Ser docente

7 Feb

13-maestro_y_discipulo.jpg El pasado día 30 de enero participé en Santander en un hermoso acto de homenaje al docente, organizado por la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria. En él se celebraba también la jubilación de más de un centenar de docentes, casi todos con más de cuarenta años de enseñanza. Se entregó un regalo a cada un de los jubilados y jubiladas y un ejemplar de un interesante libro titulado “Vidas Maestras”, en el que una parte de los jubilados y jubiladas cuenta su hermosa historia docente.
Me pidieron una intervención sobre lo que supone ser docente. Unas palabras de homenaje a estos esforzados profesionales del saber y del saber ser. Acepté encantado. Me remonté a tiempos lejanos.
El gran magistrado Pericles, cuya personalidad marcó todo el siglo V antes de Cristo, hasta el punto de conocerse a éste como Siglo de Pericles, entendió de forma cabal la misión del maestro como forjador de la personalidad y la conciencia de los pueblos.

En cierta ocasión, mandó reunir a todos los genios y artistas que habían contribuido a engrandecer Atenas. Fueron llegando los arquitectos, los ingenieros, los escultores, los guerreros que defendieron la ciudad, los filósofos que propusieron nuevos sentidos a la vida… Estaban todos allí, desde el matemático que descubría en el número el sentido helénico de la exactitud hasta el astrónomo que se asomaba al universo para contemplar la armonía de las estrellas. Pericles cayó en la cuenta de una ausencia notable: faltaban los pedagogos, personas muy modestas que se encargaban de llevar a los niños por el camino del aprendizaje.
– ¿Dónde están los pedagogos Preguntó Pericles. No los veo por ninguna parte. Vayan a buscarlos.
Cuando, por fin, llegaron los pedagogos, habló Pericles:
– Aquí se encontraban los que, con su esfuerzo, embellecen y protegen a la ciudad. Pero faltaban ustedes, que tienen la misión más importante y elevada de todas: la de transformar y embellecer el alma de los atenienses.
Luego expliqué por qué la tarea docente es hoy difícil, compleja, problemática y arriesgada. Me remití a Manuel Rivas que, en un artículo titulado “Amor y odio en las aulas”, dice: “Mucha gente todavía considera que los maestros de hoy viven como marqueses y que se quejan de vicio, quizá por la idea de que trabajar para el Estado es una especie de bicoca perfecta. Pero si a mí me dan a escoger entre una expedición “Al filo de lo imposible” y un jardín de infancia, lo tengo claro. Me voy al Everest por el lado más duro. Ser enseñante no solamente requiere una cualificación académica. Un buen profesor o maestro tiene que tener el carisma del presidente del Gobierno, lo que ciertamente está a su alcance; la autoridad de un conserje, lo que ya resulta más difícil y las habilidades combinadas de un psicólogo, un payaso, un disc jockey, un pinche de cocina, un puericultor, un maestro budista y un comandante de la Kfor. Conozco a una profesora que sólo desarmó a sus alumnos cuando demostró tener unos conocimientos futbolísticos inusuales, lo que le permitió abordar con éxito la evolución de las especies”.
Dije luego por qué ser docente es importante, hermoso y apasionante. Por qué ser docente es ser inmortal. Cité a Rubem Alves: “Enseñar es un ejercicio de inmortalidad. De alguna forma seguimos viviendo en aquellos cuyos ojos aprendieron a ver el mundo a través de la magia de nuestra palabra… Por eso el profesor nunca muere”. Además, el docente cosecha frutos en sementeras inmediatas o lejanas: frutos de aprendizaje, de gratitud, de imitación, de sentimientos y emociones. Basten, para mostrarlo y demostrarlo, estos dos botones de muestra:
El 19 de enero de 1824 , estando en la cumbre de su gloria, Simón Bolívar le escribió desde Pativilca (Perú) una carta a su antiguo maestro. En ella reconocía que fue precisamente ese maestro que sembró en su corazón los anhelos y el compromiso por la libertad y la justicia, quien espoleó su corazón para lo grande y lo sacó de una vida frívola y sin sentido. Dice en esa carta: “Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado en una de las playas de Europa. No puede usted figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que nos ha dado: no he podido borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado”.
También Albert Camus que, cuando niño, vivió en Argelia una vida de trabajos y pobreza y que gracias a su esfuerzo y su talento consiguió el Premio Nobel de Literatura, quiso reconocer en una famosa carta que todo se lo debía a un maestro especial, el señor Germain. Dice en la carta:
“Esperé que se apagara un poco el ruido que ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero, cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que yo era, sin su esperanza y ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que conceda demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generosos que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido”.
Terminé diciendo que hay una calle en la ciudad de Puerto Lápice que está dedicada a los maestros. A todos los maestros. A todas las maestras. Los que hoy son. Los que han sido. Los que serán. Se llama CALLE DE TODOS LOS MAESTROS. En cada una de las ciudades del mundo, en el seno de cada familia (y en cada corazón de los ciudadanos y ciudadanas) debería figurar esta hermosa inscripción: A TODOS LOS MAESTROS. Ellos y ellas son el verdadero ejército de salvación de la humanidad. Un ejército pacífico, abnegado y silencioso. ¿Qué sería del mundo sin los docentes?

22 respuestas a «Ser docente»

  1. Querido maestro (porque tú también lo eres), te agradezco profundamente el reconocimiento tan hermoso que has mostrado hacia las personas que dedican su vida a enseñar a los demás;hoy…con esta lectura…se me ha alegrado el alma.

    Un beso fuerte
    Mª Ángeles Peláez

  2. Miguel A.:

    Enhorabuena por glosar brevemente en este artículo la esencia de ser docente. Sólo añadir que cuando consideramos que lo que hacemos cada día en nuestro Centro es simplemente un trabajo, una salida profesional o una ocupación, cobrar a fin de mes, una forma como otra de ganar un sueldo, traicionamos esa esencia y nos convertimos en un mal profesor que, por desgracia, los hay y en gran cantidad.

    Un abrazo.

    MIGUEL A.

  3. Estimado Maestro, ¡Cuán reconfortada se ha sentido mi alma con este artículo!
    Y de la misma manera que usted ha mencionado a hombres célebres agradecidos de sus maestros, he de mencionar yo en el día de hoy, con toda mi humildad, a una maestra que tuvo mucho que ver con mi decisión de ser maestra, y que toda mi vida he tenido como ejemplo y faro que me ha señalado caminos, como persona y como maestra, es ella mi entrañablemente querida “Señorita María Luisa”, que me ayudó a encontrar seguridad y confianza en mí misma, que aún tan lejana en el tiempo, sigue siendo para mí un modelo, y ante muchas situaciones difíciles de mi carrera, en el momento de tomar decisiones me he preguntado:
    ¿Cómo hubiese actuado la Señorita María Luisa en este caso?.
    Porque yo sé que en la vida de cada persona hubo un maestro que dejó marcado algún sendero, sólo que no siempre somos concientes de ello.
    ¡Felicitaciones por el artículo, querido Maestro Miguel Ángel!¡Y gracias por ser faro que ilumina derroteros de tantos maestros terrenales!
    Cordiales saludos desde Córdoba, Argentina.

  4. Querido profesor: Acabo de leer su artículo y he terminado con lágrimas en los ojos, porque la mayoría de las cosas que relata las he vivido, primero como alumna y después como docente.
    Acabo de prejubilarme, después de dedicarme a la enseñanza 41 años. El curso pasado fue el más duro, ya que en mi interior reinaba una pura contradicción; por un lado quería jubilarme para dedicarle más tiempo a los míos y hacer cosas que siempre había deseado y no las hice por falta de tiempo, por otro lado me dolía en el alma, dejar a mis alumnos de educación especial, tarea que desarrollé durante los once últimos cursos. Todavía no he sido capaz de volver al centro en horario escolar, para no encontrarme con ellos, no puedo. Cuando recogí el aula fue lo más doloroso, no era un cambio de centro, era el fin de una profesión a la que me di con cuerpo y alma. Cada vez que rompía un informe, una ACI o un programa me daba la sensación, que rompía un trozo de mí, todavía, no he sido capaz de colocar las cosas que quise conservar.
    Pienso que en la enseñanza hay buenos maestros, sobretodos aquellos que eligieron esta profesión por vocación y los que está en ella sin este don, se nota. Es verdad que la sociedad es culpable de muchos de los males que hoy reina en la enseñanza, pero el buen docente sabe sortearlos, y al final consigue los objetivos que se marca con casi todos los alumnos, teniendo siempre en cuenta que cada alumno es diferente, personalizando la enseñanza y compensando las carencias que tienen de diferentes tipos.
    Yo siempre he pensado que un docente es inmortal, porque a diferencia de otros artistas, su abra sigue viva, viva en muchos seres humanos que han podido pasar por sus manos y que le han ido robando un poquito de su corazón, por eso el corazón de un buen maestro nunca muere.
    Tuve la suerte de criar y educar a tres hijos maravillosos, hoy todos, con carreras superiores, con mucho esfuerzo, desgaste y desvelo. Ellos desde pequeños siempre comprendieron mi profesión, lo mismo que mi esposo, pero yo tuve problemas de conciencia, pensando que me daba más a mis alumnos que a ellos, quizás porque siempre tuve niños, que le faltaban lo que ellos tenían.
    Nunca consideré mi profesión como un trabajo, sino como una satisfacción. Conseguí durante toda los años que estuve de docente, dejar los problemas que podía traer, el 50% a las puertas del centro y el otro 50% en la puerta de mi aula, porque me debía a mis alumnos sin ningún tipo de reserva.
    Puedo asegurar, si pedantería, que me he prejubilado con la misma ilusión con la que empecé, con tan solo diecinueve años. Y hoy puedo decir desde lo más profundo de mi ser, que siempre recibí mucho más de lo que fui capaz de dar, de mis alumnos de sus padres y por supuestos des los buenos compañeros que me fui encontrando en mi camino. Gracia a todos y en especial a los cientos de alumnos que pude tener, porque guardo de todos muy buenos recuerdos, si hubo algún momento arduo, hace mucho que lo olvidé.

  5. Hola maestros/as
    Estupendo artículo M. Angel, pero que pena que tantos siglos después de Pericles siga ocurriendo lo mismo.Que pena, que en cada debate televisivo en el que se trata un tema relacionado con la educación, con la Educación para la Ciudadanía, por hacer referencia a la última moda,con la escuela… se oigan voces de tantos políticos, representantes de tales y cuales asociaciones, de psicologos, abogados, etc.,etc. y que pocos maestros de los que seguimos teniendo las manos manchadas de tiza, de los que no hemos desertado de la tiza, ni pensamos hacerlo.La diferencia es que no está Pericles.
    Que PENA que artículos como este se guarden para el día de la jubilación. Cuantos cursillos,cursos, jornadas…”spam” en los que la cantinela es muy otra.
    Cantinela de “modernizaos que se aburren los niños con vuestras charletas”, “disfrazaos de lagarterana, con perdón lagarteranas, que se diviertan los niños”,”aburridos que siempre haceis lo mismo, si supierais programar y fueseis creativos.. ,hay que ser creativos, no espereis que os digamos como, no os debemos dar recetas, cread, cread” y nos han leido páginas y páginas-pensarian que no sabemos leer- de fotocopias y fotocopias con las que llenar las tres horas de cursillo, que además se hacía después de salir de la escuela a las 5 de la tarde, te ibas a toda prisa al CEP,o CPR, hasta las 8,30 y con un poco de suerte llegabas a tu casa a las 9 de la noche.
    Que PENA que no le lean la los maestros el artículo de su jubilación en el primer cursillo que hacen, que pena que no esté Pericles, pero que alegría cuando viene un crío y te dice seño estas muy manchada de tiza y empieza a limpiarte, porque comprende, que como tienes las manos poco puedes limpiarte, te ayudo seño.Estoy convencida de que Pericles está en las aulas ayudando a limpiar manchas de tiza.
    Con cariño para todos los jubilados, y si podeís y quereís aprovechad sitios como este para transmitir a los jovenes maestros la ilusión que no le van a dar en los multiples cursillos “spam” que van a hacer.

  6. Belo texto, Miguel, no momento em que, por aqui, o reconhecimento da função de professor já teve melhores dias.
    Um abraço,
    Mário Sanches

  7. Hay que acabar con la idea de que quien no vale para otra cosa, vale para la enseñanza. Ese error ha causado y está causando mucho daño a la tarea que realizan los docentes. Enhorauena por el artículo.

  8. No es fácil ser docente cuando hay alumnos que no quieren aprender. Podemos llevar el caballo a la fuente y meterle la cabeza en el agua. Pero sólo él puede decidir si quiere beber. Claro, que si el agua está limpia y fresquita y le acariciamos en lugar de apalearlo, será más fácil que beba.

  9. Por indicación de una estimada amiga y maestra, hace algún tiempo que visito este blog. Si bien las reflexiones, en líneas generales, son interesantes, creo que adolecen de un exceso de tópicos que quizás poco tengan que ver con la educación del siglo XXI, pero que sin duda pudieron marcar, en su tiempo, líneas pedagógicas y metodológicas que eran urgentes. Veáse al respecto la II República, por ejemplo. En este sentido, la figura del profesor, del maestro, del docente, queda muy lejos hoy día de esa educación para los sentimientos que quizás pueda estar presente en el mentalenguaje propio de ciencias de la educación, como gran abstracción de los procesos, en definitiva, de enseñanza y aprendizaje, pero evidentemente muy lejos de la realidad cotidiana del aula y los graves problemas de la educación, muy particularmente en nuestra comunidad autónoma: infraestructuras, en todos y cada uno de los centros; personal, recursos, masificación… Habría que añadir los grandes problemas ocasionados en el contexto de una sociedad neoliberal para con la educación, en la medida que se educa, desde todos los sectores y no necesariamente de forma subliminal a los niños desde que son pequeños. Falta, de todos en sabido, coordinación: entre familias y docentes; entre docentes y sindicatos; entre sindicatos y la propia consejería de educación. Y así sucesivamente. De todo ello podría dar cuenta sobrada cualquier docente, de cualquier centro. Pero desde luego, no podría hacerlo alguien que no está allí donde transcurre la enseñanza. Es el caso, quizás, del autor de este blog y otros muchos, que más allá de sus buenas intenciones, cometen el mayor de los errores: hablar de lo que se sabe. BUenas tardes.

  10. Realmente su comentario llegó a mi corazón porque diariamente uno convive con dichas experiencias y aveces son gratificantes o en ocasiones decepcionantes pero lo que realmente puedo decir, es que esta es una profesión en la que no hay dinero en el mundo que la pague, pues estamos expuestos a demasiados escarnios y pocas retribuciones y sin embargo los que decidimos hacerlo con amor, seguimos ahí,en pie de lucha a pesar de todo…Gracias por recordarme lo valiosa que soy en el mundo de la educación!

  11. Gracias Miguel:
    Hay si supieras, en Chile se aprueba un articulo(46-g)en nuestra LGE, en que cualquier profesional con 8 semestres podra hacer clases en secundariab …despierta Pericles

  12. este reportaje me dejo super conmovida, ahorita me desempeño como deocente,pero estoy estudiando la carrera, gracias mil gracis por este reprtaje me servira de mucho y lo voy a compartir con mis compañeros mañana. exactamente vamos hablar sobre la profeción del docente.

  13. Estimado maestro
    Me complace mucho leer este artículo, que es un homenaje a todos los docentes, quienes con su dedicación, esfuerzo y sabiduría, forjan las nuevas generaciones,y que sea un punto de inspiración para nosotros los nuevos docentes. Gracias.
    Un saludo

  14. Hola!
    Muchas Gracias por responderme fue emocionante ver tu mail en mi bandeja!
    Leer tu articulo de hoy completa ese mensaje

    Mucho se habla de educacion, lo sabido y lo no, poco se siente, recordar que nuestros alumnos y maestros ademas de \"cabezas\" tienen corazon es importante para considerarnos personas trabajando aprendiendo y enseñando con otras personas.
    Creer que las escuelas son \"empresas\" donde se controla calidad, eficacia y eficiecia donde se proyecta y evalua segun normas IRAM de calidad ha tenido la falencia de deshumanizarnos
    no tengo en mi brazo un codigo de barras por ahora!!
    tengo sangre!! ojala las cosas cambien nuevamente
    …los cambios son inevitables…la mejora es opcional

    gracias nuevamente
    besos
    feliz año!

  15. Acostumbro cada tarde buscar articulos para pasar un buen rato leyendo y así
    he localizado vuestra web. La verdad me ha gustado el articulo y pienso regresar
    para proseguir pasando buenos ratos.

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