Me preocupa mucho el desarrollo profesional de los profesores y de las profesoras. El comienzo, el desarrollo y la jubilación pueden ser motivo de alegría o de desesperación. Algunos disfrutan hasta la saciedad y otros sufren lo indecible. Es curioso y, a la vez, inquietante. Hay mucha diferencia entre vivir feliz y vivir amargado. La diferencia esencial.
¿De qué depende? Porque llama la atención que con las mismas o parecidas condiciones, el mismo Ministro, el mismo Consejero, el mismo Inspector, el mismo Director, los mismos compañeros y parecidos alumnos, haya un profesor feliz que hace felices a quienes mira y otro desgraciado que contagia tristeza a quienes le conocen.
Hay quien comienza por motivos pedagógicamente pobres y quien empieza por motivos ¡pedagógicamente ricos. Ese hecho condiciona el ejercicio profesional. Quien se hace docente solo porque es un modo de ganar dinero para sobrevivir, es difícil que pueda disfrutar con lo que hace. Quien decide ser profesor porque con su trabajo puede ganar la vida de los demás, es probable que se sienta feliz con lo que hace. Claro que se puede empezar por motivos miserables y luego enriquecerlos y, a la inversa, se puede comenzar por motivos nobles y acabar degradándolos.
Y luego viene el ejercicio profesional, que puede tener dificultades, contratiempos y fracasos. Pero la actitud con la que se afronta es fundamental para la vivencia feliz o desgraciada. No es igual ir al lugar de trabajo como quien va a una fiesta que ir como aquel condenado a muerte iba un lunes camino del patíbulo diciendo: mal empiezo la semana.
Cuando llega la jubilación, unos se lamentan de que haya pasado el tiempo tan rápido y otros maldicen el interminable camino que han tenido que recorrer. Unos querrían seguir y otros piden a gritos la jubilación anticipada.
Ejemplificaré esta doble actitud con un cuento de Cristina Gutiérrez Lestón que he leído en su libro “Entrénalo para la vida”. Ella dice que los cuentos se explican para que los niños se duerman y para que los adultos despierten. El cuento dice así, de forma resumida.
Una madre salió de excursión con su hija Emma (diez años) y con su hijo Pablo (doce). Fueron a Santa Fe de Montseny. Emma iba muy contenta. Las actividades familiares le encantaban y más aun en la naturaleza, donde podía dejar volar su imaginación y convertirse en una exploradora intrépida. Pablo, en cambio, estaba enfadado. Este era un estado cada vez más habitual en él. La mamá y la hermana oyeron sus quejas durante todo el trayecto en coche.
Empezaron a caminar por aquel paisaje con los árboles rebosantes de hojas verdes y todo lleno de flores. Llegaron a un lago que estaba rodeado por unas montañas imponentes. Pablo vio un movimiento extraño en el agua y se acercó a mirar pero el agua estaba tan oscura que no pudo ver nada. En aquel instante buscó a su madre y la vio muy lejos, a punto de desparecer por un recodo del camino. Emma a su lado. Giró y empezó a correr hacia ellas, enfadado porque no le esperaban. Estaba tan ofuscado que no vio una piedra que le hizo caer y darse un buen trompazo. Gritó enfurecido:
– ¡Te odio, te odio!
Su ira fue en aumento al ver que estaba solo, que su madre y su hermana habían desaparecido y que, además, la montaña le decía con eco que le odiaba. Se levantó y con una fuerza que le salió del estómago bramó:
– ¡Todo es una mierda!
Y al momento la montaña contestó impertérrita para desesperación de Pablo:
– ¡ Mierda, mierda!
Pablo empezó a llorar. Se sentía solo, como en muchos momentos. Debido a la caída tenía rasguños en las manos y en las rodillas, así que se acercó al agua para limpiarse. En ese momento se oyó un ruido. Se asustó un poco, pero cuando vio que provenía de un pequeño pajarito de color rojizo se le acercó y le dijo:
– La montaña es como la vida, ella te devuelve lo que tú le das.
Pablo sabía que los pájaros no hablaban, así que no podía creerse lo que acababa de pasar. Pero el pájaro rojizo seguía allí, observándolo fijamente y el niño lo miraba con la boca y los ojos abiertos como platos.
Entonces oyó de nuevo el eco de la montaña. La montaña decía:
– ¡Te quiero, te quiero!
Pablo miró hacia la curva del camino. Su madre y su hermana estaban ahí gritando tan fuerte como `podían:
– ¡Te quiero, te quiero!
Y la montaña no se cansaba de repetir aquel mensaje. Se levantó y corrió como nunca había hecho antes, para ir a abrazar a su madre y a su hermana.
Hasta aquí la historia, reproducida con cierta libertad Y ahora la evidente moraleja. La montaña es como la escuela. Ella devuelve a los profesores lo que los profesores le dan. A quien dice cada día cada día amargura le devuelve su amargura. A quien dice cada día felicidad le devuelve repetidamente felicidad.
Por eso me parece tan importante preguntarnos por lo que llevamos cada día a la escuela. ¿Llevamos ilusión, optimismo, esfuerzo, esperanza, compromiso? Pues la escuela nos los devolverá multiplicados. ¿Llevamos desilusión, pesimismo, pereza, desesperanza y desinterés? Pues la escuela responderá como la montaña: multiplicando el eco de nuestras actitudes.
No depende tanto la felicidad de las circunstancias. Porque ya se ve que, con las mismas condiciones, las vivencias de los docentes son diametralmente opuestas. Diré más: las dificultades espolean a los buenos profesionales y hunden a los malos. Si en un país aparece una inesperada epidemia, los buenos médicos se sentirán invitados a trabajar más, a investigar, a esforzarse para superar la crisis. Los malos médicos dirán que ellos quieren trabajar solo con los sanos, que eso no lo estudiaron en la Facultad y que bastante hacen para lo que les pagan.
Se produce un fenómeno curioso: quienes más trabajan, quienes más concienzudamente se esfuerzan, quienes más se comprometen, suele piensan, dicen y hacen “pudiendo no hacer nada, ¿por qué vamos a hacer algo?”, suelen estar decepcionados y amargados.
¿Qué sucede cuando llega el momento de la jubilación. Algunos se vuelven hacia atrás y ven un reguero de dolor, una estela de frustraciones. Otros ven con nostalgia el recuerdo de muchos momentos felices. Unos lamentan que llegue tan tarde la hora de abandonar el suplicio. Otros lamentan tener que dejar tan pronto una tarea llena de ilusión. Me emociona recibir, después de alguna conferencia o algún curso, la confidencia de algunos asistentes más que veteranos:
– Me jubilé hace dos años, pero mantengo la ilusión de seguir aprendiendo.
En uno de los libros titulados Vidas Maestras, que escribían los docentes en la anterior legislatura cántabra, a instancias de la Consejera socialista de Educación Rosa Eva Díaz Tezanos, una maestra que se jubilaba escribió: ¡Ojalá que los jóvenes maestros que empiezan lo hagan con la mitad de la ilusión con la que yo termino!”. Qué suerte ser así. Qué suerte para sus alumnos y alumnas tener una profesora así.
Cuánta razón. El eco repite muchas veces lo que decimos en el valle. Es como en la escuela. Quien va a ella con optimismo recibe multiplicado su optimismo. Quien solo lleva tristeza también la ve multiplicada.
Por eso es tan importante la actitud con la que vamos a nuestro trabajo.
Buen fin de semana.
Es cierto. Con todas las condiciones iguales hay quien está feliz y quien está amargado. ¿De qué depende? De la actitud de cada uno, como les sucedía a los dos hermanos de la historia.
Yo considero que es fundamental es vivir la profesión de forma optimista.
Ya sé que nos lo ponen difíciles. Porque algunas decisiones políticas que se plasman en la política de profesorado son indignantes. Ahora bien, un médico no puede dejar morir al paciente porque le pagan poco. O maldecir la situación porque el Hospital carece de medios.
Miguel Ángel: me vas a permitir algunas reflexiones, que las numeraré para hacerlas más claras, acerca de lo que has escrito para esta semana.
1. La vocación docente es esencial en un trabajo que, por un lado, implica relaciones humanas y, por otro, uno de los objetivos del mismo es la educación de los alumnos y alumnas. Bien es cierto, y como he podido comprobar, que hay casos en los que inicialmente no partían de esa inclinación, pero que paso a paso la han ido logrando, por lo que acaban convirtiéndose en muy buenos docentes.
2. Siempre me ha sorprendido el individualismo con el que, mayoritariamente, se trabaja en esta profesión. Algunos se agarran a la “libertad de cátedra” para que nadie valore o debata sobre la metodología que se lleva. Esto da lugar que se produzcan grandes interferencias en el proceso educativo. Me explico centrándome en un ejemplo concreto: en mi Facultad se ha extendido por una parte significativa del profesorado el realizar exámenes en forma de test; esto es la antítesis de los que llevamos adelante una metodología basada en la evaluación continua y formativa. Compruebo los desastres que provocan esos exámenes pues cuando los estudiantes tienen que realizar los TFG (trabajos fin de grado) escriben deficientemente, y los años que han permanecido en las aulas no les han servido para redactar bien gramatical y literariamente.
3. Al cabo de los muchos años que llevo en la Universidad, este curso me he dado cuenta de la falta de creatividad y de imaginación literarias que tienen. Esto ya lo sabía en lo que respecta a la educación artística, pero no me imaginaba que se extendiera a otros ámbitos. De igual manera, me explico: este año, curiosamente, me han correspondido dos cursos de Educación Infantil y Primaria con enfoques bilingües. Les he planteado la realización de un pequeño cómic, ajustado a los niveles correspondientes, partiendo de un pequeño cuento o relato que ellos mismos inventaran. Pues bien, la pobreza narrativa me dejó helado; apenas sabían elaborar un cuento con cierta imaginación. Casi todo era simpleza y ausencia de creatividad. Les pregunté si en alguna ocasión en todos los años de estudios les habían propuesto algo que partiera de ellos en los que la creatividad estuviera presente; casi ninguna respuesta afirmativa, no recordaban otra cosa que aprendizajes por modelos establecidos.
4. Hablas de jubilación. Recientemente se han jubilado muchos compañeros de mi generación, por lo que voy sintiéndome como un “histórico” que permanece en las aulas. De todos modos, es el mejor momento, dado que resulta ser el que tengo mayor formación. Por cierto, en español jubilación procede de ‘júbilo’; en francés, la jubilación se llama ‘la retraite’ o ‘mise à la retraite’ es decir ‘la retirada’. Es un caso, connota alegría de dejar el trabajo; en el otro, retirarse del mismo.
Había hablado de ser breve y, como siempre me pasa, me alargo más de lo debido.
Un abrazo desde Córdoba.
El primer punto que habría que dilucidar es el motivo por el que algunos se han dedicado a la enseñanza. Porque, claro, si ha sido porque “de algo hay que comer”, no me extraña que luego haya problemas.
Otra cosa es que la elección se haya debido a un claro amor a la tarea y a las personas. Entonces será más fácil que el ejercicio profesional sea entusiasta.
Aunque se puede empezar mal y acabar bien y empezar bien y acabar mal.-
Querido Aureliano:
Afortunadamente tus comentarios son largos. Lo digo porque son siempre interesantes.
Acabo de decir en una conferencia pronunciada en Nampula (Mozambique) que los motivos de la decisión de convertirse en profesores/as son importantes. No es solo el dinero. No es el azar, sino una profunda convicción de que la tarea es importante para las personas y las sociedades. Le tengo un poco de miedo a la palabra vocación por las connotaciones religiosas que tiene, pero estoy de acuerdo contigo en que las personas que se dedican a la enseñanza deben tener motivos que vayan más allá del convencional “algo hay que hacer” o “de algo hay que vivir.
Y luego está la formación que se recibe para hacer esa tarea tan compleja como importante. Porque hacen falta competencias especializadas para la ser docente. No basta con saber la asignatura.
Importa también el proceso de selección que se emplea para que los candidatos lleguen a ser profesores. ¿Qué se pide? ¿Qué se exige? Porque algunas veces eso que se pide tiene poco que ver con lo esencial.
Y creo que es muy importante el contexto en el que el profesor trabaja. Comparto contigo la preocupación por el individualismo frente a la necesidad del proyecto compartido.
Frente a la dimensión MACRO de la ley y la MICRO del aula, estaría la dimensión MESO del proyecto institucional. Y eso garantizaría un buen desarrollo profesional.
Gracias por tu participación.
Un gran abrazo.
MAS
Hola Prof. Miguel Angel, qué bella reflexión sobre nuestra tarea docente, esto me recuerda los versos de Amado Nervo quien dijo: “Si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas”. Un abrazo fraterno desde Concepción-Paraguay.
Profesor Miguel Angel, saludo cordial desde la querida ciudad de Loreto, departamento de Concepcion,antes que nada dejame contarte que me encanta leer tu obra escrita, La escuela que aprende, por lariqueza, por las verdades y me siento ante tantas deudas, debo seguir aprendiendo con la escuela y la escuela conmigo.En relacion a la reflexion me emociona leer y me remito a mi tarea de enseñar, cuan importante es echar semillas productivas, tengo 22 años de servicio, y me pregunto que feliz me jubilare con la ayuda de Dios y su Madre, internalizo lo del cuento y voy descubriendo que toda tarea de enseñar al realizar con AMOR, tiene recompensa, pero pienso en varios colegas quienes ya se sienten frustrados de su compromiso, quienes desean solo separarse del cargo a destiempo, gracias por exponerme una reflexión espejo, servirá para devolver con gracia todo mi amor a mi profesión, el eco de mi trabajo lo tengo bien presente, de manera positiva, niños/as que acuden a mi ayuda,lo grito pero con amor. bendiciones gran maestro,hermosa reflexión.
Esta reflexão sobre a docência faz-me pensar sobre o que se passa atualmente em Portugal: alguns colegas com pouco mais de vinte anos de serviço já começam a ponderar pedir a rescisão do contrato e sair do ensino. Porquê?
Eu penso que não são os alunos os causadores desta insatisfação, do desalento. Como o Professor disse, o contexto em que os Professores trabalham influencia imenso a atitude perante o ensino. O individualismo sobrepõe-se ao trabalho colaborativo.
Eu ainda continuo com vontade de continuar com o mesmo entusiasmo com que comecei(há 19 anos) e espero nunca ser contagiada pelos pessimistas e zangados com o mundo, que constantemente nos querem convencer que nada do que fazemos vale a pena!
En relación a las jubilaciones, ¿es lícito o no que el profesorado universitario, una vez jubilado, siga manteniendo un sueldo de la Universidad, en calidad de profesor “emérito”? ¿No hay algo de inmoral en ello?
Estimado Joe:
Gracias por acercarte a este blog con la frecuencia que lo haces. Y gracias por los comentarios que, una vez tras otra, insisten en que escribna sobre lo que tú deseas. Nunca son comentarios sobre el artículo, sino sobre tus inquietudes personales. No me parece razonable. El autor de un blog escribe sobre lo que le parece oportuno. Te he de decir, sin embargo, que hay varios artículos dedicados a la Universidad. No creo que seas tú más crítico que yo con el trabajo que hacemos en ella. Lee, por ejemplo, Un faro de escasa luz.
Bien sabes que el administrador de un blog acepta o rechaza los comentarios. Nunca he rechazado ninguno. Pero, parece lógico pensar que cada uno abre la puerta de su casa a quien quiere.
Tu comentario de hoy me ha parecido injusto. Te diré por qué.
1. Para ser emérito (profesor ex-mérito) hace falta tener un curriculum sobrealiente. El candidato tiene que pasar por una evaluación de la Agencia Andaluza del Conocimiento. No todos pueden ser profesores eméritos. Y, además, debe ser aceptado por la comunidad universitaria. Es decir por el Departamento y la Junta de Facultad. (Por cierto, sobre este tema hay un artículo en el blog titulado “Esto no, señora rectora”. Otro artículo sobre la Universidad).
2. El contrato de los profesores eméritos está dentro de la más estricta legalidad. Por consiguiente es legal (otra cosa, por la que te inquietas, es que sea moral). Y a ello voy.
3. Creo que cobrar, como yo estoy cobrando 236 euros mensuales por impartir docencia en dos master, dirigir tesis , formar parte de tribunales, asistir a reuniones, atender tutorías…, no es precisamente un robo. No es algo inmoral.
4. Creo que lo que no es moral en una sociedad es desperdiciar la experiencia adquirida, dilapìdarla, no darle valor. Sería más justo, creo yo, aprovechar todo el esfuerzo, toda la experiencia acumulada, toda la obra escrita y destinarla a las nuevas generaciones.
5. No creo que seamos los profesores eméritos quienes causemos desempleo juvenil. Puestos a buscar causas yo encontraría muchas otras más importantes y más discutibles.
No sé si tu comentario está motivado por un especial sentido de la justicia o, quizás, por alguna animadversión cuyo origen no puedo explicar.
Un cordial saludo.
Miguel A. Santos
Querido Miguel Ángel:
Acabo de volver de Montilla de una asamblea que hemos tenido los miembros de Andalucía Laica (agrupación perteneciente a Europa Laica) en la que hemos tratado ese “sueño” tan difícil en nuestro país que es lograr un Estado laico, en el que la separación entre el propio Estado y la Iglesia sea un objetivo a lograr a largo plazo, puesto que a corto el nacionalcatolicismo está en pleno vigor (véase las últimas normativas del señor Wert de que los escolares recen en las escuelas públicas).
Pero de lo que te quería hablar es que, en mi caso, no hay rastro de connotaciones religiosas en la palabra vocación. Bien es cierto, que fue empleada años atrás masivamente para fines de tipo religioso; pero es también sabido que ese es un uso muy restrictivo, por lo que imagino que en una juventud muy secularizada como la actual no asoman esas connotaciones.
Por cierto, ¿le has explicado bien a Carla tus recorridos por el planeta Tierra, incluso llegando a Mozambique? ¿Se hace bien la idea de los miles y miles de kilómetros que has volado de un continente a otro? Seguro de que ella podía escribir un excelente relato de un apasionado profesor que, incluso una vez jubilado y con la cartera a cuestas, saltaba de avión en avión para dejar semillas de su gran experiencia pedagógica en todos aquellos países que visitaba.
Un gran abrazo.
Pingback: El eco de la montaña | El Adarve Desarro...
Hermoso texto para revisar nuestras actitudes ante la práctica profesional.
Anda que no hay diferencia entre unos y otros, con la misma ley y las mismas condiciones.
Mucho depende de la actitud que nosotros tenemos. ¿Por qué no ser inteligentes y disfrutar de la tarea?
A los que no lo son tendríamos que ayudarles los demás. A veces, aunque no la pidan, necesitan ayuda.
Oye, perdona que acceda desde esta entrada , leí la entrada relacionada con tu abuelo y citas a Julia Arranz, maestra nacional. Yo estoy haciendo un trabajo sobre los maestros y maestras depurados en el 36 y encuentro una maestra destinada en un pueblo de Lugo que se llama así. Tienes el segundo apellido de esta mujer.
Un saludo
Querido José María:
Perdona que haya tardado en contestar. Acabo de regresar de un largo viaje a Mozambique.
El maestro asesinado era tío mío, hermano de mi padre. Se llamaba Atenedoro Santos Encinas. Tenía 24 años cuando fue fusilado. Esa noche se casó en la cárcel con su novia, también maestra de Institución Libre de Enseñanza en la República. Se llamaba Julia Arranz Arranz. Nació el 10 de noviembre de 1912 en Aldeyuso (Valladolid). Falleció en Camponaraya (León) el 10 de octubre de 1957. No sé si se trata de la misma persona de la que me hablas.
Un cordial saludo.
MAS
Hola!Apreciado Miguel Angel me encanta leer todo lo que usted escribe un saludo especial desde Loreto Departamento Concepción Paraguay; muy de acuerdo contigo,como una docente con mente negativa,
amargada va inculcar en sus alumnos alegrías y ganas de aprender.Como lo señala nuestro Pontífice Bergoglio que una sociedad a la que le cuesta encontrar referentes, es necesario que los jóvenes hallen en la escuela un ejemplo positivo. Por eso pienso que enseñar es una gran responsabilidad, un compromiso serio que solo con personalidad madura y equilibrada puede asumir este rol tan importante y esencial que es la escuela.
Me encuentro leyendo un extenso comentario de un libro recientemente publicado en nuestro país titulado “Ética sin ontología” del estadounidense Hilary Putman, uno de los mayores filósofos vivos.
Pues bien, Putman que nació en 1926 -por lo que en la actualidad cuenta con 88 años- es profesor emérito de la Universidad de Harvard, que tiene el honor y el privilegio de contar con él.
Por si alguien que firma con seudónimo no lo sabe, la Universidad de Harvard es una de las mejores del mundo y tiene en su nómina a grandes investigadores que han rebasado con mucho la edad de 70 años.
Pasamos a la Universidad de Málaga y comprobamos que doña Adelaida de la Calle, a la sazón rectora de esta Universidad, tiene la genial idea de pagar ¡236 euros! a uno de los mejores pedagogos que ha conocido este país… y para colmo alguien que escribe con seudónimo le lanza la doble pregunta en El Adarve de si “¿Es lícito o no que el profesorado universitario, una vez jubilado, siga manteniendo un sueldo de la Universidad, en calidad de profesor emérito? y ¿No hay algo de inmoral en ello?”.
Y yo, a la vez, le envío otra al desconocido firmante: ¿No es acaso una enorme cobardía y una falta de ética esconderse en un seudónimo para lanzar tan viles preguntas al titular del blog?
Espero su respuesta con nombres y apellidos.
Aureliano Sáinz Martín
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
No creo que merezca la pena insistir en la insidia del señor Joe. Creo que será mejor centrarse en el artículo y comentar las reflexiones y sentimientos que nos ha provocado.
A mi me parece un magnífico artículo Que nos hace una interpelación soibre nuestras actitudes.
No creo que sea el señor Wert quien vaya a traer la felicidad a las escuelas. Creo que la felicidad está en nuestro corazones.
Las autoridades lo pueden hacer más fácil o más difícil. Pero nosotros ponemos o quitamos lo esencial.
Magnífico artículo. Comparto totalmente tu reflexión. En mi blog tengo un rincón al que llamo “Piruletas de Pedagoxía”. En él atesoro todo aquello que creo que merece la pena paladear , leer con gusto, disfrutar a sorbitos….Para reflexionar sobre nuestra práctica educativa y no olvidar qué afortunados somos. Con tu permiso, lo añadiré como una nueva “piruleta”. Un cordial saludo y gracias por compartir tus acertadas reflexiones!
Interesante artículo que nos invita al optimismo. Todo está en nuestras manos y, por muchas adversidades que haya, nosotros podemos enfocar la actitud hacia lo positivo.
Además, quien tiene esa actitud ayuda a los demás a que también la tyenga. El eco de las palabras hermosas lo oye no solo quien las pronunció sino toga la gente que está en el lugar.
De la felicidad de los docentes va a depender en buena medida el éxito del sistema educativo. Una legión de profesionales amargados nos llevará al desastre.
Pero esa felicidad será también un gran capital para los propios docentes.
Todos deberíamos trabajar para tener y para ser unos docentes optimistas, comprometidos, felices y competentes.
Apreciado profesor, Miguel Santos Guerra mis cordiales saludos desde la hermosa ciudad de Loreto,departamento de Concepción.Muy contenta estoy por encontrar personas como usted que se preocupa y se ocupa de mejorar la educación,así como dice Nelson Mándela “La educación es el arma mas poderosa que se debe usar para cambiar el mundo”.Estoy muy de acuerdo porque de lo contrario seria como el eco de la montana retumbando solo en el desierto.
Vale: Gracias por la información. De tu tío tenía referencias, así rastreando en la red di con tu blog –por cierto felicidades por el mismo–.
La novia no coincide. Tenía mis dudas –de ahí la consulta– porque la Julia Arranz de la que busco información había nacido en 1897 y me parecía difícil la relación –por supusto no imposible. De todas formas, repito, gracias.
Un saludo
Me gusta el texto porque es una invitación al optimismo y al compromiso por la educación.
Lo que se dice en el årtículo beneficia a los profesionales y beneficia al sistema educativo.
Hay que trabajar con entusiasmo por la educación cada día en las aulas. Y de esa manera se podrá vivir felizmente en la educación.
Hermosa esta historia que me ha recordado otro artículo del autor que se titulaba La casa de los mil espejos.
Está carga de sentido y significado. Alghunas veces se buscan las soluciones donde no están.
La felicidad en la tarea no la va a traer el MInistro Wert a cada profesional que está en las aulas.
Muy interesante.
Ojalá fuese el artículo un elemento de reflexión y de acción. Es decir que no solo nos ayudase a pensar sino a vivir la profesión de una manera más intensa, más optimista.
La montaña es igual para los dos niños, pero la montaña devuelve a cada multiplicada la palabra que han pronunciado.
No hay asunto más importante en la vida que la felicidad.
Por eso me parece importante este artíciulo que nos pone en el camino de conseguirla.
La felicidad no depende tanto de lo que encontremos fuera sino de lo que tengamos dentro.
Muy interesante reflexión Prof.Miguel Ángel mis Saludos desde Loreto-Paraguay.La vida profesional tiene sus contratiempos pero con actitud positiva, accionar con alegría y optimismo son fundamentales hacia un maestro con Júbilo exitoso.Gracias.
No es igual terminar como la profesora cántabra que citas que como algunos que están deseando que llegue la hora d ela jubilación para largarse con viento fresco.
Yo compadezco a los que se van maldiciendo lo que han hecho y alegrándose porque ya no tienen que seguir haciéndolo.
Hay una diferencia sustancial, a mi juicio, entre aprovechar la vida y desperdiciarla.
La mejor forma de aprovecharla es ser feliz haciendo lo que se hace.
Uunque un poco tarde a la aparición del artículo quiero decir algo: me parecen magnificas las reflexiones que se hacen en el mismo y, respecto a algunas opiniones, la mía personal es que me parece magnifico que la gente de gran valía y experiencia en cualquier aspecto de la vida pueda seguir aportando su caudal de conocimientos tengan los años que tengan. Hay cosas que no sé hasta qué punto se pueden valorar con dinero. Si a los eméritos de la categoría de Miguel Ángel les pagan lo que el manifiesta, eso no es un sueldo, mas bien es una burla. Seguro que Miguel Ángel no lo hace por dinero, sino por lo que dice en su artículo.
M. Ángel te deseo que sigas, por el bien de muchos, sembrando la buena semilla por todos los continentes y los sábados para gozo y provecho de otros muchos. Gracias y saludos
Francamente interesante.
Un artículo para la vida, no solo para la cabeza, como suele suceder en este blog.
Gracias por el impulso que supone para el profesorado reflexionar sobre la importancia de un buen desarrollo profesional.
Todos deberíamos ver cómo nos apropiamos de estas reflexiones y las aplicamos a nuestra práctica.
Este es un artículo que me recuerda otro del autor que se titulaba “La casa de los mil espejos”. Los dos me parecen magníficos para explicar lo que se pretende explicar: que la actitud de cada uno esencial, que la institución hace con las palabras lo mismo que la montaña y lo que hacen los espejos con la imagen… Lo importante, pues, son nuestras actitude ante nosotros mismos, ante la tarea, ante llos alumnos, ante la institución y ante la vida.
Saludos a todos los lectores.
Interesante la reflexion y aun mas para llevarlo a la practica,aprender de la misma porq muchas veces y sin pensarlo marcamos la vida de nuestros niños y jovenes con nuestras actitudes ya sea de manera positiva o negativa. En unas de las frases de Don Bosco se puede destacar lo sgte. “para ejercer una influencia benefica entre los niños es indispensable participar de sus alegrias y no basta amarlos sino q se den cuenta q son amados, tratarlos con amabilidad,estimarlos” todas estas actitudes volveran a nosotros y haran q nuestra tarea productiva. Exitos y bendiciones por siempre profesor y q siempre nos enseñes a mejorar e innovar en nuestra tarea docente una profesion tan noble en la cultivamos.enriquecemos y moldeamos mentes humanas. Infinitas gracias.
Que tal señor Miguel,me encanta tu obra El eco de la montaña
Quienes siembran en tierras fertiles,Buenos frutos obtienen.
Quienes siembran en tierras ácidas,rocosas no obtendran frutos nada recibe de lo positivo.
Los docentes por vocación trabajan con vocación y disfrutan del fruto en el mañana
La forma en que das las recibes.
Muy herm0s0 artículo totalmente de acuerdo con usted señor
Miguel, todo depende de la actitud que ponemos los docentes en cada espacio de aprendizaje que propiciam0s a diario.
Totalmente de acuerdo con la comparación de la montaña con la escuela.
La misión del docente o educador es compleja, abstracta, a veces, ya que trabajamos con seres humanos en un ambiente también complejo por la diversidad de personas con quienes lidiar, ya sea; el mismo alumno, padres de familia, colegas docentes, directivos, entre otros.
A pesar del deseo de hacer bien el trabajo en varias ocasiones cometemos errores irreparables por falta de preparación espiritual, humana o profesional.
“yo por ustedes trabajo, por ustedes estudio, por ustedes estaría dispuesto a dar la vida”. Decía un gran Maestro San Juan Bosco.
Cuesta ser maestro/a, depende de la actitud con que encaramos este compromiso social y cultural tan grande al que nos comprometemos todos/as los/as educadores, formadores de toda una sociedad. El eco de una escuela se siente en la comunidad cuando sus ex alumnos son profesionales y pueda retribuir positivamente la formación que recibió de sus profesores.
Feliz se sentirá aquel, aquella colega que puso mucho amor y sabiduría a su trabajo, gratificante será su jubilación, ya que “Sin amor, es inútil cualquier sacrificio del educador”.
Miguel Ángel.
Coincidio completamente contigo en “Creo que lo que no es moral en una sociedad es desperdiciar la experiencia adquirida, dilapìdarla, no darle valor….”
Vivimos en una sociedad que rinde culto a la juventud y que olvida io relega la madurez. Pero juventud no tiene por qué estar relacionado directamente con sabiduría, razonamiento o eficacia.
USTED profesor emérito demuestra en este medio, semana tras semana, de diponer de una amplia cultura, de una gran capacidad de análisis de la realidad, de una gran humanidad, de grandes dotes de razonamiento, de exquisita sensibilidad, y… sobre todo, de gran tolerancia,…
De ahí que a USTED se le socilite a mil y un ámbito para que diserte sobre cualquier temática. Otros, utilizan apodos para llamar la atención de forma parasitaria.
Me siento muy afortunado de recibir una formación continua semanal de tal magitud y de forma gratuita…
Un abrazo.
P.D. Espero respuesta de mi último correo.
Muy de acuerdo con usted profesor, pues son ciertas las palabras que calan hondo en los docentes que todos los días acudimos a la escuela con ganas de dar todo de nuestro amor y conocimiento a esos seres que nos son encomendados y muchas veces encontramos caras largas de otros colegas que no hacen más que buscar destruir esos deseos con malos tratos, gritos, quejas, que nada les gusta y no ven la hora de salir del sistema educativo;sin embargo tengo esperanza que en algún momento reflexionaran sobre su práctica y se darán cuenta que removiendo con amor, tolerancia, respeto ,optimismo y sobre todo trabajando la aptitud de cada uno lograremos salir adelante y mejorar la educación. Saludos desde Concepción Paraguay
Totalmente de acuerdo con la comparación de la montaña con la escuela.
La misión del docente o educador es compleja y abstracta, a veces; ya que trabajamos con seres humanos, en un ambiente también complejo por la diversidad de factores que influyen en el relacionamiento, ya sea, con el mismo alumno, con los colegas, padres de familia, entre otros.
A pesar del deseo de cumplir cabalmente con el trabajo, en varias ocasiones cometemos errores irreparables por falta de preparación espiritual, humana o profesional – “Yo por ustedes trabajo, por ustedes estudio, por ustedes estaría dispuesto a dar la vida”, decía un gran Maestro “San Juan Bosco”
La labor del maestro depende de la actitud con que encaremos este compromiso social y cultural, considerando que somos formadores de toda una sociedad. El eco de una escuela se siente en una determinada comunidad cuando el producto de la misma retribuye positivamente al entorno todo el aprendizaje adquirido en el proceso educativo.
Muy estimulante la lectura.
Hermosa reflexión que noa ayuda a mirar para adentro y analizar nuestras actitudes hacia:
– nosotros mismos
– nuestros alumnos
– nuestros colegas
– nuestras familias
-nuestra tarea
– y la vida en general.
Un abrazo a todos y a todas con el deseo de que nuestro eco llene el valle de emociones felices.
Hola Miguel Angel. Estoy de acuerdo con Aureliano en la recuperación de la palabra “vocación” que en otro tiempo se apropiaron quienes creyeron que la voz interior que mueve a una persona sólo procede de una sóla dirección, más estratosférica y externa que terrestre o interna. Efectivamente, puede llamarse vocación a ese impulso interior, esa motivación que lleva al ser humano hasta ocupaciones donde prima la entrega personal, el esfuerzo, la dedicación, muy por encima del reconocimiento material o social que pueda tener como contrapartida, siendo la satisfacción personal por la altura de metas o el cumplimiento de objetivos la mejor de las recompensas. Y ello atañe a un espectro profesional tan amplio que va hoy en día desde la sanidad hasta muchas ramas de la investigación o la técnica aplicada. Evidentemente, y desde siempre, como un clásico, la Pedagogía y Educación.
No sabía que ya andabas emérito. Espero volver a coincidir contigo. Me hace ilusión encontrarme el Adarve por tierras de Málaga.
Hola, Pulí:
Pues sí, ya estoy en mi tercer año de emérito. Disfrutando de estas últimas y hermosas experiencias docentes. Se aprende mucho siendo profesor. En el fondo es como más se sabe que uno es un eterno aprendiz.
De acuerdo contigo en la semántica de la palabra vocación, alejada de aquella vieja acepción religiosa que a mi me explicaron de niño. Vocación viene de “vocera”=llamar y es Dios quien nos llama para una determinada tarea.
Gracias por leer y por compartir.
Un gran abrazo.
Profesor Miguel Angel:
Es tan cierto que en las instituciones educativas encontramos todo tipo de profesores: motivados, innovadores, pesimistas, amargados. Y pensar que en estas manos está moldear las mentes, la conducta, el carácter de tantos niños y jóvenes.
Ojalá entendieran a tiempo lo importante y esencial de su labor y rectifiquen sus actitudes en pro de una mejor educación. Saludos desde Concepción- Paraguay.
Oportuno comentario sobre la jubilación .Totalmente de acuerdo.Dado el caso de la actitud con que el profesor desarrolla su práctica diaria,llegado el momento,de jubilarse ,algunos lo tomaran con optimismo y otros pesarosos.Saludos
Profesor Miguel Angel:
Cada persona cosecha lo que siembra. Esto es así en todos los campos y más aún en la tarea docente.
Es tan decepcionante ver a colegas frustrados en esta noble profesión , sin perspectiva de cambio de actitud alguna. Sus palabras me hacen reflexionar sobre mi propia práctica y me obligan a replantearme ciertas conductas y actitudes mías.
Espero siga usted posteando estos pensamientos y cavilaciones tan oportunas sobre nuestra tarea.
Un abrazo fraterno desde Concepción- Paraguay.
Es tan cierto que en las instituciones educativas encontramos todo tipo de docentes: innovadores, pesimistas, creativos, amargados. Y pensar que en estas manos está moldear las mentes, el carácter y la conducta de los niños y jóvenes.
Ojalá entendieran a tiempo la importancia de su digna labor y puedan rectificar sus actitudes negativas en pro de una mejor educación.
Saludos desde Concepción- Paraguay.
Encantada con el cuento y la forma como la compara con la escuela y con el dia a dia del docente con sus alumnos. Debemos tratar de ser como esa madre cuyo eco era de amor y a traves de valores como
el respeto ,el amor y la comprension dejar ecos positivos y cargados de esperanza dejando de lado las amarguras.Saludos sr.Miguel desde Concepcion.Paraguay
Exitos y bendiciones
Soy estudiante de la carrera ”Asesoría Pedagógica”. Estoy leyendo tu libro ”La escuela que aprende” 4ta edición.
Me quede fascinada, impresionada al analizar el contenido sobre todo cuando leí los verbos encadenados que debemos considerar los maestros para analizar obstáculos, de esa forma encarar la situación para que se produzca el aprendizaje.
Comparto plenamente contigo que es necesario conocer la cultura de los educandos para partir de los saberes previos y encaminar el aprendizaje.
Un saludo, desde Concepción Py.
Hola Prof. Miguel Ángel. Que acertada reflexión sobre nuestra tarea docente. Comparé con las palabras de JESUCRISTO, “Lo que siembras cosecharás”. Un saludo cordial desde Belén-Concepción-Paraguay.
Hermoso texto, es la realidad actual hay tantos profesionales en la educacion que estamos de todos, buenos y malos pero todo esto depende de la actitud de uno mismo, por mas que asistan a cursos, talleres, etc, si el mismo docente no pone de su parte no habra cambios en el. Si uno hace bien las cosas recibiras buenos frutos, si nuestra actitud es positiva hacia los cambios constantes no tendremos dificultades en incorporar cambios en la practica.ACTITUD.
Qué tema interesante que nos hace reflexionar sobre nuestra tarea de enseñar!!!
Qué tema tan impactante, que como docente nos anima a realizar una autoevaluación de nuestra tarea, cómo lo estamos haciendo, de qué manera llegamos a las instituciones, cuáles son nuestras actitudes ante tantos desafíos que tenemos.
Es tan cierto que en las instituciones educativas encontramos todo tipo de docentes: innovadores, pesimistas, amargados. Y pensar que en estas manos está moldear las mentes, el carácter, la conducta de los niños yjóvenes.
Ojalá entendieran a tiempo la importancia d su digna labor y puedan rectificar sus actitudes negativas en pro de una mejor educación.
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