Las cosas que a veces nos ocurren suelen estar provocadas por nosotros mismos. No digo que sea de manera consciente como las propias personas sean causantes de muchos de los sucesos de sus vidas, pero sí afirmo que tienen que ver con tales eventos. Nosotros no somos causantes de las tormentas, pero si en mitad de una de ellas decidimos ponernos en marcha, salimos de casa, y sin necesidad alguna nos echamos a andar calle tras calle adelante, la que se nos venga encima no es culpa de la tormenta. Somos nosotros. Pero entremos en materia.
«Tanto nuestra alma como nuestro cuerpo se componen de elementos que todos estuvieron ya presentes en la serie de antepasados. Lo «Nuevo» en el alma individual es la re-combinación variada hasta el infinito de los ancestrales
Por error, el texto anterior, cuando he ido a publicarlo, ha quedado cortado en casi su inicio. Debido a eso, en un texto que en muy breve daré a este blog, remediaré mi fallo. Gracias, lectores.
Con ello quiero dejar dicho que «El Torreón de Jung» será publicado completamente y sin fallos míos esta vez, en los próximos días. Uno o dos como máximo. Gracias, lectores.
Insisto en pedir disculpas por este fallo mío, y sobre el mismo tema referente a Jung y a sus coincidencias con ciertos aspectos que (creo yo) son generales de la humanidad, volveré a sacar un texto completo en este blog. El texto actual está incompleto y ello será remediado en el próximo día, a lo sumo en dos días. Gracias.