PIEDRAS EN LA MERCED

19 Oct

Un nuevo tema para la agenda de los desencuentros entre el Ayuntamiento y la Junta

Aunque el proyecto de la plaza de La Merced, pueda tener lagunas, como la integración de los edificios de los cines, Cultura de la Junta no da el plácet. La verja sigue en pie.

Es cierto que la remodelación de la plaza de La Merced tiene un tufo electoralista, de urgencia de última hora, para inaugurar algo en medio de la parálisis general que ha impuesto la crisis, pero no por eso menos necesaria. Es también verdad, que si la precipitación no fuera la guía, habría habido tiempo de incluir en el proyecto la integración de los edificios de los cines al nuevo paisaje urbano del entorno del obelisco al general liberal José María de Torrijos y Uriarte. Cosa que no ha sido posible, porque la titularidad privada de dichas edificaciones aún está en litigio. Así las cosas, se piensa en una ‘nueva’ plaza sin tocar su fachada sureste, cerrada por los bloques en discusión. Pero, amigos, el pico y la pala no pueden hollar ese territorio de liberales memorias sin el permiso expreso de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, pues debajo puede haber recuerdos aún más antiguos.
      Conocedores de esos pormenores técnicos arqueológicos, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga ha solicitado, según ha declarado su concejal responsable, Manuel Díaz, por teléfono y por escrito, bajo la expeditiva fórmula del e-mail, y en varias ocasiones, una reunión técnica para presentar el proyecto y obtener la bendición de los guardianes del pasado arqueológico. Pasó el mes de agosto, septiembre y los arqueólogos no han respondido. Doblando ya la medianía de octubre el silencio es sepulcral. Y toda esta dilación es sobre un entorno que no está protegido directamente, aunque forma parte de la Casa natal de Pablo Ruíz Picasso, que sí está calificado como Bien de Interés Cultural (BIC).
      La mosca se le pone al concejal Díaz detrás de la oreja. Le susurra si no será una dilación intencionada para retrasar el inicio de las obras y llegar a las elecciones de mayo de 2011 sin poder ni siquiera haber dado el primer piquetazo. O, en el mejor de los casos, tener aquella zona abierta en canal, sin poder inaugurar más que un socavón alrededor del general Torrijos. Los proyectos de última hora tienen eso. Los tiempos de quien proyecta con prisas y los de quienes tienen que dar el visto bueno no coinciden, sobre todo si en el horizonte cercano de unos siete meses está la meta electoral municipal. La historia de tirantez administrativa se cumple con implacable regularidad.
      El alcalde-candidato está como una moto. Ya es oficial el arranque prematuro de una campaña que se presenta larga y, probablemente, aburrida para los ciudadanos de a pie. El marketing de una moto en una ciudad plagada de esos vehículos puede resultar novedoso, si el conductor es el alcalde, del que se sabe que es un As de la natación de la tercera edad, pero no un avezado motorista. En la foto publicada, sentado en una moto parada, va sin casco, que no lo olvide cuando arranque de verdad, podrían multarle sus municipales. Además, un casco decorado con las siglas del PP y el eslogan de la campaña ‘Juntoshacemosciudad.com’, no se vería nada mal. La sugerencia es gratis. El estratega de esta campaña no parece confiar en los medios de las redes sociales, abonadas a diario por la tienda socialista, sino que apunta al contacto directo, tradicional, de puerta a puerta, casa a casa, barrio a barrio, para transmitir el mensaje de lo hecho y pedir sugerencias de lo porvenir cara a cara. Para eso es la moto, para sortear los atascos y llegar antes a los vecinos. Total, el Facebook tampoco está tan extendido en esos barrios de la Málaga profunda. El calor del mano a mano, puede ser más efectivo, que un quiero ser tu amigo, frío e impersonal, de las redes sociales digitales.
      Ha aparecido en Málaga el caso del gerente de bomberos que gastaba pasta en comprar corbatas y merendar con los amigos, que como un título sueco, ha puesto a un desconocido Consorcio Provincial de Bomberos en las portadas de los periódicos locales. Este bomberazo incendia las mangueras y deja sin agua a los hidrantes. Regalando corbatas, en vez de medidas de seguridad contra incendios, deja muy mal parado a los verdaderos bomberos, que no usan corbatas, sino mucho arrojo y voluntad en su oficio. Recuerda al caso Roldán, que empañó a la institución de la Guardia Civil con su actuación impropia.

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