Carta desde Chile

31 Mar

Hace unas semanas viajé a la ciudad de Santiago de Chile para impartir un curso en un master universitario. Me pedían un nuevo viaje para el mes de julio. Les dije que tenía un serio problema con un pequeño personaje de siete años. Se trataba de Carla, que cada vez opone una resistencia más firme a mis salidas profesionales. No hace mucho, con tono melodramático, me dijo:

Pues bien, el grupo de profesores chilenos, cargado de sensibilidad y de ternura, escribió una carta a la niña

– Papá, tus viajes me va a arruinar la vida.

No es una cuestión baladí. No es solo ella la que argumenta de manera más que sólida, recriminando las ausencias. Lo hace la familia. También yo me planteo el sentido de los viajes que generan una separación cargada de contradicciones. Porque, a veces, voy a decir a miles de kilómetros que no es bueno dejar solos a los hijos y a las hijas durante mucho tiempo para atender exigencias del trabajo.

Pues bien, el grupo de profesores chilenos, cargado de sensibilidad y de ternura, escribió una carta a la niña de la quiero entresacar algunos párrafos.

No había pensado hacer pública su iniciativa hasta que las insistentes palabras de una amiga que conoció el contenido de la carta me persuadieron. Al grano. Esto le dicen a Carla los amables docentes del master:

“Te extrañarás y te preguntarás por qué un grupo de alumnos de tu papá se atreve a robar un poco de tu intimidad y se le ocurre la idea de escribirte una carta….

Sabemos que su corazón se rompe un poquito cada vez que tiene que viajar y alejarse de ti….

Imaginamos que te debe disgustar que tu papá viaje tanto. Entendemos tus sentimientos. Sabemos que el hecho de que tu papá vuele a otros lugares más de cien veces al año es un poco mucho para una niña que ama a su padre….

Sin embargo queremos decirte que es ese mismo amor que te tiene, el que lo hace viajar. Nos atrevemos a decir que su amor y compromiso contigo, lo mueve a regalar su sabiduría para mejorar la educación que recibes tú y los otros niños del mundo…

Cada vez que tu papá hace un curso, logra inspirar a profesores y profesoras a reavivar su energía interna para poder salir a buscar y encontrar un tesoro, logrando así que cada vez que ayudamos a un niño a ser más dichosos, logramos nuestra propia felicidad.

Lo que pasa es que algunas personas cuando se hacen adultas pierden la fantasía y la magia que tienen todos los niños en su vida. Debes conocer uno que otro adulto que anda por ahí triste y aburrido de la vida, que no pone alegría en las tareas que realiza, que se ha olvidado en algún lugar su bolsa con el polvillo de hadas que permite hacer realidad los sueños.

Verás, a todos los adultos nos pasa que en algún momento nos desalentamos con nuestros quehaceres y necesitamos a alguien que nos recuerde lo lindo que es ser feliz con lo que hacemos. Tu papá es esa persona, él nos ayuda a recuperar la magia que perdimos en algún momento. Como notarás es un trabajo muy importante el de tu papá, ya que es como el guardián del polvillo de hadas, que nos reparte a todos nuestra ración cuando se nos ha acabado. Como bien sabrás, sin su polvillo, las hadas no pueden convertir sus sueños en realidad ni ayudar a otros a que lo logren. Tu padre en sus viajes va por el mundo devolviendo la fantasía y la magia a los adultos que la han extraviado. El con su sabiduría nos ayuda a encontrar la alegría en nuestro trabajo de maestros para que podamos repartirla entre los niños a quien damos clase como si fuera ese polvillo de hadas….

(…) Quizás con esta explicación en el próximo viaje de papá te cueste menos ser generosa porque ya sabes que compartir alegría es algo muy especial”.

Te pedimos que compartas un poquito de la sabiduría y del corazón de tu papá. Te aseguramos que la mayor parte siempre será la tuya”.

Le leí la carta a Carla despacito. Venía acompañada de una exquisita caja de galletas y de un hermoso peluche. Le expliqué algunas cosas. Ella leyó luego sola la carta con la mayor atención. Y decidió contestar. Lo hizo en los siguientes términos:

“(…) Mi papá es muy importante para mí, así que la próxima vez irá solo dos días y no ocho (…)”.

La correspondencia ha seguido. Entresaco algunos párrafos de la última carta que le ha dirigido la profesora Fabiola Sáez, a quien desde aquí agradezco su tiempo y su amabilidad:

“Muchas gracias por contestar y por entender que el trabajo de tu papá es muy importante para nosotros, sus alumnos.

Sé que extrañas mucho a tu papá cuando no está contigo, pero viaja tantos días porque Chile, el país en que vivimos está muy lejos; para llegar acá tiene que viajar casi dos días, así que son casi cuatro días solo de viaje, pero es un país muy bello, tenemos bosques y una montaña muy grande que pasa por todo el país; también hay playas y en el sur hay campos de hielo, todo azul y blanco todo el año. En el norte tenemos un desierto de rocas y sal, si quieres en otra carta te cuento con más detalle para que puedas imaginarlo mejor. A mi me encanta vivir aquí. ¿Cómo es donde vives tú? ¿Te gusta vivir allí?.

(…) Por cierto, ¿cómo te va en la escuela? ¿Qué asignaturas te gustan más? A mí me gustaba todo lo relacionado con las letras, leer libros y las historias antiguas, también las ciencias y los experimentos. Otra cosa que me gustaba mucho es cocinar. Si tus papás te dan permiso y te ayudan, te puedo enviar algunas recetas para cocinar tú”.

No sé si Carla querrá contestar, supongo que sí. Lo que no dudo es que siempre tendrá en su memoria que unos profesores de un país remoto han pensado en ella y en sus sentimientos. Que unas amables personas que viven muy lejos tuvieron un día la delicadeza de pensar en el dolor de las ausencias que le causaban los viajes de su papá.

Yo sólo tengo para estos profesores y profesoras agradecimiento y admiración. Fueron excelentes aprendices en el curso y, luego, hicieron gala de una extraordinaria sensibilidad docente.

27 respuestas a «Carta desde Chile»

  1. Sin duda alguna, señor Santos. Todavía muchos tenemos esperanza. Gracias por sus artículos y besitos para Carla.

  2. La educación sentimental es uno de los pilares del desarrollo del niño. Pero tal educación no se puede impartir en la distancia. El niño necesita el contacto diario con sus padres. Con ambos, sin excepción. La formación de la personalidad se apoya en la familia, pilar fundamental del desarrollo integral del niño. La ausencia constante de uno de los padres o de ambos. Esos matrimonios que dejaban a los niños al cuidado de sus abuelos, ñas familias monoparentaleso o esa casuística, cada vez más numerosa, de matrimonios rotos violentamente inciden en el niño de manera muy negativa. Las víctimas son ellos, los más indefensos.

  3. ¡Qué lindo artículo!
    La vida del educador siempre exige este tipo de sacrificios. Es doloroso darse cuenta que uno le está robando tiempo compartido a los hijos, despierta un sentimiento de culpa, ya que la vocación, lo decía Gabriel García Márquez, es aquello por lo que se puede abandonar todo.
    En realidad al amor de un hijo no se renuncia, sólo se le quita un poco de tiempo. Además su vocación se alimenta justamente en esa fuente, el gran amor a Carla y a todos los niños del mundo. Ella aún es pequeña para entender el alcance de su obra educadora en el planeta hispanohablante.
    Pero tranquilo, maestro. Su hija crecerá y entenderá mejor, y estará muy orgullosa de su papá y de su misión. Entenderá lo afortunada que es por el padre que la vida le ha asignado. Y también ella, siguiendo sus ejemplos, en un futuro no muy lejano tendrá que alejarse de sus afectos para seguir tras otros sueños. Y llegará el día en que Carla le dirá: “Gracias papá por tejer mis alas”.
    Gracias querido Miguel Angel por leer mis aportaciones, por tomarse el tiempo y el trabajo de responderme y por hacerme sentir acompañada y guiada en esta tarea tan delicada.
    Un abrazo a la distancia.
    Feliz semana para todos.

  4. Una niña que a sus siete años es capaz de decirle a su padre: “Papá, tus viajes me van a arruinar la vida”, o es un auténtico filón literario, o una filósofa en ciernes, o es que va a seguir los pasos de Margarita Xirgu (vamos, amante de la escena teatral).
    En mi caso, yo la atendería. Sé que para su progenitor se le plantea un gran dilema, y más sabiendo que es un “trotamundos” empedernido, capaz de irse a las antípodas si le reclaman para dar un curso, un máster o una conferencia.
    ¡Carla, estoy contigo!

  5. Con el paso de los años vuelvo a encontrar a “mi profesor”.Quiero darle las gracias por todo lo que me enseñó,y lo que me ayudó a crecer.Era distinto,muy diferente de otros docentes.En él se detectaba su amor por la Educación.A él le debo esta pasión.
    Un abrazo de una alumna.

  6. QUERIDO PROFESOR
    Cómo amante de la educación descuidas a quienes más te AMAN , que son nuestros hijos.
    Mi hija a los 40 años me dijo que lo que tu hija te dijo de niña , por tal motivo hoy disfruto de APODERADO SUBROGANTE de mis nietos y nietas , cuando mis hijas viajan. Así trato de
    ponerme al día de mis descuidos involuntarios.
    Como apoderado he aprendido temas maravillosos , que desconocí, como profesor.
    Mañana tu hija proyectará e irradiará felicidad con tu actual aprendizaje y entrega a tus admiradores del mundo
    Un abrazo
    jorge . Te esperamos en Valdivía y tus trabajos también nos dejaron con cuello como decimos en Chile

  7. Querido Miguel Ángel, un día asistí a una conferencia tuya que diste en Barcelona, quise robarte un tiempo, pero dijiste que todo iba programado: dabas la conferencia y ya tenías el primer avión para volver a Málaga con la familia porque era lo primero para ti. Los niños piensan como niños, los adultos como adultos. ¿Acaso no es pensar en la familia cuando se sales a enriquecer a otros con tu sabiduría? Pienso que compaginas muy bien las cosas y Carla estará muy orgullosa de ti siempre, aunque ahora, como todos los hijos, no comprendan todo.
    Saludos a todos.

  8. Estimado Juan:
    No es tan sencilla. No es tan rotunda la solución.
    En primer lugar porque existen obligaciones profesionales y laborales que mantienen la familia. ¿Te parecería bien que no hubiera pilotos o pescadores o médicos que hacen guardias o mujeres que trabajanfuera de casa y que viajan para sacar la familia adelante…?
    Por otra parte, es muy importante la calidad del tiempo compartido con los hijos y las hijas. Puedes estar todo el día metido en casa viendo la televisión o trabajando, sin hacerles el menor caso.
    Y, sobre todo, es importanrte, el amor con el que se comparten las horas.
    Pero tienes razón, hay que estar con los hijos y las hijas. No como un deber solamente. También como una forma maravillosa de felicidad.
    Un saludo.

    Miguel A. Santos

  9. QUERIDO MAESTRO! LOS HIJOS SON LA ÚNICA MARAVILLA DEL MUNDO PARA SUS PADRES Y CARLA LO ESTA DEMOSTRANDO SOLICITANDO LA CERCAÍA CON SU PADRE. CUANTO HONOR DEBES TENER AL SENTIR ESE SENTIMIENTO TAN PROFUNDO Y TAN LIMPIO DE AMOR! ME IMAGINO QUE EQUILIBRA LA BALANZA EL AMOR QUE LE TRASMITIRÁ SU MADRE. SEGURO SERA UNA CHICA FELIZ. TIENE BUENOS CIMIENTOS.SALUDOS CORDIALES.

  10. Estimado Miguel Ángel:
    Nos encantará ver a Carla y a su mamá en Ceuta. Nos pareció estupendo que pensaras venir aquí acompañado de tu familia. Después de leer este artículo comprendo el porqué.
    Saludos desde esta ciudad norteafricana.

  11. Comprendo la ambivalencia que plantea el autor. Por una parte la necesidad y el deseo de compartir el tiempo con los hijos y la necesidad y el deseo de realizar una actividad profsional que se considera interesante y, a veces, obligada. No es fácil combinarlas. Hay poner pasión en ambas cosas. Es la solución.

  12. Carla tiene razón y su padre tiene razón. Ella demanda presencia y el padre se duele de no darle toda la que desearía. Creo que la calidad de los tiempos es muy importante. Es decir, qué pasa cuando se está juntos. Cómo se vive y se comparte todo. Cómo se expresan los sentimeintos.

  13. Me ha encantado el artículo. No todos los docentes, por no decir “no todo el mundo”, tiene la delicadeza y sensibilidad de preocuparse por los sentimientos que está teniendo una niña y menos si está a la otra punta del mundo.
    Me ha parecido muy tierno y muy simpático.
    Gracias Señor Santos por compartirlo con todos nosotros.

  14. Cuestión capital la que plantea el artículo. Estar con los hijos y atender las obligaciones profesionales. La escala ha de establecerse por la necesidad de los niños y de las niñas.

  15. Este grupo de profesores ha hecho gala de una gran sensibilidad. Se han preocupado de los sentimientos de una niña y le han hecho unos regalos, sabedores que ella nada les podrá devolver. De manera desinteresada le han dedicado su tiempo y su dinero.
    Gracias por compartir esta hermosa iniciativa.

  16. No se trata sólo de lo que una “niña” demanda, se trata de la expresión sin dobleces de un ser humano, de la confianza que tiene de expresar todos sus deseos y sentimientos sin temor, claro no todo lo que queremos podemos obtenerlo, pero cuántos malos entendidos no se evitarían si todos pudiésemos expresar como Carla lo que deseamos? Cuantas familias estarían más unidas si todos expresáramos más esa necesidad de cercanía sin pensar en si es correcto desearlo o si podré obtenerlo antes de decirlo, que difícil para el profesor Santos escuchar este sentimiento pero al mismo tiempo que recompensa, cómo de amado no se debe sentir.
    Creo firmemente que tenemos mucho que aprender de los niños y niñas, no debemos ser condescendientes con ellos, menospreciando sus descubrimientos y problemas porque nosotros ya pasamos por situaciones parecidas, aún así ellos nos enseñan nuevas formas de ver y enfrentar la vida, si no somos paternalistas ellos nos devolverán la magia que la vida nos ha quitado a golpes, con cada desilución se apaga un poquito de nuestra luz interior; ellos, los niños y niñas tienen la hermosa capacidad de encender luces aún en los sitios más oscuros o en las personas más amargadas.
    Tomando prestada una idea del libro más popular de la historia: Si no nos hacemos como niños no podremos comprender los grandes misterios del universo.
    Un afectuoso abrazo a todos desde Chile.

    • Gracias, querida Fabiola, por este comentario. Y gracias por la carta que le enviaste a Carla y a la que hago referencia en el artículo. Se nota tu sensibilidad y tu altísima valoración de la infancia. Hacen falta muchas personas como tú.
      Un beso.

  17. Estimada Carla:

    Soy de Chile y recien hoy me di cuenta que tu padre estuvo en mi pais, no sabes lo apenada que estoy. No sabes la fuente de inspiracion que es tu Padre en mi camino como estudiante de Pedagogía Básica. Disfruta a tu padre, ríe y goza con él. y sientete orgullosa del padre que tienes, porque es digno de admirar. Tu padre me inspira cada dia y cada 15 dias visito su blog para cargar mi mochila con los maravillosos polvitos mágicos que tu papá derrama en la Educación.
    Sr Santos Guerra yo tambien tengo hijos y tambien amo la educación como usted.

    Muchos saludos Carla

    Daniela.

  18. Después de haber entregado 25 años de mi vida a la tarea de educar,hoy en la escuela en la que pensaba terminar mis días como docente,me amenazaron con asentarme un acta en mi cuaderno de actuación profesional(de hecho el acta ya está hecha,sólo falta que la pegue en mi cuaderno),por la sencilla razón de tener una opinión diferente a la de mi directora y por atreverme a decirla…Toda mi vida dejé a mis hijos para ir a dedicarme a otros niños y al leer este escrito suyo,me he echado a llorar,pero de arrepentimiento por no haber abandonado mi tarea y quedarme con ellos compartiendo mi tiempo…Ojalá hubiera sabido que después de tanta entrega alguien se iba a ensañar así,para evitarme este dolor y esta bronca tan grande que siento.Perdón por mi comentario,tal vez es fuera de lugar y desubicado,pero necesito desahogarme porque hasta fui amenazada con pedirme que me retire de la escuela con alguna licencia y se me persigue cuando hablo con alguna de mis compañeras,a las que se las somete a preguntas tales como:Qué estaba diciéndote la maestra de musica? A qué vino esta mañana y con quién habló? Para qué te buscaba? etc,etc,etc…a tal punto que ya en los recreos voy a estar sola en algun sitio apartado para que mis compañeras no vayan a ser castigadas por conversar conmigo..

    • Querida Silvia:
      Tu comentario es muy pertinene. Gracias por utilizar este espacio para compartir tu dolor.
      Veo que estás pasado por un mal momento. NO TE DESANIMES. NO DESFALLEZCAS. NO TE ACOBARDES. Expresar la opinión con libertad es un DERECHO DE CADA SER HUMANO.
      No reniegues de tu generoso pasado, aunque ahora no te lo reconozcan. Tú obraste como mejor creiste.
      Lamento que se entienda la dirección como poder y no como autoridad. La palabra autoridad proviene del verbo latino auctor, augere que significa HACER CRECER. Tiene autoridad aquella persona que ayuda a crecer. La que utiliza el cargo para silenciar, acallar, humillar, dominar y hundir a los otros, tiene poder, no autoridad.
      Recuerda la historia que yo cuento del caballo que se cayó a un pozo. Fueron a enterrarlo con paladas de tierrra. Pero la tierra que le echaban caía a los pies del caballo, de modo que él salió trotando en libertad. El convirtió con su actitud las paladas que pretendían sepultarle en una escalera hcia la libertad.
      Un beso muy-muy grande.
      Miguel Angel Santos Guerra

  19. Muchas gracias “Maestro”,sus palabras renovaron mis fuerzas para seguir escalando hacia la libertad.Un beso muy grande y un fuerte abrazo argentino!

  20. Profesor Miguel, o mejor, más coherente, como dice Silvia, Maestro, esta historia es inspiradora. Mi hija, al día siguiente de cumplir 7 años (en 2015), me hizo una breve, muy breve carta, mediante un colorido dibujo y finalizó escribiendo: “espero que lleges pronto siempre”. Ella de forma directa, me expresó ese “dolor de las ausencias” que vamos causando como profesores en nuestros hijos…es cierto, es incoherente. Silencios y ausencias. Desde ese día, llevo en mi celular la foto de ese mensaje, de su sentir, para recordar que debo llegar pronto a casa y compartir con ella, y con mi familia. Aún debo seguir trabajando en ello, porque me dejo consumir por el rol docente.

    De nuevo gracias Maestro por despertar-nos, renovar-nos, entusiasmar-nos…con sus acertadas palabras y anécdotas de la experiencia vivida.

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