Rarología

18 Oct

raro.jpg La vida está llena de maravillosas sorpresas. Pero es necesario educar los ojos para verlas y la mente para analizarlas y entenderlas. Todo habla en la vida, pero no sabemos oír lo que dicen las cosas, las personas y las situaciones. Hay muchos aspectos curiosos del comportamiento humano que pueden ser contemplados y estudiados si cultivamos la curiosidad, la actitud de asombro. Si nos hacemos preguntas de manera constante, como dice Savater en su último libro «La aventura de pensar»: «Yo siempre he dicho que se filosofa no para salir de dudas, sino para entrar en ellas».
Richard Wiseman es licenciado en Psicología por la University College de Londres. Wiseman es una curiosa mezcla de científico y de showman. Una simbiosis de hombre de ciencia y de espectáculo. De hecho creó un show que tuvo una gran acogida en los escenarios londinenses. En el año 2008 ha publicado «Quirkology», término inglés, que el editor español ha traducido correctamente por «Rarología», ya que la palabra Quirk significa rareza, peculiaridad, hábito o actitud extraña. «Rarología» es un curioso libro sobre la capacidad de observación de todo aquello que, a primera vista, puede parecer extraño o anómalo.

El rebelde científico victoriano sir Francis Galton puede ser considerado el padre fundador de este enfoque ya que dedicó gran parte de su vida al estudio de temas inusitados. Por ejemplo, él determinó cuándo eran más aburridas las conferencias de sus colegas al medir subrepticiamente el nivel de impaciencia de sus audiencias. Y creó un «mapa de la belleza» de Gran Bretaña caminando por las principales calles de las grandes ciudades con un contador en su bolsillo, registrando en secreto si las personas que pasaban a su lado eran guapas, medianamente bellas o feas. Londres fue catalogada como la mejor y Aberdeen, la peor.
Los estudios de Galton sobre la eficacia de las oraciones generaron más polémica. Su hipótesis era que, si la oración es efectiva, los miembros del clero deberían tener una expectativa de vida más larga que los demás. Su extenso análisis de cientos de entradas en diccionarios biográficos reveló que los sacerdotes en realidad morían antes que los abogados y los médicos, obligando de esta forma a Galton, que era profundamente religioso, a poner en duda el poder de las plegarias.
La rarología utiliza métodos científicos para estudiar los aspectos más curiosos de la vida humana. Este enfoque de la psicología fue seguido por un pequeño número de precursores a lo largo de los últimos cien años, pero nunca ha sido reconocido oficialmente como una rama de las ciencias sociales. La primera exigencia de la rarologia es hacerse preguntas, hacerse muchas preguntas, por más extrañas que parezcan:

– ¿Cuántas personas se requieren para iniciar la ola en un campo de fútbol?
– ¿Por qué los hombres llevan paraguas de color negro y las mujeres los llevan de colores?
– ¿Por qué los limones se perciben como desagradables, las cebollas como estúpidas y las setas como trepadoras sociales?
– ¿Cómo influye la forma de ejercer la mendicidad en las respuestas de los viandantes?

De esta forma se ha podido comprobar que los dibujos de Santa Claus que hacen los niños van creciendo de tamaño al acercarse el día de Navidad y posteriormente se van reduciendo.
Weisman dedica su libro a contar algunas de las extrañas investigaciones que ha realizado. Unas veces son curiosas por el contenido de estudio y otras por los métodos que emplea para responder a sus preguntas e hipótesis.
En uno de los capítulos se pregunta: ¿Qué es lo que tu fecha de nacimiento dice realmente acerca de ti? En él propone que nos adentremos en la ciencia de la cronopsicología. En otro capítulo hace un estudio sobre la psicología y el engaño. Lo que viene a plantear es una psicología de la mentira y una exploración sobre sus lenguajes.
Me detendré en el capítulo quinto en el que el autor se plantea la búsqueda del chiste más gracioso del mundo. En los años setenta, la serie cómica de culto «Monty Pyton´s Flying Circus» creó una escena basada íntegramente en la idea de hallar el chiste más gracioso del mundo. Ambientado en los años cuarenta, un hombre llamado Ernest Scribber piensa en el chiste, lo escribe y enseguida se muere de risa. El chiste resulta ser tan gracioso que mata a quien lo lea. Finalmente. los militares británicos se dan cuenta de que puede ser utilizado como arma letal y reúnen a un grupo de personas para que lo traduzca al alemán. Cada persona traduce una palabra por vez, para no ser afectado por el chiste.
Weissman se va preguntando si hay chistes más graciosos para hombres o para mujeres, si esa chispa de ingenio afecta más a personas de unas edades que a otras o de unos regiones u otras… Preguntas y respuestas y preguntas.
Voy a contribuir a este catálogo de ideas curiosas planteando una cuestión que desde hace mucho tiempo me vengo planteando: ¿Tienen las personas una distancia de referencia con que medir el espacio? Para mí ha sido un referente la separación de Grajal de Campos (localidad leonesa en que nací) a Sahagún de Campos, población que se encuentra a cinco kilómetros de mi querido pueblo. Pues bien, veinte kilómetros es para mí, cinco veces la distancia que separa Grajal de Sahagún. Si oigo que el avión en que vuelo se encuentra a ochocientos kilómetros de altura, saco mentalmente mi «metro» y pienso que está separado del suelo 160 veces la distancia de Grajal a Sahagún. ¿Les sucede algo parecido a otras personas?
Hay que hacerse preguntas. Todas nos ayudan a pensar. Hay que cultivar una actitud curiosa e indagadora Ante el mundo, las personas y la vida. Se puede uno ayudar de tablas para la invención de preguntas. Basta hacer un cuadro de doble entrada con las cuestiones que se desee y empezar a rellenar las casillas de interrogantes. La ciencia y la vida han avanzado a través de la formulación de nuevas preguntas, no de la repetición de las respuestas. Bien mirado, todo puede resultar raro. Lo decía de forma contundente un buen amigo: «Todo el mundo es raro, menos tú y yo; incluso tú eres un poco raro».

15 respuestas a «Rarología»

  1. Cuantas, cuantas cosas se pueden decir sobre este artículo,que deja abiertas demasiadas preguntas…
    Hace muchos años, cuando era todavía una niña, un muy buen maestro en filosofía, o un filósofo quizás, me enseño eso de la capacidad de asombro. Poder mirar siempre con ojos nuevos… poder mirar, saber mirar. Ir por el mundo sin perder nunca la capacidad de mirarlo todo con ojos asombrados. No he perdido la costumbre y aún lo hago, incluso en las calles de mi ciudad por la que he caminado miles de veces. Es esa mirada de los niños, esa curiosidad por todo.
    A mi quizás lo que más me gusta es mirar a las personas con las que me cruzo y buscar en sus expresiones la historia de sus vidas…
    Hoy,el exceso de tecnología, (no tengo nada con ella, solo con el uso incorrecto)hace que todo se nos de hecho. No hacemos preguntas porque tenemos las respuestas aún antes de formularlas. La televisión, la computadora, internet, tienen todos los problemas resueltos… Somos sujetos pasivos obvservadores de uin mundo que hacen otros. Creo que esto conlleva un inmenso riesgos en niños y jovenes cuyos cerebros aún están en formación. Y creo que no solo no favorece el desarrollo de la capacidad de pensar, sino también de la creatividad.
    Hace pocos días mi hijo mayor que tiene 17 años, me decía que el se sentía diferente, que todos sus amigos… y una larga lista de cosas que ellos hacían y él no. Pero lo que en realidad me reprochaba era que sus padres eran diferentes… El hace esfuerzos en ser como todos… No tiene idea de los esfuerzos que hicieron sus padres para convertirlo en el chico expléndido que es…
    Otra cosa, creo que Galtón no era profundamente religioso, porque sino sabría que el poder de las plegarias no recide en conseguir lo que se pide, sino en la plegaria misma: en desear para el otro y para si mismo lo que se cree mejor, aunque no sea lo mejor… ¿Y quién no te dice que lo mejor para esos religiosos que morían antes era irse a disfrutar de ese cielo en que habían creído y para el que habían vivido?

  2. Sí, capaz que todos tengamos una parte de raro. Yo a veces me siento así, como un especímen poco común, haciendo algún comentario y que luego noto que se me quedan mirando como si hablara desde otro planeta. A veces creo que soy un poco loca. Me gusta eso de mirar a los ojos a la gente para adivinar lo que siente, y me parece que los ojos son como la cerradura de la puerta, vos podés espiar y descubrir cosas inimaginables. No sé, a veces me he dscubierto en la terminal de Córdoba, contando en secreto cuántas personas pasan de jeans, hombres, mujeres, niños, por sexo… O cuántas personas pasan preocupadas y con el ceño fruncido, cuántas distraídas, amargadas y cuántas con cara de disfrute…
    Muchas veces, en una reunión de personal me he sorprendido escuchando a todas y a cada una de mis colegas como si las viera y las oyera desde un ángulo tan distinto, como si pudiera verlas en una pantalla, como si ellas no pudieran captar esa otra visión que yo sí advierto…
    Sí, creo que soy un poco rara y un poco loca.

  3. AY MAESTRO!A VECES TENGO GANAS DE DEJAR DE MIRAR PARA DEJAR DE PREGUNTARME Y CUESTIONARME Y UD ME MANDA ABRIR LOS OJOS AL ASOMBRO?NO ES FÁCIL,CREO QUE EL RITMO DE VIDA QUE LLEVAMOS NOS HACE VER A LAS COSAS Y A LAS PERSONAS DE MANERA DIFUSA Y BORROSA,COMO SI PASARAMOS EN UN TREN BALA.
    NO SE SI NO PUEDO O NO QUIERO VER.
    NO SE SI ME IMPORTA O NO ME IMPORTA VER.
    AY! ES QUE NO ES FÁCIL!!!!

  4. ¿ estoy tan rara hoy que no me tienta escribir?..uuuuyyyy…mejor no pongo nada , mirà si me quieren encerrar….Bromas aparte, para mì lo raro le pone sal a la vida. Que aburrido si todo fuera parejito..cada uno con su metro patròn..de pequeña la distancia mayor era a la casa de mi abuela…15 Km. y en carro…las estrellas estaban màs cerca…y si, cada cosa es segùn el patròn con que se mida..y el cristalll..perdòn, esa es otra historia…chauuuuu.

  5. Todos somos raros, al menos en algún momento. Otras veces nos pasamos tres pueblos y tenemos rarezas de por vida. Para muestra un botón o una anécdota.
    Una vez mi hija trajo a casa unas amiguitas y después nos contó que una de ellas, cuando se fueron, le hizo el siguiente comentario: «Oye, tus padres son muy raros. No dan voces».
    Acabáramos. Se nos vino el mundo encima, porque éramos más raros de lo que cabría esperar. O sea, que podíamos pensar que la gente puede pensar que es una rareza el que seamos raro y por lo que sea.

  6. Yo, que soy de tu pueblo, cuando era pequeño hacía comparaciones de las distancias terrestres con la que hay entre el pueblo y «La Manzana» . Ahora, que ya soy un poco mayor, entre los me enseñan algo cuando leo sus escritos y los que me quedan al pairo. Tu eres tan de los primeros que hasta te permito que cinco por cinco sean veinte. Un saludo cordial.

  7. Yo, que soy de tu pueblo, cuando era pequeño hacía comparaciones de las distancias terrestres con la que hay entre el pueblo y “La Manzana” . Ahora, que ya soy un poco mayor, entre los que me enseñan algo cuando leo sus escritos y los que me quedan al pairo. Tu eres tan de los primeros que hasta te permito que cinco por cinco sean veinte. Un saludo cordial.

  8. Profesor tengo en mis manos su libro «La evaluación como aprendizaje». Una Flecha en la diana. de la editorial Bonum. Podría orientarme sobre como utilizar estrategias de evaluación? y cómo utilizar instrumentos de evaluación?
    Le escribo desde la República Dominicana. Agradecería su ayuda. purablanco57@gmail.com

  9. Hola a tod@s
    Me encanta, qué alentador encontrar que la rareza es el punto de partida de cada persona, en estos dias que se habla de la diversidad con tanto ímpetu, sin llegar a un acuerdo, y resulta que en la singularidad de cada quien está la diferencia ¡qué difícil es compartir este mundo! y qué fácil debería ser. Coincido con Nancy Mansur ¡amiga! ese sentimiento lo tengo presente constantemente, en las reuniones de padres, de trabajo,en las charlas, coloquios etc. en que asisto, escucho, pienso, hablo ¡y me siento el bicho mas raro del mundo! a veces me halaga, otras me siento sola. Por ahora, en este mismo instante, alleer y escribir en este espacio,me siento feliz.
    Un beso!

  10. Me alegro, con este artículo que nos regalas, de no ser el único que tiene esas medidas o referencias kilométricas…

    Muchas gracias, querido amigo y maestro.

    Un abrazo.

  11. Para A.F.:

    En primer lugar, expresarte mi admiración desde hace tiempo. Me pareces una persona extraordinaria como pocas he conocido.

    En segundo lugar, quisiera dejar constancia de mi agradecimiento por tu valentía al ofrecer públicamente tu correo electrónico.

    Y, por último, subrayo tus maravillosas palabras con las que comulgo profundamente:

    «Otra cosa, creo que Galtón no era profundamente religioso, porque sino sabría que el poder de las plegarias no recide en conseguir lo que se pide, sino en la plegaria misma: en desear para el otro y para si mismo lo que se cree mejor, aunque no sea lo mejor… ¿Y quién no te dice que lo mejor para esos religiosos que morían antes era irse a disfrutar de ese cielo en que habían creído y para el que habían vivido?»

  12. Para Juan Miguel
    Gracias por tus palabras tan cálidas y tan inmerecidas…
    Te sorprendería comprobar que soy una persona increíblemente común, pero gracias por tu corazón generoso.
    Un abrazo

  13. aunque yo todavia sea muy joven me impresiona todo lo que nos puede brindar la vida, es un regalo que nos dio Dios y hay que saberla disfrutar

    un saludo a todos

  14. Hola, mi nombre Teté; mantener los ojos abiertos, yo diría los sentidos íntegros, nos permite percibir cuanto hay en nuestro entorno, percibir nos llena de sensaciones y estas al ritmo que le permiten nuestra apertura de sentidos, recorrer los caminos que las transforman en sentimientos y todo ello conforma nuestro patrimonio para darnos y ofrecer respuestas de todo tipo. Raritos si que somos, pero todos y bueno como no serlo la capacidad de apertura o cierre de nuestros sentidos es tan imposible de repetir como nuestras huellas digitales y ello nos lleva a lo ineludible: lo más extraordinario que tenemos es lo facinantemente comunes que somos.

    No podría garantizar nada y podría conseguir hacerlo con todo, nos pasa a todos eso de fluir de un lado a otro de los opuestos; pido que me tire la primera piedra el que no tenga sentido que viaja del amor al odio, de la claridad a la oscuridad y puedo pedirlo porque sé que no caerá una sola piedra sobre mí, lo que realmente nos hace raros es lo irrepetible de nuestra apertura sensorial.

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