Hace unos días fui testigo de una curiosa conversación en mi antiguo despacho de la Facultad. Una alumna le pedía a una profesora la dispensa de asistencia a las clases porque estaba trabajando y le era imposible acudir ningún día según los horarios establecidos. Por otra parte, le decía que estaba cursando dos menciones simultáneamente y quería terminarlas a la vez en el tiempo mínimo.
Con buen criterio, la profesora le decía que, con lecturas y trabajos individuales, no podia cursar con provecho una asignatura presencial que exigia aprendizaje cooperativo, discusión, debate, trabajos de grupo y construccion de una experiencia compartida. Le decía también que consideraba que no podían cursarse dos menciones en el tiempo de una si, además, estaba trabajando. Es decir, que no podía hacer bien, con la necesaria profundidad, con el debido sosiego, el doble que otros compañeros hacían con dedicación exclusiva.
No quise intervenir, porque nadie me había dado vela en aquel entierro, aunque me hubiera gustado. Pensé con inquietud, en primer lugar, en la prisa desmesurada de esa alumna, en su ansiedad por acumular títulos, en su propuesta descarada de liberarse de las exigxencias que los demás tienen que asumir y en el error que encierra esa postura que he visto repetida muchas veces. Porque de esa forma es imposible hacer bien las cosas. Es imposible aprender reposadamente, profundizar, compartir, aprovechar el tiempo de formación. Pensé también en el dinero que cuesta una plaza en la enseñanza superiror presencial y en aquellos alumnos que se han quedado sin ella porque otros la ocupan de una manera tramposa.
De esa forma se acumulan certificados en tiempo record, se alardea de un pragmatismo desbordado e, incluso, de unas capacidades sobresalientes que permiten hacer en el mismo tiempo el doble que los demás.
Pero hay otro tipo de consideraciones que también me asaltaron, relacionadas con la institución en la que se hacen esos planteamientos y con los docentes que los asumen. Me refiero a la falta de exigencia, a la imposibilidad de formar bien a los estudiantes con unas modalidades de trabajo apresurado y superficial. Y eso me remite al tipo de evaluación que comprueba los aprendizajes.
Al no acceder la profesora a esta peticion, la alumna preguntó si podía cambiar la matrícula para cursar la asignatura con otro docente que le permitiera faltar a las clases. Creo que se fue con esa decisión. Lo inquietante es que encuentre a alguien que acceda a esas pretensiones.
Lo cual plantea otra cuestión no menos importante. ¿Cómo es posible que haya criterios tan discrepantes en la solución de demandas a todas luces inadmisibles? ¿A quién beneficia una postura que elimina la necesaria exigencia que necesita la formación de profesionales de la educación? De esa manera, la alumna acabará teniendo un conocimiento superficial, prendido con los alfileres de las exignecias mínimas y la Facultad se desprestigiará al difundirse ese tipo de prácticas que permiten hacer sin esfuero alguno lo que en otras cuesta mucho más conseguir.
¿A dónde se dirigen los estudiantes con estas velocidades? ¿A dónde llegan cuando caminan con la mayor eficacia en la dirección equivocada? ¿Qué hacen después con los títulos acumulados debajo de los cuales no hay más que prisas y apariencias?
Hace años, leí la carta que Harry Lewis, Decano de una Facultad de Harvard, había dirigido a sus alumnos y alumnas. El título de la misma dejaba ya claro cuál era su propósito. La carta se titulaba “Ir más despacio”. Y explicaba que esa actitud acelerada no conducía a ninguna parte. O, más bien, conducía a una formacion superficial y a unas actitudes irresponsables. En ella insta a los alumnos a pensarlo dos veces antes de avanzar a toda prisa por los cursos. Les dice: «El tiempo desocupado no es un vacío que debe llenarse. Es lo que te permite reordenar de una manera creativa las demás cosas que están en tu mente».
Lo que se valora es hacer muchas cosas en el menor tiempo posible. Cada vez vivimos más años y cada vez tenemos más prisa. Es una sensación de aceleración permanente. Viajes rápidos, comida rápida, educación rápida. Cuanto antes se aprenda, cuanto más se aprenda, cuanto más se aprenda en menos tiempo, mejor. En todos los niveles del sistema.
Joan Domenech Francesh escribió hace algunos años en la Editorial Graó un libro con este título: “Elogio de la educción lenta”. En él plantea no solo sus teorías al respecto sino la forma de llevarlas a cabo en la escuela. Habla pues de la teoría y de la práctica. Porque hace lo que allí justitica y propone. como modelo teórico. Se trata de imponer un ritmo sosegado a la acción.
No por mucho madrugar amanece más temprano, dice nuestro refranero, en esta ocasión de forma certera. No por estirar con fuerza las ramas del árbol crece más rápido y da mejores frutos.
Nos recuerda el profesor Domenech que los griegos tenían dos dioses relacionados con el tiempo: Kronos, vinculado al tiempo que duran las cosas y Kairos, que está ligado a los ciclos de la naturaleza, al tiempo que necesitan los acontecimientos para desarrollarse plenamente. Nuestra cultura sólo conoce y valora a Kronos.
Creo que la educación es una actividad de tiempos lentos, de reflexión sosegada, de relaciones tranquilas, de frutos demorados. El torbellino de la prisa lo inunda todo y hace que aceleremos nuesro paso sin saber previamente hacia donde nos dirigimos.
Por otxra parte, hay que tener en cuenta que cada persona tiene su ritmo, tiene su tempus. Es un error en el que frecuentemente se incurre: ir todos a la vez, todos al mismo paso, todos en la misma dirección, todos con el mismo estilo de caminar. No. Perderemos al cojo si imponemos a todo el grupo un ritmo uniforme y acelerado de marcha.
Existe un problema añadido. Que otro nos adelante, que otro llegue antes, que otro nos gane. Y eso quiere decir que vamos demasiado despacio. No debería interpretarse así. Puede ser, sencillamente, que estemos yendo al paso que podemos ir, al máximo de las posibilidades que tenemos. Y que el otro esté yendo también a su paso, o que lo esté forzando para adelantarnos. Allá él. No tiene por qué arrastrarnos a su equivocación.
Se puede comprobar este hecho en cómo los padres y las madres comparan los ritmos de aprendizaje de sus hijos e hijas con los de otros colegios: los niños de tal escuela ya saben leer, los alumnos de tal entidad ya han llegado al final del temario…
Hacer mmuchas cosas, hacerlas rápidamente, acumular más méritos que los demás, tener más certificados que nadie, adelantar a los otros en el número de actividades y en el tiempo que se necesita para realizarlas se ha convertido en una necesidad en esta sociedad de ritmos cada vez más acelerados.
Dice Bernstein que el ritmo de los aprendizajes que hay que relizar en las excuelas es hoy tan acelerado que hace falta una segunda escuela en la casa para seguirlos. ¿Qué sucede con quien no tiene esa segunda escuela?
En la entrada de las instituciones educativas se debería colocar un cartel con el texto que vi en un zona de Punta del Este en la que se estaba promocionando la venta de unas viviendas: Aquí solo corre el viento.
¡Querido Maestro!
Siempre se ha dicho que las prisas no son buenas,y así es,corriendo no salen bien las cosas.
La vida actual nos aturrulla a todos.Tanta prisa para llegar a los sitios,para hacer cualquier gestión, para ir al médico,para resolver cualquier problema. Y luego el silencio, la pausa,la limitación, te lleva a parajes nunca deseados pero que tienes que resolver con la más pausada y eficaz de las maneras.
¡Equívocos de la vida,miseria humana,el tiempo que trascurre a tu pesar te hace comprender que las prisas no son buenas, te hacen daño, te dan pena y que acabas por llorar!
¡Menudo privilegio estar viva!
la lentitud te hace valorar las cosas de otra manera, de disfrutar más de los espacios,de apreciar la naturaleza,de disfrutar de los pequeños momentos cotidianos que llenan tu alma de vida,de ver las caras de las gentes ensimismadas en sus propios pensamientos , de jugar con los pequeños ,de agarrar el hoy con todas tus fuerzas.
A estas alturas no entiendo disfrutar de la vida sin esas pausas generacionales que te dan los años.
Gracias por el comentario.
Sin más me despido con un cordial y afectuoso saludo para todos.
Querida Loly:
Gracias por tu sensatez. Tus comentarios son siempre equilibrados y sugerentes. Es la sabiduría que da la vida a las personas inteligentes.
Me preocupa el fenómeno de las prisas. Me decía un profesor de Sevilla que una hija suya de 10 le había dicho que iba a hacer algo que le valdría para su curriculum vitae. ¡Diez años!
¿Dónde vamos con estas prisas?
Gracias.
Besos.
MAS
¡Qué tema Miguel Ángel! La sociedad vive de prisa.Los niños nacen en esa prisa, crecen en ella y no saben de la lentitud. Nada es lento para ellos. En mis 20 años de trabajo con niños y padres todavía no logro que se comprenda que hay que ir despacio. Todos repiten «el aprendizaje se produce toda la vida», «siempre estamos aprendiendo» etc etc pero sin embargo apuramos a las maestras para que les enseñen a nuestros hijos un montón de contenidos que muchas veces no tienen sentido y encima queremos ver los resultados ya. Los adultos vivimos corriendo detrás de cursos presenciales, online, charlas, talleres carreras presenciales y online, queremos todo ya, cuando terminamos de hacer todo, corremos detrás de los certificados para guardarlos en una carpeta por si acaso…
¿Qué es lo que ven nuestros niños? Prisa, prisa y más prisa. Ni que hablar de las prisas que les pedimos a ellos en el día a día en nuestra casa: Apúrate (léase apurate en Uruguay) que tienes que ir a patín, a inglés a piano, a danza, a pilates, a zumba, apúrate a hacer los deberes, apúrate a comer, apúrate a aprender…
¡Pobrecitos! Llegan a los diez años de vida con un montón de años acumulados de todo tipo de «cursos» y luego cuando quieren preguntar algo a sus padres les contestamos: ¡ESPERA! ¡ESTOY OCUPADO!
Los niños no saben lo que es esperar, no saben lo que es ir lento, tomarse su tiempo para hacer una actividad y disfrutarla. Pero somos los adultos los que le enseñamos a ser así.
Nos ven correr y corren, nos ven tomarnos nuestro tiempo para ellos y se lo tomarán también cuando ellos sean adultos. Aprenden de nuestro ejemplo. ¡Qué difícil es cuando una padre viene a hablar con la maestra y nos plantea que su hijo no logra concentrarse para estudiar, que hace los deberes «así nomás» no se toma su tiempo! Me dan ganas de decirle: bueno, tómate tu tiempo tú para hacer una tarea y verás que él aprende a ir más lento. Es difícil para los maestros hacer reflexionar a las familias y también reflexionar nosotros sobre este tema tan importante. Hay una lectura sobre el bambú japonés que nos leyó una psicóloga a los maestros de mi escuela en una muy linda instancia de conversación, que justamente habla de eso, del tiempo que demora una semilla de bambú japonés para germinar ( 7 años) pero cuando nace, en pocos tiempo (6 semanas) alcanza una gran altura (30 metros). Termina haciendo ver que todo el tiempo que demoró en nacer, en el cual nosotros la cuidábamos, la regábamos, pensando que en ella no sucedía nada, no era tiempo perdido pues ella estaba «echando raíces»para sostener la planta que crecería en tan poco tiempo. La reflexión viene cuando le dice a los padres que no apuremos a nuestros hijos en sus aprendizajes, que ellos tienen que recorrer su camino a su ritmo. Nos hace pensar como padres en todas las veces que queremos ver los resultados ya del aprendizaje de nuestros niños y nos desilusionamos pensado que no aprenden que no van a lograr avances sin darnos cuenta que ellos también están «echando raíces».
Yo usé durante mucho tiempo esa lectura para el primer día de clases, se las entregaba a los padres para que la leyeran tranquilos en la casa y reflexionaran. Ahora no la entrego más, simplemente les hablo claramente el primer día para que comprendan el mensaje de esa lectura.
Bueno, se despide una maestra que pasó muchos años apurando todo, corriendo por todo, queriendo hacer todo bien y rápido. Los años me han enseñado tantas cosas y una de ellas es a ir despacio.
Gracias Miguel por tus aportes de los sábados.
Nos vemos en junio.
Ana Clara
Querida Ana Clara:
Ya vi en mi correo que has tenido problemas para colgar el comentario.Parece que se solucionaron.
Yo he hablado delcurriculum académico y tú leas otra vueltita a la tuerca destiempo y hablas de otras actividades extra curriculares que se añaden con presión a los aprendizajes: actividades extraescolares deportivas, musicales, literarias…
Más loseberes escolares en la casa.
La asignatura básica de los niños, que es el juego, queda relegado a un plano secundario.
En efecto la prisa e los adultos se contagia a los niños y a las niñas.
Una situación inquietante
Besos y gracias.
MAS
Querido Miguel Ángel:
He sido docente suya y en la actualidad trabajo como profesora en un centro desde hace 13 cursos.
Siempre estoy de acuerdo con sus textos pero en esta ocasión discrepo un poco…No sabemos si esta alumna se ha tenido que matricular de esas dos asignaturas para que le diesen la beca, al matricularse a lo mejor no sabía el horario que tenía ( cosa usual en mi época ya que no colgaban los horarios pasado un tiempo…. ) y aún más , quizá se matriculó en ellas sin estar trabajando… La vida nos pone trabas en momentos que no esperamos y, a lo mejor en mitad del curso, esta alumna ha tenido un grave problema económico en su familia y se ha tenido que poner a trabajar. Por eso no puede acudir a la facultad… Se verá la pobre en la tesitura de:» Dejo la facultad y pierdo un año de beca o intento sacarme las asignaturas…» En mi caso, pasó eso… No pude presentarme los dos años siguientes a las 4 asignaturas que me quedaban de pedagogía- esas que eran obligatorias viniendo de Magisterio- porque el horario era de 3 a 5 cuando yo estaba trabajando a esa hora en el colegio concertado. Ningún profesor me ofreció ayuda en mis circunstancias que era muy duras: desahucios, sacar a la familia solo con mi sueldo, hermanas en paro, padre arruinado… Solo trabajaba yo. No podía dejar mi trabajo ni quería tirar mi segunda carrera por la borda… Tuve que esperar 4 años para que la cambiasen de horario! Y con mis propios ojos, esos profesores que decían que no me facilitaban nada se lo estaban facilitando a otros alumnos que conocían de años anteriores. Yo no iba a una de las clases y tenía que llevar un justificante del colegio cada semana!!! Irrisorio… Me bajaron la nota cuando mi expediente académico era uno de los mejores de la facultad… Matrículas de honor tengo bastantes, estuve hasta como becaria de últumo curso …. Me dolió en su momento pero tenía que pelear por no verme debajo de un puente viviendo…Fue una situación muy injusta. Al día de hoy, estoy muy orgullosa de no haber dejado de estudiar ni de trabajar… Pero tuve que escuchar en mi centro varias veces… » No te podemos ofrecer mejoras porque no has terminado pedagogía y cuando la terminé me dijeron que no me servía para nada». Si, que como docente que soy, creo que algunos de los profesores de la universidad deberían tener la mente un poco más abierta y facilitar ciertas cosas… Y el tiempo es nuestro mayor enemigo… En el colegio lo decimos… A los niños se les exige mucho y nos falta tiempo… Vivimos en una sociedad que va acelerada, que no vive y hasta que no cambiemos eso… Nos vemos igual… Un abrazo.
Querida Eva:
Cuando dices que has sido «docente» mía, ¿quieres decir «alumna»? Imagino que es un error, aunque todos aprendemos de todos.En ese sentido también eres mi docente y yo soy tu alumno.
No es esencial la actitud de la alumna para el comentario que ha provocado. Te digo eso porque he visto esas prisas muchas veces y sé que esa actitud existe.
Hay otros indicadores que apoyan la interpretación: la alumna no sabía cosas elementales como el nombre de la asignatura, ni conocía los horarios, había dejado para muy tarde la consulta… Pero, bueno, no la juzgo. Porque no conozco su caso más que superficialmente. Uno habla de dos asignaturas, hola de hacer dos menciones a la vez.
Lo que me cuentas, Eva, es otra cosa. Y comparto contigo tu pesar por no haber encontrado la ayuda que necesitabas.Lo he vivido muchas veces y tratado de facilitar esa ayuda. PERO ESO ES OTRA HISTORIA. Unas circunstancias difíciles, una familia desahuciada, una enfermedad imprevista, una familia que sacar adelante… ESO ES OTRA HISTORIA.
Y creo que nosotros estamos para comprender y para ayudar.
Me cuesta oír tu caso y creo que es de lamentar la poca sensibilidad que tuvimos.
Y hablas incluso de trato discriminatorio. Eso es pero. Lo siento. Y en nombre de la Facultad (aunque sea tarde) te pido disculpas.
No creo que sea el caso de esta alumna. Lo que sí es cierto es que ella no habló de ninguna situación problemática.
Tu comentario sido muy enriquecedor. Me ha hecho pensar en que casa caso encierra una historia diferente.
Gracias, de verdad.
Besos.
MAS
Querido Miguel Ángel:
Error, totalmente… Alumna suya jajaja… La edad ya me está pasando factura… Mil disculpas… Gracias por su contestación y por sus «grandes y enriquecedores artículos » El año pasado coincidimos en una cafetería cerca del colegio en el que trabajo y estuve a punto de acercarme pero la timidez me pudo… Una abrazo grande.
Querida Eva:
Pues fue una pena.
La timides no es buena consejera.
Muchas gracias por entrar en el blog, por escribir y por valorar tan positivamente los artículos.
Aclararemos el enigma.¿Sí?
Feliz docencia.
Besos y gracias.
Amigo Miguel Ángel, en esta ocasión voy a ser muy breve, brevísimo: ¡Vaya horrible ilustración que te han colocado al artículo de esta semana! ¡Es de lo peor que he visto en mi vida!
Si localizas al autor, dile de mi parte que visite los muchos y buenos museos que hay en Málaga. Es lo menos que puede hacer.
Querido Aureliano:
Me gustaría saber cuáles son los motivos de ese rechazo radical. ¿Es la parte estética? ¿Es la denotación? ¿ Es la combinación de imagen y texto?
Saludos.
MAS
Amigo Miguel Ángel:
El título de “Elogio de la educación lenta” se contrapone a la imagen que ilustra el artículo.
Me explico. Una tortuga es un reptil marino que se arrastra por el suelo lenta y torpemente. Está cubierta de una coraza que la defiende de las agresiones, pero en caso de verse girada sobre el suelo es incapaz de salir por sí misma de esta situación.
En el artículo se hace un elogio del aprendizaje pausado, tranquilo y sosegado; algo que hoy se encuentra en cuarentena en todos los niveles, no solo en el ámbito escolar.
Utilizar la imagen de un hombre que se arrastra, como si fuera una tortuga y con el peso de un caparazón que parece que le aplasta es bastante desagradable: parece una condena a la que ha sido sometido para redimirse de una gran culpa que, incluso, puede desconocerla.
No sé por qué me recuerda a la Metamorfosis de Franz Kafka, aunque Gregorio Samsa, el protagonista del relato, acaba transformándose en un insecto, que al menos tiene algunas posibilidades de desplazarse con cierta agilidad…
En fin, que hubiera sido mejor, por ejemplo, la imagen de un hombre o una mujer sentado tranquilamente en un banco leyendo un libro. Se ajustaría más al contenido de lo que has expuesto para el debate de esta semana.
Posdata: no entro en el contenido del breve texto que acompaña a la imagen porque no supone tampoco ninguna ayuda o conexión con lo que abordas en el artículo.
Un fuerte abrazo, y siento no entrar en el contenido, pues “el presentismo” que han creado los móviles es un problema actual que conecta con la educación en los ámbitos superiores (creo que fuera del contexto universitario a los niños y niñas se les prohíbe los móviles en la clase).
Querido Aureliano:
He aquí un claro ejemplo de denotación y connotación en la lectura de imágenes. Mi tesis se centraba precisamente en esa cuestión:»Denotación y connotación en la lectura de mensajes verboicónicos estáticos», era su título.
Las imágenes anotan, pero también connotan.
Cuando la vi , tanto por su texto como por la evocación del caminar lento d la tortuga, me pareció adecuada para ilustrar el texto.
Pro, qué duda cabe que puede connotar muchas otras cosas dependiendo de la mirada del lector. Lo sabes bien, por la teoría y por la práctica. Eses un experto en lectura de imágenes.
También me pregunto por el sentido de la ilustración en un texto escrito: ¿lo aclara?, ¿lo completa?, ¿lo adorna?, ¿lo subraya?, ¿lo contradice?, ¿lo cuestiona?…
Hay un libro titulado «La sabiduría de la tortuga». De alguna manera su imagen se asocia a la lentitud en el caminar. Ponerle a un hombre su caparazón podría invitar a pensar que hay que caminar despacio…
Interesante cuestión, que amplía la sustancia del texto.
Estoy comenzando a leer el libro de Luis Landero.
Un gran abrazo.
MAS
Otro día comento, que ahora tengo prisa… 🙂
Querido Juan Carlos:
Un comentario perspicaz y elocuente.
Breve pero contundente y oportuno.
Muchas gracias por el ingenio.
Un abrazo.
MAS
buenas noches Miguel qué hermoso artículo, me puse a pensar varias veces que también AMAMOS muy de prisa, los abrazos son cortos rápidos, los te quiero fugaces, la vida parece que vuela no camina, qué lindo sentarse a ver el amanecer aprender del sol que se toma su tiempo para mostrarse, detenerse a escuchar a un amigo, a leer un buen libro… parece que todo tienen que ser ya, ahora… Te mando un cariño
Querida Marisa:
De acuerdo. Una compañera de Facultad dice siempre que los abrazos tienen que durar por lo menos 10 segundos. Tienes razón, todo esté teñido de prisa, todo es acelerado,apresurado,urgente.
Se trata de una filosofía que lo invade todo.
Tenemos que revisar esta actitud que condiciona el ritmo de la vida.
También en clamor hay que decir: Más despacio.
Besos.
Gracias.
MAS
ÍTACA
Cuando salgas para hacer el viaje hacia Itaca
has de rogar que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimiento.
Has de rogar que sea largo el camino,
que sean muchas las madrugadas
que entrarás en un puerto que tus ojos ignoraban
que vayas a ciudades a aprender de los que saben.
Ten siempre en el corazón la idea de Itaca.
Has de llegar a ella, es tu destino
pero no fuerces nada la travesía.
Es preferible que dure muchos años
que seas viejo cuando fondees en la isla
rico de todo lo que habrás ganado haciendo el camino
sin esperar a que dé más riquezas
Itaca te ha dado el bello viaje
sin ella no habrías salido.
Y si la encuentras pobre, no es que Itaca
te haya engañado.
Sabio como muy bien te has hecho
sabrás lo que significan las Itacas.
K. Cavafis
Si no os parece mal, si puede ser, me está consumiendo la angustia…
de ir a dar una vuelta por las calles vestido con los cinco sentidos.
Os dejo el suplente en el espejo y el patrimonio en préstamo,
que he que salir urgentemente, si no os molesta.
Si puede ser, tomaré los perfumes de este chaparrón de otoño
Del ciego, la punta de los dedos y del pan caliente, una corteza
Del brote nuevo, lo que será y del sexo, su último aliento
Y la claridad de la luna
Esta puta sensación de llegar siempre tarde,
de pasar por las cosas sin tocarlas,
de perder el tiempo tratando de hacer algo importante …
Antes de que el suplente grite… … Sálvese quien pueda …
Me he prometido a la vida. ¡Vivan los novios!
Iremos a ver que se conspira por ahí, y lo que suspira el meandro del río,
y que se rumorea en los mercados, y lo que el diario no dice.
Si hay que vivir o morir, quisiera hacerlo a mi nombre por respeto a la especie……
Si no os parece mal
Si no us sap greu (Joan Manuel Serrat)
“… y quizás también en la travesía de la educación – docentes y discentes -, ése ir corriendo y cuando alguien te aborda y te pregunta “¿dónde vas tan deprisa?”: “No lo sé, pero no puedo pararme a pensarlo”.
“Ah,… pero la experiencia es como un peine que te da la vida y se te hace entrega cuando ya estás calvo”
Todavía estamos a tiempo?!
Luis Eugenio Utrilla
Querido Luis Eugenio:
Recuerdo al leerte que, algunos años, al terminar el curso, les entregaba a mis alumnos y alumnas una copia del poema de Kavafis. Te quiero decir, al recordarlo en público, cuánto lo aprecio y lo valoro.
Y qué comentario más hermoso, apropiado y oportuno has hecho de ITACA para ilustrar y enriquecer el texto de la semana.
Muchas gracias.
MAS
Hola a todos. De acuerdo contigo. Cuando vaya a otro profesor le dirá que sólo esta haciendo uno y que no puede asistir todos los ddías por trabajo, y así se hace las dos cosas. Una locura, vaya.
Un abrazo
Querido Oscar:
Yo entiendo que la gente joven tiene la presión de acular méritos para solicitar trabajos, de obtener buenas calificaciones para tener un expediente competitivo, de obtener titulo para aumentar el curriculum…Pero ahí estála trampa. En hacer muchas cosas con prisas y… hacerlas superficialmente, hacerlas mal. El resultado es una formación sin muchas raíces, sin muchas bases, sin mucha profundidad. Mucho ruido y pocas nueces.
El problema está también en quienes para saber si tenemos un buen o un mal profesional solo se fijan en los papeles. No se puede medir la formación de un profesor por el ángulo que forman los certificados que ha acumulado en su vida.
Un gran abrazo y a ver para cuándo ese café que tenemos pendiente.
Un abrazo.
MAS
Maestro, sus articulos son imperdibles .El primero que lei fue el del tipo q esperaba el tren muy malhumorado por el retraso, y de ahi en mas cada sabado al levantarme me leo el siguiente.Me encanta el humor y aunque lo suyo es serio, me rio mucho con sus historias y algunas o varias de ellas las leo a mis alumnos,las de los dos tanos que llegan a las puertas del cielo esta genial.Creo, como afirma ud q si una profesion no se ejerce con cariño,pasion…la carrera se pierde antes de largar ,es el unico motivo q explica porque las campanas no van a sonar. Mi comentario es solamente para agradecerle,GRACIAS y hasta el sabado q viene saludos
Querido Abel:
Muchas gracias por tus generosas palabras.
Para mí es un placer comunicarme cada sábado con los lectores y lectoras que tenéis la amabilidad de entrar en este blog. Sois vosotros quienes, lectores y comentaristas, hacéis posible esta realidad.
Por consiguiente, la gratitud es mía.
Haces referencia a varios artículos de los que has leído y veo que has convertido en una costumbre la lectura de los sábados. Suelo decir que hacen más los lectores por los autores que a la inversa.
Muchas gracias, Abel.
Un abrazo.
MAS
Estimado Miguel Ángel:
Esa velocidad de la que hablas se debe a esa cultura de la medición que viene para quedarse. Gert Biesta lo explica muy bien en el título de un artículo: Medimos lo que valoramos o valoramos lo que medimos?
Falta conciencia por parte de los únicos protagonistas posibles de la revolución educativa: los docentes. No hay consciencia de que PISA no tiene voluntad formativa, ni siquiera de que existe una evaluación orientada hacia el aprendizaje;
que el componente atributivo de la evaluación es necesario o que la participación de los protagonistas (alumnos) es indispensable. Es triste ver a la tropa docente que se mueve sumisa e ignorante al son de los comisarios políticos.
Salud Miguel Ángel para ti y tu pensamiento cabal.
Querido Fernando:
Me sumo a la línea de explicación que planteas. Es clara y certera.Probablemente no sea la única.
De ese enfoque he hablado en alguna ocasión en el blog. Recuerdo ahora dos artículos: Víctimas de la rankingmanía Un cesto de piedras (dedicado a PISA)…
Es sugerente el título del artículo de Fiesta. No lo conocía.Me interesa mucho.
NO es fácil salirse del mundo en que estamos, pero sí es necesario mantener la mente clara para el análisis y un compromiso por ir contracorriente.
Un gran abrazo uy muchas gracias por leer y pos escribir.
MAS
Gracias por tu pronta y amable respuesta.
Cuando me formaba como docente, tus textos me iluminaron. Arrojaron luz en mitad de esta numerocracia.
Ahora en servicio activo, compruebo con espanto como los altos dirigentes educativos son mayordomos de la cultura de la medición y, por ende, de los valores políticos y económicos que la inspiran.
Por mi parte, en la cuota de responsabilidad que tengo, no dejaré de compartir mi visión de evaluación educativa y humana que sirva al aprendizaje sin ser deudora de valores neoliberales.
Tampoco permitiremos que dejes de escribir e iluminarnos con tus palabras.
Salud, amigo, mucha salud.
Fernando Otero.
Gracias de nuevo a ti, querido Fernando.
Da gusto encontrarse con profesionales con capacidad de análisis y con un compromiso indomable con los valores.
Solo a los peces muertos los arrastra la corriente.
Yo también espero que tengas salud para seguir haciendo aportaciones como estas.
Un abrazo0 y gracias.
MAS
El artículo tiene plena vigencia no solo en educación sino en la vida en general. Viajamos de forma apresurada, comemos de forma acelerada, estudiamos de forma ansiosa para tener más acreditaciones.
El problema es que nos animamos unos a otros a hacerlo así ya que la competitividad se suma a las prisas individuales.
Hay que detener este ritmo infernal que nos lleva no se sabe a donde. A ningún buen sitito, desde luego.
Saludos.
Querida María José:
Sí, el fenómeno no se limita a la educación, pero es en ese campo donde se producen los mayores estragos.Porque la educación es un fenómeno que requiere de tiempos lentos, reposados, pausados.
La educación es un proceso como el crecimiento, que no se produce por tirones, aceleradamente,
También aquí existe la competitividad a la que apuntas. No se trata de ser el mejor de nosotros misms sino de ser el mejor de todos. Es un error que nos complica a todos la vida.
Ojala lo descubramos y lo remediados.
Besos y gracias por participar.
MAS
Todo esto que a continuación cito, junto a otras circunstancias, como la de tener dos hijos que no paran de crecer,
“El ajetreo, la prisa, la rutina. y otras trampas que tiende la vida, la sociedad y las organizaciones nos llevan a ocuparnos e incluso a obsesionarnos con cuestiones intrascendentes cuando no perjudiciales.” (La cerca del león, 26-09-2009, MÁS).
“La vida que llevamos hoy suele estar llena de ajetreo, turbulencias y prisas. Nos domina el trajín, nos agobian las tareas, nos desvelan los problemas, nos asedian las dificultades, nos espolea la competición… ¿Cómo mantener la serenidad? ¿Cómo saber qué es lo importante y qué es lo accesorio? ¿Cómo librarse de las trampas que la urgencia nos tiende en forma de opciones que parecen inevitables?”. (“Serenidad”, 14-02-2015, MÁS).
“Me lo habían dicho muchos amigos que tienen hijos ya creciditos. Me habían recomendado que aprovechase el tiempo al lado de mi hija Carla porque, repetían, “el tiempo vuela”.” (“El vértigo del tiempo”, 24-08-2013, MÁS).
“Filosofía de la prisa: Hay que hacer muchas cosas, hay que perseguir muchas metas, hay que realizar muchos encuentros, hay que hacer muchos viajes… En definitiva, hay que ir de prisa. Hay que aprovechar el tiempo: viajar, comer, leer rápidamente. Todo es urgente.” (“Una institución contrahegemónica”, 12-03-2016, MÁS).
Enlazando con el tema de la semana pasada,
“Una educación emancipadora conlleva
apostar por proyectos curriculares,
construidos sobre la base de la interdisciplinariedad del conocimiento,
con la finalidad y capacidad para generar sueños en el alumnado.
Educar es
ayudar a que niñas y niños aprendan a conocer bien cómo es su mundo y por qué
y, al mismo tiempo, los obligue a plantearse alternativas,
a generar capacidades para
imaginar otros futuros mejores.
Toda praxis educativa debe
hacer sentir al alumnado que sí se puede,
algo a lo que las metodologías más activas, basadas en proyectos de investigación, contribuyen.” (Xurxo Torres).
“Creo que la educación es una actividad de tiempos lentos, de reflexión sosegada, de relaciones tranquilas, de frutos demorados. El torbellino de la prisa lo inunda todo y hace que aceleremos nuestro paso sin saber previamente hacia donde nos dirigimos.” (MÁS).
hizo que saltase del tren en marcha, pues nunca se detiene, solo aminora un poco su velocidad en determinadas estaciones, el tiempo de sacar una foto para recordar luego, mirándola, todo lo que ha ocurrido y no has vivido, todo lo que te has perdido.
He leído el artículo de Gert Biesta que recomendó Fernando. Muchas gracias.
Los que leemos habitualmente a Miguel Ángel, (también otros autores y autoras evidentemente lo tratan) vemos que la prisa es una de las características de la cultura neoliberal.
Lo hayas leído o no, recomiendo la lectura del artículo de este blog “La serenidad”, como dice alguien por aquí, te hará bien.
Tendría unas cuantas cosas que comentar, cosas que el artículo me hace pensar, pero no es posible, son tonterías demasiado personales, cosas de la vida.
Un fuerte abrazo Miguel Ángel. Ayer pude asistir a tu recogida de un premio muy merecido en tu tierra de acogida. Me gusta que tus palabras me resultasen tan familiares. Y sigo extrañándome de que tengas los años que tienes, en todos los sentidos. O tiras hasta los cien o vamos a tener que hacer alguna trampa con el año de tu nacimiento. Lo dicho, un fuerte abrazo.
Querido José Antonio:
Ya estaba echando de menos tus comentarios, siempre estimulantes.
Hay temas recurrentes después e tantos años de blog. Esto empezó en el mes de marzo de 2004, sin fallar ningún sábado.
Lectores y comentaristas como tú, que no solo lee el artículo de la semana, sino que tiene tiempo y paciencia para rastrear en otros pasados son lo que me estimula para seguir escribiendo.Solo tengo gratitud para tanta generosidad.
Tienes tiempo para ver entrega de premios. GRACIAS:
Un gran abrazo.
MAS
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Creo en la educación lenta, sobre todo con los más pequeños. También con los mayores. Por más prisa que tengas no llegarás al «conocimiento» ( se va adquiriendo a lo largo de la vida y siempre) Soy maestra de E.Infantil, 35 años llevo ya en el camino de aprender y desaprender y sigo sin creer en las prisas. Dejo que descubran poco a poco… Anticipamos muchas veces los contenidos que queremos que «aprendan» y nos olvidamos de la sorpresa que supone el descubrirlos, investigar, comprobar…
Y en cuanto a la tortuga; me encantan las historias de un cuento «Cartas de la ardilla, la hormiga…» Toon Tellegen y entre ellas la carta que la tortuga le escribe al caracol:
«Apreciado caracol:
Muy a mi pesar, tengo prisa.
¿Qué debo hacer? ¡Rápido!
La tortuga recibió una carta lenta y muy pulcra…
Querida tortuga:
Vaya tragedia que te ha tocado.
La prisa es tan cruel.
Luche contra ella y vénzala, dóblela hasta que no sea más que una pelotita insignificante. Después métala bajo tierra. Ante todo mantenga la calma. Si usted y yo la perdiéramos, nuestra calma, ¿qué sería del mundo?
Y los maestros deberíamos dejar que la calma entrara en el aula…y permitir que los niños descubran y escuchen el canto de los pájaros que entran por la ventana…
Un abrazo
Dolors
Querida Dolors:
Gracias por tu aportación, por tu sensibilidad y por el relato.
Tengo delante de mi el libro «LA SABIDURIA DE LA TORTUGA», de José Luis Trechera. El subtítulo es hermoso: «Sin prisa pero sin pausa. El tiempo es tuyo: cambiar el reloj por la brújula para no perder el norte».
Toma de él esta frase para compararla contigo: «No te agobies y tomes la vida demasiado en serio: no saldrás vivo de ella».
Me gusta saber que los niños y ñas niñas están en manos de profesionales como tú.
Besos-
MAS
El o la que quiera conocer al autor de este blog, póngase un cafelín, busque este video y escuche su mensaje para nuestro día a día, seas padre , abuela, hija o maestra. No perderás el tiempo, lo ganarás. Es mi opinión.
https://www.youtube.com/watch?v=an_yML-KA8U
Hoy he tenido el privilegio de tomar el café (que no tomo) en tu casa, escuchándote. ¡Qué placer escucharte en modo charla, mejor todavía que en modo conferencia!
Me sumo a lo que dice el entrevistador de que no solo deben conocerte los profesionales de la educación, sino que sería bueno para nuestra sociedad que esta pudiese conocer y reflexionar sobre tu mensaje. Por mi parte, hago lo que puedo en mi diminuto círculo de la comunidad educativa. Te doy yo las gracias por todo el recorrido de tu vida que has contado, por tus ideas siempre positivas, optimistas, y por el artículo que nos regalas cada sábado. Yo soy el que te da las gracias de corazón, por tu buena influencia.
En tu blog, en este blog he formulado muchas preguntas, muchas cuestiones que en cada momento me rondaban la cabeza. Como poquito a poco voy recuperando un tiempo pasado, pero recuperable, me encuentro con muchas, si no todas, de mis preguntas respondidas o tratadas por ti. No era un copión. Es una cosa bastante fea serlo. Quiero contarte que me llama la atención cómo las personas llegamos a las cosas, más tarde o temprano, cómo nos vamos formulando las mismas preguntas a lo largo de la humanidad.
Ahí va la última, que demuestra lo antiguo y borrico que soy. Como diría Punset, y aunque puedo hacerme una idea, ¿qué demonios es una mención?
(¡Como si no hubiera pocas palabras ya!)
Querido José Antonio:
Estas personas fueron muy amables al trasladar sus equipos a mi casa y filmar una entrevista de una hora y cuarto. Se lo agradecí sinceramente. Fue un gesto de gran generosidad por su parte. Gracias por escuchar la entrevista. Y gracias por colgar el enlace en el comentario.
Hacer preguntas es lo que muestra a las personas verdaderamente inteligentes. No sé si me has oído decir lo siguiente: las personas inteligentes aprenden siempre, las otras tratamos de enseñar a todas horas.
Ya sé que no te refieres a la noción de mención como distinción o reconocimiento (mención de honor) sino a las menciones académicas. No tienes por qué saberlo porque es una nueva denominación que se ha incorporado hace poco al curriculum universitario. Es muy sencillo: las Universidades tienen la posibilidad de completar sus títulos de Grado con diversas menciones. Las menciones son complementos de especialización en el itinerario curricular básico. En algunas Universidades, el Grado de Educación Primaria, por ejemplo, tiene las menciones de Lengua Extranjera, Educación Física, Educación Musical, Apoyo Educativo… Algunas ofrecen hasta 18, de las cuales pueden cursar hasta un máximo de 5, por ejemplo. Hay que cursar en cada una un número de créditos en diferentes asignaturas. Antes había 7 titulaciones de Magisterio diferentes. Ahora hay dos: Infantil y Primaria. Y se han añadido las menciones para facilitar la especialización en algunas parcelas. Nada del otro mundo, como ves.Lo que digo en el artículo es que esta alumna quería hacer dos menciones al mismo tiempo…
Quizá debí comentarlo en el texto. Gajes del oficio.
Muchas gracias.
MAS
Completamente de acuerdo.
¿A dónde vamos con tanta prisa?
Es una locura este frenesí por quemar etapas.
Lo malo es que los niños lo están aprendiendo de los adultos.
Y todos nos contagiamos por las prisas, por las mil cosas que hacer, por los mil compromisos que asumir, por los mil méritos que alcanzar…
Hay que pararse a reflexionar.,
Querida Olga:
Creo que hay que pensar más y hacer menos. Creo que hay que darle más sentido a lo que hacemos. Corremos sin pensar hacia donde vamos.
Y sí. Lo malo es que los niños se contagian de nuestras prisas. Decía en un comentario que la hija de un profesor de Sevilla (¡¡¡10 años!!!) le había dicho que algo que iba a hacer le servía ya para su curriculum
¿Qué locura es esa?
Besos y gracias.
MAS
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desatualizado requentada material . Maravilhoso ! Tenho salvou seu
site e estou incluindo seu RSS feeds para minha conta do Google.
Uau, isso foi estranho . Eu só escrevi um realmente longo comentário, mas depois que
eu cliquei enviar meu comentário não aparecer .
Grrrr… Bem eu não estou escrevendo tudo isso de novo.
De qualquer forma , só queria dizer maravilhoso blog!
When someone writes an paragraph he/she keeps the idea of a user in his/her brain that
how a user can be aware of it. So that’s why this piece of
writing is outstdanding. Thanks!
Buenas tardes a todos y todas las lectores de este espacio, especialmente al doctor Miguel Ángel Santos Guerra. Es excelente que la tecnología logre unir un sin número de intereses y formas de pensar.
Ahora bien, voy a pasar enseguida a lo que me preocupa. Soy estudiante de Maestría apenas recientemente y debo elaborar el bosquejo de lo que será mi trabajo de grado para obtener el titulo, sé que se aparta pero no por mucho de los intereses que les convoca en este espacio. «la Educación y las problemáticas de este fenómeno social». Les escribo porque quizás alguno de ustedes pudiese responder de forma creativa mi inquietud, aunque parezca absurdo no logro encontrar un temática innovadora para investigar, no logro formular un proyecto aunque esté inmersa en la educación, veo los temas demasiado trabajados, aburridos. Por favor, si alguien pudiese realizar una sugerencia acerca de qué temas investigar agradecería un montón.
Pido excusas al Doc. Miguel Santos Guerra si el comentario puede resultar abusivo. Me parece que quienes le leemos hemos ido poco a poco construyendo comunidad educativa de la mano de sus enseñanzas y realmente el admiro. Al final las comunidades deben servir también para ayudarse entre sí. Con amor Sirley.
Querida Sirley:
Tu comentario es completamente pertinente y en absoluto abusivo.
Formulas una demanda llena de lógica y de interés.
He visto muchas veces ese problema que tú tienes: ¿sobré qué investigar?
He dirigido muchas tesis doctorales y este es un problema con el que, salvo excepciones, se encuentran los estudiantes.
Es importante que el problema responda a tus intereses. Y eso solo los conoces tú. Es importante que te sientas atraída por el tema.
En segundo lugar, habría que tener en cuenta qué es lo que has hecho y qué es lo que quieres hacer el futuro. Qué es lo que quieres hacer.
Y en tercer lugar es preciso saber de qué tiempo dispones.
Pedro SÉ QUE NO ES ESO LO QUE PIDES. PIDES IDEAS CONCRETAS.
Me voy a referir a dos temas de tesis que abandonaron los doctorandos por enfermedad:
LA EVALUCIÓN DE UNA INSTITUCIÓN POR SUS EXALUMNOS Y EXALUMNAS. ¿Cómo valoran la formación recibida? ¿Para qué les sirvió? ¿Qué echan ahora de menos?¿ Qué limitaciones tuvo?
COMO ENVEJECEN LOS PROFSORES/AS EN LA ENSEÑANZA? A medida que van teniendo más años, ¿qué va pasando?
Creo que los temas relacionados con el género son muy importantes: ¿CCÓMO APRENDEN EL GÉNERO LOS ALUMNOS EN UNA INSTITUCIÓN ESCOLAR?
Yo he trabajado el tema de LA PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LA ESCUELA.
También puede ser de interés EL PODER EN LA INSTITUCIÓN ESCOLAR.
PIÉNSALO BIEN ANBTES DE EMPEZAR.
Besos.
MAS
Buenos días,
No me es posible describir mi alegría al ver la respuesta que planteas a mi comentario, Doc. Miguel Ángel te leo con frecuencia. En el 2014 si no me equivoco tuve el privilegio de asistir a una increíble conferencia que realizaste en el Congreso Internacional de Pedagogía que organiza la Universidad de la Amazonia (Florencia-Caquetá) Colombia. Apenas te vi de lejos, no fue posible un café, un helado y menos un saludo cordial. Pero igual ha sido suficiente leer juiciosamente las cartas, los libros y toda esta producción que tienes, realmente inspiradora.
Te cuento, anoche trabajé muy fuerte y por fin Eureka! encontré el tema, voy a trabajar en torno a develar las practicas de los profesores memorables de mi Universidad, qué es lo que hacen ellos en su ejercicio docente que inspira al aprendiz, que alimenta eficazmente ese deseo de avanzar, son motivadores y capaces de gestionar las emociones de quienes le escuchan. Es probable que ellos se acerquen a lo que haces. Trasmitiendo su pasión, su fuerza.
Sin embargo, valoro el tiempo y la sugerencia que me has hecho… Voy a tomarme un atrevimiento más, ya que más da…¿Te gustaría ser mi asesor de trabajo de grado? Nada más de pensarlo se me acelera el corazón.
Igual, se vale soñar.
Un abrazo y mil bendiciones.
Querida Sirley:
Me parece un tema excelente sobre el que te voy a aconsejar la lectura de un libro EXCELENTE. «Lo que hacen los mejores profesores universitarios». Autor: Ken Bain. Edición: Universidad de Valencia. Es extraordinario para ti.
Un profesor de la Universidad Javeriana de Cali, apellidado Mondragón, escribióotrolibro sobre esa idea, pero era de menor calidad.
Te vendrá muy bien.
Sobre la otra idea tengo que consultar si es posible porque estoy ya jubilado.
Besos.
MAS
Gracias Maestro,
Fue precisamente con este libro que mencionas de Ken Bain “Lo que hacen los mejores profesores universitarios” que encontré una luz, tienes razón es excelente. Y además porque me inquieta mucho el ejercicio docente que muy pocos desarrollan siendo coherentes con el discurso pedagógico que profesan. Siento pena por los colegas despreocupados de su propia formación, que se ven a si mismo como cajas repletas de conocimiento acabado y que continúan torturando en las aulas de clase con discursos largos y matices académicos. Pero también es insospechada la razón que mueve a aquellos maestros que pese a su edad entregan siempre lo mejor de sí a sus estudiantes… En fin, espero que logres meditar bien la respuesta a mi solicitud, puedo advertir que soy una mujer extremadamente divertida, cociente de sus limitaciones pero dispuesta a superarlas, seria un verdadero honor.
Por último, quiero agradecer infinitamente el tiempo que te has tomado para responder mis mensajes, es fabuloso leer una líneas tuyas dedicadas sólo a mi. Un abrazo enorme Miguel Angel Santos Guerra!
Querida Sirley:
es estupendo que has encontrado un tema que te motive, que te ilusiones, que te apasione. Porque así, cuando lleguen las dificultades, se podrán superar más fácilmente.
Yo escribí hace unos años años un tiro titulado «Enseñar o el oficio de aprender», peo no estaba localizado en la enseñanza universitaria.
A ver si te puedo mandar el prólogo de un. libro que escribí para la Universidad De Santiago de Chile. Ese texto sí esta enfocado a los docentes universitarios.
El problema de la decisión no es mío. Se trata de una incompatibilidad académica ya que, aunque soy doctor desde hace muchos años, no tengo ya contrato con la Universidad.
Sé, por lo que escribe, que eres magnífica y preciosa persona.
Besos.
MAS
Mi intención no es incomodar con una charla aburrida y convencional, pido excusas si de algún modo se torna así.
Soy Licenciada y especialista en Pedagogía de la Universidad de la Amazonia y hace apenas muy poco que inicié estudios de Maestría en la misma universidad. Aunque muero de ganas por realizar estudios profesionales en otro país, mis posibilidades económicas no me lo permiten. Aquí entre nos, quiero escuchar nuevas experiencias, quizás nuevas formas de resolver los problemas. Pero bueno, mi intención es no parar nunca de aprender entonces motivada por este enorme deseo me propuse escribir en tu blog.
Pasa que nuestra Universidad local que además es pública, carecemos de profesionales que apliquen para ser asesores de investigación, por esta razón nos han pedido que seamos nosotros en condición de estudiantes quienes realicemos una sugerencia según convenga al trabajo propuesto. La figura se adscribe como asesor externo de trabajo de grado. De no ser así tendríamos que limitarnos a temáticas propuestas desde los lineamientos planteados por la coordinación de la maestría, tremenda decisión «ABURRIDA» o ser rebeldes optando por nuestro tema de interés y quedarnos a esperar a que un ángel aparezca para avanzar en el trabajo como es mi caso.
Te digo, si decidieras repentinamente asumir el reto, no es tan complejo el requerimiento por parte de nuestra Universidad, dado que no es obligatorio que en este preciso momento estés vinculado al ejercicio profesional como docente, lo que se tiene en cuenta en realidad es el perfil del asesor. Pero en efecto aquí sigue estando presente un condicionante monetario. Por supuesto entiendo que son muchas cosas menos simples por solucionar y lo entiendo. Ya! sólo fue un sueño que tuve, una tonta idea loca que se me ocurrió y sólo la dejé ir.
Pues bien, no quiero que te preocupes ya veré como logro resolver el acertijo, de igual forma quiero manifestarte mi gratitud pues me has ayudado de forma insospechada, ahora mismo escribo un ensayo titulado «Investigar requiere pasión» y surge desde mi propio aprendizaje a «tu lado» leyendo tus libros, encontrándome en mi profesión docente adormecida, vinculada a un sistema educativo obsoleto y frío. Doc. Miguel Ángel desaprender también requiere paciencia y disciplina, cuesta un montón soltar las viejas estructuras oxidadas y que ya no son acordes a las necesidades de nuestros educandos. Nuevamente mil gracias.
Con amor infinito Sirley.
Querida Sirley:
Me encanta leer lo que escribes.Siempre es interesante.
Veo pasión en lo que piensas, en lo que haces y en lo que escribes. Adelante.
No conozco cuáles son las características de vuestro trabajo de grado. No sé que exigencias, qué extensión, qué tiempos, qué plazos, que metodologías son las que se suelen plantear.
Tampoco entiendo lo que dices del compromiso monetario. ¿De quién?
Aquí los jubilados no podemos DIRIGIR TESIS sin la supervisión de un tutor. Algo sorprendente.
Gracias por tu confianza y por tus palabras.
Besos.
MAS
Hola Miguel Angel, cuánta razón en este artículo.
Actualmente la sociedad está avanzando a un ritmo desmesurado en el que un tren avanza a toda velocidad y si te bajas lo pierdes porque otros lo cogerán antes que tú.
Quizá esta sea la respuesta a la anécdota de la chica que pedía no asistir a una clase presencial, verás, el sistema educativo está muy mal planteado, tiene cosas buenas, claro que sí, pero de primera mano, puedo decirte que: soy alumna del Grado en Pedagogía en la Universidad de Murcia y hay muchas veces que tanto mis compañeras como yo sentimos que vamos a clase presencial para nada.
Me explico, pagas una matrícula por asistir a clases donde el profesor proporciona una presentación visual, lee lo que pone en la pantalla durante todo el tiempo de la clase y se marcha. Por otro lado, las prácticas que realizamos de cada asignatura algunas no tienen que ver con lo que damos en clase y otras son sumamente inútiles. Por lo que entiendo en parte a la chica para no asistir.
Con todo eso no justifico que sea normal, si no, que pasa.
Finalmente, darte toda la razón, porque no sirve de nada ir con prisa, deberíamos ir más lentos y que todos los aprendizajes calen en todos nosotros, siento que la mitad de lo que aprendí en el colegio o más e incluso cosas que he aprendido en la universidad no sirven para nada. Desde mi punto de vista, lo mejor sería una educación en la que lo que se aprenda se aprenda de manera adecuada y que sean contenidos relevantes para el día a día de los alumnos, eliminar las prisas y el llevar el mismo ritmo todos los alumnos.
Un saludo!
Querida Marta:
También mucha razón en tu comentario.
Comparto contigo mi preocupación por la calidad de la docencia universitaria. A veces, las clases a las que asistís (empleo con toda intención este verbo) no son inútiles en cuanto a los contenidos sino muy aburridas en cuanto a la metodología. Una pérdida de tiempo si son libres y una tortura si son obligatorias.
Yo hablo de clases valiosas, de clases imprescindibles para la formación.
Te honra esa exigencia.
Y también el reconocimiento de que en muchas ocasiones se pretende correr a toda velocidad en la dirección equivocada.
Besos y gracias.
MAS
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Otro gran artículo de Miguel Ángel Santos Guerra, en el que me gustaría dejar mi modesta opinión como estudiante universitaria.
El otro día leí un anunció en internet de cómo hacer un grado en Pedagogía online de la manera más rápida. No me deja de sorprender como las velocidades invaden nuestra sociedad desde cualquier esquina. Tendrá esa persona graduada en pedagogía la misma experiencia que muchos de mis compañeros, los cuales llevan tres años dedicándose a descubrir dicho campo, no solo en el aula de la facultad, sino con prácticas, voluntariados y demás experiencias. Ocurre algo muy similar con los idiomas; B1, B2, C1, C2 etc., con los master, cursos para conseguir puntos para opositar, las prisas por acabar los temarios, los deberes y un infinito etcétera. ¿Nos dedicamos a lo que nos enriquece o a lo que nos exigen para conseguir un empleo decente? ¿Estudiamos un idioma porque queremos ampliar nuestras fronteras comunicativas a otros países o porque se exige x título para acceder a x plaza? Desde mi punto de vista, ello provoca muchas frustraciones y una sobresaliente competencia que ha llegado a todas partes, incluso a mí.
Querida Mar:
Creí que te había contestado, pero no veo el comentario. Así que lo vuelvo a hacer ahora para agradecer tu estupendo comentario.
Está lleno de sensatez y de humildad («incluso a mí», dices). Ese es el camino del aprendizaje y de la mejora.
Gracias por leer y por escribir.
Besos.
MAS
Me siento un poco identificada con dicha alumna, ya que tengo que trabajar en verano para poder pagar la matrícula. El año pasado me quedaron dos asignaturas, por lo tanto no obtuve beca. Está claro que la culpa o responsabilidad es solamente mía, pero también es verdad que hay demasiados requisitos para conseguir la dichosa beca. ¿No hay beca? Pues a trabajar. A trabajar doce horas diarias todo el verano en un chiringuito de playa. ¿Para qué? Para poder pagar la matrícula de la universidad, tan solo la matrícula, que ni hablar del piso, trasporte, comida, etc. Porque todo eso sale del bolsillo de unos padres, quienes se esfuerzan para que sus hijos tengan un futuro. Esta chica quizás trabaja para pagarse los estudios, al igual que muchos jóvenes hoy en día. Si no hay trabajo, no hay estudios. Es el pez que se muerde la cola.
¿Ansiedad por conseguir títulos? Con una carrera no es suficiente. Para conseguir un buen trabajo necesitas máster, idiomas, experiencia, etc. Tener más titulaciones significa estar mejor preparada y por lo tanto que trabajarás antes, o por lo menos antes que una persona que solo tenga una titulación, porque eso es lo que cuenta. Quizás la manera no es la adecuada, quizás es trampa, pero funciona. Funciona porque en esta sociedad solo cuentan los resultados y no la forma de obtenerlos. Quizás lo importante de todo el curso se resume a la evaluación final, al exámen.
Para cualquier alumno “ir más despacio” significa que otros van delante, porque la sociedad en la que vivimos es la sociedad de la competencia.
“Hay que tener en cuenta que cada alumno tiene su ritmo” eso está claro, pero también hay que tener en cuenta que el curso son 10 meses, y esos 10 meses son los mismos para todos. No por ir más despacio vamos a tener más tiempo. Tanto en la universidad, como en cualquier curso, te exigen un ritmo, te mandan deberes o trabajos en un determinado tiempo, y hay que cumplir con el plazo. Por lo tanto el ritmo lo marca el profesor.
Me llama mucho la atención la frase de “perderemos al cojo si imponemos a todo el grupo un ritmo uniforme y acelerado de marcha” porque es lo que está haciendo la escuela de hoy. Sólo los alumnos brillantes y los que pueden permitírselo son los que finalizan los estudios. “Los cojos” se quedan en el camino, ya sea por malos resultados o por problemas económicos. Lo que está claro es que la escuela no es para todos.
Querida Isabel:
Tú comprendes a la compañera del relato y yo te comprendo a ti. Haces una buena descripción de la situación. Y lo dices de forma clara: ir más despacio significa que otros te adelanten. Y se trata de competir, de llegar antes. AHÍ ESTÁ EL PROBLEMA.
TÚ LO VES.
Y dices que la escuela NO ES PARA TODOS. PERO CREO QUE PIENSAS QUE DEBERÍA SER PARA TODOS. ENTONCES LO QUE HACE FALTA ES DESCUBRIR ESA TRAMPA Y LUCHAR CONTRA ELLA.
Sé en qué mundo estamos. Yo no digo que hay que ir más despacio para que otros te pasen o aunque otros te pasen. Digo que hay que ir despacio para hacer bien las cosas. Para formarse bien.
Comprendo las presiones del dinero, de las becas… Pero tenemos que analizar dónde nos lleva esta situación acelerada.
Besos y gracias.
MAS