He leído la última obra de Susanna Tamaro titulada “La Tigresa y el Acróbata”, a pesar de no ser esta autora santo (o santa) de mi devoción. Ni siquiera su obra emblemática “Donde el corazón te lleve”, que ha vendido más de un millón de ejemplares, me sedujo. Hay un tufillo ideológico en sus libros que no me gusta. Casi nunca me siento cómodo leyendo a esta escritora italiana, nacida en Trieste en 1957.
Ella dice que, en “La Tigresa y el Acróbata” ha querido escribir una fábula para adultos.. En sus palabras: “Deseaba escribir una fábula para adultos. En estos tiempos convulsos es lo que el corazón necesita”. Todo el mundo sabe que una fábula es un género metafórico en el que frecuentemente aparecen animales y que pretende ofrecer al lector una moraleja o enseñanza. Utilicé hace años ese género en mi libro “La estrategia del caballo y otras fábulas para trabajar en el aula”, libro que fue editado por Homo Sapiens y que ha tenido hasta la fecha seis ediciones.
He dedicado el artículo a esta obra por dos motivos complementarios. Uno relacionado con la forma narrativa. Creo que las fábulas, habitualmente concebidas como relatos infantiles, pueden tener un destinatario adulto que las disfrute y aproveche. Mi amigo Paco Abril escribió hace dos años “Los dones de los cuentos”. Las fábulas contienen esos trece dones de los que nos habla el reconocido cuentacuentos asturiano: el don del afecto, del consuelo, de la palabra, del pensamiento, de la identificación o del espejo, de la imaginación, de la fuga, del deseo lector, de la empatía, del conocimiento, de la atención, de la verdad y de la prevención. El segundo motivo tiene que ver con el contenido, es decir, con la moraleja principal que la autora nos ofrece a través del relato y que tiene que ver con la búsqueda incansable y dificultosa de la libertad.
En 24 capítulos nos cuenta Tamaro la historia de una Tigresa cuyo hermano, Tigrito, que es el “normal”, el que encarna el estereotipo de tigre, explora la Taiga con decisión y caza desde pequeño piezas grandes y fuertes. Sin embargo, su hermana, la protagonista, parece apocada y solo cobra piezas de tamaño pequeño. Su peculiar identidad la marca desde el principio. Se siente singular. Es singular. En esta cuestión reside una de las moralejas (no hay una sola, sino múltiples lecciones morales en esta fabula). La Tigresa busca, durante toda la historia, el camino de su identidad, de su singularidad.
La madre de la Tigresa les enseña a descubrir el mundo dentro y fuera del cubil. Les va explicando a los dos hermanos en qué consiste ser tigre en la Taiga.
– “Nos temen y nos respetan, les dice la madre: nos temen por nuestra fuerza y nos respetan por nuestra generosidad. Si bien muchos mueren por nuestra culpa, son muchos más los que logran sobrevivir gracias a nosotros”.
Entre otros adiestramientos les hace olisquear objetos de los grandes enemigos de los tigres: los seres humanos. Hay que tener cuidado con ellos. Manejan unas mortíferas cañas que escupen fuego y saben tender trampas a los tigres que resultan fatídicas.
Pero la Tigresa, singular en su esencia felina, se acerca a una cabaña y establece una curiosa amistad con un Hombre, tan singular en su género humano como ella lo es entre los tigres. A través de esa amistad la autora nos va ofreciendo, utilizando diversos recursos literarios, los ejes de su filosofía.
– ¿Y yo?, preguntó la Tigresa.
– ¿Qué pasa contigo?
– ¿Por qué no soy capaz de vivir como los demás tigres?
– Tampoco yo soy capaz de vivir como los demás hombres.
– ¿Por qué?
– A veces pasa: nace alguien que no quiere recorrer el camino que otros trazaron para él.
El Hombre oficia de curador para quienes se acercan a la cabaña. Dice Tamaro: “Resultaba que muchas personas acudían a él cuando tenían un gran problema, convencidos de que les daría una solución. Los casos más desgarradores eran los de las madres que le suplicaban que curase a un hijo enfermo.
– No hay cosa más terrible, le confió el Hombre cierto día”.
La relación entre el Hombre y la Tigresa da pie a interesantes diálogos, cargados de intención, orientados a recrear estilística y filosóficamente la moraleja.
El Hombre entrega su vida a otros humanos depredadores y renuncia a su enriquecimiento cuando se niega a venderla. Los explotadores circenses saben que la Tigresa vale más viva que muerta. Termina en un Circo, del que se convierte en la principal atracción. Y acaba acostumbrándose a las piruetas que el domador le enseña con tesón ilimitado. La rutina consuetudinaria ha adormecido sus sueños de libertad. La comida fácil, la repetición mecánica de los ejercicios y los aplausos del público llenan sus días. “La prisión del Circo había convertido sus sueños en serrín mojado”, dice Susanna Tamaro.
La prisión es su único horizonte, días divididos a partes iguales entre la rutina y el resentimiento, su alma de tigre transformada en el espantajo de un abrigo de piel. Un abrigo apolillado ya, gastado, dado de sí por muchos puntos.
Es entonces cuando surge su admiración y su amistad con el Acróbata. Los saltos que este ejecuta en su presencia despiertan en la Tigresa las ansias de volar, los afanes de la libertad.
“Para lanzarse al vacío hace falta tener confianza -pensó la Tigresa mientras atravesaba de un salto su aro en llamas-. Yo, en cambio, me limito a saltar de un taburete a otro, igual que saltaba antes sobre los lomos de los ciervos. No he aprendido nada en todos estos años, dejé que los barrotes entraran en mi corazón. Y me he cerrado todos los caminos. Nosotros somos los principales carceleros de nosotros mismos. ¿No había dicho eso el Hombre’?”.
Cuando el Acróbata abre la jaula de la Tigresa le muestra el camino de la libertad. Y sale decidida en su busca. Renuncia a la comodidad de las rutinas, a la facilidad de tener a las horas comida abundante y a la seguridad que le proporcionan sus cuidadores. Sale de la jaula. Huye de la prisión. Camina explorando de nuevo la Taiga y se va encontrando con cuervos amigos y víctimas que le sirven de alimento.
Por primera vez experimenta lo que es ser una presa: todos la persiguen, todos la quieren matar. Los helicópteros surcan el cielo en su búsqueda y no hay calle en la que no hubiera hombres armados esperándola. Abrirían fuego con solo ver el esplendor de su cola. A los niños se les prohíbe salir de casa ante el temor de que se encuentren con ella. La Tigresa sigue huyendo de la presión y buscando el campo abierto.
Un día perdona la vida a un cervatillo ante su mirada inocente y los ruegos de su madre que se ofrece a la Tigresa como plato suculento. Luego reanuda el camino renunciando a su naturaleza depredadora. Sigue la búsqueda hasta encontrarse con la muerte. Incluso después de ella. (Ahí, por ejemplo, es donde no puedo seguir a Susanna Tamaro, Cuando, a mi juicio, innecesaria e injustificadamente, mete a la Tigresa en un más allá donde se encuentra con el Cordero).
La clave fundamental de esta fábula es, a mi juicio, la búsqueda de la libertad. La Tigresa huye de la prisión donde vivía cómodamente y camina sobre la hierba, sobre la tierra, sobre la nieve, por llanos y por montañas en busca de la libertad. Hasta que, al final, consigue eliminar los barrotes de su corazón.
Buenos días Miguel Ángel!!! Gracias por contarnos de manera tan gráfica la última obra de Susanna, autora a la que yo no le encuentro el encanto para animarme a leerla, pero tú has conseguido encantarme con el post de una fábula que ilustra una moraleja tantas veces contada. Gracias por «despertarme» a la libertad en esta mañana de sábado. Un saludo. Te seguiré leyendo.
Estimado Alfonso:
Me alegro de que la lectura te haya interesado y te hay dado un pequeñito impulso hacia esa meta que debemos tener todos los humanos.
Feliz fin de semana.
Saludos y gracias.
MAS
A mi modo de ver hay en este relato cosas muy interesantes: los hombres que salvan y curan y los que matan; los que ponen el amor y los valores por encima de lo económico y lo contrario; los que ahogan la libertad de otros por sus intereses particulares; la libertad llena de peligros y que su precio es hasta la propia vida.
Como yo vivo en Catalunya, en estos días convulsos, cada uno, de este relato, puede sacar sus propias conclusiones.
La libertad. ¡Qué palabra más hermosa! Y qué difícil llegar a un acuerdo sobre qué es la libertad de los pueblos y las personas.
Un saludo para todos y en especial para ti, Miguel Ángel.
Querido Joaquín:
Cierto lo que dices. Esa división entre los que matan y los que salvan está muy presente enellibro y en la vida.
He estado tentado MUCHAS VECES de abordar la cuestión catalana. LO que pasa es que hay muchos lectores y lectoras de otros países a los que el asunto resultará lejano y de escaso interés.
De cualquier manera, como estos días (como dices) es casi una obsesión dolorosa entre nosotros, puede ser queme decida a dar mi opinión.
Gracias por tu lectura y por tu comentario.
Un abrazo y buen fin de semana.
MAS
Miguel Ángel.
Sobre la lectura de esta semana: gracias por trasladarnos tus lecturas a los que estamos sumergidos en otro tipo muy distintos de textos.
Sobre el comentario de Joaquín. Me gustaría conocer tu opinión sobre un tema tan complejo como es la cuestión catalana. Al opinar es muy dificil desprenderse de la pátina de nacionalismo, sea catalán o español.
La tigresa buscaba la libertad, pero la libertad no la encuentra uno de forma aislada sino que en un mundo de relaciones sociales, se ve sometida a derechos y deberes, propios y de los demás. Si la tigresa hubiera decido comerse al cervatillo, ¿que hubiera sido de la libertad de este animalito?
Un abrazo.
QueridoJuan Carlos:
He pensado muchas veces abordar la cuestión catalana en un artículo.
Porque es un problema que nos afecta a todos y porque tiene muchas vertientes de gran interés sociológico, histórico y político (y educativo).
Lo que pasa es que pienso en los muchos lectores argentinos, chilenos, mexicanos, colombianos…
Tengo mis dudas.
Sí, la libertad de unos termina donde empieza la libertad del otro.
Un cordial saludo.
Y gracias,
MAS
Tu visión sobre la realidad catalana seguro que sería bien recibida.
Mi opinión está condicionada por muchas circunstancias y variables que no puedo manejar. Seguro que desde tu óptica me harás (nos harás) ver aspectos que mi (nuestra) venda no nos vislumbrar.
Seguro que tus lectores latinoamericanos sabrás esperar una semana para retomar tus comentarios más generales.
Gracias a tí. Saludos.
Estimado Juan Carlos:
Todas las visiones son aprovechables para comprender un fenómeno tan complejo.
A mí no me gusta ignorar los problemas candentes.
Imagino que habrá tantas opiniones como personas, desde la del independentista radial al constitucionalista más apasionado. Desde el indiferente al problema hasta el estudioso más aplicado.
Hay razones, hay pasiones, hay pasado, hay presente y hay futuro.
Hay perspectivas políticas, linguísticas, económicas, educativas, históricas..
Habrá que pensarlo.
Gracias por la invitación, de todos modos.
Un abrazo.
MAS
El artículo me ha hecho pensar. Sobre todo en las diversas formas que existen de explicar las cosas, de mostrar las ideas, de plantear los mensajes. Y creo que es forma de utilizar fábulas o cuentos resulta atractiva y motivadora.
Es verdad que los cuentos se suelen utilizar para llegar. los niños y a las niñas, pero también son interesantes para los adultos.
Ete es un buen ejemplo.
Gracias,
Estimada Marisa:
Gracias por aportar tu granito de arena sobre el contenido y la forma del texto.
Tendríamos que utilizar más veces estas formas de llegar a los lectores o a los oyentes.
Besos y gracias.
MAS
Pobre tigresa 🙁
Querida Ana:
¿Por qué pobre?
Besos.
MAS
Estimado MAS:
En tu exégesis del libro de Tamaro, refieres que la autora pretendió escribir una fábula para adultos. En mi opinión, se equivocó de talla. Yo diría más bien que se trata de una fábula para adolescentes o, en todo caso, para adultos en proceso de formación, que son carne de libros de autoayuda, del “Caballero de la armadura oxidada” o de Paulo Coelho.
En realidad no es sino una versión, adornada y edulcorada, del vetusto cuento popular del lobo y el perro pastor, recogido en la literatura popular universal, y al que dio forma más o menos definitiva el fabulista francés Jean de la Fontaine, en “Le loup et le chien.” En él se plantea la dicotomía entre libertad y seguridad, de tal manera que la preferencia hacia la primera parezca contradictoria con la segunda.
En mi opinión, ya abandonando el contexto de la fábula y descendiendo al terreno de la realidad, la oposición entre libertad y seguridad encierra una falacia de fondo. Creo que se es menos libre cuanto menos seguro se sienta uno. La libertad consiste sobre todo en la posibilidad de elegir. El perro guardián del cuento no es menos libre que el lobo, porque ha elegido lo que él cree que es una vida mejor. Por supuesto, el lobo (la tigresa) que elige voluntariamente la vida azarosa también es libre, aunque esclava de sus nuevas necesidades (huir de sus perseguidores, atrapar presas para alimentarse, soportar las inclemencias del tiempo…).
Suele criticarse a las personas que «renuncian a su libertad» a cambio de tener un sueldo fijo, una casa donde vivir, una familia… Yo, por el contrario, que he apostado por este estilo de vida, no me siento menos libre que nadie y mucho más feliz que la mayoría, porque he elegido lo que prefiero, dentro de lo posible, claro está. Y mis posibilidades de elección son casi infinitas.
Respeto a las personas que han elegido otro tipo de vida. Me producen un sentimiento confuso, mezcla de asombro e incomprensión, los que dejan todo atrás y se lanzan a una vida azarosa, viajando con lo puesto y sin otra preocupación que el ahora más estricto, sin obligaciones ni ataduras. Admito incluso que algunos de ellos sean felices así. Yo no podría. Una vez más, hay que reconocer cuánta razón tenía Rafael «el Gallo» cuando le presentaron a Ortega y Gasset diciéndole que era filósofo: «Hay gente pa tó».
Saludos afectuosos
P.D. Espero impaciente que te decidas a abrir el melón de la cuestión catalana
Estimado Antonio:
Pues sí, puede que Tamaro se haya confundido de talla. LO que pasa es que la reflexión sobre el arduo y decisivo tema de la libertad vale para adolescentes, adultos y veteranos.
Interesante la relación que planteas entre seguridad y libertad. Incluyes un tercer concepto que añade un poco más de complejidad al debate: la felicidad. LO que se reduce al elegir la seguridad frente a la aventura es el riesgo. Pero, claro, la felicidad, habiendo tantas opciones como el Gallo plantea en su genial apreciación, está en cómo cada uno se sientes bien.
¿Crees que sería interesante abordar la cuestión catalana, a pesar de que muchos lectores pertenezcan a otro continente?
A mí me gustaría entrar en las cuestiones que nos afectan pero, a veces, pienso en los que entenderían poco de ellas al no conocer su historia y su contexto.
Lo he sentido en esta ocasión al elegir el libro de Tamaro.
Un cordial saludo.
MAS
Pensándolo mejor, Miguel Ángel, me inclino por compartir tus reticencias sobre abordar la cuestión catalana, aunque por razones distintas. El asunto ha alcanzado tal grado de visceralidad, que el debate subsiguiente podría resultar bronco y subido de tono. Más vale esperar a que las aguas se calmen un poco y se pueda debatir más con la razón que con las tripas.
Buenas noches y sueños profundos y tranquilos
Estimado Antonio:
Existe el riesgo de pensar con las vísceras uno con el cerebro, sí. Pero yo creo que el principal problema, para mí, es que el tema no interese a muchos lectores y lectoras que se encuentran lejos, no solo geográficamente sino afectivamente.
A mi me gusta que los problemas entren en el curriculum, que se debatan y que se estudien en en el marco escolar.
Si mis artículos estuviesen dirigidos solo a nuestro país (o países), no le tendría miedo a la «visceralización».
No descarto, pues, que abramos ese melón. Tampoco lo aseguro.
Todos tenemos nuestro punto de vista sobre la cuestión catalana, en estos días tan apremiante. No estaría mal poder contrastarlos.
Un cordial saludo y gracias Portu opinión.
MAS
Buenos días en esta mañana de domingo Miguel Ángel!!!! Sobre la libertad quisiera compartir este enlace a una canción de Bebe (https://www.youtube.com/watch?v=sU4TbOxeRzQ) que explica, a mi modo de entener, lo que debe ser la conquista de la libertad.
Gracias por la «conversa» (algo así como tertulia en galego) y espero que os guste.
P. D.: Más breve que un libro en esta sociedad de la gestión del tiempo y la escucha activa. Lo escrito. Gracias. Un abrazo.
Estimado Alfonso:
Tremenda la canción de Bebe. Esa única decisión que le queda al cuerpo es el gran problema de la filosofía, de la vida.
Gracias por el envío. Coto y contundente. Impresionante.
Un cordial saludo en el atardecer del domingo primero del otoño, mi estación preferida.
MAS
BUenos días Miguel Ángel!!!!! El otoño mola mucha, aunque cada una tiene su encanto. Hasta la primavera pese a las alergias. Jajajajajajajajaja.
Me alegro que te haya impresionado Bebe con esa letra salida de la entraña, creo yo. Y que para nada incita al suicidio, todo lo contrario, a vivir plenamente, como si no hubiera mañana. Quizá eso sea la libertad, o no, quien sabe. Cada uno es artífice de su libertad, como bien, en mi opinión, fundamenta Fromm en el libro que citas. Una libertad que no viene dada, que se conquista como en su día Bertrand ¿Russel? empleó el concepto para la felicidad. Gracias por tus palabras. De nuevo un placer conversar contigo.
P. D.: Seguiré viviendo para, quizás algún día, tener claro cual es mi estación preferida, pero el invierno me atrae mucho, si he de confesarte: calor al fuego, cimas nevadas, reunión entorno a una mesa,… No sé, aunque la playa… Jajajaja
Ahí lo dejo que me enrollo… Gracias.
Querido Alfonso:
Pues sí que me pareció emocionante la canción de Babe, salida de lo profundo del cuerpo y del espíritu.
En algún momento interpreté NO QUE INCITARA sino que hablaba De ese acto supremo de libertad del ser humano de quitarse la vida. Volveré a escucharla más detenidamente porque solo lo hice una vez.
Yo también que la libertad es una conquista y no un regalo de los dioses.
A mí me gusta el otoño, los árboles con las hojas amarillas y los campos de color ocre. Y los campos mojados con olor a ozono y las temperaaturas benignas…
Gustos. Sobre lo que tanto hay escrito.
Un abrazo.
MAS
😉
Buenos días,
¿QUÉ ES LIBERTAD? O DE LA MULTITUD DE MIRAS.- Peliaguda definición. Lo místico, lo atractivo, lo revolucionario, la moda, quizá sea hacer lo que se nos antoje. Quizá buenas litronas y mejor maría “pa fumá”. También ser muy de izquierdas, para reclamar el reparto de la riqueza. Y si por añadido se lava poco y algunas liendres pueblan su larga y ensogada cabellera, quizá más abanderado de su libertad. Insisto de SU libertad. Pero, al hilo y quizá algo en copiando a todos los contertulianos, en especial como viene a decir el Sr. Del Pozo, la libertad es siempre limitativa. Vivimos en un mundo hostil. Compartido por muchos seres de nuestra especie y también de otras especies. El sustento no cae del cielo. Hemos de doblar el lomo para conseguir ciertas cuotas de libertad de elección y tenencia de bienes, por más que mucho perro-flauta o similar aún no se lo crea. Si él subsiste viéndolas caer, otro está haciendo su cuota de esfuerzo. Hablan de libertad, del reparto de la riqueza, pero ni hablar del reparto y obligación de la capacidad productiva. Hablan de derechos, olvidan la obligación que el medio hostil les impone.
Tengan un buen día.
Estimado Son Quintiliano:
Esa es la cuestión: ¿QUÉ ES LA LIBERTAD?
Muchas veces se dice que no debe confundirse con libertinaje. Tampoco hay que confundir autoridad con autoritarismo.
Desarrollar la capacidad de elegir con responsabilidad es la clave.
Hay quien interpreta mal lo que es la libertad y hay quien le tiene miedo, como planteó acertadamente Erich Fromm en su interesante libro «El miedo a la libertad».
Saludos y gracias.
MAS
Querido Maestro!
Hoy ofrece un comentario sugerente.
Vivir en plena libertad o acomodarse en la zona de confort?
Leí hace tiempo el libro «Donde el corazón te lleve y me gusto!
No es extraño las cosas que llevan al sentimiento mas pleno de amor y afectos me hacen engrandecerse el alma.
Los cuentos y las fabulas me llevan a los mundos de los posibles y a las creencias de las buenas personas. Que seguro que existen!
Hoy en día ha cambiado mucho la sociedad y tal vez nos llamen ingenuos, yo los llamo valientes,los que dejan su espacio más cercano y confortable y optan por encontrar una vida más plena y libre, que los haga mas felices.
En el otoño de la vida lo principal es quererse mucho y encontrar los valores de libertad,apego, entusiasmo,amistad y afectos que te hagan sentirse importante.
Lo demás no importa!
Sin más me despido de todos con un cariñoso saludo.
Querida LOly:
Un comentario en tu línea. Cargado de sensibilidad, de preocupación por las cosas importantes de la vida.
Frente a tantos señuelos (dinero, fama, poder, posesiones…) están los valores que tu amas y defiendes. Y que practicas, según lo que nos cuentas cada semana.
Da gusto tener personas como tú entre los comentaristas del blog.
Un beso y gracias.
MAS
Miguel Angel esta lectura me trajo a la mente una clase donde trataba de explicarle a mis alumnos porque los seres humanos decidimos a vivir en sociedad, renunciando a muchos deseos y placeres «egoistas», en eso les contaba que existe cierta jerarquía de nuestras necesidades, primero las fisiológicas por supuesto y luego las de seguridad y recién ahí la de amor y estima. La tigresa en el circo me hizo reflexionar un poco sobre esto… Como nosotros también nos quedamos en un lugar donde tengamos comida y techo, seguridad, aunque no seamos amados, porque primero es la necesidad de seguridad antes que el amor, es increíble!
Qué difícil vencer todas las barreras para ser realmente libres y que «egoísta» se nos juzga cuando peleamos por nuestros sueños y anhelos, solo otra consecuencia de vivir en sociedad a fin de obtener ciertas seguridades…
Querida María Rosa:
Importante comentario.
¿Cómo elaborar la escala de nuestras prioridades?
¿Cómo (una vez elaborada) `ponemos en marcha los mecanismos necesarios para satisfacerlas?
El problema de la búsqueda de la libertad está en la delimitación semántica del concepto. ¿Qué entendemos por libertad?
¿Puede un preso en la cárcel ser libre?
Una personas que hace siempre lo que se le antoja, ¿es libre?
Delicado y complicado concepto.
Efectivamente, si la tigresa hubiera elegido la comodidad de la cárcel y su seguridad, habría renunciado al ejercicio de una búsqueda probablemente difícil, pero más estimulante.
Besos y gracias.
MAS
Buenos días Miguel Ángel en este amanecer de otoño!!!!!!!
He encontrado esta frase sobre la «conversa» que nos ocupa: «La libertad es vivir sensatamente en el día a día (Krishnamurti)». Lamentablemente es una traducción ya que no tengo el suficiente nivel de inglés para leer del original, pero lo estoy solucionando (Jajajajajajaja). Viene explicada, su visión, no la mía (la mía ya te la avancé en uno de los anteriores comentarios) en un libro titulado «Aprender es vivir», subtitulado «Cartas a las Escuelas», que refleja su pensamiento sobre lo que debe de ser la educación en la sociedad a la que a él le tocó vivir (por otra parte, muy similar a la nuestra en lo sentimental o lo emocional); idea, que en mi opinión, no difiere mucho de la tan manoseada educación integral que se lleva y se trae cíclicamente a lo largo de la Historia.
Nada más, ahí lo dejo. No sé si conoces el libro o no, pero desde el punto de vista de un profesional de la educación (educador social) más o menos novel como yo me parece muy interesante lo que llevo leído hasta el momento. Espero te guste la recomendación y puedas hacer un post, si te decides a recoger el guante, sobre tu opinión de lo escrito por el ¿filósofo indio?
Lo escrito anteriormente, gracias por tu atención y un saludo. Una «apertiña» (abrazo en galego, que para mí es mucho más familiar).
Querido Alfonso:
He leído a Krishnamurti. Su acepción de la libertad rompe esa visión un tanto deformada que circunscribe el ejercicio de la libertad a la vida excéntrica, llena de episodios excepcionales.
Creo que nos lleva a pensar en nuestra propia concepción de la libertad. Y, sobre todo, a la gran pregunta: ¿somos libres?
Porque hay una concepción errónea de la misma consistente en que tener libertad es hacer lo que se nos antoje en cada momento, sea esto lo que fuere. Por eso el adverbio sensatamente resulta tan importante en la concepción de Krishnamurti.
Gracias y muchas «apertiñas»
(Una amiga y compañera de Departamento siempre dice que los abrazos tienen que durar, por lo menos, 6 segundos.
No es fácil por la vía digital, pero se puede intentar…
MAS
Buenas noches Miguel Ángel!!!!! Si coincidimos en el espacio-tiempo así te la daré. Gracias y un saludo. Apertiña de seis segundos trata de ser este comentario. :-))))))
Quiero insistir en la importancia de los cuentos, de las fábulas, de las historias para llegar a los lectores o a los auditorios.
Es un modo eficaz de llegar a los destinatarios porque despiertan el interés y captan la atención.
Voy a leer el libro de Susanna Tamaro para ver cómo ha manejado esta fábula para adultos. De entrada, ha captado mi interés.
Gracias por compartirla.
Saludos.
Querida Lucía:
A mi me gusta mucho utilizar historias en las conferencias. Al final, hay asistentes que me dicen que les ha gustado la forma de llegar que esta modalidad de recurso supone.
Ayer mismo estuve en Sevilla en un Seminario sobre Etica de la investigación y, al terminar, varios asistentes me hablaron de ello. Hoy he recibido algunos correos que lo confirman.
Ya me dirás si te gusta el libro.
Ya punto que Susanna Tamaro NO es una de mis autoras favoritas pero, en esta ocasión, por el título y la contraportada me decidí a comprarlo y a leerlo.
Besos y gracias.
MAS
Hola! El libro me ha encantado pero me he perdido un poco…cuando la tigresa muere, luego de que recorre todo lo que se nombra en el cuento por más de que he releído la última parte no comprendo el final, la llamaron por su nombre y vio un cordero? Eso que significa? No logro comprenderlo ya que no menciona (al menos que yo recuerde) a ningún cordero.
Gracias de ante mano
Para JJ:
No tengo el libro de Tamaro delante, pero recuerdo que, después de morir, al final libro, habla de que en ese nuevo mundo que se encuentra, dice que se encuentra con un cordero, en clara o velada alusión (según se mire) a un símbolo Jesucristo. Tamaro es una mujer creyente y deja su sello en ese modo de aceptar o de presentar el más allá.
Es mi opinión, claro.
MAS