Ya le dijimos que no

9 Jul

La evaluación suele exigir muchas explicaciones a los evaluados y muy pocas a los evaluadores. Quiero decir con esto que, puesto en un platillo de la balanza lo que se exige para aprobar y en el otro lo que se pide para justificar la calificación, el peso de uno y de otro suelen estar descompensados. Después de un año de trabajo y los múltiples exámenes parciales más el examen final, el evaluador suele decir de forma muy lacónica: apto o no apto. Después de una larga y competitiva oposición, el tribunal que evalúa da su veredicto en un número al que no acompaña explicación alguna.

Hay que explicar más y mejor de donde surge el resultado. Es más respetuoso, más justo, más sensato y más didáctico.

He leído hace unos días en este periódico las manifestaciones, claras, justas y sensatas a mi juicio, de una opositora andaluza al cuerpo de profesorado de Secundaria por la rama de filosofía. Desde aquí quiero manifestar mi solidaridad con su sensación de malestar.

No he leído su examen, claro está. Tampoco sé lo que conoce sobre el tema aunque, después de 30 años dedicada a la educación, imagino que tiene el nivel necesario para superar una prueba en la que se le pregunta por algún aspecto de la obra de Friedrich Nietzsche, autor que ella ha estudiado detenidamente y sobre el que ha publicado algunos artículos, según sus declaraciones.

No voy a poner en duda ni el rigor ni la buena voluntad de los miembros del tribunal. Y tengo que reconocer, además, que la tarea que les encomienda la Administración educativa (y a través de ella, la sociedad) tiene una dificultad casi infinita. No es fácil manejar criterios precisos y hacer comparaciones justas entre ejercicios de unos y otros opositores y opositoras. Máxime si se tiene en cuenta que el tribunal está compuesto por varios miembros, que no siempre tienen el mismo criterio de evaluación. Y, como  nadie ignora, teniendo la ardua e ingrata tarea de eliminar a candidatos para quienes no hay plaza, aunque sean excelentes.

No voy a discutir, pues, ni el rigor ni la actitud de los miembros del tribunal al evaluar la prueba de esta opositora y suspenderla. Mi respeto para ellos y ellas, si es que había hombres y mujeres. Y mi gratitud por el esfuerzo imprescindible y agotador que hacen en estas fechas inclementes. No tengo ni la más mínima referencia sobre el trabajo de la opositora, como digo, más allá de sus palabras. Pero hay dos cuestiones sobre las que quiero pronunciarme.

Una, a la que ella hace referencia con tino y un poco de sorna, es la calificación numérica de cuatro decimales que le otorga el tribunal. En efecto, la califican con 4.6953. No solo décimas ni centésimas ni milésimas. Diezmilésimas. ¿Qué criterios han llevado a ese extremo de precisión en la corrección de un examen de filosofía’?

Este alarde de rigor matemático encierra un engaño difícil de digerir. No se puede afinar así en la corrección de un ejercicio de letras. Hay quien piensa que mientras más números haya habrá más rigor. No siempre es así. Porque los números (como las palabras) están llenas de trampas. Los números cantan, se dice. Pero desafinan.

Ya sé que si la opositora hubiera aprobado con 8.695, por ejemplo,  es más que probable que la queja no se hubiera producido. Pero cuesta adivinar cuáles fueron los criterios para que el tribunal dijese que le habían faltado 0.3047 de conocimientos para poder aprobar.

La segunda cuestión es de más envergadura y tiene que ver no solo con este caso sino con la evaluación en general. Pero partamos de este caso que ha saltado a la prensa y del que también la Administración tiene noticia por el envío de las reflexiones de la profesora (y ahora opositora). Estoy seguro de que su preparación para esta prueba ha sido de meses y quizás de años. Por otra parte, el ejercicio tuvo una prolongada duración y habrá dado lugar, imagino, a un largo escrito. No parece razonable que el informe de la evaluación sea de esta extensión y contundencia: 4.6953.

Quiero decir con esto que no se puede responder a un proceso de trabajo y de evaluación largo y complejo con una simple palabra: suspenso o aprobado o con un sencillo número: 4 o 7.

Se me dirá que la oposición es un acto administrativo y no pedagógico. Pues bien, también en esa dimensión habría que exigir a la Administración un poco más de respeto con los ciudadanos y ciudadanas. He oído a miembros de tribunales decir: “es que no nos dejan dar explicaciones”. Pues debieran.

Miles de veces me he encontrado haciendo tareas de evaluación en clases, tesis, comisiones y tribunales. Durante dos años fui miembro de la Comisión Nacional que evalúa la investigación de los profesores universitarios. Yo decía muchas veces en la comisión que debíamos argumentar más y mejor la calificación. Los profesores presentaban un curriculum de seis años destacando cinco aportaciones relevantes. Sobre cada una de ellas debían hacer un amplio informe en el que se evidenciase el nivel de impacto de cada una de ellas: citas,  referencias, repercusión académica… Es decir, un trabajo largo, esforzado y difícil. Seis años. La respuesta de la comisión era numérica. Es decir, una cifra que indicaba si había aprobado o suspendido el sexenio. Sin más explicaciones.

Cuando algún profesor o profesora reclamaba (rara avis), yo insistía en que no se le podía contestar diciendo: “ya le dijimos que no”. Había que argumentar, explicar, aclarar… Y había que hacerlo no con frases estereotipadas sino contextualizadas,  pormenorizadas y no menos rigurosas que las que se habían exigido a los evaluados.

No suele ser esa la costumbre, por desgracia. La evaluación encierra poder y el poder se ejerce golpeando con la calificación una y otra vez sin argumentar en qué criterios se asienta.

Para recibir alguna explicación, hay que reclamar. Y ese hecho conlleva sus riesgos. El riesgo de la negativa, claro está, pero también el del enfado y el de la represalia. Lo he oído en más de una ocasión:

– Vas a reclamar unas décimas y sales sin cuatro puntos.

Lo cierto es que para recibir alguna explicación tienes que acudir a la reclamación. La calificación no suele venir acompañada de justificaciones. Pero, claro, a la reclamación acuden muy pocos. Por escepticismo, por comodidad o por miedo.

Recuerdo que en una clase de evaluación pedí que levantasen la mano quienes hubiesen tenido la sensación de haber sido calificados alguna vez de forma injusta. Levantaron la mano todos o casi todos los asistentes. Luego pedí que levantasen la mano aquellos que habían acudido a pedir explicaciones sobre la evaluación. Me sobraron los dedos de una mano para contarlos.

Las explicaciones o aclaraciones que pido tienen que ver con la ética, con el rigor y con el aprendizaje. Cuando hay explicaciones, el evaluado se siente respetado, comprende las razones y descubre qué es lo que pudo hacer de otro modo o explicar de otra manera. Qué es lo que tuvo que añadir o lo que le sobró.

Las explicaciones, además, aminoran el riesgo de error. Porque para formularlas hace falta buscar evidencias y no simples impresiones. Lo digo para el caso que ha dado lugar a este artículo y lo digo en general respecto a la evaluación. Hay que explicar más y mejor de donde surge el  resultado. Es más respetuoso, más justo, más sensato y más didáctico.

40 respuestas a «Ya le dijimos que no»

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  3. Magnífico artículo que defiende los valores (el respeto a las personas) y el rigor en la evaluación. Se exige mucho a quienes se examinan pero poco a los jueces que valoran, como dice el autor.
    Creo que deberían justificarse más detenidamente los resultados. Ya sé que eso exige más TIEMPO, pero tiene muchos beneficios éticos y pedagógicos.
    Me parece una buena llamada de atención.
    Buen fin de semana.

    • Querida :María José Belmonte
      Gracias por tus palabras, que inciden en algunas ideas centrales del artículo.
      El problema es cómo cambiar esa tendencia jerárquica, esa práctica asentada en el poder. Una parte puede venir por la actitud de los evaluados y otra por la normativa que exija unas formas de intervención menos autoritarias.
      Yo no sé lo que pasaría con nuestro sistema si se eliminase el poder sancionador d ella evaluación.
      Sin lecores y lectoras no habría blog
      Besos y gracias.
      MAS

  4. En efecto, la evaluación tiene poder. Y s manifiesta en el veredicto casi siempre sin explicar e inapelable en la práctica.
    Claro que se puede reclamar, pero mucha gente no lo hace.Hau mucho miedo a las represalias. Y, sobre todo, hay mucho escepticismo de que te vayan a hacer caso.
    Deberían exigirse más explicaciones. Em primare valoración y, sobre todo, en las reclamaciones.
    Buen domingo.

  5. Hay que andar con mucho ojo con la evaluación,Porque tiene muchos elementos técnicos pero muchos más de naturaleza ética.
    Claro que mucho depende del talante del evaluador. Una persona autoritaria da la nota y se acabó. Pero una persona sensible, respetuosa y cercana (con la misma ley) hace las cosas de otro modo.
    Gracias a todos los comentaristas y al autor del texto inicial.

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  7. Miguel Ángel.

    Coincidiendo contigo en que la evaluación tiene poder, que es muy importante argumentar las valoraciones realizadas y que es muy complicado digerir una nota con cuatro decimales (4.6953), te pregunto: ¿cómo se puede argumentar, aclarar y explicar una nota cuando varios opositores realizan buenas pruebas, pero en cambio, unos podrán acceder a una plaza y otros (la mayoría) no?

    En una oposición, desgraciadamente, no se determina la capacidad del opositor, sino que se adjudican plazas. Muchos capacitados se verán imposibilitados para lograrlo. En estos casos qué cabe decir: “ha hecho usted un magnifico examen, pero había otros mejores”, y eso ¿cómo se comprueba?

    Desde la sombrilla, feliz verano y descanso a todos/as…

    • Querido Juan Carlos, debajo de la sombrilla:
      Ya tienes valor para dedicarte a leer estas cosas en la playa.
      Por eso se agradece más el interés, el tiempo y la reflexión.
      Tienes razón con el asunto de las oposiciones y las plazas. Pero he ido a otra cuestión: a explicar el por qué se dice sí o no. Creo que sería una muestra de respeto.
      Un gran abrazo veraniego.
      Que descanses.
      MAS

  8. Menudo tema. La justicia en la evaluación.
    Nunca había pensado en esa paradoja. Se pide mucho a los evaluados y nada a los evaluadores para justificar su nota. Pero es verdad.
    El problema, sí, es el poder.

  9. Domingo, 10 de julio, por la mañana temprano. Salgo a caminar como suelo hacer habitualmente. Se prevé un día caluroso. Esto lo constato porque hay poco viento y, al regresar a casa, me fijo en un termómetro urbano que ya marca los 30º. Día, pues, tórrido, por lo que habrá que quedarse en casa, al alivio del aire acondicionado, ya que en caso de no hacerse no es posible ni siquiera escribir tecleando el ordenador.

    Miro hacia atrás: El viernes a mediodía se acabaron las pruebas y los tribunales de TFG (trabajos fin de grado) en los que he participado, sea como miembro de los mismos o como tutor de un amplio número de estudiantes a los que les he dirigido este trabajo con el que se cierra la última prueba por la que tienen que pasar antes de que cuenten con el título universitario.

    Risas (o sonrisas) y lágrimas. Sí, sí, lágrimas, las que he visto en una alumna, Cristina, a la que estuve tranquilizando cuando salió del aula en la que tuvo que defender su trabajo, ya que se sintió verdaderamente acosada por dos profesoras que formaban parte del tribunal que la tenía que evaluar y que estaba compuesto por tres miembros.

    Al vernos, se acercan otros de mis alumnos que ya han pasado la prueba y otros dos que están pendientes. Algunos de ellos, verdaderamente indignados ante el tribunal que les ha tocado.

    En esos momentos, todavía no habían recibido las calificaciones, pero de antemano estaban convencidos de que serían bastante más bajas de lo que yo les había pronosticado.

    ¿Debo callar sobre esta cuestión porque no es políticamente correcto hablar de las actuaciones de compañeros y compañeras cuando tienen que examinar o llevar a cabo evaluaciones? ¿Debo mostrar corporativismo y ponerme del lado de mis compañeros de trabajo?

    Considero que no. Suelo hablar con bastante claridad en los órganos colegiados, por lo que creo que, igualmente, puedo hacerlo en un blog en el que participamos muchos docentes de diferentes niveles educativos. Claro, que al hacerlo hay que intentar ser ecuánime y mantener el anonimato necesario al hacer referencias.

    Para empezar, me gustaría hacerlo por los aspectos positivos que he vivido en esta ocasión.

    Tengo que aclarar que, en la comisión que planificaba los días, efectivamente, respetaron mi cumpleaños y me ubicaron como presidente el tribunal 4 de Educación Primaria, es decir, en el viernes día 8.

    Soy el primero en acudir al aula donde se van a desarrollar las pruebas. Y lo hago para comprobar que los medios digitales funcionan, ya que es frecuente que aparezcan problemas en los medios tecnológicos.

    Faltan quince minutos y entra una chica joven. Le digo que, por favor, que espere. “Pero, Aureliano, soy AG, y tengo que estar como secretaría”, me responde. Con cara de sorpresa, me disculpo, pues es una profesora muy joven que se había incorporado este curso y yo no la conocía.

    Al rato llega AM, compañero del Departamento, pero de una disciplina distinta a Educación Artística, que es a la que yo pertenezco.

    ¿Qué puedo decir de los miembros del tribunal y del desarrollo de las pruebas en las que se evaluaron a nueve estudiantes?

    Sinceramente, salí gratamente satisfecho de los mismos. Comprobé que AG, a pesar de su juventud, se había leído detenidamente los trabajos, pues sus preguntas estaban bien formuladas y las hacía con cordialidad y respeto hacia el alumnado.

    Pero quien me sorprendió fue AM. Resulta que las defensas son públicas, por lo que puede asistir quien lo desee. Una profesora compañera y amiga suya, que pertenecía a su misma área de conocimiento, acudió para escuchar las intervenciones de quienes había tutelado.

    El hecho de la presencia de esa compañera (tengo que apuntar que esto no es habitual) no supuso ningún cambio en sus apreciaciones favorables o sobre las puntualizaciones que realizó del alumnado, pertenecieran a su ámbito u otro. Actuó con tal ecuanimidad que, al finalizar, lo felicité por su comportamiento.

    Tras realizar las medias de las puntuaciones que otorgábamos, y una vez con las calificaciones acabadas, AG, como secretaria, le dijo al alumnado que esperaba fuera que pasara al aula, dado que nos parecía bien decírselas directamente y que no tuvieran que esperar a que fueran puestas en el tablón de anuncios.

    Uno a uno les indiqué la calificación que tenían. Al acabar, les volví a repetir que tenían el derecho de saber cómo habían sido puntuados en cada una de las cinco partes que había que evaluar, por lo que los tres miembros del tribunal estaríamos el lunes a las 10 horas en mi despacho para atenderles; pero, puntualicé, que sería bueno que quien quisiera hacerlo me lo comunicara por correo electrónico para tener mayor seguridad.

    A la fecha de hoy, no he recibido ninguna petición de consulta de revisión. De todos modos, el lunes estaré en la Facultad.

    Regreso de nuevo a Cristina y al encuentro con los alumnos, ya que su tribunal comenzaba un par de horas al mío.

    Algo que me indignó de lo me indicaron los seis a los que les dirigí el trabajo es que durante sus exposiciones dos profesoras, presidenta y vocal, estuvieron hablando entre ellas todo el tiempo, sin parar, que el único que atendía era el secretario, compañero de mi área, por lo que era el único conocía a fondo las temáticas que se defendían.

    Dado que uno de los apartados a evaluar por los tribunales es precisamente la defensa oral, que se desarrollaban tomando como punto relevante el póster digital que se proyectaba en la pantalla, me interrogo: ¿Cómo pudieron evaluarlos si estaban charlando entre ellas en los temas que defendían? ¿Qué tipo de consideración tienen hacia unos alumnos y alumnas que han estado meses realizando un trabajo y acuden a defenderlo con bastante nerviosismo, dado que es la primera vez que se enfrentan a un tribunal académico?

    Para continuar, me quiero centrar en Cristina porque su TFG era en la modalidad de “ensayo crítico” (modalidad que casi ninguno coge por las dificultades que presenta) y versaba sobre el estudio de los celos infantiles entre hermanos estudiados a través del dibujo de la familia.

    Puedo afirmar que era un trabajo brillante, muy bien escrito, siguiendo con todo rigor las normas académicas que se piden.

    Nada más acabar su exposición, cuando le correspondió quien ejercía de secretaria le manifestó que lo que presentaba no era un ensayo crítico (con lo cual resultaba que, indirectamente, me descalificaba a mí) y que, por otro lado, no le gustaba el tema de los celos infantiles, que a ella le hubiera parecido mejor que estudiara todos los sentimientos.

    El acoso continuó con la presidenta que no había atendido durante la intervención con cuestionamientos anecdóticos, llevándolos a la categoría de grandes problemas.

    Cristina recibió una nota muy baja, muy por debajo de lo que se merecía. No se sintió con fuerzas para acudir a que les explicaran las calificaciones y menos aún para pedir una revisión, pues ello implicaría formar un nuevo tribunal (en el mes de julio) formado por otro profesorado, que conociendo lo que se “cuece” en la Universidad sería un verdadero milagro que modificara la calificación.

    *****
    Posdata 1: Pretendía hacer una reflexión genérica acerca de las luces y las sombras del sentido de la evaluación, y resulta que me he desviado hacia un caso concreto. De todos modos, en ocasiones, es bueno acercarse a la realidad más cercana para ilustrar de las arbitrariedades que se suelen cometer.

    Posdata 2: Entre los seis alumnos me han realizado un regalo como agradecimiento a la atención que les he prestado durante estos últimos meses. Igualmente, me enviaron un correo electrónico en el que me daban las gracias y el que cerraban con la siguiente expresión: “Muchas gracias por todo, Aureliano, es usted un modelo a seguir como docente por su constancia y esfuerzo diario”.

    Posdata 3: A la vuelta de vacaciones, en la primera vez que nos reunamos los miembros de la comisión de TFG, expondré, sin aludir a nombres, que es inadmisible que durante las exposiciones del alumnado haya miembros que las pasen charlando entre ellos. El respeto hacia nuestros alumnos y alumnas debe ser equiparable al que le pedimos a ellos que tengan con nosotros.

    Posdata 4: Al hilo del tema, he recordado una frase de Miguel Ángel que hace tiempo se la escuché, ya que considero que refleja con bastante exactitud el valor de la evaluación. Dice así: “Dime cómo evalúas y te diré cómo enseñas”.

  10. Querido Aureliano:
    Contestaré a tu largo e interesante comentario con algunas refflexiones apresuradas:
    1. Es muy significativo que unas alumnas de master hagan un regalo conjunto a su tutor de los TFG. Dice mucho de ellas, pero dice mucho de ti. Enhorabuena también de mi parte.
    2. Creo que la mejor muestra de solidaridad con los compañeros es la exigencia. No se puede tolerar que dos miembros de un tribunal se pasen la prueba hablando, sin atender, dando un pésimo ejemplo de falta de respeto y de rigor. ¿Cómo van a valorar la intervención?
    Precisamente en Córdoba, siendo presidente de un tribunal, tuve que reconvenir públicamente a un colega pidiéndole respeto y rigor en los juicios. Le hice ver que desde una situación de poder es muy poco ético ser cruel.
    3. Efectivamente, he dicho y he escrito un artículo que lleva por título: Dime cómo evalúas y te diré qué tipo de profesiones (Y DE PERSONA) eres.
    4. La reacción de Cristina me confirma algunas ideas ue he expuesto en el artículo acerca de las reclamaciones.
    Buen descanso, querido amigo, y gracias por tu excelente comentario.
    Un gran abrazo.
    MAS

  11. Buenos días a todas y a todos, familia.

    ¿Cómo va todo, bien? Yo por la aldea. No puelblo. Aldea. Y aquí se hace un poco de todos los oficios principales de la vida.

    Muy, pero que muy difícil e interesante tema. Yo, de momento, lo evito para pensármelo bien.

    Qintiliano, por favor, si el maizal y todas tus demás obligaciones te lo permiten, danos tu seguro que acertada y contrastada realista opinión sobre cómo elegir a los y las mejores para el mundo.

    Bajo a desayunar, regar, caminar y estar al servicio, sobre todo, de los pequeños (14, 9, 6, 2).

    (El miedo es libre. Fura, pero no he acabado.No tengo todos los datos. Cuando los tenga, como los partidos politicos, los analizaré y comento a mi gusto e interés, como siempre, como todo dios. Los datos son pubicos. Cualquiera puede hacerlo.)

    Cuidaros familia.¡Qué mala y dañina es la competitividad! ¡Qué cara y, concretamente, mirada nos pone! La educación, la de toda la vida, se queda en casa. 12 entran, una sale.

    Besos.

    • Querido José Antonio:
      Se te echaba de menos por estos lares.
      Ya veo que estás en un hermoso lugar de Galicia disfrutando de las tareas y del cuidado de los peques.
      Como has sufrido en las carnes la experiencia de algunas ideas que comento en el artículo te será muy fácil entender el dolor del abuso, de la comparación y de la falta de explicaciones.
      Espero tus ideas, siempre llenas de compromiso y de inquietud intelectual.
      Un gran abrazo de sur a norte.
      MAS

  12. La evaluación es un tema que se las trae. Está lleno de poder y de abusos. Por eso hay que reflexionar sobre todas aquellas facetas que hacen el abuso algo normal, algo lógico, algo aceptable.
    Nunca había pensado en esa faceta que se denuncia hoy: es decir, que se exige mucho para aprobar y poco para explicar por qué no se ha aprobado.
    Esa explicación iene que ver con el respeto , con el rigor y con el aprendizaje.
    Saludos calurosos de verano.
    MAS

  13. El título me parece muy bien puesto, Y lo he visto muchas veces hacerse realidad en las reclamaciones, En lugar de explicar vienen a reafirmarse en la decisión que se tuvo.
    Yo no digo que los alumnos siempre tengan razón, Y sé que muchas veces, como lo que importa es l nota, hacen todo lo posible para tenerla, sea de forma justa o injusta.
    Pero el sistema debería ser más respetuoso con los evaluados.
    Gracias a todos y a todas quienes comentan. Nos ayudan a reflexionar.

  14. Lo del número con diezmilésimas parece una broma. Y es cierto lo que se dice en el artículo que hay quien piensa que cuanto más números haya, hay más rigor en la corrección. Es una solemne falacia.
    El rigor no está en los números, está en los criterios y en la forma de aplicarlos..
    Buen tema para refrescarse intelectualmente.S

    Saludos.

    • Estimado Juan López:
      He visto muchas calificar con décimas, centésimas y milésimas.
      Tiene su miga.
      Pero lo que más me preocupa, como digo en el artículo, es que no se explique de dónde salen esos números.
      Se habla de evaluación CUALITATIVA, pero la realidad es que los números marcan la tendencia principal de los resultados.
      Saludos y gracias por participar.
      MAS

  15. No me extraña que la opositora malagueña acabase molesta e indignada. No sé si la habrán contestado desde el tribunal o desde la Administración. Me imagino que no.
    Es muy duro siempre ser suspendido, pero lo es mas cuando se hace sin consideración, sin respeto.
    Habría que cuidar más ese proceso porque es muy fácil que se produzcan abusos de poder, como se dice en el artículo y como han subrayado varios comentaristas.

  16. Querida Carmen:
    Estoy de acuerdo. Les sistema tiene que hacer mucho más para proteger a los que no tienen poder.
    También es cierto que la actitud e los evludores y evaluados es esencial para manejar bien el proceso.
    Con la misma ley hay quien lo hace bien y quien lo hace de cualquier manera. O, incluso, de manera muy negativa.
    La escla jerárquica es muy sólida de arriba hacia abajo, pero es débil de abajo hacia arriba.
    He visto muchas reclamaciones en las que han tenido que intervenir colegas de los evaluadores y, de forma más o menos consciente, han preferido ponerse de parte de los verdugos que de las víctimas.
    “Hoy por ti y mañanero mí”, parecen pensar.
    “Voy a seguir siendo compañero de este colega para siempre y el alumno se va y no lo volveré a ver”, vienen a decir.
    Eso hace que exista un estado de opinión negativo hacia las reclamaciones.
    Habría que invertir el proceso.
    Besos.
    MAS

  17. Buenos días, señoras y señores libres,

    1.- Este tema es de los que me tengo que ir a la Luna para contemplar qué pasa en la Tierra. Aunque tengo una higuera que a veces, su sombra, me sirve para lo mismo. Una vez más el problema de la evaluación en las oposiciones es la ley de la oferta y la demanda. Es muy elemental, muy básico, de sentido común, es distribuirse los puestos de trabajo, es distribuirse las tareas. El problema les cae a los evaluadores, pero en realidad no depende de ellos. 200 para una plaza. A ver quien se apunta de voluntario justo juez. Los 199 excluidos pensarán en negativo porque hicieron aquellos estudios a lo que opositan algo engañados, conscientes o no de ello. Mejor digamos, se dejaron engañar, les convenía, niños mimados de la vida. El engaño lo ven al primer contacto con la realidad, y no antes. Engañado del político, del profesor, del juez del tribunal, de su sociedad, de sus gentes, incluso pensará que su pareja le pone los cuernos. Es que la ilusión está muy bien para motivar, pero insisto una vez más, hay que ser realista en la vida, y vuelvo a denunciar que la escuela es una feria de ilusiones muy alejada de lo que ocurre en el mundo. Hay una carencia casi extrema entre el mundo que les ha tocado vivir y la preparación que obtienen para ello en la escuela. Los 199 se dedican ahora al mundo poético. Menudo poema, versos alejandrinos tal vez, tienen encima ahora estos jóvenes que no han hecho otra cosa más que estudiar hasta los 30 o más años, y ya tienen las emociones consolidadas, y ya no cambian, y si lo hacen, vivirán amargados. Y las tierras del Valle del Guadalhorce semiabandonadas, en el país de climatología y geografía mejor del mundo, habrá aquí tareas pendientes por hacer. Los comunistas solo piensan en la redistribución de la riqueza, pero de la redistribución de las tareas ni se acuerdan, solo se acuerdan de criticar la oferta y la demanda, y por ende, el neoliberalismo. Lo primero que hay que decirle a un estudiante es, hijo mío, tu estudia lo que quieras, pero de lo que quieras no vas a trabajar. Ya se pondrá a cavilar para intentar estudiar de lo que va a trabajar, “gustole” más o menos. Es como la felicidad, adaptarte a la que hay, y no que el mundo se adapte a tí. No hay mundo a medida para cada capricho, somos muchos para repartir un solo mundo. Seguro que nuestros antepasados, cuando andaban todavía un poco achepados, ya se distribuían mejor las tareas.

    2.- Si hubiera 200 plazas para un maestro, los evaluadores serían mejor evaluados y apreciados.

    3.- Y que conste que mientras esto siga así, para mí personalmente, que vengan días y platos de judías, que yo me adapto, juro que me adapto, y ante la sociedad que me rodea me es muy fácil. Y si quieren y gustan, ya me pueden dar las sopas con honda. Y que conste que yo no sé lo que nos depara la evolución, tal vez un poder ajeno a mi comprensión diga que esto tiene que ser así, aunque a mis ojos y los de Uds. no funcione.

    4.- En otro orden de cosas, a mí, personalmente solo han calificado negativo una vez. Menuda la lié. Para escribir una novela. Sin embargo, me han sobrevalorado mi trabajo infinidad de veces. O dicho más claro me han engañado infinidad de veces. Mis últimos estudios postuniversitarios, unas chapuzas de trabajo, me preguntaban por los derechos humanos y acababa hablando de la vida sexual del cangrejo de río, y toma, un sobresaliente o matrícula. No me quejaba, pues me era indiferente el suspenso, que el aprobado, que la matrícula. Iba por intentar saber más.

    Tengan un buen día.

  18. Vaya, ya ha salido.

    Corrección de errores: Cuando dije que me habían calificado negativo, quise decir calificado por debajo de lo que yo estimaba que me correspondía. Pues suspensos he sacado muchos en la vida, pero muy merecidos. Las más de las veces un merecido suspenso es una buena enseñanza.

    Saludos.

  19. Estimado Quintiliano:
    1. Has hecho bien en avisar. Pasa algunas veces. Había ido tu comentario a la bandeja de spam. Y de allí lo he podido rescatar, afortunadamente.
    2. Mi reflexión era más genérica y se refería no solo a las evaluaciones de tribunales de oposición sino a todo tipo de evaluaciones en las que se pide mucho a los evaluados y pocas justificaciones a los evaluados.
    3. Pero, en efecto, el enfoque de la selección de candidatos en las oposiciones se las trae. Por la proporción entre plazas y opositores. Esa es una cuestión que tiene que ver no solo con la evaluación sino con muchos otros elementos importantes de las opciones profesionales, de la elección de lo que se quiere hacer en la vida, de la competitividad por alcanzar una plaza… Porque, en efecto, hoy ya no se puede decir lo que nos decían nuestros podes: “estudia, hijo, que tendrás un buen lugar en la vida…”. Si ha cambiado. La cuestión tiene que ver con la organización de la sociedad, con la política, con la escuela…
    4.Me preocupa que las escuelas y las Facultades estén alejadas de la realidad, de los problema de la vida. Creo que un cometido importante de las instituciones educativas es dar o facilitar las herramientas para poder comprender e mundo y para descubrir las relaciones de causalidad en el nivel macro y en el micro.
    5. Aunque sea utópico, hay que descifrar las claves de funcionamiento de la sociedad y hay que implicarse para cambiar lo que no se considera justo. La valentía es una virtud democrática que nos lleva a comprometernos con causas que de antemano sabemos que están perdidas.
    6. He dicho algunas veces a mis alumnos: Si no puedes hacer lo que amas, sí puedo amar lo que haces.
    Saludos y buenos y calurosos días en el sur.
    MAS

  20. Querido Maestro!
    Desde el sur, con un calor trepidante y que marca la rutina diaria,me acabo de leer el artículo de la semana y me hace reflexionar de las injusticia en temas de evaluación y administrativos.
    Miedo, si señor, es lo que se tiene al enfrentarse, a personas que en teoría saben más que nosotros en determinados asuntos.
    ¿Qué hacer?¿Nos cruzamos de brazos y dejamos que esa sensación de incapacidad mine nuestros cuerpos y derrumbe nuestras emociones? Mi respuesta es que hay que luchar por nuestras creencias ante un invasor y destructor que se posicionan en unos escalafones de poder y presionan a los más indefensos. La batalla se puede hacer eterna y como usted dice solo los valientes se atreven contra un poder jerárquico potente.Sin embargo la vida me ha enseñado que el tiempo, mi gran aliado, da a veces la razón al que la tiene.
    Las pequeñas luchas individuales pueden cambiar este injusto mundo!
    ¡Por eso me levanto cada mañana,me apasionan las causas difíciles,me comprometo con la ayuda a los que no tienen en sus manos la posibilidad de hacerlo, y me llena tanto esos gestos que me dan alientos de vida!
    ¡Querido Miguel Angel, no he desaparecido,solo ha sido una pequeña ausencia!
    Sigo sintiéndome feliz leyendo su blog y enriqueciéndome de su gran sabiduría y de su enorme corazón.
    ¡Felices días veraniegos a todos!
    Y sin más me despido con un cordial y afectuoso saludo.

  21. Querida Loly:
    Pues bienvenida de nuevo. Se echa de menos a quienes tenéis la amabilidad de l constancia.
    Estoy de acuerdo en que la lucha de cada uno por acabar con las injusticias acabará donde frutos.
    Siempre animo a quien es objeto de una injusticia a levantar la voz, a luchar por los derechos.
    No siempre se consigue lo que se busca, pero callarse es dejar las cosas como están para siempre.
    Gracias por tu participación y por tu ejemplo.
    Besos.
    MAS

  22. Buenos amaneceres, familia del Adarve.

    Tiempo de vacaciones. Vemos muchas puestas de sol, pero seguro que menos despertares del día.

    Los que escriben un diario seguro que lo suyo es hacerlo por la noche. Hoy, como no hice los deberes antes, me toca escribir en mi diario privado público por la mañana. No es algo premeditado. Salió así, a lo loco.

    El sol todavía no se ve, pero sí las casitas, montones y montones de hierba de distintos tonos de verde, eucaliptos, pinos, el cielo. El cielo despejado, el día promete, creo que los chicos lo van a pasar a remojo. En estos momentos, 7:10, Lucía reclama su chupete a gritos. Hora del colacao.

    Hasta dentro de un ratito.

    • Estimado José Antonio:
      Toda la educación (todo el sistema educativo) se diseña, planifica, proanioza y desarrolla para preparar a los alumnos y alumnas para el trabajo. Pero casi nunca se reflexiona sobre cómo organizar y vivir el ocio, las vacaciones, el tiempo libre.Sé que a muchos les ha roto la vida el no tener trabajo o tenerlo malo y mal remunerado. Pero a más personas les ha destruido el ocio mal vivido. Les ha llevado al aburrimiento, a la delincuencia o a la droga. Hay que pensar en cómo vivir las vacaciones de manera positiva.
      Un gran abrazo.
      MAS

  23. Ya estoy de vuelta.

    ¿Sabéis qué os digo? Debemos captarlo todo con los siete sentidos. La vista me mostraba un paraíso. Pero a 14,5 grados, y una brisilla del norte, hace un frío que pela, a 14 de Julio.

    Bien. Vamos a la educación.

    De arrancada, Ken Robinson: “Si no estás preparado para equivocarte, nunca llegarás a nada original”. “La gente produce lo mejor, cuando hace cosas que ama”.

    Yo no quiero ser juez de nada. Pero no es lo que yo quiera. No paramos de tomar decisiones y de elegir constantemente. Pero me estoy refiriendo a decisiones que afectan a otras personas, de una forma tan brutal, tan importante para sus vidas. TODOS MIS RESPETOS PARA QUIEN SE VE EN ESE LUGAR.

    Ello no quita que debamos todos y todas pensar y opinar cómo hacerlo lo mejor posible, si es posible.

    Dice un autor al que yo sigo mucho, un pensador incansable, que la escuela tiene “unas cuantas contradicciones”. Mi comentario va a estar guiado por algunas de ellas. Pienso que si se consigue superar dos o tres sería un tremendo logro.

    Oposiciones. Evaluadores. Formas. Debo decir que me incomoda, en este momento, el tema. No porque no me guste. Tengo la sensación de ser parte implicada e interesada, y me da miedo que se me malinterprete, que se piense tú que vas a decir. Que se piense que meto caña por cañero, gratuitamente. Que se piense, ya está el que todo lo arregla, el que lo haría mejor. NO. SEGURAMENTE NO LO HARÍA MEJOR. HE DICHO QUE NO QUERRÍA HACERLO. SOY UN COBARDE.

    Como todos los cobardes, voy a opinar desde un lugar seguro.

    “Decir que cada uno tiene su ritmo, su estilo y su capacidad para aprender, pero ORGANIZAR DE FORMA HOMOGENEA LA CLASE”. “Querer que sean creativos y, sin embargo, hacer exámenes en los que tienen que REPETIR LITERALMENTE”. “Dar valor a la diversidad infinita de los alumnos y establecer un CURRÍCULUM ÚNICO PARA TODOS”. “REPETIR LO QUE DICE EL PROFESOR DE FORMA LITERAL, aunque la pretensión sea que haya alumnos creativos”.

    Cuatro en una. Versa sobre las mismas ideas de fondo. Reproducir o crear. Formar personas críticas, con libertad de pensamiento, o socializar, institucionalizar. Memoria, repetición de QUIEN SABE, o creatividad, originalidad, construcción o reconstrucción personal.

    ¿A qué viene esto? Creo que en una prueba como la de las oposiciones, al igual que en la mayoría de los EXAMENES DEL LIBRO, (el metro, el modelo a copiar, imitar, repetir lo más literal que se pueda, memoria fotográfica naturalista o realista, nada de efectos de los de hoy), aunque se diga o pretenda otra cosa, a mayor literalidad o considerada sabiduría, mayor calificación. Aunque se diga que uno de los criterios sea la ORIGINALIDAD, no me lo creo, pues no son capaces de medirla. Y, además, pienso que una cosa aunque original, no tiene por qué ser buena. Es decir, no todo lo original es mejor. Para mí, NO HAY NADA MÁS ORIGINAL QUE HACER LO DE SIEMPRE, PERO BIEN. Viene siendo como el tan pronunciado CAMBIO. Cambiar parece necesario, si es para mejorar.

    Y voy al sentido común. Parece que estamos buscando algo extraordinario, algo realmente revolucionario. Y a la mayoría de la gente la palabra revolución le pone los pelos de punta. Yo pienso que deberíamos centrarnos en algo más sencillo y de sentido común. Hacer BIEN lo que venimos haciendo, mejorar nuestro quehacer diario, sin nuevos inventos. NUESTRO CAMBIO ESTÁ AHÍ, A LA VISTA. A partir de ahí, ya inventaremos.

    Esquematicemos. Resumamos. Bien. Me parece necesario. Pero dicen muy poco a quien no conoce el tema. Ni te explicas ni profundizas. Mucho y corriendo, por el aire, mil preguntas que puede que queden mal DESARROLLADAS. ¿Quieres explicación? ¿Quieres pensamiento profundo? Ponme una prueba que lo propicie. Dame tiempo. Déjame pensar.
    No hay tiempo para pensar. Quiero que pongas lo que sabes (lo que recuerdas de otros, lo que memorizaste). Esquematiza. (¡Qué rollo! ¿Qué queréis que ponga?). Pon lo correcto. Pon la verdad. (¿Pero qué verdad? ¿La de qué autor o corriente?). Si te lo dijese ya seríamos dos a saberlo y no tendría ningún mérito. Tienes que adivinarlo. Pon tu opinión. Es lo que se valora. (Ya. Desde bien pequeñito he aprendido lo que se valora. “No interrumpas cuando hablan los mayores, sé educado, haz lo que te mandan, habla cuando se te diga).

    Mayores igual a maestro, juez, poder, quien sabe, libro, autor de fama, …
    Niño igual a aprendiz, ignorante, irrelevante, alguien o algo por hacer, nada, …

    ¿Quién sabe?
    ¿Quién decide el que se considera que sabe? (No hablo de los aprendices. Hablo de los autores de fama, de los que se les reconoce unos méritos o algo tienen que decir sobre su tema).
    ¿Se valora, realmente, según los criterios que se dice guían la evaluación?

    La selección es necesaria, pero también inhumana. ¿Se puede pedir “cosas humanas” partiendo de algo inhumano? ¿Se pueden pedir cosas más que razonables y deseables partiendo de la sinrazón?

    El sol ya luce un palmo por encima de los eucaliptos. Hora de dedicarse a hacer lo que no está hecho, dejar estas nuevas tecnologías y dedicarse en cuerpo y alma a lo viejo, lo de toda la vida, lo mundano, lo no noticiable, lo cercano y muy personal en cuanto que atañe casi en exclusiva (si eso fuese posible) a mi persona. A LO SIMPLE O SENCILLO. Sí, todo tiene su complejidad. Pero voy a procurar vivir de forma simple lo complejo. Voy a procurar, por lo menos hoy (cosas que hago habitualmente, hacerlas mejor, ese será mi reto de cambio), ver la vida, vivir la vida como un juego. Así, el juego no se puede evaluar, pero si se evaluara habría que darle un 15 sobre 10. (Tonucci).

    No pienso cambiar ni una coma. Con mi pensamiento no lo hago. Ahí os va tal cual ha salido de mi cabeza. Se parece muy poco a otras historias que había pensado sobre el tema, pero esto es lo que tiene dejarse llevar por sensaciones, intuiciones, salirse de la razón de lo académico: claridad, orden, repaso y corrijo lo escrito. Eso está bien para algo formal. Y no estoy para formalismos. Es lo que es y no pretende ser otra cosa. Pensamientos privados públicos, compartidos.

    Hasta otra familia. No olvidéis cuidaros la piel frente al sol, que, en estos momentos, aún en Galicia aprieta. Un gran abrazo Miguel Ángel.

    (No tengo ninguna duda sobre que habré caído en infinitas contradicciones. Ahí está el reto. Si alguien quiere ayudar…)

  24. Estimado José Antonio:
    Escribí el comentario anterior antes de haber leído el nuevo que tú has enviado sobre las pruebas de las oposiciones.
    Tema peliagudo que tiene que ver con el rigor y tiene que ver con la justicia.
    1. Lo primero que tendríamos que definir es qué tipo de maestro o de maestra queremos. Ya ves las discrepancias enormes que tendríamos ahí si preguntamos a los miembros de los tribunales.
    2. Lo segundo es ver cómo podríamos elegir a ESOS maestros y maestras. Con pruebas de reproducir conocimientos? Claro ue no.
    3. Lo tercero es: los elegimos para toda la vida hagan lo que hagan y sean como sean?
    Hay mucha irracionalidad en el sistema. No sé si dije aquí que dirigí una tesis sobre el sistema de oposiciones. No vi ni una sola opinión favorable hacia el mismo. ¿Por qué se mantiene intacto?
    Un abrazo

    MAS

    PD: No sabes cuánto amo a Galicia. Pasé unos años inolvidables en Tui siendo profesor de filosofía en el Instituto.

  25. Buen tema el de las oposiciones y todavía m´s importante el de la evaluación y sus dimensiones éticas. Las técnicas ya son complejas, pero las éticas lo son más.
    Suponiendo siempre la buena voluntad d los evaluados (hay que suponerlas) queda mucho tramo por aclarar en cuanto a las repercusiones en la vida de los evaluados. No solo por los resultados sino por el modo de hacerla y de imponer el resultado.
    El título me parece muy certero para algunas respuestas a las reclamaciones.
    Saludos.

  26. Es verdad. la evaluación es contundente en los resultados. Te dicen: Suspenso. Y a callar.
    Hombre,puedes reclamar, pero con poca esperanza.
    Hay que cambiar las cosas.
    Y nosotros tenemos que conseguirlo. Los cambios no vendrán de arriba.
    Saludos a todos y a todas.

  27. Se me olvidaba.

    Ayer fui a Coruña, y en la Cadena Ser escuché lo siguiente, y me gustó.

    Un niño al que le habían colgado un cartelito que ponía: “Cuidado con el niño, dice lo que piensa no lo que a usted le gustaría escuchar”.

    Es lo que tienen los niños “maleducados”.

  28. Estimado José Antonio:
    hay tres libros de Pablo motos que se titulan “Frases célebres de niños”. Son verdaderas joyas.,
    El título no es muy preciso porque,en realidad, no son frases célebres sino ingeniosas.
    Hay que ver las ideas sugerentes y maravillosas que tienen.
    Saludos.
    MAS

  29. ¿Cómo afrontan las decisiones de los tribunales de oposiciones los aspirantes que son suspendidos, rechazados?
    He visto a quien sale encantado dela prueba y luego se lleva el batacazo y a quien sale desanimado y luego se lleva una inesperada alegría..
    No sé lo que pasa con las reacciones. Algunos no vuelven a intentarlo, otros lo asimilan con facilidad y se ponen de nuevo a la tare.
    Depende mucho de la actitud de cada uno.
    Es muy importante encajar bien los fracasos:
    – sin hundirse
    – aprendiendo
    – no perdiendo la fe en uno mismo.
    Saludos espexiales a los fracasados estas últimas oposiciones.

  30. Hola a todas y todos los seguidores de Miguel Ángel.

    Hoy, versión mejorada. Nada de rollo. Es sólo el “guion del rollo”.

    1.- Muy preocupado por estar escribiendo ahora. Nunca pensé que algo tan “aburrido” pudiese superar al placer de una manguera en la mano echando el chorro de agua donde tú quieras.

    2.- Prácticamente siempre estoy de acuerdo con las ideas y opiniones de Miguel Ángel. El punto número uno de anteriores respuestas me parece un buen comienzo para montar el circo. Qué tipo de profesional queremos nos define, en gran medida, qué tipo de persona queremos formar, qué tipo de escuela, de sociedad, de mundo. (En el folio en blanco y un punto en medio, y con su pregunta, aunque diga no he dicho esto o lo otro, nos engaña un poco. No tiene en cuenta el sentido común, la lógica del que es preguntado).

    3.- Estoy ansioso por conocer mi radiografía, la de ese momento, esa prueba, ese tribunal. Quiero ver mi ranking. (Me queda algo que comentar al respecto).

    4. Estoy de acuerdo con María José Belmonte. Hacer efectivo su punto dos (aprendiendo) en unas oposiciones, teniendo en cuenta todo lo que se podría aprender, se nos queda pobre. Recordemos el artículo, no vamos a recibir más que una nota numérica, sin más. Será cuestión nuestra, en cuanto al examen en sí, adivinar, intuir qué hemos hecho bien o mal. Vaya por delante mi admiración por quien tiene los cataplines de realizar esa labor, pero los tribunales, hoy, no están para enseñar, sino para seleccionar. (Al respecto, ya me extenderé en otra ocasión como punto único).

    5.- Estoy ansioso por tener ya, la nueva entrega (veraniega) de Miguel Ángel.

    6.- Quiero aclarar, por seas caso a alguien le quedó la impresión que a mí, que cuando hablé de autores famosos, la palabra famoso no la empleé bien dado el mundo de hoy, tele, cotilleos varios, …La idea era de conocido, seguido. Alguien que se ha ganado un hueco en el mundo profesional al que se dedica, en nuestro caso, el mundo educación. Dentro de estos, los hay de todos los colores. Ya lo he reclamado, y voy a volver a hacerlo. Cada uno puede escribir sus libros y comunicar sus ideas. Se dan entrevistas y conferencias. Hasta aquí, no hay mucha diferencia con lo que hacen nuestros políticos. Todo lo vemos por separado. Me gustaría, por el bien del conocimiento, por el bien de todos los profesionales que los siguen y tratan de poner en práctica sus ideas, por el bien de los estudiantes en las facultades, y por el bien de toda la ciudadanía en general, que hubiese una forma y lugar en donde confrontar distintas posturas, visiones, paradigmas. Poder tener la oportunidad de elegir de una forma más informada. Superar el yo escribo un libro y tú contestas con otro. Pienso que puede que haya mucho de no me pises mi manguera y yo no te piso la tuya, tengamos la fiesta en paz que hay tarta para todos. (Lo siento, en este punto me he extendido. Me he dejado llevar por la emoción de la imagen y el interés que tal acto me sugería, como una final de Champions).

    7.- Criterios de evaluación de oposiciones. De los nueve puntos que se dan, creo que los dos primeros son el 90%: (Resumidos) Dominar conocimientos y conocer y mencionar el marco legal.

    8.- Me gustaría conocer (¿Qué problemas hay, Universidad?) los tres años siguientes de todo nuevo funcionario. Pienso que sería una buena evaluación-información (nada personal para castigar al aprendiz) para la interesada y el sistema en general. Mi curiosidad radica en saber en qué medida y por qué lo expuesto y demostrado en la selección es llevado a la escuela real, Al trabajo diario, a los alumnos y alumnas y a todos los participantes (que somos todos) del sistema educativo. Quiero decir. ¿Los nuevos fichajes mejoran el equipo? Sea cual sea la respuesta, ¿por qué? Dadas las lecturas que todos hemos hecho durante nuestra formación, sobre organización escolar, tengo una ligera sospecha de cuál es la respuesta (y no estoy pensando en responsabilidad exclusiva del o de la protagonista). Aunque no dudo que esta cuestión, en definitiva, es como la de nuestros políticos. Una cosa es lo dicho en campaña, y otra lo que se hace en un mandato, por lo que sea. Pero no coincide. Lo cual lo primero no vale para nada. (Profe, ¿por qué tengo que estudiar-memorizar- esto? – Para pasar al siguiente curso). (Trasládese el mismo pensamiento a una oposición) (Únasele luego la eterna confrontación entre teoría y práctica).

    9.- Un nueve. Sobresaliente. No, amigo, no. Mucho numerito para tratar de esquematizar, resumir, simplificar, ser conciso, pero nada. Bla, bla, bla, rollo. Empezaste con dos, tres líneas por punto, pero, al final, la cabra tira al monte. Venga. Corta y lárgate a la jardinería, que ahora, con este sol se te va a secar todo lo que tienes que intentar trasplantar.

    Bueno, ya puestos, un número que nos encanta a todos. 10.- Miguel Ángel, ¿recibiste las tres fotos que te envié ayer para “decorar” mis palabras”?

    Un gran abrazo a todas y todos los amigos del Adarve. Abur, jefe.

    (Todo lo comentado más arriba, ante la barbarie de la violencia en general, pasa a un segundo plano. Algo debemos no estar haciendo demasiado bien).

  31. Estimado José Antonio:
    1. No solo recibí las tres fotos sino que te contesté diciendo que Galicia me tubo y me tiene enamorado.
    Vivir allí años maravillosos envuelto en la saudade de la sierre y asombrado por la forma de ser se sus gentes.
    2. Ya había enviado el artículo del sábado. El próximo quiero dedicarlo al fanatismo asesino. ¿QUË, PARA QUÉ esas muertes? Trataré de diferencias educación de adoctrinamiento o indoctrinación.
    Un gran abrazo desde he impartido una conferencia en la UIMP.
    MAS

  32. Qué b uen artículo sobre un tema tan complejo.
    Me alegra que un profesor se ponga en la piel de los evaluados y defienda sus derechos.
    Ya sé que los alumnos hacen trampas algunas veces para conseguir una buena nota, pero espo también hayq que combatirlo.
    Saludos.

  33. Yo creo que la relación ent5re evaluadores y evaluados es demasiado asimétrica.
    Habría que democratizarla más porque en ambas partes hay derechos y obligaciones.
    Lo que pasa es que tal como están las cosas, los derechos de los evaluados están menos protegidos.
    Por eso me parece bien un artículo como el que acabo de leer.
    Gracias.

    • Querida Teresa:
      Gracias a ti por
      – leer
      – por comentar
      – por valorar positivamente el artículo
      Esa era la idea. Defender los derechos del evaluado, que está muy indefenso en el sistema, en parte porque no utiliza todos los causes que le brinda la ley para defendesrse (por miedo, por escepticismo o por poereza…).
      Besos y gracias.
      MAS

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