La magia de la lectura

9 Jul

Me cuenta la profesora chilena Carolina Urbina, de la Universidad de Santiago, que su papá ha puesto en práctica con los nueve nietos que tiene, un hermoso ritual para celebrar el momento en que comenzaron a dominar el maravilloso arte de la lectura. Cuando la nueva nieta que llama a las puertas sepa leer, repetirá de otra vez (y que así sea) la misma iniciativa.

niños leyendo
La lectura es una necesidad social. Así nos lo recuerda José Antonio Marina en su manifiesto “Elogio de la lectura”.

– Un famoso pirata, le van diciendo al aprendiz, te enviará un mapa que te facilitará las pistas para encontrar un magnífico tesoro.

Días después de haberse producido el esperado aprendizaje, llega al buzón de la casa un rollo con un cuero rústico enrollado que contiene un mapa misterioso. Por supuesto que el envío llega con el nombre del niño o de la niña que realizado el aprendizaje de la lectura.

A través de un juego de tarjetas, que el nuevo lector descifrará con los inevitables esfuerzos del principiante, llegará a descubrir un tesoro situado en el mapa enviado por el pirata. Una tarjeta les conduce al lugar donde está escondida otra tarjera que, a su vez, mediante el texto escrito por el abuelo, conducirá al lugar deseado en el que se encuentra el tesoro. El tesoro es siempre el mismo: una botella llena de monedas de un peso.

El ritual suele tener como escenario una playa. Y en ella, con todos los ingredientes de un ritual aventurero, se produce el venturoso hallazgo.

Me ha parecido una hermosa y elocuente metáfora de lo que es la lectura. Una estrategia infalible para descubrir tesoros de incalculable valor.

La familia celebra mediante un rito aleccionador un acontecimiento singular. El niño o la niña han descubierto un secreto lleno de magia. El tesoro podrá variar con el tiempo y la ocasión. Una vez será un viaje alucinante, otra una persona asombrosa, otra una historia deslumbrante.

En cualquier caso, el niño ve que la lectura se ha convertido en una herramienta que le permite entrar en el mundo de la aventura, del descubrimiento del mundo, de la magia.

Con ese invento mágico van a poder abrir cajas de sorpresas, castillos encantados y desvanes llenos de secretos. Con esa llave podrán matar para siempre un monstruo de mil cabezas: el aburrimiento. Porque se puede leer en cualquier momento y lugar, de día y de noche, en el autobús, en el tren, en el metro, en el avión, en el water, en la cama, en un banco del parque… De un plumazo se ha conseguido vencer el tedio. Siempre se puede leer.

Contra tristeza: lectura. Contra aburrimiento: lectura. Contra angustia: lectura. Contra soledad: lectura. Contra ignorancia: lectura. Contra pereza: lectura. Contra abatimiento: lectura.

Me parece estupendo que el marco en el que se produce ese ritual sea la familia. Porque la familia se muestra así una instancia que apoya y celebra los aprendizajes más importantes. Uno de ellos es el de la lectura porque, a través de ella, nos situamos en condiciones de descubrir y de interpretar el mundo.

Pero hay otro enfoque sobre el valor de la lectura que no solo tiene una dimensión individual. La lectura es una necesidad social. Así nos lo recuerda José Antonio Marina en su manifiesto “Elogio de la lectura”:

“La lectura es, ante todo, una necesidad social, de la que va a depender la calidad de nuestra vida y de nuestra convivencia”.

Me preocupa mucho la desafección a la lectura que tienen algunos de nuestros estudiantes. Al comenzar el curso pasado, a dos alumnos que no podían cursar la asignatura de forma presencial, les pedí que siguieran un programa de trabajo que, entre otras demandas, incluía la lectura de cinco libros. Me hizo pensar la petición de uno de ellos. Con cara de sufrimiento, me dijo:

– ¿No nos podría perdonar uno?

La expresión verbal fue significativa. Se “perdona” una falta, un delito, una fechoría. En definitiva, algo malo. Fue también muy significativa la expresión mímica que acompañó la petición. Una expresión que venía a decir: “De esa tortura que nos ha impuesto, ¿no nos podría quitar una parte?”.

Me pregunto qué es lo que pasa con la didáctica de la lectura. Tenemos que revisar nuestros métodos, nuestras actitudes, nuestras formas de evaluar. Algo está fallando. Tenemos que revisar también nuestro hábitos lectores. ¿Leemos nosotros los adultos? ¿Disfrutamos con la lectura?

Ya sé que, como reza el título de un libro de mi amigo Fernando Avendaño, “la lectura ya no es lo que era”. Ahora leemos mucho en internet, podemos llevar nuestra pequeña biblioteca en un i-book, podemos “leer” imágenes en pantallas diversas…

Pero en cualquier caso, se trata de un maravilloso arte que nos pone en disposición de disfrutar hasta el infinito. De una magia que nos permite encontrar magníficos tesoros. Y, puesto que de leer se trata, haré a mis lectores y lectoras una redundante invitación: lean el libro de José Antonio Marina y María de la Válgoma que lleva por título “La magia de leer”. No se arrepentirán. De él se dice en la contraportada: “Este es un libro de magia. La magia mezcla recetas y consejos para lograr encantamientos prodigiosos. Quienes dividen la magia en blanca y negra se equivocan. Olvidan que la magia más poderosa es la del negro sobre el blanco. La escritura, y la lectura, claro, que es su complemento. De ella emergen hadas y dragones, mundos nuevos y mundos antiguos, personajes, historias, sentimientos, leyes, poemas y ecuaciones. El lenguaje transfiguró a la especie humana. Tal vez “La magia de leer” haga lo mismo con usted”.

Suscribo sin ambages el pensamiento d ela Marquesa de Sévigné: “Sin el consuelo de la lectura, fácilmente moriríamos de tedio”. Por eso me ha parecido tan sugerente y tan hermosa la costumbre del papá de Carolina. Enhorabuena y que se perpetúe el ritual a través de muchos nietos y nietas.

15 respuestas a «La magia de la lectura»

  1. Como siempre leo sus artículos, algunas veces no es que sea una tortura leer, lo contrario, leer es un placer si el libro te aporta algo, el problema llega cuando te lo impone y el libro es muy denso y pesado, y si además estas muy ocupado y no encuentras tiempo suficiente para dedicarle a la lectura el tiempo necesario, te encuentras en que la lectura no la puedes disfrutar, y es una pena porque la lectura es una de los placeres que te puede aportar muchas y entrañables experiencias, te hace meterte en otros mundo con la imaginación, te abstrae del mundo en el que estamos inmerso y te hace olvidar algunos asuntos que no dejamos de magullar. Es cierto que perdemos los buenos hábitos de la lectura, porque actualmente con las nuevas tecnologías estamos saturados de muchas informaciones de poca credibilidad, y la televisión ha roto ese encanto por la lectura, es triste pero a la gente le gusta mucho los programas del corazón. Para mi están de sobra, elegiré algún libro de los que me ha recomendado además de los que estoy leyendo actualmente, y leere la magia de leer. Saludos

  2. Estamos en verano, tiempo de vacaciones. Tenemos más tiempo para nosotros. Que bien dices todo lo que representa la lectura y a los mundos ocultos e insospechados a los que nos puede trasladar. La lectura es luz que nos ilumina, nos ilustra, nos ayuda a ser más libres, a refexionar sobre lo que otros con gran penetración intelectual nos introducen por caminos que quizás nunca habíamos pensado.
    Ahora estoy leyendo un libro de EDUARDO PUNSET. “El viaje a la felicidad” que me regaló un buen amigo. No pudo hacerme un regalo mejor. Me invita a buscar la felicidad. No me resisto a regalaros una frase que sale en el libro y que es de Seligman: “La felicidad está en el placer (efímero) y en el sentido o significado que da a la vida un compromiso”.
    Sr. Miguel Ángel, le deseo la felicidad que debe darle el compromiso que tiene con la educación, es decir con el empeño de hacer personas libres, pensantes. Gracias.
    Compraré y leeré el libro que nos recomienda.

  3. Qué bonita idea la del abuelo de estos chicos. Imagino que en ese ambiente será fácil que aprendan a ser buenos lectores y lectoras. Porque creo que el contexto es determinante de nuestra forma de ser y de vivir. Y, por supuesto, el ejemplo de los adultos, padres y profesores. Es muy difícil que si no estamos interesados en la lectura podamos despertar el interés por leer.

  4. Me gustaría que los comentaristas propusieran lecturas de interés para el verano. Yo voy a empezar diciendo que me han encantado las dos últimas novelas de Katherine Pancol. Una se titula “Los ojos amarillos de los cocodrilos” y la otra “El vals lento de las tortugas”. Las dos con los mismos personajes. Están publicadas por La esfera de los libros. Tienen interés y están bien escritas y traducidas.
    Me ha gustado mucho también la novela de María Dueñas que tiene un título tan hermoso: “El tiempo entre costuras”. Está publicada por Temas de hoy.
    Y si alguien quiere una novela con un desenlace sorprendente, que lea “La casa del propósito especial”, escrita por John Boyne, autor del libro “El niño con el pijama de rayas”.
    Que aproveche.

  5. Me encanta el artículo y todas las ideas que nos da en él y me apasiona la propuesta de recomendar libros.
    Gracias Miguel Ángel.
    Yo quiero recomendar fervientemente el libro que acabo de leer titulado ” El profesor” de Frank Mc Court publicado en Maeva. Es el escritor del conocido libro “Las cenizas de Ángela” Más que un libro es un homenaje a todos los docentes. Debería ser un pilar del magisterio.
    Feliz verano a tod@s.
    Un saludo desde Asturias.

  6. Siguiendo la sugerencia de M.Angel quiero recomendar un libro que a mi me ha gustado mucho. Es un libro sobre la escuela o, como dice su autor, un libro sobre el zoquete en la escuela.
    Se trata de MAL DE ESCUELA y el autor es Daniel Pennac. Está publicado por la editorial Mondadori.

  7. El verano pasado,entre otros, leí ZAPATOS ITALIANOS de Henning Mankell y LAS OVEJAS DE GLENNKILL de Leonie Swann y me parecieron muy interesantes y enriquecedores.

    Saludos

  8. Estoy leyendo actualmente el último libro de Murakami: 1Q84. Me está resultando apasionante.
    Otra recomendación poco frecuente: “La tierra de la gran promesa”, del Nobel polaco de 1925 Wladislaw Reymont, publicado por Belacqua. Me lo regalaron hace unos años y fue una auténtica sorpresa. A través de muchos personajes retrata la caida de una sociedad industrial de finales del siglo XIX, con todas las virtudes y miserias de quienes habitan en ella.

  9. Que leer es apasionante es una obviedad para los que somos lectores, creo que todos los participamos en el chat. El reto (de los retos) consiste en que cualquier persona (cualquier lector potencial) lea y siga leyendo, la piedra angular, al decir de todos los estudios surgidos por las evaluaciones, nacionales(prueba general de diagnóstico) o internacionales (PISA), incluso los propios de cada Comunidad Autónoma (la prueba de evaluación de diagnóstico) de nuestro sistema educativo. Entre tantas y tantas teorías de comprensión lectora, velocidad lectora, lectura en el aula, biblioteca de aula, Plan de Lectura y Bibliotecas… me quedo con lo más sencillo: sugerir y comentar con pasión libros, da igual su título, su autor, con tal de conseguir en el lector potencial esa chispa, cuanto menos de curiosidad, que quizás le impulse a ojear el libro, a leer un párrafo… a seguir leyendo, quizás. Y a leer, se aprende leyendo. Y a disfrutar de la lectura, se aprende leyendo. En una sociedad de la información y la comunicación, donde los estímulos visuales están presentes, aunque nuestros escolares, tal como nos revela PISA, incluso en los textos discontinuos de la web tienen serias dificultades con la semiótica de los elementos: gráficos, dibujos, textos cortos, tablas de datos… lejos de lo trivial relacionar datos de diferente simbología y representación y aún más díficil discernir lo subliminal, pongamos por caso una imagen publicitaria, de lo evidente. En definitiva: un reto enorme con nuestros escolares, adolescentes y no pocos adultos (el porcentaje de personas que leen un libro, al menos a la semana, en España, es extremadamente exiguo) al que debemos hacer frente no con teorías del tres al cuarto (lectura ascendente, descendente y cosas de este estilo), sino con la práctica diaria: libros de texto en los centros escolares, aún más en los hogares y sobre todo… leer, a diario, trasladándonos con los personajes y representándonos en todos y cada uno de ellos. Quién concibe el placer de leer, se entrega a ese placer, a diario. En fin compañeros/as, en educación todos son retos y los retos se afrontan sobre el escenario donde transcurren los hechos. Un abrazo a todos/as.

  10. Qué maravillosa aventura es tener un libro en nuestras manos, me identifico profundamente con este artículo suyo, mi estimado Profesor. Hay que enseñar a leer, pero desde el corazón, un docente enamorado de la lectura transmitirá de seguro este amor a sus estudiantes. Les enseñará su propio entusiasmo en sus remotos viajes a través de las páginas de un texto, les compartirá con alegría cómo fue ese aprendizaje que le proporcionó un libro, les construirá nuevas historias a partir de las ya descubiertas. Bendito los libros y más benditos los docentes que em medio de este oficio han enseñado a leer más allá de decodificar, han enseñado a leer el mundo. Como siempre le agrtadezco tanto esta columna y su fe en el ser humano

    Jenny

  11. Hermosa invitación a la lectura. El verano es un tiempo estupendo para leer. Yo no me imagino un verano sin algunos libros interesantes. Leí hace tiempo “La fiesta del chivo”, del actual Premio Nobel de Literatura. Me encantó.
    También fue una lectura estimulante “Ensayo sobre la ceguera” del fallecido José Saramago. Imprescindible.
    Más libros, más libres.

  12. Me voy a sumar a las recomendaciones. Y voy a aconsejar un libro de Miguel Angel Santos que a mí me ha encantado. Se titula LA PEDAGOGIA CONTRA FRANKENSTEIN. Lo he pasado bien leyendo y aprendido muchas cosas.

  13. Le he oído recomendar al autor del blog, en una conferencia, un libro titulado Platón y un ornitorrinco entraron en un bar. Y otros dos de los mismos autores (aunque él dijo que le habíangustado menos que el primero): Aristóteles y un armadillo llegan a la capital y Heidegger y un hipopótamo van al cielo. Me he apuntado el primero para este verano canicular.

  14. Hay que leer porque si a los adultos no nos gusta la lectura a los niños no les gustará. ¿Cómo vamos contagiar el amor a la lectura si a los mayores no nos gusta? Tener libros en las casas, leerlos, cuidarlos s un modo de despertar el amor a la lectura.

  15. Leer es una forma de dar sentido a la vida.
    ¿omo es posible que, después de tantos años de escuela, acaben los alumnos odiando la lectura?
    Algo hacemos mal.
    Saludos.

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