El zoquete

15 Nov

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El diccionario de la RAE define el término zoquete, en su acepción coloquial, como «persona tarda en comprender». Un zoquete quiere, pero no puede. Sencillamente, no es capaz. Es torpe de nacimiento y, por consiguiente, puesto que zoquete nació, zoquete seguirá siendo. Lo más terrible del término es la irremediabilidad, el carácter definitivo de la condena genética, el falso determinismo biológico que encierra. Cuando se considera zoquete a un alumno en la escuela se dice de él que no puede llegar a nada en la vida. Qué cruel error. Lo malo de que los profesores consideren zoquete a un alumno es que él mismo acabe creyéndose que lo es.
Me preocupan los alumnos y las alumnas que fracasan en la escuela. Especialmente aquellos que, aunque se esfuerzan, no pueden comprender lo que otros captan con facilidad y rapidez.
– ¿No lo entiendes?
– No, señor.
– Es que eres un zoquete.
– Sí, señor

«Yo era un zoquete solemne», dice reiteradamente Daniel Pennac en la hermosa obra que acaba de publicar con el título «Mal de escuela». «Es un libro, dice, sobre el zoquete. Sobre el dolor de no comprender y sus efectos colaterales». Pennachioni (ese es su apellido completo) es un famoso novelista francés, muy conocido entre nosotros por su obra «Como una novela». «Mal de escuela», en el título original «Chagrin d´École», es un libro apasionante, bellamente escrito y traducido al español con exquisitez literaria.
A través de la cuidada pluma del autor nos adentramos en el corazón de un escolar fracasado. Dice de sí mismo: «Me bastaba entrar en el aula para salir de ella. Como uno de esos rayos que caen de los platillos volantes, me parecía que la mirada vertical del maestro me arrancaba de la silla y me proyectaba instantáneamente a otra parte» Y añade: «En todo caso, el miedo fue el gran tema de mi escolaridad: su cerrojo. Y la urgencia del profesor en que me convertí fue curar el miedo de mis peores alumnos para hacer saltar ese cerrojo, para que el saber tuviera una posibilidad de pasar».
Gracias al conocido novelista podemos saber qué es lo que siente un alumno condenado a la desesperanza del fracaso: «El odio y la necesidad de afecto habían hecho presa en mí desde mis primeros fracasos. Se trataba de domesticar el ogro escolar. Hacer cualquier cosa para que no me devorara el corazón».
El libro está escrito desde dentro, desde el amor a la escuela y a profesión docente, que el autor ha ejercido durante muchos años en Francia como profesor de Literatura en Secundaria. El fue un zoquete redimido por tres o cuatro profesores a los que cita con veneración, con respeto y con ternura. Ellos le sacaron del pozo. «Aquellos tres profesores sólo tenían un punto en común: jamás soltaban a su presa». De uno de ellos cuenta: «Cada vez que suspendía mi examen de bachillerato, me invitaba a un restaurante excelente para convencerme, una vez más, de que cada cual va a su ritmo y que yo, sencillamente, llevaba retraso en el florecimiento»
Me pregunto por los zoquetes que han sido etiquetados por la escuela y que no han podido desprenderse de ese estigma. El autor dice que su madre, a pesar de sus muchos años como docente de Secundaria y como novelista de éxito internacional todavía le pregunta a su hermano Bernard:
– ¿Tú crees que lo logrará algún día?
Comparto muchas ideas del autor. Me he emocionado con muchas de sus experiencias. Ojalá que todos los profesores y profesoras compartiesen con los lectores todo lo emocionante que les ha brindado la profesión. Sería una fuente extraordinaria de estímulos y de ideas. Comparto, por ejemplo, su valoración del amor como fuente de inspiración y de éxito. Véase, como botón de muestra, este sustancioso diálogo:
«- No son métodos lo que falta, sólo habláis de métodos. Os pasáis todo el tiempo refugiándoos en los métodos cuando, en el fondo de vosotros mismos, sabéis muy bien que el método no basta. Le falta Algo.
– ¿Qué le falta?
– No puedo decirlo.
-¿Por qué?
– Porque es una palabrota.
– ¿Peor que «empatía»?
– Sin comparación posible. Una palabra que no puedes ni siquiera pronunciar en una escuela, un instituto, una facultad o cualquier lugar semejante.
– ¿A saber?
– No, de verdad, no puedo…
– ¡Vamos, dilo!
– Te digo que no puedo. Si sueltas esa palabra hablando de instrucción, te linchan, seguro.
– …
– El amor».
Dos discrepancias con Daniel Pennac. Deduzco de la lectura del libro que, para ser buen profesor, basta dominar la asignatura y estar preocupado por los alumnos y alumnas. No estoy de acuerdo porque creo que esta no es una profesión inespecífica. Hacen falta saberes y destrezas especializados que no son congénitos y que no se adquieren por ciencia infusa. Tampoco estoy de acuerdo en que deban hacerse profesores sólo los alumnos que hayan sido considerados zoquetes, aunque está claro que sabrán comprender mejor a quienes tengan problemas. Porque sería una forma de reafirmar en la sociedad aquel viejo aforismo de Bernard Shaw: «El que sabe, hace; el que no sabe, enseña». Hace falta cambiar ese estado de opinión para concluir que han de dedicarse a la docencia las mejores personas y los profesionales más capacitados. Porque la educación es una tarea tan importante y necesaria como difícil.

12 respuestas a «El zoquete»

  1. ¡Que bonito artículo!Es como un bálsamo que lima las asperezas del anterior. Las etiquetas anulan y paralizan. Los estímulos de aliento hacen que se logren mayores esfuerzos y mejores resultados.
    Sin ninguna duda la profesión docente es la más compleja y la más difícil de todas. Requiere de una enorme preparación no solo de saberes específicos. Requiere de una profunda vocación. Requiere de una capacitación constante para volcar en la escuela todos los cambios sociales y culturales. En mi país el término «maestro» o mejor dicho «maestra» ya que son la inmensa mayoría mujeres, es casi un término peyorativo. Quizás porque también la inmensa mayoría tiene una preparación deficiente, no hablemos de vocación y la capacitación no existe desde el sistema. Si un maestro quiere capacitarse lo tiene que hacer de su bolsillo y en horas extras…
    Yo recuerdo y creo que a muchos les pasará lo mismo, los MIEDOS de mi época escolar.¡Cuantas situaciones de angustia! Claro que recuerdo montones de momentos felices, pero no están relacionados con mis maestras o profesores…
    Nadie, en ningún ámbito de la vida y mucho menos en la escuela, tiene derecho a decir a otro»sos un zoquete» o cualquier término equivalente. Aquellos que en educación lo usen o lo hayan usado alguna vez deberían replantearse lo que están haciendo. Aquél maestro o maestra que le diga a un alumno o alumna «sos un estúpido» (como se dice aquí) debería quedar automáticamente fuera del sistema escolar…para siempre.

  2. He visto con sorpresa en la portada de La Opinión que se van a cobrar elevadas multas por escupir, tirar colillas,etc…
    Creo que eso nos debe interpelar como padres y como docentes. Hagamos cambios para que no haya que cobrar multas por aquellas cosas que NO DEBEN hacerse. Esos son los cambios que la escuela y la sociedad necesitan. Enseñemos a vivir en paz, teniendo como fundamento primordial el respeto por el otro.
    Un abrazo y buen fin de semana…

  3. AY MAESTRO!SIEMPRE TAN BRILLANTES SUS REFLEXIONES….SABE LO QUE HE SENTIDO DESDE QUE LEÍ SU DEFINICIÓN DE ZOQUETE?…ENOJO,MUCHO ENOJO!POR QUE ME DIJE:ASÍ DEFINEN A LOS ALUMNOS MÁS LENTOS ESOS MAESTROS QUE EDUCAN SIN AMOR…Y PERDÓNEME UD.POR DECIR ESTA PALABRA PROHIBIDA EN EL ÁMBITO EDUCATIVO.CUANDO LA HE LEÍDO SOBRE EL FINAL DEL RELATO,ME HE REÍDO A CARCAJADAS,DE VERDAD!.
    YO SOLÍA SER COMPARADA CON UNA DE MIS HERMANAS,MUY,EXTREMADAMENTE BRILLANTE ELLA,MUY INTELIGENTE Y A LA QUE QUIERO ENTRAÑABLEMENTE Y QUE CUANDO LEA ESTO,SE QUE VA A REGAÑARME,POR QUE SIEMPRE DICE QUE YO TAMBIÉN SOY MUY INTELIGENTE…JAJAJA…PERO AL LADO DE ELLA,YO HE SIDO SIEMPRE UN ZOQUETE,Y LA MAESTRA DE MATEMÁTICAS ME DECÍA:AY SILVIA!NO ERES NI LA SOMBRA DE TU HERMANA,ELLA RESOLVÍA ESTOS PROBLEMAS MENTALMENTE Y TÚ TODAVÍA ESTÁS HACIENDO CUENTAS EN UN PAPEL…¡VIEJA BRUJA! SERÁ POR ESO QUE ME HE DEDICADO AL ARTE?SERÁ QUE MARCÓ ESTA MAESTRA ,MI VOCACIÓN SIN QUERERLO? NO ME SIENTO UN ZOQUETE,CREO QUE NO HE DEJADO QUE ESTAMPEN ESE RÓTULO EN MI FRENTE,ES SÓLO QUE HAY DOCENTES QUE TIENEN MÁS AFINIDAD CON UNOS ALUMNOS QUE CON OTROS…CON EL TIEMPO HE LLEGADO A QUERER ESA MAESTRA,PERO NO SIENTO LA ADMIRACIÓN QUE SIENTE MI HERMANA POR ESA MISMA MAESTRA,PUES PARA MÍ,ELLA TAMPOCO ERA GRAN COSA COMO DOCENTE,JAJAJA,Y MIRA COMO TE LO DIGO,VIEJA AMARGADA!!!
    HACE POQUITO ME LA ENCONTRÉ Y ME PREGUNTÓ QUE ESTABA HACIENDO,LE CONTÉ QUE ME DESEMPEÑABA COMO PROFESORA DE MÚSICA EN DOS ESCUELAS,QUE A PESAR DE SER TAMBIÉN MAESTRA DE GRADO,HABÍA OPTADO POR SER PROFE DE MÚSICA,POR QUE ADEMÁS DE EDUCAR,ENSEÑAR,ETC,DISFRUTABA DE LO QUE HACÍA,Y ELLA ME HA CONTESTADO:»ES LÓGICO SILVIA,LA MÚSICA SIEMPRE HA SIDO LO TUYO»,¿QUE NO PODÍA DECIRME ESO CUANDO ERA SU ALUMNA?NO!,SÓLO HACÍA RESALTAR MIS DIFICULTADES!MÁS RABIA ME HA DADO!!! PERO GRACIAS A ELLA Y A LA MÚSICA,PUESTO QUE EL ARTE CULTIVA EL ESPÍRITU,YO HE APRENDIDO A EDUCAR DESDE EL AMOR…Y LE ASEGURO MAESTRO,SE LOGRA MÁS CON AMOR,QUE CON EL REFRÁN QUE SOLÍA USAR ESTA VIEJA Y QUE DECÍA:»LETRA CON SANGRE ENTRA».
    Y PARA TERMINAR,SÓLO UNA FRASE:»MAESTRO,NO ES AQUÉL QUE POR NO SABER HACER,ENSEÑA,PUES UN MAESTRO,UN BUEN MAESTRO,NO SE HACE, NACE.

  4. No siempre nos damos cuenta de lo imporante que puede ser la opinión de un maestro para un niño, y es allí donde debemos tener cuidado, a veces nuestra impaciencia nos arranca palabras que tal vez nunca hubiésemos dicho de saber cuán hondo puede llegar a calar en el espíritu y en la vida futura de ese niño.
    A Dios gracias no tengo recuerdos malos de ningún maestro, en mi vida de estudiante sólo me preocupaba por no ser el centro de nada, jamás quise ser la primera ni la mejor, ni me molestaba que otros lo fueran, y eso no ha cambiado en mi vida, ni va a cambiar, pues es una cuestión de elección, de filosofía de vida.
    La palabra del mestro es muy importante para los alumnos, por eso procuro siempre estimularlos para que alcancen sus metas.Los estímulos alimentan el alma y hacen crecer, y por suerte los tuve en demasía durante mi vda de escolar, son tesoros que guardo y me han ayuado a ceer en mí, en mis capacidades y mis posibilidades. Tengo recuerdos maravillosos de los centros educativos que me fueron formando. Seré muy feliz sabiendo que uno solo de mis alumnos siente el amor, el respeto, la admiración y el agradecimiento que siento por aquella maestra que me hizo ver que sólo yo puedo sentarme al timón de mi vida, que querer es poder, que todo en la vida tiene una arista buena que depende del ángulo desde donde la observemos y que no hay nada más bonito en una persona que la humildad.

  5. Profesor, tiene usted toda la razón en sus conclusiones. Por otra parte, no es mi intención entablar una polémica pero ante mis comentarios de la semana pasada se me etiquetó. Me explico: Hay varias etiquetas que siempre utilizan las personas que hablan de Educación para etiquetar a su vez y descalificar las opiniones que vierten otras personas sobre la susodicha Educación pero que no coinciden con las suyas, a saber: corporativista, funcionario (para eso le pagamos, por cierto usted también lo es y lo jueces, y los policías, y muchos médicos y sanitarios,…), que si de verdad me interesa la educación, racista (¿?),…
    Para intentar quitarme la etiqueta voy a aclarar algunas de las opiniones que expresé el otro día.
    Acepto la sugerencia de leer a Vigotsky (no sé porqué se presupone que no lo he hecho ya, puede estar en mi currículum oculto y lo uso o no dependiendo de mi decisión consciente). Con las tendencias pedagógicas también hay modas, no hay que olvidar que hasta hace poco era el conductismo y ahora le toca el turno al constructivismo.
    Cuando yo utilizaba “nunca” me refería al espacio temporal de la enseñanza reglada: un tiempo, espacio y recursos determinados que no se van a repetir en la vida, nos guste o no. Y nos guste o no (¡ay de las sociedades que abandonan el respeto a la ley! – “A veces tendemos a pensar que las instituciones son lo que son por origen divino, atentas siempre a unos fines solidarios de desarrollo humano.”) existe toda una reglamentación (promulgada por el poder legislativo a instancias del ejecutivo que hemos elegido los ciudadanos) que dicta que los centros educativos (hablo de la enseñanza reglada) podrán desarrollar a lo largo de la enseñanza básica (espacio y tiempo determinado) algunas medidas de atención a la diversidad como programas de refuerzo, apoyo idiomático, programas de diversificación curricular, programas para la mejora de la convivencia. Todo ello con el añadido de las adaptaciones curriculares poco significativas, significativas o muy significativas que sean necesarias.
    El problema es que los recursos que se destinan a poner en práctica todas esas medidas son escasos. Y no digo esto refiriéndome a la nómina sino al personal cualificado suficiente. Se ha avanzado mucho en dotación pero harían falta (o que hubiera, porque no los suele haber) más profesores de apoyo, más logopedas, orientadores, asistentes sociales, técnicos sanitarios,… Porque si para Vigotsky el medio social es muy importante ¿cómo podemos cambiarlo sin ayuda de profesionales que puedan incidir en él? Hay que atender y compensar las desigualdades sociales de partida. Y eso no se hace dando libros de texto gratis para todo el alumnado, eso se puede hacer con la ayuda de esos profesionales y de recursos que tiene que poner sobre la mesa la administración educativa.
    Afirmo: No estoy quemado (esa fue otra etiqueta que me pusieron). No acepto la carga de la prueba. Si alguien lo cree que me lo demuestre. Esas afirmaciones gratuitas hieren, usted no sabe cómo desarrollo mi labor, cuántas horas diarias le dedico, ni cuán eficaz soy, no me prejuzgue. Le repito, no estoy quemado, sólo que pienso y me expreso de forma diferente a usted. Veo las cosas desde un punto de vista distinto al suyo y eso debería enriquecernos. ¡Somos diferentes, somos iguales! Rezaba un manifiesto intercultural que desarrollamos en nuestro centro (¿racista?).
    Vuelvo a decir lo mismo, hay profesores que mejor se dedicaran a otra cosa porque esto no es lo suyo. Un ejemplo, una historia real:
    Hace años, un día, estando en la dirección, entra al despacho un joven y me pregunta si podía ver al profesor tal que le dio clases años atrás y decía de él, por el comportamiento que tenía, que no iba a llegar a nada. Venía orgulloso, eufórico, a enseñarle su título de piloto de aviación para así demostrarle que con él se había equivocado. Ese profesor ya no estaba así que no pudo cumplir su deseo. Yo, como director, no habría impedido ese encuentro, creo que la humildad y el reconocimiento de los propios errores nos ayudan a mejorar. No sé que hubiese pensado ese profesor. También es verdad que de la humidad a la humillación la línea a franquear es muy fina.
    Hasta aquí la parte de la historia que todos compartimos como no deseable, me refiero a la etiqueta de que ese alumno no iba a llegar a nada. Ahora viene la reflexión que no sienta tan bien:
    ? ¿Justifican esos futuros éxitos profesionales que sus compañeros estuvieran soportando su mal comportamiento?
    ? ¿Justifican esos futuros éxitos profesionales que sus compañeros no pudieran dar el currículum?
    ? ¿Cuántos de sus compañeros no pueden soportar más la tensión y «jamás» estudiarán lo que realmente les gusta?
    ? ¿Cuentan los centros con los medios necesarios para atender esa situación?
    Saludos y perdón si me he extendido en comentarios y en intensidad.

  6. Gregorio, precioso tu comentario, por lo intenso. Eso es lo lindo de la vida vivirla con intensidad. Alguien me dijo un día: «…sería muy aburrido si todos fueramos a un picnic llevando manzanas…» En la diversidad esta la riqueza. Las diferencias de opiniones, con seriedad y sin agredir abren caminos. No sirven de nada las palabras agrias si no construyen.
    Si algo de lo que dije pudo molestarte, me disculpo de todo corazón. Un abrazo

  7. Que buena ha sido conocerle y escucharle en el Seminario realizado por las Universidades de las Americas en Chile, Bien ingrese a sus publicaciones y he quedado admirado la capacidad de reflexión y la forma de mirar las cosas… nuevamente gracias por compartir sus pensamientos con nosotros… Virginia Arriagada Cifuentes, Profesora básica y Psicóloga

  8. Recientemente, realizamos una exposción sobre evaluación y tuvimos que plantear los puntos de vistas de tres autores,Celso Antunes, Ralph Tyler y me siento cada vez más satisfecha de haber presentado sus planteamientos al respecto. Aquí, en Republica Dominicana, los textos sobre educación, no se consiguen con facilidad pero, hurgando en los anaqueles de una librería me encontre con una de sus obras:
    Título: La evaluación como aprendizaje,
    Una flecha en la diana
    Autor: Miguel Ángel Santos Guerra
    Bonum, Narcea
    Impreso en septiembre de 2007, Buenos Aires
    También, navegué un poco por internet y aquí el resultado. En lo adelante, será una referencia oblicagadon en el transcurso de la maestría que estoy haciendo en la Universidad Católica Santo Domingo. Ojalá, que antes de terminar el ciclo, el rector de la escuela pueda invitarlo a Santo Domingo. Reciba un cordial saludo. Gracias, por poner sus conocimientos al servicio de los maestros del mundo a través de esta página.

  9. Recientemente, realizamos una exposción sobre evaluación y tuvimos que plantear los puntos de vistas de tres autores,Celso Antunes, Ralph Tyler y me siento cada vez más satisfecha de haber presentado sus planteamientos al respecto. Aquí, en Republica Dominicana, los textos sobre educación, no se consiguen con facilidad pero, hurgando en los anaqueles de una librería me encontre con una de sus obras:
    Título: La evaluación como aprendizaje,
    Una flecha en la diana
    Autor: Miguel Ángel Santos Guerra
    Bonum, Narcea
    Impreso en septiembre de 2007, Buenos Aires
    También, navegué un poco por internet y aquí el resultado. En lo adelante, será una referencia oblicagadon en el transcurso de la maestría que estoy haciendo en la Universidad Católica Santo Domingo. Ojalá, que antes de terminar el ciclo, el rector de la escuela pueda invitarlo a Santo Domingo. Reciba un cordial saludo. Gracias, por poner sus conocimientos al servicio de los maestros del mundo a través de esta página.
    purablanco57@gmail.com

  10. Profesor:Todos en algun momento hemos sido zoquete en algun ramo y sabemos lo desalentador que es sentirse bueno para nada, pero apelando a su teoria del optimismo, aún existen docentes que no sueltan su presa y le dan valor a la labor docente.

  11. Mi felicitación a Gregorio PV por las reflexiones aportadas en el artículo de la semana pasada, así como por los comentarios transmitidos en el de la presente. Absolutamente de acuerdo, entre otros muchos aspectos, en la influencia que ejercen las modas también en el ámbito de la Educación. Muchas gracias por transmitir sus experiencias.

    Recordaba mientras leía dichos comentarios un artículo de Javier Urra (disculpen mi imprecisión, pues no recuerdo la referencia bibliográfica) en el que afirmaba que «ser padre constituye un alarde de generosidad», en términos análogos a los que expongo. Pues bien, del mismo modo, considero un alarde de generosidad la auténtica vocación docente, el hecho de que educadores como Gregorio PV aporte sus conocimientos de manera altruista y el compromiso semanal que mantiene Miguel Ángel Santos Guerra al regalarnos en La Opinión sus prolíficos y trascendentales análisis, en mi humilde opinión.

    Por ello, quisiera dejar constancia de mi agradecimiento a todos ellos con estas líneas.

    Un abrazo.

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