Alguien ha definido la burocracia como el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil. Cada día se hace más presente, más intensa, más compleja y más abrumadora la burocracia en la escuela. Cada día se incrementa la presión de la normativa, como exigencia jerárquica de la autoridad educativa. (o des-educativa, según se mire). Esa situación me preocupa por varias razones.
En primer lugar porque supone una pérdida de la calidad de la acción educativa, en aras del papeleo. En lugar de dedicar el tiempo a las personas, a la interacción, a la escucha, a la observación, a la intervención educativa, a la reflexión, al debate, a la innovación, se dedica a los papeles, a los ordenadores, a las estadísticas, a los números, a los informes.
En segundo lugar porque genera una sensación de aburrimiento, de inoperancia, de hastío y de irritación, en quien tiene que dedicarse a ella de forma coercitiva. Digo de forma coercitiva porque la creciente presencia de ese tipo de tareas no es el fruto del deseo del profesorado de realizar esas actividades o de la convicción sobre su necesidad. Los docentes, en general, no quieren hacer ese tipo de tareas. No se sienten burócratas, se sienten educadores. Sencillamente, padecen la burocracia como un imperativo legal. No es que no quieran trabajar, es que quieren hacer otras cosas.
En tercer lugar por la perversa sensación de que lo que no está reflejado en los papeles o en los informes de ordenador no existe. Si no se registra es como si no hubiera sucedido. Parece que lo único que importa es que esté reflejado en un documento. Y así, de una reunión, lo más importante es que se deje constancia en un acta de lo sucedido más que lo que realmente ha sucedido. He visto evaluaciones de instituciones educativas en las que las principales preocupaciones de los evaluadores eran cuestiones formales: ¿se levanta acta de las reuniones?, ¿están las escritas las programaciones?, ¿tienen la memoria debidamente registrada…?
Con un agravante: del documento lo que importa es la parte formal, no el contenido del escrito. Lo que verdaderamente importa es la estructura, el casillero bien rellenado, las partes perfectamente cumplimentadas… No el contenido de lo que dice sino la forma en que se presenta.
En cuarto lugar porque, a fuerza de recibir tantas prescripciones sobre lo que hay que hacer y sobre el registro de lo que se ha hecho, las personas acaban por pensar que ellas no tienen que pensar nada. Ya piensan otros y otras por ellos y ellas. Otros que, al parecer son quienes saben lo que hay que hacer.
Del Proyecto Educativo (en adelante PE) lo que importa es el documento formal; si existe, qué partes tiene, si se aprobó formalmente en una reunión del Consejo Escolar… Pero no importa tanto si ha habido auténtica participación en su elaboración, debate, aprobación y desarrollo.
Una actividad, cuya realización surge durante el curso, pero que no fue aprobada en el PE, no puede hacerse. No se discute si es buena o mala, si es conveniente o desaconsejable, si es altamente educativa o una pérdida de tiempo. Lo único que hay que comprobar es si está formalmente programada en el PE.
De una reunión importa si fue convocada en tiempo y hora, no si es auténticamente democrática, si acude quien quiere y porque quiere, si habla libremente y si lo que dice es enriquecedor.
Me he preguntado muchas veces el porqué de este fenómeno, Porque se trata de un fenómeno que tiene carácter jerárquico. Es decir, obedece a normativas cada vez más exigentes y minuciosas. El profesor se convierte en un ejecutor de normativas.
Me imagino este mismo fenómeno en el área de la salud. Y al cirujano con un ojo en el bisturí y otro en la normativa que le dice cómo manejarlo. Por Dios, él es el profesional. El burócrata es un intruso. Lo que tiene que hacer el poder es darle la formación, las condiciones y los medios necesarios.
Creo que hay que hacer algo para detener esta oleada de prescripciones y de formalidades inútiles. Y considero que lo primero es someter esa hipertrofia de lo burocrático al debate de la comunidad educativa. ¿Es buena? ¿Es mala? Lo segundo es trasladar al legislador la opinión de la comunidad. Y, en la medida de lo posible, discutirla y debatirla con argumentos sólidos. Lo tercero que hay que hacer, a mi juicio, si el diálogo no prospera y la conclusión a la que se ha llegado es que se trata de una perversión, es negarse a realizar esas exigencias. Y ya está. Sí, negarse. Porque esa postura no perjudica a la escuela, no es negativa para los alumnos y las alumnas. Ni para la acción educativa y su riqueza. Ese rechazo sería un ejemplo de participación democrática.
Si nadie hubiera protestado, si nadie se hubiera negado a hacer lo que le mandaban, seguiríamos con esclavos en la construcción de viviendas como sucedía en el tiempo de construcción de las pirámides.
Tengo una cuñada maestra que es un ejemplo de lo que debe ser una maestra. Ama su profesión. Se desvive por sus alumnos/as, se forma de manera continua para ofrecer lo mejor de sí….Y me dice que se jubilará anticipadamente porque no soporta el nivel de burocracia al que tiene que hacer frente. Es muy triste. Es muy indignante. Porque quien desanima a esta excelente profesional no es alguien ajeno ni un enemigo de la educación, es la autoridad que tiene el deber de velar por su motivación y por su desarrollo profesional.
También habrá quien disfrute con la burocracia. Porque le sirve de excusa para no hacer otras actividades más complejas, más ricas, más intensas educativamente. Se parapetan detrás de los papeles. Hay directores que se especializan en la minucia: la firma está muy a la izquierda, se le ha olvidado un dato, no ha puesto la fecha en este documento… Porque no saben o no quieren hacer otras cosas más comprometidas.
Creo que esa obsesión por la burocracia en quienes mandan obedece a una desconfianza de base respecto a quienes trabajan. Puesto que no lo saben hacer, expliquémoselo. Puesto que no lo quieren hacer, mandémoselo. Obedece también al deseo de justificar el sueldo que ganan. Tienen que demostrar que han hecho los deberes.
Con algunas autoridades pasa lo mismo que con los libros de las bibliotecas: los más inútiles son los que están más altos. No hay diálogo alguno sobre la carga burocrática. Solo quejas interminables. Se impone independientemente de cómo se recibe y de qué estragos causa. No es fruto nunca del diálogo entre administradores y administrados. La crítica ascendente está cortocircuitada.
Los mecanismos burocráticos son insaciables, Nunca están satisfechos los burócratas. Tienen el síndrome del “documento que no está” o del “dato que falta en el documento”. Maldita burocracia.
Estimado profesor:
El pasado 30 de junio se celebró un merecido homenaje en la Universidad de Málaga.
Dejo aquí un documento que no nace de la imposición, ni es mera burocracia, pues pretende ser útil.
Homenaje a D. Miguel Ángel Santos Guerra: https://sites.google.com/site/homenajemas/
Saludos.
San Luis, 27 de junio de 2017.-
A nuestro querido padrino
Dr. Miguel Ángel Santos Guerra
Con el afecto de siempre nos dirigimos a usted en esta
ocasión tan especial para hacerle llegar nuestro saludo y agradecimiento por el aporte
realizado a lo largo de su carrera docente, tanto a la educación en general, como a
quienes pertenecemos al nivel secundario de la E..P.A. Nº11, Dr. Carlos Juan
Rodríguez, en particular.
Gracias a su constante acompañamiento a lo largo de
estos años pudimos repensar y repensarnos en relación a nuestro vínculo con la
educación para hacer de nuestro quehacer cotidiano un camino de esperanza.
Aprendimos de usted a mirar la hoja completa sin detenernos exclusivamente en punto
que había en ella. Comprendimos la relevancia de nuestro rol, lo significante de cada
detalle y el privilegio de haber sido elegidos para ejercer la mejor profesión del mundo.
Entre tantas experiencias aprehendidas a partir de cada
encuentro, destacamos lo relevante de abrir el corazón al acto educativo. Esto nos
posibilitó reconciliarnos con nuestra vocación y trascender a la mera función rutinaria
para ser no sólo mejores docentes, sino también mejores personas.
Con mucho cariño y admiración deseamos
fervientemente que esta etapa que culmina, no sea otra cosa que un paso más de su
extraordinaria trayectoria y traiga con ella además el merecido descanso.
Con anhelo del siempre esperado encuentro con nuestro
padrino, lo saludamos en esta ocasión particular en nombre de todos quienes
formamos parte del nivel secundario de la E.P.A. Nº11, Dr. Carlos Juan Rodríguez.
Querido David, queridos ahijados y ahijadas:
Muchas gracias por vuestro mensaje que fue leído en el acto de Homenaje-Despedida en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Fue un honor para mí haceros presente en ese momento tan especial. Soy yo quien se siente agradecido por el honor dispensado al nombre vuestro Padrino Pedagógico.
Gracias también por hacer públicas vuestras palabras y sentimientos a través de este blog.
Un gran abrazo.
MAS
Frecuentemente no estoy de acuerdo con sus opiniones ni con su visión algo utópica y «buenista», casi roussoniana, de la enseñanza. Creo que sus puntos de vista están algo condicionados por un enfoque orientado hacia la enseñanza primaria, que, a veces, se limita a extrapolar a la secundaria sin tener en cuenta las enormes diferencias que existen, en mi opinión, entre los sujetos de ambas (niños y adolescentes).
Sin embargo, tras la lectura de este artículo, me acaba usted de demostrar que, además de una más que probada solvencia intelectual, no carece usted de sentido común ni de perspicacia. Me he sentido completamente identificado con el caso de su cuñada maestra. Yo también, después de 38 años dedicados a enseñar Lengua y Literatura en Bachillerato y Secundaria Obligatoria, me acogí el curso pasado a la jubilación anticipada porque la opresiva carga burocrática que soportamos me estaba haciendo aborrecer la profesión que he amado durante casi toda mi vida. Sentía que se me valoraba más por redactar actas, programaciones y memorias que probablemente nunca leería nadie que por mi trabajo dentro del aula con mis alumnos. Se me juzgaba más por las horas perdidas elaborando estadísticas obtusas que por los conocimientos, destrezas y valores que pudiera llegar a transmitir.
Gracias por hacerme repensar la opinión prejuiciosa que tenía sobre usted y por acrecentar el respeto profesional y humano que le tengo.
Antonio del Pozo
Catedrático de Lengua y Literatura (jubilado)
Estimado Antonio:
Me gustaría conocer tu opinión en los artículos que discrepas. Lo del «buenismo» no sé opuesto tiene: ¿»malismo»? Nunca he compartido esa calificación se aplicase quien se aplicase. Hay perspectivas diferentes a otras y lo que importa es sustentarlas en argumentos, en ideas, en hechos…
Muchas gracias por tu opinión sobre el artículo de este sábado. Gracias por varios motivos: por leerme, por comentar el texto y por la valoración positiva que haces del mismo.
Aunque he pasado como profesor por todos los niveles del sistema educativo, he trabajado muchos años en la Universidad. Según los temas y las situaciones puede ser que tenga más presente un nivel que otro.
Lamento mucho lo que te ha sucedido. Es una pena que un profesional magnífico como habrás sido durante muchos años haya sufrido la zancadilla de la burocracia que le ha hecho dar de bruces contra la jubilación anticipada.
El respeto es mutuo. Y, por mi parte, la admiración-
Un cordial y agradecido saludo.
MAS
Muchas gracias por tu amable respuesta. Lo del «buenismo» es un término -puede que desafortunado- que se ha puesto últimamente de moda para calificar ciertas visiones de la realidad más optimistas que realistas. No se refería a ningún artículo en concreto sino a la que yo creía (subrayo el pasado) tu postura general sobre la enseñanza, manifestada en cursos, conferencias y escritos desde hace muchos años. Si supone un problema, no tengo inconveniente en retirarlo.
Hay otra cuestión que me preocupa más que la de la dichosa carga burocrática. Me gustaría conocer tu sabia opinión: Se puede y se debe enseñar «al que no sabe» (y disfrutar con la tarea), pero ¿qué hacer con «el que no quiere»? En tu artículo «No me busques la boca» abordabas el tema con mucha sensatez. Pero, ¿qué puede hacer el profesor cuando ya el alumno ha llegado a este punto?
Muchas gracias de nuevo y un cordial abrazo.
Antonio del Pozo
Estimado Antonio:
He dicho muchas veces que solo aprende el que quiere. Lo he dicho también de esta forma: El verbo aprender como el verbo amar no se pueden conjugar en imperativo. Se puede llevar el caballo a la fuente por la fuerza, meterle la cabecean el agua…, pero si no quiere beber, no bebe.
Ahí está la clave: despertar el deseo de saber.
¿Cómo se hace eso? Pues muy difícil.
– Haciendo atractivo el curriculum.
– Dominando metodologías motivadoras.
– Cultivando una disposición emocional positiva hacia el aprendizaje
– Interesándose por las circunstancias personales, familiares y sociales del que aprende…
– Teniendo mucha paciencia.
– A través de la influencia de algún líder de la clase.
– Conociendo bien dónde están las dificultades.
– Premiando algún pequeño esfuerzo.
Etc.
Reconozco que esa es una situación difícil. Con alguna vez que un alumnos le dijo a un profesor: enséñeme lo que quiera, por el método que más le gusta y póngame la nota que desespero, por favor, no me motive. Lo que tú planeas. cómo motivar a quien nos quiere ser motivado?
Muchas gracias.
Un abrazo.
MAS
Efectivamente. En casi todos los grupos de alumnos hay algunos inasequibles a la motivación. Lo peor es que manifiestan su aburrimiento, incomodidad y, a veces, puro odio con conductas agresivas o simplemente maleducadas, que dificultan cuando no impiden el derecho de los demás a aprender. No hablo de «gamberretes», sino de los verdaderamente irreductibles, que los hay.
Todavía no he encontrado una respuesta convincente sobre qué hacer con estos chicos.
Saludos cordiales
Brillante, brillante, brillante…Hay que firmas en tutorias, en reuniones, actas, actas de indicios, programaciones, temporalizaciones… Es horrible!! Todo tiene que quedar reflejado en papel!
Hola Miguel Ángel. Comparto todo lo que expresas en el artículo. Me siento totalmente identificada con tu cuñada.
Ya leí sobre el homenaje que te hicieron en Málaga. ¿Y? ¿Qué se siente?
Desde este rincón del planeta, te rindo homenaje cada día cuando miro tu mensaje en un papel…Te doy las gracias por contagiarme tu optimismo y entusiasmo.
Saludos.
Ana Clara
¿La salud bien?
Querida Ana Clara:
Siento que te haya aplastado el peso de la burocracia.
El Homenaje fue una maravilla. Gracias.
La salud, de momento, bien. Gracias.
Es probable que vuelva a Montevideo en septiembre.
Besos.
MAS
Pues yo creo que hay desconocimiento de los documentos de los centros, cierta dificultad para cumplimentarlos ágil y adecuadamente (me sigue pareciendo increíble que acaben la carrera quienes no saben escribir), y a veces sí se dejan de hacer algunos muy importantes para salir, literalmente, corriendo pasucasa. Algunos ejemplos.
Informes de evaluación del alumnado. Vacíos. No dicen nada. En algunos casos, algunas casillas, deberían ser tesis doctorales. Pero están vacías. Cuando llega el maestro o maestra siguiente, o hay un traslado a otro centro, todo lo que vas a saber de la chiquillería objeto de dicho informe es: NADA. En los tránsitos interetapas e interciclos se habla sin papeles y se corre el peligro de decir «lo que me parece» o «yo la conozco, que soy vecina» o el rápido es bueno, mala o tranquila. La evaluación no es eso. Coincide, generalmente, que quienes se quejan y huyen de papeles como el descrito (es de rellenar campos, ni siquiera hay que crear), no tienen reparo alguno en hacer un examen por tema, que eso sí que son papeles inútiles, y corregir como si no hubiera un mañana. Del número que se derive de esa burocracia, dependerá el futuro de la víctima.
Inventarios de materiales a veces miserables, son bastante inútiles. Pero un acta de tutoría de un alumno o alumna con dificultades académicas, emocionales o familiares, es un instrumento de ayuda, seguimiento y evaluación formativa necesario. No le digo hoy día, en que las piden repetidamente desde los juzgados cuando hay litigio por la custodia compartida o no, para demostrar quién va y quién no a interesarse por la vida escolar de la chiquillería. O un compromiso educativo o uno de convivencia, que se hace de la mano de las familias.
¿Se le ha ocurrido indagar y medir el número de docentes que, teniendo la oportunidad de tiempo, forma y capacidad de participación en la creación de un proyecto educativo no se plantean siquiera leerlo? Por regla general, quien no lee los documentos del centro que le acoge y debe cuidar, tampoco dedica ese tiempo robado a la «burocracia» para, según usted, dedicar el tiempo a las personas, a la interacción, a la escucha, a la observación, a la intervención educativa, a la reflexión, al debate, a la innovación. ¡¡OJALÁ fuera que quieren otras cosas!!
Hay cosas que pasan en la escuela cada día, que no se escriben, ni falta que hace. Pero hay otras que son necesarias para no olvidar las necesidades de quienes más lo necesitan, para ser objetivos en la evaluación y no simples opinares y para dejar constancia de lo que se ha hecho dando ideas de lo que sería bueno y convendría hacer. No imponiendo, orientando, colaborando.
Lo importante no es que haya actas, porque vacías o con frases absurdas y repetitivas no sirven. Lo importante es que haya actas que puedan ayudar a quien corresponda en cada momento. Directores y directoras empezamos a necesitar un master en Derecho de Familia y denuncias por acoso, derechos de imagen, crisis médicas y alguna lindeza más como quejas del profeosrado del centro POR ESCRITO porque les ha pasado algo con algún niño o familiar. ¿Burocracia no quiero pero pa ti vendo?
¿Sabe qué ocurre cuando a un maestro se lo quieren comer los padres de un alumno por cualquier cosilla como una injerencia en su metodología, una nota, un conflicto o un calentamiento de boca con un alumno? Que busca a la persona que representa la Dirección para que a su vez busque el tiempo para reunirse con la familia y le enseñe los papeles que le salvarán el culo. «Señora directora, es que este maestro no hace exámenes, trabaja proyectos y así no aprenden» y la directora saca el proyecto educativo que defiende los derechos del maestro que no ha leído el proyecto educativo. Este ejemplo es inventado.
Podría seguir, pero ya me he pasado con creces en el comentario. Casi siempre estoy de acuerdo con usted, pero hoy no. Hoy es sábado, estoy haciendo papeles (números y justificaciones metodológicas que demuestren que es imposible trabajar la inclusión sin maestrxs) para intentar conseguir el lunes un PT más para el colegio y una monitora de EE y me ha tocado usted, sin querer y sin saberlo, las palmas. Cualquiera podría haberlo hecho, haber sugerido, haber aportado, pero había que irse porque ya no era junio, así que no, no es verdad que se sustituyan papeles por algo mejor (para la escuela).
Sí que hay una burocracia inútil pero esa, como los tontos, es fácil de ningunear; y cuando no ha lugar, se le dice a la inspectora que no, se le explica y lo entiende, porque la Inspección no es tonta, salvo alguna cosa, como en todas partes.
En resumen, el papeleo que ayuda es obligación del profesorado hacerlo bien y hacerlo con amor, porque forma parte del proceso educativo, da igual en qué lado está la firma y cuántas casillas rellena porque, aunque parezca mentira, hay gente que los lee con interés por el alumnado, para buscarle el sitio, el tiempo y a veces la persona que más y mejor se ajuste para ayudarle.
Siento que, en este artículo, está usted lejos de la realidad de la escuela pública de hoy con sus perejiles nuevos, que no son pocos. Si quiere venir a vernos, hablamos de burocracia con el Claustro y hacemos una lista de papeles que ayudan y papeles que hay que ningunear. No es difícil, créame. Pero dar alas para que no hagan nada quienes ya no hacen nada, es harto peligroso. Se lo puedo demostrar… con papeles ;P
Estimada Lola:
Ya ves (me atrevo a tutearte, aunque me trates de usted, ya que somos del oficio) lo que son las cosas. Un comentarista. (Antonio Del Pozo Aguilar, a quien me remito para que veas los efectos devastadores de la burocracia) me dice que no suele estar de acuerdo conmigo y que este artículo le ha reconciliado con mi persona. Sin embargo, tú sueles estar de acuerdo (por lo que dices) pero este articulo te ha parecido inaceptable.
1. Me sorprende que defiendas la burocracia porque, en sì, es un concepto cargado de connotaciones negativas. Daniel Penca dice que cuando hay burocracia no hay educación. Otra cosa es que defiendas que lo que tienen que hacer los maestros no es burocracia. O que lo sean unas cosas y otras no.
2. Me sorprende que, siendo Directora, tengas un concepto tan negativo de los profesores y profesoras. Casi me ha escandalizado leer lo que dices: «dar alas para que no hagan nada quienes ya no hacen nada es peligroso…». Creo que es un juicio muy injusto por inexacto. No digo que no hay profesores que no hagan nada, pero creo que son la excepción. Por otra parte, yo hablo de negarse a rellenar papeles después de un análisis y después de un diálogo. No invito a la pereza, como dices, sino al compromiso y a la acción.
3. No estar en la escuela no significa no conocerla. Te diré más. El artículo ha surgido de quienes están, como tú en la escuela. No uno, ni dos, ni tres… Muchas personas. No todos los que están dentro se enteran, ni todos los que están fuera no se enteran. Esa acusación de no saber lo que pasa no me parece acertada.
4. La presencia creciente de la burocracia en las instituciones es innegable. No solo en las educativas. Un médico, que ha leído el artículo, me dice que pasado mismo en el área de la salud. Y sobre ese tema ya escribí en el blog «Cuando hacerlo bien es hacerlo mal.
5. Que hay documentos que, aun teniendo buen propósito se han burocratizado en muchas escuelas es, creo yo, evidente: me refiero al PE que, algunas veces no es del centro sino de muy poquitas personas del centro. Me refiero a la Memoria…
6. Claro que no considero burocracia todos los documentos y que algunos podrían ser necesarios y enriquecedores, pero no todos.
7. Quiero pensar que el comentario que has hecho es más propio del momento en que escribes y de la situación que estabas atravesando que de la reflexión reposada.
8. Cómo no aceptar que hay profesores y profesoras que se escabullen de sus obligaciones o que se quieren pronto para casa, o que no participan activamente o que no hacen informes valiosos…Claro que los hay, pero ese es otro tema.
9. También dices que salen de la Facultan sin saber escribir. Y sí, tenemos que mejorar muchas cosas en la formación inicial. Esa es una de ellas. Sin esa autocrítica y sin apertura a la crítica no podremos mejorar quienes nos dedicamos a la formación.
10. Dices muchas cosas que tienen que ver más con el trabajo bien hecho que con la burocracia que critico. Claro que hay que hacer una evaluación más exigente, que hay que participar activamente, que hay que hacer planteamientos inclusivos… ¿Quién lo niega?
11. Tengo muy cerca el caso de mi cuñada. Es profesora de inglés. Tiene 300 alumnos. Y ha tenido que hacer 4 fichas de cada uno de ellos.Me explicaba cómo lloraba de rabia… Te puedo asegurar que una profesional extraordinaria. Y se quiere ir.
12. Lo de defender al profesorado con papeles es un argumento que apoya mi tesis. Es la burocracia lo que les salva de las acusaciones, no la satisfacción de los alumnos, los testimonios de los colegas, la valoración de los miembros del Equipo Directivo. Si hay papeles, están salvados.
Bueno, podría seguir. Creo que el tema propicia el debate. Es lo que quise suscitar.
Te deseo una verano feliz.
Saludos cordiales.
MAS
PD: Fui Director 4 años de un Colegio en Madrid. Di clases sobre Dirección en la Facultad varios años. Y escribí «Las feromonas de la manzana. El valor educativo de la dirección escolar» Quiero decirte con esto que algo he tenido que pensar y hacer sobre esta compleja tarea que realizas.
Estimado Miguel Ángel, halagada por el tuteo, me atrevo a volver a las andadas ;))
Mi opinión en contra no es personal como no lo es cuando comparto plenamente.
1. En ningún caso defiendo la burocracia. Digo que hay papeles que, en la escuela de hoy, que está bastante tonta como lo está la sociedad en general, hay papeles que ayudan. Como no quiero acaparar, me abstengo de hacer una lista ni aproximada, pero si te cuento algunas exigencias de los padres y madres y el nivel de derechos supremos de PARTE del profesorado, estaríamos de acuerdo seguro. Los papeles de evaluación, por ejemplo, me temo que los ponen quienes persiguen la objetividad para poderse defender de las reclamaciones que cada día son más y más absurdas.
2. El concepto negativo de la profesión lo tengo desde hace mucho (33 años de maestra, sólo 3 de directora casi por obligación y dignidad). La carrera la saqué sin hacer ni un papel, haciendo novillos en el Patio de los Naranjos de la Mezquita. Luego tuve que ponerme las pilas porque era una ignorante supina. Hoy, mis hijos me hablan de la carrera y de sus amigas que la estudian y no sale bien parada. Los hombres no la quieren y no es casual. Claro que somos muchos y muchas excelentes profesionales, pero sigue habiendo un porcentaje que frena. De ese hablaba y hablaré desde mi cercana jubilación, si es que a este paso, llego.
3. No decía yo que usted no conociera la escuela, menos en plan acusación, igual lo escribí mal, pero como le sé homenajeado, y por si acaso, le remitía al absurdo de denuncias y amenazas constantes que vivimos hoy día en los colegios e institutos. Es muy poco respetada la institución, a veces por nosotros mismos, a veces ni yo me lo creo de la intensidad.
4. Cierto. De ahí la necesidad de hacer una criba. Curar contenidos lo llaman ahora. Ya decía que mi jefa, a veces, me lo permite, porque sabe que lo que afecta al alumnado nunca lo dejaré. Y esos papeles que afectan al alumnado, aunque yo los haría más fáciles, son necesarios.
5. El PE y la Memoria están abiertos a revisión, participación y sugerencias todo el año porque son la guía común. En el PE dice cosas tan interesantes como que niños y niñas no serán castigados en el tiempo de recreo, o que deben participar democráticamente en la vida del centro, o que deben trabajar proyectos o hacer exámenes y tener jabón a mano siempre… eso no es papeleo. ¿Cómo es posible que haya profesorado que no lea estos documentos aunque fuera para oponerse? ¿O que llegue el nuevo al colegio y ni pregunte dónde puede hacerse con un ejemplar? ¿O que no se sepa distinguir un documento de otro? También hay quien lo escribe (el PE) y ni lo enseña, pero no somos todas las direcciones así, ni remotamente. Por tanto, no hay buenos y malos. Hay gente profesional y gente menos.
6. Igual con este punto nos hubiéramos ahorrado el resto ;))
7. Siento decepcionarte. Puede que menos enfadada que estos días lo escribiera más suave o que pasara de escribirlo por saber que no tendrá utilidad, o estar en la tumbona como la mayoría de mis colegas, pero creo que acierto en algunas cosas. Más de las que le conviene a mi tiempo libre que empieza a ser inexistente.
8. No, forma parte del tema, se retroalimenta todo, es muy sutil y perverso, pero es. El sistema en sí mismo es tóxico y permite cosas tan curiosas como negativas. Ejemplos cuando me jubile ;))
9. Esta ya la dije.
10. Lo niegan algunos y leen tu artículo en beneficio propio. Por eso comenté. Lo que tú digas vale diez veces más o cien, que lo que diga yo, pero eso no lo convierte en verdad.
11. Eso no es culpa de los papeles buenos. Es culpa de las ratios inhumanas que tenemos casi todos y la falta de trabajo en equipo.
12. No siempre están salvados. Un papel mal hecho (de los buenos) es un perjuicio común. Y son geniales los que presentan papeles a porrillo quejándose de cosas particulares y escritos en tiempo del alumnado. A veces, cavamos nuestra propia tumba, y no me gusta parecer partícipe de ciertas cosas.
Sé que ha sido director, que ha escrito, que le sigo hace años, que a veces parece buenista pero es serio, que hoy estoy en desacuerdo pero me hubiera encantado tenerlo cerca y que no entiendo cómo unos mandan y otros… no. Y soy consciente y lo agradezco cada mañana, del trabajo privilegiado y magnífico que tengo y de la calidad profesional y humana de mis compañeras y compañeros del colegio. De este y de los anteriores, porque además de compañeros fueron mis verdaderos maestros y maestras. Mi genio y mi desacuerdo nunca me convertirán en desagradecida, porque esos ería indigno.
Un placer el tuteo, la conversación y el trato. Gracias una y otra vez por lo que compartes. Revisaré de nuevo mi lista de papeles a ver cuál puedo quitar más sin que se note ni le afecte a la chiquillería (o a mí ;))))
¡¡Qué largos me salen, lo siento!!
Totalmente de acuerdo con el contenido del artículo, cada vez más el servicio de inspección parece preocuparse por las formas que por los contenidos.
Mientras revisan actas y documentos de centro, descuidan otras cuestiones más importantes que inciden directamente en la
Calidad como la práctica docente diaria en el aula. Parecen más preocupados o incluso asustados de tener «todo atado y bien atado» antes posibles denuncias de las familias: el miedo a la judicialización de la educación, que por la mejora de la enseñanza aprendizaje. Al final se convierten en prisioneros de sus propios miedos, y encartonan el sistema educativo.
Me extraña, por otro lado, que ningún medio haya reflejado el nombramiento a dedo de numerosos directores en Málaga y su sustitución por personas «con carné» y que haya tan poco eco sobre este hecho. Otra señal de la necesidad de un pacto por la educación que deje de una vez y para siempre la política partidista fuera de nuestros centros educativos.
Querida María:
Cuestión importante la que denuncias.
Voy a tratar de informarme sobre ella.
Sí, el tema de las denuncias de las familias también se suele afrontar desde una perspectiva equivocada.
Besos y gracias.
MAS
Me pide «josem» que, ante la imposibilidad de enviar el mensaje, deje este comentario suyo sobre el artículos.
– Tengo que hablar con el periódico.
– Disculpas a «Josem»
Hace ya muchísimo tiempo, cuando empezamos a redactar «las Memorias de Ciclo», lo
hicimos con ilusión, porque estábamos reuniéndonos, estábamos proyectando, estábamos
dialogando, estábamos compartiendo pareceres y, sobre todo, nos enriquecíamos con
las riquezas de los demás. Luego, no pasó mucho tiempo, nos dimos cuenta de que era
materialmente imposible que fueran leídas aquellas Memorias, a no ser que sirvieran
de justificación de crear «chiringuitos burocráticos» con amiguetes y desertores de
la tiza. Claro que pueden servir las memorias, los informes, pero el alma de la
educación está en la profesionalidad de los maestros y profesores y no en los
recursos que se van por mor de la burocracia excesiva. Hay que dotar a los centros
de personas y no de papeles, como decía la copla: «No me mandes papeles; mándame a
tu persona, que la quiero ver».
Una vez que tuve que ir a un departamento de la Delegación de Educación y Ciencia,
pude comprobar que un maestro (burocratizado), después de estar de cháchara en el
pasillo, se sentó en su sillón y fumaba contemplando las volutas del humo que se
subía a los cielos y que me hicieron recordar el poema del «Casino provinciano» de
Antonio Machado.
Un placer, como siempre leerte y poder comentarte. Se trata de que el personal se
inquiete y por ello se exprese y recuperaremos la comunicación oral y que la escrita
sea la necesaria de manera que podamos «conciliar» mejor la actividad de maestros y
profesores, sin dejarnos la piel en las concertinas de la burocracia excesiva.
josemª
Miguel Angel, a mi modo de ver has dado en el clavo. Estoy jubilado, pero lo que más aborrecía en mi práctica educativa era ese papeleo que lo consideraba una pérdida de tiempo.
Quizás esté equivocado, pero al menos entre el mucho y él nada, está el algo. Mi pensar es: poco papeleo y mucho tiempo para lo de verdad, que es la entrega a la educación de los alumnos. Ese papeleo, creo que cumple mínimamente ese objetivo, aunque los que lo imponen, con eso, parece que el objetivo está cumplido, dada la importancia que le dan.
Saludos a todos.
Buenas noches familia:
Por fin puedo sentarme a comentar mínimamente y hacer alguna pregunta al profesor Antonio del Pozo.
Yo lo pienso así. No hay puntada sin hilo. No sé si habrá, o no, alguien maquinando el rumbo que van llevando las cosas a nivel social, en general, pero, desde luego, muchos están batiendo palmas de lo bien que va saliendo todo.
Que la gente no piense. Que no se reúna. Que no se asocie. (Desprofesionalización). Que no reflexione. Que no cuestione. Si hiciesen todo eso, podrían poner en peligro nuestros intereses, podrían poner en peligro el rumbo que hemos marcado.
Que haga. Que trabaje. Para pensar ya estamos nosotros. Somos los que sabemos lo que es bueno y conveniente para todo el mundo. Hay que ser rentables y eficaces. Y yo diré lo que es rentable y lo que necesitáis. Trabajad más y cobrad menos. Y, por favor, sed educados y dadnos las gracias.
Miguel Ángel, tú ya lo dices en el artículo. Desconfianza de base respecto a los profesionales. Currículum prescriptivo. Qué, cuándo, cómo, a qué hora. ¡Es fácil! ¡Solo hay que seguir instrucciones! Expliquémoselo, mandémoselo, evaluemos como control, para comprobar que las cosas se hacen como hemos prescrito que deben hacerse (la única forma correcta y sensata).
Estimado profesor Antonio del Pozo.
Primero, pedirle disculpas por el atraco sin presentaciones, pero sé y entiendo que todos los que transitamos por el barrio de Miguel Ángel, somos gente de bien y comprometida con la educación, y con la mejora de la vida de la gente, en general. Somos gente curiosa.
Sé que unos disponen de un bagaje de experiencias y aprendizajes de los que yo carezco. Usted, catedrático de Lengua y Literatura, con 38 años de experiencia, está en ese grupo.
¿Qué hacer con el que no quiere aprender? Gamberretes e irreductibles. Le dice a Miguel Ángel (y a todos los lectores y lectoras) que todavía no ha encontrado una respuesta convincente sobre qué hacer con ellos y ellas.
La visión de la enseñanza de Miguel Ángel nos la va mostrando semana a semana aquí (y desde su primer libro). Sus respuestas ya las tenemos. Pero él no es el único que puede y tiene respuestas. Sinceramente, desde su experiencia y la realidad de ese tipo de alumnado que usted debe conocer, y desde su visión de la enseñanza, ¿cuál era su respuesta ante las situaciones que describe?, ¿qué actuaciones pudo realizar teniendo en cuanta el contexto en las que realizaba su labor? En los últimos años antes de su jubilación, ¿cuál era la respuesta que daba su centro educativo? Ya sé que a usted no le convencía ninguna respuesta, pero para que se aproximase, ¿qué medios o circunstancias deberían darse para responder a la educación de estos super retos?
Gracias anticipadas por su tiempo. Me gusta mucho que se animen a escribir, y a compartir con todos los del barrio su opinión, las personas que discrepan con Miguel Ángel, y no solo los que decimos que me ha encantado todo su artículo, y todos sus artículos y opiniones. Es imposible (y no deseable) que todos y todas pensemos igual. Sé que él no tiene tiempo ni ganas de aburrirse, y sigue manteniendo (me imagino que incluso incrementado) la ganas de aprender. Y la discrepancia le motiva (como a todo buen profesor). Yo más de una vez veo o pienso que la fomenta (no es listo ni nada este viejo zorro), porque sabe que es en ella cuando más se aprende y uno debe exprimirse los sesos.
¡Eh! ¿Hay alguien en casa? ¡Que tengo que irme! ¡Cuando pueda ya volveré! No me gustan los papeles, ni que me empapelen, ni la burrocracia. Pero debemos escribir, y compartir, y cuestionar, y dudar, y ser puñeteros, y aprender, y respetar, y discrepar, y reflexionar, y filosofar. Hace tiempo, cuando estaban a vueltas con la filosofía, una adolescente contestaba que la filosofía valía para tocar las narices. Pues eso, incordiemos con educación (y con argumentos).
Estimado José Antonio, aunque no nos conocemos, como tú has dicho, aquí se siente uno entre colegas y amigos, pues a todos nos une el interés y el amor por la educación.
Respondiendo a tu pregunta, te diré que, obviamente, no tengo respuesta ni receta mágica. Habría que escribir largo y tendido pues la casuística es variadísima.
La solución que he visto fracasar una y otra vez es la única que nos propone el actual sistema: café para todos hasta los 16 años.
Una y otra vez he visto chicos y chicas obligados a estar sentados entre cuatro paredes más de seis horas diarias oyendo -no escuchando- hablar de ecuaciones, cordilleras, sinalefas y protozoos; asuntos todos ellos que desconocen y no tienen el menor interés en conocer. Chicos y chicas muchos de ellos con una rabia y una agresividad inmensas que dirigen no solo contra su profesor, sino la mayoría de las veces contra sus propios condiscípulos.
En algunos casos se trata de jóvenes de familias deshechas, que a veces no saben dónde comerán o en casa de quién dormirán esa noche, que tienen padres o hermanos con problemas de delincuencia y adicciones o son adictos ellos mismos. En otros casos son hijos de familias de clase media, sin ninguna carencia material pero con todas las carencias afectivas del mundo. Niños que nunca han recibido un «no» por respuesta y no soportan la más pequeña frustración; que sin haberse ganado nada se creen con derecho a todo.
A lo largo de estos 38 años de profesión, especialmente a raíz de la implantación del llamado sistema LOGSE no ha habido curso que no me haya tenido que enfrentar con uno o varios de estos casos.
Es posible que se pueda hacer algo con estos chicos y chicas, aunque a partir de los 15 ó 16 años es muy complicado. Lo que no se puede -ni se debe, creo yo- es dejar de atender al resto, que son la inmensa mayoría, para darles a ellos la atención casi exclusiva que requieren. Mucho menos permitir que tengan a los demás amedrentados, acosados y humillados continuamente.
Posiblemente en los últimos cursos de secundaria la mayoría de estos casos extremos no tiene mucho arreglo. Algunos de ellos podrían salvarse, pero no por el simple recurso de almacenarlos en unas aulas masificadas, obligados a escuchar hablar durante horas de asuntos que ni entienden ni les interesan.
Creo que lo que se hace ahora no les ayuda y perjudica seriamente al resto. Creo que con el loable afán se no crear ghettos se está convirtiendo el conjunto de la enseñanza pública en un inmenso ghetto.
¿Cual podría ser la solución? No lo sé, yo no soy más que un profesor de instituto jubilado.
Estimado profesor:
Gracias por la respuesta y por dialogar conmigo (y con El Adarve) sobre educación.
Por su respuesta entiendo que no se hacía nada especial, distinto al café para todos y todas. No se intentaba (por lo que fuese) ninguna acción educativa con resultados algo positivos, sobre todo, para ellos. Solo control disciplinario para que permitan seguir el ritmo de aprendizaje del resto, evidentemente algo necesario también.
Pero esos chicos y chicas, carne de cañon. En lo complicado es en dónde se ve la CALIDAD del sistema. Estos son los que más la necesitan.
Si podemos algo con ellos, los demás son pan comido.
La escuela, nuestras instituciones educativos, no deben actuar de forma aislada y es en estos casos donde se muestra de forma más clara.
Pero no podemos permitirnos no hacer nada, no intentar nada. Esto no es burocracia, es nuestro oficio de EDUCAR Y FORMAR.
Parezca que yo tenga la solución mágica. No la tengo por que no la hay (mágica). Creo que trabajando en equipo y de forma interciciplinar, no sólo desde un punto de vista escolar sino social, podrían tener una oportunidad de éxito.
No interesa (dinero). Luego el coste social será mayor. No interesa a nuestros dirigentes.
Un fuerte abrazo profesor, y a todo El Adarve.
Siento haber dado la impresión de que no se hace nada. Por supuesto que se intenta. Lo que ocurre es que en muchos casos no funciona: a veces las familias están ilocalizables; otras se enfrentan con el centro en lugar de colaborar. Hay chicos que son completamente impermeables a orientaciones, motivaciones y adaptaciones de contenidos…
No sé en qué nivel de enseñanza trabaja usted ni cuál es su formación. En mi caso le puedo decir que he trabajado con alumnos de ESO y que he estudiado Filología Hispánica. Mis colegas han sido matemáticos, químicos, biólogos, historiadores, etc. Probablemente otras personas con otra experiencia y otra formación podrían hacer algo por estos chicos.
Lo que usted propone -perdóneme- no pasa de una declaración de (buenas) intenciones, optimismo antropológico y falta de realismo. Puede que las medidas disciplinarias esas tan perversas no solucionen el problema de estos chicos, pero al menos permiten que los otros puedan aprender mientras dure la expulsión.
Es duro, pero si hay que elegir entre intentar salvar a uno (que no quiere ser salvado) o salvar a veinte, yo siempre elegiré salvar a los veinte.
Saludos cordiales
Estimado Antonio del Pozo Aguilar…
La vida es un suspiro, este mundo ya estaba roto cuando llegamos…
Aprecio sus inquietudes y no quiero pecar de simplista. Pero, todo se reduce a «Educar con amor». Ernesto Guevara decia que un Revolucionario jamas deberia perder la ternura. Si asi piensan los hombres de las armas, que queda para nosotros los hombres de la paz??
Luego viene la inspiración, la vocación la creatividad, el arte… y volvemos al amor.
Mi admiración y cariño para «todos los del barrio» de Miguel Ángel…
Estimado David:
Créame si le digo que el cariño a mis alumnos es el ingrediente que más he utilizado a lo largo de mis muchos años de profesión, pero no siempre funciona…
Cita usted a Ernesto Guevara. ¿Sirve como ejemplo como ejemplo de dedicación amorosa lo que dijo ante la ONU el 11 de diciembre de 1964?:
“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando.“
O también aquello otro que escribió en 1967:
“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar.»
En fin, no hay peor ciego que el que no quiere ver…
Saludos cordiales
No me he referido al Sr. Guevara en términos de «dedicación amorosa». Más bien, al hecho de que en medio de guerras y guerrillas, muertes y dolor puede (o debería) haber lugar para pensar en términos de ternura.
Vivimos en tiempos de la genesis de una Revolución Educativa -al menos eso pienso- y el hecho de brindar educación a TODOS y TODAS es un acto optimista y liberador.
Nos tildan de «Utopicos», lo que es todo un halago. «Creemos en la utopía porque la realidad nos ha parecido increíble»…
Mis respetos!!
Es difícil razonar con personas que se autodefinen como utópicos y rigen sus actuaciones por consignas. Es difícil contraponer ideas u opiniones a creencias más o menos dogmáticas. En fin, por intentarlo que no quede. Publicado hoy mismo en El País, que no es sospechoso de ser un periódico conservador:
https://economia.elpais.com/economia/2017/07/10/actualidad/1499687476_336740.html
Saludos cordiales desde España
Estimado Antonio:
He leido con atención la entrevista a Inger Enkvist. Me parece muy acertada en muchos aspectos. Entre el exceso y el defecto habra que encontrar un punto de equilibrio. No hablamos de cosas muy diferentes, yo no hablo desde simples utopias. He participado de una experiencia educativa revolucionaria, generando el PROYECTO CERO (CERO SOBREEDAD, CERO REPITENCIA, CERO MATERIAS PREVIAS, CERO DESERCIÓN, CERO VIOLENCIA ESCOLAR), en una escuela Secundaria de tres turnos a la que asisten 1800 alumnos. Me expreso desde la experiencia de 7 años de construcción y labor con un maravilloso equipo de trabajo.
No se descalifica a los utópicos, romanticos o soñadores. Al fin y al cabo el mundo es para todos…
Me fascina tu perspectiva y si me lo permites quedo a disposición para compartir la experiencia y la metodología que nos permitió convertir las utopías en realidad.
Mi respeto sincero….
Estimado David:
De nuevo, al igual que en mi primera intervención en este foro, tengo que empezar esta respuesta con una disculpa. Me has demostrado con tu respuesta ser una persona reflexiva, crítica y flexible. Comentar un escrito breve de otra persona sin conocerla conduce -a mí me ha conducido- al prejuicio y, por lo tanto, al juicio erróneo. Me disculpo sinceramente.
Soy consciente de que tenemos un interés común en la educación y diferentes puntos de vista sobre cómo enfocarla, siempre con interés por aprender y respeto mutuo.
Un saludo muy cordial
Antonio:
Disculparse es de GRANDES, y tu lo eres!!!
Aprendemos a cada instante que nos permitimos aprender.
Nuestro dialogo me ha hecho crecer y te lo agradezco.
Es una experiencia gratificante disentir con personas de tu talla. Hay muchos Maestros en éste sitio…
Nunca dejen de compartir sus perspectivas!! Se agradecen y atesoran!!
Abrazos en el barrio de Miguel Ángel!!
Algunos, dicen que hasta del Gobierno, ya están de vacaciones.
https://www.facebook.com/lucenses.porelmundo/photos/a.681088855350430.1073741849.639627779496538/1253796171413026/?type=3&theater
Amigo Miguel Ángel.
Puesto que has respondido de modo extenso al escrito de Lola Urbano Santana (por cierto, también bastante amplio en sus argumentaciones; cosa que es de agradecer), yo quisiera centrarme en algo que escribe entre paréntesis y en el que dice: “me sigue pareciendo increíble que acaben la carrera quienes no saben escribir”.
En este tema tengo que darle totalmente la razón: hay alumnos y alumnas que finalizan sus estudios y sus niveles de escritura son deplorables. Es minoría los que lo hacen con corrección, fluidez y sabiendo sintetizar o expresar sus ideas con claridad. Y me imagino que no son precisamente estos últimos los que “huyen” de cumplimentar la documentación de los centros, ya que suelen ser los mejores docentes.
Sobre este punto he hablado en el blog en alguna ocasión. Pero parece que el problema interesa poco al conjunto del profesorado de las Facultades de Educación (me extiendo más allá de Córdoba, por la información que recibo de algunos colegas).
Como ejemplo quisiera citar lo que aconteció en la última Junta de Facultad que celebramos en el mes de junio.
En uno de los puntos, se abordó la evaluación externa que había recibido la Universidad de Córdoba, y, en medio de los distintos apartados, se indicó que se les pedía un número excesivo de trabajos al alumnado; trabajos que, finalmente, eran tenidos muy poco en consideración dentro de la calificación final.
Puesto que tengo constancia reiterada por los propios interesados de que esos trabajos, en realidad, no se les corrigen, intervine defendiendo que todos deberían ser corregidos y devueltos a sus autores para que conozcan los aciertos y errores que pudieran tener. Por otro lado, manifesté que, si tantos trabajos se les ponen a lo largo de la carrera, lo más razonable es que al finalizar cuando tienen que realizar los Trabajos Fin de Grado (TFG) escribieran con corrección y soltura; cosa que de ningún modo acontece y que todos los presentes en la Junta de Centro lo sabían, dado que cuando se enfrentan a los TFG se asombran y se echan las manos a la cabeza de cómo escribe el alumnado.
Como respuesta que se me dijo que es un problema amplio que no podía tratarse en la reunión en la que estábamos, por lo que se pasó a otro punto.
Es decir, se engrosa el “currículum oculto” con un tema que no se quiere tratar, dado que, entre otros factores, hay un amplio número de profesores/as ha optado, no por hacer evaluación continua, pues sería mucho esfuerzo para ellos, sino realizar exámenes en “forma de test”, de modo que en unas horas resuelven los aprendizajes de todo un curso del alumnado.
Sé, por otro lado, que el nuevo profesorado universitario está sometido a constantes presiones de publicación para poder afianzarse en los precarios contratos que tienen, por lo que deja en un segundo plano el esfuerzo que exige una buena docencia (que, por cierto, apenas significa nada en las agencias de evaluación; la ANECA, entre ellas).
Cierro este escrito, dándole mi punto de vista a una de las preguntas de José Antonio (impenitente socrático que se interroga constantemente). Nos encontramos en un capitalismo globalizado, que recibe el nombre de neoliberalismo y que está exprimiendo a los trabajadores y asalariados hasta la última gota de su sangre.
Tiempo atrás, cuando se hablaba del (corto) Estado de bienestar en los que nos movíamos, se pensaba que los trabajadores públicos estábamos protegidos de las duras exigencias laborales de las empresas privadas. Hoy, con un Estado cuya deuda pública supera al Producto Interior Bruto (PIB), camina de forma paralela a las exigencias del mercado, por lo que no es de extrañar la jerarquización que se forma en los centros, al tiempo que se multiplican los controles y exigencias en forma de “papeleo interminable”.
Responde, pues, a esa filosofía con la que se nos quiere hacer “comulgar con ruedas de molino”, incluso a los que somos laicos y anticapitalistas.
¡Ah! Por si no me he expresado bien, otra cosa es el trabajo de documentación y administración absolutamente necesarios para el buen funcionamiento educativo.
Un abrazo desde Córdoba, a la espera de alcanzar 45º (que, esto sí, no es culpa del Gobierno).
Estimados lectores y lectoras de El Adarve::
Siento no estar participando en el debate suscitado por el artículo ya que me encuentro de viaje en Tailandia.
El debate es sinteresante y me gustaría aportar nuevas ideas y nuevos comentarios a los que tienen la amabilidad de enriquecer el contenido.
No dispongo del tiempo necesario para seguir los pasos delos comentaristas, aunque los leo y disfruto de ellos.
Un cordial saludo y gracias por participar.
MAS
Estimado profesor Antonio del Pozo:
He seguido con interés el debate que se ha producido en el artículo “Burocracia en la escuela” firmado por Miguel Ángel Santos en su blog semanal El Adarve y el que usted participa.
En uno de sus escritos, en el que responde a David Leal, indica (cito textualmente) que Ernesto Guevara, en su discurso en las Naciones Unidas del 11 de diciembre, dice lo siguiente:
“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”.
Posteriormente, añade otra, según usted de 1967, sin indicar dónde se dijo y en qué lugar está publicada para que pueda consultarse.
Como usted bien sabe, en cualquier publicación de rigor, siempre que se cita textualmente a un autor hay que indicar el título de la publicación, así como el año y la página en la que aparece esa cita, pues, en caso de no hacerse, puede llegarse a la tergiversación.
Desde mi posición personal, puedo decirle que, siempre que he dirigido tesis doctorales o he formado parte de tribunales de tesis, he planteado el máximo rigor cuando se acude a frases que se atribuyen a cualquier autor, pues, en alguna ocasión me he encontrado que algún doctorando ha modificado a su conveniencia lo que algún autor o autora había escrito en su trabajo.
Pues bien, puedo decirle que en la conocida intervención de Ernesto Guevara en las Naciones Unidas para nada aparece esa frase que usted le atribuye. Para que lo compruebe le adjunto un enlace en el cual puede leerla de manera completa.
https://es.wikisource.org/wiki/Discurso_en_la_ONU,_11_de_diciembre_de_1964
Como verá (y resumiendo por mi parte), en su intervención Ernesto Guevara defendía: a) la coexistencia pacífica; b) el desarme completo y general de todas las armas termonucleares (atómicas); c) la prohibición total de pruebas con ellas; d) la denuncia de la carrera armamentística; e) la denuncia de la agresión a los pueblos y el derecho a elegir sus propios destinos; f) el desarrollo económico y libre de los pueblos sin injerencias extranjeras; g) se declara a favor de la paz y de los países no alineados; h) hace una denuncia de las intervenciones militares que promueve el Gobierno estadounidense en distintos puntos del planeta, etc.
Para cerrar, le agradecería que me indicara en qué párrafo del discurso se encuentra la frase que atribuye a Ernesto Guevara.
Esperando su respuesta, reciba un cordial saludo.
Aureliano Sáinz
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
Estimado Aureliano:
Me reprocha usted que cite sin mencionar la fuente (libro, editorial, edición, página…). Creí que estábamos en un debate amistoso sobre cuestiones educativas y no en una defensa de tesis doctoral o publicación académica. Las citas las hice en alusión a una referencia de otra persona a la figura de Ernesto Guevara. No quisiera desviarme más de la cuestión, pero para satisfacer su puntillosidad académica, le diré que lleva usted razón, la primera cita no es del discurso propiamente dicho, sino de la extensa réplica que el señor Guevara dio a distintos representantes de gobiernos americanos a continuación. Concretamente, en esta ocasión, se dirige al representante de Venezuela. Veamos la cita en un contexto un poco más amplio:
«[—]
El señor representante de Venezuela también empleó un tono moderado, aunque enfático. Manifestó que son infames las acusaciones de genocidio y que realmente era increíble que el Gobierno cubano se ocupara de estas cosas de Venezuela existiendo tal represión contra su pueblo. Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado; fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte […]»
La segunda cita está extraída de un «Mensaje a la Organización para la Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina», escrito en abril de 1967. También ampliaré un poco el contexto:
“El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.”
En cualquier caso, el debate que nos ocupa es muy otro. Si me he desviado fue por responder, primero a una alusión de David Leal y en segundo lugar para satisfacer la curiosidad académica de usted.
Parece que, además de sobre aspectos pedagógicos, también se pueden tener diferentes puntos de vista sobre los personajes históricos, que suelen ser poliédricos con unas facetas más luminosas y otras más sombrías.
Pero, por favor, dejemos en paz las guerras del siglo pasado y vayamos a lo que importa.
Muchas gracias y un saludo muy cordial
Estimados:
El hombre ya llegó a la luna. No veo razones para no creer que podamos llegar a las mentes y corazones de las jovenes generaciones en tránsito.
Un abrazo pedagógico.
David Leal.
Buenos días barrio.
Ya a punto de que Miguel Ángel nos regale otro artículo y nos proponga un nuevo tema, lejos de la burocracia (él escribe sobre lo que le apetece, algunos comentamos sobre lo que nos gusta o disgusta), quisiera informar al profesor Antonio del Pozo sobre mi formación o estudios, sobre quién soy (un ciudadano cualquiera, común y corriente, con sus problemas, sus inquietudes, sus alegrías, sus entretenimientos. Un apañador de patacas, limpia mocos, corta hierba, ingeniero (no del alma) de pequeñas obras, …).
Prácticamente, todo lo que voy a escribir a continuación (versión corta) debería empezar por un creo, pues son mis opiniones, y, aunque al leerlas dé la sensación de que lo hago como si fuese palabra de dios, seguro que la mayoría están bien lejos de la realidad para unos y no tanto para otros. Voy a numerar para que se vea que son temas o cuestiones distintas.
1.- Me han dado el título de Magisterio (de Infantil) y de Psicopedagogía. Siguiendo un ejemplo de Miguel Ángel, me han enseñado muchos contenidos sobre el agua, la natación, las piscinas olímpicas, principales nadadores internacionales y nacionales, estilos de natación, … pero nunca me he tirado a ninguna piscina (eso sí, me han dicho que estoy preparado, y me han dado el título).
2.- Experiencia en piscinas oficiales cero. De ahí mi interés y ansias de aprender de personas como usted, Antonio, lleno de años de experiencia nadando en todo tipo de mares, en condiciones unas veces tranquilas y otras embravecidas.
3.- Lo que sí tengo son muchos años de experiencia como aprendiz, tanto en instituciones oficiales como fuera de ellas. He tenido compañeros y compañeras (en la universidad) que eran del estilo que usted comentó, y que suscita nuestros comentarios. No estaban a lo que había que estar y molestaban el transcurrir normal del aula. Ahora bien, con un tipo de profesor sí, con otro no.
4.- Incluido a Miguel Ángel, siempre se está achacando, desde los profesionales del aula (esta misma semana se ha producido), que se escribe de una forma muy teórica, lejos del conocimiento de la realidad diaria, que se dicen cosas irrealizables, que las cosas no son como se dice en los libros que se escriben. Volviendo a mis recuerdos con compañeros en psicopedagogía, maestros y maestras en ejercicio, me daba mucha pena escuchar lo mismo (eso es pura teoría, pura utopía, no ha pisado un aula de críos en su vida, habría que verlo llevando a la práctica en mi colegio eso que dice). Y luego, el cinismo con el que se movían. Vengo a por el título para acceder a un puesto mejor (en todos los sentidos), y a vivir. Sentía pena por su alumnado. (No generalizo ni generalicéis, pero existen. Me estoy acordando del día que a Miguel Ángel se le ocurrió escribir sobre mercenarios, ¡qué forma de sentirse aludidos!)
5.- Siempre hay que intentarlo (ESO). Siempre es difícil razonar. No pienso que las medidas disciplinares sean perversas. La escuela (el instituto) no lo puede todo, no va a solucionar problemas sociales que recibe y le influyen, pero una expulsión es un fracaso del sistema. Que le pregunten al más enfermo del hospital. Los mando a todos a morir a su casa y así mi hospital es el mejor del mundo, pues en él no se muere nadie.
6.- No estoy de acuerdo con la profesora, experta, asesora Inger Enkvist (en cuanto a lo que he leído en la entrevista). Esfuerzo, conocimiento, contenidos, exámenes. Todos manejamos esos conceptos, pero los llenamos de contenidos diferentes. Hábitos sistemáticos de trabajo, bien, ¿y para conseguirlo lo mejor que se le ocurre es hacer exámenes? ¿De qué tipo? (Aureliano ya ha comentado esta misma semana alguno). Y el examen (aun estando muy bien pensado y reconociendo que tiene bondades), ¿no puede acaparar en centro y desbancar el aprendizaje y crecimiento personal, no puede condicionar todo el proceso? ¿De qué concepto de disciplina y autoridad habla?
7.- Un fuerte abrazo, familia. (Y como en toda buena familia, se disfruta, se discute, se discrepa , se dialoga, se comparte, … se crece).
Un simple apunte: cuando me preguntaba por su formación y experiencia no lo hacía para pedirle cuantas a usted; lo hacía en realidad para exponer que desde la mía propia no me siento preparado para atender ese tipo de alumnos «irreductibles» de los que venimos hablando, aunque sé por experiencia que no basta una una declaración de principios de defensa de la llamada «inclusividad» ni con una formulación genérica de buenas intenciones para llevar a este tipo de alumnos de la mano. Se necesita, creo yo, una preparación muy específica y unos medios de los que a día de hoy nuestro sistema público de enseñanza carece. Mezclarlos en un aula con los demás chicos no funciona para ellos y resulta seriamente perjudicial para los demás.
Saludos cordiales
Que lindo es despertar al alba con el pensamiento de «los amigos del barrio».
Desde mi lugar creo fervientemente que debemos (y podemos) garantizar trayectorias exitosas a todos nuestros estudiantes.
El inicio de un Ciclo Lectivo es como un viaje en el que todos debemos encontrar la manera de llegar a destino en el marco de una sana convivencia.
Para ello, es necesario que todos no sólo conozcamos las bases y condiciones del derecho de admisión y permanencia sino que ademas hayamos participado en la construcción -alumnos incluidos- de esas bases (Acuerdos Escolares de Convivencia) y (Acuerdos Pedagogicos Institucionales).
Conocer, aceptar y haber participado en esa construcción colectiva no garantiza el cumplimiento pero es un buen punto de partida para una de las funciones socializadoras que tiene la Escuela contemporánea.
Luego viene lo cotidiano y la vida real. Aparece aqui la aplicación de esa construcción. Lo que lleva a preguntarnos si la sanción tiene valor pedagógico. Desde que lugar o postura utilizo la sanción. Si la misma se aplica desde una postura verticalista, sin haber generado un vinculo de respeto y afectividad difícilmente vaya a ser efectiva.
Lo anterior lleva a repensar un nuevo parrafo para comprender el valor del vinculo y cómo forjarlo sin que se confunda la diferencia de roles entre las partes. En este punto será también necesario repensar la Escuela, redefinirla, como también redefinir la definición y práctica del Profesor.
Llega un punto en el viaje en el que hasta el alumno mas dificil valora la vivencia, entiende (o ha aprendido) que encuentra muchas mas ventajas en hacer las cosas bien, que en hacerlas mal. Porque hay afecto, porque hay respeto, porque hay confianza, porque hay códigos…. (continuará… si alguien del barrio desea leer)…
Abrazo pedagógico amigos!!!!
Excelente artículo.
Es cierto que tiene que haber documentos de producción y de memoria, pero hay muchos que son inútiles.
Por eso me ha parecido estupendo este toque de atención.
Lo que. más me ha gustado es toque se dice sobre las causas y las consecuencias de la burocracia.
Saludos y gracias.
Acostumbro cada tarde buscar articulos para pasar un buen rato leyendo y de esta manera he localizado vuestra página web.
La verdad me ha gustado el articulo y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
Simplemente debo decirle que ha escrito un articulo genial y que verdaderamente disfrute leyendo.
Estoy maravillado por lo bien que expuso su material y presento sus puntos de vista.
Gracias.
Es un alivio hallar a alguien que verdaderamente sabe lo
que están hablando en blogoesfera . Definitivamente, que sabes de qué manera llevar articulo a
la luz y que sea ameno. Más peña tiene que leer esto.
Es necesario agradecerle una vez pero fantasticos metodos personales que ha mencionado
anteriormente. Es extrano que personas como usted ofrezcan públicamente.
Estas ideas inspiradoras tambien actuaron como una forma fantastica de saber que el resto tiene exactamente los mismos suenos que mi cuenta para poder ver mucho pero sobre este problema.
Estoy convencido de que hay miles de momentos mas agradables en el
futuro para muchos que visitan tu weblog.
Buenos días tras analizar varios materiales sobre este penoso tema que limita el desarrollo educativo y profesional de quienes nos apasiona, me he topado con conceptos muy acertados, lejos de la desvalorización que tenemos ante la sociedad, esta tema que ahora en varias partes del mundo existe y aqueja a la parte docente, yo soy docente desde hace 12 años y cuando mas convencido estaba de esta bendita labor me he dado de topes y en ocasiones he deseado tirar la toalla, como decimos acá en México, lo mas triste es ver el gozo de los administrativos, directores o responsables ver que te mantienen ocupado, como si eso fuera signo de que están a haciendo bien su trabajo y que todo marcha bien, pasa hacer ya un abuso de autoridad y acoso laboral, que muchas veces la infringe el mas alto poder, con la única opción al docente, de seguir así o dejar una vacante, mas aun cuando no se tiene un respaldo o aseguramiento laboral ya que son por contratos. Sin hablar de los pésimos salarios comparados con los puestos administrativo, saludos desde México.
Hola mi nombre es Mariana, y escribo desde Mar del Plata, Argentina. Totalmente de acuerdo con sus apreciaciones de la escuela como sistema burocrático. Como profesora en psicopedagogía, doy clases de psicología y proyecto de investigación en ciencias sociales en 4to y 6to año secundaria. Me veo agobiada totalmente por exigencias de papeles que demandan las instituciones, siguiendo la vía jerárquica hasta más allá del Ministerio de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Es cierto que muchas veces proponemos proyectos que al no estar contemplados en lo que actualmente se denomina Proyecto Institucional (ex PEI), no se pueden llevar a cabo, por lo tanto las visiones innovadoras se cercenan. Una pregunta, la escuela debe ser estudiada sólo desde la estructura, por cierto compleja y diversa, y encuadrarla en Burocrática, adhocrática etc, o en realidad se la está mirando desde una perspectiva administrativa y no de la educación?. Si tuviera que elegir una estructura cuál sería?. Saludos Cordiales.
excelente.
Gracias por la lectura y por la escueta pero tan positiva valoración
Saludos.
MÁS
De este modo, ha establecido una relacion directa entre la burocracia docente, plantillas y ratio y ha afirmado que “la plantilla de docentes con la que cuenta la escuela publica no es suficiente”, por lo que ha abogado por “aprovechar la bajada de la natalidad para recudir la ratio de alumnos y alumnas por grupo en lugar de cerrar unidades de la escuela publica”. Como causas del exceso de la burocracia docente, Carcelen ha citado la inestabilidad de las leyes educativas, la necesidad de mejorar la digitalizacion del sistema educativo, una plantilla insuficiente tanto docente como de personal de administracion y servicios, asi como la duplicidad en las tareas.
Estoy totalmente de acuerdo con usted sobre este articulo, entendiendo de que la burocracia educativa en nuestro tiempo mata la pasión a los docentes de enseñar y a la vez, a nuestros alumnos de aprender lo que deben de aprender, ser competentes en un mundo globalizado y diversos que esta en constante transformaciones tecnológicas y, para muestra un botón, aquí esta presente el avance indetenible de la IA. Es cierto de que una gran partes de nuestros alumnos pasan al siguiente nivel educacional , sin antes de haber aprendido a escribir y leer con fluidez, e incluso a comprender lo que leen. Nos hemos encontrado con alumnos a nivel de estudio superiores que aun no comprender lo que leen, ni siquiera saben interpretar un texto argumentativo de algún tema de interés social y todo eso es debido a la bendita burocracia que ha estado acuñado desde la base de la educación integral de nuestro sistema educativo. En un momento alguien expreso que el mucho papeleo en los directivos de nada nos sirven, entendiendo que lo mas importante es la parte pedagógica en la que debemos de enfocarnos, a veces la supervisión, monitoreos y acompañamientos de los procesos educativos de parte de entidades reguladoras de educación, se tienden a enfocar mas en la fiscalización administrativas burocráticas, mas que en el propio avances pedagógicos del proceso enseñanza aprendizaje de los actores responsable que transformaran el pensamiento del ente sujeto en una nación..
Estimad Roberto:
La burocracia es el cáncer de las instituciones.
Roba el tiempo para dedicarse a tareas pedagógicamente ricas y obliga a dedicarlas a otras tareas pobres.
Hay que establecer un diálogo intenso y riguroso en la comunidad para negociar luego con la administración.
El discurso crítico ascendente está cortocircuitado por el miedo, la pereza o la falta espíritu crítico.
Después de la negociación se puede llegar a acuerdos o bien se puede entrar en conflicto. Es necesario que en la comunidad educativa se plantee la virtud democrática de la valentía cívica, se puede y se debe decir: esto no lo vamos a hacer por el bien de los alumnos y de las alumnas.
Un cordial saludo.
Gracias por tu paricipación.
MÁS