El Ayuntamiento de Granollers me pidió hace unos días que impartiera una conferencia en el IX Encuentro de la Red Estatal de Ciudades Educadoras. Acudí encantado. Porque considero fundamental que las ciudades en que vivimos se conviertan en escenarios que inviten a todos los ciudadanos y ciudadanas a vivir de forma digna, respetuosa y feliz. Una ciudad limpia, segura, ordenada, ecológica, culta, silenciosa, justa, lúdica, cómoda, solidaria y estética es un marco en el que casi no es posible la delincuencia. Una ciudad limpia es educadora y una ciudad educadora es limpia. Una ciudad silenciosa es educadora y una ciudad educadora es limpia. Y Así sucesivamente.
Dice Richard Florida, en su libro “Ciudades creativas”, que hay tres grandes decisiones en la vida de las personas que condicionan su felicidad: dónde vivir, qué hacer y con quién compartir la vida. La más importante, dice, es la primera. Por eso habla de la geografía de la felicidad. Claro que muchas personas no tienen la posibilidad de elegir. Están condenadas a vivir donde han nacido porque ni siquiera pueden imaginarse otra cosa.
La ciudad debe estar concebida, diseñada y utilizada de manera que todos y todas podamos desenvolvernos en ella de manera segura, fácil y agradable. En una ciudad construida para conductores, varones, adultos, sanos, apresurados, agresivos, insolidarios y avaros, no tienen cabida los niños, los ancianos, los enfermos, las mujeres, los peatones… Si el prototipo de usuario fuese el niño, si las ciudadades estuviesen concebidas a suy medida, todos podríamos vivir en la ciudad cómodamente y sin peligro. Fancesco Tonucci, reconocido pedagogo italiano, que trabaja esta idea con niños y de niñas, preguntó en una ocasión a un grupo de pequeños escolares:
– ¿Cómo os gustaría que fuera la ciudad?
Uno de los niños contestó con aplomo:
– Queremos jugar gratis.
¿Qué tipo de ciudades estamos creando en las que los niños y las niñas no pueden satisfacer gratuitamente una necesidad tan básica como el juego? ¿Qué tipo de ciudad estamos diseñando en las que no se puede pasear con sosiego porque corremos el riesgo de ser atropellados, extorsionados, empujados, agredidos? En una zona de Punta del Este vi un cartel que trataba de promocionar viviendas. En el cartel se leía: “Aquí sólo corre el viento”.
Una amiga me ha enviado un interesante texto en el que se habla de la teoría de las ventanas rotas. 0e permito hacer uso de algunas de sus ideas. El profesor Phillip Cimbrado, de la Universidad de Stanford, redalizó hace años un curioso experimento de Psicología Social. Dejó un coche abandonado en el Bronx, a la sazón una zona pobre y conflictiva de Nueva York. Y otro, de la misma marca y color en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos coches idénticos abandonados en barrios con poblaciones muy diferentes. Los investigadores observaban lo que sucedía. Resultó que el coche abandonado en el Bronx comenzó a ser destruido en pocas horas. En cambio, el coche abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto durante varios días.
Podría deducirse de este hecho que la pobreza es la causa del delito. Atribución discutible. El experimento no concluyó ahí. Cuando el auto abandonado en el Bronx estaba destrozado y el de Palo Alto permanecía impecable, los investigadores rompieron un vidrio del coche de Palo Alto. El resultado fue que se desató sobre el mismo un proceso similar al sufrido por el coche colocado en el Bronx. El robo y el vandalismo redujeron el coche al mismo estado que el del barrio pobre.
El vidrio roto del coche abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo los códigos de respeto y convivencia,. Es un testimonio de ausencia de ley, de normas, de reglas. Es como un cartel en el que alguien hubiera escrito: “Aquí vale todo”. Cada nuevo ataque que sufre el coche, reafirma, profundiza y multiplica esta idea.
Experimentos posteriores desarrollaron la teoría de las ventanas rotas.. Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos algunos cristales de las demás ventanas. Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, allí se genera el delito en cadena.
La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, que se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: suciedad, graffittis, evasiones de pago, ebriedad, pequeños robos y extorsiones. Los resultados fueron rápidos y claros. Comenzando por aspectos pequeños se consiguió convertir el metro en un lugar seguro.
Posteriormente, en 1994, Rudlph Giuliani, alcalde de Nueva York, basándose en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de “tolerancia cero”. La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiéndose actuaciones que transgredieran la ley y las normas de convivencia urbana. El resultado fue el descenso significativo de los índices de criminalidad en toda la ciudad.
Si tenemos comunidades limpias y ordenadas, en las que no se tolera la infracción, será fácil conseguir de los ciudadanos y ciudadanas un comportamiento respetuoso y solidario. Por eso es tan importante convertir la ciudad en un proyecto educativo.
También puede plantearse el argumento a la inversa. Un conjunto de ciudadanos y ciudadanas que se empeñan en crear un espacio habitable conseguirá construir una ciudad más hermosa y acogedora. Nosotros hacemos la ciudad y la ciudad nos hace a nosotros.
Me he permitido copiar y pegar parte de esta entrada en mi blog personal (siempre cito y enlazo), espero que no le importe.
Muy interesante, gracias.
QUe una ciudad se convierta en «hermosa y acogedora» está muy lejos de ser el simple resultado, sin más, de la actitud de los ciudadanos o de las medidas al respecto de los responsables de la gestión de la misma, particularmente los ayuntamientos. A estas alturas, resulta de una obviedad aplastante que en España, quizás muy particularmente en el transcurso de la anterior legislatura y bajo la premisa del neoliberalismo feroz (mano barata de obra de otros países incluida), políticos de todos los signos dieron luz verde a la destrucción masiva del suelo y de los espacios naturales, construyendo sin ton ni son, omitiendo deliberadamente zonas y espacios verdes donde permitir el ocio y el esparcimiento. Comentar un famoso y demoledor informe de la Comisión Europea al respecto, que todos nuestros políticos intentaron ocultar el informe de Margrete Auken, donde se podía leer que en España «se ha desarrollado una forma endémica de corrupción» en todo lo concerniente a urbanismo. Las visitas in situ a España de Margrete fueron mal recibidas por las autoridades políticas y aún peor al desplazarse a las localidades donde más proliferaba el urbanismo desmesurado, lo que no evitó su publicación, a pesar del cógido de silencio de nuestros políticos.
¿En este contexto tan desolador, más allá de la peor crisis económica de la historia de España, los centros educativos deben seguir insistiendo en la importancia del civismo? Obviamente. Precisamente, como comentaba en una anterior aportación, invertir en educación y conocimiento es la única garantía, a largo plazo, de que tengamos políticos de otro perfil moral como proyección de futuro a diseños de ciudades ecológicas y sostenibles. Muchos aún no se han enterado de que la naturaleza forma parte de nosotros mismos y que su destrucción masiva, más allá del enriquecimiento rápido, supone nuestra propia destrucción. Y la de nuestros hijos. Sigamos, por lo tanto los docentes, con nuestros escasos recursos, luchando contra el neoaliberalismo y apostando por la naturaleza como el mejor de los patrimonios para la humanidad.
Saludetes.
Europa desarrollada tiene muchas veces hermosas ciudades ecológicas y limpias a costa de paíces del tercer mundo donde instala sus empresas que ensucian y contaminan.
Quién conozca Finlandia sabrá de su belleza y sus preciosas plantaciones de coníferas y de su aire limpio. Quién conozca algo de su economía y explotación forestal sabrá de la Planta Bosnia que tiene en Uruguay. Uruguayos y argentinos hicieron masivas y largas manifestaciones de protesta para impedir su instalación.Protesta que a nadie interesó. Los gobiernos de ambos paíces hicieron sordos oídos y el conflicto llegó a la corte internacional de La Haya, que por supuesto fayó a favor de Finlandia… ´Política nacional, política internacional… Que lujos… También España cuenta con explotaciónes similares en Uruguay. Y esto es solo un ejemplo de las muchas empresas contaminadoras y explotadoras que hay.¿Será que quiénes habitamos eso que nunca termino de entender que es el tercer mundo, somos más resistentes a la contaminación o no importa tanto que por ello padezcamos enfermedades y muertes?
Claro que mucho se puede hacer desde la educación. Formar seres que piensen, con poder de desición, que un día ocupen cargos políticos y creen nuevas políticas educativas y cambien sistemas educativos vigentes y caducos que responden al cruel y competitivo capitalismo en el que pobres y ricos, favorecidos y desfavorecidos nos vemos inmersos y todos absolutamente todos sufrimos las consecuencias.
¿De que sirve que no use aerosoles, si EE.UU. incendia en guerras programadas millones de toneladas de petroleo que producen desastres incalculables en la capa de Ozono? Entre paréntesis, Finlandia tiene un sistema educativo digno de elogios… ¿Le enseñará a sus niñas y niños que su linda ecología es a costa de vidas de los más desprotegidos del planeta?
Corrección :falló
YO CREO QUE SI TIENE SENTIDO CUIDAR NUESTRAS CIUDADES,POR MÁS QUE NOS PAREZCA INÚTIL O VEAMOS QUE OTROS PAÍSES O CIUDADES NO LO HACEN.»DE GRANITOS DE ARENA,SE FORMARON LOS DESIERTOS».
VIVO EN UNA PEQUEÑA CIUDAD,DONDE DESDE TODAS Y CADA UNA DE LAS INSTITUCIONES SE TRABAJA PARA MANTENER LIMPIO EL PLANETA,QUE NO ES NI MÁS NI MENOS,QUE LA CASA DE TODOS.
NO DEBEMOS BAJAR LOS BRAZOS, NI CANSARNOS DE SER MULTIPLICADORES DE LAS ENSEÑANZAS DEL CUIDADO DEL AMBIENTE.ES UN PLACER VER A NUESTROS NIÑOS,(NINGUNO MAYOR DE 12 AÑOS),PASANDO CASA POR CASA,INSTRUYENDO A LAS PERSONAS A CERCA DE LA TRANSMISIÓN DEL DENGUE-ENFERMEDAD CAUSADA POR EL MOSQUITO AHEDES AEGYPTIS-COLABORANDO CON LAS AUTORIDADES EN LA LIMPIEZA DE LA CIUDAD,LIBERÁNDOLA DE POTENCIALES CRIADEROS DE LARVAS O PUPAS DE ESTE INSECTO….ESAS COSAS ME HACEN SENTIR UNA PRIVILEGIADA EN ESTA BENDITA VOCACIÓN DE DOCENTE,ES AHÍ,CUANDO VES QUE COMIENZAS A RECOGER LO QUE SEMBRASTE…POR ESO,REPITO;NO IMPORTA CUÁN PEQUEÑO SEA EL APORTE A LA CONSERVACIÓN DE NUESTRO PLANETA,NUESTRA CIUDAD,NUESTRA COMUNIDAD,SIEMPRE ES MEJOR ESO,A NO HACER NADA.
Magnífico, A.F. Y tienes toda la razón: los países deprimidos económicamente (y por extensión social y culturalmente) son pasto fácil del expolio y la voracidad neoliberal. En el caso de América del Sur, en este sentido, todos sus países no dejan de abrazar a su vez el capitalismo de libre mercado. La Unión de Naciones Suramericanas y el Banco del Sur, por lo que se al respecto, son macroinstituciones más interesadas en el dinero fácil que los ciudadanos de sus países. Digamos que Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador… viven, a estas alturas de forma endémica, las consecuencias de esos militares y políticos aprendices de brujo dispuestos a reventar los recursos naturales de todos esos países y tirar directamente a la papelera la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Pueden las instituciones educativas cambiar este panorama desolador? Ya comenté en una anterior aportación que la escuela no puede cambiar el mundo, quizás nunca estuvo en situación de hacerlo. Pero que una inversión a largo plazo en conocimiento puede provocar no sólo una mayor concienciación de la población y las competencias ciudadanas y culturales que permitan cambios significativos, por más que transcurran décadas. Recuerdo una película de Werner Herzog, comprometido y brillante cineasta alemán, donde tras una escena de parto, en un contexto miserable, el médico sonreía al tomar al pequeño bebé en brazos y sentenciaba: «Este niño podría ser algún día el próximo presidente de EEUU». Si, todo es posible. Aunque yo como docente, jamás lo vea, ni posteriores generaciones de otros docentes. Pero tendré siempre mi conciencia tranquila, pensando que mi profesionalidad en pro de un mundo en equidad y mi conciencia por un desarrollo sostenible donde la naturaleza tenga un lugar privilegiado, pueden extenderse, universalizarse. Y que mis esfuerzos para ello, incluso ahora, en estas breves líneas, no son baldíos. Plantamos, definitivamente, semillas de futuro. Ojalá que muchas de ellas germinen.
Saludetes.
La Declaración Universal de los derechos humanos aquí en este lindo país que es Argentina, está muerta y enterrada. Es curioso, pero para el hemisferio norte casi ni existimos. Llama la atención ver que en algunos increíbles presentaciones que circulan por la red con expectaculares fotos satelitales,(hay que tener en cuenta que los sátelites en órbita en su mayoría son norteamericanos o europeos) Argentina no está… Cuando alguien dice «America» está pensando en EE.UU. También Argentina es América. Pero somos Sud América o más despectivamente «sudacas»… y esto no es un sentimiento de nacionalista herida, que para mi la patria es el corazón de los que amo…
A los grandes capitales del mundo les favorece mantener a estos paíces incríblemente ricos en producciones naturales (Argentina produce alimentos para 200 millones de habitantes y no llega a 40). Ellos contribuyen colaborando en campañas de políticos que siempre llevan al pueblo a vivir en condiciones cada vez más aberrantes. La opresión y el abuso de poder del gobierno argentino en este momento supera a la enésima potencia al último gobierno militar.
Desde mi más temprana edad escucho mil veces repetidas está frase: «nunca estuvimos peor…» Esa sensación permanente de estar cayendo en un pozo y nunca llegar al fondo. No es placentero vivir así. La vida se convierte en una lucha continua donde no se hace fácil mantener la alegría, el optimismo y la esperanza para luchar por un mundo mejor. Historia mil veces repetidas en tantos otros paíces pobres y en muchos con condiciones peores que aquí.
Este negro panorama político deja sus sombra siniestra sobre la escuela. Lugar que en muchas partes se ha convertido (por necesidad) en un centro asistencial más que en un lugar de saberes, enseñanzas y aprendizajes. Todo esto no es suficiente para desanimar a quienes luchamos y creemos en la posibilidad de un mundo mejor, más cálido, más acogedor, menos cruel, menos violento. Ningún esfuerzo es baldío y un día habrá flores y frutos…
Para quienes duden de lo que digo busquen en Internet Carta de Fernando Gamboa. Guinea Ecuatorial.
SÓLO QUIERO AGREGAR A MI COMENTARO ANTERIOR,EL N°5,QUE AGRADEZCO A LA VIDA,POR HABERME ENSEÑADO A SER POSITIVA Y A CREER QUE TODO ES POSIBLE,POR PEQUEÑAS QUE SEAN LAS ACCIONES QUE DESDE MI INSIGNIFICANTE LUGAR EN EL UNIVERSO,PUEDA HACER EN BIEN DE LOS DEMÁS SERES QUE HABITAN ESTE BELLO PLANETA.
ME GUSTA SEMBRAR LA ESPERANZA,ES SÓLO LO QUE YO PIENSO,NO ESTOY RESPONDIÉNDOLE A NADIE,QUE SE ENTIENDA POR FAVOR!
Leo con tristeza, A.F. tu análisis. Descuida, que la la crueldad, la explotación y por descontando el racismo en cualesquiera de sus formas se ciñen en todo aquello que sea sinónimo de pobreza. Te puedo asegurar, a modo de ejemplo (o contraejemplo), que en Marbella, una famosa localidad de Málaga, aquí en España, donde suelen veranear en los meses estivales familias árabes multimillonarias, a nadie se le pasa por la cabeza llamar «moros» (en despectivo) a personas que se pasean en cadillac. Esto es, no hablamos de marginación por motivos geográficos. No hablamos de marginación por idiomas, ni por el color de la piel. Hablamos de una marginación interesada, como bien apuntas, donde las naciones desarrolladas hacen lo posible por no abrir paso a las que están en vía de desarrollo. El neoliberalismo crea desequilibrios interesadamente: allá donde haya pobreza, en el extremo opuesto habrá riqueza. Y la pobreza tiende a involucionar: si las escuelas se convierten en centros de asistencia social, sin más, muy difícil lo tienen los niños para adquirir cualificaciones académicas y profesionales minimamente aceptables. Y si dichas carencias son generacionales, década tras década, el país correspondiente está llamado a depender, a corto plazo, de ese capital intelectual extranjero dispuesto a explotar los recursos del país para sus propios intereses. Aquí en España, el paradigma de ello duró un siglo en una provincia de Andalucía, en Huelva. El gobierno inglés compró a precio de saldo los derechos de explotación de las Minas de Rio Tinto, empleando precisamente a toda una comarca de personas semi analfabetas y a sueldos irrisorios en la explotación de dichas minas. Una vez agotadas por completo, el gobierno inglés volvió a vender «los derechos de explotación» al gobierno español. Miserias de todos los tipos se sucedieron en aquel largo siglo, narradas muy bien por cierto por Juan Cobos Wilkins en «El corazón de la tierra». En EEUU precisamente, al menos hasta décadas recientes, una persona de raza negra estaba llamada a la inanición. Por ser de raza negra, tus posibilidades de estudiar en centros que no fueran escuelas asistenciales estaban muy limitadas. La ausencia de cualificaciones profesionales a corto plazo te impedian encontrar empleos más allá de los de bajo perfil. Y por lo tanto, la escasez de recursos económicos formaban parte, endémicamente, de estas personas. A su vez, los hijos, nacidos en un contexto económicamente débil, repetían el ciclo. Y así sucesivamente. De esta manera, un nuevo concepto de esclavitud se ha ido forjando, los endémicamente pobres versus los hacedores del neoliberalismo. ¿Qué hacer para evitar estas flagrantes injusticias? Desde nuestro papel de educadores, precisamente dar una formación de calidad, tengamos los medios que tengamos. Y desde nuestro papel de ciudadanos, salir a la calle y protestar enérgicamente contra políticas (como es el caso actualmente en España) que marginan al trabajador (estamos ahora mismo camino de los cinco millones de desempleados) y obsequian a los empresarios con ayudas millonarias estatales.
En fin A.F., que los verdaderos culpables son obviamente esos políticos profesionales, muy alejados de perfiles estadistas que pueblan el mundo, para desgracia de los ciudadanos. Y voy a dejarlo, porque a veces me dicen que hablo más de la cuenta y que debo ser más precavida. Encuentro la paz cuando me paseo por el campo, respirando naturaleza, escuchando el viento susurrar entre pinos que resplandecen verdáceos. Y por supuesto con los míos, mi familia, mis amigos que piensan igual que yo. Deberíamos dar, como decía Mafalda, todos los ciudadanos del mundo, al mismo tiempo, un zapatazo en el suelo. Al resquebrajarse el mundo en dos, ojalá quedáramos en una de las partes sólo los que aún creemos en un mundo justo y equitativo, donde todos somos iguales aún siendo diferentes. No quiero contar lo que desearía para la otra parte.
Saludetes.
El planeta Tierra es el único hábitat con el que hasta el momento contamos los humanos y toda la biodiversidad. Que está deteriorado, desgastado, maltratado, a eso todos lo sabemos. Hace poco mi hijo, que vive en Europa, me contaba que lo que más extraña de su amada América es la alegría, el verdor, la música de la tierra. Me dice en su carta que allí parece que todo es posible, pero el planeta llora. Yo le he respondido que aquí también se oye el llanto de la tierra. Los ríos se contaminan, el aire se torna sucio, el suelo se erosiona, se talan las selvas deterirándose los pulmones naturales del planeta, la pobreza trae enfermedades… es el producto de la globalización, es la realidad, es lo que tenemos, lo que hicimos los humanos con todo nuestro inevitable progreso. Cuando entendamos que cuidando los dos metros cuadrados de tierra que cada quien ocupa y que un día nos sepultará, sin buscar culpables, ese día el planeta vovlverá a cantar. Los educadores tenemos la obligación de hacer que cada niño lo internalice, que reconozcan de verdad cuán importante es el cuidado del ambiente,la casa de la humanidad. Pero no es fácil luchar contra funcionarios dueños del poder y corruptos, que miran hacia otro lado cuando los terratenientes talan bosques para sembrar soja que es más redituable, y descaradamente dicen que es más conveniente pagar la multa y talar el bosque, que dejarlo en pie…Se hace difícil luchar contra la codicia, ojalá los niños de hoy tengan otra mirada…ojalá podamos cambiar algunos conceptos…Quiero ser una vez más optimista.
Cordiales saludos.
Mrs Joana, Tu eres una excelente maestra. Gracias por compartir este sentimiento de impotencia que invade cuando los poderosos de la tierra se reparten los bienes a costa de lo más desprotegidos. Aquí podés pasarte la vida protestando, en la calle, en tu trabajo, en donde tengas ganas, que es inútil, de nada sirve.
Si eres docente y crees que es justo hacer un paro o manifestaciones para que te aumenten el sueldo, porque el que cobras no alcanza (y convengamos que los cargos se tienen de a dos)para cubrir la cuota del supermercado, el gobierno declara el paro ilegal y te descuentan los días y así sucesivamente en todos los grupos sociales. Para que te voy a hacer la lista. A lo largo de los 49 años que tengo he visto destruir la clase media, que formaba una mayoría, único ejemplo en América Latina,
hasta hacerla practicamente desaparecer.Se entiende por clase media un grupo de habitantes que cuenta con los recursos necesarios para una vida digna:entiendase por ello casa, comida, educación, auto y vacaciones… Ahora vivimos eso de unos pocos ricos y muchos, muchos, muchos pobres.La preocupación diaria de si mañana nuestros hijos podrán comer, la incertidumbre absoluta del mañana. La imposibilidad de planificar vidas y sueños.
Todo ello hace que veamos la vida desde otra perspectiva. Cuando los europeos, incluídos los españoles hablan de crisis, por estos lados nos provoca más de una sonrisa. Crisis, es nuestro pan de cada día. Desempleos es lo de menos. Acá lo más grave es que los empleos en un enorme porcentaje son en negro, y junto con los que están de acuerdo a la ley, tienen sueldos tan bajos, que alcanza para comer, a veces… Y ni que pensar en las otras necesidades..Pero la vida es una aventura y como toda aventura tiene sus partes difíciles, sus tuneles oscuros e inundados, sus subidas, sus días de sol y fiesta. Y claro que cada tanto soñamos por estas latitudes con deseos como el de Mafalda…
Un abrazo.
Pues leido lo leido A.F., queda poco por decir, por desgracia. Pero ánimo, siempre ánimo:
el señor astro del dia
como no estoy en sus pies
no me da luz y sin cuidado me tiene
tengo una cita con usted,
la luz que más me conforta
en sus ojos la hallaré
y lo demás que me importa
tengo una cita con usted
el bueno de mi casero
cuando no pago alquiler
me echa a la calle y sin cuidado me tiene
tengo una cita con usted
el nido que más me conforta
en sus brazos lo hallaré
y lo demás que me importa
tengo una cita con usted
la buena de mi patrona
cuando sin blanca me ve
me mata de hambre y sin cuidado me tiene
tengo una cita con usted
el menú que más conforta
en sus labios lo hallaré
y lo demás que me importa
tengo una cita con usted
su majestad don dinero
como no caigo en su red
me tiene a raya y sin cuidado me tiene
tengo una cita con usted
los bienes que más me confortan
en su amor lo hallaré
y lo demás que me importa
tengo una cita con usted
Lo dicho, muchísimo ánimo ahora y siempre. Saludos.
He leído con atención no solamente el texto del Profesor,sino también los comentarios enriquecedores y realistas de Mrs Joanna y AF. Seguramente, entre tanto pesimismo, ambos apuntan-al igual que muchos otros entre los que me incluyo. a que esta realidad mejore. Más nos vale.
Gracias por enriquecernos y abrir nuevas preguntas a los lectores
cuanta claridad en el pensamiento de todos ustedes, cada opinión hace que me vea identificada en mi pensar.paso por todos los estados, por momentos,digo quien y cómo solucionaran algo tan basico,tan necesario,como el cuidado de la naturaleza.Soy de gualeguaychu´,cuna de la lucha contra las papeleras de botnia en uruguay y sinceramente aveces digo no lo lograran (los ciudadanos que tan a conciencia luchan dia a día);digo porque mi compromiso ha sido más esporádico,pero en el fondo también sé que vale la pena ,siempre vale la pena luchar, en todos los ambitos.Considero que la educación es sumamente necesaria para la concientización del cuidado del planeta.También aveces pienso,muchos en la lucha contra las pasteras, pero las calles están atiborradas de basura, todos (o la mayoría),tiran papeles como si nada en plazas, playas(muchas bolsas de nylon,botellas,latas),costanera.Desde mi profesión de docente de nivel incial,trato de recalcar siempre la importancia de cuidar esos pequeños detalles que hacen al cuidado de nuestro medio.Pero que hacemos con nuestros politicos, como se vence tanta corrupción, tanta miseria? …apuesto por la educación, por el granito de arena de cada uno de nosotros que queremos el bien común.hasta pronto!!!