La biblioteca, espacio de inclusión

25 Feb

He participado hace unos días en una hermosa actividad sobre las Bibliotecas como espacios de ciudadanía y de inclusión. El encuentro tuvo lugar en la ciudad portuguesa de Viana do Castelo, en el norte del vecino, hermoso y fraterno país de Portugal. La actividad, organizada por la Cámara Municipal, estaba dirigida a los docentes de la zona, que abarrotaban, en sesión matinal de sábado, el salón de actos de la Biblioteca Municipal, sita a la vera del río Lima. La presencia de tantos docentes en fin de semana, deseosos de aprender y compartir, es una señal evidente del optimismo que conlleva la educación.

La Biblioteca Municipal de Viana es un precioso edificio construido en hormigón blanco, obra del más internacional de los arquitectos portugueses, Álvaro Siza Vieira. Aunque más que centenaria en su fundación, el actual edificio se terminó de construir en 2008 después de cuatro años de intensos trabajos. Dos plantas con más de 3.130 metros cuadrados, dedicada la primera a servicios técnicos, gabinetes de trabajo y de consulta y áreas de depósito y la segunda a la decisiva tarea de construir ciudadanía a través de la lectura. La Biblioteca ha sido y sigue siendo un faro que ilumina las mentes de sus visitantes.

El cuidado de las bibliotecas es el termómetro que mide la temperatura cultural de una sociedad o de una institución. La biblioteca es el pulmón que da vida a la comunidad social. La biblioteca escolar es el corazón del curriculum. Hay que concebirlas con creatividad, dotarlas con generosidad y utilizarlas con frecuencia.

También en las casas puede (debe) haber bibliotecas. Hace algunos años mi amigo José Pérez, director de la Editorial Homo Sapiens tuvo la interesante iniciativa de publicar un calendario con 12 fotografías de autores de la editorial a quienes se nos pidió una foto en la biblioteca del domicilio particular con un pensamiento sobre los libros, la lectura o la biblioteca. Durante todo un año, mes a mes, día a día, se recordaba por este medio a quien lo viese que los libros nos hacen más libres , más sabios y más felices.

La lectura es un derecho de los seres humanos, como lo es el derecho a consumir agua o respirar el aire. La lectura democratiza la vida de la sociedad y nos construye como personas y como ciudadanos.

Hablamos de las Biblioteca Municipal y de las Bibliotecas Escolares vinculadas a ella. Las bibliotecas escolares, como templos de la cultura, deberían ser el espacio privilegiado del encuentro con el saber. Padres, profesores y alumnos deberían encontrar en ellas el espacio silencioso y tranquilo de la lectura, del trabajo cooperativo, del conocimiento y, en definitiva, de la plena inclusión.

Hace ya algunos años que mi amigo argentino Fernando Avendaño escribió un interesante libro titulado “La lectura ya no es lo que era”. El título encamina muy bien al lector por los senderos de las nuevas demandas del diálogo entre autores y lectores y de las exigencias de la era digital. Porque la biblioteca no está de espaldas a las nuevas formas de lectura sino que las incorpora y las ordena al servicio de los usuarios.

Michèle Petit, socióloga francesa especializada en temas relacionados con la lectura, fue invitada a unas jornadas bajo el lema “Construir lectores”. Ella objetó el contenido del lema proponiendo su inversión: explicó de forma elocuente y convincente que era la lectura la que nos construye como personas y ciudadanos.

Las Bibliotecas son los parques del alma. En ellas respira y se oxigena el espíritu. En ellas se hace sostenible la salud social. Sin las bibliotecas nos faltaría el aire de la cultura que necesitamos para vivir dignamente.

Hablé de las finalidades de las bibliotecas, del papel que tienen que desempeñar en la sociedad y en la escuela. De la importancia de la lectura en sus múltiples formas, del amor a los libros y de los dones de los cuentos.

El amor a la lectura no se enseña, se trasmite. Es imposible que un profesor que no ama la lectura pueda hacer que sus alumnos y alumnas lo hagan. Es imposible que unos padres que nunca leen puedan hacer que sus hijos e hijas se apasionen por la lectura.

Vivir es leer y leer es vivir. La persona que lee sabe también escuchar. La persona que lee sabe pensar y pensarse. Como dice mi admirado Manuel Alcántara: cuando una persona nos dice que no lee nunca, bien podría ahorrarse la confidencia.

Quiero compartir con mis lectores y lectoras tres iniciativas que comenté en mi intervención con la brevedad que exigían los tiempos otorgados:

La biblioteca humana

Una Biblioteca de Porto convirtió en libros vivientes a personas con una trayectoria vital enriquecedora. Esas personas vestían una camiseta que llevaba un lema escrito a modo de titulo o temática central. Iban a las escuelas a contar su historia, a contarse a sí mismas. La experiencia me recordaba la novela Fahrenhait 451 (temperatura a la que se inflama y arde el papel), de Ray Bradbury, en la que las personas aprendían un libro de memoria para evitar que desapareciera en una sociedad en la que el gobierno se había propuesto quemar todos los libros.

He leído que hay bibliotecas que hacen préstamos de personas que son como libros vivientes que se cuentan o se explican en los contextos que lo demandan.

La invitación a la lectura

Conté la experiencia del padre de una profesora chilena, Carolina Urbina, que ha implantado en la familia una curiosa costsumbre. Cuando uno de sus nietos empieza a leer le envía a la casa por correo un pergamino que contiene un mapa. Acompañan al mapa unas tarjetas con textos que tiene que leer para encontrar un tesoro. El tesoro es una botella llena de monedas de un peso.

La experiencia da a entender a los nietos y nietas que la lectura es una herramienta eficaz para descubrir tesoros diversos. Es un camino que nos lleva a mundos desconocidos y apasionantes.

La posesión de un exlbris

Invité a que se hicieran un exlibris. Yo conservo con especial afecto uno que me regalaron hace muchos años. Un exlibris es un sello con el nombre y una ilustración original que sirve para indicar que el libro en el que está su impresión es propiedad de esa persona. No indica de quién es la autoría del libro sino la propiedad.

Tengo muchos libros de mi biblioteca sellados con mi exlibris. Cuando los presto, el sello es como un chip que recuerda quién es su dueño.

Quiero cerrar estas reflexiones con una pequeña anécdota que me sucedió en el viaje. Cundo estás impregnado de una preocupación, dominado por una ilusión o absorbido por un tema, tu atención se va posando en personas, lugares y objetos que tienen que ver con ellas. En el aeropuerto de Barajas, durante el tiempo de conexión de los vuelos de Málaga a Porto, recorrí una vez más las librerías. Vi un libro que tenía relación con el tema que me ocupaba. El título era prometedor. Lo tuve que comprar irremediablemente: “La biblioteca de los libros rechazados”, del autor francés David Foenkinos. Se trata de una biblioteca que solo recibe los libros que han sido rechazados por los editores. Libros que deben entregar personalmente los autores y que encuentran allí la existencia que otros les negaron. A leer, que son dos días.

27 respuestas a «La biblioteca, espacio de inclusión»

  1. Personalmente, el que no lee, se me asemeja el andar como ciego por la vida. Los libros nos abren la mente a nuevas ideas, nos ilustran, nos hacen reflexionar al ponernos en contacto con otras mentes, normalmente privilegiadas, y nos hacen pasar ratos muy agradables. Todo libro, por malo que sea, tiene algo bueno.
    En el pueblo que vivo de Cataluña, Cerdanyola del Vallès, tiene una biblioteca maravillosa, siempre llena de estudiantes en sus zonas de trabajo y de jubilados en sus zonas de lectura. En la T. V. Se suele representar a los Jubilados sentados a la mesa de un bar jugando a las cartas o al dominó. Aquí, más bien, creo que los debieran representar sentados en la biblioteca leyendo el periódico, una revista o un libro.
    La lectura, entre otras muchas cosas, es la ocupación más sana.
    Precisamente ayer acabé de leer un libro de la biblioteca titulado » La conquista de la felicidad» de Bertrand Russell. A mí modo de ver excelente, lo recomiendo.
    Los dictadores o queman directamente los libros o sólo se deben leer los que ellos quieren. Las razones son obvias. Cuando era niño y adolescente, la Iglesia, en España, tenía una lista de libros, creo, llamada » Índice» que no se podía leer bajo pecado mortal, por ejemplo «El Emilio» de Rouseau. ¡Qué barbaridad!
    Pienso, que debemos leer de todo y así formar nuestro particular modo de pensar.
    Saludos a todos, en especial para nuestro maestro, gran lector, escritor, conferenciante y, amigo.

    • Querido Joaquín:
      Los censores siempre me han parecido detestables.En primer lugar, porque impiden que otros lean. Y, en segundo lugar, porque lo haces después de haber leído ellos. Es decir, que se consideran superiores a los demás. Los otros son tan tontos o tan débiles o tan malos que se van a dejar arrastrar por aquello que a ellos no les ha hecho mella.
      La Iglesia ha dado, como dices, muestras fehacientes de ello. Yo mismo he sido testigo en mis propias carnes, como creo que ya he contado en este blog. Y las dictaduras también.
      Para que los alumnos amen la lectura exige una buena didáctica.
      Muchas gracias por tu precioso comentario, querido amigo.
      Un abrazo.
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  2. Queido Miguel Angel :
    Muchas tardes me sentado bajo la sombra de los árboles a leer para mis alumnos. Que felicidad saber que podíamos viajar todos juntos !! El brillo de su ojos !
    Muchas gracias por tus comentarios. Nos hacen mucho bien a los que queremos transmitir la pasión por la lectura.
    Leonor

    • Querida Leonor:
      Tú disfrutas leyendo. Tú puedes hacer que otros lo hagan. Porque esta afición se transmite a través de la ósmosis pedagógica.
      Gracias por leer y por escribir. Siempre alienta.
      Besos.
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  3. Querido Maestro!
    Quizás hayas notado mi ausencia,motivos personales han hecho que no pudiera leer ni escribir en este magnifico blog.
    Me apasionan los libros y he trabajado en bibliotecas durante algún tiempo.
    Sin duda las bibliotecas son sitios hermosos que te avivan en alma y que engrandecen el espíritu.Bonito comentario y leccionadoras anécdotas.
    Con los libros siempre nos sorprendemos.Estoy en un club de lecturas y nos tocó leer «Señora de rojo sobre fondo gris» de Miguél Delibes. Yo me sentía la protagonista,a la mujer que relata la historia le pasaban las mismas cosas que a mi me están pasando.
    ¡Casualidad o destino?
    Los libros se aman,enloquecen con sus historias,mimetizan las vivencias,hacen que el corazón palpiten ,te suben la autoestim, te engrandecen la vida.
    Me alegra volver a estar con todos ustedes.
    Me despido con un cordial saludo.

    • Querida Loly:
      Pues claro que se te echa de menos en los comentarios. Siempre son enriquecedores. Casi siempre hacen referencia a tu experiencia personal Y eso no nos lo puede ofrecer nadie más que tú.
      Espero que los problemas que te impedían leer y escribir haya desaparecido totalmente y podamos contar contigo en los sucesivo.
      Comparto tu elogio de la lectura y de los libros.
      Besos y gracias.
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  4. Para mí la lectura es la más pura interpretación del arte. Del arte de escribir, interpretar al genio escritor. La lectura es la necesaria audidáctica para aprender de la vida y de la muerte. La esencia del aprendizaje. La tarea máxima, la más sublime, la inigualable en la tarea de encaminar al pupilo para que la lectura sea para él una necesidad, y no una obligación. Con esa sola enseñanza basta y hasta sobra para vivir en la constante búsqueda de la felicidad. ¿Habrá anhelo más grande?. La necesidad de la lectura, ante ella, arrodillarnos y olvidarnos de todo lo demás que llamamos enseñanza. Ahí está la clave, sobrarán las conferencias, las eméritas clases de eméritos doctores, los programas académicos, pues en los libros está la esencia de los genios, y por ende la máxima sabiduría de lo que es el ser humano, para bien, o para mal. Claro, ello, en los buenos libros –que el avisado lector autodidacta a un solo y raudo golpe de vista sabrá diferenciar de los libros que solo son actos de vanaglorias de petulantes narcisistas que se autodenominan escritores-. Leer es sudar, es trabajar. Escribir es hacerlo de forma –muy ajena y no precisamente esto que leen sea ejemplo de ello- que el que lea, también sude, llore con lágrimas, desvele, tenga miedo o levite en un mundo fantástico. Escribir es que el lector se enamore de uno de los personajes ficticios. Man, hizo que muchos de sus lectores se enamorasen de Clawdia Chauchat, en “La Montaña Mágica”, aquella rusa de pecho enfermo, ojos rasgados, ojos de tártaro, andar rápido y despreocupado, oh, oh, cuántas veces dije, oh, ¡cuánto te quiero Clawdia Chauchat!….

    Tengan buena noche.

    • Estimado Quintiliano:
      Hermoso elegir del arte de leer y escribir.
      Y totalmente de acuerdo con la distinción entre libros y libros. Se hace mucho con la televisión. Pero no tanto con los libros. Parece que no es igual ver unos programas que otros, pero parece que leer siempre es bueno. Hay que saber discernir, antes y después de leer.
      Esa es la clave. El amor a la lectura, no la obligación de leer. Me preocupa mucho este asunto en la didáctica que están utilizando con mi hija. Ahora le ha pedido que busque sponsors que «le tendrán que pagar dinero» por los libros que lea. Y ese dinero lo destinan a una asociación benéfica. No me gusta la obligación. Y tampoco la recompensa.Porque parece que la lectura no tiene interés por sí misma.
      Yo también me he enamorado de algunas mujeres de la literatura…Están descritas por dentro y por fuera de forma irresistible.
      Saludos cordiales.
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  5. 1.- Por desgracia para mí, no soy un buen lector. Mo me he leído las obras completas de nadie. Hay vida a parte de la lectura. Y hay muchas vidas en la lectura. Pero no podemos olvidar la más importante, la nuestra.

    2.- De todas formas, en algún momento he sido una buena rata de biblioteca. La de la foto se parece mucho a una que me produce gratos recuerdos. Era la primera en la que tenía todos los libros al alcance de mi mano, de mi nariz, de mis ojos. Libros nuevos y libros mucho más viejos que yo. Libros de todos los colores y sabores. El problema era que esos libros no caían en el examen, luego no eran motivo de lectura. Y hablamos de una Facultad de Educación. Mírame y no me toques, y chápate los apuntes.

    3.- “A mí (como dijo Juan Carlos Muñoz en un comentario) me gustan las personas que escriben esos libros… Me gusta “escuchar” sus pensamientos, “oír” sus ideas, “interpretar” sus sentimientos, “imaginar” sus aventuras, “traducir” sus sueños, …El soporte de estos pensamientos, ideas, sentimientos, aventuras, sueños, … me da igual.”

    4.- Leer. ¿Leer para qué? Seguramente, para infinidad de cosas. Pero me voy a quedar con las palabras de Miguel Ángel de un comentario que hizo hace bien poco, por las connotaciones que le doy a ese verbo: LEER PARA DESPERTAR.

    • Querido Jose´Antonio:
      Pues para no ser un gran lector, lo que haces en este blog es admirable. Lees el título década semana y estás al día de todos los anteriores. Y,por lo que cides, lees muchas otras cosas.
      Mañana, cuando llegue a casa (hoy he impartido una conferencia en Vic y otra en Manresa) haré referencia a unas hermosas palabras sobre la lectura que cierran un interesante libro «El libro de los Baltimore» que acabo de leer. No ls recuerdo de memoria, pero prometo dejar constancia de ellas.
      Espero que todos disfrutemos de las extraordinarias cosechas de bienes que nos trae la lectura.
      Un abrazo.
      MAS

      • Querido José Antonio:
        Prometí ayer dejar constancia de las palabras con las que cierra la novela de Joël Dicker «El libro de los Baltimore».

        «Porque los libros son más fuertes que la vida. Son su mejor revancha. Son testigos dela muralla inexpugnable de nuestra mente, de la impenetrable fortaleza nuestra memoria…».

        Estoy ya a medio camino del libro que cito en el artículo: «La biblioteca de los libros rechazados. Recomendable.

        Un cordial saludo.

        MAS

  6. Me ha encantado esta entrada con un elogio tan ferviente de la lectura y de los libros.
    Creo que hoy se da más importancia a muchas otras cosas y a muchas otras actividades. Creo que es necesario que en la escuela y en la familia debemos cultivar la afición a la lectura, No como obligación sino como emociión.
    Saludos y gracias.

    • Querida Carlota:
      Gracias por leerme y por aportar tu comentario.
      Es muy importante poner en marcha ideas que propicien el interés por la lectura.
      He visto en mi Facultad una exposición de fotografías de un concurso que tenía el lema LEER EN LOA CIUDAD. Se ve a personas con un libro en sitios muy diferentes de la ciudad. Hermosa iniciativa.
      Besos y gracias.
      MAS

  7. Me preocupa ver que los niños y los jóvenes no aman la lectura. Algo estamos haciendo mal en la escuela. Algo falla en la didáctica de la lectura.
    Lo más importante de todos modos es que nos vean a los adultos leer con frecuencia y con ganas.
    Buen fin de semana.

    • Querida Antonia:
      Gracias por tu aportación.
      Hace algunos años prologué un libro de la profesora Isabel Bordas (Editorial Arguval) titulado Iniciar a la lectura.
      Creo que tenemos que pensar mucho en las mejores estrategias para despertar el amor a la lectura.
      Besos y gracias.
      MAS

  8. Con un libro en la mano se acaba el aburrimiento.
    Y, como se puede leer en todos los sitios, tenemos una perfecta solución par< llenar el tiempo.
    Me ha gustado mucho lo que se cuenta en el post.
    No tenía ni idea de lo que era un exlibris.
    Gracias.

    • Querida Mar:
      Estoy convencido de lo que dices. Tanto es así que hace años, en este mismo blog, escribí un artículo titulado SI NO LEO, ME ABURRO.
      No al revés, como muchos alumnos y alumnas piensan.
      Veo a mi hija Carla que a veces se resiste a leer por obligación, pero le encanta leer lo que le gusta.
      Besos y gracias.
      MAS

  9. Hace ya años, me vi con Luis Landero en Alburquerque, nuestro pueblo extremeño de la infancia. Era Semana Santa, con un tiempo magnífico y los campos en todo su esplendor. Quedamos en vernos por la tarde en una cafetería junto con otros amigos para charlar y, de paso, para que ese diálogo me serviría como publicación y que apareciera en forma de entrevista en la revista Azagala, que era editada por la Asociación Tres Castillos que yo presidía.

    Para quienes no conozcan la obra de Landero, les indicaría que a la mayor brevedad posible entren en la lectura de “Juegos de la edad tardía”, su primera y espléndida novela que publicó cuando había alcanzado los cuarenta años y que, sin lugar a dudas, se encuentra en lo que mejor que se ha editado en castellano en el último tercio del siglo pasado. (No es necesario que haga una recopilación del resto de sus obras, pues como buen artesano de la palabra, de modo regular nos obsequia con relatos brillantes: el último, “La vida negociable»).

    Pues bien, en aquella amena y extensa charla, que duró hasta bien entrada la noche, me indicó que para él la jubilación como docente fue una verdadera liberación. También me contó que a veces en la clase tenía que imitar a Chiquito de la Calzada para atraer la atención de los alumnos a los que la Literatura les importaba bien poco.

    Y la pregunta que me hago, al hilo del tema que ha expuesto Miguel Ángel en esta ocasión, es la siguiente: Si un magnífico escritor y orador como Luis Landero le resultaba tan difícil transmitir el amor por la lectura a sus alumnos de bachillerato, ¿cómo lo vamos a lograr los que no tenemos esas cualidades, además de vernos inserto en tiempos en los que los móviles arrasan sin contemplaciones?

    Posdata: Soy un lector impenitente. Recuerdo que, incluso, en mi época de estudiante de Arquitectura y en las vísperas de las fechas de los muy duros exámenes, por las noches, acompañado

    • Estimado Aureliano:
      No sé qué ha pasado con tu texto. Ha llegado inconcluso. Espero verlo completo.
      Por cierto, ya tengo sobre la mesa el último libro de Luis Landero, LA VIDA NEGOCIABLE. Creo que Landero es uno delos escritores que mejor dominan la lengua española. Le dije a él en cierta ocasión (creo que también fue en Albuquerque) que de sus novelas me gustaba tanto CÓMO lo decía que casi se me olvidaba lo QUE decía.
      Hemos hablado alguna vez de Luis Landero. ¿Recuerdas?
      Claro que es preocupante esa dificultad. En dos sentidos. Por una parte por los competidores que tiene hoy la lectura y otro por el desconocimiento de estrategias didácticas para conseguirlo.
      Ya contaba en la respuesta a otro comentario que hace años prologué un libro de Isabel Bordas sobre la iniciación a la lectura. Importantísima cuestión la que planteas.
      Un gran abrazo y gracias por tus aportaciones.
      MAS

  10. Qué maravillosa es la magia de la lectura. Nos lleva en volandas a conocer otros mundos, otras historias, otras personas. Sin movernos del sitio.
    Por un poco de dinero (a veces de forma gratuita si se trata de libros prestados) podemos descubrir grandes tesoros.
    Es una suerte inmensa poder leer.
    Saludos a todos los lectores y comentaristas.

    • Querida Paula:
      Creo que hay una perspectiva de la lectura que no hemos comentado. Es su dimensión social. La lectura nos incluye a todos y a todas en un círculo inclusivo. Por eso me pareció tan certero el título de las Jornadas que organizó la Biblioteca Municipal de Viana do Castelo.Casi siempre se piensa en la lectura como un derecho y un ejercicio individual.
      Por eso las bibliotecas son espacios de ciudadanía.
      Besos y gracias, Paula.
      MAS

  11. Estimado Miguel Ángel.

    Soy Maestro tutor de un 3° de Primaria de un grupo de 26 alumnos y quería compartir mi experiencia de lectura en mi curso en tu maravilloso blog. Nosotros tenemos unos libros de lecturas en cada clase y unos días asignados trabajamos la lectura en voz alta. Hemos elegido libros de Roald Dahl como Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate, El dedo mágico, Agu trot, etc.
    A medida que leemos, vamos enfatizando cada capítulo para que ellos lo imaginen, lo descubran, lo visualicen en su imaginación infinita pero, sobre todo, lo disfruten.

    A partir de esta experiencia los alumnos están deseando que lleguen esos días de lectura. Están intrigados y emocionados. Ya apenas si leemos en el libro de texto. Pero nos da igual. Están leyendo lo que les gusta y les motiva. Y tengo que decir que yo también estoy deseando q llegue el ansiado momento de la lectura. Lo disfruto tanto o más que ellos, a pesar de haber leído esos libros unas cuantas veces.

    La lectura nos hace soñar y disfrutar. La prueba que me asegura que esto es así es que cuando se termina de leer cada libro, justo entonces les pongo la pelicula de vídeo de esos libros y la disfrutan pero siempre me dicen lo mismo. » Profe, el libro me gustó más».

    Gracias por escribir cada semana tus articulos, pues al leerlos lo disfruto como un niño de mi clase.

    Un abrazo desde Ronda.

    • Querido Juan Francisco:
      Me ha encantado tu experiencia. Confirma algo que digo habitualmente y que he repetido en el artículo de esta semana. La afición por la lectura no se enseña, se transmite. Es cuestión de ósmosis. Y se ve que tu emoción y tu vivencia se traspasa a tus alumnos y alumnas.
      Gracias por compartir esa hermosa experiencia.
      Y gracias por acercarte a este humilde blog y por aportar en él algunas ideas y emociones.
      Un gran abrazo.
      MAS

  12. Buenas tardes Miguel Ángel! Este miércoles asistí a tu conferencia en la universidad de Vic y la verdad es que me fascinó! Reflexioné mucho sobre todo lo que dijiste y lo vi muy interesante de cara a mi futura profesión como maestra.
    Así que muchísimas gracias por eso y que sepas que ya eres un referente para mí!

    Muchos saludos.

    • Querida Ariadna:
      No sabes cuánto me alegro de tu comentario. Desde luego que dice más de ti que de mí. Habla de tus enormes ganas de ser una magnífica maestra, de tus deseos de formación y de tu compromiso con la escuela.
      Gracias por tus palabras, por estar allí esa mañana, por leerme en el blog y por hacer este hermosos comentario.
      Besos.
      MAS

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