¿Qué es una «leyenda»? Se diría que a veces las leyendas son como dobles imágenes que se transmiten generación tras generación. Pero, ¿tienen un principio, un origen que puede ser conocido «siempre»? Hay leyendas cuyos inicios conocemos, pero otras en cambio sólo nos remiten, como mucho, a zonas del inconsciente colectivo, para decirlo con palabras -que estimo aquí muy acertadas- de Carl Gustav Jung.
Aquel dicho (que aún recuerdo de mi infancia) y donde algunos mayores trataban de asustarnos a los más pequeños y que decía algo así como «los muertos se filtran por las paredes», ¿podrían ustedes creer que forma parte de una especia de «leyenda – creencia» muy, muy antigua? Trataré de explicarme, pues para que esa curiosa idea de que «los muertos se filtran por las paredes» sea entendida cabalmente hay que tener en cuenta varias cosas. Veamos las más notables :
En primer lugar, los que ahí se llaman «muertos», no lo están del todo; aún pueden hacer cosas, como por ejemplo «filtrarse por las paredes». No se olvide esto : la serie de personas que decían estas historias de «muertos /…/ por las paredes», usaban el verbo «filtrarse» con el sentido de «traspasar» : los muertos traspasan las paredes; las paredes no detienen a los muertos.
Me estoy refiriendo a personas posiblemente aún vivas, a las que conocí siendo yo aún de muy poca edad, y que sabían trasladar con sus dichos y curiosas narraciones todo un cúmulo de creencias, ideas asumidas como realidades no visibles pero ciertas, y hechos por ellas conocidos pero de los que callaban los nombres de sus autores. Contaban el milagro pero callaban el nombre del santo, por así decirlo.
Está luego la vieja idea de que las paredes no son lindes únicamente, sino que tienen una doble finalidad : separan un universo de otro. El hombre de las cavernas mostró tener la creencia de que al otro lado de las paredes de las cuevas se hallaba «el otro lado», había más allá de las paredes un universo que a los vivos sólo le era accesible o tras su muerte «real», o luego de los «trances de muerte», como los describen algunos antropólogos y estudiosos de notable perspicacia. Vistas estas dos cosas, las de las paredes y las de los muertos, pasemos a lo que ahora nos llama : ¿qué es una leyenda?
Juan Ramón Jiménez usó la palabra más de una vez en su más recto sentido etimológico : una leyenda es aquello que tiene que ser leído. Eso, ahí lo dejamos por ahora, y pasamos a explicar el sentido de que la pared de una cueva, en la mentalidad de aquellos primeros habitantes de las cuevas, es una linde, una frontera, entre el mundo este de acá, y «el otro mundo».
Pero nosotros hemos usado la palabra leyenda en un formato (se me permita ejemplificar así) muy especial : hemos dicho «leyenda – creencia».
Y con esa expresión, con el doblete «leyenda – creencia», nos referimos a lago que no se ha constatado necesariamente para que tenga que ser creído : basta con que se relate de generación en generación, como ocurre con los mitos y las leyendas, para que ya sea creído sin duda de ninguna clase. Eso es una «leyenda-creencia». Y así es como la humanidad ha ido transmitiendo durante siglos
Anoto : Cuando he dicho antes eso de que las paredes «separan un universo de otro», estoy usando la palabra «universo» en ese sentido restringido de «conjunto de cosas y seres que conforman una cierta unidad». Queda pues fuera de ese sentido la idea de «mundos», en su sentido más amplio.
Las personas a quienes de muy niño les oía yo contar historias de «muertos que se filtran por las paredes» eran naturales de un pueblo de Málaga, lindero con la provincia de Cádiz, y prácticamente carentes de estudios. Algunas no sabían siquiera leer con cierta soltura. Eran los años 50…
En un texto que tengo aún en mente pero que en breve espero hacer público, trato como me es posible las creencias que se lograron constatar por personalidades estudiosas de los temas cercanos a los mundos mentales del hombre de las cavernas, y que son precisamente de ese tipo : la pared de una cueva era en muchos casos una linde con «el otro lado». En su momento daré los títulos de esos textos y las citas oportunas, así como los nombres de sus autores.
Algunos que han estudiado a fondo las pinturas parietales de las cavernas o cuevas en la prehistoria conectan, sin acabar de dar razones suficientes, estas pinturas y su finalidad como una especie de «conjuro» o simplemente «medio o método» que se usaba para bien llamar o bien detener al muerto, que se le suponía «conectado» a través de la pared.
En mi opinión tal hipótesis no tiene suficiente argumentación, y habría que buscarle bases sólidas. Pero ¿cómo? ¿A través de los sueños?
Donde encuentro la debilidad de esta hipótesis es en el hecho de que ya en el Paleolítico se han constatado enterramientos, y ofrendas en algunos casos. Si esto es así, ¿a qué acudir a la pared? Es aún algo por descifrar, creo.
La idea de que la mente del hombre de hace 20.000 años era «inferior» a la del hombre actual es absurda : como «homo», era tal como es hoy la especie «homo». Con la ventaja de estar más acorde con su naturaleza propia y su entorno.
Es curioso que a una de las especies principales de homínidos se le denomine con un nombre de lugar ( : Neander- , de dónde Neanderthal ) y a la otra, especialmente «Homo»… «Sapiens»! O sea, no con un nombre de lugar, sino con «cualificativo positivo». ¿Extraña que ya desde el inicio el hombre se viera como un dios?
Tal mentalidad sigue vigente : aún no somos capaces de distinguir las «valencias» y las «carencias» de cada cual. O sea, de cada uno de los seres existentes en nuestro «universo mínimo», que llamamos «la tierra»…