Sabe a jabón, pero es queso

11 Ago

Hay personas (seguro que tú, lector o lectora, conoces alguna) que no cambian de opinión aunque todas las evidencias la contradigan. Personas que se obstinan en un error y no dan su brazo a torcer aunque se lo arranquen. Mantienen sus Ideas políticas, religiosas o del tipo que sean aunque haya razones y hechos que demuestren lo contrario de forma palmaria. Esas personas tercas como mulas se abrazan a ellas con tal fuerza que no hay argumento ni evidencia que les haga variar de posición.

La flexibilidad de pensamiento brilla en ellas por su ausencia. Su obstinación es tal que no hay modo de hacerlas cambiar. Es más, lo tienen a gala. Consideran que hacerlo sería una muestra de debilidad intelectual o de incoherencia. La rigidez de su forma de pensar es extrema y nada quieren escuchar o leer que contradiga sus posiciones.

Pues bien, yo creo que cambiar de idea, modificar la posición o pensar de otra manera a partir de nuevos datos es una señal de inteligencia. Solo así se puede evolucionar y crecer.

Solía organizar en la clase debates sobre temas controvertidos: la pena de muerte, la eutanasia, el aborto, el matrimonio homosexual… Pedía que se situasen a favor o en contra. Incluso espacialmente se colocaban unos enfrente de otros. El moderador iba dando la palabra de forma alternativa… Les decía al comienzo que si alguno cambiaba de postura al escuchar argumentos del grupo contrario, podía cambiar de lugar. ¡Poquísimas veces vi abandonar la posición inicial, dijeran lo que dijeran los adversarios!

En alguna ocasión les daba la siguiente instrucción: a partir de ahora los partidarios de la existencia de la pena de muerte, por ejemplo, defienden la postura contraria y sus detractores argumentan sobre sus beneficios. En los días anteriores al debate preparaban el tema con lecturas diversas para que aquellos debates no se convirtieran tertulias de café.

Otras veces debían improvisar. Todos se ponían en pie. Yo leía un enunciado y les pedía lo siguiente: quienes estén a favor de este enunciado, pónganse a mi derecha y quienes no estén de acuerdo, pónganse a mi izquierda. Repetíamos la iniciativa cinco o seis veces con nuevas frases polémicas.

Aunque hiciese lento el debate del aula, algunas veces les decía a mis alumnos y alumnas que, para intervenir, hacían falta dos requisitos: que el moderador diera la palabra y que el solicitante repitiese con fidelidad lo que había dicho el anterior interviniente. Era curioso: algunos no podían participar, a pesar de haber pedido la palabra, porque no habían prestado la más mínima atención a lo que había dicho el oponente o éste negaba que aquello que había intentado repetir tuviera algo que ver con lo que él había dicho.

No es malo cambiar de posición si hacerlo supone una adhesión a la lógica y, por consiguiente, a la verdad. Lo que no es de recibo es cambiar de postura solo porque hacerlo sirva a intereses propios, sean éstos legítimos o bastardos. Decía Balmes: No me parecen mal las conversiones. Pero desconfío de aquellas que se producen justo en el momento en que empiezan a ser rentables.

La terquedad encierra una conducta irracional propia de quien no atiende a razones. En sus Ensayos (I,25) Montaigne vincula la tozudez con la mezquindad: “La testarudez y el desmedido deseo de sustentar las propias aserciones, dice, son patrimonio de los espíritus bajos”.

Recuerdo de memoria, desde hace muchos años, una historia, probablemente apócrifa, que ejemplifica muy bien la actitud obstinada que estoy describiendo en este artículo. Dice así:

De Aragón en un villa/ y en un pobre escaparate/ de una humilde tiendecilla,/ entre arroz y chocolate,/ garbanzos y salchichón,/ hizo el tendero poner/unas barras de jabón.

Por la tienda y al acaso/ pasaron dos mocetones:

– Ese queso amarillico,/ qué “güeno” debe de estar.
– Eso no es queso, mañico./ Eso es jabón de lavar.

– Miá que jabón, qué invención./ Es queso, bueno está, es queso/.
– Es jabón.
– Es queso.

Porque no diera en contienda/ lo que tan poco valía/ se colaron en la tienda/ a dirimir su porfía.
– De ese queso que usted tiene/ponga media libra, amigo.
– Eso no es queso, buen hombre./ Eso es jabón de lavar.
– Es queso.
– Es jabón.
– Es queso.
– Es jabón.
– Usted póngame en el peso,/ sin más razones que dar/ media libra de ese queso, que lo vamos a probar.

Hízolo así decidido/ el vendedor complaciente/ y en el jabón discutido/ los dos hincaron el diente. / Uno lo escupió asqueado/ no bien lo llegó a probar./ El otro lo tragó encantado,/ como si fuera un manjar.
– No te convences, melón.
– Antes me ves patitieso.
– Pero, ¿no sabe a jabón?
– Sabe a jabón, pero es queso.

No le basta al empecinado paseante la palabra del tendero. Podría ser suficiente para reconocer el error ya que la vista le había jugado una mala pasada. ¿Por qué le iba a engañar el tendero? Él se mantiene en su error, contra una información de primera mano. Y, lo que es más grave, no le influye lo más mínimo el sabor que experimenta cuando mete en la boca un trozo de aquel producto. Sí, sabe a jabón, pero ni eso es suficiente para aceptar la equivocación en que se había instalado. Uno se pregunta: ¿Qué otra prueba sería suficiente? Probablemente ninguna. Era un terco redomado.

Hay en la terquedad un componente de orgullo. “¿Cómo podría estar yo equivocado?, se pregunta con asombro el tozudo. No es propio de mi talento y de mi experiencia”. Como consecuencia, el testarudo se instala en el error.

Algunas veces, esas posturas cerriles, se producen para desafiar la posición que tiene cualquier tipo de contrincante, sobre todo si es alguien que suele tener una visión política, religiosa o académica diferente.

Resulta muy aleccionador contemplar algunos debates televisivos. Puede observarse la ausencia de escucha de los argumentos del contrincante. En la réplica no se hace referencia alguna a los mismos. También puede verse la reiteración casi insoportable de la misma idea sin que en horas se aporte nada nuevo. Al final del camino todos han vuelto al mismo sitio. O, mejor dicho, nadie se ha movido ni un milímetro. Es más, los argumentos más sólidos del adversario se convierten en motivos de reafirmación de la propia postura.

La vehemencia en la defensa de una postura poco fundamentada lleva, a veces, a tratar al otro con altanería y desprecio:

– Me parece que estoy discutiendo con un estúpido, le dice un interlocutor a otro.

A lo que el contrincante, no menos enojado, contesta con agresividad sin darse cuenta de que se está insultando a sí mismo:

– ¡Tú sí que estás discutiendo con un estúpido!

No quiero con todo esto decir que no haya que tener y mantener firmes convicciones. No quiero decir que tengamos que ser como veletas que se mueven al menor soplo de viento que venga de fuera. Lo que digo es que hay que ser sensibles a las evidencias y a los razonamientos que cuestionan nuestras posiciones. En definitiva, que no se debe confundir pereza de pensamiento con firmes convicciones.

También es fácil observar (y me refiero ahora al ámbito político) cómo alguno denigra al partido opositor por aquello mismo que considera positivo cuando le ocurre a los suyos. He oído muchas veces decir como algo positivo: “Nosotros siempre hemos dicho lo mismo”. Es decir, consideran una virtud no haber cambiado. Pero, cuando pasa en los demás, dicen que no han evolucionado y que siguen sosteniendo lo mismo que hace mil años. Es curioso. Los tontos y los malos suelen ser, casi siempre, los demás.

30 respuestas a «Sabe a jabón, pero es queso»

  1. Escuchar: de nuevo sale a colación este término en una entrada de este blog. Oímos, pero no escuchamos. Mientras el otro argumenta nosotros pensamos en una respuesta, generalmente, desvinculada de lo que dice el emisor. En la escuela es importante la labor de acción tutorial con el alumnado para que aprenda a escuchar. Una solución es la apuntada por MAS Guerra. En un debate el alumnado debe repetir lo dicho por el interlocutor antes de dar su respuesta. Y esa respuesta debe estar en consonancia con lo escuchado

    Responder a voces y descalificando al interlocutor: muy propio de debates y tertulias radiofónicas o televisivas, o del “juego” político. Cuanto más alto se responde parece que el argumento es más sólido y consistente. Cuando se carecen de argumentos propios que justifiquen nuestra postura se suele descalificar al contrario. Se buscan trapos sucios para arrojarlos al rival, sean o no ciertos. Y todos tenemos ropa que lavar…. Defender nuestra postura con respeto al otro es otra cuestión a tener en cuenta en la acción tutorial.

    Cambiar de ideas (no existen verdades absolutas). Ser flexible ante los argumentos contrastados del otro. Cómo indica Miguel Ángel y Santo que no guerrero… Sin caer en el extremo opuesto, veleta, se ha de ser flexible cuando el jabón es jabón y no queso. De nuevo, la acción tutorial en este sentido debe aplicarse en la escuela.

    Dicho esto, creo que una educación emocional, basada en el respeto a los demás y a uno mismo es necesaria es los colegios, institutos,… Pero eso no se enseña de forma improvisada y accidental. Hay que programarla, hay que darle un tiempo en el horario escolar, y también, en cualquier momento que sea necesario, cuando se produzca una situación que de pié al diálogo y la reflexión.

    Saludos pringados en crema solar para M.A. Y para los comentaristas asiduos a este lugar de reflexión.

    P.D. ¿Por qué comer jabón como los buenos quesos que hay?

    • Querido Juan Carlos:
      Ya veo que, pringado o no, sigues leyendo y escribiendo. Es de agradecer.
      Interesantes tus reflexiones sobre el diálogo, la escucha y el respeto.
      Estás lejos de cultivar la “mente de verano”.
      Yo estoy viendo desde mi casa la playa.Trato de terminar ekl libro que tengo que entregar a finales de agosto y que llevará por título UN RAMO DE FLORES PARA LOS DOCENTES DEL MUNDO.
      Lo publicará a finales de septiembre la Editorial Homo Sapiens, de Rosario.
      Buena playa.
      Un abrazo y gracias.
      MAS

  2. Querido Maestro!
    No hay nada peor que encontrarse personas testarudas y maliciosas en el camino.
    Sin embargo, las hay, muy cerquita, en el ámbito social y familiar.
    Su comentario de hoy me da pie para reflexionar sobre el egoismo extremo que hace que personas importantes y mediantes urgidos planes y penosas estrategias quieren relegar a otras al desapego familiar para hacerse con bienes materiales que no le pertenecen.
    La testarudez, la maldad, la sin razón, la falta de empatía, la hombría ante que la razón, la falta de complicidad, de sincronía,de hermandad, hacen que familias enteras se destruyan por la apropiación indebida de bienes materiales.
    En estos casos una buena mediación sería esencial para buscar la solución al problema.
    ¿Pero quien le pone los cascabeles al gato?
    ¿Quien hace razonar a seres de esa calaña?
    ¿Quien hace frente a unas ideas tan retrógradas y abusivas?
    ¿Quien rompe las dolorosas barreras del tiempo en los que el maltrato imperaba como cruel norma,en el que los gritos y los conflictos llenaban el quehacer diario?
    ¡Quizás el miedo paraliza y nos hace cobarde!
    ¡Así me sentía!
    ¡Eran otros momentos de inocencia infinita, de amores familiares inciertos!
    ¡Hoy el mundo me abre sus puertas!
    ¡La justicia hace su cometido!
    De lo que estoy segura es que la maldad no se destruye si las personas bondadosas no hacen nada para detenerla.
    ¡Quizás el tiempo me de la razón, en pensar que se vive sin nada, pero no sin tener llenos de afectos, el corazón y el alma!
    Sin más me despido con un cordial saludo para todos.

    • Querida Loly:
      Tienes el don de convertirlo todo en reflexiones y emociones que conducen a la verdad y a la bondad.
      Tu comentario de hoy habla de problemas (y personas) que te hacen daños.
      Espero que, como digo habitualmente, sepas convertir dos signos menos en un signo más.
      Has añadid al Problem de la testarudez el de la maldad. Entonces se agrava la situación.
      Planteas ostro problema fundamental: ¿Cómo modificar las actitudes de personas malas y obstinadas?
      No es fácil. La bondad y la inteligencia de otras personas tienen ganar el pulso not por la fuerza sino por la paciencia y el ejemplo.
      Besos,ánimo y gracias.
      MAS

  3. Querido maestro Miguel como cada sabado mucho para pensar y aprender … Estoy organizando a mis compañeras para compartir con vos una jornada maravillosa como siempre, en este caso en Venado Tuerto. Un cariño

    • Querida Marisa:
      ¿Para cuándo esa jornada? Será un placer para mí.
      Lo digo porque voy a viajar a Argentina para una gira del 29 de septiembre al 7 de octubre.
      ¿HAS HABLADO CON PERICO, DIRECTOR DE LA EDITORIAL HOMO SAPIENS, QUE ES QUIEN LKA ESTÁ ORGANIZANDO?
      Besos y gracias por estar ahí.
      MAS

        • Querida Marisa:
          No tengo todavía los datos precisos de la gira.
          Estoy ahora mismo terminando de preparar un nuevo libro que se titulará UN RAMO DE FLORES PARA LOS DOCENTES DEL MUNDO.
          La idea es que esté impreso para ese viaje.
          Si está impreso, la Editorial llevará ejemplares.
          Si todo es así, tendré el gusto de regalarte y dedicarte uno de ellos.
          Prometido.
          Besos y gracias porla información.
          MAS

          • Querida Marisa:
            Aquí me tienes enfrascado en la terminación del libro.
            Espero que sea de tu interés.
            Solo tienes que presentarte e identificarte cuando llegue a Venado Tuerto.
            Ya he estado otras veces, pero me hace ilusión volver.
            Besos.
            MAS

  4. Tozudos, cabezotas, inflexibles siempre abrá. Es la variedad de la vida. Con todo yo creo que a lo largo de la vida todas las personas cambiamos, es como una ley vital. Nuestro cuerpo va cambiando físicamente día tras día, nuestro cerebro se va trasformando también, física y mentalmente por su desarrollo y por las inevitables influencias que recibe a lo largo de la vida, por lo tanto, yo creo, que todos cambiamos.
    Lo dicho no quiere decir que haya gente testaruda, y que como en el ejemplo de Miguel Ángel, se aferre, por orgullo o cabezonería, a lo que parece irracional.
    Para hacernos reflexionar sobre lo que dicen los demás me parecen estupendas las propuestas pedagógicas de Miguel Ángel.
    Yo creo que la mayoría de las veces y la mayoría de las personas cuando dialogamos sobre un tema, más que reflexionar sobre lo que nos argumentan, estamos elaborando una respuesta opositora.
    En los debates políticos ya puede argumentarse la evidencia que el opositor nunca dará su brazo a torcer.
    En fin, se está de vacaciones, tiempo para dialogar más. Que estas reflexiones nos sirvan para escuchar y ser más receptivos a los argumentos de otras personas.
    Felices vacaciones, en especial, para los que solo las tienen un mes o menos.

    • Querido Joaquin:
      ¿Qué explicarte a ti de los cambios que hemos vivido?
      La gran cuestión es saber si los cambios sos mejoras. Eso es lo que hay que procurar.
      Difícil e importante el arte y la ciencia de la escucha. A quien mejor he visto escuchar en mi vida fue a Carl Rogers. Él decía cosas impresionantes sobre la escucha en sus obras. Por ejemplo: “Si un ser humano te escucha, estás salvado como persona”.LO decía y lo hacía.
      Un gan abrazo a quienes estamos de vacaciones no solo engasto.
      Gracias por leer y prescribir en el blog. Eres una de sus columnas.
      MAS

  5. Mi estimado Miguel Ángel:
    Aquí yo conozco un dicho que bien dicho está: es propio del hombre errar, del sabio es cambiar de opinión. Creo queda bien a lo de este sábado.

    Un saludo cordial desde tierras Chiapanecas.
    Con especial estimación y respeto.
    Alberto Suriano López

    • Querido Alberto:
      Claro que bien dicho está.
      Evolucionar, cambiar, mejorar es positivo cuando se hace en la buena dirección.
      Anclarse en el error es una grave equivocación, aprender de él es una señal de sabiduría.
      Un cordial saludo.
      Gracias por leer y escribir.
      MAS

  6. Madrid, lunes, 13 de agosto.

    Ya se acabó la estancia en Barcelona. Allí, hemos disfrutado de Abel, Esther y nuestro nieto. Abel con el niño, puesto que a Esther no le era posible, vinieron a despedirnos a la estación. Ni que decir tiene que la venida al mundo de esta pequeña criatura ha aumentado la felicidad de unos padres que se sienten dichosos con las sonrisas que despliega constantemente. Y por nuestra parte no digamos…

    ***
    En Madrid, aunque hace calor, de ningún modo se asemeja al de Córdoba. Esto lo
    comento, pues, a pesar de haber vivido siempre en territorios cálidos, no me adecuo a las altas temperaturas; prefiero el frío, del que es posible protegerse de modo más fácil, a los 45º que se alcanzan en muchos veranos cordobeses.

    En estos días, hemos recibido de Amparo y Juan Daniel, dos grandes amigos de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla, unas fotos de su estancia en Serbia y nos animan a que volvamos a retomar nuestros viajes conjuntamente. Les hemos respondido que nos parece magnífica la idea, aunque nuestra propuesta va en el sentido de irnos a tierras frías que no hayamos visitado anteriormente, como pueden ser los países bálticos: Finlandia, Lituania, Letonia y/o Estonia. De Finlandia, país que no conocemos, intentaríamos informarnos de su sistema educativo y de Estonia, me encantaría asistir a algún concierto que dirigiera Arvo Pärt, uno de los grandes compositores contemporáneos, y del que soy un incondicional admirador.

    ***

    El primer día que salgo en Madrid me dirijo al centro de la ciudad con el fin de visitar librerías. Una de las que más me gusta es aquella que se denomina La Central, próxima a la plaza Callao. El edificio es una antigua casa que se ha remodelado, de modo que en la parte inferior la han convertida en una agradable cafetería en la que tranquilamente uno se puede sentar a leer.

    Sus secciones de arquitectura y de filosofía son amplísimas, por lo que dedico bastante tiempo a mirar y acercarme a los contenidos de aquellos que me interesan.

    Uno de los que adquiero lleva por título “El nacimiento de pensamiento científico”, una obra del brillante físico italiano Carlo Rovelli y que indaga en las ideas de uno de los pioneros del pensamiento naturalista, alejado de las creencias mitológicas, como fue Anaximandro de Mileto.

    No me resisto traer un párrafo del comienzo del libro, pues enlazan perfectamente con lo que Miguel Ángel propone en esta semana. Dice así:

    “La ciencia es ante todo una exploración apasionada de las nuevas maneras de pensar el mundo. Su fuerza no se debe a las certezas que genera, sino todo lo contrario, a una aguda conciencia de la magnitud de nuestra ignorancia. Esta conciencia nos lleva a dudar constantemente de lo que creemos saber, por lo que nos permite estar aprendiendo siempre. La búsqueda de conocimiento no se nutre de certezas: se alimenta de una ausencia radical de certidumbre”.

    Y esto nos lo dice uno de los coautores del campo de la teoría de la gravedad cuántica de bucles.

    ***

    Pero no nos alejemos tanto, puesto que hablamos de las conductas de los humanos, de la incapacidad de algunos de dialogar, de contrastar, de replantearse no solo creencias sino también de opiniones sobre los temas o noticias cotidianas.

    Parece que para algunos llevar la razón se convierte en el máximo placer que se puede obtener. Quedar por encima del oponente se convierte en un auténtico combate que no se acaba si no se ha derrotado al contrincante.

    ¿Y qué pasa cuando el conflicto se produce entre personas que mantienen vínculos afectivos, sean familiares o de amistad?

    Entonces la situación se hace más compleja y difícil de resolver, puesto que en el primer caso es posible marcar distancias por el alejamiento, sea mental o físico, en la segunda situación se agrava, puesto que, si no se encuentran salidas, las emociones de amor, afecto y cariño que antes existían corren el riesgo de que emerjan las pasiones más recónditas y que acaben convirtiéndose en profundos rencores que emponzoñen el alma y la vida de quienes antes les unían fuertes vínculos.

    Estas breves reflexiones me surgen tras la lectura del escrito de Loly que, por lo que nos sugiere, se encuentra inmersa en un doloroso conflicto.

    A mi modo de entender, son situaciones que nos ponen verdaderamente a prueba y que no nos imaginábamos que nos pudieran suceder algún día.

    Entiendo que cada uno de nosotros, cuando ya hemos escrito gran parte del libro que configura nuestra vida, sabemos de páginas que han sido auténticos retos que personalmente tuvimos que afrontar y de los que salimos mejor o peor parados. Y esto último sería el resultado de nuestra inteligencia y de nuestra capacidad de entender qué valores nos jugábamos en aquellos momentos. Y, lógicamente, no renunciar a los que han formado los pilares de nuestra identidad.

    ***

    No quiero extenderme, pues, tal como en otras ocasiones he manifestado, tengo la tendencia a alargarme, sin saber si lo que escribo me aleja del tema que se está tratando.

    En estos momentos son cerca de las 21:00 horas. El sol declina. Se aleja el calor, por lo que Flora y yo nos preparamos para dar un paseo por el Parque Río, que es uno de los grandes logros de Madrid, al haberse creado una zona ajardinada y con espacios lúdicos a lo largo del río Manzanares.

    Creo que podré continuar con el tema de la semana en otro momento. Mientras tanto, un afectuoso saludo a todos los que siguen El Adarve.

    • Querido Aureliano, querida Flora:
      Ya veo que habéis dejado Barcelona y os encontráis en Madrid, que es la capital, pero no lo capital.
      Yo también me apunto al frío, como buen leonés.
      Me alegro de que hayáis disfrutado de los hijos y del nieto, que veo os tiene embelesados.
      Gracias por la referencia y por la cita.
      Yo sigo trabajando en un nuevo libro que tengo que presentar antes de que finalice agosto.
      Un gran abrazo
      Y gracias por el comentario.
      MAS

      NOTA: No sé por qué el comentario venía duplicado. He cortado la repetición.

  7. Querido Miguel Ángel:

    1.- “Es curioso. Los tontos y los malos suelen ser, casi siempre, los demás.”(MAS). Y yo añadiría que los tercos y los que no se avienen a razones también suelen ser siempre los demás.

    Yo estoy de acuerdo con lo que nos cuentas. Hoy cuestiones tan evidentes, que un terco se ve a las leguas. El problema viene cuando los argumentos no son tan evidentes, o hay argumentos muy sólidos en uno u otro sentido de la cuestión a dirimir.

    Fuera de ese tipo de persona de la que nos hablas en el artículo, me gustan las tenaces, persistentes, constantes, combativas. Hasta polémicas. Insisto, no mulas. Prefiero pensar en la nobleza y generosidad del caballo.

    2.- “Yo estoy viendo desde mi casa la playa. Trato de terminar el libro que tengo que entregar a finales de agosto y que llevará por título UN RAMO DE FLORES PARA LOS DOCENTES DEL MUNDO.
    Lo publicará a finales de septiembre la Editorial Homo Sapiens, de Rosario.” (MAS).

    (Al más puro estilo de nuestro cordobés, para cubrirme las espaldas).

    Vamos a ver, Miguel Ángel. Con toda la experiencia que tienes, y a estas alturas de tu vida, y no siendo el primer libro que escribes, ¿cómo se te ocurre dejarlo para última hora? ¡Y en verano! Vamos, que te han dejado (o te has dejado) para setiembre.

    Recurro a las palabras que en el año 74 escribía el director de mi colegio sobre los suspensos y el verano.

    “Y acabo aquí porque el verano es más propicio a la contemplación que a la reflexión. Sin embargo, algún excurso al paisaje interior de nuestro espíritu nos puede descubrir lugares insospechados y posibilidades inéditas…tal vez aquellas mismas que para el verano próximo nos dejen la tranquilidad de MIRAR AL MAR SIN EL TRANSFONDO AMARGO DE LOS LIBROS DE TEXTO.”

    Evidentemente, ni tu libro es de texto tal como lo entendemos, ni tú vives la labor de escribir como amarga.

    Seguro que ese ramo de flores te sale bien fresco, bonito y oloroso, y alegra la vida de los que tienen que ganarse la vida de los demás.

    3.- Un gran abrazo, y ánimo con el jardín en el que te has metido.

    • Querido José Antonio:
      A nadie he conocido que me haya dicho: yo soy un terco, un testarudo, un tozudo. Pero, haberlos, haylos.
      Hay una vertiente de esta actitud que tiene. una dimensión positiva. Lo he leído en las pesquisas que he realizado para escribir el articulo. Ha visto algunas investigaciones que dicen que las personas obstinadas tienen más éxito en la vida.
      Estoy disfrutando de la escritura. Es una tarea que me gusta. No se trata de deberes. Además, frente alma y cerca de la piscina familiar, todo se hace más fácil.
      Un brazo muy grande. Interesante cita de tu Director. Gracias.
      Saludos veraniegos.
      MAS

  8. Hola a todo el mundo.

    Antes de nada, disculpen, hablo desde mis vivencias. Ay mi ego.

    Yéndome a la doctrina de mi amigo el Sr. Lema, en cuánto a método investigativo, ¿y qué es llevar razón?. Acaso desplegar una conducta socialmente interpretativa como haciendo ver el llevarla, tenerla inmaculada. Acaso seguir con el martillo de la notoriedad en el tema objeto de debate. Confieso que quizá este último era el que me acompañaba en mi juventud. Ahora, ya anciano y apelando a la igualdad absoluta de todos ante la muerte, uso otros métodos, creo. Quizá la retirada a tiempo, yo lo llamaría ofensiva a severo galope, previo giro de ciento ochenta grados.

    Quizá el silencio a esperas de la evidencia. “Yo respeto tu razón, pero lo voy a seguir haciendo así, a mi manera, en esperas de más resultados que me convenzan”. A veces, pincho, aguijoneo al adversario -mejor, al de enfrente-, él se siente dolido, si supiera mi verdadero fin se sentiría halagado, pues tal vez mis agresivas respuestas son solo solicitudes de que me siga contando su verdad. Dicen que la peor ofensa es la ignorancia, pienso que es cierto.

    Luego está “el depende” (Jarabe de Palo escribió y cantó sobre el depende). Pues en materias objetivamente contrastables solo opino una vez. Dos y dos son cuatro, a qué seguir discutiendo. Luego están las cuasiobjetivas, “el respeto a la ley en la democracia”, aquí casi no discutiría sobre si hay o no derecho a no respetarla. Me inclino por el no. Mi comportamiento aquí es parecido a las objetivamente contrastables.

    De otra/s, están las opiniones del mundo del razonamiento, de la opinión subjetiva, donde juega toda la vida emocional recibida por el sujeto debatidor. Entra en juego la competitividad en el yo más, en el yo lo digo mejor, en el yo sé más, en la derecha es mejor que la izquierda, en que la derecha se corrompe más, en que es mejor hablar que escuchar, o lo contrario. Mi comportamiento aquí, suele ser, al menos últimamente, solo de divertimento, perdonen los expectativos. Ello incluye hacer sangre, enfadar, en una tarea meramente instructiva, pedagógica, de entrenamiento para la vida. Pues la vida es hostíl, y el ser ha de sufrir para enfrentarse y ser fuerte en el transcurso de esta vida hostíl, y al final, desear con cariño el descanso igualitario de la muerte. Al menos vivo la ilusión de que alguien reconozca mi tarea pedagógica en la vida.

    Tengan un buen día.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Tus aportaciones siempre serán bienvenidas porque proceden de la sabiduría, de la experiencia y de la claridad.
      No importa que sean críticas. Es más, resulta positivo que lo sean.
      Cuando hablo de crítica constructiva y destructiva, suelo decir que la destructiva no es la dolorosa sino la inconsistente.
      La vida no solo es hostil. También es amable.
      No creo que, por el hecho de que haya dificultades, sea preciso hacer vivir una infancia dura.
      Clro que los niños tienen que tener límites, recibir negativas y ser interpelados para que se esfuercen. Pero desde la lógica y desde el amor.
      Un cordial saludo veraniego.
      Gracias por tu comentario.
      MAS

      Imagino que, con esos calores, el riego se hace doblemente necesario.
      Buen riego.

  9. Sí, he sido muy impertinente con todo el mundo y durante mucho tiempo. No me arrepiento de nada de lo que he sido, lo asumo todo, pero que pongan siempre la fecha abajo. Como me tengo por un ser racional, me alegro de haber cambiado de ideas a lo largo de mi vida. Es uno de los pocos orgullos que tengo.

    Fernando Savater (EL MUNDO, 14 de agosto de 2018)

    • Estimado Antonio:
      De nuevo bienvenido.
      Gracias por la cita de Savater. Sabes que lo aprecio y valoro.
      Le oí esta misma explicación a Gustavo Bueno cuando le preguntaron si firmaría en ese momento todo lo que había escrito.
      Contestó:
      Con la fecha a pie de página, sí.
      Un cordial saludo.
      MAS

  10. Querido Aureliano!
    Es un placer leer tus comentarios auténticos presagios de armonía familiar y de felices experiencias.
    Tienes toda la razón cuando comentas lo difícil que es tener sensatez en los conflictos relacionados con la familia.
    Los razonamientos dejan paso a los sentimientos, los miedos hacen actos de presencia y nos sentimos limitadas por los afectos.
    ¡Todo se vuelve complejo!
    ¡Me gustaría poder manejar hacia atrás las manecillas del tiempo!
    Si de algo estoy orgullosa es de ser defensora de mi dignidad y de mis derechos.
    ¡Nunca bajaré los escalones para someterme a la sin razón y al desosiego!
    Lucho por aquellas, que por las circunstancias adversas no lo hicieron y fueron víctimas de crueles desavenencias, falta de escrúpulos, amenazas, angustias, pobreza y miedos.
    ¡ Nada me asusta, con todo puedo!
    Angustiosa es la incertidumbre del paso del tiempo, pero vuestras emotivas palabras me abren caminos sinceros.
    La vida para algunas es un desconcierto, un valle de lágrimas, un camino incierto, es el arte de luchar sin borrador previo.
    Hay que seguir porque sólo se pierde la batalla cuando no se pone remedio.
    ¡Gracias a los dos por vuestras generosas palabras de ánimos!
    ¡Me llenais el corazón de esperanzas!

    • Querida Loly:
      Aunque el comentario está dirigido a Aureliano, como haces referencia a los dos al final de tu escrito, quiero decirte que te estoy agradecido por la fidelidad ene el seguimiento del blog, por tu extraordinaria sensibilidad y honestidad, por la sinceridad de tus testimonios y por todo lo que compartes con nosotros, tan personal y tan emotivo. Tú escribes a corazón abierto.
      Besos y gracias.
      MAS

  11. Estimado Miguel Ángel,

    Aprovecho este último post para hacerle una consulta. Tuve la oportunidad de asistir a una conferencia suya a finales del año pasado. Hubo una imagen que usted utilizó que me dejó marcada para todo el máster, así como muchas de las experiencias que compartió con nosotros. Ahora que estoy terminando de elaborar mi trabajo fin de máster he decidido incluir dicha imagen. La ilustración es la de la evaluación “justa”. Para incluirla en el trabajo me gustaría conocer la fuente para poder citarla, ¿podrías confirmarme si queda recogida en algún libro suyo? Muchas gracias por su ayuda.

    Un saludo,
    María del Mar.

    • Querida María del Mar:
      Sé sequé imagen hablas. Ha dado la vuelta al mundo. Pero he dicho muchas veces que no soy el autor. La he difundido, no creado.
      La verdad es que es muy potente.
      Pero sí te puedo ayudar a que la cites ya que la he incluido en un libro de no hace mucho:
      SANTOS GUERRA, M.A. (2015): Ideas en acción.Ejercicios para le enseñanza y el desarrollo emocional. Rosario. Ed. Homo Sapiens.
      Suerte en tu trabajo.
      Besos.
      MAS

      • Estimado Miguel Ángel,

        Es un placer estar en contacto con usted, muchas gracias por su respuesta y por ser tan rápida. Por otro lado también agradecerle el ejemplo motivador que ofrece a todos los que como yo estamos dando nuestros primeros pasos en la docencia y la habilidad con la que transmite las experiencias. Enhorabuena y gracias.

        Un saludo,
        María del Mar.

        • Quería María del Mar:
          No sé en qué nivel trabajas pero veo que, además de la exigencia apremiante de la práctica, sigues formándote, leyendo, investigando y tratando de ser mejor profesional. El ejemplo es el tuyo.
          Ojalá que la vida y la experiencia te vayan haciendo cada día mejor y más feliz. Es una señal incontestable de inteligencia.
          Te deseo lo mejor.
          Besos.
          MAS

  12. Madrid, jueves, 16 de agosto.

    Amanece temprano. ¿Amanece temprano o es que yo me levanto temprano? Posiblemente sean ambas cosas, puesto que este es un momento en el que la razón y la emoción se juntan para palpar la llegada un nuevo día.

    Me dirijo al pequeño patio de la casa. Me siento en una silla plegable y, en medio del silencio, me pongo a mirar el cielo. Siempre me gusta mirar el cielo. Sea en las caminatas matinales o cuando el sol se esconde y la naturaleza nos regala maravillosos lienzos de tonos violáceos que se entrecruzan en el atardecer.

    La suave y fresca brisa de la mañana me ayuda a permanecer en total silencio. La mente está concentrada en las livianas nubes blanquecinas que lentamente se mueven, creando siluetas imprecisas. Siento que formo parte de una totalidad, de una inmensa totalidad. Un pequeño punto en un universo infinito y eterno.

    En medio de estas sensaciones, acude a mi mente el recuerdo de la fotografía que anoche recibimos de Abel.

    Es una escena de gran ternura. Él, con su larga y oscura barba, se encuentra sentado en una silla. La cabeza agachada. Mira hacia el niño que, a su vez, lo tiene sentado sobre su pierna izquierda y protegido con sus brazos. Pareciera que el pequeño, con su bracito apoyado en la barbilla, estuviera pensando.

    ¿Piensan los niños muy pequeños? No como lo hacemos los adultos. ¿Sienten? Seguro que sí. Y sentirá el enorme cariño, la seguridad y confianza que le transmite su padre.

    Escena de plena comunión (común-unión) en la que padre e hijo se fusionan. No hay todavía interrogantes, ni dudas, ni controversias. En el fondo, es la unión que, en ocasiones, los adultos añoramos: la que siente una pareja que se ama; la de dos grandes amigos que confían el uno en el otro o la plenitud que en algún momento de nuestra vida sentimos contemplando la naturaleza.

    Siento que el niño crecerá. Que se hará mayor. Surgirán las dudas, las interrogantes, las incertidumbres. Pero estoy seguro que caminará por la intrincada existencia con el amor incondicional que ha recibido de sus padres. También el que le han transmitido sus abuelos, aunque estos ya se hubieran despedido de la vida.

    ***

    Amanece. La ciudad se despereza. Comienza una nueva jornada…

    • Querido Aureliano:
      Gracias por emotivo y poético comentario.
      Emocionante reflexión sobre la fotografía e tu nieto.
      Sobre el pensamiento y la evolución del cerebro infantil acto de leer un interesante libro de Lucas Raspall titulado Neurociencias para educadores. Está editado por Homo Sapiens, donde yo publico en Argentina. Tiene otros libros interesantes como El juguete de la mente.
      Larga, fecunda y feliz vida para tu familia y, en especial, para tu nieto.
      Un abrazo.
      MAS

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