Pobreza sin solemnidad

26 Oct

Sin trabajo hay hambre. Comer es democrático

El umbral de la pobreza marca a Málaga con un 30% por debajo. 75.000 malagueños están en serias dificultades económicas en toda la provincia, donde la tasa de paro, 27%, es una de las más elevadas de España. La verja sigue en pie

 

La crisis global ha catapultado a las economías ‘emergentes’ a la primera división mundial. El G/8+5, incluye ya Brasil, China, India, México y Sudáfrica. España no está ni se les espera. Y dentro de este país federal y asimétrico, Andalucía viaja en el furgón de cola de la tercera división de la pobreza. Málaga, camión señero de la economía andaluza, ha perdido fuel y se recuesta de la cuneta pidiendo auxilio. La gente en situación extrema de pobreza, que es cuando no tiene un pedazo de pan para comer, recurre masivamente a ese ejército de salvación que son las instituciones de caridad.
      Este periódico, realizó la semana pasada un Foro-Debate con las asociaciones Bancosol, Cáritas y Padre Huelin donde se trazó una radiografía del mapa de la pobreza en la ciudad. Un plano aterrador en un país, europeo, donde la democracia ha echado raíces, pero que hace aflorar los fantasmas del pasado más oscuro de desesperación y miseria. Los representantes de dichas entidades sociales privadas, coinciden en que esta sociedad ha perdido el norte. Muchos, endeudados más allá de sus mínimas posibilidades, han caído en una desesperanza aguda. No hay ilusiones, ni trabajo, ni futuro. La gente que está en esa situación terminal, sólo tiene la fuerza para ir a comer lo que esas instituciones pueden darle.
     Ven, estos representantes, que la clase dirigente ha errado. Se debería poner el ojo más en las ayudas locales, que en las que se dan a otros países, sin que eso quiera significar una ausencia de solidaridad con toda la humanidad. Pero primero nosotros. Subrayan que las empresas privadas prestan ayuda, sin la cual su tarea sería muy difícil. Pero señalan que las administraciones públicas centrales no dan tanto como se piensa. Se declaran desbordados por la situación. “Lo cierto es que las necesidades han aumentado más que las ayudas recibidas.”, dice Antonio Gómez.
      “No hay pobres mejores que otros”, agrega Rafael Salcedo. Y es que el perfil de los que piden ayudas a estas asociaciones ha variado radicalmente. Puede presentarse una pareja de profesionales universitarios, con un bebé en brazos pidiendo leche para el niño. Si hablamos de un 30% bajo el umbral de la pobreza, situación extrema y crítica; tenemos un 20% de pobres en la provincia. Una situación, que sólo se daba en situaciones de guerra o postguerra. La tercera guerra mundial, llamada crisis global, ha estallado casi sin darnos cuenta de su alto nivel de víctimas no mortales, por ahora, pero sentenciadas a la pobreza. Anselmo Ruiz, el tercer participante del citado Foro, cuenta situaciones espeluznantes. 86.00 personas en 12 barrios de Málaga con problemas estructurales graves. Familias que nunca habían estado en la situación de pedir comida; madres solteras desamparadas con su hijo; otras que no tienen ni para el material escolar. 2.000 desahuciados al año, sin vivienda de un día para otro; parejas que viven en su coche en cualquier calle de la ciudad, porque es el único techo que tienen. Hasta hace pocos meses los solicitantes de ayudas eran las capas más desprovistas de la sociedad: los inmigrantes. El perfil ha cambiado radicalmente, el 90% son españoles, malagueños, avergonzados de tener que pedir ayuda para comer algo cada día.
      El pasado domingo 17 de octubre se celebró al ‘Día Internacional para la erradicación de la pobreza’, una fecha para tranquilizar conciencias a la que la ONU nos ha habituado, pero sin mayores consecuencias. Sin trabajo no hay posibilidad de erradicarla. Esa es la raíz del problema. Y eso es lo que pasa en Málaga, en España, en el mundo. Si una familia que tenía trabajo ayer, tiene que hacer la cola hoy en Cáritas, para comer, esa institución les resolverá el hambre unos días, pero el daño moral, psicológico y, por supuesto, económico está hecho y sólo se resuelve con un puesto de trabajo. Tomen nota los cargos políticos electos o no y pónganse con el principal problema de la sociedad española: el paro, que genera hambre. Todo lo demás puede esperar.

Una respuesta a «Pobreza sin solemnidad»

  1. Pingback: Unas reflexiones « el Blog de Mariví Romero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *