Dea et Petra

5 Feb

Esta imagen que ven ¿es una simple piedra, o es una piedra-Diosa? La hipótesis de que ahí estamos ante lo que suele llamarse BETILO, esto es, un tipo de piedra natural que, o por su forma especial, o por el lugar específico que ocupe en un espacio determinado, o por las razones que fueren, reciben un nombre y son objeto de adoración o de culto o de rituales del tipo que fueran, se llama Noctiluca.

Es una divinidad muy arcaica, citada por autores como Avieno, entre otros, y entre pueblos de épocas antiguas ( : fenicios, por ejemplo; incluso pueblos autóctonos anteriores a los fenicios) era considerada como una divinidad lunar, de tipo maternal, aproximadamente como pudo haber sido Hera entre gringos y romanos de la antigüedad clásica. «La que brilla en la noche» es lo que significa «nocti-luca», pues «luca» es de la raíz de «lux, lucis, lucero…» y «nox- nocti» es lo que vale por «noche».

Cuando esta parte de la actualmente llamada «Cueva del Tesoro» fue re-descubierta por don Manuel Laza Palacio, y vio unas cenizas depositadas en la base del betilo, recordó los textos clásicos latinos y griegos (lenguas de las que era don Manuel profesor) y comenzó  a indagar sobre los temas que estaban en relación con esta deidad, esta cueva, y sus respectivas leyendas.

Sus investigaciones se prolongaron durante decenios, y a mi entender, debieran ser más tomadas en cuenta y continuadas : es de justicia que así sea.

Por hoy sólo voy a añadir algo que meses atrás soñé, y no puse por escrito públicamente: un antiguo compadre y compañero en muchos aspectos de mi padre, hace ya años fallecido, -al igual que mi padre, don Manuel Laza Palacio, que pasó «al otro lado» el viernes santo de 1988-, este amigo y compadre de don Manuel, lo veía yo en mi sueño dando vueltas y vueltas en torno al betilo o la Petra-Dea, esto es, la Piedra-Diosa, y yo me decía a mí mismo en el sueño :

-Pero, ¿cómo, si este amigo de mi padre murió hace muchos años?

La cantidad de incógnitas que este sueño suscita, las numerosas hipótesis que se podrían formular, serían ya otra cuestión que aquí no se aborda. Eso sí : debo aclarar que en algunas ocasiones, reflexionando sobre lo que dice Jung acerca de lo que él llama «la Sombra», me surgen dos ideas que no logro desechar. O puede que no desee en mi más íntimo ser desecharlas. Una es que de lo que dice C.G. Jung de la «sombra», me quedo con la parte más positiva de lo que el propio citado genio dice. Y la segunda cosa es que al ser uno mismo quien mejor puede encontrar el sentido de sus sueños, según los propios psiquiatras en su mayoría explican, lo que en casos muy concretos he soñado y son cosas a las que doy una importancia que estimo considerable para mí personal manejo, – y quiero decir con esto que no tienen por qué ser importantes en general -, acudo a un modo de integración entre lo que es el consciente y esa parte del inconsciente donde se suele ubicar nuestra «sombra». ¿En qué consiste lo que hago? Diré sólo parte de ello, y que es algo que ya expliqué en otras ocasiones, cuando ejercía de profesor de Literatura: intento volver a soñar con lo ya soñado, mediante lo que suele llamarse «incubación de los sueños».

 

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4 respuestas a «Dea et Petra»

  1. Re-descubierto el betilo, por don Manuel Laza Palacio en la década de los 50, había en su base unas cenizas que, analizadas resultaron ser de huesos de algún mamífero no muy grande. Se trataba sin duda de algún ritual practicado mucho tiempo antes por quienes adoraban a este tipo de primitivas deidades.

  2. Releo mi propio texto y encuentro que donde debía decir «griegos y romanos» dice «… gringos y romanos».
    Son esas cosas que ocurren con estos «correctores inteligentes» insertos en móviles y ordenadores. Ufff!

  3. Como es obvio no daré el nombre de aquel señor amigo y compañero de fatigas, por así decirlo, de mi padre y que aparecía en el sueño dando vueltas decididamente en torno a la deidad. Eso es cosa ya muy personal y carece de interés para la completa comprensión del tema que se trata aquí, pues es algo anecdótico, más que mollar. Queden así las cosas de momento.

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