Violencia sutil contra la infancia (I)

26 Jul

El problema de la violencia en el mundo es cada día más inquietante. “Nuestras formas culturales han venido a convertirse en una cultura de la agresión”, dice Mitscherlich. La cita tiene casi medio siglo, pero no hemos mejorado sensiblemente. Es más, han aparecido nuevos campos de violencia a través de las herramienta digitales, como es el caso del bullying duro, del bullying blando y del ciberbulling.

No basta con amar a los hijos, hay que amarlos bien. Hay padres y madres que llegan a rodear a sus hijos e hijas de una amor tan envolvente, tan opresivo que les impide crecer.

Me pregunto una y otra vez por las causas de este mal que nos hace duros, crueles, casi obstinados en el ejercicio de la violencia. Me duele pensar que nuestros niños y niñas, traídos al mundo sin consulta, son luego maltratados de manera persistente.

Las formas de violencia ya no son catalogables. El progreso se ha convertido, a veces, en un modo de multiplicarlas, camuflarlas y hacerlas más sutiles. Recuerdo aquel ingenioso poema en el que se cuenta que unos simios contemplan desde las copas de unos árboles los comportamientos crueles de los humanos y comentan entre sí el desdoro que supondría para su especie el hecho de que aquellos seres bípedos, fueran descendientes de su árbol genealógico.

El placer es inventivo. También el placer de la tortura. Por eso me refiero a la crueldad como ese suplemento de agresión que afina la pulsión destructiva. Parece claro que ha aumentado el “cuantum” del sufrimiento de las personas a manos de otras personas. Y el “modus” que supone la diversificación, la sofisticación y la profundización de las formas de agresión. El niño y la niña no son precisamente los menos agredidos, a pesar de que en las Declaraciones de Derechos, los discursos políticos, las homilías eclesiásticas, los libros de pedagogía y las manifestaciones familiares, sean los mejor tratados.

No voy a tratar en este texto (y en los sucesivos) de las formas brutales de violencia contra los niños y las niñas. Son de sobra conocidas y repugnantes a la vez que frecuentemente toleradas: la mortalidad infantil, las vejaciones, la pedofilia, la prostitución, los secuestros, el hambre, la explotación, el trabajo infantil, el tráfico de órganos, los niños que combaten, la mendicidad infantil, la tortura física, la privación de derechos… Voy a centrarme en formas de violencia que frecuentemente no son tan claramente detectables y que incluso, a veces, son deseadas por sus víctimas. Hay que luchar para hacer desaparecer las primeras y hay que tratar de descubrir las otras para defender a los niños y a las niñas del sufrimiento que producen. Estas son algunas de las muchas formas de violencia contra los niños y las niñas en la familia.

– La utilización del bien del hijo/a como recurso opresor

El bien del hijo/a ha dado lugar a los mayores atropellos, a una violencia que ha permitido a los adultos cometer las agresiones psicológicas más detestables. Pienso en la postura de esta madre china que convierte a sus hijas en víctimas de la tortura psicológica de que sean las primeras en sus clases y en sus actividades. O son primeras o son fracasadas. Lo cuenta en el libro “Battle Hymn of the Tiger Mother” (Chua, 2011), todavía no traducido al castellano. Para mí esa madre es una torturadora.

“Existe un riesgo de que el poder de los padres sea represivo”, dice Snyders en su libro “No es fácil amar a los hijos”. El título del libro de Snyders no puede ser más significativo: El amor está lleno de trampas. Y esas trampas muchas veces son dañinas para quienes no tienen otro camino que la obediencia.

– La imposición de una jerarquía protegida por el afecto

Existe el riesgo de que el niño o la niña vivan la jerarquía familiar como indiscutible porque se sitúa en la esfera del afecto. Pero el amor, como decía, está lleno de falacias.

“El niño se habitúa a rendir tributo a una autoridad que no tiene que justificarse La sobreprotección que impide el dar razones; así se empezó cuando era bebé. Y es fuerte la tentación de continuar sobre el mismo camino”, dice Snyders.

Es más fácil rebelarse contra la tiranía que se impone por la fuerza que contra el afecto que establece lazos difícilmente detectables.

– La sobreprotección que impide el crecimiento del niño y la niña

No basta con amar a los hijos, hay que amarlos bien. Hay padres y madres que llegan a rodear a sus hijos e hijas de una amor tan envolvente, tan opresivo que les impide crecer. La sobreprotección ahogará su autonomía personal, su capacidad de decisión, su independencia. No es que los hijos necesiten “ese” amor de los padres que los aplasta, son los padres quienes necesitan compulsivamente amar “así” a los hijos. A veces, para ocultar la carencia de amor verdadero.

Afirma Holderlin que los padres forman a sus hijos como los océanos forman a los continentes: retirándose. Lo que dice el hijo a los padres es lo siguiente: “Ayúdame a hacerlo solo”. Es decir, ayúdame a ser yo mismo, ayúdame a crecer.

– Los hijos como campo de batalla de los padres

Es violencia convertir a los hijos e hijas en la palestra en la que los padres dirimen sus disputas. El hijo es convertido en un arma arrojadiza con la que se agreden los cónyuges. Y, tirando de él por una y otra aparte, acaban por descoyuntarlo psicológicamente.

Hijos e hijas que se engendran sin amor, solo para garantizar la estabilidad de la pareja, prácticas obsesivas de educación opresora, exhibición del hijo como trofeo, mimos que pretenden ganar tramposamente la partida frente al otro…

– Las trampas psicológicas

Existen formas de violencia difícilmente desenmascarables: chantajes afectivos, proyección en los niños y niñas de las propias tensiones y frustraciones, imposición sutil o descarada de criterios para la elección de carrera, concepción dinástica de los valores, régimen arbitrario de premios y castigos, aceptación indiscriminada de tópicos, prácticas y mitos sociales encarnados en la institución familiar…

Todo ello puede ponerse en práctica de forma inconsciente y recibirse como si se tratase de unos comportamientos “naturales”. Lo cual no hace más que agravar los riesgos. Es más fácil rebelarse contra una bofetada que contra una caricia insidiosa.

“La mayoría de nosotros hace todo lo que puede; muchas veces, por desgracia, eso no significa otra cosa que dar vueltas y vueltas sobre las mismas equivocaciones”, dice Corkille Biggs,

Poner en tela de juicio las prácticas educativas es muy saludable. Dudar. Ya sé que la duda es un estado incómodo, pero la certeza es un estado intelectual ridículo y peligroso.

– La imposición del egoísmo colectivo familiar

La familia actúa como una cadena de transmisión no solo de bienes económicos sino de valores culturales. Mediante ella las estructuras sociales y culturales tienden a perpetuarse.

La familia se articula sobre la propiedad privada no solo de los bienes. También de las personas. Estos son “mis” hijos”, decimos. Los demás niños no son “míos”. El planteamiento favorece un “egoísmo colectivo”, que produce violencia. Una violencia sutil. Por consiguiente, más peligrosa.

30 respuestas a «Violencia sutil contra la infancia (I)»

  1. Querido Maestro!
    Como siempre mis comentarios son frutos de mi dura experiencia de vida y hablo mas desde el corazón que desde el razonamiento lógico.
    Habla de la educación de los hijos,la obra más difícil, porque nadie nace preparado para este menester, ni hay libros con métodos didácticos,y de eso usted sabe mucho, que nos enseñe a seguir el mejor camino.Sólo decirle que siempre he querido lo mejor para mis hijos,que me he sentido sola y que he luchado con uñas y dientes,con sangre, sudor y muchas lágrimas para ofrecerles lo poco que se con amor y respeto hacia todo lo demás.Al final no se si he ganado la batalla,si todo han sido aciertos o errores.Lo cierto es que
    mi vida ha sido poco afortunada,he tenido muchas piedras en el camino,que las he afrontado con la buena fe que me caracteriza y no se si a estas alturas recibiré alguna sensación que se aproxime a el agradecimiento por tantos años de espera.
    Me gusta que nos de pautas a seguir para intentar resolver cuestiones importantes como estas.
    Sin más me despido con el fervor que siento al leerle, porque sus palabras las siento como caídas del cielo,con un cordial saludo.

    • Muchas gracias, Loly por tus hermosas palabras.
      Seguiremos reflexionado juntos para buscar una educación asentada en el respeto a la dignidad de los niños y d elas niñas.
      Besos.
      MAS

  2. Querido Miguel Ángel:
    Inicias un tema de gran relevancia que merece la pena ser debatido.
    Como dentro de un momento salgo para Madrid, me he permitido poner un par de enlaces para complementar todo lo que vas a ir exponiendo, y de este modo, los lectores y lectoras de tu blog pueden conocer el dibujo como un gran instrumento de investigación en el campo no solo de las conductas, sino también de las emociones y sentimientos.
    Un abrazo.
    Aureliano

    http://www.montilladigital.com/2012/09/padres-y-madres-que-no-aman-sus-hijos.html

    http://www.montilladigital.com/2013/06/familias-reconstituidas.html#.U9NV0ON_sVQ

    • Gracias, querido Aureliano, por los magníficos enlaces.
      Todo lo aprendemos entre todos.
      Un abrazo y buen viaje.
      MAS

  3. Hola Miguel. Muy de acuerdo con tu tema de hoy.Un placer leer tus palabras.Todos los tipos de violencia que nombraste existen tal cual.
    Solo quiero hacer referencia a una violencia que ejercen los padres sobre su hijos y que puede ser crucial para la vida del hijo y es la de la orientación sexual.¿Cuántas veces los padres criticamos duramente una orientación sexual diferente a la nuestra y juzgamos o decimos que se les debería hacer una cosa u otra a los que no tienen nuestra orientación sexual sin pensar que nuestros hijos son personas diferentes a nosotros y tendrán la orientación que sea y no la que nosotros queramos.Es una violencia muy pero muy vista.Solo dejo esta frase para que el que quiera oír que oiga «Si mi hijo/a es homosexual me mato»
    ¿Eso no es una violencia tremenda?
    Gracias Miguel por tus palabras.
    Saludos desde Uruguay.

    • Es otro caso de violencia. Gracia por aportarlo. La frase (me imagino que de una madre) es de una agresividad terrible. Muchas veces no reparamos en estas formas sutiles de violencia. Conozco un profesor homesexual que vive atormentado en el seno de una familia muy católica y que no acepta la realidad. Lo quieren, pero a su mdoo.
      Un beso y gracias por leer y escribir.
      MAS

  4. Puedo decir que me gustan todos los artículos de Miguel Ángel, pero éste, en concreto, me parece todo un tratado sobre la psicología del maltrato infantil. Normalmente nos quedamos con el maltrato del niño al que se le roba la infancia por el trabajo, niños soldado, etc. Pero la sutileza del maltrato de los niños de clase bien acomodada y que en apariencia no les falta nada, pocas veces se incide en ello.
    Excelentes reflexiones que nos invitan a las propias y, que es bien probable, que nos saquen los colores, pues a ver quién no ha pecado en alguna de ellas en el devenir de la vida y en el campo de la educación.
    Saludos y felices vacaciones sin maltratos.

  5. No sé. No sé. Después de leer y meditar sobre este grave asunto, no sé me quita de la cabeza la vida del pobrecito Froilán. Pobrecito.

  6. La mayor violencia es el abandono. Los niños pasan muchas horas al cuidado de personas que no son sus padres o madres, en instituciones que los cuidan., (ya desde los 45 días puede concurrir a una guardería). Y lo más grave es que nadie juega con los niños. Se ha perdido la cultura de los juegos de crianza, esos juegos corporales, porque sí. Esos juegos que desarrollan la autoestima, el amor propio, la seguridad, las conexiones neuronales. Esa violencia es cubierta de cosas materiales, llamadas juguetes, comunicadores electrónicos, tecnología. A mayor horas de soledad, mayor compensación… Los niños solo quieren un abrazo cuando piden un juguete. No generalizo. Existen padres y madres increíbles. Pero también esto sucede en la sociedad actual. Cada uno sabrá…

  7. En nuestros días la violencia tiene un significado polivalente, ya no se sostiene solo del abuso físico o mental, sino trasciende a el abandono o trato negligente a los menores de quienes tienen la obligación de proporcionarles cuidado, háblese de padres, maestros u autoridades, el ser educado por la televisión a demostrado tener consecuencias devastadoras en la parte social del menor evidentes en la vida laboral y social cuando se convierten en adultos; de ello se desprende el elevado numero de deserción escolar, fracaso y hasta delitos. en la medida que comprendamos que calidad y cantidad son conceptos interdependientes en la crianza y educación de nuestros hijos, tal vez en el futuro podamos ver sus bondades.

  8. Buena noche, en el artículo anterior mencionaba a la familia como el núcleo de la sociedad, la violencia surge de ahí, el niño reproduce lo que ve en casa, con familiares y amigos, y de ahí toma referencia para su actuar dentro de la escuela y fuera de ella. Sin duda los diferentes tipos de violencia que menciona el día de hoy, se complementaran con el texto de la semana entrante, en muchas ocasiones no entendemos el actuar de los alumnos, la descripción realizada nos puede servir como una referencia para la observación a realizar en este inicio de ciclo escolar y así poder encauzar a nuestros alumnos, gracias por compartir y buena noche.

  9. Hola maestro Miguel Ángel lo saludo nuevamente, agradeciendo su comentario en la publicación anterior.
    Coincido con usted cuando menciona que con el paso de los años las formas de ejercer violencia contra los niños y niñas se han diversificado de tal manera que logran hacer daño por todos los canales perceptivos que tienen los niños.
    En la escuela conviven todos los días alumnos que desafortunadamente son víctimas de algún tipo de violencia familiar y que en ocasiones encuentran en la escuela un espacio de tolerancia, respeto y tranquilidad; sin embargo, en otras ocasiones ocurre todo lo contrario, la escuela se convierte en el espacio donde más violencia se ejerce.
    La escuela se convierte en un punto de reunión donde llegan niños y niñas que son víctimas de diferentes tipos de violencia, las interrelaciones que se dan al interior de los grupos se vuelven difíciles, los docentes hacen una labor ardua para tratar de integrar a todos los alumnos a una dinámica de trabajo, tratando de controlar las emociones de los alumnos y las propias también. Algo importante que debemos puntualizar es que entre más conocimiento haya sobre este tema, mayores serán los alcances que se tengan para integrar a estos alumnos y alumnas a la sociedad como personas socialmente adaptadas y productivas.
    Le reitero mi saludo cordial, hasta la próxima semana maestro Santos Guerra.

    • Estimado Dante:
      Dedicaré el artículo del próximo sábado a realizar algunas reflexiones sobre la violencia sutil de la escuela contra los niños. Creo que es interesante lo que dices al respecto.
      Un abrazo.MAS

  10. Estimado Maestro Santos Guerra. Sin duda la violencia. Tortura hacia los niños es y sera un tema amplio de abordar en mi escuela teniamos un maestro que lanzaba a los alumnos trapazos y muy quitado de la pena lo negaba todo yo sentia coraje al imaginar que uno de sus alumnos fuera familiar mio. Yo les decia «seamos los maestros k nos gustaria para nuestros hijos» el maestro ni caso me hacia. Le hablo de casos extremos de golpes pero hay la violenvia psicologica la que daña la mente de nuestros alumnos. Tengo dos pequeñitas que aveces han sido victimas de mi carga de trabajo de mi estres que tontamente descargo en ellas pero sabe? No son rencorosas pues dia con dia me reciben con los brazos abiertos. Una vez mas maestro su articulo me ha hecho reflexioar asi como las palabras de una amiga que me dijo: «nuestra vida gira en torno a lo que sale de nuestra boca ya lo dice la biblia LO QUE DIGAS, SERA. Por eso ten cuidado con lo que le digas a tus hijas y demas personas que te rodean» maestro y ella al igual que usted cuanta razon tienen . Bonita noche a todos.

  11. Tania y Toache:
    Gracias porque desde la UPN estáis siguiendo mis artículos.
    Y gracias también por los estupendos comentarios que los enriquecen.
    Es un buen principio el que tú planteas: «seamos los maestros que nos gustaría para nuestros hijos».
    Olvidar ideas tan sencillas e importantes como estas nos lleva a veces a ser crueles y duros con nuestros alumnos.
    Pero hay que tener cuidado también, como diré en el artículo del sábado, con la violencia sutil en la escuela.
    Pensar por ellos, decidir por ellos, no dejarles participar… es ejercer una violencia contra la que es más difícil rebelarse.
    Un abrazo.
    Miguel A. Santos

  12. Maestro Santos Guerra, le saludo en el límite de nuestro receso escolar y esta vez su artículo nos lleva al hilo del que pende un trapecista, es una línea muy delgada la violencia que se ejerce sobre la infancia, misma que vivimos los adultos que conformamos las sociedades de hoy y que a su vez somos los que estamos frente a las aulas, es decir, muchos individuos con vidas que fueron formadas por familias a la vez.
    En varias ocasiones en la escuela primaria en la que ejerzo la dirección, he dado sesiones de «Escuela para Padres», con temas que considero son importantes para apoyar la educación de casa. He notado que si bien los niños viven violencia en niveles diversos, también reciben «no educación»; es decir, la voluntad, la dirección y las decisiones que se toman en el hogar son en base a las decisiones o voluntades de los niños, considero que esa situación es un «vicio» que se vive constantemente en las familias y que dañará el futuro de los que serán adultos, son parte de familias sin reglas, sin hábitos ni proyectos de vida, es más los padres no consideran que sea importante para sus hijos formar y crecer dentro de un proyecto de vida.
    Tengo una hija y me ha sido difícil contribuir en lo que creo una buena educación sin haber caído en represión o agresión en algún grado, lo cual lamento; sin embargo, hago mi mejor esfuerzo y podría escudarme en el dicho de: «nadie nace sabiendo ser padres», por lo cual apuesto en formalizar las «escuelas para padres».

  13. Para Violeta Romero:
    He defendido la existencia y participado en la creación de varias Escuelas de Padres y Madres. A mi me gusta más llamarlas Escuelas de la Comunidad Educativa. Porque me gusta que en ellas participen también los profesores y los alumnos cuando ya pueden hacerlo.
    Es verdad lo que dices. La tarea de educar es muy compleja y no existe una preparación para hacerla en condiciones.
    Un cordial saludo.
    Miguel A. Santos

  14. En la actualidad me sorprende señor Santos Guerra el auge de violencia y maltrato que se ve, es indudablemente que como sociedad estamos haciendo algo mal, es mas cuando en las espacios noticiosos nos recriminan a nosotros los maestro como los propulsores de tanta indisciplina y violencia ese factor tan vulnerable y cuando más se está presentando en las escuela y la sociedad, nos exhortan a que nosotros debemos de contrarrestarlo desde nuestras aulas, y lo primero es que debemos de hacer conciencia a los padres de familia que ellos desde el círculo familiar debemos de luchar en contra de la violencia, no callarse y comentarlos, en hoy en día vemos en las noticias un sin fin casos de maltrato y desgraciadamente por el hecho de mostrar ignorancia no lo manifestamos y hacemos visible. La cuestión es reconocer y luchar en contra de la violencia con buenos actos y hábitos de valores rescatados de nuestros hogares conjuntamente con los padres de familia.

  15. Hace algunos años al estar realizando servicio social y llevar a cabo un programa de estimulación temprana, durante las entrevistas a los padres de familia me encontraba con que no habían planeado a su hijo recién nacido, no sabían que nombre llevaría, muy pocos padres habían asistido a una revisión medica desde la primera sospecha de un embarazo, la mayoría había asistido después de haber terminado el primer trimestre de embarazo y muchos de los padres salían a comprar su primer muda de ropa del recién nacido fuera del hospital cuando el médico se los solicitaba, habría aun mucho por redactar pero en estos pocos renglones me parece que sin parecerlo hay mucho de violencia hacia un hijo.

  16. Que tema tan delicado pero tan presente en el actuar cotidiano de cada uno de nosotros, como lo dice usted Maestro Santos Guerra, estamos acostumbrados a poner atención en la violencia gráfica o que podemos palpar y alarmarnos ante dichas situaciones. Aunque claro, no dejan de ser escenas fuertes en la vida del hombre, creo que este artículo nos lleva a reflexionar en aquellos pequeños detalles que han configurado un nuevo tipo de violencia (de los cuales ya nos dio algunos ejemplos), pero que desafortunadamente han pasado a formar parte de la cotidianidad de la sociedad y de las propias familias.

  17. Buenas noches mtro, Miguel, me da gusto volver al blog y leer algo de usted.
    Que difícil tema, partiendo de que en lo personal se es mamá, y que sin querer en muchas de las ocasiones fallamos en alguna parte de la educación de nuestros hijos, que sin duda cada uno de nosotros que tenemos la dicha de experimentar la paternidad nos enfrentamos a esos miedos de realizar correctamente la labor de padres. Pero con tantos desaciertos que afortunados son nuestros niños, esos que son parte de nosotros, esos que tienen a alguien que los ama, me quedo pensando en aquellos que deben afrontar la vida solos pero que en muchas ocasiones son valientes y libres, tienen la ventaja de decidir y experimentar por cuenta propia, no son forzados, ni detenidos, ni desmotivados en hacer algo que no desean, que a veces como padres anteponemos límites de crecer a nuestros hijos, y eso también es violencia, violencia a su persona, a sus sentimientos, a sus deseos, a sus planes y a sus posibilidades. Cuidados que se vuelven agresiones por protegerlos en gran medida.
    Que difícil tarea la de educar a los propios, porque ponemos nuestras expectativas en ellos olvidando que cada uno tiene su esencia.

  18. Maestro Miguel Angel Santos Guerra, saludo nuevamente desde México, Jilotepec Estado de Mexico, UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL de la MAESTRIA EN EDUCACION BASICA (MEB). Considero que todo tipo de violencia se aprende desde el seno familiar desde que pertenecemos a una familia, si estamos inmersos en un un nucleo donde todo es gritos, atropellos, vejaciones como queremos que en el momento de salir de ese torbellino nos comportemos de una forma amable y cordial, es algo que nunca se ha visto,nunca se ha aprendido, algo que no se conoce y como no se conoce pues no se puede poner en practica, si a eso aunamos que en el entorno social de igual forma existe un sinfín de tipos de violencia, es por eso que el mundo se encuengtra en crisis, se encuentra en una posicion donde existen guerras y conflictos.

  19. Buen Día a todos los seguidores de este blog, Maestro Miguel Ángel Santos Guerra, gracias por sus artículos que hasta el momento han sido de gran reflexión para mi. En esta ocasión el artículo me lleva a recordar el libro de Freud » El niño es el padre del hombre», en el cual menciona el maltrato físico y el psicológico siempre dejan huellas, la niñez debe ser la época mas estable y feliz porque de aquí se parte hacia un adulto sano del cuerpo y mente, todo lo que pase o no pase en la niñez deja su huella.
    Coincido con los compañeros que han escrito, la violencia es
    el medio mas cobarde de sacar la frustración, quienes tenemos la fortuna de ser padres, debemos tomarlo como una bendición, somos el núcleo de una familia, familia que debe estar a tono de los valores en casa, para que de esto parta una buena educación en la escuela. Como docentes es brindar una educación basada en el respeto. ya lo menciona Aristoteles. Para educar la mente, primero hay que educar el corazón…

  20. uen Día a todos los seguidores de este blog, Maestro Miguel Ángel Santos Guerra, gracias por sus artículos que hasta el momento han sido de gran reflexión para mi. En esta ocasión el artículo me lleva a recordar el libro de Freud » El niño es el padre del hombre», en el cual menciona el maltrato físico y el psicológico siempre dejan huellas, la niñez debe ser la época mas estable y feliz porque de aquí se parte hacia un adulto sano del cuerpo y mente, todo lo que pase o no pase en la niñez deja su huella.
    Coincido con los compañeros que han escrito, la violencia es
    el medio mas cobarde de sacar la frustración, quienes tenemos la fortuna de ser padres, debemos tomarlo como una bendición, somos el núcleo de una familia, familia que debe estar a tono de los valores en casa, para que de esto parta una buena educación en la escuela. Como docentes es brindar una educación basada en el respeto. ya lo menciona Aristoteles. Para educar la mente, primero hay que educar el corazón…

  21. Estimado Maestro Santos Guerra…

    Actualmente con este mundo capitalista y globalizado como lo llaman los economistas, al interior de las familias y en las propias escuelas se genera un clima de violencia, muchas de las veces involuntariamente, dado que en esta sociedad actual la mayoria de las cabezas de familia (papa y mama) deben dedicar gran parte del dia a actividades de trabajo que genere cierta renumeracion que aporte al hogar, dedicando poco o nulo tiempo a los problemas de sus hijos. Al final del dia los padres llegan a casa cansados y con un sinnumero de problemas que lo que menos quieren saber es de los asuntos de los hijos, desquitando algunas veces con ellos las impotencias, cobardias y procesos que no se pueden lograr para que la familia tenga los servicios primarios, generando un clima de violencia hogareña. Si a lo anterior le suma que en su punto de reunion comun (escuela) deben ser testigos tambien de los problemas de sus maestros y compañeros, lo que provoca en los educandos de nivel basico un desarrollo emocinal no conveniente, derivado del clima de violencia que se llegue a generar. Recuerden que en la mayoria de las familias mexicanas, van al dia, por lo que su preocupacion primaria es el techo, alimentacion y vestido de los miembros de su familia.

  22. El tema al que esta vez nos invita y enfrenta a reflexionar es muy interesante, me pone sensible, pues tengo una hija y siempre me pongo a pensar si lo que le estoy enseñando, compartiendo e inculcando es lo correcto para ella, pues es la labor más grande que hago a diario, porque cada acción mía influye y la va formando como persona, reconozco que cometo muchos errores, pero trabajo en ello para corregirlos, pero no basta con darse cuenta de ellos, hay que cambiar, lo cual también a pensar en lo que debo corregir en el salón de clases, pues es muy fácil perderte en el extremo de las emociones y sacar las frustraciones en contra de otro más vulnerable y generalmente es con los infantes, sean mi hija o los alumnos, eduquemos con libertad verdadera, recordando que lo que se da un día regresa…

  23. Después de leer está publicación la verdad es que me lleno de sentimientos de tristeza e impotencia, saber que efectivamente existe violencia en los niños disfrazada de muchas cosas, y que a ellos no les queda más que aceptar, hacer lo que se les pide; y que pensando en un futuro estos niños tal vez repetirán este tipo de violencia.
    Ojala pudiéramos desde nuestras aulas sembrar un poquito conciencia en aquellos padres donde aún tenemos la oportunidad de hacerlos reflexionar…..

  24. El estribillo tantas veces repetido «lo hacemos por su bien» tiene que ser sometido a contante revisión. Porque no está claro que siempre sea así.
    Se tiene a los hijos por el interés de los padres y luego se les hace obedecer en función, A VECES, de nuestra comodidad y no de su beneficio.
    Por eso es tan sugerente y necesaria la reflexión de esta semana.

  25. Como madre me he hecho muchas pregunta al leer el artículo. Creo con el autor que es importante cuestionarse cuál es el sentido de lo que se dice y se manda a los niños y a las niñas.
    Hay ocasiones en que lo que buscamos es nuestra comodidad:
    – Niño, cállate, que están hablando los mayores…
    – No se hacen esas preguntas…
    – Vete a ver la televisión…
    – Te vamos a mandar con los tíos unos días…
    Muchas veces no es el bien del niño lo que se persigue.

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