Siempre barriendo, siempre va riendo

29 Sep

El paro que afecta a una parte importantísima de nuestros conciudadanos y conciudadanas está siendo una lacra terrible. Es fácil imaginar la angustia y la desesperanza de quien día tras día se levanta buscando trabajo y solo encuentra puertas cerradas a cal y canto o que se cierran con estrépito. Una lacra que deja no solo sin recursos a muchas personas sino que les roba la ilusión y la esperanza. Por eso resulta tan sorprendente ver a personas que maldicen el trabajo que hacen y se consideran desgraciadas al realizarlo.

En definitiva, le explica que siempre está de buen humor y que disfruta trabajando al aire libre y prestando un servicio a la comunidad.

Hace algunos sábados hice referencia a un hermoso libro sobre las organizaciones optimistas (Varela, 2012). No se refiere a las escuelas sino a todo tipo de empresas. En ese libro hay un apartado que lleva el título que he elegido para encabezar estas líneas. Explicaré a continuación por que.

La autora, miembro de la International Positive Psychology Asociation, habla de cómo vivir felizmente los trabajos que se desempeñan. Belén Varela hace referencia al siguiente caso: “Estoy entrevistando a la tercera o cuarta persona del departamento de limpieza… El entrevistado está entusiasmado con su trabajo y me cuenta cómo ha hecho en su casa unos planos para organizar mejor las rutas y optimizar los tiempos. “Mi trabajo es ser barrendero y lo represento con orgullo” – me dice nada más empezar-. Lo dice con la sincera satisfacción de quien se dedica a una noble causa”.

El barrendero considera que su trabajo es fantástico porque le permite estar al aire libre, caminar y hacer ejercicio., tener iniciativa, organizarse como quiere o como cree que es mejor y relacionarse con muchas personas.

Al preguntarle por las inclemencias del tiempo el barrendero le contesta que dispone de una estupenda indumentaria que le protege de la lluvia y del frío y que le gusta recibir en la cara el fresquito del mal tiempo. Le dice también que saluda contento a los transeúntes y que reparte sonrisas por doquier. En definitiva, le explica que siempre está de buen humor y que disfruta trabajando al aire libre y prestando un servicio a la comunidad. De ahí lo de “siempre barriendo y siempre va riendo”.

Esta persona había sido antes ejecutivo comercial en una empresa de revestimientos. Un buen sueldo, un buen despacho y mucho trato con el público Sin embargo, aquel trabajo no le llenaba.

El trabajo puede hacernos felices o desgraciados. En primer lugar porque podemos no encontrarlo, en segundo porque podemos desempeñar un trabajo para el que no nos habíamos preparado o que no nos gusta, en tercer lugar porque podemos tener compañeros o jefes tóxicos. Así que es importante el paso a la vida laboral, y es más importante el modo en el que vivimos lo que hacemos. Es importante dedicarse a una tarea que guste y para la que se es competente, pero lo es más saber disfrutar del trabajo que, por los avatares de la vida, a la postre, se ha tenido que hacer.

He leído en múltiples versiones aquella aleccionadora historia del viandante que llega al lugar donde un buen grupo de obreros está construyendo la catedral de Chartres. El viandante se dirige a uno de los que están trabajando y le pregunta:

– Buenos días, señor, ¿qué es lo que está haciendo usted?

– Ya lo ve, contesta malhumorado el trabajador. Estoy levantando esta maldita piedra, con este aplastante calor, comido por este enjambre de moscas. Es insoportable.

El viandante avanza unos metros y le pregunta a otro de los obreros.

– Perdone que le moleste, ¿qué lo que está haciendo usted?

– Estoy levantando esta pared. Resulta dificultoso, pero estoy ocupado y recibo un salario.

Después de darle gracias sigue caminando y se encuentra con un tercer obrero al que hace la misma pregunta. Este tercer trabajador se detiene un momento y, muy ufano, le contesta:

– Estoy construyendo una catedral.

Los tres trabajadores estaban haciendo el mismo trabajo en similares condiciones atmosféricas, idéntico salario y jefes compartidos, pero le imprimían un sentido diferente.

Resulta importante elegir bien. Y para ello será de mucha ayuda contar con profesionales que sepan orientar a quien todavía no tiene todos los elementos para poder elegir por sí mismo. A fin de cuentas, quien decide es el interesado, pero es bueno que cuente con la ayuda de personas expertas que conocen simultáneamente el campo de trabajo y la psicología y cualidades de quien tiene que hacer la opción.

Sé que el mundo laboral se encuentra hoy bajo los efectos de una tremenda y prolongada crisis. No es fácil hacer algo ni es fácil hacer lo que se desea. Pero si no se puede hacer lo que se ama, siempre se podrá amar lo que se hace.

La orientación ayudará a que las personas se conozcan y confíen en sí mismas, a que se sean competentes en aquello que desean hacer, a que desarrollen el optimismo necesario para generar expectativas, a que sean capaces de trabajar en equipo, a ser fuertes para resistir la frustración cuando no se encuentra aquello que se busca, a tener creatividad y coraje para emprender algo nuevo, a poseer valores que inspiren un sentido del trabajo que vaya más allá del simple mercenariado.

Es probable que no se encuentre trabajo a las primeras de cambio. Es probable que los jóvenes de hoy tengan que practicar una movilidad social que antes no era necesaria y que tengan que cambiar de ocupación en numerosas ocasiones. Es posible que tengan que dominar uno o varios idiomas para poder competir con otros que desean el mismo puesto. No es un momento fácil, pero es un momento apasionante. En cualquier caso, es el momento en que nos encontramos.

Hay que encontrar la brújula necesaria para saber hacia dónde y cómo tenemos que caminar. Para ser felices viviendo y trabajando, trabajando y viviendo. Ese es el rumbo y ese es el destino: ser felices.

13 respuestas a «Siempre barriendo, siempre va riendo»

  1. Muchas gracias Miguel Ángel.

    En estos momentos difíciles una sonrisa en el trabajo se agradece doblemente. Los que nos dedicamos al mundo de la Educación y disfrutamos con ello somos afortunados, motivo de alegria. Hay que aprender de los niños y de las niñas y su facilidad para reír.

    Desde donde tu sabes, te mando un extrecho abrazo amigo.

  2. Querido amigo.
    Leyendo tu escrito, tengo la sensación de que el documento que hemos compartido esta semana te ha servido de inspiración. Me siento orgulloso por ello. ¡¡Un abrazo!!

  3. LUIS EUGENIO UTRILLA
    Un ateo educativo por la gracia del sistema en labores propedéuticas

    Como en otras ocasiones, a través de mis puntuales intervenciones, te he lanzado algún que otro guiño, si bien no me queda más remedio que proponértelo abiertamente:
    Te agradecería que dedicaras algún comentario al fenómeno/proyecto “La educación prohibida”.
    Asimismo, exhorto a todos los coparticipantes de este blog a difundirlo.
    Tanto la película/ documental, como el proyecto en sí, lo podréis ver en Youtube.

    ENHORABUENA, nuevamente por tu “blog” y GRACIAS a todos los que con vuestra lectura e intervenciones, semanalmente, lo hacéis posible.

    “Había desertado de la Universidad el año anterior, con la ilusión temeraria de vivir del periodismo y la literatura sin necesidad de aprenderlos animado por una frase que creo haber leído en Bernard Shaw “Desde muy niño tuve que interrumpir mi educación para tener que ir a la escuela”
    Gabriel García Márquez “Vivir para contarla”.

    ……………………………………………………………………………….

    “Me gusta mucho aprender, pero no que me enseñen”
    No a otra pedagogía sino aquella que enseñe a cada uno a ser y entregar lo mejor de uno mismo.
    En educación no sirven de nada los hallazgos personales si no son para compartirlos
    El diseño espacial del aula viene impuesto: curriculum oculto
    La escuela que padecimos: el sistema vertical, la concepción bancaria, la autoridad del maestro dixit, la tarima,…
    “La escuela de Ribera” ( Ovidi Montlor)
    Heterogeneidad formativa: en educación ni todos partimos en las mismas condiciones ni , afortunadamente, somos iguales.
    “Yo te educo, tú me educas” ( Santos Guerra, Miguel Ángel)
    Angustia, complejos, dificultades en el aprendizaje, solidaridad en el trabajo cotidiano, trabajo microgrupal,…
    ”Nadie sabe tanto como todos juntos”
    “Creo en una educación que posibilite al hombre a la discusión valiente de su problemática, ……que lo coloque en un diálogo constante con el otro,….frente a una sociedad dinámica y en transición no podemos admitir una educación que le lleve a posturas quietistas…” (Freire, Paulo)
    Tú eres el protagonista de tu propio proceso y no el objeto del mismo.
    El Sistema (educativo) desde su inicio segrega y coloniza.
    (…)
    Luis Eugenio Utrilla en “Hazlo tonta”

    • Querido y admirado Luis Eugenio Utrilla:
      Veo en tus aportaciones compromiso, originalidad y buena pluma. Enhorabuna. Y gracias por contribuir al debate y al enriquecimiento colectivo. Todo lo aprendemos entre todos.
      Conozco bien la propuesta y el documental «La educación prohibida». No descarto dedicarle a ese tema la reflexión de algún sábado.
      Creo que la frase «Me encanta aprender, pero me horroriza que me enseñen» es de Winston Churchill.
      En esa línea, no olvides la tan famosa de la antropóloga Margaret Mead: «Como mi abuela quiso que tuviera una buena educación, no me mandó a la escuela».
      Un abrazo y buen fin de semana.
      Miguel A. Santos

  4. Hoy en día es hemoso poder trabajar, más hermoso trabajar en lo que a uno le gusta y, aún más hermoso, ser dueño uno de su propio trabajo.
    Hoy la inseguridad en el trabajo creo que se ha vuelto universal, trabajarás en lo que te gusta, pero tendrás encima la espada de una reforma laboral en la que tú no cuentas. Yo me pregunto: ¿Se puede ser así feliz en el trabajo?
    Es hermoso el ejmplo del barrendero. Eso os deseo a todos los que trabajáis por cuenta ajena.
    Saludos.

  5. El ejemplo del barrendero de hoy me ha recordado al tierno personaje de Beppo de la historia «Momo» de Michael Ende. Un claro ejemplo de que lo importante no es tanto lo que hacemos, sino cómo y para qué lo hacemos.

    Como les recomiendo a menudo a mis alumnos es importante que busquen en su interior y que encuentren aquello que desean hacer, que huyan de esa búsqueda miserable de «lo que sea». El trabajo, cualquier tipo de trabajo, nos ofrece la oportunidad de ser, no sólo de comer.

  6. Ese es el fin, ser felices y hacer lo que se ama.El problema es que para educar hay que amar y ser feliz.Hoy, con la que está cayendo, es inconcebible que haya algunos educadores y educadoras que no valoren lo privilegiados que son por tener trabajo, cuando hay detrás miles de jóvenes superpreparados y deseosos de trabajar. Yo, que me acabo de jubilar el día 26 de septiembre, acogiéndome a la jubilación voluntaria en España, ahora tengo que aprender a ser un maestro jubilado. Observo que no es fácil al principio porque he tenido el privilegio de hacer lo que amaba y amo.Pero habrá que pensar en positivo y pensar que entre otras muchas actividades a desarrollar tengo esta de abrir el blog de Eladarve y aprender cada día y pensar que el día 27 de septiembre una maestra llegó a mi cole a sustituirme y encontró trabajo para todo el curso. Qué alegría.
    Lo de la Educación Prohíbida tiene tela, tela, tela.
    ¿ Cuántas escuelas habría que cerrar mañana en el mundo, según ese video?
    Muchas gracias Profesor y compañeros de blog.
    Muchas gracias Profesor y compañeros de blog.

  7. Lo cierto es que haciendo similares cosas unos son felices y otros son desgraciados. Pues está claro, a mi juicio, cuál es la postura más inteligente.
    La postura del barendero me parece estupenda. Le saca partido a la situación que tiene, al trabajo que hace.
    He pensado muchas veces cómo el cartero desea estar sentado como el oficinista y éste desea caminar como el cartero, el soltero quiere estar casado y el casado quiere estar soltero, por poner ejemplos de todos conocidos.

  8. La felicidad es ese estado que el ser humano persigue, desde que nace. ¿Una utopía? Es probable. Nunca estamos del todo satisfechos, ni con nosotros mismos ni con las circunstancias que nos rodean. Digamos que nos movemos en unos terrenos emocionales de «eterna insatisfacción», por más que tengamos momentos plenos. Es nuestra naturaleza, simplemente. Buscamos y logramos, por momentos, encontrar la felicidad. Y vuelta a empezar. Y la felicidad o sus periodos, no hay que olvidarlo, se genera porque conocemos y vivimos otras sensaciones en sentido contrario. Otra cosa muy distinta es el optimismo, que en realidad creo que es lo que expone el artículo. Es como una filosofía de vida, que a su vez, está sometida a un vaivén continuo. Dicho de otra manera: nadie es feliz o infeliz, nadie es optimista o pesimista, sino, en ambos casos, todo lo contrario, en esa amalgama que nos caracteriza, como seres humanos. Saludos.

  9. Hoy no es fácil encontrar trabajo. Muchos jóvenes tienen que irse fuera. Por eso llama la atención que personas que lo tienen, vivan esa situación afortunada con tristeza y mal humor. Qué error.

  10. En definitiva: el que tiene trabajo tendría que ser muy feliz, dadas las actuales circunstancias. o lo que es lo mismo: trabajo–> felicidad. Y el que no es feliz teniendo un trabajo, cometen el mayor de los errores, según intervenciones varias. Qué cosas hay que leer, con todos los respetos. Saludos.

  11. Lo primero que hay que hacer para criticar los escritos, Pepa Banderas, es entenderlos. Por lo que yo he leido -del autor y los comentaristas- trabajo no es igual a felicidad. De hecho hay personas que trabajan y son muy desgraciadas. No se dice en ninguna parte que no tener trabajo equivalga a ser desgraciado. Porque algunos puede ser que no quieran trabajar o que no lo necesiten. De modo que entre los parados habrá también felices y desgraciados. De lo que trtata el artícvulo, a mi juicio, es de la importancia de la actitud de las personas ante lo que hacen o lo que dejan de hacer. De eso se trata, creo yo. De modo que no te asombres tanto de lo que otros escriben.

  12. En los tiempos que corremos es de agradecer una invitación como esta a la sensatz y al optimismo. Yo cada vez veo más importante aprender a ser feliz. Y estoy descubriendo que no depende tanto de lo que se tiene cuanto de la actitud que se adopta ante lo que se tiene. Hay quien barriendo está siempre malhumorada y hay quoen siempre está riendo.

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