a quien no me correspondía.
      – Me han engañado muchas veces pero no he claudicado.
      – No han podido conmigo las injusticias.
      – He tratado siempre de enfrentarme a ellas con el mejor criterio. Con mi verdad por delante…
      – Siempre he buscado relaciones no mirando el dinero sino la afinidad, los sentimientos.
      – Quizás he sido utópica en este mundo donde prevalece el dinero.
      Gracias por brindarnos tu experiencia, que no ha sido fácil pero que es ejemplar.
      No te has quedado tan rezagada, caramba. Has escrito en domingo un artículo aparecido el sábado.
      Besos y gracias de nuevo.
      MAS

    • Querido José Antonio:
      Conozco bien a Quique y me honro de su amistad.
      Gracias por compartir esta estupenda entrevista.
      Es especialmente certera en los tiempos que vivimos.
      Un abrazo y gracias.
      MAS

  9. ¿Sufre la Banca española el denominado “efecto Mateo” tras la reciente y rocambolesca resolución del Tribunal Supremo? Creo que a estas alturas a nadie le cabe la menor duda de que vivimos en un país verdaderamente “maravilloso”, en el que cualquier milagro es posible, ya que, año tras año, el premio gordo de la lotería siempre le cae a los mismos.

    Por otro lado, y pensándolo bien, ¿no deberíamos feminizar ese efecto, de modo que también existiera el “efecto Leonor” para aquellas chicas o entidades que sin comerlo ni beberlo se encuentran en la cúspide de las regalías?

    ¿Y cuál de los efectos, el de Mateo o el de Leonor, deberíamos aplicar a la Iglesia católica cuando el inefable expresidente José María Aznar aprobó en 1998 la reforma de la Ley Hipotecaria, siguiendo la de su admirado don Francisco Franco, que le ha proporcionado miles de bienes públicos tras ser inmatriculados?

    ¿Qué dirían ante tantos milagros nuestros rutilantes neoliberales, los mismos que ponen el grito en el cielo cuando se concede alguna ayuda social a los desfavorecidos hablando del “papá Estado”, como si fuera dinero que se tira a las alcantarillas; pero que se vuelven mudos cuando ese “papá Estado” entrega miles de millones de dinero a la Banca que no volverán a las arcas del Estado?

    Puesto que cada vez entiendo menos el país en el que vivo, me estoy planteando exiliarme a Islandia… Allí al menos han metido en la cárcel a políticos y a banqueros responsables de la crisis económica del país. ¡Ah!, además en este país tienen una república; lo que habla de la inteligencia y libertad de su población.

    • Estimado Aureliano:
      Lo del Tribunal Supremo ha sido un carnaval repugnante.
      Claro que ahí se ve el efecto Mateo. Quisieron darle más a quien tiene más.
      Lo que pasa es que la maniobra, en este caso, ha sido repugnante.
      Habrá que explorar y profundizar el «efecto Leonor». Tiene su miga.
      No hay que huir a paraísos. republicanos, hay que avanzar aquí hacia la república.
      Un abrazo.
      MAS

  10. Amigo Miguel Ángel: me he interesado sobre el “efecto Mateo”, ya que he deseado profundizar sobre el tema para escribir un artículo en los diarios digitales (aunque en clave de humor, lo ampliaría al que yo llamo “efecto Leonor”).

    Para ello, he consultado en la Biblioteca de la Universidad de Córdoba con el fin de saber qué libros había del autor, para así profundizar en ello. Me he encontrado que el autor de esa expresión es el sociólogo estadounidense Robert K. Merton. Creo, pues, que hay un error cuando dices Thomas K. Merton.

    Un abrazo.

    • Querido Aureliano:
      Efectivamente, se trata de Robert K. Merton. En mi biblioteca tengo un libro suyo titulado Sociología de la ciencia, publicado por Alianza Editorial en 1977.
      Ahora mismo corrijo el texto.
      Muchas gracias por la observación.
      Un abrazo.
      MAS

  11. Buenos días a todo el mundo,

    El efecto Mateo es solo un reflejo de la verdadera condición humana. El ser humano es hipócrita, hablo en general. No hace nada o casi nada por generosidad, lo hace por interés. El efecto Mateo es solo una manifestación de esta hipocresía. Siempre esperamos algo de lo que hacemos. No somos generosos. La verdadera generosidad es anónima. Nadie da un regalo de forma anónima, siempre hay un interés detrás de cada gesto aparentemente altruista. Del más poderoso espero mayor reciprocidad, luego a él le regalo más. Un ejemplo claro, para qué ir más lejos, yo por ejemplo soy muy indulgente con Sr. Guerra y con el Sr. Lema, para que así me agasajen de halagos y virtudes.

    Afortunadamente, aún viven algunos sinceros en este mundo.

    Yéndome al ambiente de procedencia del dicho, allá arriba, el Supremo Juez, irá poniendo los palotes de indulgencias a cada uno de los altruistas en la tierra. Él sabrá de la verdad. Allí arriba siempre saben por qué hacemos las cosas, aunque parezcan las más absurdas, tal como el efecto Mateo. Allí nos ajustarán las cuentas por confiados que subamos después de nuestros hechos en la tierra.

    Que tengan un buen día !.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Has descrito a la perfección el clásico aforismo DO UT DES. Doy para que des.
      La cuestión que planteas es peliaguda. Porque te planteas si existe la pura generosidad. Cuestión problemática al máximo. Porque el que es generoso de forma anónima, el que es desinteresado tiene también el PREMIO, la GRATIFICACIÓN de saberse auténticamente generoso.
      A mí no me gusta esa esperanza de que la justicia se haga cuando vayamos a otro mundo. Prefiero que seamos justos y generosos ahora, en esta vida que nos ha tocado vivir.
      Cuando me des caña, trataré de comprender cómo utilizarla para hacerlo y ser mejor.
      Un gran abrazo.
      Y buen riego entre lluvias.
      MAS

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