Acabo de regresar de Chiapas (México) donde he trabajado durante dos días en el SEUAT (Sistema Educativo Universitario Azteca. Tuxtla). Conferencias, talleres, sesiones de trabajo en un ambiente de alto compromiso con la enseñanza y la investigación. Una experiencia altamente motivadora y gratificante.
Pero no voy a centrar este artículo en cuestiones docentes, por otra parte de gran interés, sino en una conversación informal que mantuve con la Rectora de la institución. Una conversación que, aunque breve, me ha dejado conmovido y aterrado. Me cuenta que hay comunidades en Chiapas o cerca de Chiapas en las que las chicas se casan a los 14 años. Ya es ésta una cuestión de inusitada importancia, que luego comentaré. ¿Cómo puede hacer frente una adolescente a las obligaciones del matrimonio y de la maternidad? Porque, según me cuenta la Rectora, es frecuente que esas jóvenes se conviertan en madres un año tras otro, con alto riesgo de muerte para la madre y los hijos. ¿Qué vida es esa? ¿Qué sociedad es esa? ¿Qué malditas costumbres son esas? Pero, lo más llamativo es que las chicas que no se casan a esa edad temprana tienen que dedicarse al servicio de la comunidad. Mejor dicho, al servicio sexual de la comunidad. Los hombres que lo desean pueden acudir a la casa de la joven soltera que tiene la obligación de atender las demandas de sus vecinos.
Le pregunté a la Rectora, de manera casi febril: ¿qué hacen, ante esas costumbres, las autoridades de un país democrático?, ¿qué hace el mundo civilizado?, ¿qué respuesta tienen estos hechos en las ONGs, en UNICEF, en Save The Children?, ¿qué hacen los organismos internacionales?, ¿cómo es posible que estos hechos tengan lugar en el siglo XXI sin que se hunda la tierra?, ¿cómo es posible que el mundo vea impasible el cruel sacrificio de estas mujeres? Porque no hay otra vida, no hay forma de volver a empezar. La vida es una obra de teatro que no admite ensayos. ¿En nombre de qué principios, de qué dioses, de qué malditas costumbres, de qué odiosos poderes se le puede robar la infancia a una niña?
El binomio “matrimonio infantil” es repugnante, antinatural y monstruoso. Porque el matrimonio es un acuerdo, un pacto, una alianza que requiere madurez e igualdad entre las partes. Pero el matrimonio infantil no se realiza entre iguales sino entre un adulto y un menor (casi siempre una niña). Además, una niña frecuentemente obligada y engañada.
El matrimonio infantil no es una acción perversa que dura unos minutos o unas horas sino que condiciona toda la vida. Es una condena vitalicia. Una cadena perpetua.
No estoy hablando de un hecho aislado, de una de esas atrocidades que nos estremecen sino de un hecho habitual, frecuente, cotidiano. Cada dos segundos una niña es obligada a casarse. No sé cómo podemos comer, dormir o pasear sin sentir náuseas, sin rebelarnos ante la tragedia de estas niñas indefensas.
Se trata de un práctica tradicional que se lleva a cabo en numerosos países y que viola los derechos fundamentales de las niñas, que les impide decidir el futuro por sí mismas, les rompe en mil pedazos la libertad física y la libertad social, les deja sin amigos, les aparta de su familia, ante la incomprensible indiferencia del mundo.
Estas son prácticas habituales en el África subsahariana y en Asia meridional. Los diez países con más altas cotas de matrimonios infantiles son Níger, Chad, Republica Centroafricana, Bangladesh, Guinea, Mozambique, Mali, Burkina Faso, Sudán del Sur, Malawi y Afganistán.
Si no hacemos nada, este problema afectará a 140 millones de niñas en 2020. El 14% de niñas de los países en vías de desarrollo se producirá de manera forzada antes de que cumplan 15 años.
En países como Etiopía es frecuente que las niñas se casen a la edad de 7 u 8 años. En Sudán las niñas pueden casarse después de cumplir 10 años. En Tanzania o Angola, antes de los 15. Trece millones de menores casadas en el mundo viven en África.
Las causas que alimentan este terrible fenómeno son múltiples e interactuantes: la pobreza extrema, la falta de educación, el machismo exacerbado, la ignorancia supina, la falta de puestos de trabajo, la inoperancia de los poderes…
No hace falta pensar mucho para conocer las consecuencias de un matrimonio forzado y precoz: esclavitud sexual, servidumbre doméstica, falta de libertad, embarazos precoces, destrozo psicológico, complicaciones en el embarazo y en el parto, abusos de todo tipo, enfermedades de transmisión sexual, mortalidad infantil, imposibilidad de formación… No durante unos días. No. De por vida. Para siempre.
No es difícil imaginar el deterioro psicológico que tienen que vivir esas niñas que, en una edad que deberían dedicar al estudio, a la diversión, al cultivo de la amistad, a la forja de un futuro libre, tienen que asumir la responsabilidad de ser esposas fieles y madres sacrificadas.
¿Para qué sirven las declaraciones de derechos humanos y las leyes de protección de la infancia?, ¿para qué sirve la justicia? Cada persona tiene derecho a decidir su futuro. ¿Por qué cada día son obligadas a casarse más 39.000 niñas?
Se me puede decir que algunas de esas novias o jóvenes esposas aceptan libremente la situación. Puede ser. Para esos casos digo que no hay mayor opresión que aquella en la que la oprimida mete en su cabeza los esquemas del opresor. La socialización incorpora a los individuos a la cultura. Pero no todo en la cultura es de recibo. Hay costumbres crueles e indecentes. La educación ayuda a detectar esas prácticas inmorales y a condenarlas con valentía.
¿Cómo se puede hablar sin rubor de igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres mientras sigan existiendo esas prácticas generalizadas de opresión? ¿Cómo puede librarse una niña de esa esclavitud salvo con la huida o con la muerte?
Resulta más trágica la situación cuando se piensa que son los propios padres de la menor quienes la obligan a someterse a esa tortura de casarse con un hombre mayor que ni siquiera conocen. Un hombre que, si la menor se niega a mantener relaciones, se permitirá la respuesta de propiciar le una paliza.
Hay que poner fin a esta práctica que llena de vergüenza a la humanidad. Más educación, menos pobreza, más leyes efectivas, más castigos a quienes las incumplen, más intervención internacional, más ayudas a quienes la necesitan.
¿Qué mundo les estamos dejando a nuestros hijos, a nuestras hijas? ¿Qué comunidades son esas en las que las niñas de 14 años que no han logrado meterse en el infierno de un matrimonio forzado y precoz tienen que vivir en un infierno de mayor crueldad? ¿Qué comunidad humana es esa que exige unos servicios que consisten en la explotación y la esclavitud sexual? No me extraña que las niñas acepten de buen grado emparejarse con un monstruo cuando la alternativa es ser un juguete en manos de múltiples monstruos. Un horror que libra de un horror más grande. ¿Hasta cuándo?
Al servicio de la comunidad.
Cuando leí este título, viniendo de donde venimos (Universidad y política), pensé que nos llevarías por otros derroteros.
Acabada de realizar la primera lectura, y pensando mientras iba leyendo en esas niñas, en esos números, imaginando eso mismo en nuestras hijas, he sentido dolor y rabia por nuestra inoperancia o pasividad ante semejante costumbre.
La economía. Nada que rascar, nada que hacer. Son sus costumbres, no nos podemos entrometer. Nuestro cinismo puede llegar a cotas impensables.
¿Os acordáis de aquel libro que se titula “El sí de las niñas”?
¿Qué se puede esperar de quienes practican el turismo sexual?
¿Qué se puede esperar de quienes permiten la muerte de miles de personas en el Mediterráneo? Y no solo no hacen nada para solucionar esa situación, sino que persiguen con una ley absurda a quienes tratan de salvar vidas acusándoles de tráfico de personas.
Somos el mundo civilizado, ¿no?
Estas cosas me sacan más de mis casillas que las aventuras y desventuras interminables de nuestra Cristinilla, bueno, la de Don Quitiliano.
Abrazos. (Me voy a misa)
Querido José Antonio:
Ya veo que has madrugado. A las 8.47 ya estaba escrito el comentario.
La verdad es que se trata de un problema de tal envergadura y dimensión que no nos debería dejar dormir.
La ilustración que he elegido me ha parecido sobrecogedora. Muestra con fuerza el dolor y la impotencia de la niña y el poder y la fuerza del adulto.
Un citan abrazo.
Ora pro nobis, querido amigo.
MAS
Coincido con José Antonio en que no es una cuestión de subdesarrollo o de desarrollo, de incultura o de cultura, de civilización o barbarie, de progreso o retraso… Porque en estos paises las niñas, las mujeres, las ancianas,… sufren la exclavitud toda su vida (como indica MAS), pero también es cierto que desde los paises “civilizados” asentimos, perpetuamos, o nos mostramos indiferentes ante esta grave situación.
Los que tenemos hijas (en mi caso, tres) se nos revuelve el estómago sólo de pensar en que a ellas les afectara, pero la realidad es que desde nuestra posición de privilegio tampoco hacemos nada… Nuestro gobiernos menos, porque no sufren la presión social de la ciudadanía por estos hechos, ni el castigo en votos.
Hablando de votos, a nivel de estado existen denuncias y se lanza el grito cuando se producen disciminaciones sobre la mujer, pero que tampoco se les oye ante situaciones como éstas cuando ocurren fuera . Una vez más sólo se protegen a los votantes, los demás que se busquen la vida…
México, por cierto, de democrático sólo tiene las urnas, porque la realidad social es muy distinta. Lanzo mi solidaridad por todas estas niñas y por el colectivo de docentes de Educación Física que sufre persecuciones por su lucha por la dignidad profesional. En contraposición, los poderes públicos tratan de erradicar las voces que se dirigen desde la escuela y desde la educación.
Un abrazo repartido para Jose Antonio y Miguel ängel. Saludos a resto de comentaristas.
Querido Juan Carlos:
Después de un largo viaje vuelvo al blog.
Este comentario, como sucede con los tuyos siempre, rezuma cordura, sensibilidad y compromiso.
Es verdad que algún postrero existe desde la política cuando solo importan los votos. LO que no da votos deja de importar. Qué triste. Qué ruin.
Porque los problemas están ahí. Esas niñas siguen sufriendo.
Ya sé que en México hay muchas cosas que mejorar desde la auténtica concepción de la democracia.
Ya ves que esos abusos están repartidos todo el mundo.
Un abrazo para ti, con mi gratitud por tu participación en el blog.
MAS
Barbaridades que se cometen en nuestro mundo he oído muchas, pero lo que nos cuentas hoy nunca me lo había imaginado. Tu apasionada indignacion, Miguel Ángel, está más que fundamentada.
Si echamos una mirada sobre nuestro mundo hay motivos más que sobrados para deprimirnos: guerras que truncan vidas y esperanzas y condenan a los vivos a una vida miserable, y como bien dices, no hay dos vidas.
Hambre que lleva hasta la muerte. Cada día mueren más de veinticinco mil personas por esta lacra habiendo alimentos de sobra.
Hay países en que las niñas sufren la ablación del clítoris.
Más cerca de nosotros, nos negamos a recibir a los que huyen de la barbarie de las guerras o de la miseria. A esto digo lo que vi en una pancarta de una joven en una manifestación: “Ni fronteras, ni banderas.”
Qué vamos a esperar de una ONU donde mandan los cuatro del veto y de un mundo donde mandan los poderes económicos sin alma.
Ante todo esto y mucho más están los otros poderes como el que has ejercido hoy, Miguel Ángel, el de denunciar e informar, de los que arriesgan sus vidas y comodidades por ayudar a otros. Por suerte creo que en el mundo hay mucha más gente buena que su contrario. La maldad es más ruidosa que el bien, y por desgracia, siempre nos acompañará en infinidad de variedades.
Frente a todo esto llega la gran pregunta: y yo qué puedo hacer….?
Saludos
Querido Joaquín:
Eso es: ¿y top que puedo hacer? O mejor: ¿nosotros qué podemos hacer?
Porque está lo que cada uno puede hacer pero lo que podemos hacer como pueblo, como organización humana, como colectivo social… No se puede dejar a esas chicas en manos del azar o de la monstruosidad.
– Tine que haber leyes
– Tienen que cumplirse las leyes
– Tiene que haber garantías del proceso de educación
– Tienen que destinarse ayudas para erradicar la pobreza
¿Cómo es posible que hoy -mientras escribo este comentario- siga este atropello que se lleva la vida por delante de tantas niñas inocentes?
Un gran abrazo, esta vez teñido de angustia y dolor.
MAS
Buenos días.¿Cómo estás querido Miguel? No puedo creer que esto ocurra en México. Es tan indignante, tan espantoso lo que les hacen a esas niñas que no logro comprender por qué suceden estas cosas y nadie hace nada. Un aplauso enorme a esa valiente Rectora que te contó para que tú, desde este lugar, puedas contar a muchos los horrores que se cometen. Esa mujer si que merece un reconocimiento, ella si hizo algo por esas niñas y tú también Miguel, al escribir este artículo. No sé quien lo dijo pero he escuchado esta frase muchas veces y creo que los ciudadanos comunes deberíamos tenerla muy en cuenta “Siempre que el mal triunfa es porque los buenos no hacen nada”. La Rectora, tú y muchas otras personas que denuncian públicamente estos horrores están haciendo algo. ¡Qué bueno que alguien hace algo! De las autoridades ya se sabe que nada les interesa más que tener votos favorables en sus urnas. ¡Yo todavía tengo esperanza que nuestra humanidad no se pierda! Todavía creo en los buenos! Dale mis saludos a esa Rectora cuando la vuelvas a ver y un abrazo enorme para ti. Un placer leerte como siempre.
Saludos desde Uruguay.
Ana Clara
Querida Ana Clara:
Siempre me alegra saber de ti y leer tus valiosos comentarios.
Me impresionó el relato de la Rectora. No podía dar crédito a lo que oía.
Qué tremendo es saber que este tipo de hecho ocurren hoy mismo en medio mundo.
Y qué horror pensar que los gobiernos de los países en cuestión no hacen nada por evitarlos.
Transmitiré tus saludos ala Rectora, aunque supongo que leerá tu comentario directamente.
Besos y gracias.
MAS
Querido Maestro!
Durísimo tema el que trata hoy en su comentario!
Horror humano, incongruencia social, instintos primarios, obcecación, imprudencias, miles de calificativos se agolpan en mi cabeza y no llego a entender como no se dejan a esas criaturas, ser niñas,lo que son.
Los temas relacionados con las niñas,me pueden!
La educación es la mejor base para resolver conflictos, pero a ellas no se les da esa oportunidad!
Se convierten en objetos sexuales,sin opinión, sin deseos,sin sueños, con sólo una opción impuesta,satisfacer los instintos más perversos.
Dolor y estupor son mis sentimientos!
Deberían hacer más los países llamados desarrollados para que se paralicen esos conflictos, que las oportunidades de formación les abriera los ojos y pudieran salir de esa tortura.
Todo es posible si contribuimos para erradicar esta indefensión!
Gracias por hacernos reflexionar conociendo un poco más esta terrible realidad!
Sin más me despido con un cariñoso saludo para todos.
Querida Loly:
Claro que la educación es el mejor medio para evitar estos desastres. Pero, claro, estas niñas tienen que interrumpir la escolaridad, tienen que dejar de formarse, tienen que abandonar cualquier carrera que les permitiese alcanzar la libertad económica. Porque ese es el problema. Por eso los padres entregan a sus hijas a estos esposos. De esa manera podrán comer y tener protección.
Pero, ¿a costa de qué? A costa de sus vidas, de su libertad, de su explotación.
Hay que acabar con esta lacra.
Besos y gracias.
MAS
¡Querido maestro!
Estas terribles realidades se van expandiendo en este mundo civilizado .Dolor como mujer pero también dolor por mis hijos a quien formo para que eso no suceda.
Recuerdo que un día al volver de la escuela mi niño de segundo grado me dijo que para qué le enseñaban los derechos de los niños si a muchos niños,niñas compañeros no se les cumplía. Mi única reflexión fue que él junto a otros niños,niñas eran el camino para cambiar y mejorar.
Cada vez que escucho a los menores preocupado por esta situación ¿dónde esta los adulto garantizadores de igualdad?
Me uno al comentario de Ana. Todavia creo y lucho por dejar lo mejor.
Saludos.
Leonor
Querida Leonor:
La pregunta de tu niño está cargada de lógica. ¿De qué derechos nos hablan si muchos niños y niñas no los tienen?
La Declaración de derechos humanos se convierte en papel mojado cuando muchas personas se quedan sin ellos por el capricho, el interés, la maldad o la indiferencia de otros.
Efectivamente, como dices, las personas que se forman tienen que hacer algo por quienes no tienen igualdad de derechos y oportunidades.
Besos y gracias.
MAS
Al parecer no puedo comentar el contenido desde mi país.
Claro que puedes enviarlo. Ya ves que este ha llegado perfectamente.
Intentalo de nuevo.
Gracias.
MAS
Va de nuevo.
Hola a todas als personas,
Sr. Guerra, Sr. Lema, Sr. Muñoz, Sr Alvarez (muy elocuente su comentario, Sr. Alvarez), y a todos los demás, también intento decir algo. Nombro para decir que intento responder a todos los nombrados. No es fácil responder. Sufro también. Alguien alguna vez dijo que a los personajes históricos no habría que valorarlos antes de los cien años desde su muerte. El colonialismo, multiculturalismo, a ver quién se atreve a hacer opiniones sólidas de ellos. Ya se habló muy negativo del colonialismo, no no me atrevo aún a hacerlo. Habrán de pasar más años, más resultados. Ya falta menos para empezar a juzgar a Franco, el 20 de noviembre de 2075 le podremos empezar a juzgar. Yo me acuerdo de la sequía, de los pantanos, de los aeropuertos que hicieron los socialistas y del rumeo que estoy cavilando para emitir mi juicio en 2075. Bueno es un decir, el colonialismo fue malo, dicen. Intuyo que sin el colonialismo esas aberraciones contra los occidentales llamados derechos fundamentales de las personas, ultrajados, habría que exponenciarlos hoy y multiplicarlos hasta por diez o quizá por cien. Sin el colonialismo la lista de países nombrados en el art. del Sr. Guerra, sobre quebrantamiento de los derechos fundamentales/occidentales habría que multiplicarla por diez, o quizá por cien. Sin el colonialismo ese tan atroz, me imagino a tribus, hoy día, más de una por no decir muchas, pegándose el banquete con el solomillo de carne humana del de la tribu de al lado, por solo poner un ejemplo. Claro, que cada pueblo tiene su derecho a valerse por sí mismo, a tener tener sus normas. Pero qué contar a un hindú, cuando nos comemos sus vacas, más válidas para ellos que la propia vida humana. Abrir fronteras, sí, muy bien, muy bonito, muy solidario, pero qué hacemos con la multiculturalidad. Abrimos fronteras, ¿pero te llevarías a tu casa a la cuota porcentual que te corresponda de los entrados, no más de 20 para tu pisito de 60 metros, pero cabéis, tranquilo; y eso que hablo según mis estimaciones restrictivas?. Uno de esos veinte o quizá diez de ellos, estarían de acuerdo en tratar a tus hijas como mancebas con derecho a roce por no decir más grave, o a tratarlas como cosa, porque su cultura así lo dice. Y luego va la ONU, y dice del derecho soberano de cada pueblo a valer su cultura por sí mismo. Aquí en Occidente nos empalaban por el trasero por menos de nada, hace cuatro días, esa nuestra cultura la hemos sufrido, y después de todo lo ganado, ¿nos volvemos atrás abriendo nuestras fronteras y que traten a nuestras hijas como cosas?. No sé, creo que todo queda muy bonito, cuando no tenemos una visión teleológica capaz de vivir esas experiencias que reclamamos. Conozco a muchos de los que dicen “fuera fronteras”, pero no conozco a ninguno de ellos con su casa llena de inmigrante ilegales dando fe y reputación a esas palabras. No sé, yo también sufro, no sé ni por dónde empezar a decir.
Tengan un buen día.
Estimado Don Quintiliano:
Cuestiones de envergadura. En el colonialismo hay más sombras que luces, a mi juicio. Como en la cierre de fronteras.
El problema es que los genes de la cultura se entiendan como dogmas indiscutibles. Hay que saber discernir qué hay de bueno y qué hay de malo en la cultura. En la propia y en la ajena. Y, después de discernir lo que es bueno y lo que es malo, hay que identificarse y trabajar por lo bueno. Hablo de bueno y malo según la tesis de Adela Cortina en su libro ÉTICA PARA LA SOCIEDAD CIVIL. Una ética que está por encima de la moral de las religiones. Cuando las religiones se apartan de la ética se producen hecho como la quema de herejes o el asesinato de infieles. Me gusta mucho el libro “Identidades asesinas” de Malouf.
Gracias por el comentario.
Saludos cordiales.
MAS
Buenos días,
Todos son tropiezos, el problema es tan grave que ni siquiera los libros que nombras -de la cultura occidental- sirven para discernir el bien y el mal en otras culturas. Lo que para nosotros es aberrante, para otros -no occidentales- puede ser normal y protegido (burca, ablación, uso de la mujer como cosa para sacar dinero, cualquier desigualdad con la mujer -con infinidad de matices-, etc.). Y lo que es más triste o menos justificable es que no necesariamente siempre depende de la pobreza.
Por eso digo, como dato objetivo, que donde el colonialismo occidental ha tenido más presencia, estos quebrantamientos, hoy, se producen menos.
Tengan un buen día.
Tal y como puedo extraer sin dificultad y a modo de ejemplo del comentario de la Sra./Srta. Yuridia Delgado.
Buen día a todos.
Gracias al gran maestro Miguel Ángel por permitirme escribir en su Blog.
Soy mexicana, Optometrista de profesión y docente por pasión. Viví 22 años en la ciudad de México y actualmente vivo en Chiapas, uno de los estados más bellos de la República Mexicana en cuanto sus paisajes, la naturaleza inolvidable, las selvas, el gran Cañón, la comida deliciosa y la gente tan amable y amena. A pesar de esto, existen costumbres y tradiciones tan arraigadas que son difíciles de cambiar.
En mi país, 23 mil 605 niñas de 12 a 14 años están casadas o viven en unión libre. Una de las principales causas es la pobreza extrema. En algunas comunidades indígenas, sobre todo las que están más lejos de las zonas urbanas, es común que los propios padres vendan a las niñas o las intercambien por bienes; sin embargo, esta no es la única causa, a veces las razones son las propias costumbres y tradiciones, como, por ejemplo, en estas comunidades, una niña se debe casar a entre los doce y catorce años, casi siempre con un adulto, para alcanzar un nivel de estatus en su comunidad.
Aunque parezca increíble muchas niñas ya saben cuál va a ser su destino y simplemente se conforman con lo que les toca e incluso, cuando cumplen los doce, ya están esperando la ‘oportunidad’ para casarse. Algunas menores sufren de maltrato físico, ya que son obligadas por sus propios esposos a mantener relaciones con otros hombres para poder obtener dinero, por lo que están expuestas a padecer de enfermedades de transmisión sexual. Aunado a esto, existen casos donde las niñas que aún van a la escuela y quedan embarazadas poco tiempo después de casarse, tienen que abandonar sus estudios. Los partos prematuros y la muerte de las madres jóvenes durante el parto, son dos situaciones muy comunes.
Bien dicen que la ignorancia es el peor de los males; el problema es que el mismo pueblo impone “su propia ley” por lo que es difícil llegar a estas comunidades para, por ejemplo, brindar servicios de prevención y salud, y cuando se logra, la mayoría de los hombres se niega a que sus esposas reciban atención médica. Ejemplo de esto es que muchas mujeres entre 20 y 22 años sufren de prolapso uterino, es decir, que el útero se desplaza hacia la vagina tanto, que es posible verlo a simple vista, esto es debido a los múltiples partos.
¿Cómo podremos hacer un cambio en las comunidades indígenas? Pienso que primero tenemos que hacer hincapié en los derechos humanos.
Con respeto y cariño
Yuri*
Querida Yuri:
Magnífico comentario. Contiene información relevante y estremecedora.
La cercanía geográfica a esas comunidades le confiere una fuerza especial.
A mí me ha impresionado. Desconocía algunas de las realidades que comentas.
El problema reside en que, después de conocer los hechos y hacer el análisis, deberíamos pensar en cómo se puede evitar ese modo de pensar, sentir y actuar que condena a tantas niñas a un infierno.
Besos y gracias.
MAS
Magnífico el comentario de Yuridia Salgado. Aporta una visión del problema global, bien informada, realista y sin caer en inútiles patetismos lacrimógenos.
Por otra parte, como de costumbre, coincido con don Quintiliano en que, mientras las iras de las feministas radicales se suelen centrar en los llamados “micromachismos”, “techos de cristal”, “lenguaje pseudosexista” y otras zarandajas propias de los países desarrollados, las mujeres que REALMENTE sufren sistemático maltrato en comunidades lejanas a la visión “heteropatriarcal capitalista” (ja, ja) permanecen en la penumbra o solo merecen unas vestiduras hipócritamente rasgadas. Con perdón anticipado por la prolijidad, aportaré algunos datos:
Casi todas las legislaciones de países con comunidades indígenas en situación de aislamiento o de contacto inicial incluyen disposiciones encaminadas a proteger a estos indígenas que prohíben cualquier contacto comercial o de otro tipo con individuos de estas comunidades. ¿Es lo mejor para ellos preservar su situación de aislamiento? Tengo serias dudas, pero tampoco estoy convencido de lo contrario.
Según un exhaustivo informe de la Heritage Foundation del Institute for Women, Peace and Security de Georgetown, a medida que avanza el capitalismo, también lo hace la situación de la mujer. El índice de Georgetown usado es el que más cantidad de factores de posible discriminación contra la mujer incluye (en concreto, tiene subíndices de inclusión, justicia y seguridad). Es una pena que en el formato de este blog no se puedan incluir gráficos, porque estos resultarían mucho más rotundos.
Por otro lado, citaré un artículo de Max Roser, joven economista en Oxford y responsable de una web imprescindible: “Our world in data”. El artículo se titula “La breve historia de las condiciones de vida y por qué es importante que la conozcamos”. Hay cinco capítulos fundamentales:
1. Pobreza. Desde 1990 hasta hoy mismo los periódicos podrían haber publicado cada día este titular: “El número de personas extremadamente pobres disminuyó ayer en 130.000”.
2. Educación. En 1960 había más analfabetos (58%) que alfabetizados (42%). En 2014 la relación se ha invertido en estos términos: 85%-15%. Y los del 15% son todos viejos. Una proyección para el año 2100 sugiere que no habrá nadie sin educación formal y que siete mil millones de mentes habrán recibido educación secundaria.
3. Salud. En el año 2000 aún moría un 8% de la población antes de cumplir los 5 años. En el 2015 la cifra había bajado a la mitad. Tiene aún más interés esa cifra moderna que la remota de la mortalidad de niños en 1800: un 43%.
4. Libertad. En el año 1950 el 31% de la población vivía en una democracia. Hoy vive el 56%. El carácter del crecimiento se aprecia mejor cuando se piensa que 4 de cada 5 súbditos viven en China.
5. Población. Durante el siglo XX la población se cuadruplicó. Los demógrafos del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados, en Austria, calculan que hacia 2075 la población mundial dejará de crecer.
¿Por qué siempre se nos dice que las cosas van a peor? En fin, qué quieren ustedes que les diga…
Cordial bienvenida a Yuridia Salgado y cordiales saludos a MAS y sus circunstancias
Estimado Antonio:
También a mí me pareció estupendo el comentario de Yurida Salgado,profesora a quien he conocido en mi último viaje a México. Ya lo he dicho.
Comparto tu optimismo sobre el desarrollo humano a través de la historia: personas, grupos, organizaciones, países… han ido ganando cotas a la dignidad. Lo explica muy bien J. Antonio Marina en su libro LA LUCHA POR LA DIGNIDAD.
Lo que no comparto tu comentario es la descalificación que haces del feminismo (¿radical?). No son “zarandajas” lo que proponen o plantean. En esos países tan desarrollados (el nuestro también) mueren decenas (cientos en algunos) de mujeres a manos de sus parejas. ¿Zarandajas?
Gracias por la información que nos aportas.
Un cordial saludo.
MAS
Estimado MAS:
Yo también comparto tu dolor por el sufrimiento ajeno. Especialmente si son mujeres las que sufren. Pero mucho más me duele si son niñas. ¡Cómo me van a parecer zarandajas las muertes!
Si me lo parecen -lo siento- las pamplinas de las portavozas, los privilegios que reclaman las que se ofenden si les cedes el paso y el odio androfóbico que vomitan algunas.
Saludos
Estimado Antonio:
Completamente de acuerdo con la primera parte de tu comentario. Completamente.
En lo que discrepo es en la negación de conexiones de causalidad entre la segunda parte y la primera. Ya lo hemos comentado otras veces. Yo creo que hay causas cuyo efecto es el mantenimiento, el desarrollo la perpetuación del sexismo (llámalo como quieras). Y ahí está el para mí indiscutible sexismo en el lenguaje, algunas costumbres, algunas tradiciones, muchos estereotipos, las expectativas, los prejuicios, la doble moral, el androcentrismo de la religiones… Siendo los efectos tan atroces, no creo que haya que minimizar o despreciar o ridiculizar ninguna de estas causas.
Saludos cordiales.
MAS
Ya hemos coincidido otras veces en que no estamos de acuerdo en esto. Tú afirmas que existe una relación causa-efecto y yo la niego. Al que afirma corresponde la carga de la prueba 😉
Saludos cordiales
Estimado Antonio:
En efecto, si yo sostengo un afirmación, mía es la responsabilidad de mostrar la carga de la prueba.
No es fácil demostrar de forma inequívoca la existencia de nexos causales puros.
No se podría hacer con pleno rigor a través de un diseño matemático con grupo experimental y grupo de control. Lo que nos brindaría, en el mejor de los casos, es un resultado estocástico, es decir probabilístico. Lo que probaría es que si repitiesen las mismas condiciones (¿cuándo sucede esto?) existiría la probabilidad (solo la probabilidad, no la seguridad) del 95 o 99% de que se repitiesen los mismos resultados. Eso es todo lo que dice la ciencia a través de sus demostraciones experimentales.
Utilizaré el camino de la lógica.
Postulado 1: Existe sexismo en la sociedad.
Postulado 2: El sexismo engendra violencia contra las mujeres.
Postulado 3: Las muertes de mujeres a manos de sus parejas son consecuencia de la violencia de género, es decir del sexismo.
Postulado 4: Hay actitudes, palabras, acciones y sentimientos de naturaleza sexista.
Postulado 5: Esas actitudes, palabras, acciones y sentimientos fomentan, favorecen o potencian el sexismo.
Postulado 6: El sexismo es la causa que genera violencia contra las mujeres.
Postulado 6: Uno de esos fenómenos violentos es el asesinato de mujeres.
No sé por dónde se puede romper un eslabón de esta cadena.
Saludos cordiales y una tarde.
MAS
Jamás he ridiculizado tu costumbre de duplicar los géneros. Alguna vez te he comentado que me parece una redundancia innecesaria, pero respeto tu criterio, con tal de que no me obligues a hacer lo mismo.
Solo se ridiculiza fácilmente lo que es manifiestamente ridículo.
Saludos cordiales
– Postulado 1. Hablando de la sociedad española actual: aunque venimos de un pasado claramente machista, este se va atenuando progresivamente. Cada día se constata, en cambio, el ascenso de un “sexismo inverso” cada vez más potente e intimidador.
– Postulados 2 y 3. Parcialmente de acuerdo. Sin embargo, no basta la mentalidad machista para la violencia. Tienen que concurrir otros factores (estrés o frustración muy intensos, etc.)
– Postulado 3. Las muertes de las mujeres a manos de sus parejas son consecuencia de la violencia. Las muertes de los hijos a manos de sus madres o de sus padres, o de los padres o madres a manos de sus hijos son consecuencia de la violencia. Las muertes por motivos racistas o de odio son consecuencia de la violencia.
– Postulados 4 y 5 (el 6 está repetido y, además, es el mismo que el 3). Concediendo que el sexismo (machismo) sea el único responsable de la violencia contra las mujeres (yo creo que es uno de los factores, pero no el único), ¿en serio crees que decir “portavoza”, prohibir el uso del masculino genérico o reclamar privilegios (“discriminación positiva”) contribuye a erradicar el machismo? Yo más bien creo que lo está fomentando. ¿Alguna vez te has parado a pensar que esas manifestaciones exaltadas, vengativas, cargadas de odio hacia el varón pudieran ser contraproducentes?
Como me decía nuestro común amigo José Antonio: no te empeñes en defender lo indefendible. No hay que confundir el culo con las témporas. Te imagino perfectamente – y lo respeto- diciendo o escribiendo: “los y las presentes en la reunión”, pero no te imagino -ni lo respetaría- diciendo: “las presentas* y los presentes en la reunión”.
Por cierto, mucho menos respetaría una foto de tres líderes políticos (varones todos) debajo de un cartel morado con la palabra NOSOTRAS en blanco 😉
En fin, que saludos y que buena tarde-noche…
P. D.
¡Ah, no!, que la foto del cartel de NOSOTRAS ya la han retirado… 😀
(No se ridiculiza a quien hace el ridículo él solito)
Querido Antonio:
Me gusta y me alegra que estés así de parlanchín.
Preguntas: ¿Alguna vez te has parado a pensar que esas manifestaciones exaltadas, vengativas, cargadas de odio hacia el varón pudieran ser contraproducentes?
Luego se extrañan que en casa se les tenga que leer la cartilla. ¡Ya no repetan ni a los jueces -y jueza- ni a sus sentencias! ¿Qué quieren, vernos en la silla eléctrica? Nunca debimos dejarlas ir a la escuela.
( Tengo pendiente contigo, Antonio, explicarte por qué creo que a veces te trato de usted o de señor. Y contigo, Miguel Ángel, decirte que ya en su día había leído el último comentario sobre Parker J. Palmer y su libro).
(Creo que es algo a mejorar el que en “comentarios recientes” solo podamos ver los últimos cinco. Debería haber un “más” o “ver más” pues si alguien comenta en artículos pasados y hay mucha participación, o tardamos en pasarnos por el barrio, nos lo perdemos. No se acaba el mundo por eso pero … Cinco son muy pocos).
Gracias, Juan Carlos. Veo que te acuerdas de la broma, y me llena de orgullo y satisfacción compartir tu abrazo con Miguel Ángel.
Yo propongo que, al igual que hacen los futbolistas tras marcar un gol, todas y todos los que aparecemos más de una vez por aquí, nos unamos en un abrazo de optimismo.
Siento que el azul y el blando no estén de moda en primera. La división de los ricos no está mal, pero en segunda, con el resto de los pobres, también se puede ser feliz. Allí nos veremos.
Sólo quería decir que no se corrige una injusticia con otra, ni se critica eficazmente una conducta imitándola (¿la manada somos nosotras?).
No sabía que el Depor ya nos haría compañía el año que viene. Bueno, por lo menos tendremos algún amigo para jugar en segunda.
Un abrazo
Querido Antonio:
“De mujer a mujer” (MAS, 21-8-2004). (No te asustes).
“Todo feminismo es, ha de ser radical. ¿Cómo se sale sino de la opresión? ¿Lo podrían haber conseguido las mujeres sólo con ruegos, sólo con razonamientos, sólo con sumisión?”
“El feminismo no quiere que la mujer sea rival del hombre sino igual. Igual en derechos, igual en dignidad, igual en oportunidades. ¿Es mejor seguir como hasta ahora? La mujer que se calle, que obedezca al marido, que atienda la casa, que cuide a los hijos…”
Querido José Antonio:
Contigo, igual que con MAS, tengo la impresión de que no me explico bien, pues me rebatís argumentos que yo no sostengo. Siempre me he manifestado en favor de la igualdad de derechos (y obligaciones) entre hombres y mujeres.
El “feminismo radical” que no comparto es el que agrede genéricamente a los varones, el que violenta absurdamente los usos lingüísticos, el que pretende imponer por la fuerza sus puntos de vista, el que quiere sustituir “la manada” por “nosotras somos la manada”, el del grito histérico en lugar del razonamiento, el que reclama privilegios en lugar de igualdad de oportunidades, el que proclama a las puertas del Parlamento: “Menos lacitos y más dinerito”… y que respete a las mujeres que deciden libremente quedarse en casa a cuidar de sus hijos (o de sus mayores).
Saludos cordiales
Estimado Antonio:
Claro que te explicas bien. Y creo que te entiendo. Lo que pasa es que discrepamos en algunas cuestiones. ¿POR QUÉ INSISTES TANTO EN LOS POSTULADOS O ACTUACIONES DE LO QUE LLAMAS FEMINISMO RADICAL Y NO EN LOS DEL QUE CONSIDERAS FEMINISMO NO RADICAL? Te digo esto porque la causa creo que es indiscutible. Sigue habiendo discriminación, sigue habiendo víctimas.No solo mujeres muertas, hay muertas en vida. Hay maltrato, hay sentencias machistas (como la que se produjo ayer), hay diferencias de trato, hay abusos… Y eso durante ¡durante siglos!
Claro se ha mejorado desde que el Concilio de Trento dijo que las mujeres no tenían alma, claro que ya pueden votar, claro que ya pueden estudiar, claro que ya pueden abrir una cuenta corriente… Digo todo lo anterior para que tengas, si no disculpa, comprensión, con esos excesos del feminismo radical. Si hicieran durante el mismo tiempo que han sido víctimas, las atrocidades que han sufrido, nos íbamos a enterar.
Un cordial saludo.
MAS
Estimado MAS:
También he manifestado mi acuerdo con el auténtico feminismo (“Afrodita desenmascarada”, de María Blanco González). El de las mujeres que se ven a sí mismas libres, fuertes y diferentes de los hombres, aunque iguales en derechos. Que no admiten privilegios y se enorgullecen de sus logros, porque los saben merecidos, no regalados.
El hembrismo que yo critico – y tú no- es como el machismo vuelto del revés. Siento por él aún menos comprensión que por el machismo tridentino, pues aquellos tiempos están afortunadamente superados, mientras que las hembristas proliferan en nuestros días. Además (y esto es una intuición personal), cuando las veo en la calle o en la televisión aullando sus “reivindicaciones” tengo la certeza de que son, en su inmensa mayoría, mujeres que jamás han sufrido ningún tipo de discriminación que no sea “positiva”.
Pero, claro, puedo estar equivocado…
Buena tarde para todos
20minutos.es/noticia/3326757/0/mayor-sacrificio-ninos-america-prehispanica-peru/
Amigo Miguel Ángel:
Espero si salga el comentario es una prueba desde mi celular.
Comentarios validos y aceptables compartidos y dificiles es nestra realidad y el cristal de cada uno siempre es diferente para poder opinar.
Saludos cordiales
Fraternalmente
Alberto Suriano López
Querido Alberto:
Ya ves que ha funcionado.
La mirada multifacética puede enriquecer la comprensión de una realidad tan compleja como es la educación.
Todo lo aprendemos entre todos.
Un abrazo.
MAS