La revuelta habitual de mayo

22 May

En esta semana pasada, tras la Final a Cuatro de la Euroliga, han dado comienzo los play offs de la Liga Endesa. Hay que mirar bastante atrás para recordar al Unicaja de vacaciones de manera tan prematura y sin partidos de fase final de la temporada, por otro lado, la figura de Aíto García Reneses viene a la memoria y recuerda aquello de «ir para nada no merece la pena» si se cambian las piezas entre el Lucentum Alicante y el Club Baloncesto Málaga como rival en primera ronda del Regal FC Barcelona.

Repasando, resulta demasiado habitual que en el resumen de la temporada tenga la idea particular de tener que cambiar a gran parte de la plantilla, desde luego no han sido los mejores años del baloncesto en todo lo alto de la élite continental, pero la situación por repetida no deja de ser cansina.

La situación que se vivió el pasado final de Liga la veo acentuada por la gran cantidad de dudas generadas por la plantilla durante la temporada, pese a haber vivido una de las situaciones de crisis más crudas que muchos recuerden (aunque hayamos sido capaces de haberlo pasado mucho peor), la situación no está para muchas bromas, así que más vale acertar de primera hora, y mientras antes, mejor.

La temporada cerrada hace unos días arroja números de los que no sentirse orgulloso, aparte de la clasificación, haber empleado hasta 16 jugadores de forma asidua, además de un par de ellos de forma testimonial y otro par que se vistieron y no llegaron a debutar, junto con dos entrenadores habla sobre la complicación de encontrar la fórmula adecuada.

El tiempo puso en claro que con la salida del entrenador no salió el único responsable del problema en el que estaba metido el equipo, sino que simplemente salía uno de ellos, ahora que desde el club se intenta cerrar de inmediato el fichaje de un primer entrenador sobre el que edificar el nuevo proyecto. Se espera que el nombramiento en firme de Jasmin Repesa, uno de los nombres «sonoros» dentro del escalafón continental, la esperanza está en que el entrenador croata tenga una plantilla acorde con los objetivos reales a conseguir.

Ya que de momento hay muchas cosas en el aire (presupuesto, jugadores, etc), lo ideal sería tener claro sobre qué base se puede edificar algo. Pensar en los componentes del plantel de la temporada 2011/2012 hace que muchas sombras aparezcan en el horizonte, sería muy complicado generar algo más que dudas si se cuenta con más de dos o tres jugadores para que repitieran elenco.

Tras el fichaje del entrenador, sería necesario tener claro quiénes tienen que quedarse, decidir quiénes, de entre todos los que tantos dolores de cabeza han dado este año, deben continuar es algo que habría que decir de manera rápida, contar con alguno más que se mueva de la terna Abrines-Freeland-Zoric me parece muy arriesgado y lastrar de entrada un proyecto que se juega mucho de cara al próximo curso.

Aunque haya nombrado a tres miembros del equipo, tengo claro que ni mucho menos tienen que ser las piezas maestras para levantar el equipo de la temporada que viene. Uno está aún muy verde para darle toda la responsabilidad y los otros dos han dado muestras de sobra de incomodidad a la hora de focalizar sobre ellos mismos las responsabilidades del liderazgo y mucha mayor rentabilidad y comodidad a la hora de representar un papel de actor de reparto.

Suena repetido esta situación cada mes de mayo, este año ni siquiera hemos tenido un partido contra el FC Barcelona para que nos elimine en primera ronda (que venía siendo costumbre). Algo que debe pedirse es tino a la hora de elegir, y sobre todo diligencia para poder resolverse rápido, sobre todo dejar claro de primera hora el proyecto –al menos en su piedra angular, el entrenador– y empezar a esbozar los objetivos cuando se tenga la plantilla completa. No empezar antes porque al final hay que cumplir los plazos de forma adecuada: al principio planificar y fijar objetivos cuando estén claros los resortes a usar, cuando llegue la conclusión hacer balance de lo obtenido y entonces sacar pecho para recibir una medalla. Hasta entonces, el trabajo que queda es otro más oscuro y difícil.

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