Mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer. Un año más. Un año menos hasta alcanzar la igualdad. ¿Cuántos más se necesitarán? A este paso, muchos más. Se avanza, pero muy despacio. Mientras se avanza sigue habiendo víctimas. Por eso el ritmo lento resulta desesperante.
Me pregunto cómo es posible que todavía hoy se encuentren abarrotadas de varones las carreras de Ingeniería y de mujeres las de Ciencias Sociales. Todavía vemos más pilotos varones y más azafatas mujeres, más médicos varones y más enfermeras mujeres, más arquitectos varones y más maestras mujeres. No de forma casual las profesiones “masculinizadas” tienen más prestigio, se percibe más dinero por su desempeño y tienen una mayor influencia social. ¿Son menos capaces las mujeres?
Cuando las niñas y los niños se han escolarizado en igualdad de condiciones, en todos los niveles del sistema educativo, las niñas han cobrado ventaja en esfuerzo y resultados. Resulta sorprendente que las profesiones elegidas tengan ese sesgo desfavorable para las mujeres (y, paralelamente, para las profesiones en las que están en mayoría). Hay una falla que se traga a las mujeres al acabar su vida académica. Es la falla del sexismo. Quienes iban mejor en todo el sistema educativo desaparecen después de la vida pública. Cuando se habla de las cuotas se dice que si hay una mujer en el gobierno, por ejemplo, debería estar porque vale y no por ser mujer. Si hablásemos con rigor deberíamos plantearnos la cuestión a la inversa: si hay un hombre en el gobierno, debería estar porque vale y no solo por ser hombre.
El hecho de la elección discriminatoria de carrera se explica, en parte, a mi juicio, por las expectativas que los adultos, padres y educadores, depositan en sus hijos e hijas. Existen las profecías de autocumplimiento, de las que habla Watlawick. La profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía. Sucede en la evolución de las personas, sucede con el devenir de las sociedades. Si anuncio a bombo y platillo que el próximo lunes habrá escasez de gasolina en las estaciones de servicio (profecía), los conductores se abalanzarán hacia ellas para tener provisiones suficientes y el lunes no habrá gasolina (cumplimiento).
Las mismas mujeres acaban por autoexcluirse. Ellas hacen suyos los esquemas de quienes pretenden oprimirlas. Y no aspiran a más. No porque valgan menos, sino porque han sido persuadidas por quienes gobiernan las sociedades de que no son tan capaces.
Hace ya algunos años (exactamente veintiuno) Dale Spencer y Elisabeth Sarah escribieron un hermoso libro cuyo título está cargado de significado: “Aprender a perder”. Años después, mi querida amiga Gloria Arenas, que se fue de forma tan triste con la mayoría, como se dice en algún lugar para referirse a la muerte, publicó “Triunfantes perdedoras”, fruto de una investigación sobre el aprendizaje del género en una escuela infantil. Ambos títulos plantean interesantes reflexiones sobre la actitud de los educadores y educadoras que preparan a sus alumnas para perder en la vida. Las felicitan por ceder. Como consecuencia de estas perversas dinámicas, las niñas aprenden a renunciar y, en definitiva, a conformarse con lo peor.
En el libro citado, Dale Spencer escribió un texto titulado “Sexo y destrezas vendibles”, que hoy quiero glosar en estas líneas con el fin de subrayar la tesis que estoy planteando. En dicho texto se ve claramente cómo se generan las expectativas en función del sexo de las personas. Estas son sus palabras:
“Me dice la historia/ Que no hace tanto tiempo que los idiomas/ Se consideraban muy importantes. / Todo el que quería triunfar en el mundo/ Necesitaba los idiomas como requisito de acceso/ Pues así era como se decidía quiénes eran aptos/ Y quiénes no/.
Las niñas, parece ser,/ No lo eran. / Por naturaleza / No se les daban muy bien los idiomas./ Cuando los idiomas eran un requisito/ Para ser líder./
Hoy son las matemáticas y las ciencias/ Las que se consideran muy importantes/ Para quien quiere triunfar en un mundo tecnológico/. Las matemáticas y las ciencias son los requisitos de acceso/ Que deciden quienes son aptos/ Y quiénes no./
Las niñas, parece ser/ No lo son./ No son “por naturaleza”/ Demasiado buenas en matemáticas y ciencias/ Y son estas las que se piden/ A los líderes”./
La autora viene a decir que hoy, cuando los idiomas no son tan importantes como las matemáticas y las ciencias, ya se considera que las niñas son buenas por naturaleza en idiomas. Y, con ironía continúa diciendo que si fuese a la costura y a la repostería a lo que se da mucha importancia las niñas no serían buenas por naturaleza en esas habilidades.
La conclusión a la que llaga es la siguiente: “Aunque podamos andar persiguiendo nuestra propia cola/ Y pasar años/ Buscando las deficiencias de las niñas,/ No las encontraremos,/ Pues buscamos donde no hay./ El fracaso no está en las niñas/ Sino en aquellos que no quieren aceptarlas/ Como iguales”.
El primer problema son las expectativas y el segundo (y más importante) es el hecho de que las mujeres hagan suyas las concepciones de quienes las discriminan. Hay poco que hacer si las mujeres se apropian de las visiones, las expectativas y los juicios de los opresores. En efecto, no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido (la oprimida, en este caso) mete en su cabeza los esquemas del opresor.
Claro que existen diferencias. Afortunadamente para todos y para todas, hemos de añadir. Pero no debería concluirse que afortunadamente para una parte, es decir para los varones. Pero no debe haberlas en cuanto a la igualdad de derechos y a la igualdad de oportunidades.
Deben modificarse, a mi entender, las concepciones, los comportamientos y las actitudes en las familias, en las escuelas y en sociedad con el fin de conseguir que las expectativas no dependan tanto del sexo de las personas cuanto de sus capacidades y de su esfuerzo.
Deben promoverse políticas de redistribución y de reconocimiento como sostiene Nancy Fraser. Esta intelectual feminista estadounidense dice que hay varios tipos de grupos. Por ejemplo, hay pobres y ricos. Respecto a esos grupos habrá que impulsar políticas de redistribución. Hay un segundo tipo de grupos, por ejemplo, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales. Con ellos habrá que promover políticas de reconocimiento. Algunas veces habrá que combinarlas, como en el caso de las mujeres que, por el hecho de serlo, cobran un salario inferior por realizar el mismo trabajo que los hombres.
Es otra trampa lo que se llama “el mito de la excepción”. Se utiliza para afirmar que si una mujer ha podido llegar, todas pueden llegar. No es cierto. Algunos dicen que el éxito de una mujer, demuestra que todas las mujeres pueden llegar a tener un éxito similar. Pero no es cierto. Las mujeres tienen más dificultades, menos posibilidades de alcanzar un puesto de relevancia económica, política y social. Y eso es muy injusto.
Al igual que con otras fechas marcadas en el calendario oficial, celebramos en los colegios el 8 de marzo, con actividades concretas para la ocasión. De nada servirán, si como dices y comparto, nosotras no nos lo creemos y practicamos con el ejemplo en el día a día, y acabamos, de manera inconsciente, enseñando a ceder, cayendo en la trampa de perpetuar nosotras mismas los esquemas del opresor, centros educativos donde la mayoría del profesorado somos mujeres, y tan mayoría, en mi caso de 42 maestras/os, sólo 3 son hombres.
En otro espacio de la red, he compartido este video titulado: Feliz día, Hombres, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer https://www.youtube.com/watch?v=WmEGCN0nNHc , en el que considero, a lo mejor me equivoco, que se aborda la cuestión de manera original, a la inversa como planteas. Curiosamente nadie ha manifestado que le haya gustado, ninguna amiga tampoco. También aquí estoy de acuerdo contigo, el ritmo lamentablemente es lento.
Un abrazo.
QUERIDA MJA:
Pues a mi me ha gustado.
Creo que efectivamente aborda el tema desde un punto de vista original,
Es necesaria una nueva masculinidad, Y la lucha de ka mujer por su liberación nos está haciendo mejores a todos.
Gracias, MJA:
Me temo, Miguel Ángel, que la institucionalización del 8 de marzo como Día de la Mujer ha dado lugar a que pierda fuerza la lucha por la igualdad entre las mujeres y los hombres.
Posiblemente haya gente que piense que ya se han alcanzado grandes logros y que ahora son temas más secundarios los que existen o que son cuestiones de índole personal lo que hay que resolver.
Como la igualdad entre los géneros es un horizonte muy largo, con muchos campos de batalla en los que luchar, yo quisiera en este pequeño comentario referirme a un ámbito concreto: la familia.
Aquí creo que se ha avanzado muy poco, que se mantienen los roles separados y que, además, se transmiten a los hijos e hijas con una gran intensidad, pues se asumen casi como si fuera un orden natural que hay que respetar y repetir.
Esto lo digo porque recientemente abordamos en la clase el dibujo de la familia en el seno de la casa y, a diferencia de otras ocasiones, las alumnas estuvieron muy calladas, sin manifestar sus opiniones. Lo hacía a partir de los trabajos de investigación que he llevado a cabo en los que se comprueba cómo el paso del tiempo no afecta sustancialmente al dominio masculino en el ámbito doméstico.
Y me he referido a las alumnas porque son más proclives a abordar el tema de la igualdad o la discriminación a partir del lenguaje hablado o escrito, pero les resulta más difícil pasar a temas que se aproximen a vivencias más cercanas. Así, entendí que les costaba entrar en el debate porque podían aludir a las vivencias en las propias familias y eso era como entrar en un “terreno prohibido”.
Por si algún lector o lectora estuviera interesado, proyecté en el aula el artículo “Tú a la oficina y yo a fregar” del que adjunto el enlace en el que aparecen dibujos de chicos y de chicas de Primaria, en los que, a través de un lenguaje privilegiado como son los dibujos libres, nos cuentan cómo se desarrollaban los roles en sus familias.
http://www.montilladigital.com/2012/03/tu-la-oficina-y-yo-fregar.html
Un afectuoso saludo.
Querido Aureliano:
Gracias por tu interesante comentario.
He leído (y visto) el artículo Tú a la oficina y yo a fregar.
En efecto, se ha avanzado poco. En 1984 publiqué “Coeducar en la escuela. Por una educación no sexista y liberadora”.- Se incluía en el libro una exploración de varios tipos:
a. Dibuja a los miembros de tu familia haciendo algo.
b. A quién regalarías estos objetos (niño-niña)
c. ¿De quién son propias estas tareas? (niño-niña)
Y veo que lo que tú cuentas no se diferencia mucho de lo que nosotros vimos en aquella pequeña investigción.
El problema más importante es que mientras se resuelve, siguen sufriendo las víctimas.
Un cordial saludo.
MAS
artigo interessante.
Interessante artigo sobre um tema que devia ser discutido sempre e não só neste data. Nós mulheres, no dia -a dia, no nosso local de trabalho(no meu caso na escola!), somos confrontadas muitas vezes com atitudes tomadas pelos nossos colegas e chefes (homens e mulheres), que no momento não entendemos mas… se pensarmos um pouco obtemos facilmente a resposta. Quando os nossos superiores hierárquicos são homens e se nós tivermos capacidade de ocuparmos um posto de chefia, sentem-se imediatamente ameaçados e humilham, menosprezam o nosso trabalho. Por outro lado as mulheres, quando são directoras ou ocupam cargos intermédios, geralmente assumem rapidamente os esquemas mentais do regime machista autoritário, quando se esperaria uma direção mais sensível, inteligente e honesta. Finalmente penso que ambos os sexos deveriam repensar as suas atitudes e assim contribuírem para uma igualdades para todos!!
Alexandra
Interessante artigo sobre um tema que devia ser discutido sempre e não só neste data. Nós mulheres, no dia -a dia, no nosso local de trabalho(no meu caso na escola!), somos confrontadas muitas vezes com atitudes tomadas pelos nossos colegas e chefes (homens e mulheres), que no momento não entendemos mas… se pensarmos um pouco obtemos facilmente a resposta. Quando os nossos superiores hierárquicos são homens e se nós tivermos capacidade de ocuparmos um posto de chefia, sentem-se imediatamente ameaçados e humilham, menosprezam o nosso trabalho. Por outro lado as mulheres, quando são directoras ou ocupam cargos intermédios, geralmente assumem rapidamente os esquemas mentais do regime machista autoritário, quando se esperaria um tipo de direcção mais sensível, inteligente e honesto.
Finalmente penso que ambos os sexos deveriam repensar as suas atitudes e assim contribuiriam para uma igualdade de oportunidades para todos!!
Querida Alexandra:
EHe abordado el tema del poder en mi libro “El harén pedagçgico. Perspectiva de género en la organización escolar”. Es cierto. Hay mujeres que, cuando acceden al ppoder, tratan de imitan el estilo masculino de acción y de gobierno.
Deberían tener más poder las mujeres y ejercerlo desde su peculir idiosincrasia. Todos saldríamos ganando.
Tu libro está viajando.
Bsos y gracias por leer y comentar.
MAS
Grandísimo artículo. Estaba esperando a leerlo. En mi mente espero para este día tan significativo para la mujer y el feminismo algunas palabras tan elocuentes como las que he leído y como a las que nos tiene acostumbrada.
Creo que las niñas y los niños si se escolarizan en igualdad de condiciones (aunque no sucede lo mismo en otros países) pero creo que se parte de esa igualdad como base sin cuestionarnos nada. La sociedad es sutil y, al mismo tiempo, claramente patriarcal, y las criaturas no son ajenas antes de entrar a la escuela y menos dentro de ella. De una manera u otra se sigue perpetuando estereotipos que no benefician a nadie, y menos a las niñas.
Para romper con ello hay que ofrecer modelos. Modelos femeninos de éxito. Y como afirmas líneas arriba, ir rompiendo “la profecía de autocumplimiento”.
En mi clase, 5º de EP. hemos trabajado la temática hablado e informándonos de mujeres científicas que ni por asomo aparecen en los libros de textos. Y resulta triste que este poder femenino esté invisibilizado. Como siempre, la educación es la clave del cambio.
Nuevamente, gracias por compartir estas palabras que tanta falta hacen hoy.
Un abrazo, Ana.
Querida Ana:
Gracias por tu hermoso comentario.
Si hubiese muchas maestras como tú, las cosas serían diferentes. No olvidemos que las madres y las maestras tienen una parte importante de la educación en sus manos.
Lo cual quiere decir (si seguimos sumidos en este androcentrismo tan gtremendo) que hay muchas mujeres que lo practican. Y se sabe que no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido (la oprimida en este caso) mete en su cabeza los esquemas del opresor.
Besos y gracias.
MAS
Estupendo y necesario articulo. Hay tantos estereotipos que es dificil romperlos.
Para hacerlo primero hay quepensar, hay que criticar. Y lugo hay que desmontarlos.
Por lo que se ve no es nada facil.
Las mujeres tenemos que espabilar.
Ya esta bien de discriminacion.
No se como es posible aguantar tanto.
Hay que ir a las fuentes y secarlas. Porque si sigue manando el sexismo lo anegara todo.
Pues es vercdad. Si eres mujer tienes menos posibilidades de alcanar el exito. O, mejor dicho, tienes muchas mas dificultades. En todos los aspectos.
Las expectativas que se generan sobre ti.
Las ayudas que recibes.
Los reconocimeintos de lo que haces bien,
La exigencia sobre lo que haces.
El no disculpar los fallos.
El atribuir los fallos a tu condicion de mujer.
No se puede tolerar la discriminacion,
Querida Clara:
Comparto contigo el análisis y las conclusiones.
Las mujeres tenéis que demostrar más veces y más intensamente vuestra valía.
El peso del sexismo es todavía muy grande.
Aunque muchas mujeres han muerto para luchar contra ese peso y han tratado de quitárselo de encima, siguen existiendo muchas opresión (una de tipo burdo y otras más sutiles) contra la que debemos luchar hombres y mujeres.
La bandera de la liberación, eso sí, tienen que enarbolarla las mujeres.
Saludos. y gracias por leer y por escribir,
MAS
Muchas veces me pregunto por el papel de los hombres en esta causa.
Creo que tenemos dos cosas que hacer:
– Repasar nuestras actitudes y nuestras pr’acticas sexistas en las que muchas veces no pensamos.
– Colaborar en la lucha contra la discriminacion de la mujer,
Y, como muestra el video que aporta MJA, todos y todas saldremos ganando.
La discriminacion de la mujer afecta a media humanidad. No se como podemos seguier tan tranquilos sabierndo que cada dia hay victimas inocentes.
No se si no nos damos cuenta o si no nos importa mucho lo que pasa.
En cualquier caso es necesario decir: BASTA YA.
El texto que se reproduce es magnifico.Gracias por compartirlo. Ya tiene un tiempo, pero sigue teniendo vigencia,
Avanzamos muy lentamente.
Ya se que hemos avanzado, pero falta mucho.
Ma parece una cuestion de gran importancia para la escuela, para la familia y para la sociedad.
No podemos olvidar que afecta a la mitad de la humanidad, mas o menos.
La reflexion que se nos plantea es verdaderamente determinante para la vida de las mujeres. No debemos aceptar por mas tiempo que por el hecho de ser mujer, una persona esta discriminada.
Eso lo sentimos muy dentro quienes somos padres de hijas.
Hay que insister mas. No hace falta que llegue este dia para plantearlo. El hecho de que hay un dia especial puede hacernos creer que los demas dias no son igualmente importante.
Esta bien que lo haya, a mi juicio, porque es un modo de recordarlo que no nos puede dejar inddiferentes.
Articulo necesario. El Dia de la Mujer y todos los dias.
No se puedeaceptar que por el hecho de haber nacido mujer se tenga una vida mas dificil.AS veces, hasta se puede perder.
Nadie puede quedar indiferente ante este problema. Ni hombres ni mujeres.
El texto que se reproduce no puede ser mas ilustrativo. E#l manejo de las etiquetas sociales no es inocente. Esta presidido por estereotipos y prejuicios que pwerjudican a las mujeres.
Parece mentira que habiendo tantas masdres y tantas maestras no sea mas eficaz la lucha contra el sexismo en la educacion.
Solo se puede mirar para lo quje se ha avanzado con la intencion de seguir, no para descansar.
Lo he visto en mi misma familia. Sobre mi hermano habia unas expectativas muy superiores a las mias, que no se basaban en nada mas que en su condicion de varon.
Yo lo veia normal, pero me di cuenta hace tiempo de esa injusticia y me rebele contra ella.
Afortundamente me sacudi la discriminacion. Pero muchas mujeres no lo ahcen, porque no se dan cuenta o porque no quieren o no pueden. Una pena. Pwero, sobre todo, una in justicia.