RÍOS : ESOS OTROS SUEÑOS

5 Dic

Puente sobre el Neva

PUENTE ANICHKOV, sobre el río FONTANKA

Los ríos unen, no separan. Establecen fronteras que en apariencia dejan a un lado a unos, al otro a los otros; pero en realidad las cosas no son así. O, al menos, no son así permanentemente. En un principio, cuando los seres humanos estábamos mucho más integrados con el mundo en torno, con la naturaleza, la tribu se asentaba en la ribera de un río o en sus proximidades. Por razones obvias : el agua es vida, ante todo. Y los ríos además de ríos son también sueños y metáforas y símbolos.

Y es en torno a los ríos donde primero hacen su aparición las diversas culturas de la Humanidad. Y junto a los ríos crecen las ciudades y se desarrollan culturas : en las riberas del Éufrates y el Tigris; o en las del Baetis o Betis que las gentes venidas del norte de África llamarían Wad-El-Kebir, esto es, «El Río Grande», que eso significa Guadalquivir. ¿Quién ignora que el río Nilo propició la cultura primera en Egipto? ¿Y China, no tiene acaso también su «río primordial»?

Es luego, cuando hace su aparición el conflicto entre etnias, o entre grupos dentro de una misma etnia, entonces es cuando puede ocurrir que el río, por muy insignificante que pueda parecer, se convierta en esa linde que hay que cruzar : o como reto, y se inicia con ello una guerra, o como estrategia, y se establece así un modo de dominio.

Cuando Julio César estaba conquistando las Galias, tendía puentes sobre los ríos para mejor someter a las tribus que poblaban aquellos territorios. Cuando ya conquistadas se reparte el que habían muy pronto de ser Imperio de Roma con Pompeyo, el simple paso de un muy modesto río, un arroyo en realidad, el Rubicón, desencadena una guerra civil. 

Pero más allá de estas cosas que la Historia recoge de manera puntual y nos transmite con todos los posibles pelos y señales, lo que ahora nos interesa de los ríos es la metáfora implícita en ellos, lo que van a significar desde muy pronto en la imaginación y en los sueños de los seres humanos.

Van a ser objetos de mitos, como ese río de fábula que es el que contaban los antiguos autores clásicos hemos de cruzar con el previo pago a un barquero, cuando hayamos de pasar a «la vida del otro lado«.

Se van a tomar como símbolos del propio vivir, y los poetas llegarán a escribir aquello de «nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar, /que es el morir«, que nos dejó escrito don Jorge Manrique.

Se van a asociar los ríos con el tiempo, y vamos a ver nuestro paso por la vida como la navegación de un metafórico río, pero ahora un río de horas y de días y de meses y de años :«Horae, et dies, et menses, et anni, cadunt«. Eso decían en la lengua latina. Y así es : caducan, (esto es, se acaban), las horas y los días y los meses y los años.

Que ese «cadunt» es una forma verbal de «cadere», palabra latina que procede seguramente de una raíz inicial sánscrita y que adquiere una muchedumbre de sentidos, entre los que predominan las ideas de «caer» (de un caballo : como le pasó a Pablo de Tarso camino de Damasco) o de «ponerse» (como cuando el sol «se pone», esto es, «se cae» más allá del horizonte). 

Es también «pender, estar colgando» ( : «cadit aure lapis», esto es, «una piedra de oro pende de su oreja»). O transmite también la idea de «cadencia», en el sentido de ritmo, como cuando hablamos de las cadencias de las palabras según las pronunciemos. 

Pero sobre todo lo que ahora quiero más hacer sobresalir sobre todas estas cosas, lector, es esa imagen de un puente, (de parte de un puente, para ser exactos), que de una manera muy extraña, en un sueño, se cruzó en mí con la imagen de otro puente y de otro río, y así pude ver, extrañamente, el río Fontanka  desde ese puente que llaman Anichkov,  y el río Arno, a su paso por Florencia, con su Ponte Vecchio al fondo…

¿Unía yo en mi sueño esos ríos porque cuando los cruzaba en la vida de vigilia siempre desde uno de ellos mi mente me traía imágenes de otros ríos?

No lo sé. Sólo puedo por ahora asumir esta certeza : en sueños se pueden a veces vivir escenas que se corresponden con otras de la vida de vigilia, que son «reales» a la vez que «soñadas».

Y estas escenas se ven ( : en sueños, como digo ) formando parte de una única escenografía donde están juntas diversas ciudades con sus ríos; y nosotros pasamos por esos puentes, que decía.

Y sabemos al despertar que todos tenemos adentro, muy adentro, una única y misma guerra también. Una guerra a la que llamamos TIEMPO.

 

 

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2 respuestas a «RÍOS : ESOS OTROS SUEÑOS»

  1. Cuando Julio César escribía su historia o vivencia personal de «La guerra de las Galias», cosa que hace tanto para la posteridad como para su propia gloria, habla de un río, el ARAR, que hoy se llama de otro modo, y lo describe de un modo poético. En otro comentario volveremos sobre esta curiosa cuestión.

  2. ¿Por qué asimilar los ríos y los sueños? La respuesta es simple : por la misma razón que asimilamos los ríos y la propia vida.
    Hay más : quien logra entender un sueño importante, es como quien logra cruzar un río.

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