Una ciudad llamada “Adelante”

18 Ago

En plena dictadura franquista funcionaba en un aula del Colegio Auseva de Oviedo una pequeña ciudad que tenía un régimen democrático. Una clase de Primaria de la que, con mis 20 años recién estrenados, era tutor. Se discutía de todo con libertad, se votaba y se hacían elecciones. Corría el año 1962.

La ciudad recibió el nombre de “Adelante” en una disputada votación que cerró un debate lleno de iniciativas sugerentes. Resultaba hermoso ver cómo aquellos pequeños ciudadanos (eran solo chicos) de 10 años levantaban la mano para intervenir y hacían la defensa de sus propuestas, mientras los demás escuchaban en silencio.

Fue prioritario establecer los principios que iban a guiar el comportamiento de todos y cado uno de los que integraban la ciudad. Los Estatutos que todos elaboraron y que determinarían la forma de organizarse y de convivir. Uno de los principios era (luego diré por qué lo recuerdo ahora) era el siguiente: “Los ciudadanos de “Adelante” son nobles, confían unos en otros y aman la verdad”.

La ciudad tenía un periódico que llevaba el mismo nombre: “Adelante”. Conservo algunos ejemplares de aquella publicación periódica, castigados por el paso del tiempo. Es una pena que no pueda reproducir ahora alguna parte de los escritos de aquellos números. No tengo a mano ningún ejemplar, aunque sé que estarán en algún lugar de la casa. Se han ido salvando de todas las mudanzas por el especial cariño que les profeso.

El periódico tenía secciones diversas que eran cubiertas por distintos ciudadanos: Sección de noticias, de deportes, de libros, de opinión, de entrevistas, de humor, de pasatiempos…

La iniciativa servía para que aprendiesen a pensar, a escribir, a responsabilizarse, a imprimir, a difundir, a organizarse. El sistema de impresión era entonces muy rudimentario. En una lata con gelatina se grababa la página que había sido escrita con una tinta especial. Luego se iba imprimiendo copia a copia. Recuerdo muy bien aquel color morado en el que aparecían las páginas.

No hace mucho me encontré con un afamado médico asturiano que, hablando con emoción de aquella experiencia, me dijo:

– Los viernes por la noche le decía a mi madre que no se olvidase de levantarme pronto el sábado porque era el Director del periódico de la ciudad, el responsable de la edición. Tenia que ir al Colegio para que todo saliese bien.

Momento decisivo fue la elección del Alcalde. Era la máxima autoridad de “Adelante”. Cuando el Director del Colegio llegaba a la clase, quien le saludaba y daba la bienvenida era la máxima autoridad de la ciudad. Lo mismo sucedía cuando llegaban otras visitas al aula.

La ciudad contaba con varias concejalías, que eran desempeñadas por los alumnos electos para programar y llevar a cabo las actividades. Concejalía de Cultura, de Festejos, de Proyectos, de Asuntos exteriores, de materiales de aula, de Biblioteca…

Había también un juez que intervenía en los casos de quebrantamiento de las leyes que se habían dado. Recuerdo su severidad, siempre muy superior a la mía. Cuando se producía algún comportamiento disruptivo se llevaba el caso ante el juez. En el juicio había defensor y fiscal. Y el juez emitía una sentencia que había que cumplir. La disciplina surgía del grupo y se exigía desde el grupo.

El Secretario de la ciudad llevaba el libro de Actas y registraba todos los acontecimientos notables. De las asambleas, que presidía el Alcalde, dejaba fiel constancia , Recogía también las quejas y sugerencias de los ciudadanos.

Todos tenían un cometido, una responsabilidad. Todos podían aportar algo desde su puesto. Nadie sobraba. Todos los cargos eran electos por la Asamblea de los ciudadanos.

No podían faltar los símbolos. Tenían una bandera, una insignia, un logotipo y un himno. Todo ello le daba a los ciudadanos un sentido de pertenencia consistente y alardeaban ante la familia y los compañeros de otras clases de que ellos había creado una ciudad única.

Allí nació un lema que he repetido muchas veces aplicado a otras instancias de pertenencia: “Que mi ciudad sea mejor porque yo pertenezco a ella”.

En la ciudad había impuestos. Y un banquero que administraba los bienes en servicio de la comunidad. Con ese dinero se pagaba el periódico, se compraban materiales y se organizaban pequeñas fiestas.

El funcionamiento de la ciudad daba lugar a situaciones interesantes. Un día el banquero presentó su dimisión al Alcalde porque había desaparecido el dinero que estaba guardado en una caja de cartón. Solo ponía una condición para poder seguir en el cargo: que se comprase una caja metálica con candado.

El debate estaba servido. Alguien dijo que si se ponía un candado se quebrantaba el principio de que los ciudadanos de “Adelante” eran personas nobles, que confiaban unos en otros y amaban la verdad. Poner un candado sería un signo claro de desconfianza. Pero el banquero insistía:

– Si no se compra una caja con candado, yo dimito.

Siguió el debate. Y uno de los niños dio con la solución para que el banquero siguiera en su cargo, atendiendo su petición de comprar la caja con candado. Aplicando de manera intuitiva el principio de disonancia cognitiva de Festinger dijo:

– Podemos comprar la caja con candado y que siga el banquero en su cargo porque en esta clase entran personas que no son de la ciudad de Adelante, que no tienen nuestras leyes y en ellas no podamos confiar.

Cuando dos principios, dice Festinger, chocan de forma contradictoria, o se niega uno, o se niega otro, o se niegan los dos, o se les hace convivir con algún subterfugio intelectual.

¿Que finalidad y sentido tenía la experiencia? En primer lugar, implicar a los niños en un proyecto colegiado que generaba ilusión y cohesionaba al grupo. En segundo lugar, responsabilizarles de tareas que tenían repercusiones en los demás. En tercer lugar, avivar el ingenio y la creatividad. Muchas de las propuestas nacían de ellos y las aprobaban o rechazaban en las asambleas. En cuarto lugar, motivar para cumplir con el trabajo fundamental del ciudadano que era el estudio. En quinto lugar, era una forma de ejercitar en embrión la futura ciudadanía.

He puesto en funcionamiento otras ciudades con alumnos mayores que tenían una peculiaridad muy diferente a la que he descrito. Éstas afectaban a toda la institución, no a un aula solamente. Se trataba, pues, de proyectos institucionales, con implicación de todos los miembros de la comunidad escolar. Recuerdo ahora dos, especialmente significativas: Walden 3 y Edelweis. Aunque la idea era la misma, la concreción y el desarrollo fue diferente en cada caso. Para mí, todas inolvidables. Algún día, quizás, me haré eco de esas experiencias, como me sugiere uno de aquellos ciudadanos, mi querido Jesús Marcial Gande.

Otra experiencia institucional que llevé a cabo fue la conversión del edificio escolar en un buque que hacía un itinerario marítimo. Los nombres de las diversas partes del centro se correspondían con las de un barco. Popa, proa, babor, estribor, camarotes, jarcias… Recuerdo que estuve meses estudiando libros de mares y barcos que solicité en la Comandancia de Marina. Las autoridades eran las de un barco.: almirante, vicealmirante… No podía falta el cuaderno de bitácora. Se hizo la botadura y el barco inició la singladura del curso atracando en puertos diversos. Una metáfora de la vida.

30 respuestas a «Una ciudad llamada “Adelante”»

  1. Querido Miguel Ángel: Ahora ha venido la moda de los cruceros para “todos”. No sé si esto tiene que ver con la moda del personal de cruzarse de brazos y surcar los mares con pasividad.
    Gracias por esta joya que nos añades a tu joyería. Quiero difundirla entre mis contactos. Espero que puedas estar de acuerdo conmigo en este reconocimiento y este abrir el puerto Adelante para seguir surcando por otros mares menores.
    Gracias de nuevo.

    • Querido modem:
      Madre mía, josem, qué madrugador. A las 6.41 del sábado de agosto ya estaba enviado el comentario.
      Mil gracias por calificar de joya este humilde texto. Y más viniendo de una persona con tu experiencia y saber pedagógico.
      Cómo no voy a estar de acuerdo en que lo difundas.
      Feliz sábado, de tanto calor.
      Un abrazo y gracias de nuevo.
      MAS

  2. Democracia en las aulas en 1962!!!! Me imagino las posibles obstáculos de distintos sectores de la comunidad educativa de entonces… O bien supiste camuflarlo de forma acertada… Ya me dirás…
    Buena lección del aprendizaje por proyectos… Has dado varios argumentos de su eficacia y seguro que habrá muchos más. Sí eso funcionaba en 1962 dónde el alumnado tenía unos intereses diametralmente distintos a los de ahora ( o quizás no tanto) porqué no lo va a ser también en la actualidad???

    Levante cálido y caprichoso… Debajo de la sombrilla me protejo y aprovecho para leer tu entrada de hoy mi amigo ” hereje” 😁😁😁😂😂😂

    Saludos….

    • Querido Juan Carlos:
      Qué emocionante comentario bajo la sombrilla., con levante cálido y caprichoso…
      Te imaginas bien que había problemas, De la institución y de algunas familias.
      Algún día hablaré de ellas y de cómo era posible sortearlas… so siempre con éxito.
      Hay que situar las experiencias en sus contextos, claro que sí.
      Un gran abrazo al lado de la playa mientras le doy los últimos retoques al RAMO DE FLORES.
      Y GRACIAS, COMO SIEMPRE.
      MAS

      • Adelante con el ramo de flores… Cuidado con las rosas que pueden tener púas, avispas o abejas… Espero que sean MAS frescas y aromáticas.

        Un abrazo.

  3. Madrid, sábado, 18 de agosto.

    El tiempo parece que ya nos da a los españoles una tregua y las temperaturas empiezan a ser suaves, especialmente, a los que nos encontramos en la mitad norte de la Península.

    Por estas fechas, Madrid se encuentra bastante vacía de gente, lo que resulta muy agradable dado que se puede ir a los sitios sin tener que estar dentro de las aglomeraciones habituales de gente haciendo cola. Esto lo hemos podido comprobar cuando hemos visitado los museos y exposiciones, que configuran uno de los grandes atractivos de esta ciudad.

    Ya he acudido varias veces al Museo del Prado, una de las joyas del arte arquitectónico y pictórico que tenemos los españoles. Los profesores universitarios que trabajamos en el ámbito de la educación artística tenemos pase gratis tras enseñar el carné correspondiente. Este es un pequeño privilegio que aprovecho, de modo que, a estas alturas, no sé si queda algún rincón del edificio de Juan de Villanueva que no haya visitado.

    Por otro lado, en la ampliación que proyectó el genial Rafael Moneo se presentan exposiciones pictóricas monográficas de modo regular. Por estas fechas se lleva a cabo una antológica del pintor renacentista italiano Lorenzo Lotto (1480-1557), coetáneo de Rafael, Tiziano o Giorgione, que está centrada en los retratos de personajes de aquella época.

    Tengo que apuntar que la obra de Lorenzo Lotto no se encuentra a la altura de los otros artistas citados; no obstante, es un iniciador del estudio de la psicología de los personajes que plasmaba en sus lienzos, hecho que tiene gran relevancia puesto que la pintura era la forma que, en el denominado Cinquecento, se tenía de plasmar la imagen con el fin de que fuera recordada con el paso del tiempo.

    ***

    En esta ocasión, Miguel Ángel nos habla de una experiencia llevada a cabo nada menos que hace ¡56 años!, es decir, en pleno franquismo (todavía quedaban trece años para que el Generalísimo subiera al cielo).

    Para los que conocimos en primera persona la escuela en la dictadura -autoritaria, dogmática, fría y punitiva-, esta experiencia que llevaron los niños con su maestro debió de ser una especie de “isla del tesoro” en medio del páramo educativo, ya que los escolares de entonces no tenían ningún protagonismo en las aulas. Solo existía la obediencia, la santa obediencia, que era la máxima virtud que por entonces se predicaba.

    No me extraña que, pasados los años, aquellos niños, hoy convertidos en adultos al borde de la jubilación, recuerden felizmente tanto la experiencia como quien se la proponía. Este es uno de los más gratos frutos que se recogen dentro de esta profesión.

    Y a los que vivíamos (sufríamos) la auténtica escuela franquista, ¿no nos quedaba algún resquicio, alguna posibilidad de protagonismo que pudiéramos llevarnos a la boca?
    Claro que sí. Pero, en mi caso, y en la de mis sufridos compañeros de duros pupitres de madera se desarrolló fuera del aula.

    De este modo, tengo que referirme a los amigos de mi infancia en Alburquerque, a aquellos con los que he logrado mantener una fuerte amistad a lo largo de las décadas.

    Nuestro protagonismo, nuestra creatividad, se producía en los juegos, especialmente en todo lo relacionado con el fútbol. Así, cuando salíamos del pueblo para ir a parar a la Dehesa, lugar llano en el que, tras crear unas porterías con palos y piedras, formábamos dos equipos, mezclándonos los seguidores de distintos clubes de primera división a los que admirábamos, y allí permanecíamos jugando hasta que acabábamos rendidos.

    Hoy, Diego, Pedro, Emiliano, Esteban y yo somos leales amigos de la infancia, dispersos en distintos puntos de Extremadura y Andalucía, que regularmente nos encontramos en ese punto geográfico que es Alburquerque, tal como lo haremos en el próximo mes de septiembre.

    Pero no son encuentros de añoranza, puesto que hemos compartido no solo la amistad sino también la camaradería en distintas luchas, como ha sido la pertenencia a la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Extremadura.

    ***

    ¡Cuánto ha llovido desde entonces! ¡Cómo ha cambiado la sociedad! ¡Cómo se ha transformado la enseñanza! Pero… no echemos las campanas al vuelo.

    Hoy como ayer, la conquista de la libertad personal es una de las cuestiones más difíciles de alcanzar. Los mecanismos de dominio y sometimiento se han metamorfoseado. Ya no son necesarias las coacciones externas tan evidentes. El capitalismo neoliberal ha encontrado la fórmula para que las nuevas generaciones sean dóciles, creyéndose felices consumiendo.

    Sobre esto, quisiera traer unas líneas del filósofo alemán, de origen surcoreano, Byung-Chul Han, extraídas de su libro recién aparecido en nuestro país “La expulsión de lo distinto”, y que dicen así:

    “Lo que enferma no es la prohibición (ya que) el signo patológico de los tiempos actuales no es la represión sino la depresión. La presión destructiva no viene del otro, viene del interior. (…) El sujeto que, viéndose forzado a aportar rendimientos, se muele a palos o se asfixia a sí mismo”.

    ***

    Voy cerrando. Si mal no recuerdo, dentro de cuatro días, es decir, el 21 de agosto, Miguel Ángel cumple los años. Él ahora se prepara para regalar “un ramo de flores para los docentes del mundo”. Curiosamente, los que seguimos El Adarve lo recibimos incansablemente todas las semanas en forma de espléndidos artículos. ¡No hay mejor regalo!

    • Querido Aureliano:
      Muy edificante tu afición a los museos y esa forma de visitarlos, más allá de la mera contemplación.
      A una pregunta que le dirigí a Carl Rogers sobre la posibilidad de transformar los sistemas educativos, me dijo que se podían hacer experiencias aisladas, pero que era muy difícil prender transformado todo. Algunas veces, sin olvidar el empeño en que todo mejore, hay que construir este tipo de experiencias que tu llamas islas del tesoro.
      Qué gran memoria y qué gran agenda en el corazón. Muchas gracias por el recuerdo de es fecha tan significativa.
      Interesante título “La expulsión de lo distinto”. Y quécerteza la frase que has elegido para compartir con los lectores de El Adarve.
      Gracias por otro estupendo comentario.
      Un abrazo.
      MAS

  4. Querido Maestro!
    Hoy en su comentario nos habla de una pedagogía,alucinante, constructiva y en la que ha trabajado con un grupo de chicos y lo más increíble que aún pasados los años recuerda la historia vivida con añoranzas.
    “Adelante” se llamaba el proyecto y recojo esa palabra para meterla en mis adentros y tomar el ejemplo para seguir siempre adelante en busca de mis sueños.
    Mi vida siempre ha sido historias de superación!
    Superar el enojo sin enojo;
    Superar la maldad con bondad;
    Superar la avaricia con generosidad;
    Superar la mentira con la verdad;
    No es nada fácil pero lograr pequeños retos me llena el corazón de alegría.
    Sus conocimientos me enseña que todo se puede tener si crees en ello y te amas a ti!
    ¡Es todo un placer leer y aportar en el blog!
    ¡Seguiré siendo fans suya hasta los albores del tiempo!
    Sin más me despido con un cordial saludo para todos.

    • Querida Loly:
      Tú tienes una varita mágica que convierte todas las lecturas en un empuje par tu vida.
      No me extraña que tu vida sea una historia de superación.
      Uns veces en parcelas pequeñas y otras en el gran reto que es la vida.
      Besos y gracias.
      MAS

  5. Hola a todo el mundo.

    Interesante tema, Sr. Guerra. Opino que todo da formación, el viajar dicen que mucha, el estudio, pero nada comparable a la experiencia. No la experiencia liviana, la experiencia que exige sentido de la responsabilidad. Con niños, al menos algo quedaría de la responsabilidad ficticia de aquella ciudad que fundaste. Eso de ser Alcalde, o Concejal de Urbanismo o de Urbanidad -que no es lo mismo-, con 10 años de edad, debe ser quizá el método pedagógico más sublime que he oído nunca. Me imagino que ante tan selectos titulares de cargos ni te verías en la obligación de nombrar a un fiscal anticorrupción.

    Pienso que las personas, por naturaleza, tienen igual cuota de responsabilidad en todas las épocas. Es el medio de cada época, o las necesidades, o la cultura, la que quizá va a hacer que esta capacidad de responsabilidad del individuo sea más evidente en una generación que en otra. En la posguerra, por necesidades de subsistencia, los niños de familias más humildes, a temprana edad adquiríamos responsabilidades que hoy aún no las veo en jóvenes/as de 40 o más años. En mi tierra, a los cuatros años de edad te adjudicaban los pavos, en todo su cometido; a los 7 ú 8, los cerdos; a los 10 ó 12, las cabras; y a los 14, la yunta de mulas; luego te ibas a la mili. La escuela era a domicilio, normalmente un “maestrillo” muy canijo y hambriento que por un plato de comida ilustraba a sus pupilos cada anochecer a la luz de un candil o quinqué de petróleo. No digo que aquello fuese bueno, aunque dejó enseñanzas para no dejarse arrastrar por las ligerezas de gasto de generaciones posteriores. Hoy, aún dando sus últimos coletazos la crisis económica reciente, muchos de aquellos niños, hoy abuelos, sustentan a sus descendientes gracias a aquel sentido de la responsabilidad.

    P.D.- Efectivamente, Sr. Guerra, este verano estoy regando todavía más que veranos anteriores. Gracias por la atención. Este verano no he forzado los limoneros a producir rodrejos para el verano que viene. El rodrejo es un limón que se recolecta en el mes de Agosto. Se paga bien pues la demanda supera con creces a la oferta, siempre, claro, que no lleguen barcos cargados desde Sur del Ecuador. Normalmente el árbol, por naturaleza, produce apenas dos o tres kilogramos de limón a cortar en Agosto. Todos los años de los últimos cuatro o cinco los he forzado a producir rodrejos. Al forzarlos el árbol puede producir entre 100 y 150 kg. Este año, o sea para cortar en Agosto del 2019, no los he forzado, los tengo demasiado cansados. Solo son seres vivos. El método para forzarlos, uno de sus requisitos es no regar nada desde el 15 de Julio hasta el 15 de Agosto. Anda que no pasan sed. Esto se llama estrés hídrico. Si no tienes en cuenta más requisitos -que son de investigación propia-, te cargas la plantación. Luego, de golpe, a mediados de Agosto, los hinchas de agua y abonos –naturales-, y el árbol, que es sabio, ante tanta bondad se llena de flores, que cuajan en limones. Y ahora digo similar a las clases de instrucción de perros, si alguien lee esto, que no pruebe ha hacerlo sin asesorarse bien, corre el riesgo de quedarse sin plantación.

    ¡Que tengan un buen día!.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Gracias, en primer lugar, por la clase de horticultura.
      Mi padre tenía huerto. Como mis dos abuelos.
      Una pequeña anécdota de mi abuelo Timoteo. Un verano puso un cartel en los frutales advirtiendo a los ladrones del peligro de comerse las frutas después de haberlas sulfato:
      OJO, ESTÁN ENVENENADAS.
      Los ladrones se llevaron la fruta y añadieron otro texto que rimaba en consonante:
      PERO ESTÁN MUY RICAS LAVADAS.
      Gracias por el comentario sobre la responsabilidad, tan necesaria.
      Es probable que este próximo sábado completa esa experiencia con otra posterior, bastante más ambiciosa.
      Un cordial saludo y feliz inteligente riego.De todo hay que saber.
      MAS

      • Jeje, los ladronzuelos de tu abuelo Timoteo….Intuyo que entonces era distinto. Robaban la fruta solo para comerla o quizá por necesidad. Hoy roban para malvenderla en los mercadillos domingueros, quizá en algún caso sea por necesidad. Normalmente con la anuencia de la policía, que suele hacer la vista gorda. Con el peligro de los que la compran. Hoy en “agricultura convencional” se usan venenos sistémicos, que van a la savia de la planta, y a veces los plazos de seguridad son de 15 días o un mes. Son productos que, en el mejor de los casos, son algo cancerígenos. Ni te cuento lo que se come el que compre recién robada la fruta que fue fumigada posiblemente la tarde antes del robo.

        Llevo años con agricultura ecológica. Los ladrones se burlarían de mí con el cartel de tu abuelo. Se produce menos, pero es un tema de prevención de salud, en primer lugar para mí mismo.

        Saludos.

  6. Este sábado, Miguel Ángel, nos has traído, o mejor nos has enriquecido con otra de tus ideas geniales, experiencias que esos alumnos nunca olvidarán. Lo que se siembra en las tiernas e inocentes mentes de los niños es como sembrar en tierra bien abonada. Bueno Don Quintiliano sabe bien de eso. Por cierto, disfruto con todos los comentarios, pero los de Don Quintiliano me evocan muchas cosas, pues soy hijo de labradores.
    Creo que el hacer a los niños o adolescente partícipes y responsables de cosas es una excelente forma de introducirlos en la sociedad real, personalmente lo he experimentado con adolescentes muy desintegrados y siempre respondieron bien a la confianza y fe en ellos, quizás porque en casa y sociedad solo recibían rechazo.
    Saludos para ti y para los lectores y comentaristas.

    • Querido Joaquín:
      Muchas gracias, como siempre por tu sensatez y por tu apoyo.
      Creo que el próximo sábado dedicaré el artículo a una experiencia que hice en Tui (ya sabes que ahora es así, y no Tuy, como decíamos).
      Es de mayor calado y ambición pedagógica. Cuántos recuerdos, amigo del alma.
      Un abrazo.
      MAS
      PD: El catedrático Rafael Bizquerra me me ha invitado para viajar a Barcelona. Creo que es en octubre. Ya te avisaré.Sería estupendo que pudiéramos vernos.

    • Gracias por sus palabras, Sr. Alvarez. Yo también le leo a Ud. y a todos con atención. De todos aprendo. Todos hablan de como son, aunque ellos crean que no cuentan nada íntimo.
      Efectivamente, cuando se llega a cierta edad los recuerdos de la niñez, por malos que fueren, son motivo de nostalgia y querencia. Y que conste que no suelto más de mis losas/recuerdos por temor a que se me duerma el personal.

      Un abrazo.

      • Estimado Don Quintiliano:
        El próximo sábado volveré pasado. Acabo de redactar el artículo. Termino diciendo: “Cuántos recuerdos. Cuánta añoranza. Cuántas ilusiones e inquietudes. Cuántas emociones vividas. Gracias, ciudadanos de antaño en Walden 3”.
        Es importante volver al pasado, no para quedarse anclados en él, sino para iluminar el presente y futuro. Por eso te invito a que pongas luz en tantas sombras de hoy.
        Un cordial saludo bajo este sol abrasador.
        MAS

  7. Hace tiempo que no me pierdo artículo alguno del blog de Miguel Ángel. Muchas veces, en la mañana de los sábados soy lector madrugador del Adarve. Este sábado, hacia las 4:30, en vela y sin poder dormir leí la entrada sobre la ciudad de “adelante” y (en cuanto he podido) me he decidido a intervenir…

    “Por alusiones…”
    Me llamo Jesús Marcial Grande y, como cita Miguel Ángel, fui ciudadano de la ciudad Walden 3 y de Edelweis entre los años 1972-74. Sé que la experiencia continuó algún tiempo más con la ciudad de “Alborada”. Igualmente conozco experiencias similares por medio de mis hermanos Javi y Miguel (“Ciudad Redonda”, en Santo Domingo de La Calzada pocos años más tarde).

    Ya veo, Miguel Ángel, cuál fue la semilla de aquellas experiencias pedagógicas que 10 años en “Adelante” fructificaron en la extraordinaria experiencia (ya a escala institucional, como bien precisas). Le experiencia tuvo lugar en un entorno privilegiado (un internado de amplias instalaciones en las inmediaciones de la preciosa ciudad de Tui) y, en este caso, con chicos adolescentes de 14 a 16 años.

    Entiendo ahora que la experiencia tenía ya un rodaje y que muchas de las actuaciones ya habían sido llevadas a cabo. Evidentemente se había pensado en ello y no se dejaba en manos de una total improvisación. Posiblemente (corrígeme, Miguel Ángel, si equivoco) en la gestación de esta original fórmula educativa estuvieran las ideas pedagógicas del Movimiento Escuelas Democráticas , entre ellas la de Summerhill, escuela inglesa fundada por Alexander Sutherland Neill. También era popular entonces La Ciudad de los Muchachos, fundada por el padre Silva en Ourense (Bemposta) en 1956. Seguramente también era conocida la película homónima de Norman Taurog y protagonizada por Spencer Tracy en 1941. Pero aplicarla desde la particular posición en la trinchera pedagógica de una clase de primaria en pleno franquismo y por un profesor con la audacia de los 20 años hacen de “Adelante” una “rara avis” en el marco de la enseñanza oficial de aquellos años. ¡Y además, Miguel Ángel, te quedaste con las ganas de repetir!

    “Punto de información”
    Me gustaría contaros como fue aquella experiencia vivida desde la perspectiva de uno de sus ciudadanos, un tímido adolescente de 15-16 años con una gran curiosidad. Prometo hacerlo cuando Miguel Ángel, edite su entrada al respecto. Puedo anticipar que fue la mejor “Educación para la Ciudadanía” que pude recibir. Aquello nos marcó y formó en unos valores que, desgraciadamente, echo de menos en muchos de los políticos actuales y en buena parte de la ciudadanía. Puedo asegurar que nuestras asambleas ganaban en educación y eficacia (“por goleada”) a las sesiones parlamentarias que vemos en televisión. ¡Y eso que nuestros cuerpos juveniles se resistían a permanecer tantas horas en aquellos duros bancos de madera!”. En alguna ocasión he escrito en mi blog una “Moción de Orden” a los políticos de nuestro país convocando el espíritu de los ciudadanos de Walden 3 y de Edelweis bajo el himno de “Creemos el Hombre Nuevo” y “Gritaré” (himnos oficiales de nuestras respectivas ciudades de entonces).

    Del cariño y grado de implicación en aquella experiencia dan fe que aún conserve los sencillos periódicos escritos con tinta de violeta de genciana en las planchas de gelatina (protoimpresoras caseras que deberían figurar en lugar de honor en los museos pedagógicos). Sonrío ante el comentario de que no “se perdieron en las sucesivas mudanzas” como el célebre caso de la Sra. Cifuentes lo que da idea del cariño y valor que les otorgas. Yo también conservo mis periódicos de Walden 3 y Edelweis. (“Propuesta parlamentaria”: un día habría que tratar el papel de la prensa en el aula y el importante papel del hectógrafo casero , la multicopista de alcohol y la de tinta grasa como instrumentos para la autoedición en la escuela)

    Me reconozco en cada uno de los procesos que describes: las asambleas, la elección de alcalde, teniente alcalde y secretario, la formulación y votación de las leyes de la ciudad, himno, lemas, comisiones… Recuerdo el funcionamiento de nuestro banco “Bolingó” (“Fraternidad” en un idioma africano), nuestro juez… En algún lugar reposará el Libro de Oro de la ciudad donde firmaban los ilustres visitantes y los Libros de Actas rellenados por el secretario. Salvados también de algunas mudanzas conservo algunas de aquellas hojas de créditos que debía conseguir cada ciudadano mediante variadas actividades (deportivas, culturales, artesanales, etc)

    Naturalmente que nos ilusionaban aquellos proyectos. Sin duda nos cohesionarnos y nos educaron en la responsabilidad y, claro está, que avivaban nuestro ingenio y creatividad (recuerdo participar muy activamente en la elaboración de carteles y chistes gráficos que luego exponíamos en las paredes sobre los acontecimientos del día a día, así como las intervenciones periodísticas durante la hora de la comida, micrófono en mano, en una especie de “Caiga quién caiga” primitivo). El ejercicio de la ciudadanía superaba lo que calificas de “embrión”, era ya casi un fruto maduro. Nadie, nunca, me ha enseñado jamás de mejor manera el el funcionamiento y las responsabilidades de la ciudadanía.

    Y para no abusar se mi “tiempo de intervención” y antes de que el moderador de esta asamblea me “llame al orden” por monopolizar excesivamente el debate termino ya y dejó paso a los demás ciudadanos que podrán efectuar su “derecho de réplica” para enmendar errores y expresar desacuerdos.

    • Querido Jesús Marcial:
      Te esperaba en esta entrada.
      Fue tu sugerencia lo que me decidió a contar estas experiencias. Ya tengo redactada del sábado próximo, que se titulará INOLVIDABLE WALDEN 3.
      Hablo de algunas cuestiones que tú mencionas: himno con letra de Rafael Alberti, elecciones, revista, leyes, símbolos…
      Cito a varios colaboradores ya que tengo a manos las revistas.
      Sí, había leído todo lo publicado por Neilly había visitado dos veces su espuelean Summerhill.
      También, como diré, muchas utopías. Entre ellas “Walden 2”, de la que recibió la ciudad el nombre. No porque participase de las ideas conductivas de Skinner, su autor, (por eso el 3 y no el 2).
      No sabes cuánto me ha emocionado tu comentario.
      Al escribir he rememorado aquellas vivencias.
      Por eso termino así mi próximo artículo: “Cuántos recuerdos. Cuánta añoranza. Cuántas ilusiones e inquietudes. Cuántas emociones vividas. Gracias, ciudadanos de antaño en Walden 3”.
      Gracias, de corazón, por estar ahí.
      Un abrazo.
      MAS

    • Querido Aureliano:
      Muchas gracias.
      Yo ya tengo que decir como Edmond Rostand cuando se miró al espejo un cumpleaños de edad avanzada: ¡Desde luego los espejos ya no son lo que eran!
      Un abrazo y muchas gracias.
      MAS

      • Yo te sigo viendo como ese chaval de 20 años que se atrevía con proyectos como el que nos cuentas. Por cierto, en Adelante ¿no tuvisteis que correr nunca delante de “los grises” y los oscuros?

        Felicidades y un abrazo.

          • Felicidades Miguel Ángel!!! Por cierto, los espejos son lo que siempre han sido. Unos farsantes. Sólo dejan ver una parte de la persona que no siempre se corresponde con la edad de la otra parte, la más sustancial
            Y ahí amigo tu sigues siendo MAS joven. Ya quisieran muchos jóvenes de cuerpo tener tu vitalidad. Un abrazo.

          • Querido Juan Carlos:
            Mil gracias por este recuerdo, por las generosas palabras y por las emocionantes felicitaciones.
            Un abrazo.
            MAS

    • Querido Jesús Marcial:
      Reconozco muy bien y agradezco sinceramente las flores y me siento honrado por las felicitaciones.
      Un abrazo.
      MAS

  8. Buenas noches: qué increíble artículo Miguel Angel, me emocionó mucho, qué gran palabra “Adelante” en ese contexto tan delicado y con tanta fuerza…
    Adelante para alcanzar los sueños
    Adelante para construir la felicidad
    Adelante para acompañar a otros en momentos dificiles
    Adelante para convertirnos en océanos…
    Un cariño Maestro, gracias por otro sábado de aprendizaje.

    • Querida Marisa:
      Gracias a ti.
      Tú eres de las que empuja a todos hacia “adelante”.
      Severo cómo piensas y cómo escribes.
      Gracias por ser así.
      Besos.
      MAS

  9. Madrid, jueves, 23 de agosto.

    Solo nos quedan dos días de permanencia en Madrid antes de regresar a Córdoba. Intentaremos aprovecharlos al máximo. Miro, como suele ser habitual, el tiempo que hará en las próximas fechas en la ciudad en la que residimos para conocer las temperaturas. Compruebo que, tras un fin de semana muy caluroso, finalmente comenzarán a bajar y a hacerse más llevaderas.

    ***

    Ayer estuvimos con Clara, una antigua amiga que reside en Madrid y que hacía casi dos años que no nos veíamos.

    Comimos en el centro, cerca de la plaza de Callao, en un lugar tranquilo que facilitaba la charla. Hablamos de todo, puesto que nos conocemos desde los años sesenta, época de grandes luchas contra la dictadura franquista. Ahora que lo pienso, resulta curioso que los tres habíamos militado en partidos distintos de la izquierda comunista: Clara en la ORT (Organización Revolucionaria de los Trabajadores), Flora en el PT (Partido del Trabajo) y yo en el MC (Movimiento Comunista).

    Quisiera apuntar que tanto Clara como Flora son dos mujeres encantadoras: agradables, cordiales y cariñosas, muy lejos de la idea que se pueda tener de militantes en una izquierda tan comprometida y que deseaba transformar en profundidad la sociedad en la que vivíamos.

    Tras la comida, nos fuimos a sentar en una mesa de una calle peatonal cercana para tomarnos unos cafés. Allí la charla continuó, y pude comprobar que en Clara permanecía todo ese pensamiento crítico que se había forjado en su juventud; lógicamente, conociendo los cambios y la realidad en la que nos encontramos. No en vano, aunque ya jubilada, al ser licenciada en Sociología sigue con puntualidad las transformaciones que se dan en la sociedad.

    Nos despedimos con un gran abrazo, afirmando que el próximo año haríamos todo lo posible para vernos de nuevo y continuar con tan agradable encuentro como es el que hemos tenido en esta ocasión.

    ***

    Leo por la prensa que, ¡por fin!, el Gobierno, a través del Ministerio de Justicia, va a ofrecer la relación de los bienes inmatriculados por la Iglesia a partir de 1998, que fue cuando a José María Aznar, como presidente del Gobierno, amplió la Ley de 1946, de modo que los obispos, con solo su firma, podían registrar también templos y edificios dedicados al culto.

    Tal como apunté en otra ocasión, han sido 40.000 bienes inmuebles los inmatriculados desde entonces (cifra reconocida por la propia Conferencia Episcopal Española).

    Esto es un “Monumental escándalo”, como decía el título de un libro publicado por las Asociaciones de Defensa del Patrimonio de Navarra, que fueron las primeras en dar la voz de alarma del latrocinio que se estaba produciendo con el patrimonio público. Desde entonces, los miembros de Europa Laica no hemos parado en denunciar este expolio.

    Por cierto, que la Ley que amparaba este inmenso atropello, ante el escándalo producido, fue derogada en 2016, pero creo que la Iglesia luchará con todas sus armas para que nada vuelva a sus dueños, sean bienes de particulares o públicos.

    Sobre esta cuestión seguiré hablando, pues es un caso que se ha producido en España. Para no alejarme mucho, quiero apuntar que los templos y catedrales de los dos países vecinos, Portugal y Francia, son patrimonio público, aunque la Iglesia los gestione con el fin de celebrar las ceremonias religiosas.

    ***

    Para cerrar, quisiera volver al tema de esta semana, en el que Miguel Ángel nos habla de la experiencia que llevó a cabo en un colegio de Oviedo hace más de cinco décadas. Los chicos, tal como nos dice, denominaron a la imaginaria ciudad que estaban formando con el título de “Adelante”. Y yo me pregunto: ¿pertenece a la infancia y la juventud el hecho de mirar hacia adelante, dado que tienen un largo horizonte, pero que una vez que se han cumplido años y “se conoce el mundo real” tenemos que adaptarnos a él y ya mirar con suficiencia, escepticismo y sin ilusiones la vida y nuestro entorno?

    • Querido Aureliano:
      Sobre tus tres núcleos temáticos del interesante comentario:
      1. Magnífico tributo a la amistad, que yo considero una de las columnas sobre las que se sostiene nuestro mundo. Hay que cultivarla.
      2. De acuerdo con la postura que planteas sobre la apropiación de bien privados públicos por parte de la Iglesia. “Las monjitas de Grajal” (ver artículo en este blog) se apropiaron de las tallas del convento (patrimonio de la villa) por el simple hecho de haberse ocupado de su cuidado durante un siglo. Es como si un vigilante de un museo se quiera llevar para su casa uno o varios cuadros por el hecho de haberlos cuidado durante años.
      3. “Adelante” no hay referencia solo a la cronología. Es una actitud ante las vida, ante los demás y ante nosotros mismos. Pero incluso en ese aspecto, los veteranos hemos seguir también hacia adelante.
      Buena estancia en Madrid y buen regreso.
      Un abrazo a Flora y a Clara, mujeres ejemplares.
      MAS

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