La belleza del saludo tailandés

5 Ago

La semiótica o semiología es la ciencia que estudia los diferentes sistemas de signos que permiten la comunicación entre individuos, sus modos de producción, de funcionamiento y de recepción. Todos los gestos están llenos de significado. Cada cultura tiene los suyos. Por eso es tan importante viajar. Hoy dedicaré algunas reflexiones al saludo que los tailandeses utilizan para saludarse. Entre ellos y a quienes les visitan.

Te sorprende y agrada recibir ese saludo al entrar en el avión, al registrarte en el Hotel, al abrir la puerta de un restaurante, al entrar en una tienda o al hacer una pregunta a un transeúnte en la calle. Al recibirlo te sientes distinguido y honrado.

El saludo (que se utiliza también para despedirse, para pedir disculpas y para rezar a Buda) consta de tres partes esenciales, aunque existen muchas variantes. La primera consiste en colocar las palmas unidas hacia arriba a la altura del pecho, de forma que los dedos toquen la barbilla (existen otras posiciones, pero no entraré en detalles). El segundo, indispensable también, es la sonrisa. Y el tercero es una leve inclinación de cabeza. Solo gestos. Sin palabras.

El primer gesto hace referencia a la flor de loto y nos remite a la pureza, a la autenticidad, a la limpieza moral de las intenciones y de las acciones. La sonrisa es obligada en el saludo y poco se puede decir de esa positiva exigencia. Frente al gesto hosco, frío y distante, la sonrisa tiende un puente entre las personas. Pero el gesto que, a mi juicio, tiene más contenido es la inclinación de cabeza en señal de respeto.

Aunque la sociedad tailandesa es muy jerárquica, todas las personas merecen ese respeto básico por el sencillo hecho de ser personas. El saludo se dispensa por igual a pobres y a ricos, a grandes y a pequeños, a famosos y a desconocidos, a creyentes y agnósticos, a inmigrantes y autóctonos, a hombres y a mujeres, a cultos y a incultos… Nada se pregunta sobre el origen, la raza, la religión o la fortuna… Todas las personas son depositarias de una dignidad esencial. Dignidad a la que se rinde el tributo de la inclinación de cabeza. Hay muchas modalidades de saludo. Las personas mayores son especialmente distinguidas.

Te sientes bien al, ser saludado así. Con esa gentileza, con esa simpatía, con esa veneración que te hace sentir importante. Importante no por lo que sabes, lo que tienes, lo que has llegado a conseguir. Te sientes importante por ser una persona, por tu condición de ser humano.

José Antonio Marina, en el libro “Ética para náufragos” dice que la ética nace de un acuerdo mediante el cual los seres humanos se reconocen una dignidad esencial por el simple hecho de serlo.

El poderoso es saludado de la misma forma que el que no tiene poder, el pobre de la misma forma que el rico, el hombre de la misma forma que la mujer, el niño de la forma que el adulto… El saludo honra al que lo hace y al que lo recibe. Te sientes bien inclinando tu cabeza a otra persona con las manos en el pecho y la sonrisa como bandera de comunicación interpersonal.

No utilizan el beso o el apretón de manos que son normales en nuestra cultura. También tienen significado, por supuesto. Ellos entienden que esas formas de saludo son demasiado invasivas. El contacto es interpretado como una falta de respeto. Los tailandeses no rechazan un apretón de manos ni un beso en la mejilla ni un abrazo, pero consideran más delicado y respetuoso su forma de saludo.

El nombre que recibe es también hermoso. El saludo tailandés se llama “Wai”. Nombrar las cosas adecuadamente es situarlas en el universo de los significados.

Qué fuente de aprendizaje más importante es viajar. Decía Chesterton que viajar es comprender que estabas equivocado.

Socializarse es incorporarse con éxito a la propia cultura. Pero la cultura tiene cosas buenas y malas. Es necesario ser capaz de discernir. Y una vez comprendido el significado, es una exigencia moral evitar los contenidos culturales contaminados: sexismo, discriminación, agresión, abuso de poder, falta de respeto… No todas las tradiciones son respetuosas ni, por ende, respetables. Pienso ahora en aquellas costumbres que suponen discriminación para la mujer, desprecio a los homosexuales, maltrato o muerte cruel para los animales… …
Enriquecer la cultura con gestos de reconocimiento de la dignidad creo que es un modo de mejorar la convivencia y de elevar el nivel ético de la sociedad.

Vuelvo a citar un libro de Marina titulado “Sociedades fracasadas.” Fracasan, a su juicio, aquellas sociedades en las que se vive indigna e injustamente. Por muy desarrolladas que estén económica o tecnológicamente.

Creo que en la educación, tanto familiar como escolar, hay que hacer más hincapié en el cultivo de las formas de respeto. Sé que hay otras dimensiones de carácter más ambicioso relacionadas con la estructura económica, la gestión política, la justicia distributiva o el reconocimiento social. Pero los pequeños detalles van generando día tras día un clima moral higiénico al que todos debemos contribuir.

Cultivar las formas de respeto a los demás, sean quienes sean y como sean es un modo de hacer más habitable este mundo. Yo me he sentido bien en Tailandia por la forma en que me saludaban en todos los lugares. Me sentía acogido, respetado y casi venerado.

Lo sé. Hay más. Si después de saludarte de esa hermosa manera, te timan en un restaurante o en un taxi, te han tendido una trampa. Si te tratan bien formalmente y te clavan una puñalada por la espalda, te sientes doblemente traicionado. Es hipocresía y falsedad. Pero creo que quien saluda así, si es coherente, no comete después una acción abusiva sobre el prójimo. Quien te sonríe y se inclina ante ti tiene menos posibilidades de actuar contigo de una forma injusta. Porque las buenas formas predisponen para la buena acción. De hecho, en Tailandia, hay muy poca inseguridad ciudadana. Menos que en España, me decía el guía a quien pregunté por esta cuestión.

Quienes dicen que eso son meras formas y que lo que importa es lo esencial están más tentados de quebrantar también lo esencial porque quien está atento a los detalles está en mejor disposición para respetar los asuntos de mayor trascendencia. No es cierto que quien desprecia los detalles sea porque está muy ocupado en grandes acciones solidarias. Más bien lo contrario. No se trata de acciones contrapuestas sino complementarias.

Con las manos en la posición de la flor de loto, no se puede robar ni golpear al otro. Con la sonrisa no se le puede maldecir ni criticar y al inclinar suavemente la cabeza no podrías propinar una patada de forma certera.

Es muy pueblerino el sentimiento de que como nosotros no hay nadie, de que tan bien como actuamos nosotros no actúa nadie. Afortunadamente está descendiendo esa sensación de que como aquí no se vive en ninguna parte. La sensación de que no tenemos muchas cosas que aprender. Yo me he sentido muy bien en Tailandia. Una de las causas ha sido la forma que tenían de saludarme.

57 respuestas a «La belleza del saludo tailandés»

  1. Totalmente de acuerdo con la importancia del cuidado de las formas. Porque las formas sensibilizan y conducen a los buenos hechos.
    Me parece que en las escuelas y en las familias deberíais cuidar de las formas y de la educación en las buenas formas.
    Buen fin de semana.

    • Querida Rosa:
      Las formas so el puente que nos permite acercarnos al corazón del otro. Hay que cuidarlas, hay que cultivarlas, hay que practicarlas con el fin de ablandar el duro mundo de las relaciones humanas, tantas veces dañado por formas de comunicación brutales.
      Un beso y gracias.
      MAS

  2. “Dime como saludas a tus alumnos y te diré que clase de docente eres….dime como saludas a tus colegas y te diré que clase de profesional eres…dime como saludas a la gente y te diré que clase de persona eres…” el saludo es un maravilloso y misterioso espejo para el alma, en el saludo descubrimos nuestra propia existencia desde el otro… nuestra propia dignidad desde la persona del otro… el saludo, un gesto tan simple y sencillo, pero paradójicamente algo tan profundo y determinante …

    Saludos desde Argentina

    • Querido Horacio:
      Qué maravilla la de encontrarnos en ese triángulo increíble: un saludo en Tailandia, un escrito en España y un comentario en Argentina.
      Un triángulo que tiene en El Centro la preocupación por la dignidad del ser humano, por el respeto que todo ser humano merece, por la simpatía (y la empatía) que nos enriquece a todos.
      Muchas gracias por estar ahí, siempre al quite de un comentario estimulante.
      Estaré en Buenos Aires el próximo 10 de agosto.
      Un abrazo.
      MAS

  3. P.D. He recibido en mi correo tu último artículo sobre el saludo tailandés. Efectivamente, qué importantes son las formas. Tanto que, sin ellas, no se entiende la sustancia. Tengo que felicitarte, porque además de un contenido cuya profundidad hace reflexionar, está primorosamente escrito.

    ¿Has pensado dejar la Pedagogía y dedicarte a la Literatura?

    Un saludo muy cordial

  4. Estimado profesor Antonio del Pozo:

    Le agradezco el interés que ha tomado por los escritos que he remitido últimamente al blog. De todas formas, no creo que merezca la pena que le dedique mucho tiempo a los mismos.

    Como usted bien sospecha, yo desde pequeño cojeo por la izquierda (problema que se ha acentuado con la edad, de forma que ya es una pronunciada cojera izquierdista). De igual modo, soy también algo sectario, pues pertenezco a la Secta Pedagógica, aunque a larga distancia de los líderes que la dirigen (llámense Miguel Ángel Santos, Ángel Pérez Gómez, Jurjo Torres, José Gimeno Sacristán, etc.) puesto que mi campo, bastante minoritario, es el estudio de la imagen.

    Lo que sí deseo apuntarle es que soy laico, por lo que no tengo ídolos ni celestiales ni terrenales. Ciertamente, admiro a aquellos hombres y mujeres que luchan o han luchado por un mundo mejor del que vivimos; por creadores en las artes y humanidades; por científicos que nos hacen ver la realidad libre de mitos y prejuicios; por la gente honesta, que no miente, etc. Así, pues, no se preocupe por personajes que se han transformados en iconos sociales, puesto que, tal como le digo, yo no creo que sean santos ni tampoco diablos, ya que siempre seremos entes incompletos (como todos los que han habitado, habitan y habitarán en el planeta Tierra).

    Por otro lado, habrá usted visto que algunos participantes de este espacio, cariñosamente, lo llaman el “barrio”. Como bien sabe, en todo barrio siempre hay algún vecino incómodo, molesto, pesado y con malas pulgas, que no para de hablar y quejarse. Pues bien, piense que ese vecino molesto y malhablado soy yo, por lo que es mejor pasar de largo y no hacerle mucho caso. Se lo recomiendo.

    Con todo, sepa que el administrador del barrio es una persona muy cordial y paciente que atiende a todos afablemente. Con él no tendrá ningún problema. También, que hay otros que residen en el mismo desde hace tiempo y que, a buen seguro, charlarán amablemente con usted. Ellos ya me conocen y, cuando me notan malhumorado, me saludan con la mano y aligeran el paso.

    Como verá, aquí nos saludamos de modo muy distinto a como lo hacen en Tailandia, tal como explica el titular del blog. En mi caso, la aportación de esta semana me parece muy valiosa, pues cuando era estudiante de primero de bachillerato, a todo el que lo supiera le preguntaba cómo se daba las gracias en los diferentes idiomas (algo que he memorizado con el paso del tiempo). Esto me hacía imaginar que, de este modo, podía viajar y acercarme a los rincones más remotos de la Tierra.

    Me habla usted de Immanuel Kant. Me parece magnífico, pues junto a René Descartes -este en Francia y el primero en Alemania- iniciaron un enfoque de la moral al margen de las distintas doctrinas religiosas, al considerar que los principios éticos por los que debemos regirnos deben fundamentarse en la razón, en la cual creían profundamente. El problema de Kant es que imaginaba una moral eterna por encima del ser humano -ser contingente y diverso culturalmente-. Su enfoque metafísico de la moral se ha demostrado empíricamente que no corresponde con las múltiples culturas existentes y sus códigos morales. De todos modos, su propuesta fue un auténtico paso de gigante hacia una moral laica y la secularización de la sociedad.

    Bueno, no le aburro más. Me despido deseando que, tal como le he indicado, encuentre buenos convecinos en este ‘barrio’ tan amplio en el que caben gentes de todo pelaje.

    Aureliano Sáinz

    ¡Ah, por cierto! Me vuelve a insistir en que explique el resultado de la tilde de mi apellido.

    Ya que me encuentro en Suiza, he mirado en la biblioteca de mi hermana Angelines, filóloga, con gran formación no solo en Filología española sino también en la francesa y la alemana, y compruebo que ella, desde siempre, también lo hace igual que yo, dado que todos sus libros los firma con el apellido con acento gráfico en la ‘a’. Puesto que le tengo bastante apego a mi numerosa familia -y, como no podía ser de otro modo, al recuerdo de mis padres- podrá entender que sienta hacia ellos más afecto, cariño y confianza que a los graves, sesudos y muy sensatos miembros de la RAE. ¡Qué le vamos a hacer!

    • Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Yo no sé si seré muy hombre o muy “animal”, pero ya es la tercera vez que tengo que empezar una intervención en este blog pidiendo disculpas. D. Aureliano, creo humildemente que he sido injusto con usted, y me disculpo por ello.

      Como recién llegado al “barrio”, me estoy precipitando demasiado en juzgar a las personas antes de conocerlas, dejándome llevar por las primeras impresiones y -ay de mí- por mis prejuicios. Le confieso que las primeras veces que lo leí me pareció usted el típico tipo engolado, muy satisfecho de sí mismo, con un punto de pedantería y otro de egocentrismo.

      Ahora creo que estaba completamente equivocado.

      Con su última respuesta me demuestra que, aunque con puntos de vista distintos de los míos en algunas cosas, es usted una persona con criterios sólidos, no carente de capacidad autocrítica y, sobre todo, más tolerante y educada probablemente que yo mismo. Creo humildemente que he sido injusto con usted y me disculpo por ello.

      Me parece muy bien que sea usted muy de izquierdas. Yo no lo soy, aunque tampoco me considero de derechas. Digamos que no encajo en ninguna de las categorías ideológicas al uso. Al igual que usted, soy rigurosamente laico y no creyente, aunque considero que pertenezco a la civilización occidental, uno de cuyos pilares es la cultura judeocristiana.

      Ya no le canso más. Permítame que me despida con una alusión a la dichosa tilde de su apellido. Prometo que será la última. Respeto profundamente su decisión de mantener la tilde, contra viento y RAE, por vinculación familiar y respeto a sus ancestros. Está usted, como ya le dije, en su perfecto derecho. En mi caso, como no es mi apellido, permítame que, cuando tenga que escribirlo, me atenga “a la legalidad vigente”.

      Saludos cordiales

      P.D. Si no tiene inconveniente, me gustaría seguir saludándolo cuando nos veamos por las calles del barrio. Si prefiere que no lo haga, dígamelo y lo entenderé.

  5. Buenas noches Miguel Angel ! que lindo artículo coincido con cada una de tus palabras, muchas veces noto que en la escuela, supermercados, dependencias públicas …. las personas que alli trabajan está tan ocupados en sus tareas que dejan de lado el saludo, que no es solo eso sino que permite la mirada, el gesto, el encuentro.
    El respeto es importantísimo es una semilla que se siembra en la familia y se cultiva cada día. Cuando no sucede esto las relaciones no se dan favorablemente y se deja en el otro un sabor amargo. Con respero reclamo, enseño, cuestiono, enseño y aprendo, sin él no doy flores ni frutos…..
    Un cariño para todos qué tengan dias felices. Marisa.

    • Querida Marisa:
      Gracias por tu comentario.
      Soy partidario de cuidar las formas de saludo. No por mero cumplido sino de forma auténtica, desde la sinceridad. Las muestras de respeto son importantes en la sociedad, pero especialmente en la escuela.
      Es importante saludarse con respeto porque de las buenas acciones de aprende.
      Besos y gracias.
      MAS

  6. Estimado profesor Antonio del Pozo:

    En esta ocasión, Miguel Ángel nos habla del saludo tailandés como signo de bienvenida, comunicación y respeto mutuo; y, como es habitual en él, lo hace de un modo excelente, tanto que nos apetecería acercarnos a ese país para disfrutar por unos momentos de ese encuentro tan cordial, tan afable y tan rico en gestos y signos corporales.

    Lo anterior tiene relación con la convicción personal de que el saludo entre las personas nunca debe retirarse, pues es la base de la convivencia humana. Con ello quiero decirle que, a pesar de los desencuentros que pudieran producirse, nunca he retirado ni negado el saludo a nadie (a ser sincero, diría que solo se ha producido en dos ocasiones en mi vida; pero fue hasta aclarar las raíces del conflicto), con lo que puede saber que mi domicilio está abierto a todos los habitantes del “barrio”.

    Por otro lado, como me manifestó su interés por el libro de Aforismos de Valeriu Butulescu, adjunto el enlace del artículo que ha salido en los diarios digitales en los que escribo semanalmente para que los seguidores de El Adarve conozcan un poco a este autor rumano.

    http://www.doshermanasdiariodigital.com/2017/08/aureliano-sainz-aforismos-y.html

    Desde un silencio casi monacal, y rodeado de una espléndida naturaleza, reciba un cordial saludo.

  7. DoctorSantos Guerra/ Reciba mis saludos y respetos. Ciertamente la formación ética de cualquier sociedad radica en los referentes familiares, salvo ciertas excepciones se puede considerar a un sujeto que viene de una tormentosa o terrible supervivencia familiar entenderse así mismo, dando cambios importantes a su actuar personal como adulto y ciudadano, por ejemplo saludando de cualquier forma que invite a entender el contexto donde se vive. Parece ser que es una situación a largo plazo, en la actualidad saludar formalmente es fuente de comentarios por quien lo recibe, pues la violencia en gestos y palabras ha ganado camino.

    • Estimado Williams:
      No es fácil determinar si hemos avanzado o retrocedido pero quizás tengas razón al formular tu apreciación pesimista. Pero siempre queda la esperanza de la educación. Porque, a través de ella, podemos formar a las futuras generaciones. Y estoy de acuerdo contigo en que la formación ética será la que nos permita construir una sociedad mejor.
      No basta tener muchos conocimientos en la cabeza.
      Saludos cordiales.
      Un abrazo y gracias por tu interesante comentario.
      MAS

    • Querido ahijado:
      Devuelvo tu saludo y te pido que lo hagas extensivo a toda la comunidad educativa.
      Es educativo que, cada mañana, los profesores reciban a los alumnos y alumnas con un saludo afectuoso y, como dices, reverencias. Y es conveniente que se les enseña a practicarlo.
      Un gran abrazo.
      MAS

  8. Hermoso artículo con el que estoy plenamente de acuerdo.
    Habría que cultivar esas formas de respeto en las familias y en las escuelas. Creo que es muy importante establecer una comunicación basad en el respeto a la dignidad del otro.
    Me ha encantado la forma que tienen los tailandeses de saludarse y despedirse.
    No me extraña que tengo que ver la forma de dirigirse a la divinidad para crear.
    Saludos veraniegos.

  9. Hola familia.

    Comentario breve, de móvil.

    Como dirías tú, MiguelÁngel, sigo con enorme interés (y con los ojos bien abiertos) las distintas intervenciones de Aureliano, Antonio y las tuyas. Gracias por enseñarme (por la parte que me toca).

    Sobre esta semana. Primero tus palabras:
    “Lo sé. Hay más. Si después de saludarte de esa hermosa manera, te timan en un restaurante o en un taxi, te han tendido una trampa. Si te tratan bien formalmente y te clavan una puñalada por la espalda, te sientes doblemente traicionado. Es hipocresía y falsedad. Pero creo que quien saluda así, si es coherente, no comete después una acción abusiva sobre el prójimo.”

    Si es coherente, y honrado. Y hay mucha falta de ambas cosas.

    Alguna vez seguro que ya os lo he contado. Las buenas maneras son necesarias, pero son solo el comienzo (la portada, el título, el ropaje, la imagen) de lo que está por venir o descubrir. Yo destaco más el fondo que la forma. Muy bien emplatado pero incomible mucho peor que algo con muy mala pinta pero con un sabor que te endivias.

    Se me vienen a la cabeza directores de banco o políticos (ellas también) en campaña.

    En otro orden de cosas, creo que me he leído todos los artículos de El Adarve. Uno de los que me ha gustado más (y tengo siempre presente en mi cabeza) es “La cerca del león”.

    Bueno chicos (lo digo por vosotros dos, pues al profesor Antonio todavía lo estoy conociendo, pero le incluyo en mi petición), os dejo pista libre para que os sigáis “atizando” en temas de educación y educativos, a ver si con mis pocas capacidades y con las fuerzas que me quedan consigo sacar algo en limpio de este oscuro y complejo mundo. Atizaros no quiere decir que os lanceis tizas, proyectil que el profe tiene siempre a mano. Y menos en la semana de las buenas formas.

    Miguel Ángel. Por tu nombre y necesidad, dios debió dotarte de alas. Eres de los que más las usaria. (¿Otra vez vas a cruzar el charco?). Que te vaya bonito.

    Un fuerte abrazo a todas y todos los que por aquí andáis.

    • Querido José Antonio (amigo sonámbulo):
      Yo también tengo ritmo de búho y de alondra. Me acuesto tarde, duerme poco (pero bien). En un Hotel de Londres leí, sobre las camas, esta interesante advertencia: Si no duerme usted bien, no le eche la culpa a nuestras camas, analice su conciencia. Cualquiera dice en ese Hotel que no ha pegado ojo.
      Me acuerdo de la cerca del león. Creo que la moraleja de esa historia es muy necesaria en estos días.
      El blog se está poniendo cada día más interesante y es gracias a las sabias y discrepantes aportaciones.
      Te deseo lo mejor para este verano tórrido.
      Y, sí, me voy al invierno. No por placer.Por trabajo. Poquitos días.
      Un fan abrazo.

  10. Buenos días.

    Como complemento y para pensar.

    Manolo Rivas. http://elpaissemanal.elpais.com/columna/manuel-rivas-compromiso-o-cinismo/amp/

    “Quien en la juventud no es de izquierdas, no tiene corazón; quien no es conservador de viejo, no tiene cerebro”. Pero Chomsky tiene 88 y es anarquista.

    “Como los gorriones, la gente común tiene que competir cada vez más por menos granos. Son cada vez más las voces científicas experimentadas que rompen el silencio para darle voz a una naturaleza que está siendo violentada y destruida por la codicia como nunca antes en la historia.”

    “Y duele lo que se ve más allá del fondo. ¿Cuánto hay de activismo e indolencia en la sociedad de hoy? ¿Quién puede más, el compromiso o el cinismo?”

    Dejando el artículo de Manolo Rivas y volviendo (¿lo había dejado?) a las formas, al saludo. Deciros que para mí, el mejor saludo con el que me gusta ser recibido es la sonrisa, solo una sonrisa. (Como dices Miguel Ángel, ha de ser sincera). Me sobran las reverencias. Me incomodan. A nadie habría que hacerle reverencias. Solo (¿solo?) respetarle.

    Una sincera sonrisa para los y las que por aquí transitáis.

    • Querido José Antonio:
      Magnífico artículo de mi querido y admirado Manuel Rivas.
      Gracias por compartirlo.
      Un abrazo.
      MAS

  11. ¿Se puede saber, José Antonio, qué haces a las 3:05 escribiendo para El Adarve? ¿Tienes insomnio? ¿El ambiente que se respira no te deja dormir? ¿Te asaltan malos pensamientos a estas horas?

    Has de saber que la gente de orden, la que obedece a las normas sociales, la que no cuestiona, la que saluda con una sonrisa dentífrica por las mañanas, está durmiendo con la placidez del deber cumplido.

    Deja a Noam Chomsky en paz y no leas nada de este libertario, pues se te pueden pegar ideas poco recomendables para los fríos e insolidarios tiempos que vivimos. Tú hazle caso al gallego que preside este alborotado país y verás todo de color de rosa.

    Que la paz sea contigo.

  12. Uettligen, Suiza, a 8 de agosto de 2017.

    Ha amanecido con una mañana muy fría y una lluvia persistente. Llevamos varios días en territorio helvético y me he vuelto a reencontrar con el silencio y la limpieza de los espacios públicos, dos de las grandes cualidades de este país. En sentido contrario, los dos defectos que más me molestan de mi país: el ruido constante y la suciedad en las calles y plazas.

    Creo que me despediré de esta vida sin que haya visos de que encuentre que estas dos características, o expresiones de la falta de civismo de los españoles, caminen hacia la solución (¿Necesitamos, pues, Educación para la Ciudadanía?; los señores obispos, esos que viven en palacios episcopales, dicen que no, que basta con el adoctrinamiento que se les da a los escolares de Primaria y estudiantes de Secundaria y Bachillerato para que sean buenos cristianos, es decir, buenos ciudadanos, es decir, chicos y chicas que van por el recto camino a la salvación…).

    Puesto que Miguel Ángel ha tratado y reflexionado sobre el saludo tailandés, brevemente, diré que en este país en el que me encuentro, entre familiares y amigos, el saludo es dando tres besos en ambas mejillas (una recibe, pues, el doble); en nosotros son solamente dos.

    Nota: Ya me he visto con amigos y familiares. Como no podía ser de otro modo, ha salido el tema de la enseñanza y de la educación, pues algunos de ellos trabajan en este ámbito o son padres/madres que tienen hijos y están muy interesados en la formación de sus pequeños.

    Un avance: Suiza es un país laico en el que conviven distintas creencias religiosas, junto con personas que no profesa ningún credo.

    En la enseñanza pública no se imparte ningún tipo de asignaturas ligadas a creencias religiosas; estas se llevan a cabo en los templos, las mezquitas, las sinagogas, etc.

    Darse de baja (apostasía, dicen amenazadoramente los obispos españoles) es bien sencillo: basta escribir una carta al obispo del cantón en el que se viva para que al poco tiempo se reciba otra en la que se acepta tal petición… ¡Y santas pascuas! Esto me lo han confirmado padres que lo han solicitado, sin que se les cree ningún tipo de problema.

    Continuaré dando informaciones que supongan explicar otros aspectos característicos de esta cultura.

    Posdata: José Antonio me pedía “leña” para la Universidad. Ahora que nos “aticemos”. Lo curioso es que para él la filosofía es algo raro y extraño, cuando en el fondo, a su manera, resulta ser un filósofo. Él, al igual que el francés Jacques Derrida, sospecha que tras lo que comunican las palabras hay significados que quedan ocultos y que son necesarios hacerlos emerger, es decir, ‘deconstruirlos’, según la terminología del pensador francés. “Leña y atizarse”, pues.

    Por mi parte, me parece muy bien esta invitación, pues si todo lo hacemos de una manera muy ordenada, controlada y educada acabaremos como un “barrio suizo” (no todo van a ser cosas favorables para los helvéticos).

    • Estimado D. Aureliano:

      Escribo medio asfixiado en mitad de una tarde de terral malagueño de agosto (Miguel Ángel sabe de lo que hablo) carcomido por la envidia de sus frescos y limpios aires helvéticos. Comparto plenamente su opinión sobre el contraste entre nuestras calles, sucias y ruidosas y las limpias y silenciosas calles de Suiza (sin mencionar “la caló”, claro). A mí también me dan ganas a veces, si no de de hacerme suizo, de irme, al menos de vacaciones, a la Confederación Helvética. Pero ni mi pensión de jubilado me lo permite ni tengo la suerte de tener familia allí como en su caso. ¿Qué le vamos a hacer? Disfrute usted que puede y siga poniéndonos los dientes largos.

      También suscribo sus opiniones sobre la relación entre religión y enseñanza. Creo que la presencia de las enseñanzas religiosas (de cualquier religión) en la escuela debe ser ninguna. Se puede y se debe estudiar historia de la religión, pues esta es un componente esencial de la propia historia de la civilización. No se entiende la literatura ni el arte si no se tienen unas nociones de mitología clásica, de la Biblia, etc. Pero el componente doctrinal debe quedar relegado a la iglesia, a la mezquita o a la sinagoga.

      Pero la mosca cojonera que a veces me posee, me incita a echar un poco de leña al fuego de la polémica, por aquello de no defraudar al amigo José Antonio. Hablo, cómo no, de Noam A. Chomsky.

      Decía Primo de Rivera, hablando de Valle-Inclán, que se trataba de “un eximio escritor y un extravagante ciudadano”. Parafraseándolo, yo diría que Chomsky es un eximio lingüista y un extravagante opinador político. Para mí es, sin lugar a dudas, el mejor y más brillante estudioso del lenguaje de todos los tiempos. Sin embargo, como analista político no veo en él – estadounidense de ascendencia judía- más que un rabioso antiamericanismo y antisemitismo.
      Se define a sí mismo como anarcosindicalista. No me casa su imagen de profesor emérito del MIT , que es la institución universitaria más exclusiva de los Estados Unidos, viviendo en una zona residencial de Georgetown, uno de los enclaves más exclusivos y WASP del exclusivo Boston, hablando con su elegante acento de profesor bostoniano con la imagen del miliciano de barba hirsuta, pistolón en el cinto y dinamita en la mano que yo tengo asociada al anarcosindicalismo de la CNT-FAI.
      Desde 1969 todas sus publicaciones, ya sean libros, artículos, entrevistas , etc. sobre temas políticos han consistido en ataques despiadados a la política de los Estados Unidos (ya sea bajo la administración Kennedy, Johnson, Nixon, cualquiera de los Bush, Clinton, Obama…) y de Israel. Cualquier enemigo de su país ha merecido su comprensión y su defensa: Cuba, China, Corea del Norte, los Al-Asad, Gaddafi, Sadam Hussein, la teocracia iraní. Incluso justificó el atentado del 11-S contra las Torres Gemelas.
      Su imagen pública aparece hoy día en los Estados Unidos llena de prestigio. Las cadenas de TV norteamericanas lo buscan para entrevistarlo. El Boston Globe lo designó como el más importante pensador norteamericano del siglo… Goza de inmejorable posición en su país.

      ¿Se imaginan ustedes posible un Chomsky cubano, iraní, chino, sirio, o (juaaas) norcoreano, viviendo rodeado de bienestar y prestigio en su propio país?

      Lo dicho, eximio lingüista, y extravagante ciudadano de un país que le permite expresar libremente sus opiniones.

      Dicho queda. Más leña al fuego.

      Saludos calurosos desde Málaga

    • Querido Aureliano:
      Estoy escribiendo (otra vez) desde un aeropuerto.
      Me veré obligado a recordar la forma de saludo de os países que me van a acoger. A veces tengo que hacer esfuerzos para recordar si AQUÍ es un beso, o son dos o son tres. No ha faltado ocasión en la que a quien saludo (conocedor de nuestras costumbres y deseoso de adaptarse a ellas) se cruza con mis deseos de acomodarme yo a la suya…
      Dice muy bien Quintiliano (Don Quintiliano, porque se ha ganado el Don, al menos en este blog) que es bueno acomodar el saludo a las características de las personas, personalizarlo. El ejemplo que nos brinda no puede ser más claro.
      Es un lujo para los lectores y lectoras del blog (no sé qué piensa el profesor Antonio Del Pozo sobre el sexismo en el lenguaje y bien sabe Dios que me gustaría conocerlo) gozar de las crónicas suizas que nos mandas.
      Cómo no compartir la necesidad que sientes de que en nuestro país aumente el civismo como muestras de respeto al prójimo (limpieza, silencio, buenos modos…).
      Conoces bien mi postura sobre la enseñanza de la religión en las escuelas.Me remito al artículo de este blog titulado ENSEÑANZA LAICA, POR DIOS.
      Que disfrutes de la familia, del clima y de las costumbres suizas.
      Un gran abrazo.
      MAS

      • Estimado Miguel Ángel:

        Intuyo que tu pregunta sobre el llamado lenguaje sexista es, en realidad, una pregunta-trampa, pues creo que ya tienes una idea bastante aproximada de mi opinión al respecto. Sin embargo, poseído como estoy de la fe del converso, no me resisto a entrar al trapo y ofrecer mansamente mi cuello al puñal de la polémica.

        Desde un punto de vista gramatical, la cosa está, en mi opinión y en la de casi todos los especialistas que conozco, muy clara. En español, como en francés, italiano, portugués y en el resto de lenguas románicas, el masculino es lo que se llama técnicamente “género no marcado”, de tal manera que sirve indistintamente para los dos géneros cuando se habla de manera general. En este sentido, cuando digo “los profesores”, sin especificar más, me estoy refiriendo tanto a profesores como a profesoras. El femenino, como “género marcado”, se usa cuando se quiere señalar específicamente seres de sexo femenino. En la práctica no creo que fueran muchos los profesores varones que se sintieran incluidos en un genérico “las profesoras”.

        Hace años, cuando empezó a ponerse de moda como parte de la llamada “corrección política” la duplicación de géneros para aludir a un colectivo mixto (profesores y profesoras, alumnos y alumnas, etc.) reconozco que me irritaba profundamente, pues entendía que, además de ser agramatical, era innecesario y atentaba contra el principio de economía del lenguaje. Por otra parte, por más que el autor o autora se esforzara, siempre se le acababa escapando algún masculino genérico. Hoy día, los años me han vuelto más tolerante o más pasota, y ya no me incomoda esa práctica. La sigo considerando superflua, pero entiendo que cada cual tiene derecho a hablar como se sienta más cómodo. Con tal de que no me obliguen a mí a hablar como creo que no debo, los demás pueden hablar como prefieran.

        Es también polémica la generación de formas femeninas donde antes no existían. No deja de ser curioso el interés en forzar femeninos como “jueza” y no “albañila”, por ejemplo. Por otra parte, no conozco a nadie que tenga interés en hacer lo equivalente con “electricisto”, “taxisto”, etc. Pero, en fin, en este asunto, como en el otro, que cada cual haga lo que crea oportuno, con tal de que no me obliguen a mí a ir contra mis principios idiomáticos.

        Otra cuestión sería la persistencia en el uso lingüístico de giros o expresiones que pudieran resultar ofensivas. En este terreno creo yo que, aunque falta camino por recorrer, afortunadamente, se ha avanzado bastante y en la práctica se han desterrado del uso normal muchas de estas expresiones. Sin embargo, este apartado tendría tanto recorrido que daría para varios libros, así que renuncio a desarrollarlo aquí.

        Supongo que es más o menos lo que esperabas. Espero tus objeciones o comentarios.

        Saludos cordiales

        • Estimado Antonio:
          No me cabe la menor duda de que todos y todas quienes leen o escuchan un “masculino no marcado” saben que se refiere indistintamente a hombres y mujeres. No desconozco la norma y la tradición lingüística. Pero en esta cuestión, como en tantas otras relacionadas con el sexismo, hay mucho más calado que la corrección lingüística. Recuerdo que, de niño, estudiaba que los adjetivos concordaban con el sustantivo por el “género noble” (no hacía falta especificar cuál era). El femenino era, pues, innoble o menos noble).
          ¿Cuál es ese otro calado al que me refiero?

          1. Que lo que no se nombra, no existe. O existe con un rango menor.
          2. Que las reglas de la gramática y de la sintaxis las han ideado, casi sin excepción, varones.
          3. Que es importante descubrir cómo, de forma más o menos subrepticia, se destaca uno de los géneros.
          4. Que no es inocente este hecho.
          5. Que, en la medida de los posible, hay que detectarlo y combatirlo.
          5. Que, a mi juicio, en el caso de colisionar dos principios, uno de carácter lingüístico y otro de carácter ético, creo que debe darse preferencia al segundo.

          Ya sé que la evitación del lenguaje sexista puede llevar a situaciones ridículas. Ya sé que la cuestión lleva a plantear bromas (he de reconocer que no son de mi gusto). Pero creo que en una cuestión tan grave como la de la discriminación de la mujer, habría que tener cuidado con TODOS los factores que la alimentan. No hay cuestión menor.

          Sé que el tema de para mucho más. Bienvenidas sean todas las reflexiones en un sentido o en otro.

          Un cordial saludo desde el invierno argentino. Se agradecen estos 12 grados después de salir del horno andaluz.

          MAS

          • Estimado Miguel Ángel:

            Aunque viejo, debo de ser algo más joven que tú, porque nunca en mi vida he oído esa expresión de “género noble”. Otros tiempos, otras costumbres.

            Reconozco que con un poco de pereza, pues estos debates ya me cansan (he tenido demasiados), intentaré refutar tus puntos de vista o, al menos, indicar que se puede pensar y actuar de manera diferente sin ser por ello sexista ni tener que soportar que le cuelguen a uno esa etiqueta.

            1. Dando por bueno que “lo que no se nombra no exista”, cuando yo digo “mis alumnos” estoy nombrando, en mi mente y en la realidad, a todos ellos, cualquiera que sea su sexo.
            2. La morfología y la sintaxis se han limitado a compilar y dar un poco de orden al uso general que los hablantes hacen de su lengua, uso que han inventado, obviamente, los hombres y las mujeres conjuntamente.
            3. No estoy de acuerdo en que usando el “género no marcado” se destaque, ni siquiera de manera subrepticia, a un género sobre el otro. Cuando se destaca a un género sobre el otro es cuando se duplica innecesaria y reiteradamente la marca de género, es decir, el femenino.
            4. No puedo hablar por todo el mundo, pero en mi caso te aseguro que lo hago y lo seguiré haciendo de manera completamente inocente.
            5. Tendré que resignarme a que me detectes y combatas, qué le vamos a hacer. Yo, sin embargo, no me quejaré de que tú sigas los dictados de tu conciencia genérica. Ya ves que la guerra la tienes casi ganada: una de las partes renuncia a combatir.
            6. No veo colisión ética-lingüística por ninguna parte. Ya sabemos que la ética puede tener matices muy personales.

            Para terminar te diré que jamás se me ha dado el caso ni entre mis alumnos, ni entre mis colegas, ni siquiera entre mis amigos (también tengo alumnas y, aunque parezca increíble, amigas) de que nadie se haya sentido ignorada u ofendida por el uso del masculino genérico en plural.

            Por otra parte, como tú bien has dicho, la alternativa cae a veces en situaciones ridículas. No voy a tener el mal gusto de hacer ningún chiste fácil ni de recordar alguna sonada metedura de pata.

            Esta es mi opinión, pero puedo estar equivocado.

            Vale

          • Estimado Antonio:
            Mientras espero la hora de mi intervención, dispongo de un ratito para comentar algunas cuestiones de este debate interminable, peor no banal.

            -Yo sí he oído a alguna niña preguntar, cuando el profesor dijo que todos los niños tenían que salir al patio: ¿Y las niñas?
            Probablemente como fruto de esta a mi juicio positivo moda.
            – Las probable que ninguna mujer se ha sentido discriminada o excluida al decir que “el hombre es un ser…”. Pero, desde que se abrió este debate, ya hay muchas mujeres (y algunos hombre, como ves) que sienten esa exclusión.
            – No tengo la menor duda de que no eres sexista por escribir y hablar como hablas.No tengo la menor duda tampoco de que la forma de hablar que utilizas son plenamente INOCENTES. Lo que digo que no es inocente es el lenguaje, el sistema.
            – Creo que si hay discriminación (aunque sea lingüística) hay de por medio, una dimensión ética.
            Cuando se produce un hecho brutal (muerte, paliza, acuchillamiento… de mujeres) siempre pienso en las causas. Y todas las que encierran discriminación contribuyen a que se produzcan. Ya sé que sería casi ridículo pensar que por ni decir “los niños y las niñas” se puede provocar una catástrofe sexista.
            Pero ahí están las costumbres, las religiones, las rutinas, la doble moral… alimentando el sexismo.
            Recuerdo haber leído un interesante artículo sobre esta cuestión de una autora que (perdón si no recuerdo bien) se llama Juana Castro. Intentaré localizarlo para compartirlo.
            Un cordial saludo.
            MAS

  13. Hola a todas las personas,

    1.- Hola a todos, es un saludo, digamos, estandarizado. Algo cambiado en los últimos tiempos, por esa costumbre que va naciendo en pro de la igualdad de género, de nombrar en masculino y en femenino. Adoptemos los nuevos tiempos. Digamos pues, todas y todos, señoras y señores, niños y niñas, jóvenes y jóvanas, y así hasta el infinito de cualquier situación donde pueda darse el género masculino y femenino a la vez.

    2.- Para no dispersarme, eso, que el saludo tailandés es un saludo estandarizado, es como una norma, una costumbre, aunque como bien apunta el autor, Sr. Guerra, habrá de tener todo un haz de matices que lo llevan hasta el saludo personalizado. Además muy bello, porque reúne a su vez varios gestos en que uno de ellos, por sí mismo, ya transmite empatía.

    3.- O dicho de otra forma, cada nación, cada ciudad, cada comunidad, tiene su peculiar forma de saludar. Forma que, a simple vista, nos puede parecer genérica o igual para todos. Habrá que profundizar en el detalle para dentro de dos “holas”, o dentro de dos “adiós”, encontrar el matiz que los diferencia.

    4.- Claro, cada comunidad, entiendo, ha de saludar de acuerdo con los patrones de convivencia de esa comunidad. No me veo yo saludando con saludo tailandés a la señora de mi vecino de lindes. Entre otras, por los perjuicios que me podrían acarrear por la extrañeza del gesto para la receptora del saludo, y más aún para el cónyuge de la susodicha receptora. Oh, qué me cuesta ir encaminando lo que quiero decir con esta torradera que hace, los garbanzos en la barriga y la hora que es, sigamos pues.

    5.- Para mí el saludo realmente afectivo es el que va encaminado al inicio de la interacción o conversación, o comunicación. El saludo meramente formal, de cortesía, queda bien, está ahí, es bello, debe existir entre personas civilizadas. Apelo, sin embargo, a la importancia del saludo “interesado”, valga la expresión, en el buen sentido. Apelo al saludo personalizado, pensado, conmovedor, juzgador, sincero. Apelo al saludo específicamente destinado a la persona determinada y concreta, con su conjunto de matices, de historias no olvidadas, de respuestas esperadas.

    6.- Para no seguir por las ramas, un ejemplo ocurrido en este blog del Adarve. No me sorprendió demasiado, pues a menudo de similar calado me llegan algunos. Lo cuento porque viene al caso. Una vez me ganó, ganó mi afecto, y lo tiene ganado, el Sr. Lema (D. José Antonio Romero Lema). Una vez me saludó, de forma personalizada, eficaz, eficiente, real, verídico, interesado por mi persona y desinteresado en sacar frutos de aquello. Ya lo digo, no me acuerdo del saludo literal, pero muy parecido a:

    “hola Quintiliano”, vaya hombre, dónde andas, creí que te habías muerto”.

    Es evidente que aquel no era un saludo estándar. Era un saludo personalizado. Bastante acorde a mi forma de ser, cosa que evidencia la agudeza del emisor. De cómo un gallego, a través de este medio -solo escrito-, pudo saludar tan a medida a un campesino andaluz -concreto-. Juro que pocas veces me han saludado con tal coherencia y verosimilitud. Un saludo que para otros puede significar algo de negatividad, para mi fue una vehemente historia de realismo. Gracias, una vez más, Sr. Lema.

    Tengan buena tarde.

    • Estimado Don Quintiliano:
      El ejemplo que nos ofreces de saludo personalizado es muy eficaz.
      Creo que parte de la riqueza del saludo está en la carga de significado que la cultura ha depositado en él a través del tiempo y parte en la forma de utilizarlo de cada persona. Cada uno saluda como es.
      Mi abuelo paterno (agricultor castellano de recias costumbres) mandaba salir de nuevo a la calle a sus hijos y nietos si, al entrar en el salón o en el comedor, no saludaban de la forma correcta.
      Había que repetir (no sé de forma sentida o solo mecánica) los rituales del saludo establecidos en la familia. En eso era inexorable.
      Creo que hoy descuidamos (en la casa y en las escuelas) el cultivo de las formas de respeto en aras de una espontaneidad y llaneza no siempre deseables.
      No me caso de reitrar la gratitud a todos los comentaristas, hombres y mujeres, por sus aportaciones.
      Un cordial saludo, pues.
      MAS

    • De nada Quintiliano. Muchas gracias a ti; te las doy hoy porque en su día no lo hice, y no me acuerdo, pero, conociéndome, seguro que sentía la necesidad de dártelas, pero soy un poco raro y complicado, aunque seguro que tú me tienes bien catado. Como te leí más de una vez, cuando escribimos nos despelotamos (en los dos sentidos).

      ¡Qué bien te explicas, condenado! ¡Y cuánto sabes! Otra cosa es que te entendamos, que se te entienda. Hay cosas entre personas que, desconociendo los contextos, no se pueden entender bien, como el saludo tailandés, o el que yo pueda realizar con mi hijo pequeño.

      Un abrazo personalizado, campesino sembrador y recolector, amante del buen riego adaptado a los tiempos (meteorológicos) que corren.

  14. Buenas tardes.

    Una vez más prefiero leer que opinar. Ante comentarios tan interesantes no me veo capacitado de competir… Antonio del Pozo hacía referencia a la caló de terral. Esta caló es extensible a la costa granaina y mis neuronas están amuermadas… Por cierto Miguel Ángel ayer estuve en la Cala del Moral y me acordé mucho de ti…

    A seguir a aprendiendo…

    Sigan disfrutando ustedes de sus vacaciones…

    P-D. Por cierto, mi cama de verano estaba al principio un poco dura, ya se va ablandando… 😉

    • Querido Jun Carlos:
      No hay que competir, hay que participar. Y tú tienes mucha experiencia, mucha capacidad y muchas ideas aprovechables. No nos provee de ellas.
      Me hubiera gustado tomar algo en el peso marítimo para aliviar los calores de este verano, pero no me encuentro en el domicilio familiar.
      Cuando tengas domada esa cama tendrás que volver al tajo. Pero veo que está mejorando. Ánimo.
      Un abrazo.
      MAS

  15. Berna, Suiza, a 9 de agosto de 2017.

    Ayer tuvimos de máxima ¡15º! Procediendo de Córdoba, que en este verano alcanzamos 47º en el interior de la ciudad, no deja de ser venir del infierno al ¿cielo?

    Por cierto, ¿existe todavía el infierno o los teólogos de la Iglesia católica aún se lo están pensando? La pregunta no es banal, pues, por lo que sé, a niños y niñas de los colegios españoles se les sigue aterrorizando con los miedos de los fuegos eternos. Otra cosa es en este país que se llevó a cabo la Reforma protestante promovida por Calvino (francés de nacimiento) y Zuinglio, por lo que aquí el predominio y los privilegios de la Iglesia católica no se dan; necesariamente tiene que convivir con otras confesiones religiosas.
    Bueno, si hay alguien del “barrio pedagógico” que esté al tanto de las últimas novedades teológicas le agradecería que me informara. ¡Ah, por cierto!, suizo es el teólogo católico Hans Kung, hombre culto y de gran inteligencia, pero que no es nada grato para la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, el antiguo Santo Oficio, es decir, la antigua Santa Inquisición (eso sí, con nombres cambiados).

    De Hans Kung tengo, y he leído detenidamente, el voluminoso “Ser cristiano”, y puedo decir que está muy lejos de lo que predican y practican algunos obispos españoles (entre ellos, el señor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, que es de una brutalidad intelectual inaudita).

    ***

    Ayer, por la mañana, me acerqué a comprar a Coop, que es la tienda que tiene esta cadena en el pueblecito de Uettligen. No me queda más remedio que hablar en francés, pues, tal como he indicado, más allá de algunas frases no sé expresarme en alemán, que es la lengua del cantón de Berna.

    De todos modos, la gente es muy cordial y en su mayoría me responde y aclara en francés mis dudas, pues se dan cuenta que yo no soy de este país (aunque bien pudiera pasar por alguno de ellos, pues la barba y el pelo blancos dan la imagen de un respetable abuelo suizo).

    En la tienda, y en la sección de frutas, observo que una madre joven está acompañada por dos niñas muy rubias. A la más pequeña le está riñendo (no sé la razón, pues habla en alemán), pero lo hace tan bajito y con tanta ternura que no me extraña que los niños y niñas de este país, al menos los que yo conozco, sean bastante tranquilos.

    ***

    Otra observación: en las comidas y reuniones no se utiliza el móvil, sea por parte de los padres o por los hijos. Está guardado. Lejos del nefasto hábito que se está extendiendo por nuestro país en el que se utiliza en todo momento y lugar.

    Por otro lado, he observado que, aunque hay gente que lo lleva en las manos en la calle, la diferencia también es grande con lo que vemos en nuestro país.

    De esto hablaremos más detenidamente, pues tal como la profesora estadounidense Sherry Turkle nos avisa, los cambios de hábitos en el seno familiar y social son acelerados por la aparición de los denominados “teléfonos inteligentes”.

    ***

    Por el último escrito, veo que al profesor Antonio del Pozo no le gusta nada (políticamente) Noam Chomsky. Yo lo cité anteriormente, y José Antonio lo ha vuelto a sacar a colación.

    No quiero polemizar sobre alguien al que admiro, sea como lingüista (esto queda fuera de toda duda, pues es uno de los más brillantes que siguen vivos) o por su compromiso político, en un país en el que más allá de ‘republicanos’ y ‘demócratas’, parece que el mundo no existe.

    Solo quisiera hacer algunas puntualizaciones.

    Como bien he indicado, cojeo abiertamente hacia la izquierda. Pero, ojo, siempre he sido un abierto defensor de las libertades de los individuos; no se puede construir una sociedad nueva simplemente con la estatalización de la economía (que, a fin de cuentas, no era ni socialismo ni comunismo).

    Siempre rechacé los sistemas que negaban esas libertades que hay que conquistar en cualquier sociedad en la que se viva.

    Con respecto a las posiciones políticas de Chomsky, quisiera decir que, a pesar de
    encuadrarse en posiciones minoritarias, el anarquismo ha tenido una fuerte presencia en los medios intelectuales estadounidenses (tiempo atrás, también en los sectores obreros).

    No es, pues, una singularidad la del afamado lingüista. No quiero remontarse a los tiempos de la brillante y combativa Emma Goldman (de origen lituano). Como ejemplo actual, aunque ha fallecido recientemente, citaría al gran historiador Howard Zinn (también judío como Chomsky), del que podemos, y recomiendo, leer en español “La otra historia de Estados Unidos”.

    Lo que no acabo de entender es que a Noam Chomsky se le reproche que gane mucho dinero, entre otras cuestiones por las numerosas ediciones de sus libros. Nunca he escuchado que, por ejemplo, se le reproche a Savater o a Muñoz Molina que los beneficios reportados por sus publicaciones les hagan tener unas vidas bien desahogadas y no dediquen parte de sus beneficios a ONG (esto último es de cosecha propia).

    ***

    En fin, voy cerrando, pues me temo que el titular del blog empieza a sospechar de mis (más que dudosas) intenciones con estas entregas en forma de diarios.
    Bueno, ya os iré hablando de otras cuestiones de este interesante país.
    Un abrazo para todo el barrio.

    • Puntualización: nunca he dicho que me parezca mal que Chomsky goce de una posición desahogada económicamente. Lo que tiene y lo que gane es más que merecido. Simplemente me preguntaba cuál sería su posición, no ya social o económica, sino de integridad física si viviera en cualquiera de los países que defiende o justifica y opinara sobre ellos como lo hace con los Estados Unidos.

      Aunque el terral parece haber remitido un poco, mis saludos siguen siendo calurosos

  16. ¿Cómo ha podido pensar, profesor Del Pozo, que yo iba a tratar de anarcosindicalistas a Savater y a Muñoz Molina? ¡Santo cielo! Dos personas tan respetables, tan dignas, tan bien acogidas por las instituciones más solventes y vetustas de este país…

    Bien es cierto que Fernando Savater en sus inicios se presentaba en la línea ácrata, cercana al inolvidable Agustín García Calvo. Así pues, tras la muerte del dictador podíamos leerle, entre otras publicaciones, “Para la anarquía y otros enfrentamientos” o ensayos sobre Nietzsche o Emil Cioran. Pero, ay, ese era un sendero muy difícil de transitar, por lo que con el paso del tiempo abandona las veleidades juveniles y se hace una persona muy sensata (como dios manda). Aunque, más tarde, en el ámbito político no haya tenido grandes aciertos, como cuando apadrinó la creación del Partido Radical (a semejanza del italiano, en los que estaban los muy combativos Emma Bonino y Marco Pannella) y, más tarde, lo encontremos como pensador de UPYD.

    Bien es cierto que, en su juventud, Antonio Muñoz Molina militó en el PCE, que fue la verdadera oposición (junto con otros partidos comunistas) a la larga, sangrienta y cruel dictadura franquista. Pero, ay, ese camino no era el más adecuado cuando se tienen amplias aspiraciones personales. ¿Sería concebible en este país que un militante comunista entrara en esa institución tan venerable como es la RAE de la Lengua? De ninguna manera. Hoy, curiosamente, Muñoz Molina nos envía artículos desde New York, al tiempo que manifiesta que “ya está bien de que al comunismo se le trate con más indulgencia que al fascismo” (Libertad Digital, 2009, 12-14), declaraciones realizadas con el fin de que se incluya en el diccionario de la RAE la calificación de pensamiento totalitario al comunismo. ¡Ni San Pablo en su camino a Tarso había experimentado un cambio tan profundo!

    Para cerrar, quisiera apuntarle que si quienes se ubican en el amplio espectro de la izquierda (socialistas, comunistas, anarquistas, ecologistas, feministas, asamblearios…) pueden ser calificados de “asesinos confesos” (Ernesto Guevara de la Serna) o “justificadores de actos terroristas” (Noam Chomsky), me hace temblar el pensar que puedan salir a la palestra en El Adarve algunos de mis admirados Mario Benedetti, Eduardo Galeano, José Saramago, Lidia Falcón, José Mújica… Ruego al cielo que no caigan por estas latitudes.

    Firmado: El vecino incómodo del barrio

    • No sé por qué ha cogido usted la manía de meterse con Antonio Muñoz Molina y Fernando Savater: dos de las más brillantes figuras del panorama cultural español actual y dos personas de más que probadas convicciones democráticas.

      Antonio Muñoz Molina no es miembro de la RAE por su orientación política. Aparte de ser un demócrata convencido, no me consta que sea particularmente conservador ni de derechas. Más bien forma parte de la RAE por ser uno de los mejores prosistas españoles del último cuarto del siglo XX y lo que llevamos del XXI.

      Fernando Savater, especialmente tras la muerte de Gustavo Bueno, es probablemente el más brillante pensador y filósofo español vivo. Su “militancia política” siempre ha sido testimonial (él diría que “para hacer bulto”). Su profunda honestidad intelectual, junto a la brillantez de su cerebro, le han llevado a la posición de prestigio en la que se encuentra. No creo que nadie le haya regalado nada. Bueno, durante algunos años la organización ETA quiso regalarle una bala, pero afortunadamente no encontraron su nuca.

      Tanto uno como otro son colaboradores habituales del diario EL PAÍS, que es el gran periódico de la izquierda ilustrada española. Ni uno ni otro me consta que hayan matado nunca a nadie. Si de algo son culpables es de haber evolucionado desde sus posiciones juveniles, de haber aprendido con el estudio, las lecturas y los años, y de haber elaborado sus pensamientos más profundos en la madurez.

      Otros, en cambio, toman prestada una ideología “prêt-a-porter” en su juventud y, por pereza intelectual, por desidia o simple incapacidad de evolucionar, siguen con ella hasta la tumba. Suelen relacionarse solamente con gente “de su cuerda”, leen solo autores que saben de antemano que les van a contar lo que quieren leer e interpretan como ataque, a veces casi personal, cualquier opinión discrepante. Ya lo dijo el sabio: “Desconfiad de la gente de un solo libro (Timeo hominem unius libri)”

      Quizá el motivo de su inquina hacia estas dos personas sea que, habiéndolos yo defendido en alguna ocasión, busque usted a través de ellos el empate con mis críticas hacia Noam Chomsky y Ernesto Guevara. Como me parece que no lo entendió usted bien, le voy a resumir mis críticas:

      A Noam Chomsky lo admiro profundamente como lingüista y como pensador. De su activismo político simplemente me parece chocante que, siendo hijo de una familia de refugiados judíos ucranianos que llegan a Estados Unidos como inmigrantes, que habiéndole encumbrado ese mismo país que acogió a su familia a las más altas cumbres intelectuales, con la merecida dosis de reconocimiento social y la no menos merecida de bienestar material, haya hecho del ataque feroz a su propio país la razón principal de su vida. Me reafirmo, eximio lingüista y pensador; extravagante (y desagradecido) ciudadano.

      Si la postura política de Chomsky me produce cierto estupor, Ernesto Guevara es otra cosa. En su caso estamos hablando de un asesino múltiple. Durante su estancia en Sierra Maestra, escribía a su mujer Hilda Gadea: “Aquí en la selva cubana, vivo y sediento de sangre…” . Antes del triunfo de la revolución se le considera responsable directo de entre 17 y 19 ejecuciones de supuestos contrarrevolucionarios (al menos dos, por su propia mano). Desde el 3 de enero al 26 de noviembre de 1959 estuvo al frente del tristemente célebre presidio de “La Cabaña”. Durante este periodo se llevaron a cabo no menos de 200 ejecuciones, de las cuales al menos 79 ocurrieron bajo las órdenes directas de Guevara. En fin, el abogado cubano Luis Ortega cifra las víctimas de Guevara en un total 1.897, algunas de ellas por su propia mano. Por si le queda alguna duda aquí le dejo un enlace donde se le puede oír, con su propia voz, jactarse de ello ante la ONU (a partir del 47″):
      https://www.youtube.com/watch?v=VC8fW1xu0Ks
      Su actividad criminal no se detuvo en los fusilamientos. También fue el creador y primer director de un centro de internamiento para homosexuales en la península de Guanahacabibes. En su entrada, copiando el lema que presidía el campo de concentración Auschwitz, podía leerse “El trabajo os hará hombres”. Abundan los testimonios de su carácter racista y machista…

      Incomprensiblemente, sigue siendo un icono para cierta izquierda. Comprenderá usted que, ante semejante currículum, sus críticas a Muñoz Molina y a Savater (que pudo haber sido una víctima más de iluminados como Guevara) son de chiste.

      No se preocupe usted, don Aureliano, de su admirado Juan Carlos Onetti solo le diré que me parece un poeta sublime y un buen narrador (aunque no sea de mis favoritos). De Saramago y Galeano solo le diré que me parece que están muy sobrevalorados y creo que el tiempo los pondrá en su lugar. De Mújica y Falcón, respeto por el primero y absoluto desinterés por la segunda.

      Menos mal que no se ha decidido usted a incluir en su lista de admirados a otros destacados izquierdistas como Mao Zedong (unos 80 millones de víctimas); Josif Stalin (entre 20 y 30 millones de víctimas); Pol Pot (1,7 millones, lo que supone casi la cuarta parte de la población total de su país), la dinastía coreana Kim (¿…?).

      Ya termino. Le aviso de que no voy a mantener más polémicas ideológicas con usted. Como solía decir una amiga puertorriqueña a la que ya he citado antes: “al burro se le deja burro”. No vaya a usted a pensar que le estoy comparando con tan noble animal. Lo que quiere decir la frase es que, estando nuestras posturas tan lejanas y encontradas, difícilmente vamos a encontrar puntos de acuerdo. Lo que convierte estos debates en demasiado largos, demasiado farragosos y, sobre todo, demasiado estériles.

      Siga disfrutando de sus vacaciones

      Vale

  17. Excelente artículo.Con buen contenido y con estupendo estilo.
    Cuestión interesante la del saludo porque es la forma de acercarnos a los otros. En las ciudades se ha perdido esa buena costumbre de los pueblos en la que todo el mundo saludo a todo el mundo. Somos extraños.
    El darse la mano, al parecer, mostraba al saludado que quien la ofrecía no portaba armas que le hicieran daño.
    Todos los gestos tienen significado. y, por supuesto, las palabras.
    – Hola
    – ¿Cómo estás?
    – ¿Qué tal te va?
    – Buenos días, tardes, noches…
    Lo que predomina es el interés por el otro.
    Hay que cultivas el saludo y la despedida.
    – Adiós
    – Hasta mañana
    Que te vaya bien…
    Un cordial saludo para todos y todas.

    • Querida Rocío:

      Gracias por tus generosas palabras.
      Saludar y despedir son rituales que pueden estar vacíos de contenido o cargados de significado y de emoción.
      Creo que es importante cultivar estas formas de comunicación con los otros.
      Las prisas hacen que nuestras comunicaciones sean, a veces, poco reflexivas, poco profundas.
      El saludo tailandés requiere un tiempo mayor que un simple “hola”.
      Besos y gracias.
      MAS

    • Estimada Sra. o Srta. Hurtado,

      A mí también me ha gustado su comentario. Especialmente.

      Casualmente, hace unos días, al igual que ahora ha salido la diferencia entre el saludo en el pueblo y en la ciudad, salió la diferencia entre el trato a la muerte en el pueblo y la ciudad. Prácticamente las mismas coincidencias.

      De otra, a mí, personalmente, me parece una falta de respecto gordísima, que un joven, universitario o no, tutee a un señor (o señora) octogenario de pueblo, o ciudad, me da igual. A este señor, probablemente la mayor dignidad que le queda es que le traten con respeto. Y para él, insisto para él, el respecto empieza con el Ud. Y esta exigencia no tiene nada que ver con atribuirle a la derecha la exigencia del Usted. Tal vez el octogenario vio morir a su padre en presidio en los años cuarenta.

      Me parece de juzgado de guardia que en los ámbitos educativos, especialmente aquí en Andalucía, se potencie el tuteo como norma con independencia de la edad y costumbres del interlocutor. El respecto a los mayores ha de empezar por algo, al menos por el reconocimiento de “sus” valores. Los valores que ellos mismos, los mayores, se atribuyen; y no los valores que los demás queramos adjudicarles.

      Tengan un buen día.

      • Completamente de acuerdo con su comentario, don Quintiliano. Tener dos formas de tratamiento: una de cercanía y otra de cortesía (tú y usted) aportan riqueza a nuestra lengua y nos dan herramientas para asumir mejor los roles que deseemos en cada situación.
        La primera vez que un alumno me tuteó, hace algunos años, lo corregí como si hubiera sido una insolencia por su parte. No tardé en darme cuenta de que no se trataba de insolencia, sino de ignorancia. A los niños ya no se les enseña el uso del usted ni en la familia ni en la escuela.
        La creencia de que hablar de tú sistemáticamente a todo el mundo contribuye al igualitarismo es radicalmente errónea. Se suele poner como ejemplo el inglés, que usa “you” indistintamente para “tú” y para “usted”. Sin embargo, pocas lenguas como el inglés tienen más y más sutiles mecanismos para marcar la cercanía o la distancia en el trato.
        Se trata de un fenómeno circunscrito, por ahora, al español de España. Por suerte, en América, donde se suele cuidar más nuestra lengua común, se mantiene bastante firme todavía la distinción tú (o vos) / usted. De hecho, en plural siempre se usa “ustedes”. Nuestro “vosotros” peninsular suena a sus oídos como algo arcaizante.

        Siga usted obsequiándonos con la honda sabiduría del campesino andaluz.

        Tomé nota de una observación suya sobre el saludo y me voy a permitir despedirle de una manera diferente (tomada prestada del rey-poeta Al-Mutamid):

        Que siempre te acompañen el agua y la sombra

        Vale

      • Estimados Antonio y Quintiliano:
        Siempre he dejado libertad a mis alumnos y alumnas para que se dirigiesen a mi con el trato de tú o de usted. He pensado que en el tú no había falta de respeto y he temido que la imposición del usted fuese rechazada “por dentro”. Y si alguna vez, excepcionalmente, he corregido, ha sido para pedir el trato de tú. Creo que es más cercano. Sí he procurado siempre que el trato fuera respetuoso. No solo desde una perspectiva jerárquica (edad, dignidad y gobierno, que decían los antiguos catecismos) sino de arriba hacia abajo. Siempre he pedido respeto para todos y todas, pero en especial lo he pedido para quien NO PODÍA OBLIGAR AL OTRO A MOSTRAR RESPETO. Es más fácil que el soldado respete al general que a la inversa.
        Permitidme los dos recordar una anécdota verídica que conté hace años en el blog sobre el uso del usted y del tú. Me la contó una secretaria de juzgado que había sido testigo. No tiene desperdicio.
        Un juez le pide a un joven de cresta hirsuta que le estaba tuteando con descaro:
        – Hábleme de usted.
        Y el joven le dice:
        – ¿Y qué quieres que te diga de mí, señor juez?
        Un cordial saludo.
        Preciosa despedida, por cierto, estimado Antonio, para nuestro sabio campesino.
        Saludos cordiales.
        MAS

        • Estimado Miguel Ángel:

          En mi época de estudiante universitario, solía tutear a los profesores más cercanos (no a D. José Mondéjar ni a D. Manuel Alvar, por supuesto). Después, ya como profesor, solía estimular a mis alumnos a que me tutearan. En aquella época (años 70-80), a mis alumnos “no les salía” tutear al profesor.
          Mucho más tarde descubrí que el tratamiento “asimétrico” funcionaba muy bien a la hora de delimitar los roles. Por supuesto, yo trataba con niños y niñas casi adolescentes, no con estudiantes universitarios. De hecho, cuando quería demostrar incomodidad o seriedad, “usteaba” a mis alumnos. El mensaje era: “el profe se ha mosqueado”. En fin, ese juego de distancia-cercanía me funcionaba muy bien.

          Después vino la crisis del “usted”. A partir del momento en que entendí que era un problema de ignorancia y no de insolencia, decidí dedicar al menos una clase, cualquiera que fuera el nivel, a explicar las distintas formas de tratamiento. Incluso incluía algún pequeño “rol play” para que mis alumnos al menos SUPIERAN manejar el “usted” si lo deseaban. Comunicaba a mis alumnos que, en general, prefería que me hablaran de usted, pero nunca tomé ninguna medida, ni siquiera contrariedad o enfado, contra quienes me tuteaban.

          En general, hasta mi jubilación, mis alumnos me hablaron de usted y se dirigieron a mí como “don Antonio”. Yo estaba cómodo y ellos también. Sin duda, de lo que más orgulloso me siento de todos mis años en la enseñanza es de la gran cantidad de afecto sincero que he dado a mis alumnos y ellos me han devuelto centuplicado. Siempre me he sentido muy querido.

          En resumen, el uso del tú y el usted ayuda a delimitar roles, y planteado con sensatez, no impone barrera alguna al afecto.

          Suelo terminar últimamente mis intervenciones con la expresión “vale”, que es como solían terminar los romanos sus cartas. Significa “que estés bien de salud”.

          Vale

          • Hola de nuevo, Sr. Del Pozo, Sr. Guerra.

            1.- Breve, para no ser muy pesado con lo del usted. Personalmente prefiero que me tuteen. Lo del “Don Quintiliano” es otra historia, más bien de autoreconocimiento de mi labor profesional en la sociedad donde vivo.

            2.- Yo solo reivindico que a cada persona se le trate con su -de ella- escala de valores. Y ante la duda, pecar antes por exceso que por defecto. Me parece encomiable que el maestro para sus alumnos, para crear cercanía y confianza, de pie al tuteo. Pero, siempre y cuando se haga informando de que esa es una excepción, y no una norma. Con cuidado, porque tal vez el maestro sea la “primera” autoridad en la jerarquía de personas que pueda conocer el niño. Y claro, si al maestro lo tutea, ¿a quien va a hablar de usted?.

            Ello, sin olvidar hay personas que por su cultura de otra época, de otra formación o ninguna, en fin, por razones personales suyas, el hecho de que se les hable de Usted sea primordial a su reconocimiento como persona. Parodiando al Código Civil, el desconocimiento de los valores de la otra persona, no me exime de mi obligado respeto hacia ella.

            3.- Sr. Guerra, creo que el Sr. Del Pozo no se refiere al “vale”, y sí a que no me falte agua y sombra. Creo. No me puede desear mejor fortuna. El agua, no demasiada, la tengo, claro, dependiendo en gran parte de la meteorología. Ahora eso sí, la sombra, entre otras cuento con la tupida de unos 300 cítricos que cada una por sí es una maravilla. Pero, la palma se la lleva la sombra de una higuera “de la Reina” o “cuello de Dama”, de unos 8 metros de alta y unos 12 o 14 de diámetro. Ya se pueden imaginar lo tupida de la sombra. No hay duelo, ni boda, ni bautizo, ni acto en sereno o algo bebido, en que no saque a relucir las virtudes de mi higuera. Tengo otras, unas 30 más, pero esta es la jefa. Me tiene enamorado. No pudre los higos. La única pega es que hay que cogerlos día sí, día no, para que no acudan las abejas y avispas a comer. No por lo que coman, por lo que salpican. A cada higos que produce, además de muchos, gordísimos, de más de 10 o 12 centímetros de diámetro, partidos parecen pequeñas sandías de lo rojos que son. Ellos con su chorro de miel -por el culo u hocico-. Es una luchadora nata. Está de secano y donde coge poca agua del riego, pero ella se busca bien la vida. Un día veo venir en la distancia a mi vecino de lindes con un haz de algo negruzco en las manos, era un pequeño haz de raíces finísimas de mi higuera que él había arrancado más de cincuenta metros adentro en su propiedad.

            4.- Ya que es usted un maestro en el uso de la palabra, Sr. Del Pozo, cuál sería para usted el significado de la expresión: “no se ha caído de una higuera”. Si quiere, claro, faltaría más. Gracias.

            Tengan buena tarde.

          • Dilecto don Quintiliano:

            Voy a empezar por una cuestión de tratamiento. Ha manifestado usted que personalmente prefiere que le tuteen. Por mi parte, cuando ya voy conociendo a una persona y constato que me cae bien, yo también lo prefiero.

            Atención, lo que sigue es una digresión (puede saltarse este párrafo). En la versión de El abuelo de Galdós que José Luis Garci llevó al cine (muy buena adaptación, por cierto), el personaje interpretado por Agustín González (Senén, el “trepa pelotillero e hipócrita”), se dirigía a la solterona rica del pueblo en términos parecidos a estos: “(con aire engolado y relamido) ¿Puedo llamarla Consuelito, doña Consuelito?

            Pues bien, pregunto yo: ¿Puedo llamarlo Quintiliano, don Quintiliano? A mí me encantaría que nos tuteáramos, si no tiene usted inconveniente.

            Dicho esto, pasemos a la pregunta sobre “caerse de la higuera”. Ante todo, te agradezco (ya empiezo con el tuteo) que tengas tanta confianza en mis conocimientos. De verdad, no es para tanto. Reconozco, no sin rubor, que un puntillo de pedantería me hace intentar parecer más sabio de lo que soy. En realidad (guárdame el secreto) saco casi toda la información de la que presumo del bendito Internet y su santo patrón, San Google.

            En este caso, mi bendito Internet me ha fallado estrepitosamente. He echado mano de mi modesta biblioteca y ni en El porqué de los dichos, de José María Iribarren, ni en Del hecho al dicho de Gregorio Doval he encontrado referencia a esa expresión. Así que no me ha quedado más remedio que recurrir a mi ya cascado entendimiento y, estrujándome un poco el caletre, he llegado a alguna conclusión provisional. Te advierto de antemano que no es más que una conjetura, sin argumento de autoridad ni base científica.

            Hay varias expresiones de sentido más o menos equivalente que incluyen el verbo caer(se): Caerse del guindo, caerse del burro, caerse de la higuera… Todas ellas vienen a querer decir ‘darse cuenta de algo, enterarse de pronto’. Deduzco yo que la higuera, el guindo o el burro vienen a ser, en sentido figurado, como el error, la venda que nos impedía ver la realidad, así que cuando nos caemos de ellos, “caemos en la cuenta”. De todas formas, ni se te ocurra caerte de tu higuera favorita. Sus ocho metros de altura te asegurarían un buen coscorrón.

            Es curioso que existan tantas expresiones referidas a la higuera y a sus frutos: “De higos a brevas”, “Caerle a alguien una breva”, “No caerá esa breva”, “No vale un higo (o una higa, o una figa)”, “Hacer la higa”…

            En fin, creo que debería buscarme un buen profesor de retórica para que me enseñe a ser más conciso y no andarme tanto por las ramas. ¿No conocerás por casualidad a alguien, Quintiliano 😉 ?

            Me despido deseándote un descanso tranquilo y una noche apacible

            Saludos sinceros de un agricultor frustrado y aspirante a amigo

          • Estimados, Sr. Del Pozo y Sr. Guerra,

            1.- Como sabe el Sr. Guerra, a él le tuteo, por expreso deseo suyo. Por el mismo motivo e igual tratamiento hago con el Sr. Lema.

            2.- Dígase lo mismo para tí, Sr. Del Pozo, a partir de ya. Al igual que con los anteriores, ante tanta erudición, me costará adaptarme. En cualquier caso, agradecido.

            3.- Eso sí, por favor, no seáis muy “apretaos” y permitidme el uso del “Sr.”, esto es un tratamiento ganado por el interesado a mi primer golpe de vista, y por lo tanto irrenunciable, según mi propio código deontológico.

            4.- Yendo al “no se ha caído de la higuera”, jeje, te he puesto en un aprieto, Sr. Del Pozo. No sufras, abriste la caja de galletas con lo del “manúo”. De otra, como veréis es una frase en negativo. Siempre la oí en negativo. Normalmente pertenece al mismo ámbito territorial donde se desarrollan los términos “manúo” -interpelado por el Sr. Del Pozo-, “mauro”, espuerta, atajarre, albardón, jáquima, biergo -de la era-, etc. etc. Unas vendrán en el diccionario de la RAE y otras no.

            5.- Mi pregunta al Sr. del Pozo, y claro, también a todos los contertulios, iba encaminada a precisar el significado. Pues, en los ámbitos que conozco, quizá sinónimos no perfectos del “no caído de la higuera” serían, persona viva, buscavidas, audaz, no necesariamente cultivado de letras pero sí de sabiduría -que no es lo mismo-. O sea “un no caído de la higuera”, es precisamente el antónimo de un “manúo”. En cualquier caso, las correcciones serán bienvenidas.

            6.- Lo que ya tampoco puedo precisar, es si el origen es, bien por el porrazo que das cuando caes de una higuera, que te quedas medio lelo. O bien, por la cazurrez que se atribuye a las gentes que trabajamos en el campo, aunque a veces, ésta sea un poco errónea.

            7.- Una vez más, Sr. Del Pozo, agradecido por el arte que tienes en el uso de las palabras. Me has tocado alguna fibra sensible que tenía escondida por ahí. Y que conste que creo que no soy de hacer mucho la pelota, creo. Soy más bien peligroso, lo que pienso lo digo, eso lo aprendí en la guerra. Como se podrá constatar en los anales escondidos de este blog.

            Tengan un buen día.

          • Ah, si de verdad crees que necesitas, que yo creo que no, Sr. Del Pozo, un manual de retórica, puedes leer a Quintiliano, el de Calahorra, en sus “Instituciones”, jeje.

          • Estimado don Quintiliano:

            Antes de pasar a la siguiente página del blog, no querría dejar pasar la ocasión de darte la razón una vez más cuando dices que lo mejor es dar a cada uno el tratamiento que le haga sentir cómodo. Trataré de resumirte una anécdota personal que creo que lo explica a las mil maravillas.

            A finales de los 70 del siglo pasado, en la época en que todavía existía el servicio militar obligatorio para los varones, el que suscribe lo hizo en la modalidad de “milicias universitarias (IPS o IMEC)”, que era una forma de no romper la continuidad de los estudios superiores. Consistía en dos ciclos de instrucción (básica y superior) y unas prácticas con el empleo de sargento o de alférez.

            Cuando me incorporé a mi unidad a realizar las prácticas, el brigada de mi compañía, el señor Arroyo, calculo yo que tendría unos 40 años. A mis 22 años recién cumplidos, me parecía una persona mayor, y siempre le hablaba de usted. Durante todo un mes de verano me tocó mandar la compañía como “alférez comandante”, pues el capitán estaba de servicio de cocina, y de los dos tenientes, uno estaba de baja y el otro de vacaciones. Cierto día, el brigada Arroyo pegó en la puerta del despacho del capitán (ocupado en aquel momento por un servidor) y tras pedir permiso y cuadrarse, mantuvimos el siguiente diálogo aproximado:

            – ¿Da usted su permiso, mi alférez?
            – Pase, Arroyo. ¿Quiere usted sentarse?
            – Muchas gracias, mi alférez. Quería preguntarle si está usted disgustado conmigo o si he hecho algo malo.
            – ¡Qué va, hombre, ¿por qué dice usted eso? Si yo lo aprecio muchísimo…
            – Es que como siempre me habla de usted, pensaba que estaba enfadado.

            Yo entonces, joven y novato como era, no sabía que en el ejército de entonces era costumbre que el superior jerárquico tuteara siempre al inferior, por muchas canas que peinase. Pretendiendo ser respetuoso con el señor Arroyo, lo estaba poniendo en una posición muy incómoda para él.

            En resumidas cuentas, que en cuestión de tratamiento, el mejor es el que más cómodo hace sentir a nuestro interlocutor.

            Al ser ya noche cerrada, no es necesario que te desee sombra ni agua. En el campo supongo que disfrutas de silencio, paz y tranquilidad. Solo me queda desearte un buen reposo y un buen despertar.

  18. Uettligen, Suiza, a 10 de agosto de 2017.

    Continúa la lluvia de una manera persistente. Y también el frío.

    Antes de venir a Suiza miré el tiempo que iba a tener el cantón de Berna en las dos semanas que estaríamos en este país y resulta que lo anunciaba como soleado con temperaturas de 26º de máxima. Esta información, que creí a pie juntillas, dio lugar a que me trajera “ropa de verano”, por lo que me he visto en la tesitura de tener que pedirle a mi cuñado Markus que me preste algún jersey para no resfriarme.

    Este tiempo desapacible da lugar a que por la mañana permanezca en casa. Aparte del silencio, me acompaña Leonard Cohen, que suena abajo, como voz lejana, tranquila y apacible, y que me hace evocar los días en que descubrí su primer elepé en Londres, allá por los inicios de los setenta, cuando iba de camino para trabajar como estudiante en los ‘holiday camps’ del norte de Gales.

    ¡Qué lejanos los tiempos en los que uno creía, al amparo de los sueños de la juventud, que las conquistas de la igualdad y la libertad, a las que tanto aspirábamos, no encontrarían tantos obstáculos como los que hemos conocido! De todos modos, me siento feliz de haber mantenido a lo largo de mi vida esos ideales y de no haberme desviado de la senda que por entonces me marqué.

    ***

    “¿Se deprime la gente en Andalucía?”. Esta pregunta en medio de la charla me dejó un tanto sorprendido, pues no encajaba en la conversación que estábamos sosteniendo.
    Lo cierto es que ayer fuimos a comer a un restaurante de autoservicio en el centro de Berna. El lugar era amplio y con vistas muy agradables al exterior del edificio. A pesar de estar lleno, el silencio se mantenía, de modo que era posible charlar sin tener que elevar la voz, tal como suele suceder en nuestro país.

    Al terminar de comer, a instancias de Markus, nos acercamos a una mesa próxima ocupada por dos señoras de unos cincuenta años. El saludo fue hispano, es decir, un par de besos en ambas mejillas, puesto que ellas eran chilenas, aunque residentes en Suiza desde hacía más de dos décadas. Entablo conversación con Lucía, que tiene dos hijos mayores y una hija todavía en casa. Su marido desea volver a su tierra; pero ella duda, dado que sabe el gran cambio que se producirá en sus vidas, pues el país de acogida es seguro, políticamente muy ordenado, con gente educada, con un alto grado de bienestar (el paro roza el 3%).

    Hablamos de Chile, de España y, cómo no, de Andalucía. Me dice que nuestra tierra del sur ya la han visitado y les encanta.

    “¿Se deprime la gente en Andalucía?”, tal como he indicado, me preguntó en medio de la conversación. “Claro que hay gente deprimida en mi tierra. Pero el clima, el carácter alegre y festivo de la gente, la vida en la calle, la facilidad para entablar conversación, el bullicio y, también, el hablar sin excesivo control, favorecen la extroversión, lo que conlleva que la depresión no sea uno de los problemas más acuciantes del sur de España”, más o menos es lo que le digo.

    Aunque la conversación pasa por otros derroteros, entiendo el significado último de la pregunta: las sociedades con un alto grado de bienestar y con climas fríos, como son los de las naciones del norte de Europa, tienen de fondo el problema del individualismo acusado, lo que conlleva a situaciones de soledad y enfermedades ligadas campos emocionales, como es el caso de la depresión.

    ***

    Las charlas que voy manteniendo estos días con la gente me hacen ver aspectos que explican significados que nos aproximan o acaban por diferenciarnos. Es por lo que considero que cuando visitamos otros países, otras culturas, aparte de los recorridos que podamos hacer por las ciudades y los monumentos, conviene acercarse a aquellos autores que explican el sentido de sus vidas. Regresar para colgar fotografías en las redes sociales con la intención de que las vean los amigos es casi volver con las alforjas vacías.

    Para entender bien el carácter de los países del centro y norte de Europa, hay que saber que se encuentra muy marcado por el protestantismo y su relación con el trabajo y la economía. Todo ello queda muy bien explicado por el sociólogo y economista alemán Max Weber (1864-1920) en su imprescindible ensayo “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. A diferencia de su compatriota Karl Marx, Weber le concede gran importancia a la formación y difusión del espíritu del protestantismo, pues considera que centrarse solamente en el análisis económico y político de la producción capitalista no es suficiente.

    Apunto todo esto, dado que, en los países europeos en los que se impusieron las ideas de la Reforma -a partir de Lutero, Calvino o Zuinglio-, el trabajo se convierte en el centro de sus vidas, puesto que llega a ser un indicio de la predestinación divina hacia la salvación. Así pues, el bienestar material logrado con el esfuerzo propio es una de las manifestaciones más clara de la predestinación para la beatitud eterna.

    De ahí que Suiza no solo sea el país en el que las grandes fortunas internacionales (y los grandes corruptos de nuestro país) depositan sus dineros, más o menos limpios, en sus bancos, sino también el de un Estado confederal en el que el trabajo es “sagrado”. Esta es una de las razones por las que un país de extensión similar a Andalucía y de carácter agrícola hasta comienzos del siglo veinte se haya convertido en uno de los de mayor bienestar a escala mundial.

    ***

    Cierro con la convicción de que me he extendido en algunas reflexiones teóricas. En las próximas entregas hablaré del sistema político y de consultas o referendos tan habituales en la Confederación Helvética, cuyos criterios se encuentran muy alejados de los que mantienen los independentistas catalanes y que quieren hacérnoslos comulgar “con ruedas de molino” a toda la población que habita en la piel de toro.

    • Querido Aureliano:
      Gracias por esta nueva crónica. Me gustaría disponer de un poquito de tiempo para hacerte algunos comentarios.
      Comparto contigo la idea de que para conocer una cultura hay que salirse de los itinerarios turísticos marcados y acudir a la gente llana que es la que tiene los códigos del significado de las costumbres.
      Me gustaría conocer algo del proceso de selección/formación de los docentes.
      Yo disfruto de un lluvioso y fresquito clima en Buenos Aires antes de viajar a Santiago de Chile.
      Que disfrutes del clima y de la cultura de Suiza encompadra de tu familia.
      Un abrazo.
      MAS

  19. Amigo Miguel Ángel.

    Tengo pendiente un encuentro con Ana y Julio, dos amigos docentes que viven en Friburgo y que conocen muy bien el sistema educativo de Suiza. Ana, profesora de Secundaria, ya se encuentra jubilada y Julio, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Friburgo, sigue en activo. Cuando me vea con ellos les plantearé la cuestión de la formación/selección del profesorado de este país.

    Por otro lado, tengo la impresión de que me estoy excediendo, que son demasiados escritos los que remito a El Adarve. Sé que me vas a decir que no; pero, si miramos hacia atrás, comprobamos que ahora no participan otros lectores/as que eran habituales.

    En fin, es una apreciación. Sobre esto, tú eres el que tienes la mejor información.

    Un abrazo desde miles de kilómetros.

    • Querido Aureliano:
      Yo te animaría a seguir con tus crónicas veraniegas. Porque informan y forman. No creo que la ausencia temporal de algunos asiduos se deba a que envías estos relatos que nos permiten conocer y comprender otras costumbres de pueblos lejanos sin movernos de casa.
      Por otra parte, el lector o lectora que no quiera leer, lo tiene fácil.
      UN abrazo desde Aeroparque, desde donde viajaré en breve a Santiago.
      Qué admirable es oír decir a unos docentes (como ayer me sucedió): Hemos recorrido 1400 kilómetros para asistir a su conferencia. Con esos sueldos, con esas condiciones, con esa capacitación que tienen que pagar de su bolsillo… Y, luego, entre dos o tres se compran un libro… Para quitarse el sombrero.
      UN gran abrazo.
      MAS

  20. Emociona, Miguel Ángel, la breve descripción que haces de docentes chilenos que viajan cientos de kilómetros para estar presentes en alguna de las charlas que llevas a cabo en ese país. Y, además, por las precarias condiciones -económicas y laborales- en las que se encuentran para desarrollar un trabajo que, a buen seguro, les apasiona.

    Estoy convencido, por otro lado, que una vez terminado todo sentirán que ha merecido la pena el esfuerzo desplegado. Sé que te admiran, pero no solo porque seas un magnífico comunicador (esta es una cualidad tuya personal e intransferible), sino porque desarrollas entusiasmo hacia una profesión que merece que fueran los más entusiastas, los más capacitados para ella y los más formados los que la llevaran a cabo.

    En estos días está con nosotros mi sobrina Maribel con sus dos hijos. Ella vive en Winterthur aunque trabaja en uno de los centros sociales de Zúrich. Hemos hablado mucho del trabajo educativo con hijos de inmigrantes en situaciones muy desfavorables. Por otro lado, le pregunté sobre la forma de selección del profesorado y del personal que trabaja en los mismos.

    Sobre esto ya hablaremos, pues se ha tomado la molestia de proporcionarme impreso el esquema de organización de su centro; pero, ay, está escrito en alemán, por lo que será ella la que tenga que traducírmelo y explicármelo.

    Que las estancias en Argentina y Chile sean de los más gratas posibles, de modo que te hagan ver y sentir que te necesitan allá tan lejos de la Península y que solo sea cuando el cuerpo te diga que has cumplido de sobra, y que debes buscarte otras alternativas, cuando te plantees si puedes afrontar tantos y tan largos viajes.

    • Querido Aureliano:
      Tus palabras sobre el profesorado argentino me está animando a escribir algo sobre ese tema de las condiciones económicas y laborales y el compromiso y el entusiasmo no necesariamente vinculados a ellas. He pensado muchas veces en el contraste de posiciones que veo en esas experiencias y en otras de nuestro paìs. Sin que pueda generalizar, claro.
      Seguimos contándonos.
      Un cordial saludo.
      MAS

    • Estimados Quintiliano y Antonio:
      Sí, me refería a la despedida en la que Antonio desea abundancia de agua y de sombra.
      Me ha encantado la descripción que hace Quintiliano de su higuera preferida.Para admirarla y disfrutarla.
      Consultaré también sobre el dicho “caerse de la higuera”. Tengo varios libros que explican ese tipo de expresiones. Pero no estoy en casa… En uno de ellos recuerdo haber leído que la expresión “cada mochuelo a su olivo” no se refiere al pájaro sino al mozo. Provendría de “cada mozuelo a su olivo”. Cuestiones que avivan siempre mi curiosidad…
      Me vais a permitir, si lo tenéis a bien, que os trate de tú a los dos. Suele hacerlo así, salvo indicación en contrario.
      Saludos cordiales e intelectuales.
      MAS

  21. Estimado don Quintiliano (lo amistoso no quita lo cortés):

    Cómo sabes, soy un recién llegado a este barrio, que más que. barrio me parece una plaza donde los vecinos se reúnen a charlar. Te digo esto como disculpa por desconocer tu trayectoria, salvo en el último mes escaso. Te confieso que al principio tu autodefinición como campesino la interpreté como una licencia poética. Ahora, que voy sabiendo algo de ti, me voy a tomar la libertad de dedicarte estos hermosos versos de Ibn Hazm de Córdoba (s. X):

    Yo soy una tierra seca y pedregosa,
    Insensible a toda vegetación;
    Pero si una planta hunde en mí sus raíces
    No ha de preocuparse de que abunden
    Las lluvias de primavera.

    Tengo la impresión de que a los dos nos cuadran estos sencillos versos.

    Me disculpo de alguna posible inexactitud, pues estoy fuera de casa y cito de memoria.

    Que no te abandonen el agua y la sombra.

    Valeo si vales

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