Semejanzas : Arte y Tiempo

15 Abr

El Arte, ¿tiene «siempre» Tiempo? Luego habrá ocasión de ejercitar cierta demora del pensamiento sobre esta cuestión. De momento sólo les propongo una mirada sobre esos  dos esbozos de un rostro, el que está ejecutado sobre una superficie plana y aparece como centrado sobre una vertical línea negra, que arranca del entrecejo y desciende por la nariz y los labios hasta llegar a la barbilla…

Y «el otro» : esa «Cara de Piedra» que en su día, hace eones de tiempo, tallara el gran hacedor de vidas en este planeta, el Mar, sobre las piedras calizas. El primero y en un plano más próximo a los ojos del contemplador o del lector, es la portada de «La Ralentie», poema de Henri Michaux. Se trata pues de una imagen en dos dimensiones. El segundo, la cara de la otra imagen, en cambio, es una fotografía que hice de un espeleotema en una zona de la Cueva del Tesoro, y ya comenté en anterior texto, que titulé «Cara de Piedra : mirar no es ver». Se publicó el pasado día 12 del corriente mes de abril.

Esta última, aunque aquí la veamos en sólo dos dimensiones, es lógicamente una figura en el espacio con sus tres dimensiones…, más la dimensión «Tiempo», ese «viejo dios», en apariencia apacible, pero tremendamente iracundo : recuerden que Cronos (el nombre griego de «tiempo») devoraba a sus hijos. Los romanos le llamaron Saturno y con ese nombre, el nombre latino, lo imaginó y pintó Goya : «Saturno devorando a sus hijos» : imagen atroz entre las más atroces imágenes que podamos imaginar.

Debo agradecer a un antiguo alumno mío, Armando Lanseras, (a quien le envié el texto que apareció en este blog de La Opinión de Málaga), que me señalara el parecido que él veía entre «Cara de Piedra» y esa imagen que ilustra el poema «La Ralentie» del poeta belga – francés, Henri Michaux.

(Aprovecho para señalar algo que siempre deberá tenerse en cuenta : Armando Lanseras es un extraordinario poeta. Conozco de él algunos textos; pocos. Pero los que me dio a conocer, eran de gran calidad. El tiempo dará a cada cual lo suyo : la poesía que en su día yo capté en textos de mi antiguo alumno, ahí está y a nadie más a sí mismo se la debe él).

Pero señalado esos para mí evidentes parecidos entre ambas imágenes, esas semejanzas que a veces se dan y sobre las que pasamos sin pararnos a reflexionar, nos vamos a centrar hoy en cosas que escriben sobre la Pintura tanto H. Michaux como René Magritte.

En un escrito de 1957 titulado «Dibujar el paso del tiempo», escribía Henri Michaux :

«Quería dibujar la conciencia de existir y el paso del tiempo. Como se toma uno el pulso. O también, en forma más limitada, lo que aparece cuando, al llegar la noche, repasa uno (en más corto y en voz baja) la película impresionada que ha soportado el día.

Dibujo cinemático.»

(pág. 115 del libro «Escritos sobre Pintura», edición, traducción y prólogo de Chantal Maillard. Murcia, 2000).

Si algún lector de estas cosas aquí puestas quiere no poder perderse nunca en ellas por error mío al escribirlas sin más, o por una in-exacta comprensión de lo que se trata de decir, en especial en lo referente a Michaux, debe leer el Prólogo de Chantal Maillard a los «Escritos sobre Pintura»  :  Porque si nos quedamos en la idea de que lo que quería pintar era el mismo movimiento de la vida ( : el paso del tiempo; una pintura cinemática), entonces nos perdemos.

Y dejemos ahora lo que más adelante habrá de tomarse con absoluto rigor, pasando a centrarnos en algo de lo que razonó R. Magritte.

Luego de haber resaltado René Magritte la importancia que tienen en la vida los ojos del cuerpo humano, y de haber remarcado la gran fuerza mental que se les debió exigir a los artistas de las pinturas de las cavernas, no sólo para concebir sus pinturas, sino también para «osar» concebirlos, esto es lo que nos dice :

«El verdadero objetivo del arte de la pintura es el de concebir y realizar cuadros capaces de dar al espectador una percepción visual pura del mundo exterior; el pintor no debe oponerse al funcionamiento natural del ojo que ve los objetos según un código visual universal : el objeto cielo es percibido por el ojo como una superficie azul, por ejemplo.» 

(Pág. 236. «Escritos», René Magritte. Traducción para Editorial Síntesis de Mercedes Barroso Ares. Dirige la Colección «El Espíritu de la Letra« Lourdes Cirlot, una de las hijas del gran poeta, sabio y pensador Juan Eduardo Cirlot).

Cuando R. Magritte ha escrito «… el objeto cielo es percibido por el ojo como una superficie azul, «, ¿creen ustedes que ignora o pasa por alto que el cielo es sobre todo «profundidad» (negra, azul, tornasolada…) o, si lo prefieren, «un insondable abismo»? En absoluto ignora tal cosa : está hablando de lo que se ve pintado sin olvidar lo que se pinta, y sabe que «Esto no es el cielo», como podría haber dicho lo mismo que dijo aquello de «Esto no es una pipa«.

 

 

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4 respuestas a «Semejanzas : Arte y Tiempo»

  1. Iremos entremezclando, pues, los comentarios de Michaux con los escritos de Magritte. Ello no será obstáculo alguno para la correcta comprensión de lo que se vaya planteando. Gracias.

  2. Y acudiremos con cierta frecuencia a pinturas que pueden tener más de 20.000 años y están en la Cueva del Tesoro. Los que allí habitaron y pintaron en la prehistoria, hicieron cosas muy parecidas a veces a las que vemos realizadas por pintores de nuestro tiempo, conque…, ¿dónde está el Tiempo en este Arte de la Pintura?

  3. Si cuando hablamos de tiempo nos referimos al tiempo que atañe al ser/sentir de los seres conscientes de éste, del tiempo, el tiempo del alma y el tiempo del arte son la misma cosa, ES la misma cosa. No puede ser de otro modo cuando el arte es un modo de expresarse el alma.

  4. Como en su momento tendremos que argumentar, la mente humana tiene un «tempo interior» que la hace muy especial frente a ciertas series de fenómenos : por ejemplo, los oníricos.

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