Tizas y balas

3 Mar

Pocos hechos más terribles que convertir una escuela en un cementerio. Sembrar de cadáveres un instituto de enseñanza, donde la vida se manifiesta en todo su esplendor, es la manifestación más plena de la estupidez y de la maldad humana. ¿Cómo explicar esos hechos de forma inteligible? ¿Cómo evitarlos de forma eficaz?

Todo el mundo conoce lo sucedido. Todo el mundo vive desde entonces con este fardo de dolor y de espanto a cuestas. En la tranquila localidad de Pakland (30.000 habitantes), a una hora en coche al noroeste de Miami (Florida), un exalumno de la escuela secundaria Stoneman Douglas dejó un reguero de sangre y de muerte a partir de las dos de la tarde del día de San Valentín, disparando con un rifle AR-15 a quien se encontraba delante. Dejó por el suelo al menos 17 muertos y 20 heridos según la policía local. Un joven de 19 años, Nicolás Cruz, había emprendido días antes un programa de entrenamiento militar junior. Ese fatídico día en el que se celebra el amor y la vida, él prefirió que presidiese el mundo el odio, el dolor y la muerte. Tapado con una mascarilla accionó la alarma de incendios, lanzó bombas de humo y fue acribillando a la gente que se iba encontrando en medio de la neblina que había provocado. Él solito convirtió esa escuela en un infierno.

Hubo otros daños que muchas veces no se tienen en cuenta. ¿Qué sucede en la mente de los testigos, de las posibles víctimas, que se escondieron o huyeron despavoridas, de quienes vieron los cadáveres tirados por los pasillos y escaleras? ¿Qué secuelas quedan en las familias de las víctimas, además del dolor de una cruel ausencia? ¿Qué pasa por la mente y el corazón de los padres del asesino? ¿Qué rastro de repulsa, de rabia, de miedo y de dolor llena el corazón de quienes en todo el mundo hemos conocido los hechos?

¿Quién le puede explicar a la madre de una adolescente que su hija, a quien ha visto levantarse esa mañana con la ilusión de aprender y de forjar un futuro luminoso para ella y para su país, le han segado despiadadamente la vida disparando un rifle de asalto? Un rifle que los poderes públicos le han permito comprar sin la menor traba, a pesar de su evidente desequilibrio y de su obsesión por las armas?

Me imagino la impresión de los padres que recibieron la noticia de quesu hijo había sido víctima del perturbado exalumno. Un individuo que, por cierto, había sido expulsado de ese mismo centro por reiterada indisciplina.

¿Cómo explicar lo que ha sucedido en el cerebro del asesino para planificar, preparar y llevar a cabo un plan tan brutal, tan despiadado, tan terrible?

¿Cómo entender que la sociedad haya colocado tan fácilmente en sus manos un arma tan mortífera? Ya sé que las armas solas no matan. También sé que, sin ese arma, el joven asesino no hubiera podido causar tantas muertes. Con un palo, un cuchillo o una piedra hubiera sido fácilmente desarmado. Pero no, los intereses de la venta de armas son más poderosos que la vida de las personas. Y los intereses políticos de quienes, en un círculo maldito, se benefician de esos apoyos vergonzosos. La Asociación Nacional del Rifle se enriquecen con la venta que los políticos bendicen y estos, en justa correspondencia, se benefician de los donativos de la Asociación. Todos contentos. Menos las víctimas. ¿Qué importan esos pobres chicos y sus familias al lado de los imponentes negocios y de los tremendos intereses de la política?

La que se ha dado en llamar “matanza del día de San Valentín” no es la primera. Es más que probable que no sea la última si el statu quo no se modifica. En lo que va de año ha habido 18 tiroteos escolares en los Estados Unidos.

El presidente Donald Trump escribió: “My prayers and condolences to the families of the victims of the terrible Florida shooting. No child, teacher or anyone else should ever unsafe in an Americam school”, escribió el Presidente Trump.

¿Qué les importan las oraciones y las condolencias a las familias que estaban preparando en esos momentos el funeral de sus hijos? ¿Cómo pueden soportar la alianza del mandatario con la Asociación Nacional del Rifle que sostuvo su campaña electoral?

La propuesta posterior del presidente ha sido inconcebible: hay que armar a los profesores y hay que entrenarlos adecuadamente para esta nueva faceta de su ejercicio profesional. No hay que desarmar a los asesinos, hay que armar a los profesores.

No digo que no haya que hacer nada para evitar estas masacres. Pero esto no. Porque el principio en el que se basa la idea es un craso error. Y porque habría quien se sintiese provocado por las armas de los docentes, quien pudiese y supiese evadir la pequeña amenaza que suponen esas armas y porque hay asesinos a quienes les importa un bledo morir una vez materializado su perverso plan.

Lo primero que habría que hacer es intensificar los programas de educación para la paz. Para niños, jóvenes y adultos. ¿Para políticos?

Habría que perfeccionar los sistemas de vigilancia en las escuelas. ¿Cómo puede entrar en el centro una persona armada hasta los dientes sin que nadie la detecte y la detenga?

Habría que entrenar a los alumnos para afrontar situaciones de esta naturaleza, para saber reaccionar ante este tipo de amenazas.

Y habría que prohibir la venta de armas a los jóvenes, sobre todo si tienen algún desequilibrio y se sienten obsesionados por ideales bélicos.

Los docentes tendrán que ser en el futuro que sueña Donald Trump buenos didactas pero, sobre todo, buenos tiradores. Tendrán que tener una preparación en sus disciplinas, una preparación didáctica y, todos o algunos, un entrenamiento armamentístico. ¿Y un sobresueldo porsu nueva competencia?

En las aulas, al lado de los ordenadores, de los libros y de los mapas, habrá en el futuro “trumpiano” unos buenos rifles y en los cajones de la mesa del docente estarán mezcladas las tizas con las balas.

¿Todos los docentes? ¿Solo algunos? ¿Los voluntarios? ¿Los voluntarios? ¿Los mejor dotados para la puntería? ¿Los más crueles y desaprensivos, capaces de matar ante el menor riesgo y el más pequeño indicio?

En ese futuro soñado por el presidente, los directivos tendrán que ir por delante y tener las mejores armas y la mejor preparación para hacer frente a quienes entren en el centro con intenciones dañinas. Tendrán que aprender a matar. Porque el entrenamiento no ha de ser solo técnico, sino psicológico y moral.

Lo que propone el señor Trump es que se prepare a los profesores y a las profesoras para matar. Porque a él le gusta la valentía y el reto. Le gusta la violencia. Él dice que se hubiera enfrentado al asesino de la escuela incluso sin armas. Él ha despotricado contra el guarda que dejó pasar al asesino, como si hubiera podido intuir lo que iba a pasar.

¿Qué sucederá si se arma a los profesores y un día uno de ellos dispara y mata a un inocente sospechoso, falsamente identificado?

Los cursos de entrenamiento deberían, de ese modo, ser parte fundamental de la formación. Una formación que deberá ser permanente. Porque las armas cambian y se perfeccionan.

Una parte del presupuesto para la enseñanza serían las armas y las balas. Qué terrible. ¿Por qué no hacer depender las escuelas al Ministerio de Defensa?

Es probable que esta nueva competencia profesional anime a algunos sádicos a dedicarse a esta oficio. El docente tendrá que saber enseñar y tendrá que saber disparar.

Y, si nadie quiere, ¿habrá que obligar a una parte o a todos a que sean tiradores? No puedo ni imaginar la situación que se propone. No puedo imaginar a los docentes llevando a la clase un rifle, entrenarse en los recreos y disparar sobre un sospechoso a quemarropa.

No imagino a un docente con el revólver sobre la mesa hablando el Día de la Paz sobre la importancia que tiene la convivencia humana basada en el respeto a la dignidad de las personas.

Qué locura. Otra vez el tan acreditadamente fracasado lema: Si vis pacem, para bellum. Si quieres la paz, prepara la guerra. Si quieres la paz, ármate hasta los dientes. ¿Cómo es posible que una mente así haya sido elegida por millones ciudadanos y ciudadanas para guiar los destinos del país y del mundo?

Lo dije en un artículo días después del plebiscito americano que puso al actual presidente en el despacho oval de la Casa Blanca: El problema no es Donbal Trump. El problema es que haya tantos millones de votantes de ese candidato y el problema es lo que aprendieron en la escuela esos votantes. ¿Qué aprendieron en la escuela?

Hay que armar al profesorado, sí, pero de paciencia ante políticos de esta calaña, ante propuestas de esta índole y ante Asociaciones como la Nacional del Rifle, obsesionadas por la codicia a pesar del daño que propician y el dolor que siembran hasta en las escuelas.

21 respuestas a «Tizas y balas»

  1. Excelente artículo. Lo suscribo plenamente. La triste realidad es que el dinero es el amo y el que gobierna el mundo y, para algunos, parece que no tiene límites, es objeto de coleccionismo , y eso está por encima de la vida y la dignidad de las personas.
    A mi modo de ver lo que ocurre en Estados Unidos con las armas es una locura. Cualquiera puede acceder hasta una ametralladora. Las consecuencias ya las vemos. La respuesta de Trump me parece demencial. En fin con las medidas que se ponen esto será un punto y seguido. Hasta la próxima…
    Saludos a todos.

    • Querido y madrugador amigo:
      Ya sé que no se puede simplificar. Ya sé que los recovecos de la mente humana son inescrutables. Pero tienes toda la razón. NO se puede entender que el negocio armamentístico esté por encima de la vida humana. ¿Quién le puede persuadir a la madre de una adolescente asesinada en la masacre que la venta de armas no ha tenido nada que ver en la desgracia que ha marcado el destino de sus vidas?
      ¿Cómo se puede votar a un personaje con esas ideas?
      Dice Philippe Perrenoud que un político puede tratar como imbécil a la gente y ser aclamado en las elecciones. ¿Qu´formación tiene esa gente? ¿Qué aprendió en la escuela?
      Un gran abrazo.
      Gracias por tu comentario.
      MAS

  2. No sé si culpar al rifle (a su facilidad de compra) es la esencia del problema. Una cerilla puede causar mucho mayor daño. No sé si es el presidente de EEUU quién (con sus aliados, propuestas e ideas) fomenta de alguna manera el fácil acceso a las armas y la violencia, de hecho Miguel Ángel lo apunta al señalar que lo preocupante son los muchos millones que lo votaron. No sé si los estadounidenses son una sociedad democrática, moderna y tolerante; o más bien, un grupo de colonos intolerantes, resentidos, supremacistas y prepotentes… puede que ambas cosas, fluctuando su número según muestran los resultados de sus elecciones presidenciales.

    Lo que sé es que la violencia es algo inherente al ser humano (quizás incluso necesaria a veces). En nuestros genes, en tanto que supervivientes entre tantas especies -algunas tan similares a la nuestra- debe haber un componente violento con función adaptativa. Es por ello que no se debe jugar con fuego al lado de esa gasolina tan incendiaria. No se debe facilitar el uso de las armas a la población no preparada lo mismo que no se debe dejar conducir un tren coche por una autopista a un niño.

    Como persona, como docente, ante ciertas situaciones de estrés, de ataque directo a tu estatus o convicciones se puede reaccionar con violencia (no necesariamente física, como el demonizado “tortazo”). Esta violencia puede ser verbal (no necesariamente con el socialmente condenado “insulto”) puede ser con el simple desprecio, el comentario irónico, el gesto despectivo, la falta de atención; puede posponerse (dejando un poso de resentimiento que “apaciguarás” en un futuro); puede proyectarse en otras personas u ocasiones… El maestro es un ser que trabaja en un campo de batalla donde muchos egos luchan por destacar sobre el resto. Inevitablemente será objeto o sujeto de violencia. La educación sobre como manejar todo esto debería ser parte del curriculo profesional. Igualmente, como apunta Miguel Ángel, debería formar parte del currículo de los alumnos: La Educación para la Ciudadanía, la resolución de conflictos, estrategias para manejar el estrés, respuestas adecuadas a la agresión, actuación ante el acoso escolar… hay muchos capítulos en la educación sobre la violencia.

    Me maleo que las matanzas en escuelas e institutos en EEUU continuarán (e incluso aumentarán en los próximos años). Creo que hay un pecado capital en la sociedad estadounidense relacionada con su historia de colonización de tierras ajenas, aniquilamiento de indígenas y gendarme mundial que se transmite a sus habitantes. En España, que también fuimos imperio con esta misma ideología, creo que la mayoría de los españoles estamos de vuelta.

    ¿La solución? Algunos predican que viajando se ampliarán horizontes, se conocerán otras personas y costumbres… ¿Prohibir el uso de las armas? Cualquier cosa puede convertirse en un arma… Quizás la solución esté en poner luz en el corazón de las tinieblas del hombre: la educación bien entendida.

    • Querido Jesús Marcial:
      Es lo bueno que tiene el blog. Que los comentarios son una fuente inagotable de riqueza. Tu comentario es otro artículo.
      Comienzo con lo que acabas:La verdadera educación está en la base de la solución.
      -La formación de los docentes en ese terreno (no solo en los contenidos curriculares)
      -La formación civica de los alumnos y alumnas.
      En cuanto a las armas no es solo la facilidad en la adquisición de instrumentos de muerte, es todo lo que lleva consigo: entrenamiento, obsesión, desarrollo de la violencia…
      Mi hija de 13 años, cuando ha oído hablar del tema, ha dicho: ¿Y si le dan un arma a un profesor que esté tarado?
      Como tu pienso que la mente y el corazón humano son inescrutables, pero convendría no echar leñas fuego.
      Un gran abrazo.
      Y gracias por tu estupendo comentario.
      MAS

  3. Buenas tardes, muy interesante tu artículo y desgraciadamente otra vez hablando de lo mismo, una tragedia en una escuela y más desgraciadamente todavía si tenemos la seguridad de que no será la última vez que se hable de un horror así.
    El debate de las armas es muy importante pero sabemos que estos hechos trágicos suceden tanto en países donde es legal y en países donde no. Coincido plenamente contigo Miguel en que lo de armar a los profesores es un “disparate grande como una casa” como decimos los uruguayos. Yo lo tomo como una estupidez más de las tantas que dice el presidente de Estados Unidos.
    No coincido para nada en la apreciación que hace Jesús Marcial sobre el pecado capital de la sociedad estadounidense relacionada con su historia de colonización de tierras ajenas y aniquilamiento de indígenas. Asumo que él es español (porque dice: los españoles fuimos) y si realmente influyera a tal extremo nuestra historia en estos hechos trágicos, en países como el mío, Uruguay y la mayoría de los países americanos donde fuimos colonia española durante mucho tiempo y donde España colonizó y aniquiló la población indígena, sucederían estos hechos muy a menudo y por suerte no es así.
    Así que dejemos de buscar causas tan rebuscadas y pensemos en el hombre actual y sus problemas de convivencia. Creo que las grandes tragedias de las que todos nos horrorizamos son la causa directa de algún tipo de enfermedad mental.
    Para mi el tema que debemos enfrentar de una vez por todas es la o las causas de esas enfermedades mentales que llevan a un individuo a tomar esas decisiones tan destructivas. ¿Son causas biológicas? ¿Nacemos con determinada herencia genética que nos hace desarrollar una enfermedad mental? ¿Son causas sociales? ¿La mente sana de un individuo puede convertirse por el efecto de su historia personal en una mente enferma de tal magnitud?Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa entonces deberíamos pensar cuáles son esos elementos que hacen que una mente sana se enferme de esa manera.
    Si las causas del desarrollo de una enfermedad mental tan grave son sociales y se relacionan con los vínculos que ese individuo va estableciendo en el correr de su vida con los demás individuos ( padres, abuelos, tíos, hermanos, primos, vecinos, compañeros, maestros, profesores autoridades todas, desconocidos) entonces imagino yo, que se podrían prevenir o por lo menos trabajar para que ese individuo no se llegue a enfermar. (o por lo menos intentar detectar señales que nos digan que puede ser vulnerable)
    Así como cuidamos nuestro cuerpo del sol para no padecer en el futuro cáncer de piel (por lo menos en estas latitudes) podríamos también trabajar en prevenir este tipo de enfermedades mentales trabajando intensamente en las emociones y en el desarrollo de las habilidades para la vida. Y para esto llego siempre a lo mismo: la educación y esto implica la educación emocional. Crecer sanos en cuerpo y alma. Crecer sanos en nuestras relaciones con el otro.
    A veces me cansan las palabras y los debates gastados de rencores políticos y peleas por quién convence más al otro y pienso que cada uno debería ponerse a pensar qué es lo que hacemos desde nuestro rol en esta sociedad para cambiar el mundo. Hay una canción del argentino Alejandro Lerner que dice: “cambiar el mundo empieza por ti”…
    Querido Miguel Ángel, un abrazo desde el hiper cálido sur.
    Ana Clara

  4. 1.- Trump: “Hay que armar a los profesores y hay que entrenarlos adecuadamente para esta nueva faceta de su ejercicio profesional”.

    “Qué locura. Otra vez el tan acreditadamente fracasado lema: Si vis pacem, para bellum. Si quieres la paz, prepara la guerra. Si quieres la paz, ármate hasta los dientes. ¿Cómo es posible que una mente así haya sido elegida por millones de ciudadanos y ciudadanas para guiar los destinos del país y del mundo?” (MAS)

    2.- No nos extrañemos. No es una cuestión que se da solo en Estados Unidos. Bernardo Vergara nos lo cuenta de forma amena en su tira cómica.

    http://www.eldiario.es/blogs/Presenten-armas_0_741226191.html

    Están elaborando (por encargo del gobierno) unidades didácticas para introducir en las aulas de Primaria y Secundaria el himno y la bandera como “compromiso de los españoles por la paz”.

    Además de la materia relacionada con los símbolos nacionales (himno, bandera y escudo) también incluirán temario para reforzar la imagen de las Fuerzas Armadas y de la monarquía. Me imagino a un maestro explicando la existencia de la monarquía como cuando en religión tiene que explicar la existencia de Dios. Dos buenos temas para formar mentes científicas, críticas, lógicas, justas, …

    3.- (Pregunta que le hace Laura Galaup al pedagogo francés Philippe Meirieu):

    ¿Cómo se consigue que el sistema educativo no sea un instrumento político y se garantice su independencia?

    Creo que todos los gobiernos tienen la tentación de utilizar en su beneficio la influencia que supone el sistema educativo.

    4.- Y siguiendo con las palabras de Philippe Meirieu que me habla de la autoridad del profesor. (A mi amigo Alberto le preocupa el tema de la autoridad, la disciplina o la firmeza. A mí también. Por eso, ahora que ya no hay mili obligatoria, aunque se lo están replanteando, me alegra que llevemos el Ejército a la escuela).

    “Hay muchas escuelas y muchos profesores que no tienen autoridad frente a sus alumnos y el único poder que tienen es el de la sanción o la amenaza. Amenazando con esta exclusión, diciéndoles que van a repetir si no les hacen caso, es la única forma que tienen de ejercer su autoridad.”

    “A muchos profesores no les han sabido formar para gestionar grupos de adolescentes que pueden llegar a ser difíciles, piensan que gritando a los alumnos van a conseguir calmarles. Al contrario, gritando van a aumentar el estado de excitación del grupo. No se dan cuenta que igual que hablar con los alumnos es importante, hay otros factores como organizar el espacio de la clase, de dar consignas precisas, de saber lo que se dice y ser coherente con el mensaje lanzado.”

    5.- Resumiendo.

    – Para Trump, las matanzas que se producen en centros educativos son cosa de locos desequilibrados, enfermos. Nada tiene que ver que a esos locos les sea muy fácil armarse. La cultura de la violencia.

    – Para fomentar la paz, ejército.
    – Para buscar un mundo más justo, bombas.
    – Para educar en la convivencia, la libertad, la inclusión, el respeto por la vida propia y la de los demás, Colt 45 a la cintura. (A la del profesorado, aunque siguiendo con la lógica armamentística y de legítima defensa, todas y todos debieran tener derecho a un par de cartucheras, por si una se encasquilla, o por si el que loquea es el del púlpito, que ahora, a parte de las tizas, lleva armamento pesado y mortal).

    6.- Miguel Ángel, como la semana pasada me dirigiste (mencionaste) hacia el pedagogo francés, he visto una entrevista (no he localizado la conferencia de la que hablas) y en ella aparecen unas escenas de la película “Detachment” de Adrien Brody. En un artículo de El Adarve tratabas de la educación y el cine. Me gustan las películas que, de algún modo, tocan la educación. Lo que quiero decir es que me han quedado ganas de ver esta.

    7.- Ya ves que, acorde a los tiempos, nunca cumplo mi palabra. Eso es algo considerado antiguo, por lo menos en nuestro país, y donde más visible se nos muestra es en la clase política. Ellos mismos utilizan esa frasecilla en la que siempre se acaban liando. Sí hombre, esa que conjuga el verbo decir y el nombre de un Varón que marcaba goles con la mano. Pero claro, lo hacen para denunciar al de enfrente, no para valorar su propio quehacer, sus dichos y sus hechos.

    • Querido José Antonio:
      ¿Vespor qué no quiero que te ausentes?
      Comentarios de este tipo enriquecen, estimulan, interrogan, motivan. Gracias.
      Siete puntos que son más que el artículo que los ha propiciado.
      Meirieu es un pensador que apuesta por la educación democrática en la escuela.Que tiene tres exigencias:
      – Transmitir saberes emancipadores
      – Compartir valores fundamentales para la democracia
      – Ejercitar en la democracia (facilitar elecciones, por ejemplo; ejercer la libertad…)
      Es muy interesante el pensamiento de Meirieu, profesor de la Universidad de Lyon.
      Un cordial saludo.
      Muchas gracias.
      MAS

  5. Buenas tardes, muy interesante tu artículo y desgraciadamente otra vez hablando de lo mismo, una tragedia en una escuela y más desgraciadamente todavía si tenemos la seguridad de que no será la última vez que se hable de un horror así.
    El debate de las armas es muy importante pero sabemos que estos hechos trágicos suceden tanto en países donde es legal y en países donde no. Coincido plenamente contigo Miguel en que lo de armar a los profesores es un “disparate grande como una casa” como decimos los uruguayos. Yo lo tomo como una estupidez más de las tantas que dice el presidente de Estados Unidos.
    No coincido para nada en la apreciación que hace Jesús Marcial sobre el pecado capital de la sociedad estadounidense relacionada con su historia de colonización de tierras ajenas y aniquilamiento de indígenas. Asumo que él es español (porque dice: los españoles fuimos) y si realmente influyera a tal extremo nuestra historia en estos hechos trágicos, en países como el mío, Uruguay y la mayoría de los países americanos donde fuimos colonia española durante mucho tiempo y donde España colonizó y aniquiló la población indígena, sucederían estos hechos muy a menudo y por suerte no es así.
    Así que dejemos de buscar causas tan rebuscadas y pensemos en el hombre actual y sus problemas de convivencia. Creo que las grandes tragedias de las que todos nos horrorizamos son la causa directa de algún tipo de enfermedad mental.
    Para mi el tema que debemos enfrentar de una vez por todas es la o las causas de esas enfermedades mentales que llevan a un individuo a tomar esas decisiones tan destructivas. ¿Son causas biológicas? ¿Nacemos con determinada herencia genética que nos hace desarrollar una enfermedad mental? ¿Son causas sociales? ¿La mente sana de un individuo puede convertirse por el efecto de su historia personal en una mente enferma de tal magnitud?Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa entonces deberíamos pensar cuáles son esos elementos que hacen que una mente sana se enferme de esa manera.
    Si las causas del desarrollo de una enfermedad mental tan grave son sociales y se relacionan con los vínculos que ese individuo va estableciendo en el correr de su vida con los demás individuos ( padres, abuelos, tíos, hermanos, primos, vecinos, compañeros, maestros, profesores autoridades todas, desconocidos) entonces imagino yo, que se podrían prevenir o por lo menos trabajar para que ese individuo no se llegue a enfermar. (o por lo menos intentar detectar señales que nos digan que puede ser vulnerable)
    Así como cuidamos nuestro cuerpo del sol para no padecer en el futuro cáncer de piel (por lo menos en estas latitudes) podríamos también trabajar en prevenir este tipo de enfermedades mentales trabajando intensamente en las emociones y en el desarrollo de las habilidades para la vida. Y para esto llego siempre a lo mismo: la educación y esto implica la educación emocional. Crecer sanos en cuerpo y alma. Crecer sanos en nuestras relaciones con el otro.
    A veces me cansan las palabras y los debates gastados de rencores políticos y peleas por quién convence más al otro y pienso que cada uno debería ponerse a pensar qué es lo que hacemos desde nuestro rol en esta sociedad para cambiar el mundo. Hay una canción del argentino Alejandro Lerner que dice: “cambiar el mundo empieza por ti”…
    Querido Miguel Ángel, un abrazo desde el cálido sur.
    Ana Clara

    • Querida Ana Clara:
      No sabes cuánto me alegra verte de nuevo por estos lares.
      Y con una aportación tan sugerente.
      No es fácil diagnosticar con rigor casos de esta enorme complejidad, con ingredientes psicológicos, emocionales, sociales, políticos, económicos, sociológicos, históricos…
      Pero estamos obligados a evitar estas masacras.LO que no podemos es cruzarnos de brazos mirar hacia otra parte.
      Tú dices que cada uno tiene que ver lo que puede aportar.
      Y todos tenemos que comprometernos en enviudar la muerte de inocentes.
      Hechos como éste nos interpelan a todos.
      Hay que evitar las soluciones equivocadas (como la que propone el Presidente) y buscar, como dices, el desarrollo emocional y equilibrado de los seres humanos a través de la educación.
      Besos y gracias.
      MAS

  6. DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ (6)

    Con tantas idas y venidas, no sabemos muchas veces si la genética nos ayuda a ser nobles o es la educación la que corrige a nuestros genes. Lo que cada día nos parece más claro es que si las condiciones genéticas que tienen una inclinación hacia la ayuda a los demás son asistidas por la educación sin prejuicios, podemos conseguir una sociedad muy distinta de la que estamos soportando. Podemos observar muchas veces cómo funciona una educación que prioriza la memoria, que a veces es cerrada, y otra que prioriza la resolución de problemas y la creatividad.
    Hace la friolera de treinta y cinco años y con un grupo clase de treinta y cuatro chicos y chicas, un compañero nos refirió el caso de una chiquita, que entró en su tutoría de Segundo Nivel de Primaria. La chica venía de un colegio privado, del que no diremos el nombre, para que no se mosquee ningún santo ni ningún rey, por muy santos y sabios que sean. A los pocos días de llegar la niña, sin venir a cuento, le dijo: “¿Verdad, profe, que nueve por nueve son ochenta y una?”. El maestro le contestó: “Sí. ¡Qué le vamos a hacer!”.
    En el colegio había cinco líneas y los compañeros del Segundo Nivel se habían puesto de acuerdo para distribuirse las áreas alternativas por especialidad, una hora por la tarde, de manera que todo el alumnado del Nivel pasaba una hora a la semana por todas ellas, cuando no había especialistas para nada ni apoyos escolares (como está volviendo a suceder).
    El compañero, que daba el área de Dinámica, disponía solo de un aula que tenía unos bancos pegados a tres paredes, que formaban una “U”. Pudo observar que aquella niña tenía problemas en expresión dinámica, pues las propuestas de aquella clase eran abiertas y cada niño o niña las llevaba a cabo según su espontánea creatividad. Se podía correr, andar, saltar… y acomodar los movimientos libremente. Una de las propuestas era la de “los puntos de contacto”. Por ejemplo: “Un punto de contacto con el suelo y otro con la pared”. La chica nueva siempre esperaba para ver lo que hacían los demás que se movían como locos.
    También nos contó que aparte de la hora de plástica que daba otro compañero, en su aula él tenía la costumbre de hacer libritos con los textos libres, con los poemas, con las canciones y con las letras mayúsculas. Pues bien, poco a poco, cuando no faltaba nadie, iba pintando en la pizarra una letra mayúscula, con un diseño elemental de figura y fondo, sobre una cuartilla, en la que se reservaba una parte a la izquierda para que, cuando se le pusieran las grapas al libro, no pisaran parte del dibujo. La propuesta del maestro era copiar la letra y adornarla de la manera que quisieran, tanto la figura como el fondo. Tenía que quedar claro que la letra se reconociera, ya que la figura, como nos decía Rubin, tiene contorno, sobresale, comporta significado y se recuerda mejor. La creatividad de los niños y niñas no conocía límites: paisajes en los que la letra en cuestión podía ser una pirámide, un rascacielos, un deportista, un vaquero, un animal exótico… El fondo podía ser tan variopinto como la figura, pero no podía ser más que un paisaje en el que destacaba la letra.
    El compañero nos contó que la chica del dato matemático del “ochenta y uno”, se llevó al final “El libro de las letras mayúsculas” con todas las hojas pintadas en dos colores planos, uno para el fondo y otro para la figura. Según nos dijo, le dio mucho que pensar el comportamiento “académico” de la chica, ya que podía, sin querer, echarle en cara que con sus propuestas no se va a ninguna parte y que lo que importa es terminar el trabajo cuanto antes. Sin embargo, fue aquel año, cuando H. Gardner nos habló de las “Inteligencias múltiples”, que son potenciales, “que se activan o no según los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona, su familia, sus enseñantes y otras personas”. Pensamos que memoria, mientras más, mejor; pero memorismo solo, no. Reducir la inteligencia a lo lingüístico y a lo matemático puede impedir abrir el abanico de la mente para tomar aire. Facilitar la apertura de la mente no nos hace daño. Gardner cree que «las personas que son ayudadas para hacerlo, van a ser más comprometidas y competentes, por lo tanto, más inclinadas a servir a la sociedad de una manera constructiva». Estamos hablando de la evolución de los humanos con el propósito de construir, día a día, el humanismo de la No Violencia y la Paz. (Continuará)
    josemª

    • Estimado josem:
      Ya había leído tus textos sobre el tema.
      Creo que ese día debería repetirse cada uno de los 365 del año.
      Cuán importante, cuán necesaria tarea.
      Recuerdo que hace algunos años iba desde Málaga a no sé dónde a impartir una conferencia sobre Educación para La Paz. Mientras circulaba me sobrevolaron los aviones que iban desde la base de Rota a la guerra del Golfo. Estuve a punto de volver para casa…
      Con esos ejemplos…
      Un gran abrazo.
      Y gracias por el texto.
      MAS

  7. La ilustración me ha parecido hermosa y elocuente. Hay tantas cosas importantes que hacer que recoger esa pistola parece una distracción y un estorbo respecto a la misión fundamental.
    También me ha gustado el título porque mezcla de forma palmaria y elocuente esa contradicción de las tareas docentes con las finalidades bélicas, aunque sea de defensa.
    Enhorabuena y gracias.

    • Querida Isabel:
      Gracias por tus apreciaciones sobre la ilustración y el título.
      El tema tiene muchos vericuetos en los que no he podido entrar por el espacio.
      No he hablado nada de los problemas psicológicos de quien trama y ejecuta una acción de este tipo. Y nada sobre la facilidad con la que pueden acceder a las armas y al entrenamiento.
      Besos y gracias.
      MAS

  8. Algo hay que hacer.
    No se puede quedar la humanidad impasible ante esta masacre.
    No se puede soportar esa destrucción gratuita. Que mandes un hijo tuyo a la escuela lleno de vida y te devuelvan un cadáver porque un desequilibrado ha entrado en la escuela y se ha puesto a disparar.
    Esto tiene que evitarse. Estoy de acuerdo en que el método propuesto por Trump para hacerlo es estúpido y poco eficaz.
    El problema no se soluciona matando sino evitando que alguien mate.
    – Hay que diagnosticar.
    – Hay que prevenir.
    – No hay que vender armas.
    – Hay que vigilar la escuela.
    – Hay que educar.
    Saludos cordiales a lectores y lectoras. Y a los comentaristas.

    • Querida María:
      La cuestión, efectivamente, es que hay que hacer algo. Pero no eso que dice Donald Trump. Porque lo que dice el presidente es que a la violencia se le puede (debe)m vencer con más violencia. ¿Dónde acaba la espiral?
      Ojo por ojo diente por diente es un lema que acabaría con todo el mundo ciego y desdentado. Creo que la violencia, si no se detiene con lógica y con justicia, acaba generando más violencia.
      Claro que hay que hacer cosas. Me valen las que puntas. Y otras. Pero esa no.
      Besos y gracias.
      MAS

  9. Querido Miguel

    Sigo contigo desde la tierra Atequicense estas manifestaciones de barbarie lamentablemente humanas. Causa escozor, tristeza e impotencia. Escozor, porque el fin de la especie humana es la reproducción y no la extinción. Tristeza, porque evidencia que la formación que impulsamos desde la familia y la escuela ha sido rebasada. Impotencia, porque nuestras voces, que promueven la sana convivencia aún no logra hacerse escuchar sobre las vociferaciones (la Trumpiana, por ejemplo). Ya lo comentaron y lo enfatizas, hay muchas maneras de estar “en” y “con” estos fenómenos (en Jalisco, en secundaria Técnica, empieza a manifestarse), hay muchas acciones que se realizan para afrontarlo, aunque los resultados son mínimos. Incluso en la reforma educativa que corre en nuestro país hay apartados específicos sobre sana convivencia. El marco de acción está, el andamiaje educativo existe, sin embargo, también hay preguntas todavía sin respuestas. ¿Cómo enseñar a vivir? ¿Cómo relacionar el amor con la convivencia? ¿Cómo deconstruir la barbarie que pervive en el ser humano? ¿Cómo trascender esta barbarie en una vivencia sustentable? ¿Cómo convertir en premisa la latencia de que somos momento y etapa en el devenir de este planeta? Son solo algunos planteamientos desde esta trilogía de emociones. Como docente en educación secundaria, la propuesta trumpiana es lo más absurdo que he escuchado, sin embargo, también tengo como vivencia el escuchar discursos qué aunque están a favor de la convivencias, tienen tras de sí prácticas contrarias. A pesar de esto, adelante, sigamos la ruta de Edgar Morín en la que la premisa es “la renuncia al mejor de los mundos no implica la renuncia a un mundo mejor”.

    Como siempre, un fuerte abrazo

    • Querido Felipe:
      A algunas de tus preguntas intenté dar respuesta en un libro que titulé APRENDER A CONVIVIR EN LA ESCUELA. Lo editó en Madrid la Editorial Akal y fue traducido al portugués en la Editorial ASA de Porto.
      Esas creo que son las principales pretensiones de la escuela: enseñar a pensar y enseñar a convivir. Con solidaridad, respeto a la dignidad humana y compasión por los desfavorecido.
      Estos hechos nos zarandean y nos obligan a pensar sobre lo que hacemos y sobre lo que dejamos de hacer.
      Un gran abrazo y muchas gracias por el estupendo comentario.
      MAS

  10. Querido Miguel

    Sigo contigo desde la tierra Atequicense estas manifestaciones de barbarie lamentablemente humanas. Causa escozor, tristeza e impotencia. Escozor, porque el fin de la especie humana es la reproducción y no la extinción. Tristeza, porque evidencia que la formación que impulsamos desde la familia y la escuela ha sido rebasada. Impotencia, porque nuestras voces, que promueven la sana convivencia aún no logra hacerse escuchar sobre las vociferaciones (la Trumpiana, por ejemplo). Ya lo comentaron y lo enfatizas, hay muchas maneras de estar “en” y “con” estos fenómenos (en Jalisco, en secundaria Técnica, empieza a manifestarse), hay muchas acciones que se realizan para afrontarlo, aunque los resultados son mínimos. Incluso en la reforma educativa que corre en nuestro país hay apartados específicos sobre sana convivencia. El marco de acción está, el andamiaje educativo existe, sin embargo, también hay preguntas todavía sin respuestas. ¿Cómo enseñar a vivir? ¿Cómo relacionar el amor con la convivencia? ¿Cómo deconstruir la barbarie que pervive en el ser humano? ¿Cómo trascender esta barbarie en una vivencia sustentable? ¿Cómo convertir en premisa la latencia de que somos momento y etapa en el devenir de este planeta? Son solo algunos planteamientos desde esta trilogía de emociones. Como docente en educación secundaria, la propuesta trumpiana es lo más absurdo que he escuchado, sin embargo, también tengo como vivencia el escuchar discursos qué aunque están a favor de la convivencias, tienen tras de sí prácticas contrarias. A pesar de esto, adelante, sigamos la ruta de Edgar Morín en la que la premisa es “la renuncia al mejor de los mundos no implica la renuncia a un mundo mejor”.

  11. La cuestión de la violencia siempre me ha inquietado.
    Hay que evitar estos hechos terribles.
    ¿Cómo?
    No hay, a mi juicio, un camino único. Hará que combinarlos todos.
    – La educación.
    – La vigilancia
    – El buen diagnóstico
    – El control de las armas
    Es sobrecogedor ver loque ha pasado en esa escuela. Nadie puede quedar indiferente.
    A todos nos interpelan estos hechos terribles.
    Saludos

    • Querida Marta:
      Los problemas complejos tienen diagnósticos complejos y soluciones complejas.
      Estoy de acuerdo contigo en que no hay una única solución.
      Y creo que la educación es una solución lenta pero profunda.
      Hay más estrategias, claro. Tú apuntas algunas.
      Gracias por la aportación.
      MAS

  12. Solo quiero decir queme ha encantado el artículo y que estoy de acuerdo con las líneas de reflexión que plantea. Siga escribiendo.

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